23 de noviembre de 2016

DOCTOR STRANGE (2016)






ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto, que se abstenga de leerla o lo haga bajo su total responsabilidad (ya sé que esto tiene guasa habiendo visto la película tan tarde, pero aún quedará gente que no la haya visto aún).



















Bueno, finalmente, he podido ver la tan esperada adaptación cinematográfica del Doctor Extraño.

Me hubiera gustado haber podido verla el día de su estreno, pero me fue imposible. Y, luego, varios compromisos me han impedido viajar a la ciudad para poder verla; porque a mi pueblo tardará en llegar, como siempre.

Pero, ya por fin he podido ir a verla y os puedo dar mi opinión sobre lo que me ha parecido.

Stephen Strange (Benedict Cumberbatch), uno de los mejores neurocirujanos del mundo, sufre un accidente de coche que le deja las manos inservibles, hundiendo así su prestigiosa carrera. Desesperado, recurre a todo tipo de soluciones médicas y científicas sin obtener ningún resultado hasta que entra en contacto con el mundo de la mano de un paciente paraplégico que se curó milagrosamete. Esto le lleva hasta Katmandú (Nepal), donde ingresará en Kamar-Taj, una sociedad secreta de magos dedicada a proteger la Tierra de fuerzas místicas. Allí será instruido por La Anciana (Tilda Swinton), quién ejerce como Hechicero Supremo, con la ayuda de Mordo (Chiwetel Ejiofor) y el bibliotecario Wong (Benedict Wong).


Con esta película termina una odisea para llevar al cine a este personaje, creado por Stan Lee y Steve Ditko en 1963, que ha durado 30 años. Porque, como suele ocurrir con los personajes de Marvel, sus proyectos cinematográficos han tardado años en ver la luz.

El Doctor Extraño ya fue adaptado en 1978 en una película para Tv dirigida por Philip DeGuere y protagonizada por Peter Hooten. No obstante, en cine, el primer proyecto data de 1986, puesto en marcha por la propia Marvel con Bob Gale (Regreso al Futuro) a cargo del guión.

Este proyecto no llegó a salir adelante. Más tarde, en 1989, se puso en marcha otro proyecto con guión de Alex Cox (Miedo y Asco en Las Vegas) y el propio Stan Lee, pero corrió la misma suerte. Otro proyecto se puso en marcha en 1992 con el fallecido Wes Craven como guionista y director, pero tampoco llegó a nada. Tampoco otro proyecto que se puso en marcha en 1995 con guión de David S. Goyer.

Después, en 1998, los derechos del personaje fueron adquiridos por Columbia Pictures, que puso a trabajar en el proyecto a varios guionistas y tanteó a directores como Chuck Russell o Stephen Norrington.

Sin embargo, Columbia tampoco parecía tener las cosas claras y, en 2001, los derechos fueron adquiridos por Dimension Films, que recuperó a David S. Goyer para escribir y dirigir la película. Sin embargo, Goyer abandonó el proyecto un año después y todo se volvió a desmoronar.

La cosa cambió en 2005, cuando los derechos fueron adquiridos por Paramount Pictures. Por aquella época, Paramount había firmado un histórico acuerdo con Marvel Studios que fue lo que dio pie al universo cinematográfico de Los Vengadores que ahora estamos disfruntando.

Gracias a esto, Marvel Studios pudo disponer del personaje para su universo, pero no empezaron a ponerse manos a la obra con la película hasta 2010, cuando pusieron a Thomas Dean Donnelly y Joshua Oppenheimer a trabajar en el guión.

Durante los años siguientes, el proyecto fue dando pequeños pasos mientras no paraban de sonar nombres de candidatos para dirigirla y para protagonizarla.

Finalmente, en 2014, Scott Derrickson resultó elegido de una larga lista de directores y la película se puso verdaderamente en marcha. Jon Spaihts, guionista de Prometheus (Ridley Scott, 2012) o del futuro reboot de La Momia, fue contratado para escribir el guión. Sin embargo, su trabajo no convencía al estudio, así que Derrickson se trajo a C. Robert Cargill, con quién ya había trabajado en Sinister (2012) –y que ya había intentado contratar antes de que Spaihts fuese fichado –, con quién escribió el borrador final del guión.

