29 de febrero de 2016

DEADPOOL (2016)















Por fin he visto Deadpool, adaptación del personaje de los cómics Marvel del mismo nombre –aunque, en España se le conoce como Masacre –. Me hubiera gustado haberla visto el día de su estreno, pero me fue imposible poder viajar a la ciudad para poder verla y tuve que esperarme una semana.

Afortunadamente, ya he podido verla y me dispongo a dar mi opinión sobre ella.

Pero, vayamos por partes.

Wade Wilson (Ryan Reynolds) es un ex-miembro de las fuerzas especiales que ahora trabaja como mercenario vendiendo sus servicios al mejor postor; aunque, esos postores a veces suelen ser adolescentes sin blanca que buscan deshacerse de un acosador. Un día, conoce a Vanessa Carlysle (Morena Baccarin), una bella prostituta de la que se enamora y con la que comienza una relación. Sin embargo, las cosas se tuercen cuando le diagnostican cáncer en varios órganos y sus esperanzas de vida son escasas.

Es entonces cuando decide aceptar la proposición de un misterioso tipo de someterse a un experimento que le curará el cáncer y le proporcionará habilidades especiales. Sin embargo, al hacerlo, cae en manos de una organización liderada por un sádico tipo conocido como Ajax (Ed Skrein), quién le inyecta un suero especial y luego hace que su lugarteniente, Angel Dust (Gina Carano), le someta a las peores torturas para activarlo. Finalmente, Wade logra escapar destruyendo las instalaciones. Ha adquirido la capacidad de curarse y regenerarse rápidamente, pero ha quedado gravemente desfigurado, por lo que no quiere volver con Vanessa hasta que logre vengarse de Ajax y le obligue a recuperar su aspecto normal.


Deadpool es un personaje creado por Rob Liefeld y Fabian Nicieza que hizo su primera aparición en 1991 en el número 98 de los Nuevos Mutantes. Después, apareció en otras series, como X-Force, hasta protagonizar sus propios comics. Empezó siendo un villano, pero evolucionó hasta convertirse en un antihéroe.

La idea de llevarlo al cine se remonta hasta el año 2000; pero tendrían que pasar 9 años para verlo por primera vez en una película y 16 para verlo protagonizando su propio film.

El primer proyecto se puso en marcha en 2004. El estudio encargado fue New Line Cinema, quién puso al frente a David S. Goyer. Ya por entonces, el protagonista iba a ser Ryan Reynolds, que acababa de trabajar con Goyer en Blade: Trinity, quién estaba interesado en interpretar a Deadpool. La razón del interés del actor en el personaje es bastante curiosa, ya que se debe a que el actor vio en un número de Cable & Deadpool, que comenzó a publicarse por ese año, que el personaje se refería a su aspecto como un cruce entre Ryan Reynolds y un perro Shar Pei.

No obstante, el proyecto no logró salir adelante a causa de la pérdida de interés por parte de Goyer y, en 2005, el estudio se deshizo del proyecto, el cual cayó en manos de la 20th Century Fox. Esta, en un principio, siguió adelante con la película. Pero, terminó desechando el proyecto y optó mejor por introducir al personaje como secundario en X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009), la primera película en solitario de Lobezno.

La película fue muy criticada y, una de las cosas que más críticas recibió fue como habían representado a Deadpool. A los fans no les gustó nada la encarnación que Reynolds había hecho del personaje, el cual seguía siendo bromista y charlatán, pero había perdido por completo el humor negro e incorrección política que tanto le caracteriza; por no hablar de que no le pusieron su famoso traje rojo y negro. Aunque, lo que menos gustó fue que, al final de la película, lo convirtieran en una especie de monstruo de Frankenstein.

Después de esto, la Fox quiso hacer un spin-off de esa película con Deadpool –de hecho, metieron una escena post-créditos que daba algunas pistas –. No obstante, la productora Lauren Shuler Donner pensó que lo mejor era reiniciar al personaje; aunque, conservando a Reynolds como protagonista.

Rhett Reese y Paul Wernick, guionistas de Zombieland (Ruben Fleischer, 2009), una de las grandes sorpresas de aquel año, fueron contratados para escribir el guión de la película. Para la dirección, el primer candidato fue Robert Rofriguez, quién escribió su propio guión, desechando el de Reese y Wernick, pero no se llegó a un acuerdo. Otro director tanteado fue Adam Berg, prestigioso director de videoclips.

Finalmente, el elegido fue Tim Miller, cuya experiencia en la dirección se limitaba a un par de cortometrajes, pero con una nutrida carrera a sus espaldas que, entre otras cosas, incluye el haber trabajado en los efectos especiales de películas como Asesino del Más Allá (Brett Leonard, 1995) o Scott Pilgrim contra el Mundo (Edgar Wright, 2010) y el videojuego Star Wars: The Old Republic (2011), haber realizado los títulos de crédito de Millenium: Los Hombres que no Amaban a las Mujeres (David Fincher, 2011), o haber dirigido la segunda unidad de Thor: The Dark World (Alan Taylor, 2013).

