ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS. Quién no haya visto la película aún que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todos modos, lo hará bajo su total responsabilidad.
Bueno, he tardado más de lo que esperaba, pero por fin he visto Predator: Badlands, una de las películas que más esperaba este año por dos razones en especial.
Una es porque pertenece a la saga Predator y cualquier cosa que hagan con los Predators tiene mi interés. La otra es porque la dirige Dan Trachtenberg, quién logró revitalizar la franquicia con la estupenda Prey (2022), la cual me gustó mucho.
Y no solo eso, con estas películas y la película animada Predator: Killer of Killers, estrenada este mismo año y que dirigió junto a Joss Wassung, parece que está construyendo un universo cinematográfico bastante interesante donde también podrían tener cabida los xenomorfos de Alien; de hecho, el tipo ha llegado a insinuar que podríamos ver una nueva película de Alien vs. Predator en el futuro, además de un posible regreso de Arnold Schwarzenegger en acción real.
Aunque, de eso ya habrá tiempo de hablar, vamos a ver lo que me ha parecido esta película, que es a lo que estamos.
Pero antes, vayamos por partes.
Ambientada en el futuro y fuera de la Tierra, la historia sigue a Dek (Dimitrius Schuster-Koloamatangi), un joven Yautja que, con la ayuda de su hermano, Kwei (Mike Homik), se prepara para demostrar que es un gran cazador y digno de pertenecer a su clan. Para ello, debe ir a Genna, un planeta lleno de peligros donde la supervivencia es poco probable, para dar caza a Kalisk, una bestia muy difícil de matar. Así, podrá demostrar que, pese a no ser tan fuerte como los demás miembros, puede formar parte del clan.
Pero, antes de que pueda partir, llega Njohrr -interpretado también por Schuster-Koloamatangi -, padre de Kwei y Dek y líder del clan. Este no confía en Dek, a quién considera demasiado débil para pertenecer al clan y ordena a Kwei que lo mate. Pero, Kwei se niega a matar a su hermano y decide sacrificarse, dejando que su padre lo mate a él mientras hace que Dek pueda escapar y llegar a Genna. Una vez allí, el predator formará una incómoda alianza con Thia (Elle Fanning), una sintética de Weyland-Yutani dañada.
Tras su estreno, el pasado 7 de noviembre, la película tuvo un muy buen estreno en su primer fin de semana, llegando a recaudar 80 millones de dólares en todo el mundo. Sin embargo, en su segundo fin de semana tuvo una caída bastante grande que ensombreció su magnífico estreno.
A día de hoy, la película lleva recaudados 76 millones de dólares en EEUU y 84 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 160 millones de dólares. Todo ello con un presupuesto de 105 millones, sin contar otros gastos, como promoción o distribución. Así que la película está caminando entre la línea que separa el éxito del fracaso. El tiempo dirá en que lado se queda.
Por otro lado, las críticas están siendo muy buenas y la opinión de la mayoría del público es bastante favorable. Aunque, hay un amplio sector entre los fans de la franquicia que ha reaccionado bastante mal con este film.
¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.
La verdad es que debo decir que he tenido sentimientos encontrados con esta película. Por un lado, me ha gustado mucho y he disfrutado mucho viéndola, pero también debo decir que no he salido de verla con la sensación de haber visto una película de Predator.
Esa es la razón del disgusto de una parte de los fans, que no han tolerado que la película no haya seguido la fórmula de la saga y hasta la acusan de haber infantilizado a los predators -o Yautjas, como prefiráis llamarlos -.
En resumidas cuentas, aunque esta película lleve Predator en el título y en ella veamos Yautjas, no se podría decir que sea una película de Predator, cosa que si era Prey.
A mi esta película me ha gustado menos que Prey, pero no por esas razones, sino porque Prey es mejor película.
