Bueno,
ya he visto la tercera entrega de Iron Man, la película con
la que queda inaugurada la Fase 2 de Marvel Studios que culminará en
2015 con el estreno de la secuela de Los Vengadores y que es uno de los estrenos mas esperados de este año.
La
película se traslada después de los acontecimientos de Los
Vengadores. La batalla de Nueva York, que ha trastocado el mundo,
ha afectado gravemente a la personalidad de Tony Stark (Robert Downey
Jr.), quién lleva tiempo sin poder dormir ante el temor por las
fuerzas hostiles que existen en el universo y el peligro que
conllevan; especialmente para Pepper Potts (Gwyneth Paltrow). Es por
ello por lo que pasa largas jornadas en su mansión de Malibú
construyendo distintos tipos de armaduras. La mas nueva de ellas es
la Mark XLII, la cual puede manejar a distancia sin necesidad de
estar dentro de ella y que puede hacer que otras personas se la
pongan.
En
estos momentos, los EEUU viven una grave crisis ante una serie de
ataques terroristas perpetrados por un líder terrorista conocido
como El Mandarín (Ben Kingsley) al que les es imposible seguir la
pista, ya que utiliza a hombres infectados con una sustancia llamada
Extremis que le proporciona Aldrich Killian (Guy Pearce), líder de
la corporación I.M.A., y que hace a los que se les administra mas
fuertes y ágiles, pero también los vuelve inextrables
convirtiéndoles en bombas ambulantes. Para combatir esta amenaza, el
presidente de los EEUU (William Sadler) ha convertido a War Machine,
el alter ego del teniente coronel James Rhodes (Don Cheadle) desde
que se hizo con la armadura Mark II, en una versión mas patriótica
conocida como Iron Patriot. Sin embargo, El Mandarín parece tener
algo personal con Tony Stark, a quién ordena lanzar un gran ataque.
La
película nos llega con algunos cambios, sobre todo en el apartado de
la banda sonora y los efectos especiales. Aunque, el principal de
ellos es en la dirección, donde el habitual Jon Favreau –quién,
no obstante, ha continuado como productor ejecutivo y dando vida,
aunque de manera mucho mas reducida, a Happy Hogan -ha sido
reemplazado por Shane Black, uno de los guionistas mas famosos del
cine de acción de los 80 y 90 que ha estado tras los libretos de
títulos tan memorables como Arma Letal (Richard Donner, 1987)
o El Último Boy Scout (Tony Scott, 1991).
Esta
decisión vino abalada por muchos de los que se sintieron defraudados
con la segunda entrega, Iron Man 2 (2010), quienes veían con
buenos ojos la entrada de sangre nueva en la saga; aunque otros
pusieron en duda que alguien cuya experiencia en la dirección se
limite a una sola película, Kiss Kiss Bang Bang (2005), se
ponga al frente de una gran superproducción de 200 millones de
dólares.
No
obstante, con Shane Black ocurre lo mismo que con Joss Whedon, que
puede que tengan poca experiencia dirigiendo películas, pero han
estado en multitud de rodajes de grandes superproducciones y se han
codeado con muchos directores buenos, aprendiendo mucho de ellos y
adquiriendo grandes conocimientos que ahora han puesto en práctica
con bastante acierto.
De
todas maneras, la película está recibiendo muy buenas críticas y
está siendo muy bien recibida por el público. No paro de escuchar
elogios hacia ella, a la que ya califican como la mejor entrega de la
saga y hasta como la mejor película del universo Marvel; incluso
afirman que es mejor, incluso, que Los Vengadores.
Pongamos
el freno y vamos a tomar esto con calma.
No
hay duda de que muchas de estas críticas vienen, como ya he dicho,
de gente que se sintió defraudada por la segunda entrega, la cual
fue muy criticada en su día –y todavía sigue siéndolo –por
centrarse demasiado en la transición hacia Los Vengadores
dejando un poco de lado la historia principal. Yo, desde luego, no
estoy entre esas personas. A mi la segunda entrega si me gustó y
considero que, de haber durado unos 20 minutos mas –en cine 20
minutos dan para mucho, creedme –hubiera dado mas cancha a los
responsables para poder abordar todo el material y se la valoraría
mejor.
Sin
embargo, esta tercera entrega se ha hecho teniendo muy en cuenta a
los detractores de aquel film, ya que la película se centra mucho
mas en la figura de Tony Stark y, aunque se menciona a Los
Vengadores, no hay ningún cameo de otros personajes del universo
Marvel –tan solo en la tradicional escena de los créditos finales;
la cual no revelaré pero si diré que no es esa prometida escena que
enlaza con los Guardianes de la Galaxia –y a penas hay
huevos de pascua a lo largo del matraje.
Yo,
desde luego, voy a dar mi mi opinión sobre la película, la cual es
totalmente sincera y no viene condicionada por ningún otro factor.