Sobre el actor que daría vida al Doctor Extraño, muchos fueron los candidatos que pasaron por él. Estuvo muy cerca de ser elegido Joaquin Phoenix. El actor estuvo en negociaciones con Marvel Studios y todo parecía ir bien; incluso algunos medios lo daban ya por elegido. Sin embargo, en el último momento las cosas se torcieron y Phoenix abandonó las negociaciones, haciendo que se reanudase la búsqueda de protagonista hasta que, finalmente, Benedict Cumberbatch resultó ser el elegido.

Así, la producción dio comienzo hasta dar la película que ahora nos ocupa, la cual se estrenó en EEUU a principios de este mes y en España a finales del mes pasado.


Sobre como le están yendo las cosas, en taquilla está siendo todo un éxito, habiendo recaudado a día de hoy 184 millones de dólares en EEUU y 390 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 574 millones de dólares. La respuesta de la crítica está siendo muy positiva y la del público está siendo mucho mejor.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

La película me ha gustado mucho. No me ha entusiasmado tanto como otros films de este universo –como Los Vengadores o las películas del Capitán América, pero si la he encontrado una película muy buena, con la que he disfrutado enormemente y que me ha dejado un muy buen sabor de boca.

Como adaptación está bastante bien. Como es habitual con las películas de Marvel Studios, se cambian cosas y se toman libertades para adaptarla al universo cinematográfico, pero, captando muy bien el espíritu de los cómics. Incluso lo que más puede rechinar, el tema del humor –ya que los cómics del Doctor Extraño se caracterizan por ser muy serios –, está metido con acierto.

Tenía bastante interés en ver esta película, pero también cierta curiosidad. Y es que esta película introduce el tema de la magia en el universo cinematográfico de Marvel Studios. La gran pregunta era como. Y, desde luego, para mí han estado muy acertados, introduciéndola de forma directa sin explicación alguna porque, la verdad, no lo necesita. En este universo de invasiones extraterrestres y gente con súperpoderes, la magia puede tener perfectamente cabida.

Una de las cosas que me hacían tener mucha confianza en este film era su director, Scott Derrickson, un director muy bueno y con mucho talento, pese a que no ha tenido muchas oportunidades de lucirse fuera del cine de terror; especialmente, si lo hace con cosas como el infame remake de Ultimatum a la Tierra de 2008.

Afortunadamente, aquí ha tenido una nueva oportunidad para demostrar que también puede triunfar fuera del cine de terror y, desde luego, la ha aprovechado muy bien. Y lo ha hecho con una logradísima realización, tan acertada en las escenas de acción –espectaculares y muy bien filmadas; la pelea en el santuario de Nueva York es impresionante –como en los momentos dramáticos, y con una dirección de actores sobresaliente. Otro de sus aciertos es lo bien que maneja la cámara durante los viajes psicotrópicos que se marca el protagonista o esos momentos en los que los edificios se pliegan, recordando mucho a Origen (Christopher Nolan, 2010) –y que en la película están muy bien justificados –, consiguiendo que en ningún momento resulten mareantes o desorienten al espectador.

Luego están los vínculos con el universo cinematográfico de Marvel, que son pocos, pero efectivos. Hay un momento en el que se menciona claramente a los Vengadores y otro de una chica alcanzada por un rayo que podría hacer referencia a Captain Marvel. También hay cierta controversia con otro sobre un militar con graves lesiones a causa de una armadura robótica que podría hacer referencia a War Machine y lo sucedido en Capitán América: Civil War. No obstante, eso ocurre al principio de la película, que se supone que transcurre varios años antes, lo que ha llevado a pensar que podría tratarse de alguien herido por una de las armaduras defectuosas de Justin Hammer, como se vio en Iron Man 2 (Jon Favreau, 2010).

También están las habituales dos escenas post-créditos. Una de ellas, la primera, que enlaza con la tercera entrega de Thor y otra que nos da una idea de por donde pueden ir los tiros en la futura secuela; que no hay duda de que la harán en vista de los buenos resultados en taquilla de esta.

Todo acompañado con un diseño de producción estupendo y unos efectos especiales muy trabajados. También la fotografía me ha parecido muy buena.


Ahora va circulando por ahí un vídeo que dice que las películas de Marvel Studios tienen una fotografía muy apagada y grisácea, sin a penas contrastes ni resalte los colores. Yo, desde luego, ni he visto eso en esta película, ni en las demás películas de Marvel Studios. Si es cierto que las películas podrían tener algo más color pero, por lo que a mi respecta, el acabado visual esta muy bien.

