19 de febrero de 2013

WILLOW (1988)

















Una de las producciones de George Lucas que no llegó a triunfar en su día y que surgió de un proyecto frustrado de adaptar El Hobbit.

Una profecía anuncia que una niña provocará la caída de la reina Bavmorda (Jean Marsh), por lo que esta hace arrestar a todas las mujeres embarazadas de su reino. Sin embargo, la madre de la niña consigue convencer a su partera para que huya con la recién nacida. Esta es perseguida por perros Nockmaar pero, poco antes de que la atrapen, consigue dejar a la niña en una improvisada balsa en un río. Así la niña llega hasta un poblado habitado por Nelwyns, una raza de enanos, y es recogida por Willow (Warwick Davis), una granjero aficionado a la magia que decide adoptarla. Pero, tras sufrir el ataque de un Nockmaar, la aldea descubre la existencia de la niña y del peligro que supone tenerla, así que le deciden llevarla de vuelta al mundo de los hombres grandes, los Daikiris, y le encomiendad a Willow la misión de llevarla.

En el camino se encuentran con Madmartigan (Val Kilmer), un Daikiri que prisionero en una jaula que se ofrece a llevar a la niña a cambio de que lo liberen. Willow acepta, pero en el camino de vuelta descubre que unos Brownies, duendes de tamaño diminuto, han robado a la niña y los persigue, llegando hasta el reino de las hadas, donde estas le dicen que la niña es Elora, la elegida para derrocar a Bavmorda, y que esta la ha elegido a él como tutor. Junto con la niña y dos brownies, Willow deberá encontrar a la hechicera Fin Raziel (Patricia Hayes) y en el camino se encuentra de nuevo con Madmartigan, de quién Willow ya no se fía. Aunque deberán formar equipo cuando son perseguidos por el General Kael (Pat Roach), jefe del ejército de Bavmorda, y Sorsha (Joanne Whalley), la bella hija de la reino, por quién Madmardigan no puede evitar sentirse atraído.


La Guerra de las Galaxias (1977) surgió de un proyecto frustrado por parte de George Lucas de llevar al cine a Flash Gordon. Como bien es sabido, Lucas quería realizar una película basada en el famoso personaje creado por Alex Raymond pero, al no conseguir los derechos, decidió realizar su propia historia de ciencia ficción y ya sabemos todos como acabó.

Con Willow ocurre, practicamente, lo mismo. Lucas quería realizar una adaptación de El Hobbit, la famosa novela de J. R. R. Tolkien precursora de El Señor de los Anillos y que se encuentra de actualidad por la adaptación que Peter Jackson ha hecho recientemente, y al no conseguir los derechos realizó su propia historia de fantasía heroica con enanos y, como ya ocurrió con su saga galáctica, se inspiró en multitud de referencias, comenzando por las obras de Tolkien; incluso sus propias creaciones, Star Wars e Indiana Jones, también le sirvieron de inspiración.

La película fue dirigida por Ron Howard, quién venía precedido por éxitos como Un, dos, tres... Splash (1984) o Cocoon (1985), mientras Lucas era productor ejecutivo e inspirador argumental. Costó 35 millones de dólares, toda una superproducción por aquella época, y recaudó un total de 57 millones de dólares. Fue un éxito, pero no el esperado, ya que se preveía que la película recaudara 200 millones de dólares solo en EEUU y crear otra franquicia millonaria; de hecho, había planeadas dos secuelas y una serie de animación que al final no se hicieron.

En su día, recibió críticas muy dispares –unos la adoraban y otros la odiaban, no había término medio –, pero hoy en día es considerada por muchos como un clásico y una obra maestra.

Yo, desde luego, no estoy entre esos muchos. Para mi no es una mala película, pero tampoco la considero una obra maestra ni mucho menos un clásico. Mas bien una película normalita tirando a regulera.


Recuerdo que vi esta película por primera vez en mi infancia y me gustó. Pero después la he visto varias veces a lo largo de los años y a medida que me he hecho mayor me va gustando menos y cada vez me fijo mas en sus defectos. Como ya he dicho otras veces, hay muchas películas de mi infancia que han envejecido muy mal con el paso de los años y este film es uno de ellos, a diferencia de otros clásicos de la época, como La Historia Interminable (Wolfgang Petersen, 1984) o Dentro del Laberinto (Jim Henson, 1986), que se mantienen tan frescos como el primer día y parece que el tiempo no ha pasado por ellos.

Técnica y visualmente está muy bien. El diseño de producción es alucinante y los efectos especiales son muy buenos; el dragón de dos cabezas del final es una pasada –aunque su diseño no me convence mucho –, lo mismo que la escena realizada con morphing –esa en la que la hechicera es transformada en varios animales hasta adquirir su forma natural –, un sistema novedoso que fue presentado con este film. En cuanto a las escenas de acción, la mayoría de ellas están muy conseguidas, pero hay algunas demasiado cantosas; como la escena del carro.

Aunque, lo mejor de toda la película es la banda sonora, obra de James Horner, épica y maravillosa.

El principal problema radica en el guión. Escrito por Bob Dolman, que hacía su debut en el cine tras varios trabajos en Tv, el guión no es malo del todo, pero deja mucho que desear. Es muy simplón, poco trabajado y muchos diálogos y situaciones son bastante ridículos. Además, el ritmo no para de decaer y la trama se hace a ratos muy aburrida; por no hablar que todo en el film es muy previsible, lo que hace que aburra mas.

Luego están los actores, que son otro punto flaco del film; aunque no por culpa de ellos, sino de una dirección de actores bastante deficiente.

Val Kilmer es un buen actor, pero aquí su trabajo deja mucho que desear; por no hablar de que hay momentos en los que está de lo mas insoportable y eso no es nada bueno siendo el héroe de la historia. Joanne Whalley también es una buena actriz, pero aquí está de lo mas sosa y, además, sus escenas de amor con Kilmer dejan mucho que desear –cuesta creer que los dos se casaran en la vida real poco después –; eso si, en las escenas de acción se desenvuelve bastante bien. Luego está Jean Marsh, que interpreta a la villana principal, pero tampoco supieron sacar lo mejor de ella y su personaje no resulta tan amenazador como debería.


Y así toda la película donde, a nivel interpretativo, los que mejor dan la talla son los enanos; y eso que estos fueron los que interpretaron a los insoportables Ewoks en El Retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983) y las dos películas posteriores que se hicieron de ellos.

Resumiendo.

La película no es mala del todo; yo le doy el aprobado. Aunque, si tuviera que puntuarla del 1 al 10, le pondría sin duda un 5. Desde luego, yo no veo esa obra maestra de la que muchos hablan. Reconozco que hay mucha gente, especialmente de mi generación, que la tenga como un clásico de su infancia, pero para mi carece mucho de la magia y la maestría de otras películas entrañables de la época y de este género.

Una película lograda en unos aspectos, pero fallida en otros y que está a años luz de otras joyas de la factoría Lucas, como las sagas de Star Wars y de Indiana Jones. Es una película que yo vería si la pasaran por Tv y no hubiera otra cosa para ver, pero nada mas.