24 de diciembre de 2014

EL HOBBIT: LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS (2014)




















Once años después, volvemos a llegar otra vez al final del camino. Peter Jackson finaliza su nueva trilogía ambientada en la Tierra Media con el estreno de la tercera entrega. Aunque, a diferencia de las anteriores, y de la trilogía de El Señor de los Anillos, esta película no se ha rodado simultáneamente con las otras, sino que fue rodada después; al menos, en parte.

Recordemos que, originalmente, la adaptación de El Hobbit iba a constar solo de dos películas pero, en plena producción de ambos films, se decidió convertirla en una trilogía, por lo que tuvo que ser rodada después. Eso si, no la película entera, sino el material necesario para convertir las dos películas que se estaban preparando en tres film, para lo que Jackson tuvo que tirar de los apéndices publicados al final de El Retorno del Rey, ya que la novela de El Hobbit no daba ya para tanto.

Esto ha llevado también a un baile de títulos. Cuando la adaptación constaba de dos películas, la primera se iba a titular El Hobbit: Un Viaje Inesperado y la segunda llevaría por título El Hobbit: Partida y Regreso. Luego, cuando se decidió hacer la trilogía, la primera película conservó su título, pero la segunda pasó a llamarse El Hobbit: La Desolación de Smaug mientras que El Hobbit: Partida y Regreso pasó a ser el título de la tercera.

Sin embargo, el pasado mes de abril nos sorprendieron con un nuevo cambio de título. Así, la película que nos ocupa pasó a llamarse El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos mientras el título de El Hobbit: Partida y Regreso desaparecía del mapa.

No obstante, consciente de la importancia que el subtítulo de Partida y Regreso tiene para los fans de Tolkien, Peter Jackson ha decidió emplearlo para nombrar a la trilogía completa en futuros packs de DVD y Blu-Ray; al menos, eso dicen.


Pero, bueno, dejo ya este rollo de los títulos y paso a hablar de la película.

Esta comienza justo donde la dejó la anterior entrega. El dragón Smaug (Benedict Cumberbatch) arrasa la Ciudad del Lago en represalia por el intento de Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage) y los enanos de darle muerte. Mientras Tauriel (Evangeline Lilly), Kíli (Aidan Turner) y los enanos que se quedaron con él ayudan a escapar a las hijas de Bardo (Luke Evans), este logra escapar de la celda donde le tenían encerrado y consigue dar muerte a Smaug con ayuda de su hijo y la última flecha negra. Al morir, el dragón cae sobre el gobernador (Stephen Fry), quién intentaba huir en una barca con todas las riquezas de la ciudad. Los supervivientes de la ciudad acogen a Bardo como su líder y los lleva a las ruinas de la Ciudad del Valle para reclamar a Thorin el oro que les prometió. Pero Thorin, atrincherado en Erebor, se niega a cumplir su promesa, ya que, como le ocurrió a su abuelo, el oro está corrompiendo su mente. Además, la cosa empeora al no encontrar la Piedra del Arca, llegando a sospechar que uno de los enanos la tiene escondida.

La piedra está en realidad en manos de Bilbo (Martin Freeman), quién no quiere entregarla por su temor a que el estado de Thorin empeore. Por ello, decide escapar de Erebor y entregarle la piedra a Bardo. Para su sorpresa, Thranduil (Lee Pace) se encuentra allí con un ejército de elfos con el que pretende atacar Erebor. Muerto Smaug, el rey elfo quiere recuperar unas gemas que forman parte del gran tesoro de los enanos y, por ello, él y Bardo han sellado una alianza. Allí también se encuentra Gandalf (Ian McKellen), quién fue liberado de la fortaleza de Dol Guldur por los miembros del Concilio Blanco. Mientras Elrond (Hugo Weaving) y Saruman (Christopher Lee) combaten a los Nazgûl, Galadriel (Cate Blanchett) libera a Gandalf y logra expulsar de allí a Sauron (Benedict Cumberbatch), quién huye hacia Mordor. Elrond piensa que deben avisar a Gondor del regreso del señor oscuro y acabar con él antes de que recupere su poder, pero Samuran afirma que, sin el Anillo Único, Sauron no representa una amenaza y él mismo se encargará de él. Mientras eso pasaba, Gandalf fue sacado de la fortaleza por Radagast el Pardo (Sylvester McCoy) y decide acudir inmediatamente a Erebor para avisar de que un gran ejército de orcos liderado por Azog (Manu Bennett) se dirige hacia la montaña. Pero no van allí por sus riquezas, sino porque es un punto estratégico que permitiría a Sauron poder acceder al antiguo reino de Angmar, el cual supondría una gran amenaza si se alzara de nuevo.

