24 de diciembre de 2017

STAR WARS: LOS ULTIMOS JEDI (2017)


















Ya tenemos entre manos el Episodio VIII de la saga Star Wars y segunda entrega de esta nueva trilogía surgida después de que Disney comprara Lucasfilm en 2012.

Afortunadamente, ya he podido verla. No ha ocurrido como hace dos años con la anterior entrega, Star Wars: El Despertar de la Fuerza (J.J. Abrams, 2015), para la que tuve que esperar más de dos semanas en las que tuve que hacer esfuerzos sobrehumanos para no tragarme ningún spoiler.

Y aquí vuelvo a advertir sobre los spoiler, porque olvidaos de todo lo que se ha visto en los tráilers y las promociones. Tampoco en las muchas teorías de los fans que van circulando por ahí porque, ni unos ni otros, no han dado ninguna. De hecho, cuando salí de verla me partí de risa –la gente me miraba y todo –pensando en la cara de gilipollas que se le habrá quedado a más de uno que habrá ido a verla con una idea pre-concebida en la cabeza y ha saldo con un buen palmo de narices.

Pero, no adelantemos acontecimientos. Vayamos por partes.

Pese a la destrucción de la Starkiller, con una República diezmada, la Primera Orden se ha hecho con el control de la galaxia. La Resistencia se ve obligada a huir de su base ante la llegada de la flota de la Primera Orden, capitaneada por el General Hux (Domhnall Gleeson). Logra escapar con ayuda de una maniobra de Poe Dameron (Oscar Isaacs); aunque, a la general Leia Organa (Carrie Fisher) no le hace mucha gracia que su mejor piloto malgastase vidas de otros miembros de la resistencia para destruir un gran destructor de la Primera Orden. Consiguen escapar y saltar al hiperespacio, pero la Primera Orden ha logrado rastrearlos y son perseguidos por el mismo crucero interestelar del Líder Supremo Snoke (Andy Serkis).

Durante un ataque, Leia es gravemente herida y toma el control la Vicealmirante Holdo (Laura Dern), pero Dameron no está de acuerdo con sus decisiones y accede a un plan que Finn (John Boyega) le propone junto a la soldado rebelde Rose Tico (Kelly Marie Tran). El plan consiste en infiltrarse en el crucero de Snoke y desactivar su dispositivo de rastreo. Pero, para ello necesitan a alguien capaz de sobrepasar las defensas de la nave, lo que hace que Finn, Rose y el droide BB-8 se trasladen hasta Canto Bight, una ciudad casino situada en el desértico planeta Cantonica en donde terminan aliándose con DJ (Benicio del Toro), un pirata que no es muy de fiar, pero accede a ayudarles a infiltrarse en el crucero de Snoke. Mientras todo esto ocurre, Rey (Daisy Ridley), tras lograr encontrar a Luke Skywalker (Mark Hamill) en Ahch-To, trata de convencerle de que se una a la resistencia y la inicie en el dominio de la Fuerza. Pero, Luke no está muy por la labor.


La producción de esta película se llevó a cabo en medio de un secretismo casi total. A penas se filtraron imágenes del rodaje –tan solo unas cuantas que ahora sabemos que pertenecían a escenas que se desarrollan en Canto Bight –y lo único que podíamos ver eran imágenes en blanco y negro que el director de la película iba publicando en las redes sociales de vez en cuando.

El director es Rian Johnson, quién también ha escrito el guión de la película –aunque, contó con la ayuda no acreditada de Carrie Fisher, cosa que él mismo reconoce –. Anteriormente, se rumoreó que Johnson iba a dirigir también el Episodio IX –que al final dirigirá J.J. Abrams tras la marcha de Colin Trevorrow –o, al menos, escribir el guión de esta; cosa que al final no sucederá. Sin embargo, su paso por la saga galáctica no ha terminado aquí, ya que no hace mucho se anunció que él iba a estar al frente de una nueva trilogía que tendrá lugar dentro del universo de Star Wars, pero no tendrá que ver con la saga principal.

La película ha costado 200 millones de dólares, como la anterior, y es la más larga de toda la saga, con una duración de 152 minutos. En cuanto al reparto, repiten la mayoría de los actores de El Despertar de la Fuerza y se unen tres actores nuevos: Laura Dern, Benicio del Toro y Kelly Marie Tran.

La película se estrenó el pasado viernes, 15 de diciembre, y su éxito ha sido brutal. En su primer fin de semana hizo 220 millones de dólares solo en EEUU y, a día de hoy, lleva recaudados 262 millones, a los que hay que unir los 295 millones recaudados en el resto del mundo, haciendo un total de 557 millones de dólares. Son cifras inferiores a lo que hizo El Despertar de la Fuerza hace dos años, pero son cifras muy buenas y, salvo que la película sufra un enorme bajón el próximo fin de semana, la película superará sin duda los 1.000 millones de dólares y su recaudación final se acercará a los 2.000 que hizo El Despertar de la Fuerza.

