24 de marzo de 2017

KONG: SKULL ISLAND (2017)






ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún que se abstenga de verla o, por el contrario, que lo haga bajo su total responsabilidad.


















King Kong está de regreso. Y, esta vez, lo hace para enfrentarse nada menos que a Godzilla.

Sin embargo, ese enfrentamiento no se producirá hasta 2020 y lo que ahora nos concierne es la primera película protagonizada por el famoso simio dentro de este universo cinematográfico que Legendary Pictures y Warner Bros. comenzaron con Godzilla (Gareth Edwards, 2014).

La historia tiene lugar en 1973, poco después de que EEUU se retire de la Guerra de Vietnam. Bill Randa (John Goodman), un alto cargo de Monarch, una ultrasecreta agencia gubernamental, convence al gobierno estadounidense para que organice una expedición a una misteriosa isla recién descubierta: Isla Calavera. La expedición parte rumbo a Isla Calavera formada por miembros de Monarch liderados por Randa, los Sky Devils, un escuadrón de élite del ejército americano recién llegado de Vietnam liderado el Teniente Coronel Preston Packard (Samuel L. Jackson), James Conrad (Tom Hiddleston), ex miembro de la fuerza aérea británica que ha sido contratado como rastreador, y Mason Weaver (Brie Larson), una reportera gráfica pacifista que no se cree la versión oficial y cree que hay otros motivos detrás de esa misión. Una vez en la isla, la expedición es atacada por un enorme simio que destroza los helicópteros y los supervivientes quedan atrapados en la isla. Sin embargo, pronto se darán cuenta de que el simio no es el mayor peligro de ese lugar.

En la Comic-Con de San Diego de 2014, Legendary Pictures sorprendió a los presentes anunciando la puesta en marcha de una nueva película de King Kong.

En un principio, se dijo que iba a ser una precuela del film de 1933 que adaptaba la novela Kong: King of Skull Island, la cual cuenta como el famoso simio llega a convertirse en rey de Isla Calavera. Esto se debió a que, en un principio, Legendary iba a producir la película junto a Universal Pictures –por aquella, época el estudio había roto su sociedad con Warner Bros. y había iniciado una nueva junto a la Universal –, la cual llevaba desde 2009 desarrollando junto a Spirit Pictures una adaptación de esa novela.

Sin embargo, la verdadera intención de Legendary era realizar una película ubidada dentro del universo del Godzilla de Gareth Edwards con vistas a enfrentar a ambos monstruos en el futuro. Esto se confirmaría en octubre de 2015, cuando se anunció oficialmente la película Godzilla vs Kong para 2020.

Legendary tenía pensado producir este universo con la Universal como distribuidores. Sin embargo, el estudio –que ese año vivía uno de sus mejores momentos con los éxitos de 50 Sombras de Grey, Fast & Furious 7 y Jurassic World –no estaba muy interesado y Legendary recurrió a sus antiguos socios, Warner Bros.; eso si, sin romper su sociedad con Universal.


Como ya ocurrió con Godzilla, varios guionistas participaron en el guión de este film sobre King Kong de los cuales unos cuantos acabarían acreditados. Jordan Vogt-Roberts, director cuya carrera se había desarrollado principalmente en Tv, aunque había dirigido la película The Kings of Summer (2013), fue el elegido para dirigir la película.

Así llegamos a la película que nos ocupa, la cual ya está en los cines y, de momento, las cosas le están yendo bien en taquilla; aunque, tampoco es que esté haciendo cifras astronómicas.

Con un presupuesto de 185 millones de dólares, la película lleva 111 millones de dólares recaudados en EEUU y 151 millones recaudados en el resto del mundo, haciendo un total de 262 millones de dólares. No creo que la película vaya a ser un fracaso, pero tampoco me espero un taquillazo.

Yo achaco estos flojos resultados a que le ha perjudicado al film el haberse estrenado en un mes tan competivo emparedada entre dos pesos pesados como Logan y La Bella y la Bestia. Creo que si la película se hubiera estrenado en un mes con pocos estrenos importantes le hubiera ido mucho mejor.

Por lo demás, la opinión del público y la crítica es bastante positiva.

¿Y que opino yo? Pues a eso vamos.

Antes de comenzar quiero dejar claro que yo siempre he sido muy fan de King Kong.

