27 de mayo de 2014

GODZILLA (2014)

















ATENCION. Advierto que esta entrada contiene SPOILERS muy reveladores de la película. Quién aún no la haya visto que no la lea o lo haga bajo su total responsabilidad.





Por fin he podido ver Godzilla, nueva versión americana del famosísimo monstruo japonés y completo reboot de la franquicia que nos llega de la mano de un director joven y con poca experiencia, pero que ha demostrado tener mucho talento.

En 1999, mientras los científicos Ishiro Serizawa (Ken Watanabe) y Vivienne Graham (Sally Hawkins) investigan una mina en Filipinas donde han encontrado un enorme esqueleto y unas extrañas vainas en forma de huevo, la Planta Nuclear de Janjira, cerca de Tokio, experimenta una actividad sísmica inusual que el ingeniero supervisor, Joe Brody (Bryan Cranston), lleva días investigando. Es entonces cuando la planta sufre una gran explosión en la que Sandra (Juliette Binoche), la esposa de Joe, quién la había enviado con un equipo a investigar estas anomalías, muere.

15 años después, Ford Brody (Aaron Taylor-Johnson), el hijo de Joe y Sandra, vive en San Francisco junto a su esposa, Elle (Elizabeth Olsen), y su hijo, Sam (Carson Bolde), y es un oficial del ejército americano formando parte de un equipo antibombas. Por su parte, Joe está obsesionado con el suceso que causó la muerte de su esposa y está convencido de que lo que sucedió en la planta no fue un simple terremoto. Cuando intenta entrar en la zona de la planta nuclear, la cual está en cuarentena, es arrestado y Ford viaja hasta Japón para liberarlo. Sin embargo, Joe logra convencerle para que entre allí con él. Al hacerlo, descubren que la zona no es radiactiva y que allí el ejército americano está ocultando algo.


Godzilla es un personaje que creo que no necesita presentación. Un gigantesco monstruo con forma de saurio cuyo nombre hace referencia a un gigantesco monstruo marino de la mitología japonesa y que se creó, en parte, para criticar la bomba atómica de Hiroshima y el peligro de las armas nucleares.

Hizo su debut hace 60 años en la ya mítica película Japón bajo el terror del Monstruo (Ishirô Honda, 1954), a la que siguió una rápida secuela, Godzilla Contraataca (Motoyoshi Oda, 1955), y varios años después regresó en una tercera entrega, King Kong vs Godzilla (Ishirô Honda, 1962), donde se veía las caras con el famoso simio amante de las rubias. A partir de ahí comenzó una larga saga que, a través de tres etapas (Showa, Haisei y Millenium), ha perdurado las últimas seis décadas.

Sin embargo, el legado de Godzilla no se limita a una saga de películas, también ha influido mucho en la cultura popular nipona y ha llegado a crear un subgénero, el Kaiju Eiga, consistente en películas de monstruos gigantes e invasiones extraterrestres realizadas siempre con maquetas y tipos disfrazados.

Con todo esto, no es de extrañar que los americanos quisieran hacer sus propias versiones.

La primera versión americana llegó en 1998 en un ambicioso film dirigida por Roland Emmerich, que venía precedido del enorme éxito de Independence Day (1996), bajo el sello de Sony Pictures, que produjo la película a través de TriStar Pictures –subsidiaria de Columbia Pictures, también propiedad de Sony –. La película fue un éxito, pero no el enorme taquillazo que esperaban sus responsables y recibió muy duras críticas. Por no hablar de que los japoneses quedaron muy descontentos y renegaron de ella reactivando su saga con el inicio de la etapa Millenium.

Años después se supo que Legendary Pictures iba detrás de realizar una nueva versión, pero no se llegó a nada hasta que en 2010 se anunció la llegada a un acuerdo con Toho –compañía japonesa productora de las películas de Godzilla –para obtener los derechos y rápidamente, se puso en marcha un proyecto cinematográfico junto con sus socios de entonces, Warner Bros. Pictures.

Al frente de este proyecto se puso a Gareth Edwards, joven director británico que por aquellas fechas había sorprendido con su primera película, Monsters (2010), un film muy modesto, pero realizado con mucho talento.

