25 de diciembre de 2024

KRAVEN EL CAZADOR (2024)

 


ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad.








Ya he visto Kraven el Cazador, tercera película del Spider-Verse que Sony nos ofrece este año, y me dispongo a dar mi opinión sobre ella.

Pero, vayamos por partes.

Sergei Kravinoff tiene una difícil relación con su padre, Nikolai Kravinoff (Russell Crowe), un poderoso líder criminal con afición por la caza que quiere que le suceda al frente de su imperio del crimen. Para ello, quiere que crezca fuerte y no duda en llevarlo a sus cacerías. Después de la muerte de su madre, Sergei y su medio-hermano, Dimitri son llevados por Nikolai a África para cazar un famoso león que muchos han intentado cazar sin éxito, ya que quién logre cazarlo se convierte en una leyenda. Sergei está cerca de dispararle, pero no se atreve a hacerlo y el león lo ataca y lo deja malherido. 

Una joven llamada Calypso lo encuentra y le da una extraña poción que le dio su abuela, una sacerdotisa vudú, antes de pedir ayuda y lograr llevarlo al hospital. Tras recuperarse, Sergei se da cuenta de que está adquiriendo unas habilidades sobrenaturales, al tiempo que la relación con su padre se vuelve más difícil, lo que le lleva a fugarse de casa. Años después, un Sergei ya adulto (Aaron Taylor-Johnson) se dedica a dar caza a criminales y cazadores furtivos bajo el nombre de Kraven. Una de sus últimas víctimas es un poderoso traficante de armas que opera desde una cárcel rusa al que Calypso (Ariana DeBose), convertida en una abogada, perseguía. Aún mantiene una buena relación con Dimitri (Fred Hechinger), mientras la relación con su padre sigue distante.

Kraven el Cazador es un famoso villano de Spiderman. Antes de darle una película en solitario, Sony intentó de forma fallida ponerlo como villano en una de las películas del hombre araña, como la cancelada cuarta entrega de la saga de Sam Raimi o en The Amazing Spider-Man (Marc Webb, 2012). 




Finalmente, en 2017 pusieron en marcha su película en solitario. Richard Wenk, guionista de películas como The Expendables 2 (Simon West, 2012) o The Equializer (Antoine Fuqua, 2014), fue contratado para escribir el guion, el cual luego fue reescrito por Art Marcum & Matt Holloway, guionistas de Iron Man (Jon Favreau, 2008) o Uncharted (Ruben Fleischer, 2022). 

Para dirigir la película, el elegido fue J.C. Chandor, director de películas como Cuando todo está Perdido (2013), El Año más Violento (2014) o Triple Frontera (2019).

Después de sufrir varios retrasos, la película se estrenó finalmente en EEUU el pasado 12 de diciembre -en España un día después -.

Sus resultados en taquilla no pueden ser peores. Con un presupuesto de 110 millones de dólares -presupuesto que se incrementó a causa de los muchos retrasos que tuvo la película -, solo lleva recaudados 18 millones en EEUU y 25 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 43 millones de dólares. Un fracaso en toda regla; de hecho, están recortando la película para ver si esta tiene más suerte en los próximos días.

Tampoco le ha ido bien con la crítica, la cual la ha pulverizado. El público ha sido más benevolente, pero muy poco.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Yo, sinceramente, he ido a ver esta película con los cuchillos afilados para destrozarla en cuanto saliera de verla. Porque el historial que tiene Sony con el Spider-Verse es de traca. Sobre todo este año, con Madame Web y la tercera entrega de Venom, de las que tenéis review en este mismo blog por si queréis ver como "reparto amor" a ambas películas. Así que con esta película no iba a tener piedad alguna si se cumplían mis peores expectativas.

Sin embargo, y sinceramente también, debo decir que con esta película me he llevado una sorpresa; y bastante agradable, debo añadir.

Bueno, tampoco ha sido tanta sorpresa, ya que me intuía algo así cuando salió el primer tráiler y, una vez vista la película, he podido comprobar que se han cumplido mis pronósticos más positivos.

Y es que la película funciona. Pero, ESO SI, funciona siempre que no la veamos como una película de Kraven el Cazador. Porque esto de Kraven el Cazador no tiene ABSOLUTAMENTE NADA.