No obstante, a pesar de los esfuerzos de Miller, de Reynolds o de Reese y Wernick, el proyecto no lograba salir adelante debido a que la Fox no se decidía a darle luz verde. Para intentar convencerles, Miller rodó en 2012 un teaser de prueba con un Deadpool generado por CGI con captura de movimientos. Pero, ni por esas conseguían convencer al estudio, cada vez menos interesado en el proyecto.

La verdad es que el proyecto parecía no tener futuro por delante; yo, de hecho, llegué a perder la esperanza de que se hiciera la película.

No obstante, la cosa cambió en julio de 2014, cuando ese teaser se filtró en la red generando un gran entusiasmo y un sinfín de opiniones positivas. Esto llevó, finalmente, a la Fox a permitir que se hiciera la película, la cual nos llega ahora precedida por una campaña publicitaria, tan divertida como creativa, muy acorde con la personalidad del personaje.


Desde luego, la película está siendo un éxito. A día de hoy lleva recaudados 263 millones de dólares en EEUU y 266 millones en el resto del mundo, lo que hace que su recaudación global ascienda a 529 millones de dólares; todo ello con un presupuesto de 58 millones de dólares. Y las cifras siguen en aumento.

Además, las opiniones del público no pueden ser más positivas. Tanto los que son fans de los comics como los que ni siquiera conocen al personaje, hablan maravillas de ella. Hasta la crítica –salvo algunas excepciones –se está rindiendo ante ella.

La película está siendo un éxito. Me imagino la cara de los de la Fox al ver como una película en la que no tenían puesta ninguna esperanza esté arrasando de esta manera. De hecho, sus expectativas sobre la película fueron cambiando antes, incluso, de que la película se estrenase, ya que confirmaron la secuela antes del estreno; la cual, muy seguramente, tendrá un mayor presupuesto.

Aunque, este éxito no solo beneficiará a la película y al personaje. Muchos esperamos que esto haga que a los estudios se les quite de una vez el miedo que le tienen últimamente a la clasificiación R.

En los últimos años, a causa del descenso de público por culpa de la crisis, los estudios están más empeñados en hacer las películas en PG-13 para que así más público asista a las salas. Películas como RoboCop (José Padilha, 2014), Los Mercenarios (Patrick Hughes, 2014) o Terminator Génesis (Alan Taylor, 2015) son unos ejemplos de películas que se han visto perjudicadas por esto. Incluso se han echado a perder proyectos tan interesantes, como esa adaptación que Guillermo del Toro iba a realizar de En las Montañas de la Locura, de H.P. Lovecraft, la cual se fue a la mierda porque la Universal se empeñó en que fuera PG-13 y ni contar con James Cameron o Tom Cruise respaldando el proyecto convenció al estudio.

Claro, que tampoco ayudaba que películas de clasificación R como Dredd (Pete Travis, 2012) o Kick-Ass 2 (Jeff Wadlow, 2013) fracasaran a pesar de sus bajos presupuestos mientras que películas PG-13 como World War Z (Marc Forster, 2013) –una película de zombies sin gore y a penas sangre –triunfen en taquilla. Por eso, el enorme éxito que está teniendo Deadpool podría ayudar a que las cosas cambien.

Pero, de todo eso hablaré más adelante. Ahora, vamos con lo que importa. ¿Qué me ha parecido la película?

Pues bien, la película me HA ENCANTADO.

Iba con las expectativas muy altas y, afortunadamente, se han visto cumplidas en su mayoría. La película me ha parecido genial y he disfrutado enormemente todo el metraje; desde los divertidos títulos de créditos iniciales, hasta la no menos divertida escena post-créditos.

No es una obra maestra, ya que tiene algunos puntos negativos y algunas cosas mejorables, pero si es una película muy buena y la coloco entre lo mejor del año; de hecho, en estos momentos es para mí la mejor película de lo que llevamos de 2016.

En el aspecto técnico, la película luce genial. Tim Miller debuta aquí como director de largometrajes y, desde luego, lo hace muy bien. Cierto que le quedan algunos puntos por mejorar, pero aquí ha hecho un trabajo bastante bueno; especialmente, en las escenas de acción, brutales y bastante espectaculares que, encima, mejoran con la enorme violencia, humor negro e incorrección política que desprende el film.

El guión no es ninguna maravilla, pero es eficaz y cumple bien su cometido.

Los efectos especiales están muy bien realizados. Es flipante ver como esta película, con 58 millones de presupuesta, tenga unos efectos especiales tan buenos mientras que una película como Hércules: El Origen de la Leyenda (Renny Harlin, 2014), que costó 70 millones, tuviera unos efectos especiales tan lamentables y más propios de una película de Asylum.

  
El diseño de producción es genial, dándole a la película un aspecto muy de cómic; especialmente, en la batalla final sobre ese ¿Helicarrier?. Muy logrado también está el diseño del traje del protagonista, totalmente fiel al de los cómics. Este es uno de esos casos en los que el diseño es tan válido para las viñetas como para el cine y, desde luego, aquí lo han clavado. Además, incluso le han puesto lentes animadas a la máscara con ayuda del CGI.

