10 de enero de 2017

ASSASSIN'S CREED (2016)

















Yo, la verdad, esperaba que 2016 hubiera supuesto un antes y un después en lo que adaptaciones de videojuegos se refiere.

Las adaptaciones cinematográficas de videojuegos, en su mayoría, suelen ser malas películas o películas reguleras, mientras que las adaptaciones realmente buenas se cuentan con los dedos de una mano.

Este año teníamos dos adaptaciones que prometían mucho. La primera era Warcraft, la cual, pese a no ser mala del todo, ha sido bastante decepcionante. Así que mis esperanzas estaban puestas en la segunda, esta adaptación de la popular saga de videojuegos de Ubisoft.

¿Ha conseguido estar a la altura? Pues a eso vamos.

Tras ser ejecutado en prisión, el criminal Callun Lynh (Michael Fassbender) despierta en unas extrañas instalaciones en Madrid. Son las instalaciones de la fundación Abstergo, dirigida por el enigmático Alan Rikkin (Jeremy Irons), quienes hacen que Lynch participe en un programa dirigido por la hija de Rikkin, Sophie (Marion Cotillard), con el que rastrean recuerdos genéticos de su ADN. Así, Lynch revive los recuerdos de un antepasado suyo, Aguilar de Nerha, en la España de 1492. Aguilar perteneció a una hermandad secreta conocida como los Asesinos, quienes a lo largo de la historia han combatido contra los Templarios y sus planes de dominar el mundo.


La verdad es que no hay mucho que hablar sobre el preceso de esta película. Ubisoft, la compañía desarrolladora del videojuego, puso en marcha el proyecto en 2011. En un principio, lo intentó con Sony Pictures, pero las negociaciones con estos no llegaron a buen puerto, ya que Ubisoft quería tener el mayor control creativo sobre la película, cosa con la que Sony no estaba muy conforme.

Finalmente, las negociaciones con Sony se rompieron y la compañía lo intentó con la 20th Century Fox, con la que si logró llegar a un acuerdo. No obstante, el proyecto tardó en ponerse en marcha, ya que estuvo unos años parado mientras su guión era continuamente reescrito por distintos guionistas.

La película se puso definitivamente en marcha cuando Michael Fassbender entró en ella como protagonista y productor. Fassbender venía de protagonizar Macbeth (2015) y parece que le gustó trabajar en esa película, porque se trajo a muchos de ella a este film: Justin Kurzel como director, Marion Cotillard como protagonista femenina, Jed Kurzel –hermano de Justin –para la música o Adam Arkapaw para la fotografía.

La película está siendo un desastre se mire por donde se mire. En taquilla las cosas no le están yendo muy bien. Con un presupuesto de 125 millones de dólares, solo en EEUU lleva recaudados 50 millones. En el resto del mundo las cosas le van algo mejor, con 98 millones recaudados que hacen que su recaudación total sea de 148 millones de dólares. Sin duda, lo máximo a que aspira es a recuperar la inversión –tanto de producción como de promoción –con la taquilla internacional y ya está.

En cuanto a crítica y público, ambos la están reciemdo en su mayoría con opiniones muy negativas. Lo mismo que los fans del videojuego, los más descontentos con este film.

¿Se merece esta película tan malas críticas y tanto comentario negativo? Pues la respuesta en un SI con mayúsculas. Porque la película es una santísima PUTA MIERDA.

Para empezar, es aburridísima. Es una película que dura 1 hora y 40 minutos que se hace tan larga –o más –que una película de casi 3 horas, con eso creo que lo digo todo.


La mayor parte de la película transcurre dentro de Abstergo y todo son diálogos simplones y situaciones insulsas que no causan el más mínimo interés. Lo más interesante son los momentos que transcurren en el pasado, pero estos son pocos y tampoco son para tirar muchos cohetes. El climax en Londres parecía que prometía, pero de nuevo nos la meten doblada.


Técnica y visualmente, la película no está mal. El diseño de producción y los efectos especiales están logrados, pero solo a nivel técnico, porque no hay muchas cosas que de verdad llame la atención. Encima, lo poco destacable lo echan a perder. Como ese plano del águila volando tan propio de los videojuegos del que abusan tanto que ya hasta resulta cansino.


Y es que Justin Kurzel no ha sido una buena elección para una película como esta. Su dirección es bastante plana. Maneja bien a los actores, eso se lo tengo en cuenta, pero en lo demás se pierde completamente. Especialmente, en las escenas de acción, que están bien hechas gracias a los muchos medios y el gran equipo técnico que tiene a sus espaldas, pero carecen por completo de espectacularidad y, sobre todo, de personalidad.

Sobre la adaptación. Aquí han optado por elavorar una historia completamente nueva con elementos de los distintos videojuegos. Algo que funcionaría si se hubiera hecho bien pero, como ya he dicho, esta película es un completo cúmulo de chapuzas.