La película de 1933, dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, para mi es una obra maestra y un clásico imprescindible. No sé que decir más de ella que no se haya dicho ya.

La versión de 1976, dirigida por John Guillermin, está lejos de ser una obra maestra como su predecesora, pero me parece un buen film, muy disfrutable y, encima, el tono erótico que le da Jessica Lange le hace ganar muchos puntos. Otro cantar es su secuela, King Kong 2 (1986), también dirigida por Guillermin, que me parece una soberana puta mierda pese a tener a Linda Hamilton en su reparto.

Luego tenemos la versión de 2005 dirigida por Peter Jackson que a mi, particularmente, me encanta. Es cierto que le sobra metraje en la parte inicial y que deberían haber explorado más Isla Calavera pero, por lo general, me pareció un film estupendo y un remake mucho más digno que la película de 1976.

Y en cuanto a esta Kong: Skull Island, pues la verdad que me ha gustado mucho.

No estamos ante una gran obra maestra ni ante nada del otro mundo, todo hay que decirlo. Pero he salido de verla con una gran satisfacción; como que he visto la película que he ido a ver, la película que me esperaba.

Es una película que da lo que promete, ni más ni menos. Y es en eso en lo que radica su virtud. Porque es una película sin pretensiones cuyo principal objetivo es entretener y hacer pasar un rato de lo más agradable.

No hay duda que se ha hecho teniendo en cuenta Godzilla, de Gareth Edwards, tomando nota de los errores de aquel film.

A mí Godzilla me gustó mucho, aunque reconozco que tiene muchos errores. El principal de ellos es centrarse mucho en la parte de los humanos y dejar mucho de lado a los monstruos, que son el eje central de este tipo de películas.

Aquí eso no ocurre. Aquí los monstruos están completamente a la orden del día y, encima, tenemos monstruos para dar y tomar.

Para empezar, la película va directamente al grano. Toda la parte inicial de la presentación de personajes y como el personaje de John Goodman va juntando al equipo nos la resumen muy bien para introducirnos lo antes posible en Isla Calavera y nos sumergen en una auténtica orgía de monstruos y acción que deja muy buen sabor de boca.


Luego tenemos que este no es un nuevo remake, así que no volvemos a tener otra vez la misma historia de llevarse al simio a la ciudad ni nada de eso. Aquí casi toda la película tiene lugar en Isla Calavera y eso les permite explorar más este lugar y, sobre todo, les permite abordar más la parte de la mitología de Kong como rey y dios de ese lugar.

Tampoco tenemos la clásica historia romántica de bella y bestia, aunque no se olvidan del todo de ella y nos muestran cierto acercamiento entre el gorila y la chica. Una muestra de que no se olvidan del todo de los elementos clásicos de las películas de Kong; ahí tenemos también los indígenas adoradores del gorila, el muro y hasta hay una referencia a Kong encadenado.

La película está muy bien dirigida. Jordan Vogt-Roberts no hace un trabajo del todo brillante, pero dirige muy bien y sabe muy bien lo que hacer con el material que tiene entre manos. Las escenas de acción son de lo más espectaculares y están muy bien filmadas; el tipo sabe mover bien la cámara y manejar a los actores. Aunque, lo mejor, es lo bien que ha sabido reflejar la época setentera en la que se desarrolla la película con una ambientación muy lograda, ayudada por una estupenda fotografía y, sobre todo, una acertada banda sonora llena de temas musicales de la época.

Otra cosa que cabe destacar de este director son lo muchos guiños y homenajes que hace a lo largo de la película. El más sonado es el de Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979), del que hasta llegaron a hacer un póster y todo. Pero, la cosa no se queda ahí, ni mucho menos.

Los guiños y homenajes son muchos y fácilmente reconocibles. El prólogo de la película, ambientado en la II Guerra Mundial, es un claro homenaje a Infierno en el Pacífico (John Boorman, 1968). La lancha construida con restos de aviones hace clara referencia a El Último Vuelo del Arca de Noé (Charles Jarrott, 1980). Cuando el personaje de Shea Whigham decide no huir y enfrentarse al monstruo cara a cara no me digáis que no se os vino a la cabeza Depredador (John McTiernan, 1987). Y no digamos ya lo del personaje de Samuel L. Jackson y su enfermiza obsesión por matar a Kong, como si del Capitán Ahab de Moby Dick (John Huston, 1956) se tratase. Es que ni Old Boy (Park Chan-wook, 2003) se libra –si, hablo de cuando Kong se come el pulpo –.