Esto no es Kraven el Cazador. De Kraven el Cazador solo tiene el título, los nombres de los personajes y alguna que otra referencia a los cómics, como el famoso chaleco del personaje que meten con calzador al final de la película o un momento del film donde el protagonista ve arañas imaginarias, un guiño al cómic La Última Cacería de Kraven

Pero, por lo demás, esto no se podría ni considerar una adaptación de Kraven el Cazador. Puede que, oficialmente, lo sea, pero no lo es en absoluto. Para disfrutarla, hay que verla como de verdad es, una película de acción sobre un tipo con habilidades sobrenaturales que se dedica a dar caza a criminales y a cazadores furtivos.


AHÍ ES DONDE LA PELÍCULA FUNCIONA


Porque eso es lo que tenemos. No es nada del otro mundo, es una película de acción simple para pasar el rato, pero bien hecha y que se disfruta bastante de principio a fin. Encima, con una muy bienvenida clasificación R que le permite ofrecernos escenas de acción de lo más brutales y buenas dosis de sangre y gore.

Además, la película acierta en una cosa en la que fallan las otras películas del Spider-Verse; especialmente, las películas de Venom. Y es que el protagonista no es ningún héroe ni ningún superhéroe, sino un ANTI-HÉROE. Otra cosa muy bienvenida, ya que las películas de anti-héroes no abundan mucho hoy en día.




En esto tiene mucho que ver el trabajo de su protagonista. Aquí entro en el tema del reparto.

Aaron Taylor-Johnson no ha sido nunca santo de mi devoción. Es un buen actor, pero siempre le he visto funcionar mejor en papeles secundarios -como el que hacía en TENET (Christopher Nolan, 2020) -pero no me convencía como protagonista; incluso en las películas de Kick-Ass se lo comía con patatas la Hit-Girl de Chloë Grace Moretz.

Sin embargo, en esta película ha logrado convencerme como protagonista y hasta empiezo a pensar que sería una buena idea que él sea el próximo James Bond, tal y como dicen.

También me ha gustado mucho Ariana DeBose como Calypso, además de que su personaje no es ningún adorno ni ningún florero, ya que tiene bastante peso en la trama. Además, también se agradece que no metan ningún romance entre ella y el protagonista, otra cosa de agradecer.

El que si que no me ha convencido es Alessandro Nivola, que interpreta a Rhino, uno de los villanos e la película. Y no lo digo porque no pueda soportar a este actor desde que le vi en Parque Jurásico III (Joe Johnston, 2001). El problema es su interpretación cuando es Aleksei Sytsevich, el alter ego del personaje, porque parece que está repitiendo el personaje que interpretó en la película Cara a Cara (John Woo, 1997) en lugar del personaje que debía interpretar.

Cuando al final se convierte en Rhino, la cosa mejora. Aunque, lo estropea algo el CGI, ya que los efectos especiales por ordenador son un punto flaco de la película.

Después está Fred Hechinger, al que vimos hace poco como el Emperador Caracalla en Gladiator II (Ridley Scott, 2024), quién hace un buen trabajo dando vida a Dimitri Kravinoff, el hermanastro del protagonista. Al final, termina convirtiéndose en el Camaleón, otro famoso villano de Spiderman. Algo que ocurre en los cómics, si, pero cualquiera que conozca la historia de Kraven y el Camaleón en las viñetas sabe que su relación de hermanos no es tan buena como la que se ve en la película.

Cabe mencionar que en la película aparece Christopher Abott, protagonista de la nueva película del Hombre Lobo de Blumhouse, quién se supone que interpreta a el Extraño. El trabajo del actor es bueno, pero el personaje como que sobra en una película como esta.

Aunque, sin duda, el mejor de todos ha sido Russell Crowe, quién hace un trabajo excelente como el padre del protagonista y el verdadero villano de la película. Además, su personaje es lo que más se acerca al Kraven el Cazador de los cómics.




Bueno, vamos resumiendo ya. 

Desde luego, he disfrutado mucho viendo esta película, cosa que no esperaba ni de lejos, porque disfrutar con una película del Spider-Verse era misión imposible hasta ahora.