Como ya he dicho, este cambio de rumbo que nos ha dado Trachtenberg me ha creado sentimientos encontrados, pero debo decir que, al final, los sentimientos de que la película me ha gustado se han terminado imponiendo. Así que, aunque este film me ha gustado menos que Prey, también me ha gustado mucho, al igual que la película de animación que he mencionado al principio. Y, desde luego, tengo muchas ganas de ver que más puede ofrecernos Trachtenberg, por lo que espero que al final la película haga una buena taquilla.
Estamos ante una película diferente, donde un predator es ahora el protagonista y no un cazador de humanos; de hecho, los humanos aquí no aparecen, ya que todos son sintéticos de Wayland-Yutami.
Esto es lo que no perdonan muchos fans que quieren ver siempre lo mismo, humanos sobreviviendo a los predators, algo que ya hemos tenido en cinco películas. Yo, en cambio, siempre agradezco los cambios cuando estos están bien hechos, y en esta película lo están.
Y, sobre lo que dicen que la película es infantil y carece de violencia, no sé que película han visto los que lo dicen. La película es muy violencia, ya ver al comienzo a un padre matando a su propio hijo es de por si bastante fuerte. Cierto que la película tiene clasificación PC-13, pero eso no ha sido un problema, ya que la total ausencia de personajes humanos ha jugado en su favor.
La película, a parte de tener unas escenas de acción brutales y muy bien rodadas, está llena de decapitaciones, desmembramientos, destripamientos y demás contenido gore pero, al no verse sangre humana en ningún momento, ya que todo es sangre extraterrestre o el líquido blanco de los sintéticos, logra esquivar la clasificación R. Así que este es uno de esos casos en los que la clasificación PG-13 no resulta un inconveniente.
Todo lo contrario a lo sucedido con M3gan 2.0, de Gerard Johnstone, donde los descerebrados que dirigen ahora Universal Pictures decidieron recortarle violencia para que la película fuera PG-13 y, en las escenas de acción, se notan una barbaridad los cortes que les hacen para que estas sean menos sangrientas y, al final, terminan echando a perder una película que podría haber funcionado mejor.
Lo único infantil que tiene la película es esa especie de mono espacial que se une a Dek y Thia, sin duda, de lo peor de la película, ya que es un personaje bastante cargante que se podrían haber ahorrado. Sin embargo, al final tiene su importancia en la película, así que tiene razones para quedarse.
Otra cosa que ha molestado mucho es que, al final de la película, después de que Dek mate a su padre para vengar a su hermano, la película termina con la llegada de su madre. Esto, sin duda, abre la puerta a que veamos predators hembras en una siguiente película, lo cual ha hecho que algunos fans pongan el grito en el cielo y hasta haya hecho que la película sea acusada de wokista. Algo con lo que yo, que como muchos otros estoy hasta las narices del wokismo y el daño que le está haciendo a la industria del entretenimiento, no estoy nada de acuerdo. Cualquiera que conozca la franquicia más allá de las película, porque también existen cómics y videojuegos, sabrá que las predators hembras son de todo menos wokistas.
Pero, bueno, dejemos ya todo esto y vamos con otros aspectos. En lo técnico, no tengo ningún problema. La película es una maravilla visualmente, con unos efectos especiales y un diseño de producción que le dan cien mil patadas a los del Superman de James Gunn, una película con un presupuesto muchísimo mayor que esta.
En el apartado interpretativo, aquí solo puedo hablar de Elle Fanning, una estupenda actriz -mejor que su hermana, Dakota Fanning, debo añadir -que aquí hace un excelente trabajo en su doble papel, dando vida a dos sintéticas de personalidades muy diferente.
Bueno, vamos resumiendo ya.
Como ya he mencionado antes, Predator: Badlands es inferior a Prey, pero eso no impide que sea una muy buena película que, aunque se aleja de la fórmula de la saga, también la lleva por un muy buen camino.
Los que la odian están en su derecho de odiarla, pero yo he disfrutado mucho con ella y quiero ver más de lo que su director nos tiene preparado.














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