5 de mayo de 2023

EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA (1981)


Se que, a estas alturas, quién no haya visto esta película es que no piensa verla. Pero, aún así, advierto de que contiene SPOILERS para no arruinársela a futuras generaciones.








Este año, justo el día de mi cumpleaños -si es que no la retrasan otra vez, porque a saber -se estrena la última película de la saga Indiana Jones. Así que, como ya he hecho con otras sagas, iré analizando las demás películas hasta que se estrene.

Y comienzo con la que lo comenzó todo. Una película que es todo un clásico y uno de los films más influyentes de las últimas décadas.

Hablo, naturalmente, de Raiders of the Lost Ark, conocida en España como En Busca del Arca Perdida, la película que supuso la presentación al mundo del icónico personaje de Indiana Jones.

Pero, vayamos por partes.

La historia comienza en Sudamérica, en 1936. El arqueólogo Indiana Jones (Harrison Ford) busca un ídolo de oro pero, después de conseguir el artefacto tras superar varias trampas mortales, este le es arrebatado por su mayor rival, el arqueólogo francés René Belloq (Paul Freeman). De regreso a EEUU, Jones recibe la visita de dos agentes del Cuerpo de Inteligencia Militar del ejército americano que le informan que los alemanes están realizando una importante excavación arqueológica en Egipto y están buscando a Abner Ravenwood, un antiguo mentor de Jones, quién no tarda en deducir que los alemanes van en busca del Arca de la Alianza, de la cual Ravenwood era un gran estudioso.

A Jones le es encomendada la misión de encontrar el Arca antes que los nazis y, para ello, debe encontrar antes a Ravenwood, ya que este tiene en su poder un objeto con el que se puede localizar la ubicación del Arca. Esto le lleva hasta Nepal, donde encuentra a su hija, Marion Ravenwood (Karen Allen), con quién tuvo una relación en el pasado que no terminó bien y aquello causó el distanciamiento de Jones con su mentor, quién está muerto. Tras un enfrentamiento con agentes nazis, quienes le han seguido hasta allí, Jones escapa junto con Marion y el artefacto y llega a Egipto donde, con ayuda de un viejo amigo, Sallah (John Rhys-Davies), planea infiltrarse en la excavación alemana, donde descubre que Belloq se encuentra allí colaborando con los alemanes.

Es curioso como los trabajos en los que está implicado George Lucas suelen surgir de proyectos frustrados. La Guerra de las Galaxias (1977) surgió de un frustrado intento por parte de Lucas de hacer una película de Flash Gordon. Willow -la película dirigida por Ron Howard en 1988, no ese espanto se serie que han hecho en Disney + -surgió de un frustrado intento, también por parte de Lucas, productor ejecutivo de ese film, de hacer una película de El HobbitLa película que nos ocupa surgió de un frustrado intento, este por parte de Steven Spielberg, de hacer una película de James Bond.

La historia es de sobras conocida. Durante unas vacaciones en Hawai, en 1977, Spielberg le comentó a Lucas sus deseos de dirigir una película del agente 007, pero siempre era rechazado. A Spielberg le interesaba, principalmente, por la acción y por la ambientación en lugares exóticos. Fue cuando Lucas le salió con una idea que estaba desarrollando y que contenía esos elementos que le interesaban a Spielberg, a quién le interesó la idea.




El resto, ya es historia. Hicieron una película que, a parte de ser un brutal éxito de taquilla -recaudó 354 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 20 millones -, también se convirtió en todo un fenómeno sociológico, en el nacimiento de un personaje icónico y en el inicio de una exitosa saga y una franquicia millonaria.

Ya hablé largo y tendido de como fue la gestación de esta película y sus secuelas, así que no me enrollaré con esto.

Como ya ocurriera con La Guerra de las Galaxias, esta película bebe de muchas fuentes. Para la película que inició la saga galáctica, Lucas se inspiró en muchas cosas, desde el werstern hasta el cine de samuráis pasando por las novelas de espada y brujería, los cómics y los seriales de ciencia ficción, como los del mencionado Flash Gordon o los de Buck Rogers.

Con esta película ocurre lo mismo. Lucas se inspiró, principalmente, en las novelas, las películas y los seriales de aventuras. Una de sus principales fuentes fue Las Minas del Rey Salomón, tanto la novela de H. Rider Haggard como la versión cinematográfica de 1950 dirigida por Compton Bennett y Andrew Marton con Stewart Granger y Deborah Kerr de protagonistas. Aunque, si hay una película que ha influido de verdad es El Secreto de los Incas (Jerry Hopper, 1954), de donde cogieron, especialmente, el vestuario de Charlton Heston.

