Yo, la verdad, esperaba
que 2016 hubiera supuesto un antes y un después en lo que adaptaciones de
videojuegos se refiere.
Las adaptaciones
cinematográficas de videojuegos, en su mayoría, suelen ser malas películas o
películas reguleras, mientras que las adaptaciones realmente buenas se cuentan
con los dedos de una mano.
Este año teníamos dos
adaptaciones que prometían mucho. La primera era Warcraft, la cual, pese a no ser mala del todo, ha sido bastante
decepcionante. Así que mis esperanzas estaban puestas en la segunda, esta
adaptación de la popular saga de videojuegos de Ubisoft.
¿Ha conseguido estar a
la altura? Pues a eso vamos.
Tras ser ejecutado en
prisión, el criminal Callun Lynh (Michael Fassbender) despierta en unas
extrañas instalaciones en Madrid. Son las instalaciones de la fundación
Abstergo, dirigida por el enigmático Alan Rikkin (Jeremy Irons), quienes hacen
que Lynch participe en un programa dirigido por la hija de Rikkin, Sophie
(Marion Cotillard), con el que rastrean recuerdos genéticos de su ADN. Así,
Lynch revive los recuerdos de un antepasado suyo, Aguilar de Nerha, en la
España de 1492. Aguilar perteneció a una hermandad secreta conocida como los
Asesinos, quienes a lo largo de la historia han combatido contra los Templarios
y sus planes de dominar el mundo.
La verdad es que no hay
mucho que hablar sobre el preceso de esta película. Ubisoft, la compañía
desarrolladora del videojuego, puso en marcha el proyecto en 2011. En un
principio, lo intentó con Sony Pictures, pero las negociaciones con estos no
llegaron a buen puerto, ya que Ubisoft quería tener el mayor control creativo
sobre la película, cosa con la que Sony no estaba muy conforme.
Finalmente, las
negociaciones con Sony se rompieron y la compañía lo intentó con la 20th
Century Fox, con la que si logró llegar a un acuerdo. No obstante, el proyecto
tardó en ponerse en marcha, ya que estuvo unos años parado mientras su guión
era continuamente reescrito por distintos guionistas.
La película se puso definitivamente
en marcha cuando Michael Fassbender entró en ella como protagonista y
productor. Fassbender venía de protagonizar Macbeth
(2015) y parece que le gustó trabajar en esa película, porque se trajo a muchos
de ella a este film: Justin Kurzel como director, Marion Cotillard como
protagonista femenina, Jed Kurzel –hermano de Justin –para la música o Adam
Arkapaw para la fotografía.
La película está siendo
un desastre se mire por donde se mire. En taquilla las cosas no le están yendo
muy bien. Con un presupuesto de 125 millones de dólares, solo en EEUU lleva
recaudados 50 millones. En el resto del mundo las cosas le van algo mejor, con
98 millones recaudados que hacen que su recaudación total sea de 148 millones
de dólares. Sin duda, lo máximo a que aspira es a recuperar la inversión –tanto
de producción como de promoción –con la taquilla internacional y ya está.
En cuanto a crítica y
público, ambos la están reciemdo en su mayoría con opiniones muy negativas. Lo
mismo que los fans del videojuego, los más descontentos con este film.
¿Se merece esta película
tan malas críticas y tanto comentario negativo? Pues la respuesta en un SI con
mayúsculas. Porque la película es una santísima PUTA MIERDA.
Para empezar, es
aburridísima. Es una película que dura 1 hora y 40 minutos que se hace tan
larga –o más –que una película de casi 3 horas, con eso creo que lo digo todo.
La mayor parte de la película transcurre dentro de Abstergo y todo son diálogos simplones y situaciones insulsas que no causan el más mínimo interés. Lo más interesante son los momentos que transcurren en el pasado, pero estos son pocos y tampoco son para tirar muchos cohetes. El climax en Londres parecía que prometía, pero de nuevo nos la meten doblada.
Técnica y visualmente, la película no está mal. El diseño de producción y los efectos especiales están logrados, pero solo a nivel técnico, porque no hay muchas cosas que de verdad llame la atención. Encima, lo poco destacable lo echan a perder. Como ese plano del águila volando tan propio de los videojuegos del que abusan tanto que ya hasta resulta cansino.