Sobre como ha sido recibida. Por un lado, la crítica la está alabando. Hay críticos que hasta dicen que nos encontramos ante la mejor entrega de toda la saga; incluso dicen que es mejor que La Guerra de las Galaxias (George Lucas, 1977) y El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980). No obstante, entre el público las opiniones están muy divididas.

Especialmente, entre los fans de la saga galáctica, que están completamente divididos. En un lado están los que les ha gustado la película y no dudan en defenderla, aún a riesgo de recibir insultos y descalificaciones del otro bando. Y este otro bando es el que más ruido está haciendo. Una avalancha de fans cabreados que se están llevando las manos a la cabeza, están bramando constantemente contra la película y contra Rian Johnson –a quién hasta llegan a insultar y amenazar –y están llegando a extremos insospechados; como poner en marcha una campaña de recogida de firmas para que la película pierda su canon como episodio de la saga galáctica.

¿En que bando estoy yo? Podría acogerme a la neutralidad, como en otros conflictos cinematográficos donde no tengo muy claras mis opiniones. Pero, en este asunto, si tengo claro a que bando pertenecer.

Me quedo con quienes les ha gustado, porque la película ME HA ENCANTADO.

Me ha parecido una película muy buena –eso si, no creo que sea mejor que La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca, como dicen muchas críticos –, he disfrutado enormemente viéndola, las 2 horas y media que dura se me han pasado volando y, sobre todo, tengo muchas ganas de verla más veces.

Eso si, aunque no comparto su opinión, entiendo que haya fans cabreados con ella, porque esta película se ha atrevido a dar un paso más allá y ha trastocado por completo el universo de Star Wars. Algo que, desde luego, habrá cabreado mucho a los puristas. Sin embargo, como ya sabéis, yo soy alguien de mente más abierta y los cambios no me molestan nada; siempre que estén bien hechos, eso si.


Además, estoy flipando mucho. A El Despertar de la Fuerza la pusieron a caer de un burro acusándola de ser más de lo mismo y de que era un remake encubierto o un refrito de La Guerra de las Galaxias –cosa que, desde luego, no es; aunque, si es cierto que Abrams se pasó homenajeándola –, y ahora están atacando esta película por hacer, precisamente, lo que tanto pedían de la película anterior.

Rian Johnson, un excelente director –ya lo dejó bien claro en su anterior película, la estupenda Looper (2012) –, ha hecho aquí un gran trabajo y ha demostrado un gran valor, ya que el tipo sabía que iba a cabrear a mucha gente con lo que estaba haciendo. Pero el tipo ha seguido adelante sin preocuparle las malas críticas que sabía que iba a recibir y, sobre todo, pasando como de comer mierda de los muchos rumores y especulaciones que los fans han ido lanzando durante los últimos dos años. De hecho, incluso se ha tomado el gusto de reirse de ellos en su puta cara. Cosa que a mí me ha encantado y me ha divertido; ya he comentado antes mis carcajadas a la salida.

Porque la película es un zasca tras otro durante todo el metraje. Y no solo con las teorías de los fans. También por los giros que les dan a muchos de los personajes; especialmente, al interpretado por Laura Dern –a la que seguro que muchos habrán tomado por gilipollas antes de saberse cual era su verdadero plan –. Y, también, por el desenlace de varias escenas; especialmente, la escena que implica a Rey, Kylo Ren y el Líder Supremo Snoke que, prácticamente, es un remake de El Renorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), pero su desenlace no es, precisamente, el esperado.

A mí me han gustado mucho estos giros, ya que algo que se hecha mucho de menos en el cine de hoy en día: sorprender. Además de que se burlan de muchos tópicos y clichés que estamos cansados de ver en montones de películas.

Y aquí vuelvo con lo que ha hecho Johnson con la saga. No la ha destrozado, como dicen los detractores de la película, sino que ha pasado página y ha metido a la saga por otros derroteros. Unos en los que las tradiciones y enseñanzas Jedi ya no son necesarias para el manejo de la Fuerza; lo mismo que tampoco hace falta pertenecer a ningún linaje ni ser algo especial.

Muchos se quejaban de que una simple chatarrera fuera capaz de dominar la Fuerza sin entrenamiento. Johnson podría haberles seguido el juego y haber escogido una de las muchas teorías fan que circulaban sobre sus orígenes para justificarlo. Pero no, le ha dado unos orígenes que nadie se esperaba y ha cambiado las reglas del juego para que resulten creíbles.