Sin embargo, a pesar de contar ya con director, el proyecto no lograba salir adelante y todo parecía indicar que no llegaría a estrenarse en 2012, año en que se fijó su estreno. Sin embargo, en la Comic-Con de ese año, Edwards proyectó un breve footage que, entre otras cosas, mostraba un breve vistazo al monstruo, y la reacción de los asistentes fue de lo más entusiasta, haciendo que el proyecto resucitase y, rápidamente, se puso en marcha su producción fijando el estreno en 2014, año en que Godzilla cumple 60 años.


Así llegamos a la película que ahora nos ocupa, a la cual no le están yendo mal las cosas, puesto que a día de hoy lleva recaudados 156 millones de dólares solo en EEUU y 166 millones más a nivel mundial, haciendo un total de 322 millones de dólares. Por otro lado, la crítica no la está recibiendo muy bien; aunque no la están despellejando, como a la versión de 1998. La otra cara de la moneda es el público, que en su mayoría la está recibiendo de una forma muy entusiasta.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

No sé si hace falta decir que soy muy, muy, muy, muy, muy, pero que muy fan de Godzilla.

En mi infancia tuve la suerte de que en mi pueblo había un videoclub que era el paraíso de cualquier friki, ya que solo tenían películas de serie B o serie Z y muchas de esas películas eran kaiju eigas y, sobre todo, películas de Godzilla. Y, vamos, me las veía todas y me encantaban. Por entonces no me fijaba en la cutrez de sus efectos especiales y su diseño de producción. Hoy en día, en edad adulta, es imposible no fijarse en esas cosas. Pero, aún así, me importa poco y continúo viendo y disfrutando esas películas como el primer día.

En su momento esperé como agua de mayo la versión de 1998 y, cuando la vi, recuerdo que no me desagradó mucho ni me pareció el gran bodrio que decían que era. En lo que más fallaba era en el casting y en la historia de amor entre los protagonistas humanos, la cual llegaba a parecer a ratos salida de una comedia romántica. Pero como monster-movie no estaba mal. Además, el monstruo estaba muy bien hecho y su diseño molaba bastante. El problema es que se parecía a Godzilla lo que un huevo a una castaña; era más bien como un monstruo independiente que los americanos tomaban por el Godzilla japonés -como los japoneses nos quisieron hacer creer en una película posterior-.

Para mí, Emmerich hizo una monster-movie apreciable. Pero Godzilla no tuvo la versión americana que se merecía.

Ahora, los americanos han tenido una segunda oportunidad con este reboot que ha dirigido un director no curtido en las grandes superproducciones de efectos especiales, pero con mucho talento, y que guarda más fidelidad con el original japonés.

Pues bien, tras haber visto la película, puedo decir a las claras que esta me ha gustado mucho y me parece que por fin los americanos han hecho justicia con Godzilla. No obstante, también debo decir que ha habido algunos detalles que me han decepcionado y que, desgraciadamente, hacen que esta película no sea del todo redonda. Pero, tranquilos, que no me he llevado una decepción como la que me llevé el año pasado con Pacific Rim (Guillermo del Toro, 2013).

Comenzaré por las cosas buenas.

Y empiezo por su director, Gareth Edwards. El tipo ya demostró en Monsters que es un director con mucho talento al conseguir hacer una película muy buena con un presupuesto pequeño, pocos actores y un equipo técnico muy reducido. No obstante, aquí existía la duda de si iba a estar a la altura de una gran superproducción de 160 millones de dólares financiada por dos grandes estudios.

Para mí, el tipo ha hecho un excelente trabajo. La película está muy bien dirigida, con un ritmo que nunca decae y un impresionante acabado visual. También me ha gustado mucho su forma de enfocar la película desde el punto de vista de los humanos con un estilo que me ha recordado bastante a Monstruoso (Matt Reeves, 2008) –película que me gustó mucho –y con una muy lograda forma de ir creando tensión hasta el gran enfrentamiento final de una forma muy parecida a Encuentros en la Tercera Fase (Steven Spielberg, 1977); película que Edwards tuvo muy en mente a la hora de hacer esta película.

Esto es lo que no ha gustado a muchos críticos que dicen sentirse decepcionados con esta película, afirmando que Godzilla sale poco y que solo vale la pena los últimos 20 minutos y el resto es pura basura.