No obstante, se disfrutar siempre que no la veas como una película de Kraven el Cazador. Porque esto no es Kraven el Cazador. El director J.C. Chandor ha hecho su propia película y se la ha entregado a los de Sony disfrazada como una adaptación de Kraven el Cazador, que era lo que le pedían. Un total acierto en vista de los resultados.

No se merece, ni de lejos, el fracaso que está teniendo en los cines pero, por desgracia, la mala fama de sus predecesoras le ha pasado factura. Una pena, porque me hubiera gustado que hicieran una secuela, cosa que ahora es imposible que ocurra.

Como también es imposible que Sony recapacite y nos ofrezca cosas como esta en lugar de basuras como las películas de Venom, Morbius y Madame Web.





14 de diciembre de 2024

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA GUERRA DE LOS ROHIRRIM (2024)

 


ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad.









Ya he visto la nueva película de animación basada en el mundo creado por J. R. R. Tolkien. Película que debía haberse estrenado ayer en España, al igual que en EEUU, pero su estreno se adelantó aquí al pasado 5 de diciembre.

Lamentablemente, y aunque esta era una de mis películas más esperadas de este año, no pude verla la semana pasada en su estreno y he tenido que esperar una semana más para poder verla.

Pero, bueno, ya la he visto y me dispongo a dar mi opinión sobre ella.

Pero, vayamos por partes.

183 años antes de la Guerra del Anillo, en el reino de Rohan, el rey Helm Hammerhand (Brian Cox) vive felizmente con sus dos hijos, Haleth (Benjamin Wainwright), el príncipe heredero, y Hama (Yazdan Qafouri), y su hija, Hèra (Gaia Wise). Pero, su tranquila vida se ve alterada cuando recibe la visita de Freca (Shaun Dooley), señor de la frontera oeste, un hombre muy rico y poderoso que ambiciona hacerse con el trono a través de su hijo, Wulf (Luca Pasqualino), mediante el matrimonio de este con Hèra. El rey se opone tajantemente a este matrimonio, algo que Freca se toma como una ofensa y no duda en mencionar delante de todo el mundo unos rumores que afirman que Helm pretende casar a su hija con un príncipe de Gondor. La discusión entre Helm y Freca llega a las manos y el rey termina matando a Freca de un puñetazo. Después, destierra a Wulf, quién jura vengarse.

Cuatro años después, Wulf regresa a Rohan al frente de los Dunlendings, los hombres salvajes de las tierras dunas, a los que Wulf ha unificado en un ejército. Desoyendo los consejos de Hèra y de Fréaláf (Laurence Ubong Williams), su sobrino, Helm decide no pedir ayuda a Gondor y enfrentarse en persona contra Wulf. Pero, este cuenta también con la ayuda de mercenarios del sur, haciendo su ejército más grande. Además, Helm es traicionado por uno de sus señores y no recibe los refuerzos que le habían prometido. Esto lleva a que sea derrotado y la ciudad de Edoras es tomada e incendiada por Wulf, quién también asesina a Haleth y a Hama. Helm, herido, y Hèra se refugian junto a los supervivientes en la fortaleza de Cuernavilla, lugar que en el futuro será conocido como el Abismo de Helm, donde soportarán un duro asedio.




Peter Jackson, director de las trilogías en acción real de El Señor de los Anillos y El Hobbit, es productor ejecutivo de esta película junto a su esposa y socia, Fran Walsh, mientras que Philippa Boyens, quién co-escribió las mencionadas trilogías junto a Jackson y Walsh, ejerce como productora de este film, donde su hija, Phoebe Gittins, es una de los responsables del guion.

Por su parte, el encargado de dirigir el film ha sido Kenji Kamiyama, quién trabajó en la animación de la mítica Akira (Katsuhiro Ôtomo, 1988) y, como director, ha trabajado en series como Ghost in the Shell: Stand Alone Complex o Blade Runner: Black Lotus, además de dirigir junto a Motonobu Hori la película Ancien y el Mundo Mágico (2017).

Sobre como le está yendo en la taquilla, todavía es pronto, ya que aún no se ha estrenado en EEUU y solo se ha estrenado en España y unos cuantos países. Aún así, lleva ya recaudados 2 millones de dólares.