Muchos ven en esto una herejía. Pero, como bien decía el propio Luke Skywalker al final del primer tráiler: Es hora de que los Jedi se acaben.  Y en la película no solo él piensa así, también otro famoso personaje de la saga que vuelve inesperadamente, viene a decir prácticamente lo mismo. Hay que terminar con estas leyes y tradiciones obsoletas que en su día no impidieron la caída de la República y el alzamiento del Imperio y dar paso a una nueva era donde no solo unos elegidos pueden controlar la Fuerza.

Y otra cosa que me ha gustado mucho es que la película continúa con lo que vimos en Rogue One (Gareth Edwards, 2016), dándole a la saga un toque más realista y cercano al cine bélico, en donde el bien y el mal no están tan separados como pueda parecer. Toda esa parte de la ciudad casino de Canto Bight es una buena muestra de ello; al igual que el personaje de Benicio del Toro y el baño de realidad que les da a los personajes de Finn y Rose.

Y otra cosa también. Tal y como ha dejado Johnson la saga ahora mismo, en el Episodio IX puede pasar cualquier cosa. Ya no tenemos una idea de por donde irán los tiros en el desenlace de la historia, como si ocurría en las anteriores trilogías. Ni siquiera podemos esperarnos homenajes y guiños a El Retorno del Jedi, porque Johnson ya los ha metido todos aquí junto con los de El Imperio Contraataca.


Los fans “visionarios” ya están especulando otra vez y yo ya me estoy riendo por adelantado con la cara de estreñidos que se les va a quedar dentro de dos años.

Algunos dicen que, con el regreso de J.J. Abrams, a lo mejor vuelven a poner la saga en el camino en el Episodio IX. Yo no lo creo pero, de todas maneras, si Abrams vuelve a hacer otro gran trabajo como en el Episodio VII, no me importará mucho. De todas maneras, yo creo que han tomado una buena decisión entregándole a Johnson su propia trilogía alejada de la saga oficial donde podrá hacer lo que quiera.

Que, por cierto, esa es otra. Se nota que Johnson ha tenido una gran libertad a la hora de hacer esta película. Cosa que sorprende en vista de los problemas que Lucasfilm ha tenido con los directores últimamente.

La película está muy bien dirigida. El diseño de producción es alucinante, sus efectos especiales están muy bien hechos, el ritmo nunca decae y las escenas de acción son de lo más espectaculares. A todo esto hay que unir una excelente dirección de actores y una gran cantidad de momentos épicos que engrandecen más a la película.

De nuevo Daisy Ridley vuelve a estar fantástica como Rey, la gran protagonista de esta nueva trilogía. Aunque, en esta película no es tan ama y señora como lo fue en El Despertar de la Fuerza; pero no porque haya perdido protagonismo, ni mucho menos, sino porque aquí decide echar un poco a un lado para dejar más desarrollo a los otros protagonistas –cosa que, desde luego, está muy bien –.

Estos otros protagonistas son Finn, que vuelve a estar genialmente interpretado por John Boyega y aquí, además, vemos como el personaje madura mucho, y Poe Dameron, de nuevo estupendamente interpretado por Oscar Isaac, con quién por fin han hecho justicia tras lo desaprovechado que estuvo tan carismático personaje en el episodio anterior.

Otro personaje que también ha crecido en esta película es, sin duda, Kylo Ren, de nuevo interpretado por Adam Driver. En El Despertar de Fuerza era un villano a medio cocer, pero en esta película, tras darnos también gato por liebre con él, el personaje consigue por fin evolucionar hasta convertirse en el gran villano que esta nueva trilogía necesita.

Y, aunque aquí no hay ningún actor implicado, no me puedo olvidar de BB-8, que también crece en este film. Este personajillo me encantó en El Despertar de la Fuerza, pero aquí ya se ha convertido en uno de mis ídolos y se ha ganado el derecho de ser mi androide favorito de la saga junto a R2-D2.  


Sobre los nuevos. Laura Dern ha estado impresionante en su papel de Vicealmirante Holdo; un personaje que, sin duda, debe estar ya entre los personajes de la saga que son grandiosos pese a tener poco tiempo en las películas; una lista que encabeza Boba Fett.

Benicio del Toro hace un estupendo trabajo como DJ, un personaje que, pese al desenlace que le dan, resulta de lo más carismático.

En cuanto a Kelly Marie Tran, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, la actriz es buena y hace un muy buen trabajo, además de que su personaje está muy bien. Sin embargo, a penas he visto química entre ella y John Boyega. La relación que se establece entre estos personajes está bien y me alegra que no hayan convertido a esta chica en un reemplazo temporal para Finn hasta que Rey regrese; sin embargo, la química entreambos la he encontrado completamente nula. Desde luego, la enorme química que había entre Ridley y Boyega en el episodio anterior aquí brilla por su ausencia.