Yo, desde luego, no puedo estar más en desacuerdo con esta gente. Cierto que me hubiera gustado ver a Godzilla mas en pantalla, no lo voy a negar, pero creo que ha salido lo suficiente para satisfacer. Además, la película no se me ha hecho ni larga ni, mucho menos, aburrida. Aquí no ocurre como en Pacific Rim, donde la mayor parte de la película se sumergía en un pozo de aburrimiento, diálogos sosos y situaciones de todo menos interesantes.

Al contrario, esta película juega muy bien con los personajes, los diálogos y las situaciones, logrando un buen equilibrio entre drama y espectáculo. A todo esto ayuda un guión estupendo y muy trabajado que está en las antípodas del nefasto guión de Pacific Rim. Guión en el que, aunque solo aparezcan acreditados Dave Callaham y Max Borenstein –como autor del argumento y autor del guión, respectivamente –, han trabajado personalidades como David S. Goyer, Drew Pearce o el mismísimo Frank Darabont.

En cuanto a este nuevo Godzilla, me ha encantado. Durante mucho tiempo llegué a creer que hacer con CGI un Godzilla similar al original japonés era imposible. Sin embargo, esta película me ha dado un buen ¡Zas! En toda la boca.

Este nuevo Godzilla es impresionante y está muy bien hecho. Su diseño es excelente y, a pesar de que su cabeza sea algo mas cuadrada, es muy fiel al original japonés.

En la película han escogido al Godzilla defensor de la humanidad, siendo al final la única esperanza contra los MUTOS frente a un ejército americano que se ve impotente frente a esta nueva amenaza; de ahí que no entienda tantas críticas tachándola de patriota por tener tanta presencia militar –en la de 1998 vale porque ahí si los reflejaban como héroes; pero en esta… –. Me ha encantado el final, en el que tras derrotar a los MUTOS regresa al mar mientras la gente lo aplaude; todo lo contrario que en la película de 1998.

También me ha gustado mucho el nuevo origen que se le ha dado. Ya que aquí no es un ser radiactivo surgido como consecuencia de la bomba de Hiroshima. Si es radiactivo, pero se trata en realidad de un último superviviente de una especie prehistórica que habitaba la Tierra en una época anterior, incluso, a los dinosaurios en la que la Tierra estaba cubierta de radiación y que, cuando la radiación se acabó, se metieron en el fondo de los océanos, cerca de núcleo central de la Tierra. También está muy bien lo de que el que el ejército americano supiera de su existencia desde que lo despertaron en 1954 e intentaran matarlo con explosiones nucleares que ocultaron como pruebas nucleares,

Por su parte, los MUTOS no están mal. Son seres nuevos creados mezclando elementos de otros enemigos de Godzilla, como Rodan, Mothra o Gigan.

Ahora vamos con las cosas malas.

Empiezo por la muerte del personaje de Bryan Cranston, quién, como era de esperar, hace una excelente interpretación; siendo sin duda lo mejor de un reparto que, en general, hace un buen trabajo. Además, pienso que hubiera llevado mucho mejor el protagonismo de la película en lugar de su hijo en la ficción, Aaron Taylor-Johnson, quién no lo hace mal, pero no le he encontrado muy a la altura de lo que su papel requiere.

Otro defecto relacionado con el reparto es Elizabeth Olsen. No es que lo haga mal, al contrario, está fantástica y, desde luego, le podría dar unas cuantas lecciones a sus hermanas mayores. El defecto es que la desaprovechan mucho.

No obstante, el mayor defecto que tiene la película son dos escenas en concreto.

Una es cuando se produce el primer enfrentamiento entre Godzilla y el MUTO macho en Hawaii. Cuando los vemos a los dos frente a frente dispuestos a darse de hostias, cortan y lo único que vemos de ese enfrentamiento son escenas salteadas en la Tv.

La otra escena es el segundo enfrentamiento entre Godzilla y el MUTO macho en San Francisco; un enfrentamiento que, encima, iba a ser a plena luz del día. Sin embargo, vuelven a hacer lo mismo, cuando los dos se disponen  a pelear cierran las puertas y nos vuelven a dejar con la miel en los labios.


Menos mal que al final tenemos una espectacular pelea entre Godzilla y los dos MUTOS que es una auténtica pasada, ya que hasta vemos a Godzilla utilizando su famoso aliento radiactivo y todo. Esta pelea compensa bastante esos dos momentos anteriores pero, aún así, me dejaron un muy mal sabor de boca.