En taquilla, a la película le está yendo bien con 98 millones de dólares recaudados en EEUU y 269 millones más recaudados en el resto del mundo que hacen un total de 367 millones de dólares. Unas muy buenas cifras, aunque no tan espectaculares como las que hacían en su día las películas de El Señor de los Anillos. Sobre opiniones de público y crítica, pues lo mismo que con las dos anteriores, para que decir más.

¿Y qué opino yo?

A mi esta nueva trilogía, pese a ser inferior a la de El Señor de los Anillos y el haber estirado la historia y se note, me gusta mucho. Al contrario que mucha gente que se sintió decepcionada con ella, la primera película me gustó mucho, me encantó. Luego llegó la segunda y esta me gustó incluso más. Es por ello por lo que tenía puestas bastantes expectativas en esta tercera entrega, que esperaba que cerrara la trilogía con broche de oro.

Pues bien, tras haberla visto, debo decir que la película me ha gustado mucho y he disfrutado mucho viéndola. Sin embargo, también salí de verla con cierta sensación de decepción. Y es que, para ser el cierre de una trilogía, yo me esperaba más, la verdad.


Vamos a ver, la película es muy buena. De nuevo la dirección de Peter Jackson es magistral, tanto en las batallas y las escenas de acción, las cuales son de lo más espectaculares, como en los momentos dramáticos y la dirección de actores.

El ritmo nunca decae, los efectos especiales y el diseño de producción cumplen a la perfección y el trabajo de los actores sigue siendo muy bueno y, además, se ve una gran mejoría en la mayoría de actores que repiten. De aquí destaco sin ninguna duda a Richard Armitage, quién se ha superado claramente en su papel de Thorin y ha sabido llevar muy bien al personaje en su descenso a la locura. Sobre las nuevas incorporaciones –que no son muchas –, destaco sin ninguna duda a Billy Connolly, quién está realmente sensacional como Dáin Píes de Hierro.

La película está muy bien. Como ya he dicho antes, he disfrutado mucho viéndola y tengo ganas de verla de nuevo. Sin embargo, le falta algo muy necesario para haber cerrado esta trilogía con broche de oro. Le falta ÉPICA.

Sinceramente, no he visto épica en ningún momento de la película. Las batallas son espectaculares y de lo más impresionantes y brutales, pero no he visto que desprendan épica en ningún momento. Tampoco he visto épica en los momentos importantes, como la muerte de Smaug, el enfrentamiento del Concilio Blanco contra Sauron o la pelea final entre Thorin y Azog. Todos esos momentos están muy bien, no me malinterpretéis, son brutales y están de lo más logrados, pero carecen de épica; o, al menos, yo no sé la veo.

La épica en esta película brilla por su ausencia. Esa misma épica que poseía la anterior trilogía; especialmente, El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (2003), la cual desprendía épica en cada momento. Yo no esperaba que esta película estuviera a la altura de El Retorno del Rey, pero si esperaba que, al menos, se le acercara un poco. Como ya he dicho, Peter Jackson ha hecho un gran trabajo, pero en lo que a épica se refiere, ha estado muy, pero que muy, descafeninado.