En cuanto a la reacción de la crítica, no está siendo negativa, pero si muy tibia. En cambio, la reacción del público está siendo mejor.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Tenía muchas ganas de ver esta película por dos cosas. Una era por lo mucho que me gusta la obra de Tolkien y las películas de la trilogía de Peter Jackson. La otra es porque tenía ganas de ver algo decente relacionado con El Señor de los Anillos después del desastre de la serie Los Anillos de Poder -la pienso llamar solo así porque me niego a llamar a eso El Señor de los Anillos -.

La primera temporada de esa serie de Amazon ya dejaba bastante que desear, pero tenía cosas buenas que la hacían aceptable. Pero, la segunda, la cual se emitió no hace mucho, ha sido un desastre de principio a fin. Por no hablar de que me gustaría que me dijeran donde se han gastado los supuesto 500 millones de dólares que dicen que ha costado, porque en la serie seguro que no.

Pero, bueno, vamos a hablar de esta película, que es lo que toca.

Desde luego, me HA ENCANTADO.

He disfrutado mucho viéndola. Por ahí hay algunos que se quejan de su larga duración, dura dos horas y cuarto, pero a mi no se me ha hecho larga y, mucho menos, aburrida. Es una película disfrutable desde que comienza hasta que termina gracias, especialmente, a un ritmo que nunca decae y a un gran sentido de la espectacularidad y la épica.

La película me ha gustado mucho, pero también debo decir que no me ha parecido una gran película. Quiero decir que está muy lejos de llegar a la altura de las películas de El Señor de los Anillos de Peter Jackson o la película de animación de Ralph Bakshi de 1978. Si se la puede equiparar a las películas de El Hobbit, a la primera y a la tercera; a la segunda ya no.

Pero, a pesar de no ser una película grandiosa, es una muy buena película, con una animación muy lograda y momentos brutales y épicos, como la escena de la muerte del rey Helm.

Pero, sobre todo, tiene un buen guion que ha sabido muy bien adaptar en una película una historia que aparece muy resumida en los apéndices de El Señor de los Anillos. Algo que les ha obligado a tener que rellenar muchos huecos. Pero, a diferencia de Los Anillos de Poder, aquí lo han hecho bien y se ha respetado más la obra de Tolkien. 




Porque el trabajo de adaptación es muy bueno. Aunque, si es cierto que se introducen cambios, al igual que en las películas de Peter Jackson. De hecho, la película está más ligada a las películas que a los libros. Incluso tenemos a Miranda Otto poniendo voz a Eowyn, quién actúa como narradora, y aparece el mismo Saruman de las películas; aunque, sin la voz de Christopher Lee, debido al fallecimiento del actor.

También tenemos en el elenco de voces a Dominic Monaghan y Billy Boyd, quienes dieron vida a Merry y a Pippin a las órdenes de Peter Jackson. Aunque, en esta película, son los que ponen voz a los dos orcos que aparecen en una escena.

Sobre los cambios que se hacen, uno de ellos es la muerte del príncipe Hama, quién en los textos moría congelado, mientras que en la película muere asesinado por Wulf antes las impotentes miradas de Helm y Hèra. Otro cambio es la razón de que Gondor no acudiera en ayuda de Rohan, ya que en la película se debe a que Helm se niega a pedirles ayuda, cuando en los textos se debe a que Gondor también estaba siendo atacado en esos momentos. Y luego está la presencia de los Olifantes, llevados por los mercenarios de Harad. En los textos se dice que los mercenarios llegaron allí en barco, por lo que no podrían haber llevado Olifantes, ya que estos son demasiado grandes para llevarlos en barco. En la película se da a entender que los mercenarios y los Olifantes ya llevaban algún tiempo merodeando por la zona, por lo que lo más seguro es que llegaran por tierra.

Pero, de todos los cambios, el que más polémica a generado ha sido, sin duda, el de su protagonista, la princesa Hèra.

Ya desde mucho antes de que se estrenara la película, cuando salieron las primeras imágenes y el primer tráiler, los cuales mostraban a Hèra como una princesa guerrera y que iba a tener bastante protagonismo, la película empezó a recibir críticas desde distintos sectores. 