Los actores.

Michael Fassbender, como productor no sé en que narices estaba pensando. Como actor, pues hace un buen trabajo. No es una de sus mejores interpretaciones pero, por lo menos, no lo hace mal del todo.

Marion Cotillard es una estupenda actriz, pero en ningún momento parece que se tome en serio su papel. Y, la verdad, no la culpo, porque su personaje en la película es de lo más insulso. Un personaje que podía haberse aprovechado mejor, pero que desperdician completamente.

Jeremy Irons es un gran actor y los papeles de villano se le dan bien. Aunque, aquí no se puede decir que haga su mejor trabajo.

Todo lo contrario que Charlotte Rampling, una grandísima actriz que aquí está fantástica en todo momento frente a lo desaprovechado de su personaje; un personaje que podría haber dado mucho juego si se hubiera aprovechado bien.

Lo mismo que Brendan Gleeson, otro estupendo actor terriblemente desaprovechado en este film.

Ariane Labed también está muy bien en su papel y se le da bien ser una action woman.

Mención especial merece el español Javier Gutiérrez, que aquí da vida a Torquemada. El tipo es un estupendo actor. Aunque está más asociado a papeles cómicos, ya ha demostrado en películas como La Isla Mínima (Alberto Rodríguez, 2014) que también es un excelente actor dramático. Y aquí hace un trabajo muy bueno.


Sin embargo, la mención especial no es por eso. Ya he dicho antes que el trabajo aquí a nivel visual está, mayormente, a la altura. Es por eso no me explico la MIERDA de caracterización que le han hecho. Yo me llevaba las manos a la cabeza cada vez que salía un primer plano de él y lo veía con esa nariz falsa que no engaña ni a Rompetechos; es que das una escoba y unos globos y lo puedes mandar a la feria para que trabaje en el tren de la bruja.

Vamos terminando ya, porque…

En resumen, la película es una puñetera basura. Cuesta creer que la misma empresa que desarrolla los videojuegos esté detrás de semenjante despropósito. Y dicen que quieren crear una saga de películas con esto. Los videojuegos de Assassin´s Creed pueden dar para una y mil buenas películas, pero si van a seguir haciendo mierdas como esta, mejor que no hagan nada.

Como ya he dicho al principio, esperaba que este 2016 se creara un antes y un después, dando comienzo a una edad dorada de las adaptaciones de videojuegos como la que está viviendo ahora el cine de superhéroes. Pero, entre esta y Warcraft, las cosas de momento siguen igual.

Aunque, al menos Warcraft era entretenida y tenía mucha espectacularidad. Este engendro, en cambio, es un engendro que lo único que hace es aburrir y abochornar.




Una película que NADA recomendable; ni a los que son fans del videojuego, ni a los que no han jugado a él en su vida. 






4 de enero de 2017

PASSENGERS (2016)














Una de las últimas películas del recientemente terminado 2016 es este film de ciencia ficción que ha levantado cierto interés por dos cosas, especialmente.

Una de ellas es su pareja protagonista, Jennifer Lawrence y Chris Pratt, dos de las grandes estrellas del momento. La otra es que es una película original, que no está basada en ninguna novela, cómic o videojuego, algo muy raro en las superproducciones hollywoodienses hoy en día.

En el futuro, la Tierra está colonizando otros planetas. La Avalon es una nave que se dirige al planeta Homestead II con 5.000 pasajeros a bordo en estado de invernación en un viaje de 120 años. Sin embargo, un fallo técnico hace que uno de los pasajeros, Jim Preston (Chris Pratt), un ingeniero mecánico, se despierte 90 años antes de llegar. Tras pasar más de un año solo en la nave, con la única compañía de un robot camarero (Michael Sheen), Jim pierde la esperanza de volver a dormirse y empieza a darse cuenta de que va a morir solo en esa nave. Es entonces cuando se fija en una de las pasajeras invernadas, Aurora Lane (Jennifer Lawrence), una bella escritora. Averiguando cosas sobre ella en los registros de la nave, Jim termina enamorándose de ella y, tras pensárselo mucho, decide sabotear su cámara de invernación y despertarla, condenándola a su mismo destino. Jim le hace creer que, al igual que él, su cámara de invernación se averió y, pronto, la convivencia entre ambos en ese lugar les hace congeniar. Sin embargo, siempre está presente el temor de que ella descubra la verdad.

Passengers está dirigida por el noruego Morten Tyldum, que tras una exitosa carrera en su país natal, se dio a conocer al mundo con su primera película en inglés, la británica The Imitation Game (Descifrando Enigma) (2014). Ahora, entra de lleno en Hollywood con esta película escrita por Jon Spaihts y, como ya he dicho, protagonizada por dos grandes estrellas del momento.