Puede que en esta nueva trilogía prime más la acción y el espectáculo por encima de la épica pero, aún así, las dos anteriores películas tenían sus momentos épicos. Pero aquí nada. Ni tan siquiera he visto épica en los momentos más brutales, como las muertes que se producen al final, las cuales no revelaré por los que no hayan visto aún la película y no se hayan leído el libro –que, por desgracia, los hay –.


Desde luego, no sé que le habrá pasado a Peter Jackson en esta película, porque las dos anteriores si me causaron mucha satisfacción. Quizá sea verdad que ha sido un error el dividir la saga en tres películas cuando el material no daba para tanto.

Sin embargo, esa es otra. Porque, a diferencia de las dos primeras, aquí no hay ninguna sensación de estiramiento; está estirada la historia, no os equivoquéis, pero aquí no da esa sensación. Además, para mí le faltan cosas.

Por ejemplo, la escena de Smaug y la destrucción de la Ciudad del Lago, aunque es un momento excelente y de lo más brutal, se me ha hecho demasiado corta. Para mí, debería haber sido una escena más densa que aprovechara mejor a un excelente villano como Smaug. Porque, después de los grandes momentos que nos dio en la anterior entrega, yo tenía muchas ganas de verlo más y me encuentro con que lo desaprovechan mucho.

Luego está el asunto de Sauron y el Concilio Blanco. La cosa, tal y como queda, está bien. Sin embargo, no hubiera estado de más que Jackson hubiera metido una escena en la que viéramos como se termina de forjar la alianza entre Sauron y Saruman. Pero, bueno, esto es solo a gusto propio. Además, conociendo a Jackson, seguro que tiene una escena como esa guardada para alguna versión extendida.

Bueno, vamos resumiendo ya.

La película es muy buena. Como ya he dicho, me ha gustado mucho y he disfrutado mucho viéndola. Pero, para mí ha sido la más floja de los tres. Si tengo que poner las tres películas en una escala sobre cual me gusta más y cual menos, sin duda, el primer puesto lo ocuparía La Desolación de Smaug, el segundo puesto lo ocuparía Un Viaje Inesperado, y el tercer lugar lo ocuparía esta;una escala muy diferente a la de El Señor de los Anillos, donde el puesto lo ocuparía El Retorno del Rey, el segundo puesto lo ocuparía La Comunidad del Anillo y el tercer puesto lo ocuparía Las Dos Torres.


Y es que, como ya he dicho antes, la película, aunque esté muy bien, para ser un final de trilogía no ha logrado estar a la altura. Y todo por esa falta de épica que se hace notar en todo momento.

Una pena. Pero, aún así, la película es muy buena y, desde luego, la recomiendo.








28 de noviembre de 2014

INTERSTELLAR (2014)

















Por fin he podido ver Interstellar, una película que esperaba con muchas ansias y que ha generado mucha expectación. Y todo porque quién la dirige es, nasa menos, que Christopher Nolan, un nombre propio que no deja a nadie indiferente, perteneciénte a uno de los cineastas más importantes de los últimos tiempos a quién ya podríamos colocar sin ningún problema entre los grandes cineastas de la historia del séptimo arte.

En el futuro, la Tierra se está muriendo y la humanidad ha comenzado el inicio de su extinción. Una misteriosa plaga está arrasando la vegetación, acabando con la vida de los animales y arrasando los cultivos, mientras que tormentas de polvo hacen la atmósfera irrespirable. En medio de todo esto, los ejércitos son inservibles y la ciencia y la tecnología están quedando obsoletos en una sociedad que ven en las granjas su única oportunidad de supervivencia. Cooper (Matthew McConaughey) es un expiloto de la NASA que ahora vive en una granja y trabaja la tierra mientras se ocupa de sus dos hijos: Tom (Timothée Chalamet) y Murph (Mackenzie Foy).

