18 de junio de 2011

LA LIGA DE LOS HOMBRES EXTRAORDINARIOS (2003)







La Liga de los Hombres Extraordinarios es una novela gráfica escrita por Alan Moore – responsable de otras grandes obras comiqueras como Watchmen, V de Vendetta o Batman: La Broma Asesina –e ilustrada por Kevin O´Neill que se publicó en dos volúmenes; el primero lo hizo entre 1999 y 2000 y el segundo entre 2002 y 2003: También hay una especie de comtinuación, titulada The Black Dossier, que creo que no se ha publicado en España, y un tercer volumen mas reciente, pero con otros protagonistas y trasladando la historia al siglo XX. Son los dos primeros volúmenes lo que nos ocupa.

El cómic es, sencillamente, magistral.

La historia se ambienta en el la Inglaterra de 1898, en una realidad alternativa donde varios personajes de novelas famosas de la época son reunidos en una misma historia. Mina Murray (Drácula, de Bram Stoker), Allan Quatermain (Las Minas del Rey Salomón, de H. Rider Haggard), el Capitán Nemo (20.000 Leguas de Viaje Submarino, de Julio Verne), Henry Jekyll/Edward Hyde (El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson) y Hawley Griffin (El Hombre Invisible, de H. G. Wells) son reunidos en una liga especial formada por el servicio secreto británico, el cual dirige el misterioso Mr. M –quién resulta ser el Profesor Moriarty, el archienemigo de Sherlock Holmes, el famosísimo detective creado por Arthur Conan Doyle –, quién se comunica con ellos a través de Campion Bond, quién podría ser un antepasado del James Bond literario creado por Ian Fleming.

En el primer volumen, los protagonistas, engañados por Moriarty, se enfrentan al famoso Fu Manchú, surgido de las novelas de Sax Rohmer, quién ha robado la cavorita, un material antigravedad. Pero, poco después de recuperarla tras una espectacular batalla en la guarida de Fu Manchú, descubren que todo ha sido un engaño de Moriarty, quién dirige el servicio secreto al mismo tiempo que el crimen organizado del oeste de la ciudad y quiere la cavorita para una enorme fortaleza voladora que utilizará en su guerra contra Fu Manchú.

En el segundo volumen, la liga, ahora al servicio de Mycroft Holmes, el hermano de Sherlock Holmes, debe enfrentarse a los extraterrestres de La Guerra de los Mundos de H. G. Wells, quienes han sido expulsados de Marte por una coalición de otras razas extraterrestres liderada por John Carter y Gullivar y vienen a la Tierra con ganas de venganza. Para empeorar las cosas, Griffin les traiciona y se une a los extraterrestres. La liga debe dividirse, mientras Nemo y Mr. Hyde tratan de contener a los extraterrestres a bordo del Nautilus, Mina y Quatermain son enviados por Bond en busca del doctor protagonista de La Isla del Doctor Moreau, también de H. G. Wells, para que les entregue el H-142, un arma biológica que puede acabar con los extraterrestres.

Claro, que ahí no acaba la cosa. En el cómic, las referencias a otras novelas famosas del siglo XIX y la aparición de otros personajes literarios son incontables. Se dice que hay un libro de anotaciones con estos personajes y referencias que llega a ser mas extenso que el propio cómic; cosa que no es de extrañar, porque si lees el cómic con atención verás personajes literarios y referencias hasta debajo de las piedras. Todo esto, unido a un excelente guión y unas estupendas ilustraciones, hacen de este uno de los mejores cómics de los últimos años.

Pero, por mucho que me apasione el cómic, lo mío es el cine y de lo que voy a hablar es de la película con la que se llevó –mejor, dicho, se trató de llevar –esta gran obra comiquera a la gran pantalla. El cómic de Moore y O´Neill es material mas que suficiente para hacer una gran película, siempre que se haga una adaptación muy cuidada y trabajada, como la que hizo Zack Snyder en la excelente Watchmen (2009). Por desgracia, eso no ocurre aquí.

En 2003 se estrenó la muy esperada –por entonces lo era –adaptación cinematográfica en un film bajo el sello de la Fox –mal empezamos –dirigido por el británico Stephen Norrington, antiguo técnico de efectos especiales –trabajó en films como El Secreto de la Pirámide (Barry Levinson, 1985) y Aliens el Regreso (James Cameron, 1986) o la serie El Cuentacuentos –, director de la curiosa Máquina Letal (1994) y la estupenda Blade (1998) y que, tras un fallido intento de adaptar en un film con personajes reales el Akira de Katsuhiro Otomo, logró recuperar algo de prestigio en su país natal con el film The Last Minute (2001).