Aunque, las influencias de esta película no solo vienen de la ficción, también vienen de la vida real, ya que se inspiraron también en la figura real de Sylvanus Morley, un famoso arqueólogo que llegó a trabajar como espía para la inteligencia naval de EEUU, como hace Indiana Jones en esta película.

Sin embargo, como ocurre también con La Guerra de las Galaxias, a pesar de haber bebido de muchas fuentes, esta película termina siendo un film con identidad propia y llegó a crear escuela, con una larga sucesión de imitaciones que hasta creó su propio subgénero. Puede que Las Minas del Rey Salomón fueran una de sus principales inspiraciones, pero las adaptaciones, tanto en cine y Tv, que se han hecho posteriormente están claramente influenciadas por este film. Y no digamos ya películas como The Mummy (Stephen Sommers, 1999), series como Cazatesoros o videojuegos como Tomb Raider, los cuales no existirían si no fuera por esta película.

Pero, bueno, ya he hablado de como fue la influencia de esta película, ahora, vamos con la opinión que tengo de ella.

Personalmente, es una película que me encanta, ya lo he dejado claro varias veces. Ya he perdido la cuenta de las veces que la he visto y, desde luego, no me canso de verla. Y, en comparación con sus secuelas, no tengo ninguna duda de que esta es la mejor película de toda la saga. Aquí no ocurre como con Star Wars, donde reconozco de forma objetiva que El Imperio Crontraataca es la mejor, pero mi favorita sigue siendo La Guerra de las Galaxias.

Aquí no ocurre eso. Personalmente, para mi es la mejor de la saga y, objetivamente hablando, también lo es. Y no solo porque sea la que lo comenzó todo o por ser la que tiene los momentos más icónicos, como la ya legendaria escena de Indiana Jones perseguido por una gran roca gigante, la pelea en el avión, la muy espectacular, y todavía insuperable, persecución con camión o la terrorífica escena final cuando abren el Arca.

A parte de todo eso, la grandeza de esta película y su superioridad sobre las secuelas radica en que posee algo que las otras no tienen:



AMBIGÜEDAD



Esta es la única película donde el Doctor Jones no es un héroe completo y donde le vemos hacer tanto cosas de héroe como de anti-héroe, muchas de ellas relacionadas con la chica del film, Marion Ravenwood. Por ejemplo, vemos como la rescata en Nepal cuando los nazis están a punto de torturarla, pero luego, cuando descubre que está viva y prisionera en el campamento alemán, decide no liberarla por miedo a que pueda entorpecer su búsqueda del Arca, algo que no hacen los héroes. Y no digamos ya la historia que hay entre los dos en el pasado, la cual no nos cuentas, pero tampoco es necesario para comprender muy bien lo que pasó.

Amy Farrah Fowler (Mayim Bialik) se equivocaba en The Big Bang Theory cuando dijo que Idiana Jones era una figura irrelevante en esta película, ya que según ella se habría conseguido el Arca sin él. Desde luego, los guionistas de esa serie no estuvieron nada acertados en ese episodio y se nota que no entendieron de que iba de verdad la película.




El Arca de la Alianza es solo un MacGuffin -la palabra que Alfred Hitchcock empleaba para designar un elemento que motiva a los personajes y el desarrollo de una historia, pero carece de relevancia por si misma -, el cual el cineasta Philip Kaufman le propuso a Lucas, gran amigo suyo; de ahí que Kaufman aparezca en los créditos como responsable de la historia junto con Lucas. Porque la verdadera trama de la película es el camino de Indiana Jones para convertirse en un héroe completo después de verle toda la película navegando entre dos aguas; porque el villano Belloq tiene razón, solo hace falta un pequeño empujón para que Indy se convierta en un villano y la búsqueda del Arca es lo que más a prueba le pone en este sentido.

La primera vez que vemos el rostro del personaje es emergiendo de las sombras, pero esas sombras no le abandonan del todo y muchas veces que vemos su rostro lo vemos envuelto en sombras -gracias, especialmente, al excelente trabajo de fotografía de Douglas Slocombe -como muestra visual de esa ambigüedad que acompaña al personaje toda la película hasta la gran secuencia final, donde finalmente toma la decisión de no mirar el Arca cuando esta es abierta. Una decisión muy dura para él, porque él tiene tantos deseos de ver el contenido del Arca tanto como Belloq, algo que demuestra cuando decide no destruir el Arca y dejarse capturar.