Cooper está muy unido a Murph, a quién transfiere sus conocimientos y su pasión por la ciencia; la cual se empeña en mantener viva a pesar de que el resto de la humanidad se empeña en lo contrario. Desde hace un tiempo, Murph afirma que hay un fantasma en su habitación. Al principio no la creen, pero Cooper pronto descubre que ese supuesto fantasma es una entidad que le está enviando mensajes cifrados. Tras descifrar uno de esos mensajes, descubre que son unas coordenadas y estas le llevan hasta unas instalaciones. Allí descubre que la NASA, a la que se creía desbaratada, sigue existiendo y, además, un viejo conocido suyo,  el profesor Brand (Michael Caine), trabaja en un ambicioso proyecto para salvar a la humanidad llevándola a otros planetas a través de un agujero de gusano. Cooper acepta formar parte de la misión, pero para ello deberá separarse de su familia, algo que afectará mucho a Murph.


Interstellar surgió de una idea que tuvieron la productora de cine Lynda Obst y el físico teórico Kip S. Thorne. Ambos coincidieron en la película Contact (Robert Zemeckis, 1997), donde ella fue productora ejecutiva y él colaboró como asesor. Los dos escribieron un tratamiento de ocho páginas inspirado en los trabajos de Thorne y en otras teorías científicas, como la Relatividad. Este tratamiento captó la atención de Steven Spielberg, quién en 2006 se puso al frente de un proyecto para llevarlo al cine en una película co-producida por DreamWorks y Paramount Pictures.

Spielberg contrató a Jonathan Nolan para escribir el guión. Este, para documentarse todo lo posible, estudió en el Instituto de Tecnología de California mientras trabajaba en el desarrollo del libreto, cosa que le llevó varios años en un proyecto que parecía no arrancar.

En 2009, Spielberg abandonó el proyecto, pero la Paramount quiso seguir adelante y buscó un nuevo director. Fue entonces cuando Jonathan propuso a su hermano, Christopher Nolan, quién se unió al proyecto en 2012 tras una larga temporada de negociaciones y, al igual que su hermano, también estudió mucho para estar bien documentado para la película. Además, con la llegada de Nolan también se unió al proyecto Warner Bros., ya que este estudio quiere estar implicado en todos los proyectos del director que tantas alegrías les ha dado estos últimos años.

Así, llegamos a esta Interstellar que, como era de esperar, está dando mucho que hablar.

Para empezar, está rindiendo bien en taquilla. Con un presupuesto de 165 millones de dólares, lleva ya recaudados 131 millones solo en EEUU y 330 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 461 millones de dólares; cifras que aumentarán este fin de semana y en las semanas venideras; sobre todo, en la taquilla mundial, ya que aún le quedan países por estrenarse.

Por lo demás, la crítica la está recibiendo bastante bien mientras que, como viene siendo habitual en el cine de Nolan, entre el público hay diversidad de opiniones. Por un lado están los fanáticos del director británico, que no dudan en considerar a la película una obra maestra. Por otro están sus detractores, que tachan a la película de basura; incluso antes de haberla visto. Mientras que, por otro lado más, están los que se mantienen en un punto intermedio, afirmando que la película es muy buena, pero sin llegar a la categoría de obra maestra.

Como ya sabéis bien los que me conocéis, yo siento gran devoción por Christopher Nolan, un director al que admiro e idolatro porque es un director bueno de verdad, con verdadero talento; nada que ver con esos seudocineastas sobrevalorados por los críticos y los gafapastas, más pendientes de los premios que ganan que de las películas que hacen.

Sin embargo, como ya sabéis, soy una persona sincera y no dudo en decir lo que una película me ha parecido de verdad, sin dejarme llevar por ningún tipo de devoción ni fanatismo. Por eso debo decir que mi opinión se acerca más al último grupo, ya que no catalogaría a la película de obra maestra.

No me malinterpretéis, ojo. La película no es, ni mucho menos, normalita ni simplona. Es una película EXCELENTE, yo diría que hasta BRILLANTE, que me ha hecho disfrutar enormemente y hasta ha llegado a emocionarme en varios momentos.


Sin embargo, tiene unos cuantos defectos. No son unos defectos muy grandes como para estropear mucho la película. Pero, lamentablemente, si la estropean lo suficiente como para impedirla ser una obra maestra.