En cuanto al reparto, Ryan Reynolds aquí se quita la espina de cuando interpretó al personaje en la película de Lobezno. Claro, que no es que lo hiciera mal en aquel film, ya que allí el problema fue lo mal caracterizado que estuvo el personaje. Yo soy de las pocas personas que defienden X-Men Origins: Wolverine, ya que, como película, me gustó. Aunque, eso sí, reconozco que como adaptación de los cómics fue una completa cagada y, especialmente, la forma en que trataron a Deadpool era para morirse.

Afortunadamente, todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad y, desde luego, Reynolds la ha sabido aprovechar muy bien con una estupenda interpretación en donde, incluso, se permite el lujo de reírse de sí mismo.

Morena Baccarin está espléndida en todo momento; de ella no tengo ninguna pega.

A quién si pongo pegas es al villano principal. No a su actor, Ed Skrein, quién me parece que hace un buen trabajo. El problema es que el personaje no ha logrado convencerme como villano principal. Es un buen villano, pero no me ha convencido mucho como villano principal. Yo creo que este es el principal defecto de la película, que no ha contado con un gran villano; algo que espero que resuelvan en la secuela.

Gina Carano está espectacular. Cada vez me gusta más esta mujer. Además de dura, es muy carismática y cada vez va mejorando más sus interpretaciones. En la película está muy bien y la pelea que tiene con Colossus es genial. 

T.J. Miller está correcto en su papel, nada más.

Me han gustado mucho los dos X-Men que salen en la película. El Colossus de esta película me ha gustado más que el que salía en las películas de X-Men –eso sí, no puedo opinar del actor que le pone voz, ya que todavía no he visto la película en voz original –y la chica, Negasonic Teenage Warhead, también me ha gustado bastante.

Bueno, dejado todo esto claro, vamos a hablar de la mayor virtud de la película: la forma en cómo han adaptado al personaje.

Cualquiera que conozca los cómics del personaje sabe que estos están llenos de violencia, sexo, humor negro y, sobre todo, incorrección política. El temor a que edulcoraran al personaje para hacer una película más para todos los públicos ha estado hondeando sobre esta película desde que existe como remake. Ya he comentado antes la manía que tienen hoy día los estudios de Hollywood de querer hacerlo todo PG-13. Además, ya teníamos como precedente lo que hicieron con el personaje en la película de Lobezno, donde lo convirtieron en un graciosillo del tres al cuarto.

Cuando se puso en marcha la película, rápidamente nos dejaron claro que sería de clasificación R y con todos los tráilers siempre salía su versión en Red Band mostrándonos que la película tenía violencia, incorrección política y hasta sexo. Sin embargo, aún quedaba el temor de que nos estuvieran dando gato por liebre y que en los tráilers nos mostraran lo que queríamos ver para luego ofrecernos una película más convencional.


Pues bien. Una vez vista esta película, puedo decir a las claras que lo que hemos visto en los tráilers no solo es la pura realidad, sino que, encima, se quedaban cortos.

Para empezar, la película es tremendamente fiel a los cómics. No son fieles al 100%, ya que se cambian cosas, pero, como adaptación, es muy, pero que muy, fiel; incluso rompen la cuarta pared y todo.

Luego, la película no tiene de convencional nada. De hecho, salen muchas cosas que creía que ya no vería más en una pantalla de cine. Hay violencia, sangre a chorros y hasta gore; pero no un poco, sino una buena cantidad de gore. Todo ello servido con enormes dosis de humor negro, del que hace que te partas de risa mientras ves como cortan cabezas o revientan a tipos.

El sexo no abunda mucho, pero si hay sexo en la película. Hasta hay momentos en los que vemos al protagonista masturbándose y dejándose dar por culo por su novia; no bromeo.

Y, luego, hay incorrección política como para parar un carro. En la película no dejan títere con cabeza. Se ríen de todo; pero de TODO, hasta de ellos mismos. Hay menciones a cuando Reynolds hizo de Green Lantern o del otro Deadpool, de las demás películas de superhéroes, de que solo salgan dos miembros de X-Men en todo el film y, sobre todo, un final en el que se ríen en la cara de esos finales convencionales que estamos hartos de ver en muchas películas policiacas y de acción.

Ha sido increíble ver todo eso en una película de cine producida por un gran estudio en estos tiempos donde lo familiar y políticamente correcto cada vez se está imponiendo más en el cine; y no solo en el cine americano, lo cual es más triste.

Espero que el enorme éxito que está teniendo la película haga que cambien las mentalidades de los ejecutivos de los grandes estudios y la cosa cambien. No me espero un cambio radical y se pongan a hacer películas violentas y políticamente incorrectas como churros. Pero si espero que dejen de tener tanta alergia a la clasificación R, dejen de intentar edulcorado todo y piensen que también hay gente adulta que va al cine sin niños acompañándoles en busca de cosas más para adultos.