A mi la película me ha gustado, he disfrutado mucho viéndola y hasta había momentos que me hicieron saltar de la butaca. Sin embargo, aún así, me ha dejado una cierta sensación de decepción. Desde luego, no es la gran obra maestra de la que muchos hablan y, para nada, es mejor que las dos primeras. De hecho, si me preguntarán cual es la entrega de la saga mas floja, diría que es esta.
Donde si supera esta película a sus predecesoras es en lo que acción y espectacularidad se refiere. Las dos primeras entregas son muy buenas, pero tienen el defecto de que se echa en falta mas escenas de acción, ya que las que tienen, aunque están muy bien rodadas, saben a poco; como ya dije cuando analicé la segunda, Jon Favreau es muy bueno dirigiendo, pero le falta ambición en las escenas de acción.
En
cambio, a esta entrega le ha venido muy bien el cambio de director.
Shane Black le da a la película unas dosis de espectacularidad y
adrenalina realmente impresionantes y nos deleita con una serie de
secuencias de acción impactantes, como el ataque a la mansión
Stark, la brutal pelea en el pueblo de Tennesse, el asalto y la
posterior huida de la mansión de Miami, la parte del Air Force One
y, sobre todo, la muy espectacular batalla final en el barco entre el
ejército de armaduras de Tony Stark y los soldados extremis; un
momento realmente impresionante donde vemos al protagonista cambiando
de armadura varias veces en plena batalla. Todo ello sazonado con un
estilo que recuerda un poco al cine de acción de los 90, algo en lo
que Black es muy experto.
Luego,
la película está muy bien rodada, con un ritmo que a penas decae y
una muy lograda dirección de actores que maneja muy bien un
estupendo reparto donde vuelve a sobresalir un excelente Robert
Downey Jr., quién vuelve a hacer suyo el personaje desde el primer
momento; esta vez en su versión mas atormentada.
Desde
luego, Black aprueba con nota como director en esta película.
Del
diseño de producción no hace falta que hable, ya que ambos son muy
buenos y no tengo ninguna pega en torno a ellos. Los cambios en el
apartado de efectos especiales a penas se notan; especialmente, en
calidad.
De lo
que si quiero hablar es del guión, que es donde la película tiene
mas fallos.
El
guión, escrito por Drew Pearce y el propio Black no es malo, al
contrario, es bueno; le da a la película un tono mas serio, aunque
siempre encuentra cabida para los habituales chistes de Tony Stark.
Sin embargo, tiene algunos defectos; especialmente, como adaptación
de cómic.
La
película, supuestamente, adapta The Invincible Iron Man:
Extremis, una miniserie de cómic escrita por Warren Ellis en
2005. Sin embargo, salvo el virus Extremis y algunos personajes, poco
de ese cómic se ve en este film y da mas la sensación de que Black
ha hecho mas su propia película sin a penas tener en cuenta estos ni
ningunos otros cómics del hombre de hierro.
Aunque,
eso se le puede perdonar, ya que continúa fiel al universo Marvel y,
sobre todo, fiel a Los Vengadores. Pero, lo que si es
imperdonable es el asunto de los villanos; especialmente, el villano
principal.
OJO,
que vienen SPOILERS.
Una
de las cosas mas esperadas por los fans era la aparición de El
Mandarín, el famoso archienemigo de Iron Man. Después de no ser
visto en la primera entrega y tampoco en la segunda –aunque, en un
principio estaba prevista su aparición –, finalmente el personaje
hace su gran aparición en este film interpretado por el gran actor
Ben Kingsley; una decisión bastante discutida, ya que este actor no
es oriental como el personaje. Pero, bueno, esta decisión se puede
perdonar, ya que Kingsley es un excelente actor y, si algo se le da
bien, es hacer de personajes exóticos.
El
gran problema es que Black ha hecho con el personaje en este film,
practicamente, lo mismo que hizo Christopher Nolan con Ra's al Ghul
en Batman Begins (2005). Algo que, aunque fuera una gran
licencia que se tomó en torno a los cómics, funcionó bastante bien
en aquella película. Sin embargo, en esta película, a parte del
chasco que habrá supuesto para muchos fans, no funciona tan bien por
dos principales razones.
La
primera es que estamos hablando del principal archienemigo del
superheroe protagonista, alguien que es para Iron Man lo mismo que el
Joker para Batman o Red Skull para el Capitán América, y ahora nos
encontramos con que ha quedado reducido a la nada en el universo
cinematográfico.
Y la
segunda –aunque principal razón –es que, mientras en Batman
Begins el villano principal terminaba siendo el personaje de Liam
Neeson, un personaje realmente impresionante que valía mucho como
villano principal, aquí, en cambio, el villano principal termina
siendo Guy Pearce, que es un estupendo actor y hace un estupendo
trabajo en este film, pero su personaje, Aldrich Killian, no termina
de convencer. Es un personaje que funciona muy bien como villano
secundario, pero le queda muy grande el ser el villano principal.