Y estos son solo unos cuantos de muchos ejemplos.

Sobre este nuevo King Kong. Pues es IMPRESIONANTE. Para empezar, está muy bien hecho técnicamente. Luego vemos que no mentían cuando nos dijeron que sería el Kong más grande visto hasta ahora, porque el bicho es enorme; encima, dicen que aún está creciendo, puede que para estar lo suficientemente grande para su enfrentamiento con Godzilla.

Además de grande, también es una mala bestia de cuidado. Las peleas que tiene con los otros monstruos son brutales e impresionantes y la escena del enfrentamiento contra los helicópteros, que tanto hemos visto en los tráilers, es sin duda uno de sus mejores momentos del film.

He oído decir por ahí a algunos que este Kong sale muy poco en la película, pero yo creo que sale lo que tiene que salir. Tiene su primera aparición en el prólogo de la película, luego tiene su gran aparición en la brutal escena de los helicópteros, después va saliendo de vez en cuando, teniendo también otras escenas de lucha muy bestiales, hasta llegar a la gran batalla final.

Los demás monstruos también están muy logrados. La gigantesca araña, cuyas patas se camuflan con el bambú y hasta empalan a personas, está también muy lograda y la escena que protagoniza es de lo más brutal. El pulpo gigante también es otro gran acierto. Los bufalos de agua gigantes, aunque no se lucen mucho, también están muy conseguidos. Lo mismo que el bicho palo gigante que, aunque solo sale una vez y a penas hace nada, está muy bien hecho.

Los que si que me han decepcionado un poco son esa especie de pterosaurios que se ven mucho a lo largo del film. Esos bichos están muy bien hechos, pero solo realizan un ataque durante toda la película; encima, esa escena la encontré muy ridícula y forzada, como si fuera una excusa para quitarse ese personaje de en medio.

Y, en cuanto a los Skullcrawler, los villanos principales del film –con permiso de Samuel L. Jackson –, pues estos están muy logrados también. Su diseño es bastante curioso. Son como una especie de lagartos de solo dos patas que, seguramente, estén inspirados en aquel bicho que aparecía brevemente en la película de 1933; ese que trataba de salir del precipicio y que Jack Driscoll hacía caer cortando la liana donde se sujetaba. Estos, en cambio, son más grandes y más letales que aquel. La escena que protagonizan en esa especie de cementerio donde están los esqueletos de los familiares de Kong es tan espectacular como aterradora y las peleas que tienen con Kong son de los más brutales.

Y que decir del más grande de todos, con el que Kong y los protagonistas humanos se las tienen que ver en la espectacular batalla final; un momento que llega a resultar épico.

En  cuanto a los actores.

El reparto está bastante bien. Muchas caras conocidas, pero ninguna superestrella y si buenos interpretes. Otra cosa son los personajes.


Tom Hiddleston hace un estupendo trabajo, no lo niego. Sin embargo, su presencia a lo largo de toda la película la he encontrado un tanto anodina. Se supone que es el gran protagonista de la historia pero, salvo algunos momentos, a penas se luce en todo el film.

Brie Larson, por el contrario, si tiene más momentos para lucirse, sobre todo al final. Además, tiene bastante química con Kong. Como ya he dicho antes, aquí no hay relación romántica, pero se ve que ella y el simio llegan a conectar y eso está muy bien reflejado en el film; especialmente, en la escena en que rescatan al búfalo atrapado por el helicóptero, uno de los mejores momentos de la película, sin duda.

La única pega que le pondría a ella es que, de vez en cuando, pone algunas caras bastante forzadas a lo largo de la película. Aunque eso no es culpa de ella, es una estupenda actriz, que es una estupenda actriz. Es más cosa del director, que si bien hace un buen trabajo, como ya he mencionado antes, en la dirección de actores es en donde más suele fallar.

Samuel L. Jackson también hace un gran trabajo y está muy bien en su papel. No obstante, su personaje no deja de ser el típio oficial al mando completamente zumbado, muy habitual en las películas de serie B.