Unos de esos sectores son esos tipos -por llamarlos de alguna manera -que viven en cavernas con Wifi y para los que ver a una mujer portando una espada, una pistola o un sable láser en lugar de una fregona hace que se suban por las paredes y luego vomiten toda su bilis en la red. A ese sector del público mejor ignorarlo; que se queden en sus cuevas a ver si descubren el fuego o algo.

Yo me centro más en los lectores de Tolkien o los que, como yo, están hasta las narices del wokismo, el cual nos está dando en los últimos años unas heroínas de acción que son para tirarlas a la basura. Y un buen ejemplo es Los Anillos de Poder, con esa Galadriel con cara de estreñida que hace que te den ganas de que la decapiten cada vez que aparece en pantalla. Para mi la verdadera heroína de esa serie era Bronwyn (Nazanin Boniad); una heroína dentro y fuera de la pantalla, por cierto, ya que la actriz que la interpretaba es una activista que lucha contra el régimen de Irán que asesina a mujeres por no llevar la cabeza cubierta.




Sobre los lectores de Tolkien, muchos expresaron su descontento con esta decisión, no por machismo ni demás tonterías, sino porque se le había dado protagonismo a un personaje que en los textos era nombrada de refilón y ni tan siquiera tenía nombre, ya que lo de Hèra es invento de la película. Además, esto desplazaba al que para ellos es el verdadero protagonista, Fréaláf, quién en los textos es quién derrota a Wulf y reconquista Rohan, convirtiéndose en el nuevo rey y dando comienzo a un nuevo linaje.

Este enfado si es comprensible. No obstante, una vez viendo la película, este cambio tampoco afecta mucho a la historia. La mayoría de los hechos transcurren de la misma forma y, aunque Fréaláf pierda protagonismo frente a Hèra, al final forma parte de la derrota de Wulf y la reconquista de Rohan y se convierte en rey; no vemos a Hèra sentándose en el trono de Rohan, que era lo que muchos temían.

Además, en los textos nunca se conoce el destino de Hèra. Muchos dan por hecho que murió, al igual que su padre y sus hermanos, pero lo cierto es que su destino es un misterio, por lo que los guionistas han tenido más libertad para desarrollarla.

A mi, desde luego, me ha gustado mucho Hèra y ya es una de mis heroínas favoritas. Por no hablar de que la da mil vueltas a la Galadriel con cada de estreñida vomitada por Amazon.

Bueno, vamos resumiendo ya.

El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim es una muy buena película que, aunque lejos de la maestría de la trilogía de Peter Jackson, se disfruta mucho desde que empieza hasta que termina y deja con ganas de querer verla más veces.

Además, este puede ser un buen punto de arranque para más películas de animación que recreen otras historias ambientadas en el mundo de Tolkien. A ver si la taquilla responde positivamente.







30 de noviembre de 2024

VENOM: EL ÚLTIMO BAILE (2024)

 


ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad. Y, ya de paso, si con eso consigo quitarle las ganas de ver este montón de mierda, algo que hemos ganado.






Vuelvo a decir lo mismo que cuando analicé Venom: Habrá Matanza. Aquí no esperéis lo de ¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos, ni lo de Vayamos por partes

Aquí ya me pongo a dar hostias desde el primer momento.

Para empezar, se que esta review llega con retraso, ya que la película se estrenó a finales de octubre. Pero, ya lo dije en su día, esta no pensaba verla en cines. Ya tragué con la primera y tragué con la segunda y, en ambas, Sony me tomó por gilipollas. Una tercera ya no.




Sigo defendiendo que las películas deben verse en los cines, pero hay excepciones y, desde luego, esta es una de ellas. Porque, tras haberla visto por medios poco ortodoxos, me alegro de no haber desperdiciado dinero en la entrada, como si hice en las dos anteriores.

Porque, una vez más, Sony ha vuelto a cagarse en el personaje.

En la primera, convirtieron a Venom en una alcahueta. En la segunda, lo pusieron a criar gallinas. Ahora, tenemos el...


...VENOM ASPIRANTE A HIPPIE


Así es. Cuando Eddie Brock y él son recogidos por esa familia de hippies encabezada por Otto Hightower, Venom va y le dice a Eddie que serían muy felices con una vida como esa. Imaginaos a Venom con una corona de flores fumando porros y cantando el Kumbayá. Yo prefiero no imaginármelo por miedo a sufrir una crisis psicótica.