Espero sinceramente que esa maniobra no sea por lo de enfocar la película desde el punto de vista de los humanos –lo cual sería una terrible gilipollez –y obedezca más problemas técnicos con los efectos especiales que les obligó a cambiar esas escenas.

Como ya he dicho, esos defectos impiden que la película sea totalmente redonda. Pero no impiden que este reboot de Godzilla sea una película muy buena, disfrutable de principio a fin y que hace las delicias de cualquier fan de las kaiju eigas y del monstruo japonés.

Desde luego, Gareth Edwards demuestra por segunda vez que es un director excelente y un tipo con mucho talento que tiene ante sí una muy prometedora carrera por delante. Que ganas tengo de ver ese spin-off de Star Wars que él va a dirigir y que llegará en 2016. Y también espero con muchas ansias la secuela de esta película; donde espero que se corrijan los defectos de estos.


Desde luego, me HA ENCANTADO esta película, que a ratos ha llegado a emocionarme y todo. Sin duda, la recomiendo abiertamente, tanto a los que son fans de Godzilla, como yo, como a cualquiera que ni haya visto nunca una de sus películas.









5 de mayo de 2014

X2 (2003)




















Continúo con este tour por las películas de X-Men previos al gran estreno de X-Men: Días del Futuro Pasado.

Ahora le toca el turno a X2, primera secuela de de X-Men (2000) y segunda película de la saga dirigida por Bryan Singer; quién, desgraciadamente, últimamente se encuentra inmerso en problemas legales que, entre otras cosas, han hecho que tenga que dejar las promociones de X-Men: Días del Futuro Pasado. Pero, bueno. No voy a hablar de este asunto y voy a hablar de lo que interesa, la película.

Una película titulada simplemente X2; aunque en España se la llamó X-Men 2 –tal vez pensaron que los españoles éramos demasiado tontos como para no entender el título original –, que no solo continuó la saga tras el primer film, sino que, además, salvó el cine de superhéroes del año 2003.

Pero vayamos por partes.

La Casa Blanca es atacada por un mutante, Rondador Nocturno (Alan Cumming), que intenta matar al presidente (Cotter Smith). El mutante no logra su objetivo, pero este incidente crea una grave crisis en todo el país con el asunto mutante, lo que hace que el presidente permita al general William Stryker (Brian Cox), un fanático que odia a los mutantes y experimenta con ellos, asaltar la mansión de Charles Xavier (Patrick Stewart). Este, antes del asalto, envía a Jean Grey (Famke Janssen) y a Tormenta (Halle Berry) en busca de Rondador Nocturno mientras él hace una visita a Magneto (Ian McKellen), quién se encuentra prisionero en una cárcel de plástico tras los acontecimientos de la primera entrega. Lo que Xavier no sabe es que Stryker es el encargado de custodiar a Magneto y le tiende una trampa, capturándole a él y a Cíclope (James Marsden) con ayuda de su letal lugarteniente, Dama Mortal (Kelly Hu).

Poco después, la mansión es asaltada por los soldados de Stryker, los cuales son repelidos por Lobezno (Hugh Jackman), que ha regresado de inspeccionar las ruinas militares de Canadá y Xavier le dejó a cargo del cuidado de los alumnos de la escuela mutante. Algunos mutantes son capturados, pero la mayoría logran escapar por unos túneles secretos con ayuda de Coloso (Daniel Cudmore) mientras Lobezno huye con Pícara (Anna Paquin), Ice Man (Shawn Ashmore) y Pyro (Aaron Standford) en el coche de Cíclope. Una vez la mansión es tomada, Stryker llega hasta Cerebro y se lleva los materiales suficientes para hacer funcionar una reproducción que él ha construido en su base secreta. Pero ignora que Mística (Rebecca Romjin) ha descubierto la existencia de este segundo Cerebro mientras ayudaba a Magneto a escapar de la cárcel. Una vez libre, a Magneto no le quedará más remedio que unirse a los X-Men para parar los siniestros planes de Stryker; aunque él también tiene sus propios planes.


Como ya he dicho, esta película salvó el cine de superhéroes del año 2003 del desastre absoluto.