En cuanto al reparto, Sean Connery interpretaba a Allan Quatermain, mientras que Peta Wilson –famosa por la serie Nikita –daba vida a Mina Harker –aquí emplearon su nombre de casada –, Naseeruddin Shah –famoso actor y director de cine de Bollywood –, hacía de Nemo, Jason Flemyng –Azazel en X-Men: First Class –daba vida al Dr. Jekyll y a Mr. Hyde y Tony Curran –quién, entre otras cosas, dio vida a Marcus en Underworld: Evolution –interpretaba al Hombre Invisible; que, por problemas de derechos, fue convertido en Rodney Skinner, un ladrón que robó la fórmula de la invisibilidad a Hawley Griffin. Luego se sacaron de la manga a los personajes de Tom Sawyer –de Las Aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain –, interpretado por Shane West, y a Dorian Gray –de El Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde –, interpretado por Stuart Townsend; aunque, desde luego, estos aportaron a la película lo mismo que una gota de agua al océano Pacífico.

Para empezar, la producción del film fue un completo desastre. El rodaje fue un caos lleno de problemas a cada cual peor; como una enorme inundación, causada por las lluvias torrenciales que sufría Praga –donde se rodó la mayor parte –por aquel entonces y que destrozaron gran parte de los decorados. Dicho rodaje comenzó en el verano de 2002 y llegó a alargarse hasta los primeros meses de 2003, dejando poco tiempo para la post-producción. El presupuesto se disparó y de los 78 millones de dólares iniciales se llegó hasta los 100 millones. Después llegó un sin fin de remontajes y hasta se cambió de compañía de efectos especiales porque el trabajo de estos no convencía.

Aunque, lo que mas empeoró las cosas fue la tensa relación entre Connery y Norrington. Los dos no paraban de discutir y discrepar en casi todo y sus peleas eran constantes; se dice que hasta llegaron a las manos y todo. Y, vamos, cuando terminó el rodaje, los dos no quedaron, precisamente, amigos. Se dice que, durante una fiesta de promoción del film a la que no asistió el director, los periodistas preguntaron a Connery sobre donde podía estar Norrington y este respondió que mirasen en el manicomio local.

Todo esto se materializó en un semifracaso. La cinta solo hizo 66 millones de dólares en EEUU y pudo salvar los muebles gracias a una taquilla mundial de casi 180 millones. Connery se retiró del cine tras este film y Norrington, practicamente, también; aunque estuvo un tiempo vinculado a una nueva versión de El Cuevo que, al final, dirigirá el español Juan Carlos Fresnadillo

En fin, vamos a ver que me parece la película.

La película no es mala del todo, la verdad. Se deja ver y entretiene algo. Su diseño de producción no está mal –aunque difiere mucho del estilo del cómic –y parece que acertaron con la compañía de efectos especiales, ya que estos logran estar a la altura; aunque, tampoco son para tirar muchos cohetes, la verdad. No obstante, la película dista mucho de ser buena. El guión es simplón a mas no poder y está lleno de diálogos ridículos. Algunas escenas de acción están muy logradas, pero la mayoría están tan mal coreografiadas y son tan rápidas y mal montadas que a veces ni te enteras de lo que pasa. La primera mitad es bastante correcta, pero luego la trama se desploma por su propio peso hasta llegar a una batalla final que debía haber sido espectacular y emocionante y resulta insípida, aburrida y caótica. Todo para acabar en un final tan estúpido y ridículo que llega a dar vergüenza ajena.

Como adaptación, la película es una auténtica porquería. A parte de no lograr captar ni de lejos la esencia de la obra de Moore, las diferencias entre cómic y película son abismales, tanto en los personajes, la historia y todo lo demás. Bien sabéis que yo siempre tolero las libertades en las adaptaciones siempre que el resultado sea bueno; pero, como aquí no lo es, no pienso tener piedad alguna.

Aquí el enemigo es solamente Moriarty –interpretado por Richard Roxburgh –, quién se hace pasar por un supervillano conocido como El Fantasma –inspirado, tal vez, en El Fantasma de la Ópera, de Gastón Leroux, ya que lleva una máscara parecida –que pretende desestabilizar el orden mundial provocando la I Guerra Mundial; aunque, al final, resulta que lo que quería era reunir a la liga para robar sus habilidades – ayudado por Dorian Gray, quién aquí le quita el puesto al Hombre Invisible como traidor –y crear su propio ejército de hombres extraordinarios. Por no hablar que su fortaleza voladora aquí es sustituida por una base secreta en el Ártico.