Afortunadamente, no llegamos a ver esto en la película. Lo que si vemos son una sucesión de situaciones estúpidas, diálogos plomizos, chistes que tienen de todo menos gracia y momentos que producen vergüenza ajena. Como cuando Eddie y Venom se reencuentran con la Señora Chen (Peggy Lu) en Las Vegas, en una de esas casualidades que no te la crees si alguien te la cuenta por ahí.




Por cierto, si ese es el "último baile" al que hace referencia el título, apaga y vámonos. Porque esto, más que El Último Baile, es más bien El Último Tango en París, pero sin mantequilla.

También tenemos las dichosas "discusiones de pareja" entre Eddie y Venom; aunque, afortunadamente, no son tan prolongadas como en las dos anteriores películas.

Todo ello hasta llegar a lo más rescatable de la película, el climax en el que vemos a distintos Venoms en plena batalla contra los Xenophage, esos monstruos alienígenas que tienen una picadora en la espalda y que están al servicio de Knull. Esto lo esperábamos en la primera película y han esperado hasta la tercera para sacarlo ¡Ole sus cojones!

Hablando de Knull. Se suponía que era el gran villano de la función, pero tan solo tiene unas pocas apariciones, siempre con la misma pose, y luego en una de las escenas post-créditos nos enteramos que se lo reservan como villano para una futura Venom 4; que la habrá, ya que estas mierdas son lo único del Spider-Verse que le funcionan a Sony en taquilla.

Y, ya que hablamos de escenas post-créditos ¿Qué vamos a tener en la cuarta entrega? ¿Venom-cucaracha?

Por cierto, otra de las cosas rescatables de la película es cuando Venom simbiotiza un caballo; algo que hubiera sido una agradable sorpresa si no nos lo hubieran reventado en el tráiler.

Que esa es otra, porque luego, en los créditos finales, nos muestran un montón de animales simbiotizados por Venom. Pues bien, ese momento es mejor que la propia película. Desde luego, no entiendo como no lo aprovecharon en el film, que hubieran hecho que Venom llegara a un zoo, a un circo o a una reserva de animales y simbiotizara a los animales de allí, creando todo un ejército. Hubiera sido algo digno de verse.




Pero no, como es habitual en ellos, Sony desaprovecha las cosas buenas y le da bola a todo lo más nefasto y bochornoso que se les pasa por la cabeza. Y no solo con Venom, también con Morbius (Daniel Espinosa, 2022) y Madame Web ( S.J. Clarkson, 2024); y también tenemos a Kraven el Animalista, el cual llegará pronto y ya le tengo bastante miedo.

Volviendo con la película que nos ocupa, está escrita y dirigida por Kelly Marcel, guionista de las dos primeras películas. Con este movimiento, lo único que hacen es demostrar que Ruben Fleischer y Andy Serkis solo fueron llevados para hacer el paripé y poner su nombre en los títulos de crédito, porque la dirección es igual de plana que en las dos películas anteriores. Se ve que aquí han querido ahorrarse el sueldo de director.

Bueno, vamos resumiendo ya.

Venom: El Último Baile es otra basura más del Spider-Verse que, por tercera vez, echa a perder a un gran personaje de Marvel. Todo ello orquestado por los de Sony, que no sé como no se les cae la cara de vergüenza con estas porquerías que están haciendo.




28 de noviembre de 2024

GLADIATOR II (2024)

 


ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todos modos, lo hará bajo su total responsabilidad.








Vamos con secuela de Gladiator, la cual ya he podido ver. Una película que tenía ganas de ver, pero también muchos temores.

Más adelante hablaré de ello. Ahora, vayamos por partes.

La historia sucede 16 años después de lo sucedido en la primera película. Lucio Vero (Paul Mescal), el hijo de Lucila (Connie Nielsen), vive escondido en Namidia bajo el nombre de Hanno. Después de que Máximo Decimo Meridio matara al Emperador Comodo, cuando Lucio era solo un niño, Lucila se vio obligada a separarse de él para que fuese escondido de los muchos que ambicionaban el poder y querían quitarse de en medio al legítimo heredero de Comodo.