John Goodman, pues lo mismo. El tipo hace un gran trabajo, pero su personaje es también otro cliché de las películas de serie B. Además, al comienzo de la película el personaje tiene mucha importancia pero, rápidamente, se va diluyendo a medida que avanza el film hasta el punto de que la escena de su muerte, pese a ser un momento impresionante, pasa sin pena ni gloria.

Por otro lado, quién si realmente me ha sorprendido ha sido el personaje de John C. Reilly. El actor hace un estupendo trabajo, algo que se esperaba. Sin embargo, en los tráilers, el personaje daba la sensación de que iba a ser cargante y una molestia a lo largo del film en la que se pasaría todo el tiempo buscando la risa fácil solo consiguiendo hacer que tengamos ganas de que algún monstruo se lo coma.

Sin embargo, tras verlo en la película debo decir que me ha sorprendido, resultando un personaje de lo más interesante que, encima, podría servir como nexo de unión entre las películas de este MonsterVerse; algo sí como Claire Temple (Rosario Dawson) en las series de Marvel y Netflix.

Y aquí vamos al asunto de las conexiones con Godzilla y el MonsterVerse, que aquí están bien introducidas.

La principal conexión, sin duda, es la corporación Monarch, de la que aquí sabemos más cosas –como que fue fundada por el presidente Harry S. Truman –. También se hace mención al primer encuentro con Godzilla en 1954. Además, al igual que la película de Gareth Edwards, los títulos de crédito iniciales se van sucediendo junto con imágenes de archivo de Monarch, que parece que será como una marca de presentación.

Aunque, la mejor conexión es, sin duda, la escena post-créditos. Porque la película tiene una escena justo al final de los créditos finales. Es algo de lo que avisaron, cosa de la que me alegro –todavía me acuerdo del año pasado cuando me quedé hasta el final de los créditos finales de Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia solo para salir del cine con cara de gilipollas –.


Aquí, la escena en cuestión es fascinante y, desde luego, hace las delicias de todo amante de Godzilla y las películas de monstruos.  Tiene lugar en una especie de sala de interrogatorio de Monarch donde están retenidos los personajes de Hiddleston y Larson, a quienes le muestran una serie de imágenes de pinturas rupestres que muestran a Godzilla, a Rodhan, a Mortha y a King Ghidorah, dejándonos claro que estos monstruos existen en este universo. La escena termina con una pintura que muestra a Godzilla y a King Ghidorah frente a frente y se funde a negro con el rugido de Godzilla de fondo, lo que podría ser una pista de lo que podríamos ver en Godzilla: King of the Monsters, la secuela del film de Gareth Edwards que llegará en 2019.

Bueno, vamos acabando ya.

En resumen, la película ha estado muy bien. No nos encontramos ante una maravilla del séptimo arte, pero no lo necesita. Es una película muy bien hecha que da lo que promete y no defrauda nada; salvo si vas a verla esperando ver otra cosa.

Una película que hace las delicias de todo amante de las películas de monstruos y el cine de aventuras y que te hace pasar un rato de lo más agradable; además de que te deja con ganas de querer verla más veces.




Desde luego, una película de lo más recomendable.





14 de marzo de 2017

LOGAN (2017)







ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún que se abstenga de verla o, por el contrario, que lo haga bajo su total responsabilidad.















Bueno, he tardado un poco en ver esta película, ya que no he podido verla antes –y mira que le tenía ganas –, pero ya por fin he podido verla y os puedo dar mi más clara opinión. 

Esta película no solo supone la tercera película de Lobezno en solitario, también es la despedida de Hugh Jackman del personaje tras 17 años interpretándolo.

Jackman le debe la fama a Lobezno, ya que era un completo desconocido cuando lo fue elegido para el papel; papel al que llegó por pura suerte, ya que Dougray Scott, el actor que fue elegido, renunció a él para ser el villano de Misión Imposible 2 (John Woo, 2000), dejándole el camino a Jackman y, bueno, todo lo demás es historia.

Jackman nunca ha renegado del personaje. Todo lo contrario, se siente feliz de interpretarlo y siempre ha reconocido lo mucho que le debe. No obstante, ahora ha llegado el momento de pasarle el testigo a otro.

Y lo ha hecho con esta película que es una despedida en toda regla.