A Fu Manchú ni se le nombra. Los responsables del film lo justifican alegando problemas con los derechos, como con El Hombre Invisible. Sin embargo, en el cómic en ningún momento se refieren a él como Fu Manchú y es conocido en todo momento como El Doctor, algo que podrían haber utilizado en el film para esquivar los problemas con los derechos, digo yo. De todas maneras, al igual que el Moriarty de este film es muy descafeinado y no es tan enigmático ni tan amenazador como el del cómic, seguro que, de haber salido, el Fu Manchú del film tampoco sería tan impresionante.

Vamos con los protagonistas.

Peta Wilson hace un buen trabajo en el film, el problema es el tratamiento que recibe su personaje. Aquí a Mina la convierten en una vampiresa muy poderosa –es capaz de convertirse en una bandada de murciélagos, curar rápidamente sus heridas y de regresar a la vida si le clavan una espada y luego se la quitan –, cosa que no ocurre en el cómic, donde es completamente humana y las cicatrices de su enfrentamiento con Drácula no son, precisamente, las marcas de los colmillos. Además, en el cómic es la líder del grupo y la encargada de reunir a la liga. Es una mujer fuerte y valiente que, al encontrarse en un mundo aún dominado por los hombres, tiene siempre que mostrarse dura para que la respeten y le hagan caso.

A pesar de sus peleas con el director, Connery hace, como siempre una gran interpretación. No obstante, su Allan Quatermain dista mucho del el del cómic. Mientras en la película es una especie de superhombre en plan James Bond o Indiana Jones, en el cómic es un viejo decrépito y drogadicto.

En el cómic, Nemo es un tipo enorme y siniestro, mas parecido a un pirata que a un científico También viste ropas hindúes –por los orígenes que le dio Verne en La Isla Misteriosa –, pero no lleva un traje tan ridículo ni tan hortera como el que lleva el de la película, bien interpretado por ese actor hindú de nombre impronunciable, pero que, de nuevo, el tratamiento que recibe el personaje lo estropea todo. Además, el diseño del Nautilus en la película es una auténtica MIERDA, todo lo contrario que el de cómic, cuyo diseño recrea la famosa escena del pulpo gigante.

El Doctor Jekyll de la película, muy bien interpretado por Jason Flemyng, está muy logrado. Para mi es el personaje mas fiel con respecto al cómic. Ahí no tengo ninguna objeción. El problema es Mr. Hyde, que no resulta tan impresionante y amenazador como el de las viñetas y su diseño es una auténtica porquería.

Y termino con el hombre invisible, también bien interpretado por el actor Tony Curran, que es con quién mas libertades se toman. A parte del cambio de personaje a causa de los derechos de autor, luego está el hecho de que en la película es bueno cuando en el cómic es mas HIJO DE PUTA que todos los directivos de Telecinco juntos.

En cuanto a las referencias y los otros personajes, todo queda muy, pero que muy reducido. Por ejemplo, el personaje de Campion Bond es suprimido y en la escena en la que capturan a Mr. Hyde en la Calle Morgue –de Los Crímenes de la Calle Morgue, de Edgar Allan Poe –no aparece el detective de ese relato, Auguste Dupin. Eso si, aparece un envejecido Ishmael como miembro de la tripulación de Nemo y diciendo la famosa frase con la que momienza Moby Dick, de Herman Melville. Pero, muy poco mas, porque se dejan en el tintero casi todo.

Resumiendo.

Película patética y simplona que entretiene, pero se olvida al poco de haberla visto. Desde luego, no vale la pena pagar por verla en el cine; yo lo hico y todavía me arrepiento.

Eso como película, porque como adaptación es una completa basura que no le hace ningún favor al estupendo cómic que adapta. Quién la vea sin haber leído el cómic encontrará una correcta película de acción con buenos efectos especiales mientras, los que hemos leído el cómic, nos abochornamos del poco respeto que se le ha tenido a la magistral obra de Moore y O´Neill.

Desde luego, no es la adaptación que se merece un cómic tan brillante. Aunque, eso si, no es la peor adaptación que se ha hecho de un cómic de Moore. Ese honor lo tiene Fron Hell.




1 comentario:

Bella Macchina dijo...

Saludos de Tigra, aqui y ahora y como siempre adiooooooooooos



Tigrrrrrrrrrrrrrrrra