Pero, de eso ya hablaré más adelante. Comenzaré por las cosas buenas.

No me entretendré mucho en el aspecto técnico y visual, porque aquí la película aprueba con matrícula; como viene siendo habitual en las películas de Nolan. El diseño de producción, la fotografía –obra del suizo Hoyte Van Hoytema, nuevo director de fotografía de Nolan ahora que Wally Pfister dirige películas –o los efectos especiales están muy cuidados y son realmente brillantes, haciendo que la película sea toda una muestra de imágenes a cada cual más bella.

Por otro lado, es una excelente película de ciencia ficción pero, a la vez, también es un drama tremendamente emotivo. Una historia muy humana, cuya trama y personajes atrapan desde el principio y que nos trasmite el mensaje de que el amor siempre triunfa por encima todo; incluso de la ciencia o la religión –no se tocan mucho los temas religiosos en la película, pero la cosa está ahí –. Son muchas las películas que, a lo largo de la historia, tratan de meternos ese mensaje, pero muy pocas lo consiguen de verdad porque son más falsas que un duro de yeso.

Ese no es, ni mucho menos, el caso de esta magistral película. Un film que se adentra muy bien en las emociones humanas, las cuales logra transmitir en todo momento y con toda claridad. Y todo gracias a la brillante forma de dirigir de Nolan, quién no se limita a buscar la lágrima fácil, sino que nos abre por completo el alma y el corazón de su película y nos hace a los espectadores partícipes de la historia y de las emociones de sus personajes, todos muy reales y muy bien reflejados; algo en lo que ha tenido mucho que ver su reparto.

De nuevo, Nolan vuelve a reunir un impresionante reparto de muchas caras conocidas, pero sin ser simples elementos decorativos. Al contrario, todos son interpretes muy bien escogidos en sus respectivos papeles que hacen un trabajo excelente acrecentado por la maravillosa dirección de actores del director británico. Incluso el robot TARS –que cuenta con la voz de Bill Irwin –está fantástico y llega a resultar, incluso, tan humano como los propios humanos –incluso más humanos que algunos humanos que aparecen en el film –; y eso que se trata de un robot que ni tan siquiera tiene forma humanoide, sino que parece más un iPad gigante que ha cobrado vida.

Todo el reparto de la película, sin excepciones, hace un gran trabajo. Aunque, de todos ellos, destacan especialmente dos.

Uno es su protagonista principal, Matthew McConaughey, a quién yo siempre he considerado un estupendo actor y en esta película va un paso más allá, estando realmente formidable y llevando muy bien el protagonismo de la historia.


La otra es Jessica Chastain, quién está fantástica en todo momento, consiguiendo atrapar desde su primera aparición y cautivando en cada uno de los fotogramas de la película en los que aparece. Pero, lo mejor, es la enorme química que tiene con McConaughey a pesar de que ambos no comparten plano en ningún momento.

Porque uno de los principales puntos de la película es la relación que el protagonista tiene con su hija Murph, viéndole en la película compartir muchas escenas con ella de niña –donde es interpretada por la joven actriz Mackenzie Foy, quién también hace un trabajo estupendo –y luego, al final, le vemos compartir una escena con ella de anciana –donde le da vida la siempre estupenda Ellen Burstyn –. Sin embargo, no llega a haber un encuentro entre él y ella siendo adulta; quiero decir, una escena en la que ambos interactúen entre ellos –los que hayan visto la película sabrán de lo que estoy hablando –.

Pero, sin embargo –y esto lo digo totalmente en serio –se siente la enorme química que hay entre ambos actores a pesar de que sus personajes estén a años luz de distancia y en mundos diferentes. Otro de los grandes logros de Nolan, sin ninguna duda.

Ahora vamos con lo malo.

Porque, como ya he dicho, no todo en esta película es perfecto y, por desgracia, tiene algunos fallos que la impiden ser una obra maestra.