En cuanto a los veteranos. La trístemente fallecida Carrie Fisher vuelve a estar impecable como Leia y me alegro del giro que le dan al personaje y que no hayan cogido el camino que todo el mundo esperaba en vista de lo que sucedió con la actriz.

En cuanto a Mark Hamill, su trabajo como Luke Skywalker vuelve a ser sobresaliente. De eso no hay duda. Otra cosa es el tratamiento del personaje, que esa es otra cosa que han criticado los detractores de la película; incluso el propio Hamill ha declarado que este no es el mismo personaje que interpretó en la trilogía original –eso si, el actor tampoco es que haya despotricado contra la película, como nos quieren hacer creer los del bando contrario –.

Yo, como siempre, hablo por mí y, desde luego, yo creo que el tratamiento que le han dado al personaje ha sido el más apropiado con respecto a lo que han querido hacer en esta película. Es cierto que no es el mismo Luke Skywalker que vimos en los episodios IV, V y VI, pero hay que tener en cuenta que han pasado ya 30 años y Luke ya no es ese joven idealista de entonces. Como supimos en el Episodio VII, intentó reconstruir a los Jedi y fracasó, de ahí su actitud en este film.

El personaje de Luke es clave para lo que Johnson ha hecho con la mitología de esta saga en la película y el relevo generacional que empezó en el episodio anterior y aquí termina de completarse. Bien nos lo demuestra en esa maravillosa y épica aparición del personaje en el espectacular climax de la película. Para mí, no se le podía haber dado mejor final al personaje. Que tampoco es tan final, ojo, porque tengo seguro que el personaje aparecerá en el Episodio IX.

Por cierto, Hamill tiene un doble papel en la película. Por lo visto es quién está detrás de ese bicho que toma a BB-8 por una tragaperras en el casino.


¿Cosas malas que tiene la película? Las hay, no muchas, pero la película no es perfecta, como todo en este mundo.

Ha habido cosas que no me han gustado, aunque me resulta difícil hablar de ellas sin hacer spoiler. Está la falta de química entre Boyega y Tran que ya he mencionado antes. También –y aquí coincido un poco con los detractores de la película –está el asunto de lo desaprovechado del Líder Supremo Snoke. Es cierto que era necesario para que Kylo Ren madurara como villano, pero creo que este personaje daría más de si. Y, desde luego, espero que en el Episodio IX, con el regreso de Abrams, se aclaren del todo sus orígenes o, al menos, se nos de una buena pista de cómo la Primera Orden llegó al poder.

Otros que también han estado bastante desaprovechados han sido la Guardia Pretoriana de Snoke. Aunque, al menos, han tenido una gran escena de lucha; algo de lo que se nos privó en El Retorno del Jedi con la Guardia Imperial.

Y, desde luego, los Porgs han cumplido las expectativas y son los herederos de los Ewoks como personajes que, aunque van a vender muchos muñecos, son de lo más cargantes –yo, desde luego, a la hora de comer, no hubiera tenido tantos remordimientos como Chewbacca –; afortunadamente, no llegan al nivel de Jar Jar Binks –a ese nivel es muy difícil llegar y recemos porque ningún personaje nuevo de la saga llegue a él en el futuro –.

Bueno, vamos resumiendo ya.

Star Wars: Los Últimos Jedi es una película muy buena, totalmente disfrutable de principio a fin y que deja con ganas de verla más veces. Pero, también es una apuesta arriesgada que, como ya hemos visto, ha cabreado a los puristas, pero introduce a la saga por nuevos caminos de lo más interesantes.


Que me digan lo que quieran los puristas y los fans cabreados porque no les hacen las películas a medida, como los trajes, pero yo se muy bien lo que pienso. Y pienso que estamos ante una gran película y ante un buen giro de timón que la saga llevaba tiempo necesitando.

No es la mejor entrega de la saga, como dicen muchos críticos, pero si es una de las mejores, sin ninguna duda. Sobre si es mejor o peor que El Despertar de la Fuerza, yo creo que aquí va a pasar como me ocurre con La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca; las dos me gustan tanto y, además, son tan similares pero tan diferentes a la vez que, personalmente, se me hará difícil elegir entre las dos. Eso si, a nivel cinematográfico, esta película es bastante superior.

Desde luego, Rian Johnson ha hecho un gran trabajo y para mí es el verdadero heredero de George Lucas –quién, por cierto, ha alabado este film –. Estoy deseando ver la trilogía que está preparando.