Después del enorme éxito de Spiderman (Sam Raimi, 2002), el año 2003 se aventuraba bastante prometedor para las comic-movies con los estrenos de Daredevil, de Mark Steven Johnson, Hulk, de Ang Lee, y La Liga de los Hombres Extraordinarios, de Stephen Norrington. Sin embargo, las tres películas resultaron tres tremendas decepciones que, aparte de naufragar en taquilla, dejaron un muy mal sabor de boca en los fans.

Es por ello que esta X2, estrenada ese año, supuso un muy agradable soplo de aire fresco entre la enorme putrefacción que dejaron las películas antes mencionadas. Un año después ocurriría prácticamente lo mismo con Spiderman 2, también de Sam Raimi, la cual nos ayudó a solventar bodrios como El Castigador, de Jonathan Hensleigh, o Catwoman, de Pitof.

Volviendo a X2, ¿por qué esta película supuso un soplo de aire fresco aquel año? Pues porque nos encontramos con una película que no solo es una secuela más que digna de su estupenda predecesora, sino que resultó un film bastante superior a aquella con un Bryan Singer mas sueltos sin las carencias ni las limitaciones que tuve en el anterior film.

Aún así, tuvo que hacer algunos recortes en el guión. David Hayter –guionista de la anterior entrega –, y Zak Penn escribieron cada uno por su cuenta varios guiones que luego fueron fusionados en un enorme y ambicioso guión que, de haberse realizado, la película hubiera tenido unos costes de producción gigantescos que la Fox, a pesar del éxito del anterior film, no estaba dispuesta a asumir. Así, se contrató a Michael Dougherty y Dan Harris para reescribir el guión. Se suprimieron a muchos mutantes –aunque Singer lo compensó haciendo que sus nombres aparecieran en los archivos de Stryker –. Hubo dos de ellos que estuvieron cerca de quedarse, pero al final fueron suprimidos; estos eran Ángel y Bestia –aunque este último si tuvo una pequeña aparición como su alter ego, el doctor Hank McCoy –. También se suprimieron elementos como los Centinelas –los cuales estaba previsto que Stryker los utilizara en su guerra contra los mutantes –o la Sala de Peligro.

A pesar de todo esto, el guión se terminó sin problemas y la película siguió adelante sin apenas inconveniente alguno en producción.

Los resultados en taquilla fueron formidables. Con un presupuesto de 110 millones de dólares, solo en EEUU recaudó 215 millones a los que hay que sumar 192 millones más recaudados en todo el mundo, con lo que su recaudación total fue de 407 millones de dólares. Además, la película fue muy bien recibida por crítica y público y recibió muchos elogios allá donde iba.

Y no me extraña nada, porque nos encontramos ante una película estupenda y, como ya he dicho, una secuela superior a su predecesora, la cual es también una película muy buena, pero su conjunto final se vio perjudicado por un presupuesto relativamente bajo que la hizo ser menos espectacular de lo que se esperaba y un guión demasiadas veces reescrito; cosas que no suceden en este film que ahora nos ocupa.


Esta secuela se mantiene totalmente fiel a su predecesora, pero mucho más espectacular y con una historia y un guión bastante mejor.

Desde luego, la película es una auténtica gozada desde que empieza hasta que termina. El comienzo con el ataque en la Casa Blanca es sensacional y, a partir de ahí, la película va progresando continuamente, con un ritmo que nunca decae y con una facturación impecable, hasta llegar a una climax impresionante donde, entre otras cosas, vemos como Jean Grey se convierte en Fénix. Entremedias hay una sucesión de momentos de lo más logrados, como el asalto a la escuela mutante, la persecución aérea entre tornados, la irrupción de Mística en la base de Stryker o la brutal pelea entre Lobezno y Dama Mortal; la cual deja en muy segundo lugar la pelea entre Lobezno y Mística en la anterior película. Todo muy bien acompañado por un diseño de producción brillante y unos logradísimos efectos especiales; además de la muy buena mano de Singer a la hora de dirigir.

Pero no todo en la película es acción y efectos especiales. También hay un cuidado guión con muy buenos diálogos y situaciones y unos personajes bien desarrollados.