Es el año 2029. La situación no puede estar peor para los mutantes. La mayoría se han extinguido, ya que no nace ningún mutante desde hace 25 años, y los pocos que quedan viven escondidos. Uno de ellos es Logan (Hugh Jackman), el mutante antes conocido como Lobezno que formó parte de los ahora extintos X-Men, quién malvive trabajando como chófer de limusina en Texas a la vez que, junto a otro mutante, Caliban (Stephen Merchant), cuida del profesor Charles Xavier (Patrick Stewart), que ahora es un anciano de 90 años aquejado de Alzheimer, en una planta de fundición abandonada.

Pero Logan también está enfermo. El adamantium de sus huesos le está envenenando lentamente, lo que ha hecho que envejezca más deprisa y su poder de curación cada vez funcione menos y su cuerpo esté lleno de cicatrices. Esto le hace refugiarse en el alchool mientras su único sueño es comprar un barco con el que ir a alta mar y allí esperar su fatal destino. No obstante, sus planes cambian cuando se ve obligado a llevar hasta Canadá a una misteriosa niña llamada Laura (Dafne Keen), quién está siendo perseguida por los Reavers, un grupo de hombres mejorados cibernéticamente liderados por Donald Pierce (Boyd Holbrook), quienes trabajan para Transigen, una compañía que experimenta con mutantes.


Antes de ponerme con la película, voy ha hablar de cómo le están yendo las cosas. Para empezar, en taquilla le están yendo muy bien. Puede que este fin de semana haya perdido el primer puesto frente a Kong: Skull Island, pero lleva ya recaudados 153 millones de dólares en EEUU y 284 millones en el resto del mundo, haciendo un total de 437 millones de dólares. Todo ello con un presupuesto de 97 millones de dólares y con clasificación R.

Además, las críticas no pueden ser mejores y el público está saliendo encantado de verla, así que la película está siendo un éxito en todos los frentes.

¿Y que opino yo? Pues a eso voy.

Como ya sabéis quienes me conocéis, Lobezno es un personaje que me encanta. Siempre ha sido mi favorito de los X-Men y me encanta la forma en la que Hugh Jackman lo ha interpretado en el cine.

Y eso que, cuando lo eligieron hace 17 años, yo tenía mis dudas. Para empezar, no era un actor al que viera para ese papel. En el poco material que pude ver de la película antes de su estreno, no me convencía nada ese actor desconocido y de rasgos suaves que habían elegido para el papel. Llegué a temer que se hubieran cargado la película con esa elección.

Sin embargo, fue ver la película, y cambié de opinión completamente. El tipo interpretó a Lobezno como si hubiera nacido para él y a penas me quedaron dudas de que hubieran hecho una buena elección de casting. Tan solo me quedarían unas muy pequeñas dudas que desaparecieron cuando se estrenó la secuela de la película 3 años después. Ahí si que Jackman terminó de demostrar que él es Lobezno.

Sobre sus películas en solitario, la primera, X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009), es una película muy odiada, aunque yo le tengo bastante aprecio. Es cierto que como adaptación de cómic no vale nada, ya que se pasa los cómics por el forro de los cojones; además, el trato que le daban a los personajes, como Deadpool, era bochornoso. Sin embargo, como película de acción está muy bien. Sin duda, es una película que se disfruta más si te olvidas del material que –supuestamente –adapta.

La segunda película, The Wolverine (James Mangold, 2013), funciona mejor como adaptación de cómic. Es una película que está bastante bien y se disfruta bastante. Sin embargo, no me termina de matar. La historia se desploma mucho en su segunda parte y, al final, el gran villano que se esperaba resulta ser una decepción.

Así son las cosas. Las dos primeras películas protagonizadas por Lobezno son dos buenas películas, pero con bastante fallos que no le hacen ningún favor a un gran personaje como Lobezno.


En esta tercera entrega, que vuelve a dirigir James Mangold, la Fox, teniendo en cuenta que se trata de la despedida de Jackman, ha decidido enrollarse la manta a la cabeza y permitir a sus responsables hacer una película crepuscular de clasificación R inspirada, muy libremente, en el cómic Old Man Logan, de Mark Millar y Steve McNiven.

El resultado ha sido una película MARAVILLOSA y una despedida mucho más que digna.