Ahora, Lucio vive tranquilamente, ajeno a todo lo que tiene que ver con Roma, junto a su esposa, Arishat (Yuval Gonen). Pero, la cosa cambia cuando un ejército romano, dirigido por el General Acacio (Pedro Pascal), llega para invadir la ciudad. Lucio y su esposa luchan con el resto de los ejércitos de la ciudad para combatir a los romanos, pero pierden la batalla. La ciudad es tomada y Lucio es esclavizado junto con otros prisioneros. Aunque, lo peor es que Arishat muere durante la batalla y Acacio es el principal responsable de su muerte, por lo Lucio jura vengarse de él. Durante un combate contra babuinos, Lucio logra impresionar a Macrino (Denzel Washington), un poderoso traficante de armas, quién decide comprarlo y le promete que tendrá su venganza si lucha para él en el Coliseo. Sin embargo, Macrino tiene también oscuras intenciones con respecto a Roma y pretende utilizar a Lucio para conseguir sus objetivos.

Gladiator (2000), fue un gran éxito que hizo que Hollywood volviera a interesarse por el péplum, pero también fue la película que salvó la carrera de Ridley Scott.

Muchos lo han olvidado ya pero, en los años 90, Scott no pasaba por sus mejores momentos después del batacazo de 1492: La Conquista del Paraíso (1992), malviviendo con películas como Tormenta Blanca (1996) y La Teniente O'Neil (1997). Yo si me acuerdo muy bien de aquello, como muchos le daban ya por acabado y empezó a circular la teoría de que él no había dirigido en realidad Alien, el Octavo Pasajero (1979) y Blade Runner (1982).




Yo, en cambio, que ya sentía por aquel entonces una gran admiración por este director, no hice caso a esas habladurías y siempre confié que lograría resurgir de sus cenizas con una película adecuada. 

Y ahí llegó Gladiator para darme la razón.

Después de Gladiator, Scott tuvo una segunda vida como director y productor, pero también muy irregular. Nos ha dado muy buenas películas, como Black Hawk Derribado (2001), American Gangster (2007), Red de Mentiras (2008) o Prometheus (2012) -que pese a sus fallos de guion, era una película muy buena -, pero también algunas películas más fallidas, como Los Impostores (2003), El Reino de los Cielos (2005) o Robin Hood (2010), y también auténticos bodrios, como Un Buen Año (2006), El Consejero (2013) y, sobre todo, Alien: Covenant (2017).

Ahora nos trae una secuela de Gladiator lleva desarrollándose desde 2001 y que, finalmente, decidió sacar adelante. Y, según dice, está tan ilusionada con ella que ya está trabajando en un Gladiator III.

La película se estrenó en EEUU el pasado 22 de noviembre, aunque a España llegó antes, el 15 de noviembre. En taquilla, de momento, las cosas le están yendo bien, con 60 millones de dólares recaudados en EEUU y 166 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 226 millones de dólares. Aunque, con un presupuesto que podría ascender hasta los 310 millones, todavía le queda mucho por recaudar.

Por lo demás, la respuesta de la crítica también ha sido positiva, al igual que la del público.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

A mi Gladiator me encanta, me parece una gran película y me alegró mucho en su día que rescatase la carrera de Ridley Scott. Aunque, hoy en día, ya no tengo tanta admiración por este director como la tenía antes.

Y no lo digo por las gilipolleces que va diciendo por los medios de comunicación -motivadas por un ego demasiado hinchado -, sino porque ya no me parece tan buen director como antes. De hecho, últimamente le prefiero más como productor que como director.

Y, desde luego, esta secuela hace que me reafirme en esos pensamientos.

La película no es mala del todo, se deja ver -aunque si resulta aburrida en algunos momentos -. Pero, desde luego, está a años luz de su predecesora. 

Aunque, si debo decir que esta película tiene algo que le faltó a la primera. Yo la película original fui a verla en su día esperando ver más combates contra animales. Teníamos esa espectacular escena con los tigres, pero nada más. Aquello me decepcionó un poco, todo hay que decirlo, pero no importó mucho porque lo compensó todo lo demás.

En esta película si tenemos más de eso. Hay una espectacular lucho contra unos babuinos, también un espectacular combate con un rinoceronte y hasta llenan el Coliseo de agua con tiburones.