Otro acierto de la película es el guión. No es un guión de oscar, pero si es un guión muy trabajado que cumple su propósito. Además, esquematiza muy bien la película, haciendo que el ritmo nunca decaiga y que la historia vaya progresando muy bien a lo largo del metraje.

Una de las cosas que más me ha sorprendido es que, a diferencia de otras películas de Marvel, la duración de este film es muy corta; ni tan siquiera llega a las dos horas. No obstante, no da la sensación de que le falten cosas ni de necesitar una versión extendida.

Es cierto que esto hace que algunas cosas queden muy reducidas y muy en segundo plano; como los años en los que Strange busca una solución para recuperar sus manos tras el accidente antes de entrar en contacto con la magia o la relación con Christine Palmer, ya que en esta película a penas hay tiene para las relaciones amorosas. Sin embargo, para mí han sabido resumir bien estos elementos para meternos de lleno en lo que importa.

Otro punto a favor que tiene la película es, sin duda, su reparto, demostrando de nuevo que Marvel Studios son unos hachas buscando actores para sus personajes.

Comenzando por su gran protagonista, Benedict Cumberbatch, quién desde el primer momento demuestra que ha nacido para este papel. El tipo es un excelente actor y aquí nos lo demuestra con creces dando vida a Stephen Strange; sobre todo, recreando la evolución del personaje a lo largo de la película.

Puede que no salga mucho, pero Rachel McAdams no da la sensación de estar desaprovechada. La bellísima actriz está fantástica como Christine Palmer y aporta mucho a la película las veces que sale; pese a que estas sean pocas.

Con Mads Mikkelsen pasa algo parecido. El tipo tampoco sale mucho –al menos, no tanto como me gustaría –como el villano Kaecilius, pero el tipo hace un trabajo estupendo y su presencia en el film no deja nada indiferente. 

Chiwetel Ejiofor está muy bien como Mordo y también nos representa muy bien la evolución de su personaje de aliado del protagonista hasta como posible futuro villano.

Otro que también ha estado muy bien ha sido Benedict Wong como Wong –aquí convertido en bibliotecario –, quién hasta ha llegado a sorprenderme y todo.

No obstante, quién más ha brillado con luz propia a sido Tilda Swinton, quién ha estado sobresaliente como El Anciano; aquí La Anciana. Hubo mucha controversia con su elección, tanto por su sexo –pese a que su belleza andrógina la hace quedar muy bien en papeles masculinos –como por su etnia, ya que El Anciano de los cómics es oriental mientras ella es blanca; recordemos que hoy en día está la gente muy tonta con estas cosas. Sin embargo, la tía es tan buena actriz y su interpretación es tan excelente que creo que estas libertades se pueden pasar perfectamente por alto.


Y es que, la verdad, muchos de los cambios y las libertades que se toman con respecto a los comics, no perjudican la película, sino que hasta la mejoran. Como la Capa de Levitación, que aquí dotan de vida propia, convirtiéndola en un personaje más.

Claro, que no todos los cambios son buenos. Por ejemplo, no me ha hecho mucha gracia que cambiasen la ubicación de Kamar-Taj, que en los cómics está en el Tibet y en la película han trasladado a Nepal para no tener problemas con la todopoderosa China.

Aunque, el cambio más significativo se produce al final.

El climax de la película está bastante bien. Puede que nos dejen sin esa prometedora batalla de magos en Hong Kong, pero el cara a cara entre Strange y Dormammu en ese bucle temporal me ha parecido una escena muy buena y hasta sorprendente.

Aquí el problema es el propio Dormammu, al que han cambiado de aspecto por completo. Prácticamente, lo han fusionado con la Dimensión Oscura, haciéndole un ser incorpóreo. No negaré que al principio esto me recordó a lo que hizo la Fox con Galactus en Los 4 Fantásticos y Silver Surfer (Tim Story, 2007). Afortunadamente, la cosa no llega a ese nivel, ya que el personaje tiene personalidad e interactúa con el protagonista.

No obstante, me hubiera gustado más un Dormammu como el de los cómics. Con las técnicas de captura de movimientos les hubiera quedado genial. En fin.


Pero, bueno, a parte de esto la he encontrado una adaptación muy correcta y una película muy buena. Sin duda, el Doctor Extraño no podía haber debutado mejor en el universo cinematográfico de Marvel.