Para empezar, la forma en como refleja los cataclismos que están arrasando la Tierra la he encontrado algo fría. Vemos que la Tierra se está muriendo por una misteriosa plaga que está acabando con la vegetación y los cultivos y tormentas de polvo que hacen la atmósfera irrespirable pero, sin embargo, no logra transmitir ese sentimiento de catastrofismo que algo así debería transmitir en una película. Encuentro todo eso como muy pasado por encima, sin profundizar ni siquiera un poco en ello.

Luego está la parte en el instituto donde el protagonista descubre que están reeducando a los niños, cambiando hechos históricos –como la llegada del hombre a la luna –, para convencerles de hacerse granjeros. Esa parte podía haberle dado a la película un toque muy Orwelliano, pero lo despachan demasiado deprisa y en seguida queda olvidado.

Otro defecto es lo rápido que transcurre la parte en la que el protagonista llega a las instalaciones de la NASA y es reclutado para la misión. No estoy pidiendo que se enrollaran mucho con esa parte, pero es que es vista y no vista y hasta le hace perder credibilidad.

Y, por último, llegando a la parte del viaje espacial, nos encontramos con dos mundos –el mundo de agua con olas como montañas y el mundo helado –que están de lo más logrados. Sin embargo, creo que deberían haber incluido algún que otro mundo más, ya que dos mundo solo –sin contar un tercero que se ve brevemente al final –saben a poco.

No obstante, estos defectos se deben más a falta de metraje. Muchos se quejan de que la película es demasiado larga; su duración es de 162 minutos -169 si sumamos los títulos de crédito finales –. Sin embargo, yo pienso que la película necesitaba más metraje; una duración superior a las tres horas que ayudara a profundizar más en los aspectos antes nombrados le hubieran hecho ganar muchos puntos a la película.

Nolan está en una posición que le permite poder arriesgarse con una película de más de tres horas y un presupuesto que sobrepase los 200 millones de dólares. Sin embargo, es un tipo con los píes en el suelo cuya cabeza no se nubla por sus taquillazos y sabe perfectamente que en Hollywood puedes pasar de estar en lo más alto a acabar en lo más bajo en poco tiempo; así que no quiere arriesgarse a convertirse en un nuevo Michael Cimino. Lo cual está bien pero, aún así, no hubiera estado de más que se hubiera arriesgado un poco.


Aunque, los defectos no se deben solo a la duración o el presupuesto. Porque otra cosa que caracteriza mucho al cine de Nolan es un total equilibrio entre la espectacularidad y el dramatismo. Sin embargo, aquí rompe ese equilibrio en favor del drama. Lo cual no es malo, pero le obliga a abandonar –salvo en la parte final –ese estilo frenético y esos montajes rápidos que tanto le caracterizan y que hacen sus películas más amenas.

Son fallos bastante pequeños en comparación con la maestría del film pero, como ya he dicho, impiden que esta película sea una obra maestra, quedándose a un paso de ser una nueva 2001: Una Odisea del Espacio (Stanley Kubrick, 1968).

Pero, aún así, la película es excelente. Un film maravilloso e influyente que transmite sentimiento en todo momento y que no deja nada indiferente. De nuevo, Christopher Nolan, aunque no haya estado tan acertado como en trabajos anteriores, nos vuelve a deleitar con otra magistral muestra de talento y, sobre todo, buen cine.


Una película altamente recomendable para todo el mundo; sobre todo, para los amantes de la ciencia ficción.









20 de noviembre de 2014

PERDIDA (2014)



















Bueno, regreso tras un descanso que me había tomado con esta blog. Me hubiera gustado haber vuelto con la review de Interstellar, lo nuevo de Christopher Nolan, pero, desgraciadamente, aún no he podido verla.

Sin embargo, la película que toca es también de lo más interesante.

Se trata de Gone Girl, conocida en España como Perdida. Una película que hace buena alusión al dicho de la belleza está en el interior. Porque, aunque por fuera pueda parecer un film de lo más convencional, por dentro es mucho más de lo que aparenta ser; lo mismo que las personas.