23 de noviembre de 2017

JUSTICE LEAGUE (2017)






ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Aconsejo no leerla a quién no la haya visto aún y, si por el contrario, alguien decide leerla, lo hará bajo su total responsabilidad.




















Bueno, ya he visto finalmente la tan esperada adaptación cinematográfica de la Liga de la Justicia y me dispongo a dar mi más sincera opinión de ella.

Porque yo, ante todo, antepongo por encima de todo la sinceridad cuando de películas se trata y, aunque se que algunas veces mis opiniones no son del agrado de mucho, yo siempre quiero dejar claro lo que una película me ha parecido.

Pero, vayamos por partes.

Tras la muerte de Superman (Henry Cavill), el mundo está poco a poco sumiéndose en el caos. A todo esto se suman unos extraños seres que están secuestrando gente a los que Batman (Ben Affleck) sigue la pista. A él pronto se le une Wonder Woman (Gal Gadot), quién le informa que esos seres son Parademons, enviados a la Tierra por Steppenwolf (Ciarán Hinds), quién busca las Cajas Madre. Steppenwolf ya atacó la Tierra en el pasado y fue derrotado por una alianza entre amazonas, atlantes y humanos, quienes se quedaron con las cajas y las escondieron.

Steppenwolf logra hacerse primero con la caja que guardan las amazonas tras atacar Themyscira y, después, se hace con la que guardan los atlantes pese a la intervención de Aquaman (Jason Momoa), quién se verá obligado a unirse al equipo que están formando Batman y Wonder Woman para evitar que Steppenwolf se haga con la tercera caja, la que escondieron los humanos. A ese equipo se han unido ya Barry Allen (Ezra Miller), un velocista conocido como Flash, y Victor Stone (Ray Fisher), quién sufrió un accidente y su padre utilizó la Caja Madre para curar su cuerpo, convirtiéndole así en un ser mitad hombre - mitad máquina conocido como Cyborg.


Llevar al cine la Liga de la Justicia no es algo nuevo. Desde hace décadas ha habido intentos de hacer una película sobre el famoso equipo de superhéroes de DC Comics. No obstante, la mayoría de estos proyectos no llegaron más allá de una simple idea.

El proyecto que más cerca estuvo de hacerse realidad fue Justice League: Mortal, que dio comienzo en 2007 con George Miller como director. Dicho proyecto llegó a contar con un guión, entró en pre-producción e, incluso, tenía su reparto cerrado. Armie Hammer iba a interpretar a Batman, D.J. Cotrona a Superman, Megan Gale a Wonder Woman, Adam Brody a Flash y Common a Green Lantern/John Stewart, mientras que los villanos serían Talia Al Ghul, interpretada por Teresa Palmer –quién optó al papel de la mujer maravilla –y Maxwell Lord, quién sería encarnado por Jay Baruchel.

Este proyecto, como ya he dicho, llegó a entrar en pre-producción y Miller trabajó en él varios meses –salvo un espacio de tiempo en el que la película quedó parada durante la huelga de guionista que se produjo en Hollywood entre finales de 2007 y principios de 2008 –. Sin embargo, fue cancelado inesperadamente por Warner Bros., que ya había cancelado anteriormente una película de Wonder Woman escrita y dirigida por Joss Whedon y una película de Flash escrita y dirigida por David S. Goyer.

Años después, tras el enorme éxito de Los Vengadores (Joss Whedon, 2012), Warner Bros. quiso poner en marcha su propio universo compartido con los personajes de DC Comics –ya lo había intentado antes con Green Lantern (Martin Campbell, 2011) como punto de partida, pero el fracaso de la cinta acabó con estos planes –y puso en marcha un nuevo proyecto, titulado simplemente Justice League y con su estreno previsto para 2015. Para este nuevo proyecto contrataron a Will Beall como guionista.

Sin embargo, este proyecto no llegó a salir adelante y, tras el estreno de Man of Steel (Zack Snyder, 2013) y rumores de que el guión de Beall no convencía al estudio, la Warner optó por poner en marcha un nuevo universo compartido con el film de Snyder como punto de partida.

Snyder fue contratado para dirigir la secuela de Man of Steel y un proyecto de la Liga de la Justicia. Como ya sabemos, la secuela del film del hombre de acero fue convertida en Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (2016) y la Liga de la Justicia serían dos películas, llamándose la primera The Justice League Part One., fijándose su estreno para noviembre de 2017 cuando Warner y DC lanzaron el calendario oficial de las películas de su universo compartido en el verano de 2014.

Las cosas, al final, no salieron como esperaban. Batman v Superman hizo una buena taquilla, pero fue pulverizada por la crítica y esto hizo que el estudio cambiara los planes. A Snyder le fue quitado el mando del universo cinematográfico, el cual le fue entregado a Geoff Johns, aunque continuó como director de las películas de la Liga de la Justicia.