Además, vale que quisieran darnos una sorpresa, pero convertir en
villano principal a alguien que en los cómics pasa sin pena ni
gloria no me ha parecido de lo mas acertado.
Lo
mas positivo de todo esto es que nos ha ofrecido otra nueva
oportunidad de ver lo gran actor que es Ben Kingsley, quién ha
sabido reflejar muy bien las dos caras del personaje: la de cara al
público –que es la que hemos visto en los trailers –y la
verdadera, la que nos da esa sorpresa desagradable.
Fin
de los SPOILERS.
Otro
defecto es que, al centrarse mucho en Tony Stark, desaprovecha mucho
a los demás personajes; aunque, a algunos mas que a otros.
Pepper
Potts, de nuevo estupendamente interpretada por Gwyneth Paltrow, aquí
llega a ponerse la armadura y llega a tener escenas de acción, sobre
todo al final del film; pero, sin embargo, está bastante ausente
durante gran parte de la película, teniendo solo pequeña
apariciones cuando su personaje, después de las dos primeras
películas –sin contar su aparición en Los Vengadores –,
ya debería tener mucha mas presencia.
James
Rhodes, al que vuelve a dar vida Don Cheadle, tiene una participación
aceptable en el film; aunque prefiero mucho mas verle como War
Machine que como Iron Patriot –de hecho, en la película lo
comentan unas cuantas veces –.
Ya he
dicho que Happy Hogan (Jon Favreau) está ausente durante la mayor
parte del film; aunque, esto era de esperar.
No
obstante, quién mas desaprovechada está es Maya Hansen,
interpretada por una bella y estupenda Rebecca Hall, cuya presencia
en el film es vista y no vista a pesar de la importancia de su
personaje en la trama y el juego que podría haber dado.
Sin
duda, como ya ocurrió con la segunda entrega, la duración solo de
dos horas ha afectado negativamente al film –oficialmente, la
duración es de 130 minutos, pero esos 10 minutos de mas deben ser de
los títulos de crédito finales, seguro –; desconozco si esa otra
versión que han hecho para los chinos será mas densa, aunque no
creo que sea mucho. Sin embargo, la película pierde bastante tiempo
dando cancha a un personaje que, la verdad, para mi no se merecía
tanto protagonismo.
Hablo
de ese niño con el que Tony Stark se encuentra en el pueblo de
Tennesse y que, aunque resulta una gran ayuda para él, resulta un
personaje de lo mas insoportable. Al menos, yo lo encontré así.
Puede que se deba a lo poco que me gustan los niños, pero yo a ese
crío no lo trago.
Otro
defecto que he encontrado es esa forma tan precipitada de cerrarlo
todo al final, algo que he encontrado de lo mas forzado; aunque esto
debe estar motivado por la posibilidad de que Robert Downey Jr. deje
de ser Tony Stark tras esta película.
En
fin, vamos resumiendo ya.
Como
ya he dicho, la película es buena. A mi me ha gustado mucho y tengo
ganas de verla mas veces; las escenas de acción hacen vibrar y el
desarrollo a penas aburre. No obstante, aunque ha cumplido muchas de
mis expectativas, no las ha cumplido todas, especialmente, como
adaptación de cómic; y no me refiero solo a lo poco que el
personaje se pone la armadura a lo largo del metraje, como dicen
muchos por ahí.
Como
película de acción, le da cien patadas a sus dos predecesoras, ya
que contiene mucha mas acción y adrenalina que las dos primeras
películas juntas. Sin embargo, como adaptación de cómic y como
película en otros aspectos se queda por debajo de las dos primeras y
hace que esta sea la entrega menos lograda de la saga. No hay duda de
que se la está sobrevalorando mucho; especialmente, por los que,
como ya he dicho, se sintieron defraudados con la segunda entrega.
Para mi, en cambio, está por debajo sus predecesoras y, desde luego,
ni de coña es mejor que Los Vengadores.
Pero,
vamos, que nadie me malinterprete. Es una buena película que hace
disfrutar desde que empieza hasta que termina y encaja muy bien en
este universo cinematográfico de Marvel. No hay duda de que va a
arrasar en taquilla. De hecho, ya lo está haciendo. Todavía no está
confirmado del todo, pero se dice que la película lleva ya
recaudados 195 millones de dólares en los países en los que se ha
estrenado. Y todavía falta por ver lo que recauda cuando se estrene
en EEUU el próximo 3 de mayo que, sin duda, también será mucho.
Yo,
desde luego, la recomiendo.
P. D: No se si alguien mas se habrá fijado, pero la primera aparición de Aldrich Killian al principio de la película me ha recordado mucho a la de Enigma (Jim Carrey) en Batman Forever
(Joel Schumacher, 1995). Aunque, tranquilos; ya le gustaría a aquella tercera entrega parecerse, aunque sea un poco, a esta.