Claro, que conociendo a su director, puedes tener seguro que vas a encontrarte mucho más de lo que esperabas.

El día de su quinto aniversario, Nick Dunne (Ben Affleck) regresa a casa encontrándose con que su esposa, Amy (Rosamund Pike), ha desaparecido y hay señales de forcejeo en la casa. La policía comienza a investigar y el incidente llega hasta los medios de comunicación. En todo momento, Nick mantiene una actitud bastante fría, nada propia de un hombre que ha perdido a la mujer que ama. Es por eso por lo que se empieza a especular con la posibilidad de que haya matado él a suesposa y, de la noche a la mañana, Nick pasa de ser víctima a verdugo ante la opinión pública.



Perdida es la nueva película David Fincher, un nombre que, como ya he dicho antes, infunde tranquilidad, ya que nos encontramos ante uno de los mejores cineastas de las últimas dos décadas.

Como muchos cineastas actuales, Fincher comenzó trabajando en ILM, la empresa de efectos especiales creada por George Lucas –llegó a trabajar en El Retorno del Jedi (Richard Manquard, 1983) –, y luego se metió a dirigir videoclips y spots publicitarios antes de debutar en la dirección con Alien 3 (1992), tercera entrega de la saga iniciada por Ridley Scott en 1979 con un clásico que no necesita presentación.

Sin embargo, este debut fue un completo desastre, ya que su producción fue un caos donde él apenas tuvo voz ni voto y en donde los productores lo controlaban todo haciendo constantes cambios sobre la marcha que terminaron por joderlo todo y echar a perder una película que podría haber sido una buena continuación de la saga.

Esta experiencia le haría en el futuro ser más cuidadoso a la hora de elegir sus proyectos. Así, tras regresar una pequeña temporada a los videoclips, dirigió el thriller Seven (1995), una de las películas más importantes de los últimos tiempos que, además, fue un éxito enorme que terminó de asentarle en la industria. Así, inició una  brillante carrera en donde thrillers más convencionales, pero de impecable factura, como The Game (1997) o La Habitación del Pánico (2002), conviven con películas más de culto, como El Club de la Lucha (1999), Zodiac (2007), El curioso caso de Benjamin Button (2008) o La Red Social (2010); incluso un remake dirigido por él, Millenium: Los Hombres que no Amaban a las Mujeres (2011), es motivo de celebración.

Ahora nos trae esta película que adapta una novela de Gillian Flynn, quién es también autora del guión.

Para empezar, la película está siendo un éxito enorme. Con 61 millones de dólares de presupuesto, solo en EEUU lleva recaudados 152 millones a los que hay que unir 166 millones más recaudados en el resto del mundo, haciendo un total de 318 millones de dólares. Pero, ahí no queda la cosa, ya que la película está siendo alabada por público y crítica allá donde va e, incluso, ya se habla de ella como gran favorita para los próximos oscars.

La verdad que me gustaría. A ver si hay suerte y este resulta ser el año de Fincher tras los fallidos intentos de El Curioso Caso de Benjamin Buttony La Red Social. Algo así ocurrió con Martin Scorsese, quién lo intentó primero con Gangs of New York (2002) y después con El Aviador (2004) hasta que se llevó el gato al agua con Infiltrados(2006). Con Fincher podría suceder lo mismo.

Pero, bueno, eso ya se verá. Ahora, vamos a lo que importa, que no es otra cosa que decir lo que me ha parecido la película.



Antes de continuar, quiero dejar claro que hago esta review sin ningún spoiler. Ya que sé que, aunque se indica que los hay, muchos terminan por no aguantar la tentación de leerlos y no me gustaría chafar ninguna sorpresa a los que no han visto la película aún y no se han leído la novela.

Como habréis podido suponer, la película me ha ENCANTADO.

Fincher nos vuelve a ofrecer una nueva muestra de su gran talento con una dirección brillante y de lo más cuidada. Su estilo visual es siempre de lo más acertado, su ritmo nunca decae y la dirección de actores es de lo más sobresaliente.