Sin embargo, los cambios de Warner no se quedaron allí. El estudio, que ya le estaba dando la vuelta por completo a todo el universo cinematográfico cancelando unos proyectos y añadiendo otros nuevos, empezó a meterse cada vez más en la producción de la primera de las dos partes en que se dividiría la adaptación de la Liga de la Justicia; la cual fue convertida en una película individual, siendo retitulada como Justice League.

La producción de la película siguió adelante sin aparentemente problemas; aunque no paraban de surgir rumores de que Snyder estaba siendo cada vez más presionado por el estudio.

El pasado verano, con la película ya en post-producción, Snyder sorprendió a todo el mundo anunciando que abandonaba la dirección de la película por motivos personales, ya que una de sus hijas se había suicidado unos meses antes y quería pasar más tiempo con su familia. El encargado de terminar la película fue Joss Whedon, quién había sido fichado por Warner Bros. para dirigir una película de Batgirl.

Whedon ya colaboraba en la película antes de la marcha de Snyder y su labor, oficialmente, era supervisar la post-producción y rodaralgunos reshoots que quedaban pendientes. Pero, como se pudo saber posteriormente, mucho de la película fue cambiado o cortado, haciendo la película muy diferente a como Snyder tenía previsto. 

Así, llegamos a la película que ahora nos ocupa, la cual ya está en los cines con unos resultados bastante desiguales. 


A día de hoy, lleva recaudados 101 millones en EEUU y 185 millones en el resto del mundo, haciendo un total de 286 millones de dólares; unas cifras altas, pero no tanto para una película tan costosa. Sin duda, tendrá éxito y dará dinero pero, salvo que en las siguientes semanas de la gran sorpresa, dudo mucho que alcance los 1.000 millones de dólares.

La crítica, por otro lado, la ha pulverizado completamente, volviendo a cabrear a los fanboys de DC. Cabe decir que las críticas, aunque negativas, son mejores que las que recibió en su día Batman v Superman. No obstante, podemos hablar de un nuevo fracaso crítico.

Por otro lado, la opinión del público es mucho más positiva. Aunque, salvo los fanboys de DC –que la ponen por las nuves y la tachan de obra maestra y una de las mejores películas de superhéroes de la historia –, casi todo el mundo parece coincidir en que la película es buena, pero está lejos de ser una película grandiosa.

Bueno, pues mi opinión va, más o menos, por ese camino.

No puedo decir que la película me haya decepcionado, ya que me ha dado lo que esperaba. Lo cual no es bueno, ya que lo que esperaba no era mucho.

Una película de la Liga de la Justicia es algo que he estado esperando durante años y me entusiasmé mucho cuando este film se puso en marcha. Sin embargo, en los últimos meses me he estado desencantando mucho ante las noticias que iban saliendo sobre lo mucho que se estaba metiendo la Warner en esta película para intentar evitar otra vez el desastre crítico de Batman v Superman.

La noticia de la marcha de Zack Snyder ya me puso la mosca detrás de la oreja. Sin embargo, lo que me remató fue cuando dijeron que habían reducido la duración de la película a 121 minutos, cuando la película –en manos de Snyder –tenía previsto durar unos 42 minutos más.

Muchos le vieron el lado optimista alegando que lo que habían hecho era quitarle paja a la película y dejando solo las partes que importan. Yo, en cambio, que ya he visto como suelen acabar estas cosas cuando al estudio le da por recortar duración, no compartía el mismo optimismo y tenía el temor de que la película terminase siendo abarcar muchas cosas en poco tiempo. Y, por desgracia, no me equivocaba. 

La película es toda una rápida sucesión de cosas que se van sucediendo de una forma rápida y atropellada sin a penas tiempo para presentar y desarrollar personajes y sin que a penas puedas meterte en la trama; por no hablar de lo mucho que se echan de menos un montón de escenas que se vieron en los tráilers y aquí brillan por su ausencia. Todo se reduce en ir lo más rápido posible de A a B y de B a C y para de contar.

Así, lo que tenemos al final es una película que está bien, se hace entretenida, hace pasar un rato agradable, pero que pasa sin pena ni gloria y se ve tan rápido como se olvida.

Así ha sido. La película, salvo en unas cosas de las que hablaré más adelante, me ha gustado, he pasado un buen rato viéndola, pero no ha llegado a entusiasmarme y no he visto ningún momento que me dejara con la boca abierta y se me quede grabado en la retina. Yo no acostumbro a puntuar las películas en este blog pero, si tuviera que hacerlo, la nota que le pondría superaría el 6, pero no llegaría a 7, quedánse en un 6´5 o algo por el estilo.

