ATENCIÓN. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad.
Ya he visto Jurassic World: Dominion, la nueva película de la saga jurásica. La sexta entrega de la saga iniciada por Steven Spielberg con la maravillosa Parque Jurásico (1993) y la tercera entrega de esta trilogía que comenzó con Jurassic World (2015), poniendo fin a esta. Y, al parecer, a toda la saga, según unas declaraciones de Chris Pratt; aunque, el productor Frank Marshall afirmó que la saga puede tener continuidad.
Pero, bueno, vamos con esta película que nos ocupa que es lo importante.
Vayamos por partes.
Cuatro años después de que Isla Nublar fuera destruida por un volcán y los dinosaurios fueses liberados por la Tierra, Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) y Owen Grady (Chris Pratt) viven escondidos en Sierra Nevada (California) donde mantienen oculta a Maisie Lockwood (Isabella Sermon), el clon de la hija de Benjamin Lockwood que este crio como su nieta. Pero, cuando unos individuos secuestran a Maisie y a Beta, la hija de la velociraptor Blue, Claire y Owen les siguen la pista hasta Biosym Geneticts, empresa encargada de capturar a los dinosaurios fugados, los cuales retiene en unas instalaciones en Italia bajo la imagen de un santuario pero, en realidad, ocultan experimentos ilegales.
Claire y Owen no son los únicos que investigan a Biosyn. Ellie Sattler (Laura Dern), cree que la empresa está detrás de una extraña plaga de langostas prehistóricas que amenazan con provocar un gran desastre mundial. Ellie busca la ayuda de Alan Grant (Sam Neill) y ambos se infiltran en las instalaciones de Biosyn ayudados por Ian Malcolm (Jeff Goldblum), quién ahora trabaja para Biosyn pero, en realidad, es un infiltrado.
Colin Trevorrow, que dirigió Jurassic World (2015), en la siguiente entrega, Jurassic World: Fallen Kingdom (2018), le cedió la dirección al español J.A. Bayona, ya que él tenía previsto dirigir el Episodio IX de Star Wars. Sin embargo, tratando de reconciliarse con los fans cabreados con Star Wars: Los Últimos Jedi (Rian Johnson, 2017), Lucasfilm lo despidió y rechazó su propuesta, contratando de nuevo a J.J. Abrams, director de Star Wars: El Despertar de la Fuerza (2015), para dirigir Star Wars: El Ascenso de Skywalker (2019), película que debía reconciliar a los fans cabreados y cerrar la saga galáctica con broche de oro, no consiguiendo al final ni lo uno ni lo otro.
Esto hizo que Trevorrow recuperara la dirección en esta nueva película donde, como es habitual, también se ha encargado del guión; esta vez, con ayuda de la emergente Emily Carmichael, que ya trabajó en Pacific Rim: Insurrección (Steven S. DeKnight, 2018).
Uno de los puntos clave de esta película ha sido la recuperación de los protagonistas de la película original, Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum; aunque, este último ya tuvo una breve aparición en Jurassic World: Fallen Kingdom.
La película tenía previsto llegar en junio de 2021, pero la pandemia afectó a su producción, haciendo que esta se detuviera en marzo de 2020 y no se reanudara hasta el mes de julio, después de que Universal gastara 5 millones de dólares en medidas de seguridad. No obstante, Trevorrow supo aprovechar el parón realizando labores de post-producción en su casa.
Pero, a pesar de eso, el estreno de la película se retrasó un año, estrenándose finalmente el pasado 10 de junio en EEUU, mientras que en España se estrenó el 9 de junio.
En taquilla, las cosas no le están yendo nada mal, con un notable estreno de 145 millones de dólares en los cines estadounidenses. A día de hoy, la película lleva recaudados 158 millones en EEUU y 247 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 405 millones de dólares.
La crítica, en cambio, ha sido otro cantar, ya que está pulverizando a la película a más no poder, haciendo que tenga las peores notas de toda la saga. La respuesta del público, en cambio, ha sido más positiva.
¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.
Yo tenía unas ganas locas de ver esta película. Primero, porque ya sabéis la importancia que tiene para mi Parque Jurásico, película que despertó mi pasión por el cine. Además, las dos entregas anteriores me gustaron mucho. Jurassic World supo utilizar muy bien la nostalgia y Jurassic World: Fallen Kingdom se atrevió a llevar la saga a otro nivel, con los dinosaurios sueltos por el mundo e introduciendo la clonación humana.
Así que tenía mucha curiosidad por ver como Trevorrow cerraba su trilogía con broche de oro; cosa que habría hecho en Star Wars si hubieran utilizado su propuesta, mucho más interesante que lo que se vio en El Ascenso de Skywalker.
Por eso, me he llevado una de las sorpresas más desagradables del año. Porque la película me...
...HA DECEPCIONADO TERRIBLEMENTE
Esto está a años luz de cerrar la trilogía con broche de oro. Me resulta increíble ver como, después del buen trabajo que hicieron en las dos películas anteriores, aquí han hecho una auténtica chapuza cuyo resultado final recuerda más a El Ascenso de Skywalker que a la propuesta que tenía el propio Trevorrow para cerrar Star Wars.
Para empezar, la película se va desarrollando sin pena ni gloria, llegando a hacerse pesada y aburrida. Hay momentos espectaculares, como la parte que tiene lugar en Malta, pero se ven tan rápido como se olvidan.
Presumían mucho de que esta es la película con más dinosaurios y así es, pero la mayoría de los dinosaurios no aparecen ni dos minutos en pantalla.