El guión también es otro punto a favor. El hecho de que la propia autora sea también la guionista garantiza mucha fidelidad a la obra. Sin embargo, a diferencia de otros autores que también se han encargado de adaptar sus obras, ella no se limita a hacer una transcripción lineal, pasando el texto de novela a guión, sino que consigue muy bien reescribir su novela tal y como lo habría hecho si la hubiera escrito directamente como si de un guión cinematográfico se tratara.

Uno de los puntos donde la película está de lo más lograda es en sus diálogos. Esta película es casi todo diálogos, y eso es muy peligroso si se hacen las cosas mal o no del todo bien. Anda que no he visto películas repletas de diálogos de directores mediocres con aires de grandeza que se creen más de lo que son, las cuales terminan siendo auténticos plomazos llenos de gente hablando constantemente de cosas que no despiertan el más mínimo interés.

Afortunadamente, aquí no ocurre eso; más bien, todo lo contrario.

La forma en que Flynn plasma sus diálogos –tanto en la novela como en la película –y la forma en que Fincher los filma, hacen que los diálogos de esta película sean toda una delicia, captando el interés desde el principio hasta el final y, por muy largos que lleguen a ser, nunca resultan una carga. Cosas como estas son lo que diferencian a los directores buenos de verdad de esos otros sobrevalorados por la crítica y los gafapastas que lo único que hacen es aburrir.

A todo esto ayuda también el excelente trabajo de los actores. El reparto de la película, en su totalidad, hace un trabajo sobresaliente. Comenzando por su protagonista, Ben Affleck, un actor bastante odiado pero que, con el paso de los años, ha ido mejorando y se toma más en serio sus papeles; cosa que demuestra con creces en esta película donde, sin duda, hace uno de sus mejores trabajos y cada vez convence más como futuro Batman.

Aunque, quién sobresale por encima de todos y merece un especial reconocimiento es, sin duda, Rosamund Pike. Yo recuerdo cuando conocí a esta actriz británica en la película de la saga Bond Muere otro Día (Lee Tamahori, 2002) y, desde luego, la encontré mucho mejor que la chica Bond principal, Halle Berry, a quién se dio demasiado bombo –hasta se habló de un spin off de su personaje –por haber ganado un oscar ese año.



Desde entonces, ha tenido una carrera poco relevante, aunque productiva, casi siempre limitada a papeles secundarios y pasando casi siempre inadvertida entre las grandes estrellas o lo actores con más fama. Ahora, este puede ser el papel que termine de catapultarla e, incluso, podría valerle su primer oscar. Porque, desde luego, se lo merece, ya que en esta película está fantástica y hace un trabajo espléndido; para mí, sin duda, una de las mejores interpretaciones del año.

Resumiendo ya.

La película es muy buena. Le falta –aunque un poco –para llegar a ser una obra maestra, ya que tiene unos pequeños defectos; uno de ellos, sus últimos 15 minutos, donde la trama se acelera mucho y da la sensación de que quieren cerrarlo todo cuanto antes. Pero, aún así, es una película estupenda y uno de los mejores títulos del año.

Muchos dicen que es una crítica contra los medios de comunicación y, en parte, tienen razón, ya que los medios juegan un papel importante en la trama y que, en lo que a crítica social se refiere, se llevan lo suyo.

Sin embargo, la cosa no sé queda ahí. La película, al igual que la novela, hace una feroz crítica de la sociedad y hasta de la condición humana. Una cruel burla a como, basándonos en lo que dicen los medios o en simples rumores y habladurías, nos atrevemos a hacer juicios de valor y somos capaces de criminalizar a personas o convertir en ídolos a otras sin conocerlas si quiera. Algo de lo que, sin duda, todos –no creo que nadie se escape –hemos pecado alguna vez.


En definitiva, Perdida es una película excelente y 100% recomendable; si eres seguidor de Fincher te encantará y, si no lo eres, seguro que también.