Si, esta película tiene lo que le faltaba a la original para ser del todo redonda. El problema es que, por el otro lado, le falta todo, TODO, lo que hacía del film original la gran película que es. Le falta por completo la épica, la cual la película de 2000 despedía por todos los costados. Carece por completo de grandes momentos, los cuales abundaban en el primer film. Las interpretaciones son buenas, pero no tienen ni un rasgo de brillantez, como si las tenían en la original. Y del guion... mejor no hablamos.




Y todo esto porque Ridley Scott ya no es lo que era. Ya me lo demostró el año pasado con Napoleón (2023) y me lo vuelve a demostrar con esta película. Y, como he mencionado antes, le prefiero más como productor que como director; precisamente, este año hemos tendido un muy buen ejemplo con Alien: Romulus.

Seguro que si esta película la hubiera dirigido Denis Villeneuve y Scott se hubiera limitado a la producción, como en Blade Runner 2049 (2017), otro gallo hubiera cantado.

Pero no, se empeñó en dirigirla él mismo y, aunque el apartado visual sigue currándoselo bien, como ya he mencionado antes, no nos da ni un solo momento grandioso o emocionante, ni un solo plano digno de recordarse o interpretaciones magistrales, ya que su dirección de actores es de lo más plana, desaprovechando las muy buenas interpretaciones de parte de su elenco, como Connie Nielsen, Pedro Pascal y, sobre todo, Denzel Washington.

Al protagonista, Paul Mescal, no lo menciono porque, aunque su trabajo no está mal del todo a nivel interpretativo, el tipo falla mucho como reemplazo de Russell Crowe, al que no se acerca ni de lejos y, desde luego, no consigue evitar que se note su ausencia, por mucho que quieran mantener su figura presente a lo largo de la película.

Y luego tenemos a Joseph Quinn y Fred Hechinger como los emperadores Geta y Caracalla, a los que representan como una mala parodia del Comodo de la primera película, interpretado magistralmente por Joaquin Phoenix.

De hecho, al final el villano principal resulta ser Macrino, el personaje de Denzel Washington, al que al principio nos presentan como una nueva versión del personaje interpretado por el fallecido Oliver Reed en la primera película, pero luego vemos como evoluciona a villano principal, siendo esto lo único novedoso del film, porque la película no hace más que repetir situaciones de la primera, pero sin llegar ni de lejos a su altura.

Por ejemplo, tenemos una gran batalla al principio, como en la primera. El protagonista va haciéndose popular a medida que va ganando combates como gladiador y eso hace que los emperadores no se atrevan a ejecutarlo. Volvemos a tener a los senadores conspirando contra el poder imperial y esto vuelve a terminar en una traición. Y, sobre todo, tenemos al final un combate entre el protagonista y el villano. 

Para terminar, está el tema de la poca fidelidad con los hechos históricos, algo de lo que también pecaba la primera película. Yo, aunque me gusta la Historia, no doy mucha importancia a estas cosas porque no hay una sola película histórica que no se tome libertades con los hechos históricos que retrata.




Sin embargo, con esta película se ha dado cierta polémica porque, una vez más, Ridley Scott ha sacado su ego y, sobre todo, su lengua a pasear, criticando a los historiadores que han hablado de los errores históricos de la película, diciéndoles que ellos no pueden saber lo que ocurrió de verdad porque no estuvieron allí; que me diga él donde tiene escondido el DeLorean con el que ha viajado a la antigua Roma.

En fin, otra muestra más de que Scott, lo que antes tenía de gran director, hoy lo tiene de egocéntrico. Una pena porque, como ya he mencionado antes, yo admiraba mucho a este director.

Bueno, vamos resumiendo.

No puedo decir que Gladiator II me haya decepcionado, porque no esperaba mucho de ella, la verdad. 

Como película, es regulera; entretenida en algunos momentos, espectacular en otros -muy pocos, eso si -y aburrida en otros. Como secuela, muy inferior a su magistral predecesora, quedándose a años luz de ella.

Que Ridley Scott se ahorre esa tercera entrega que tiene pensado hacer, porque lo más seguro es que algo igual o peor que esto.