Pero, lo peor de todo, es ver como esta película ha desaprovechado terriblemente los elementos con los que la anterior película llevaba la saga a otro nivel.
Fallen Kingdom terminaba con los dinosaurios sueltos por el mundo, obligando a los humanos a tener que convivir con ellos. Esto abría todo un abanico de recursos argumentales para esta película. Sin embargo, nos encontramos a que toda esa parte está tratada de forma chapucera en la primera parte para luego, en la segunda, trasladar la acción a las instalaciones de Biosyn y volver a ofrecernos más de lo mismo.
Eso es indignante, pero no tan indignante como lo que hacen con el otro elemento con el que Fallen Kingdom llevaba la saga a otro nivel: la clonación humana.
En la película anterior teníamos que Benjamin Lockwood decidió cruzar una línea roja clonando a su hija muerta, lo que llevó a John Hammond a romper la sociedad que tenía con él. Pues bien, en esta película nos salen con que fue la propia hija de Lockwood, que era científica, la que se clonó a si misma porque quería tener una hija.
¡PERO QUE PUTA MIERDA ES ESTO!
Después de atreverse a introducir la clonación humana en la saga van y lo convierten en una moñada de la hostia. Penoso. No sé a los demás, pero para mí esto fue toda una patada en la boca.
Por lo demás, nada. La película no consigue levantar en interés en ningún momento. Ni tan siquiera el regreso del trío protagonista de la película original ayuda a que esto vuele; encima, la trama que utilizan para su regreso, lo de las langostas prehistóricas, no hay por donde cogerla.
Y, para rematar, lo que hacen aquí con la T-Rex es de juzgado de guardia. Porque, aunque haya dinosaurios más grandes, la T-Rex es la gran estrella de la saga y en esta película tenían que haberla aprovechado más. Y, desde luego, es un completo error tenerla prisionera en las instalaciones de Biosyn.
Hay un momento en la película en el que dicen que Biosyn tardó tres años en capturarla, algo que no es de extrañar, ya que al no estar limitada por una isla, era más difícil atraparla. El caso es que era ahí donde de verdad estaba la película. En lugar de toda esa chorrada de las langostas y los secuestros de la hija de Blue y la niña clonada, la trama debía haber girado en los intentos por capturar a Rexy y darnos más oportunidades de ver los estragos que puede causar en el mundo de los humanos. Como esa escena en la que la veíamos irrumpiendo en una cine al aire libre que, al final, terminaron cortando en el montaje final, al igual que el prólogo en la prehistoria.
Al final de la película tenemos el esperado enfrentamiento con el Gigatonosaurus, pero ni ahí consiguen hacer algo bueno, ya que es una escena torpe, chapucera y que pasa demasiado deprisa. El enfrentamiento con la Indominus Rex en Jurassic World era de lo más espectacular y hasta llegaba a ser épica, todo lo contrario que en esta película, donde lo único destacable es cuando el Gigatonosaurus termina empalado en las garras del dinosaurio Freddy Krueger -lo llamo así, porque escribir su nombre es misión imposible -, que aparece por ahí sin venir a cuento.
Hablando del Gigatonosaurus ¿Dónde está ese gran villano que quiere ver arder el mundo que nos prometió Trevorrow? Porque yo no lo he visto por ninguna parte.
Y, hablando de arder, la gilipollez humana en su mayor esplendor. Hablo de cuando el villano Lewis Dodgson -personaje que aparecía en la película original y que aquí lo recuperan para convertirlo en una burda imitación de Steve Jobs -manda quemar las langostas para eliminar pruebas y termina incendiando el santuario de dinosaurios. Una escena tan bonita visualmente como estúpida argumentalmente.
En cuanto al reparto. Bryce Dallas Howard y Chris Pratt vuelven a estar muy bien en sus respectivos papeles, ahí no me quejo.
También están muy bien el recuperado trío protagonista de la película original, Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum, y se agradece que su presencia en la película no sean simples cameos. Pero, como ya he mencionado antes, la historia que utilizan para introducirlos en la película no es la más acertada.
La película recupera a Daniella Pineda, a Justice Smith y Omar Sy, pero salen lo justo para decir "Hola" y ya está, porque para lo que hacen...
Lo mismo digo de Mamoudou Athie, que hace un buen trabajo, pero su personaje tiene interés 0 y, si lo hubieran eliminado, ni nos habríamos dado cuenta.
Todo lo contrario que DeWanda Wise, que además de hacer un muy buen trabajo, su personaje si está de lo más interesante y creo que daría mucho juego en futuras películas. Además, al contrario de lo que van diciendo por ahí, yo creo que su cambio de bando está bien justificado ¿A quién no le pone Bryce Dallas Howard?
En cuanto a Campbell Scott, que es quién da vida a Lewis Dodgson, pues tenemos un buen trabajo del actor frente a un personaje horrendo que nada tiene que ver con el que vimos en la película original.
Y, para terminar, el mayor desperdicio de la película. Dichen Lachman, una estupenda actriz a la que se le dan muy bien los papeles de villana y que en esta película podría haber dado mucho juego, pero es desperdiciada sacándola solo en la escena de Malta y luego olvidándose completamente de ella.
Bueno, vamos resumiendo ya.
Película patética y bochornosa que, desde luego, no es el cierra que esta trilogía merecía y, mucho menos, el final que merece la saga al completo.
Desde luego, no entiendo como, después de resucitar tan bien la saga, Colin Trevorrow ha podido meter la pata tan hasta el fondo con una película tan mediocre donde hasta las referencias a la película original son de lo más patéticas.