Al final, lo que tenemos es una película para pasar el rato y ya está. Con escenas de acción espectaculares, pero sin un solo momento épico en toda la película. Llamadme exigente si queréis, pero eso no es lo que quiero para la Liga de la Justicia. Estamos hablando de un equipo de superhéroes incónico que, entre sus filas, tiene a varios de los superhéroes más icónicos de la historia que se merecen muchos más. No estoy diciendo que hagan una obra maestra, como Man of Steel o Wonder Woman, pero si una película estupenda con momentos épicos, que si es lo que fue Los Vengadores.

Y, según creo, eso es lo que tenía previsto darnos Zack Snyder. Porque tengo la impresión de que, si le hubieran dejado terminar lo que empezó, seguro que nos hubiera dado algo mucho mejor y, de seguro, tendríamos entre manos una película que, incluso, superaría a Los Vengadores.

En la película se nota mucho la mano de Joss Whedon, pero no llega a cubrir del todo el trabajo de Snyder. Y, por lo que he podido ver, tengo la impresión de que Snyder aprendió de sus errores en Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia.


Para mí, el gran error que cometió Snyder en esa película fue intentar repetir la misma fórmula que en Man of Steel. Algo, prácticamente, imposible por dos razones: 1) porque Man of Steel es una película irrepetible y 2) porque ya no contaba con la ayuda de Christopher Nolan. Al final, el resultado fue una película que, como ya dije en su día, es muy buena, pero también es bastante fallida en otros aspectos que al final estropeaban el conjunto.

Por lo que he visto en este film, creo que Snyder aprendió de ese error y en este film iba a estar más acertado, siendo fiel a lo que hizo en Man of Steel, pero ofreciéndonos algo más de sus propia cosecha; no hay más que ver esos títulos de créido iniciales que recuerdan mucho más a Watchmen (2009) que los de Batman v Superman.

Desgraciadamente, la Warner no ha sabido verlo y han terminado por estropear su trabajo, contando con la complicidad de Joss Whedon. Aunque, yo no le culpo mucho, el tipo llegó al DCEU con la ilusión de hacer una película de Batgirl y le metieron en este caos donde ha hecho lo que ha podido; o, más bien, lo que le han dejado hacer. Espero que Warner le compense dejándole hacer Batgirl como él quiera, porque si no…

Muchos fans cabreados están pidiendo ya una nueva versión de la película con el montaje de Zack Snyder. Yo, desde luego, me sumo a esa propuesta. Aunque, dudo mucho que Warner nos la ofrezca; seguramente, sacarán una versión extendida, como hicieron con Batman v Superman y Escuadrón Suicida, pero dudo mucho que nos ofrezcan el montaje de Snyder.

Pero, sigamos con la película. Visualmente está muy bien. Prefiero mucho más el estilo más oscuro de Snyder que se veía en los primeros tráilers, pero este estilo más luminoso no está mal. No obstante, una cosa que me ha llamado mucho la atención es la abundancia que hay en la película de planos medios y primero planos, quitándole mucha profundidad a la película. Además, algunos planos, en comparación con lo visto en los tráilers, se ve que han sido recortados, lo que nos deja claro que esta es otra cosa que le debemos al remontaje de Warner y Whedon.

Los efectos especiales están en general bien, pero hay algunos momentos en los que cantan demasiado, algo imperdonable en una película que ha costado 300 millones de dólares. Hay, más bien, dos momentos en especial.

Uno de ellos es con Steppenwolf. El personaje, como villano principal, al final ha resultado más descafeinado de lo que se esperaba. Pero, en lo que a su aspecto refiere, su diseño está muy bien y está muy bien generado por ordenador salvo en un detalle. Y es que la animación CGI de su rostro canta más que un gallo. Ya se había visto algo así en las promociones, pero parecía que lo habían arreglado. Pero, nada más lejos de la realidad. Dolían los ojos cada vez que sacaban un primer plano de él y, como ya he dicho, en una película que ha costado 300 millones esto tiene delito.

Sin embargo, esto no es nada comparado con el otro momento; ahí si que me llevé las manos a la cabeza en más de una ocasión.


Una cosa muy comentada de la película es que, cuando Whedon llamó a Henry Cavill para las regrabaciones que hizo, este tenía un gran bigote. El actor se encuentra rodando la sexta entrega de Mission: Impossible y esto le obliga a dejarse bigote, ya que su director no quería un bigote falso. Esto les llevó a tener que borrarle el bigote digitalmente.