Michael Dougherty y Dan Harris son muy buenos guionistas siempre que tengan una buena historia entre manos. Si les das una historia de mierda como en Superman Returns, lo único que pueden hacer es ofrecerte una mierda envuelta en papel bonito. Pero, si les das una buena historia, te hacen un guión cojonudo, que es lo que ocurre aquí, con un muy buen planteamiento y desarrollo, con los protagonistas dispersados como en El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980) –película que Singer tuvo muy en mente cuando realizó este film –, las maquinaciones de Stryker, la mente de Charles Xavier manipulada por Jason –el hijo mutante de Stryker –o la alianza entre los X-Men y Magneto frente al enemigo común.

Claro, que el guión no es perfecto y tiene algunas cosas que sobran. Como algunos intentos de comicidad que quedan un poco fuera de contexto y algunos hasta caen en el ridículo.

Como por ejemplo, cuando llegan a casa de los padres de Ice Man y este les confiesa que es un mutante, a la madre no se le ocurre otra cosa que hacer la pregunta más ridícula de todo el film cuando le pregunta a su hijo si ha intentado alguna vez no ser un mutante. Yo no sé los demás, pero a mí no me hizo ni puñetera gracia. Otro ejemplo lo tenemos poco antes, cuando huyen de la mansión en el coche de Cíclope, a Pyro se le ocurre poner la radio y suenan los Backstreet Boys; no sé que querían insinuar…

Pero, bueno, al final el conjunto queda tan bien que cosas como esas se perdonan.

Sobre el reparto. Los actores que repiten vuelven a hacer un buen trabajo y, en el caso de varios de ellos, hasta mejoran mucho con respecto al anterior film. Comenzando por Hugh Jackman, quién vuelve a hacer un gran trabajo como Lobezno, haciendo suyo mucho más al personaje y despejando las pocas dudas que podrían quedar de la primera película. Además, frente al aspecto más suave que tenía en el anterior film, aquí le da ya un aspecto mucho más rudo y agresivo, además de hacerlo más violento en las escenas de acción; asemejándolo más a su homólogo en las viñetas.

Otra que también ha mejorado mucho es Rebecca Romijn como Mística, teniendo aquí muchos más momentos para lucirse, tanto en las escenas de acción como en sus habilidades para el engaño y la manipulación; me encanta ese momento en el que intenta seducir a Lobezno transformándose en Jean Grey y en otras féminas de la película.

También ha mejorado mucho Anna Paquin como Pícara, aquí en una faceta mucho más heroína y sexy, dejando muy atrás a la niña en apuros de la anterior película.


En general, todos los personajes que repiten reciben en mayor o menor medida más presencia y protagonismo sin quedar eclipsados por los nuevos. La única excepción es Cíclope, de nuevo interpretado por James Marsden, quién está ausente durante una gran parte de la película. A mí, que nunca me ha gustado mucho este personaje, esto me importa poco; aunque comprendo que los fans del personaje se mostraran molestos con esto.

En cuanto a los nuevos, quién mas destaca, sin duda, es Alan Cumming, quién está sensacional como Rondador Nocturno, tanto en su caracterización como en su interpretación. En la película pasan por alto el hecho de que en los cómics es hijo de Mística, aunque hay un momento en la película donde él y ella tienen una conversación que, aunque no tenga que ver con este asunto, si se puede decir que es un guiño a este parentesco.

Otro que está formidable es Brian Cox como William Stryker, el villano principal del film. El tipo hace un excelente trabajo y está impresionante en todo momento, donde hasta llega a resultar aterrador –no olvidemos que fue el primer actor que dio vida a Hannibal Lecter en el cine –.

Kelly Hu está genial como Dama Mortal y es también una villana muy a la altura.

Por otra parte, Aaron Standford, que reemplaza a Alex Burton como Pyro, me parece simplemente correctp. No es que su interpretación sea mala, pero no está a la altura del resto del reparto y, desde luego, no es la ideal para un personaje que aquí adquiere bastante más protagonismo con respecto al anterior film –donde solo tenía una pequeña aparición –y, sobre todo, vemos como se pasa al otro bando.

En definitiva, X2 es una muy buena película, una secuela superior a su predecesora y, sin duda,para mi es la mejor de toda la saga junto con X-Men: First Class (Matthew Vaughn, 2011); a la espera de ver que hace Días del Futuro Pasado, eso sí.

Sin duda, una película muy recomendable a todo el mundo; sobre todo a quienes les guste los X-Men y, sobre todo, disfrutaron con la primera película y se quedaron con ganas de más.