La película me HA ENCANTADO. Ya desde la primera escena la película te engancha completamente y no te suelta hasta ese épico final que hizo que me dieran ganas de aplaudir.

La película es muy buena. Desde luego, el James Mangold que la dirige no es el mismo que el de The Wolverine. En aquella película no hizo un mal trabajo, pero daba en todo momento la sensación de que solo hacía lo que le mandaban, al igual que en sus películas más recientes. Aquí, en cambio, nos encontramos con un James Mangold como el de sus comienzos, el que hizo joyas como Copland (1997) o Inocencia Interrumpida (1999).

El tipo no solo se limita a dirigir bien, sino que cuida al detalle cada plano con un estilo muy personal, una muy buena forma de manejar a los actores y, sobre todo, dándole a todo un acabado que es para quitarse el sombrero. Todo ello ayudado con una fotografía de lo más fascinante, un logradísimo diseño de producción y unos efectos especiales que no cantan en ningún momento. Amén de un guión muy trabajado y una banda sonora eficaz.

Y ya no digamos en lo que a escenas de acción se refiere. Tan brutales como espectaculares que llegan hasta ser impresionantes. Una de las mejores es esa huida con la limusina de la planta de fundición, la cual llega a ser apoteósica; lo mismo que la carnicería en la planta que precede a esa escena.

Y es que la película no se corta un pelo en lo que violencia y sangre se refiere. La tan bienvenida clasificación R nos permite por fín ver en el cine a un Lobezno bañado en sangre, como en los cómics; porque no era fácil de digerir que, después de cargarse a un montón de gente, Lobezno acabase con las garras completamente limpias.

Pero no solo Lobezno se luce en este film. Lo que hemos visto de X-23 en los tráilers se queda corto, pero muy corto. Esta niña angelical degüella a la gente como si hubiera nacido para ello, pelea como si de una loca poseída se tratase y hasta es capaz de decapitar a un tio y llevar su cabeza en las manos como si un balón de fútbol se tratase. Y no solo eso, en la película la golpean, disparan y hasta la atraviesan con una especie de arpón –paracido a esos que utilizaban en la película La Isla (Michael Bay, 2005), pero más grande –y no se cortan un pelo en mostrárnoslo; vale que ella es más bestia que el propio Lobezno pero, aún así, ver como le hacen todo eso a una niña es bastante duro.

Desde luego, es una película muy bestia; claramente, no es una película apta para todos los públicos. Pero es que es tan bestia que llega a ser hasta cruel.

Ya es bastante duro ver a Charles Xavier víctima de esa enfermedad degenerativa; pero verle huir de Logan en la silla de ruedas y como este le pone inyecciones por la fuerza, hace que te entren ganas de mirar para otro lado.

Aunque, el mayor ejemplo de crueldad lo encontramos en la parte de la granja. Ahí si que no deján al espectador de una pieza. Primero porque te introducen en un entorno tan idílico que desentona mucho con el tono del film, pero luego devuelven, tanto a los protagonistas como al espectador, a la realidad cuando la familia de granjeros entera es masacrada sin piedad alguna. Incluso vemos morir a Xavier; era evidente que el personaje iba a morir en la película pero, aún así, la muerte que tiene es realmente impresionante.


El responsable de esta matanza es la gran némesis de Logan en esta película. Un clon suyo que responde al nombre de X-24 y que, prácticamente, es una versión más joven de él sin alma, lo que lo convierte en un enemigo impracable y muy difícil de vencer; espeialmente, para el Lobezno de esta película.

Debo admitir que este villano me ha decepcionado algo, ya que me esperaba otra cosa; algo así como una versión mejorada de Dientes de Sable o, incluso, el mismísimo Mr. Siniestro –quién se dijo que iba a estar en la película y, al final, naranjas de la China –. Pero, aún así, el personaje ha estado bien.

Sobre la adaptación, pues era evidente que el cómic Old Man Logan solo iba a ser utilizado como referencia para introducirnos a Logan envejecido y desentendido de todo en un futuro desolador. Y es que adaptar fielmente ese cómic era misión imposible para la Fox, puesto que carece de los derechos de muchos personajes que salían allí. Así que lo máximo que hay son referencias al cómic.

La más clara es cuando, antes de morir, Xavier confiesa que él mató a los X-Men. En el cómic era Lobezno quién los mataba pero, aún así, era una referencia a esa parte del cómic.