Y es que Justin Kurzel no
ha sido una buena elección para una película como esta. Su dirección es
bastante plana. Maneja bien a los actores, eso se lo tengo en cuenta, pero en
lo demás se pierde completamente. Especialmente, en las escenas de acción, que
están bien hechas gracias a los muchos medios y el gran equipo técnico que
tiene a sus espaldas, pero carecen por completo de espectacularidad y, sobre
todo, de personalidad.
Sobre la adaptación. Aquí
han optado por elavorar una historia completamente nueva con elementos de los
distintos videojuegos. Algo que funcionaría si se hubiera hecho bien pero, como
ya he dicho, esta película es un completo cúmulo de chapuzas.
Los actores.
Michael Fassbender, como
productor no sé en que narices estaba pensando. Como actor, pues hace un buen
trabajo. No es una de sus mejores interpretaciones pero, por lo menos, no lo
hace mal del todo.
Marion Cotillard es una
estupenda actriz, pero en ningún momento parece que se tome en serio su papel.
Y, la verdad, no la culpo, porque su personaje en la película es de lo más
insulso. Un personaje que podía haberse aprovechado mejor, pero que
desperdician completamente.
Jeremy Irons es un gran
actor y los papeles de villano se le dan bien. Aunque, aquí no se puede decir
que haga su mejor trabajo.
Todo lo contrario que
Charlotte Rampling, una grandísima actriz que aquí está fantástica en todo
momento frente a lo desaprovechado de su personaje; un personaje que podría
haber dado mucho juego si se hubiera aprovechado bien.
Lo mismo que Brendan
Gleeson, otro estupendo actor terriblemente desaprovechado en este film.
Ariane Labed también está muy bien en su papel y se le da bien ser una action woman.
Mención especial merece el español Javier Gutiérrez, que aquí da vida a Torquemada. El tipo es un estupendo actor. Aunque está más asociado a papeles cómicos, ya ha demostrado en películas como La Isla Mínima (Alberto Rodríguez, 2014) que también es un excelente actor dramático. Y aquí hace un trabajo muy bueno.
Ariane Labed también está muy bien en su papel y se le da bien ser una action woman.
Mención especial merece el español Javier Gutiérrez, que aquí da vida a Torquemada. El tipo es un estupendo actor. Aunque está más asociado a papeles cómicos, ya ha demostrado en películas como La Isla Mínima (Alberto Rodríguez, 2014) que también es un excelente actor dramático. Y aquí hace un trabajo muy bueno.
Sin embargo, la mención
especial no es por eso. Ya he dicho antes que el trabajo aquí a nivel visual
está, mayormente, a la altura. Es por eso no me explico la MIERDA de caracterización
que le han hecho. Yo me llevaba las manos a la cabeza cada vez que salía un
primer plano de él y lo veía con esa nariz falsa que no engaña ni a Rompetechos;
es que das una escoba y unos globos y lo puedes mandar a la feria para que
trabaje en el tren de la bruja.
Vamos terminando ya,
porque…
En resumen, la película
es una puñetera basura. Cuesta creer que la misma empresa que desarrolla los
videojuegos esté detrás de semenjante despropósito. Y dicen que quieren crear
una saga de películas con esto. Los videojuegos de Assassin´s Creed pueden dar
para una y mil buenas películas, pero si van a seguir haciendo mierdas como
esta, mejor que no hagan nada.
Como ya he dicho al
principio, esperaba que este 2016 se creara un antes y un después, dando
comienzo a una edad dorada de las adaptaciones de videojuegos como la que está
viviendo ahora el cine de superhéroes. Pero, entre esta y Warcraft, las cosas de momento siguen igual.
Aunque, al menos Warcraft era entretenida y tenía mucha
espectacularidad. Este engendro, en cambio, es un engendro que lo único que
hace es aburrir y abochornar.
Una película que NADA
recomendable; ni a los que son fans del videojuego, ni a los que no han jugado a
él en su vida.