Con los efectos especiales de hoy en día y 300 millones de presupuesto, borrar un bigote no debía ser muy difícil. Digo yo, porque el resultado es de puta pena. Si ya dolían los ojos con el rostro digital de Steppenwolf, con esto dan ganas de arrancárselos. Y no solo con el bigote, también hay escenas donde el hombre de acero está superpuesto digitalmente y también canta mucho. Desde luego, con Superman es como mejor se sabe cuando es Zack Snyder quién dirige y cuando el que dirige es Whedon.

Pese a esto, Henry Cavill vuelve a estar genial como Superman, haciendo de nuevo un gran trabajo. Eso sí, la forma en la como resucitan a Superman y el posterior enfrentamiento que tiene con los miembros de la Liga más forzado no puede ser. Además de que difiere mucho de lo que Snyder tenía planeado y encajaba muy bien con la escena del sueño de Batman v Superman.

Gal Gadot también vuelve a estar fantástica como Wonder Woman después de verla como protagonista de su propia película este mismo año. Aunque, me pregunto yo que pasó con varios de los poderes de los que hizo gala para derrotar a Ares en su película y que aquí le hubieran venido bien en más de una ocasión; además, pese a que es una escena que muestra los poderes de Flash y sirve para mostrar el trabajo en equipo de la Liga, me resulta muy chocante que necesitara una espada para matar a un Parademon.

Sobre los que aún hemos visto poco. Jason Momoa no está mal como Aquaman; al menos, a este Aquaman cinematográfico.

Ezra Miller está muy bien com Flash, que aquí es el graciosillo del grupo –aunque todo el mundo hace chiste, incluido Batman –y, por mucho que los fanboys de DC quieran negarlo, su relación con Bruce Wayne recuerda a la de Peter Parker con Tony Stark en Spider-Man: Homecoming.

En cuanto a Cyborg, el actor que lo interpreta, Ray Fisher, un actor proveniente del teatro, hace un estupendo trabajo. Sin embargo, el personaje da la sensación de estar muy metido con calzador y de que si lo suprimieran de la película no se le echaría de menos.


Amber Heard está fantástica como Mera y J.K. Simmons está impresionante dando vida a un Comisario Gordon idéntico al de los cómics. Desgraciadamente, la falta de metraje hace que ambos salgan muy poco en pantalla. Afortunadamente, sabemos que Heard saldrá como Mera en la película de Aquaman con mucho más protagonismo. Simmons también tiene previsto aparecer de nuevo en la película en solitario de Batman; aunque,  con los cambios que está haciendo Matt Reeves –se rumorea que va a prescindir de Ben Affleck y poner a Jake Gyllenhaal como Batman –, cualquiera sabe.

Y, ya que hablamos de Affleck. Si hay un personaje que realmente sale mal parado en esta película, ese es sin duda Batman. Mira que a mi Ben Affleck me encantó en Batma v Superman y me parece un excelente Batman; de hecho, le considero el mejor Batman cinematográfico después de Christian Bale. Sin embargo, en esta película el actor, aunque hace un buen trabajo, está algo soso y el personaje muy desdibujado. Y, vamos, que hayan hecho esto con el que ha sido siempre uno de mis superhéroes favoritos es algo que me hace muy poca gracia.

La banda sonora es algo que suelo olvidar mencionar, ya que, normalmente, me suelen gustar mucho –incluso si la película no me gusta –y no tengo mucho que decir sobre ellas. Sin embargo, no puedo dejar pasar la chapuza que Danny Elfman ha hecho aquí, donde da la sensación de que lo único que ha hecho es un refrito con bandas sonoras de otras películas en las que ha trabajado, como Batman (Tim Burton, 1989) y Hulk (Ang Lee, 2003).

Claro, que el tipo no tiene la culpa, ya que fue llamado este verano para reemplazar a Junkie XL después de que este se largara para hacer la banda sonora del reboot de Tomb Raider –o eso dicen, ya que me da que este es otro al que la Warner se quiso quitar de en medio –, y tenía poco tiempo para trabajar; él mismo se ha quejado hace poco de ello.

Bueno, vamos resumiendo ya.

La película es buena, entretiene bastante y se hace bastante agradable. Pero no pasa de ser una película correcta que solo está bien para pasar el rato y carece por completo de momentos memorables. Una película que, sin duda, no volvería a ver en el cine más veces. Desde luego, no es la adaptación cinematográfica que la Liga de la Justicia merece.

Reducir la duración de la película a 121 minutos fue una tremenda cagada, lo mismo que no dejar a Zack Snyder hacer lo que tenía pensado hacer porque no tengo ninguna duda en que nos habría ofrecido algo mucho mejor que lo que vemos aquí.

Una pena, tanto por la película como por este DCEU que la Warner se está cargando y que más se va a cargar a partir de ahora por no saber ver bien los problemas que tiene delante.