Esto, junto a una premisa argumental bastante interesante, hacen de esta película una muy buena carta de presentación. Sin embargo, otra cosa son los resultados.


Con un presupuesto de 110 millones de dólares, la película lleva recaudados 66 millones en EEUU y 56 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 122 millones de dólares. No es un gran taquillazo, pero está claro que la película hará dinero. Por otro lado, la crítica la está recibiendo con críticas mixtas y entre el público también hay división de opiniones.

¿Y qué opino yo?

Pues no me voy a ir por las ramas. Opino que la película es una MIERDA.

No esperaba mucho de esta película, la verdad, pero ni me imaginaba semejante despropósito.

Visualmente, la película está muy bien, ahí si que le reconozco el mérito. Los efectos especiales están de lo más logrados y el diseño de producción es sensacional. En los tráilers, el diseño de la nave me echaba para atrás pero, una vez vista la película, ves que dicho diseño funciona.

La dirección de Tyldum en esta película no es que sea brillante pero, técnicamente, lo hace bastante bien. Además, el tipo introduce varios guiños cinematográficos; especialmente, al cine de Stanley Kubrick –El Resplandor (1980) incluida –.

Técnica y visualmente, la película está muy bien, eso no lo discuto. Sin embargo, esto solo haría que, si tuviera que puntuarla, la película solo tendría un 3 o un 4, porque el resto es para echarlo a la basura. Especialmente, el guión; un guión que echa a perder por completo una muy buena premisa argumental.

El film tiene un arranque bastante notable, introduciéndonos muy bien en la historia y, sobre todo, en la soledad del personaje de Pratt. Toda esa parte está muy bien. Es cuando entra en escena el personaje de Lawrence cuando todo se viene abajo y en caída libre. No por culpa de la actriz, que conste, sino porque es a partir de ahí cuando la película se quita la careta y nos deja ver la verdad.

Y es que nos la han metido bien doblada. Todo lo de la ciencia ficción y la reflexión sobre la soledad nos es más que una cortina de humo que oculta una película romántica de lo más pastelosa. En el fondo, no es más que un telefilm de mediatarde disfrazado de película de ciencia ficción.

Todo son situaciones ridículas, diálogos simplones y momentos que llegan a provocar vergüenza ajena. Esperaba que, al llegar la parte en la que [SPOILER] ella descubre la verdad y el conflicto que esto genera [/SPOILER], la cosa mejorase, pero ni por esas, porque todo está tratado de la forma más penosa posible.

Ni tan siquiera el climax, donde meten algo de acción para despertarnos, la película se salva, porque, al final, el desenlace es el que te esperas: el más previsible y tópico que te puedas imaginar, digno de la comedia romántica más ñoña.

En cuanto a los actores.

A mí Jennifer Lawrence me encanta, es una actriz estupenda y muy carismática; además, en este film está más preciosa que de costumbre. Chris Pratt también me encanta, como actor es genial y también derrocha mucho carisma. Sin embargo, pese al buen trabajo que ambos hacen en este film, la química entre los dos es totalmente nula.


Hay más química cuando cada uno de los dos interactúa con el androide camarero Arthur, genialmente interpretado por Michael Sheen, quién para mí es quién más destaca en toda la película.

Luego tenemos a Laurence Fishburne, que es muy buen actor y hace un buen trabajo. Sin embargo, su presencia en el film es completamente anodina y no tengo duda de que tan solo está en la película para que [SPOILER] veamos alguna muerte en la película [/SPOILER].

Claro, que Fishburne se puede dar con un canto en los dientes si comparamos su papel con el que hace aquí Andy Garcia; quién no me extrañaría que, después de esto, agradezca el haber salido en Cazafantasmas.

Bueno, vamos resumiendo ya porque no vale mucho la pena seguir dedicando tiempo a esta mierda.

Una película visualmente muy lograda, pero con un guión nefasto y un completo desperdicio de dos estupendos protagonistas y una premisa argumental que podría haber dado algo más potable. Un despropósito que lo único que consigue es aburrir y abochornar que, encima, sus responsables nos han tomado por gilipollas tratando de vendernos como una nueva obra maestra de la ciencia ficción lo que no es más que un telefilm romántico de los que a Antena 3 le gusta poner en navidades para ayudarnos a echar la siesta.

Como ya he dicho antes, no me esperaba mucho de ella; pero, por muy poco que fuera, lo poco que esperaba era mucho comparado con el resultado final. Y que no me venga nadie con que por lo menos es una historia original porque, si esto es lo que se entiende hoy día por originalidad, apaga y vámonos.



Una película que, desde luego, no recomendaría ni a mi peor enemigo. Verla no es más que un desperdicio de tiempo y dinero.