En cuanto a los actores.

Que decir de Hugh Jackman. El tipo ha interpretado siempre a Lobezno como si hubiera nacido para él y aquí no ha hecho ninguna excepción. Y, en esta que es su despedida del personaje, nos ha ofrecido un Lobezno viejo y roto, al que su poder de curación le falla y hasta le cuesta sacar las. También vemos a un Lobezno acabado, que se desentiende todo y que solo busca morir como él desea.

Y al final le vemos morir. Pero, lo bueno es que le dan una muerte épica –la cual ya fue predecida en The Wolverine –, una muerte digna de un héroe roto como él; alguien que, como he dicho antes, decide como y cuando morir.

Patrick Stewart –quién también ha anunciado que dejará de interpretar al personaje en esta película –, también hace un gran trabajo como Charles Xavier. Un Charles Xavier que da pena, quién ya no es el poderoso líder mutante que fue en el pasado y que ha quedado reducido a un vejestorio incapaz de valerse por si mismo. Un claro mensaje de que la edad siempre pasa factura, seas quién seas.

Además, el tipo llega a ser un peligro, ya que su poderosa mente, víctima de esa enfermedad degenerativa, es un arma de destrucción masiva –tal y como dicen en la película –y hay dos momentos en los que podemos apreciarlo.

Luego tenemos a la niña, X-23; o Laura, como prefiráis llamarla. Desde luego, Dafne Keen ha sido todo un descubrimiento. La chica hace un trabajo magnífico en todo el film. A parte de desenvolverse en las escenas de acción de una forma tan natural que asusta, su interpretación es maravillosa; especialmente, en un papel en el que está la mayor parte de la película sin hablar. Y luego, encima, el duelo interpretativo que tiene con Jackman –su padre en la ficción; ya que, prácticamente, Lobezno y ella son padre e hija –es sorprendente.

Desde luego, yo quiero ver más a esta niña haciendo de X-23; si es en películas propias mejor.

Un personaje que me ha sorprendido bastante ha sido el personaje de Caliban; un Caliban muy diferente al visto en X-Men: Apocalypse (Bryan Singer, 2016). El actor que le da vida, Stephen Mechant, hace un estupendo trabajo y el personaje tiene bastante relevancia en la película; más de la que me esperaba. Además, la muerte que tiene –si, otro que también muere –, sacrificándose, es maravillosa.


Boyd Holbrook, quién da vida a Donald Pierce, uno de los villanos y líder de los Reavers, está bastante bien en su papel. No diría que hace un trabajo sobresaliente, pero el tipo lo hace muy bien.

El otro villano es Zander Rice, hijo de uno de los que formaron parte del proyecto Arma X que creó a Lobezno –y que murió a manos de este –. El actor que le da vida, Richard E. Grant –a quién yo siempre recuerdo como el doctor Jack Seward de la maravillosa Drácula (Francis Ford Coppola, 1992) –, hace un trabajo estupendo, eso no lo puedo negar. Sin embargo, pese a la importancia que tiene en la película como creador de X-23 y X-24, he encontrado su presencia en la película un tanto anodina. Sin duda, ha sido uno de los pocos fallos de la película.

Bueno, vamos resumiendo ya.

En definitiva, Logan es una película excelente. Sin duda, la mejor de las tres películas protagonizadas por Lobezno y uno de los mejores films de la saga X-Men y del cine de superhéroes en general. Muchos la ponen a la misma altura que las películas de Batman de Christopher Nolan; yo no llego a tanto, pero si os digo que este film se les acerca mucho.

No obstante, aunque se ubique dentro de subgénero de superhéroes, yo no la consideraría una película de superhéroes, ya que es más bien una road movie con toques de western. Muchos la consideran un cruce entre Sin Perdón (1992) y Ruta Suicida (1977) y, desde luego, no van mal encaminados.

Los logros de esta película radican en que todos sus implicados, con James Mangold (director) y Hugh Jackman (protagonista y productor) a la cabeza, se han esforzado mucho en ofrecernos una gran película y darle al Lobezno interpretado por Hugh Jackman una despedida por todo lo alto.


Y así ha sido. Porque Hugh Jackman no se ha podido despedir mejor del personaje que le dio la fama.