Pero, al final, supera la tentación, su vida le es perdonada y se convierte en un héroe. Y, como suele ocurrirle a los héroes, terminan puteándole. En este caso, el Gobierno de EEUU, el cual se queda con el Arca y la guarda en esa inmensa bóveda llena de cajas pese a que le prometieron que podría quedarse con ella.

Es en esto en lo que radica el gran logro de este film, mostrar la ambigüedad de Indiana Jones y su transformación en héroe. Una ambigüedad que ya no se ve -al menos, no de forma tan explícita -en las siguientes secuelas; ni tan siquiera en Indiana Jones y el Templo Maldito (1984), pese a ser esta una precuela y la más oscura de toda la saga.

Aunque, eso si, este no es el único logro de la película, ni mucho menos. Como película de aventuras es realmente magistral, con un excelente comienzo y un ritmo que nunca decae que hace que la película se disfrute enormemente, yendo de un momento brillante a otro hasta un gran climax. Las escenas de acción son espectaculares y están muy bien rodadas y la banda sonora, a parte de magistral, es tan icónica como la película; banda sonora obra del gran John Williams, responsable de otras bandas sonoras icónicas, como la de Tiburón (Steven Spielberg, 1975) o La Guerra de las Galaxias.

Incluso los momentos de humor son realmente brillante. Aquí, el primer premio se lo lleva, sin duda, la escena de la persecución en El Cairo, cuando Jones se encuentra cara a cara con un espadachín que se poner a hacer demostraciones de su destreza con el sable, a lo que Indy responde desenfundando su revolver y disparándole en el acto -algo propio de los anti-héroes, por cierto -. 

La anécdota de como surgió esta escena es de sobras conocida. Originalmente, en el guion había una escena de luchas con espadas que ocupaba tres páginas. Sin embargo, varios miembros del equipo enfermaron de disentería y Ford era uno de ellos. Durante el rodaje de esa escena, el actor se moría de ganas por terminar e irse corriendo al baño, así que sugirió cambiar esa escena por el disparo y así tenemos otra de las muchas escenas de este film que han pasado a la historia.




Otro punto a favor es el gran trabajo de su reparto ayudados por la gran dirección de actores de Spielberg.

Especial mención para su protagonista, Harrison Ford, quién ha hecho tan suyo al personaje de Indiana Jones que me es imposible imaginarme a otro actor interpretándolo; ni tan siquiera a alguien que sea mejor actor que Ford. El actor y el personaje están tan unidos que, cuando Ford muera -esperemos que todavía quede mucho para eso -, lo más sensato es que el personaje de Jones debería morir también y no intentar reiniciarlo con otro actor porque lo único que van a conseguir es cagarla; ya lo intentaron con Han Solo y mira como les fue.

Recordemos que Ford estuvo muy cerca de no interpretar al personaje porque ya era famoso gracias a Star Wars y Lucas quería una cara poco conocida. El primer elegido fue Tom Selleck, quién tuvo que renunciar al papel por comprometerse con la serie Magnum P.I. -algo que el actor todavía lamenta -. No es por desmerecer a este actor, pero la verdad es que fue un acierto que no pudiera protagonizar la película y le dejara el camino libre a Ford. Selleck es buen actor y hubiera hecho un buen Indiana Jones, pero hubiera sido un Indiana Jones muy diferente al Indiana Jones interpretado por Ford y dudo que hubiera tenido el mismo impacto.

Por lo demás, Karen Allen está muy bien como la protagonista femenina. Puede que sea la chica del film, pero está lejos de ser solo un simple florero. Puede que no sea una action woman, pero tiene sus momentos de acción para lucirse y, de hecho, llega a salvarle el pellejo a Indy en algunas ocasiones; incluso se busca sus formas de intentar escapar por ella misma cuando Jones la deja tirada en el campamento alemán, como he mencionado antes.

Y mención especial también para el villano principal, Belloq, interpretado por Paul Freeman en el que es, sin duda, su mejor papel y su trabajo más destacado; porque, después, lo más destacable que le he visto hacer es haberse enfrentado a los Power Rangers en la primera incursión cinematográfica de estos personajes, Power Rangers: La Película (Bryan Spicer, 1995), donde interpretó al villano Ivan Ooze.

Bueno, vamos resumiendo ya.

En Busca del Arca Perdida es una película magistral e imprescindible a la que el tanto el cine de aventuras como el cine en general le deben mucho. Una obra maestra inigualable que, pese a haber pasado ya más de cuatro décadas de su estreno, se mantiene tan fresca como el primer día.

Y, desde luego, la mejor de todas las películas de la saga.






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