Jupiter Ascending –o El Destino de Júpiter, como se la conoce
en España –es la nueva película de Los Wachowski, famoso dúo de directores,
guionistas y productores formado por los hermanos Andy Wachowski y Lana
Wachowski –conocido como Larry Wachowski antes de someterse a una operación de
cambio de sexo –.
La película debió haberse estrenado el pasado verano,
pero su estreno se retrasó varios meses cuando sus autores decidieron hacer un remontaje
de efectos especiales que le dio a la película una imagen totalmente distinta.
Jupiter Jones (Mila Kunis) es una joven inmigrante rusa
que vive en Chicago trabajando como limpiadora de casas junto a su madre y su
tía. Deseosa de comprarse un telescopio como el de su padre, un británico
amante de la astronomía (James D´Arcy), acepta la propuesta de su primo de
vender sus óvulos. Pero, durante la intervención, los médicos resultar ser unas
extrañas criaturas que la buscan e intenta matarla. No obstante, es salvada por
Caine Wise (Channing Tatum), un cazador ex-militar manipulado genéticamente.
Será cuando descubra que forma parte de un gran complot que podría afectar al
destino de la Tierra.
Los hermanos Wachowski son mundialmente conocidos por
haber revolucionado el cine de ciencia ficción a finales del siglo pasado con
la maravillosa Matrix (1999), película
que es todo un clásico y con la que tenían pensado crear su propio universo
cinematográfico y una franquicia destinada a hacerle sombra a las mismísimas Star Wars y Star Trek. Sin embargo, el sueño se desvaneció cuando, en 2003, estrenaron
sus ambiciosas dos secuelas, Matrix
Reloaded y Matrix Revolution, las
cuales, aunque fueron dos grandes éxitos de taquilla, resultaron de lo más
decepcionantes.
Después de esto, dirigieron las películas Speed Racer (2008) y El Atlas de las Nubes (2012) -esta última, en colaboración con Tom Tykwer (El Perfume) -, ambas dos grandes fracasos de taquilla. Como productores tuvieron más suerte con V de Vendetta (2005) y Ninja Assassin (2009) -esta última no hizo unas cifras muy altas, pero tampoco era una película muy ambiciosa, lo cual lo compensaba -. Así que su carrera esta última década ha sido un tanto irregular.
Ahora llegan con esta película, una space opera que mezcla ciencia ficción
y fantasía con la que esperaban realizar una jugada parecida a la que hicieron
con Matrix. Sin embargo, han vuelto a
darse el batacazo.
El fracaso en taquilla ha sido tremendo. Si bien, es
cierto que la película ha remontado en el mercado chino –salvador de varias superproducciones
americanas últimamente –, donde tuvo un arranque bastante potente con 23
millones de dólares en su estreno. A día de hoy, la película lleva recaudados
46 millones en EEUU y 125 millones en el resto del mundo, haciendo un total de
171 millones de dólares. Con mucha suerte, logrará recuperar los 176 millones
de su presupuesto.
No obstante, no hay que olvidar los gastos de publicidad,
los cuales también hinchan el presupuesto. Por lo que tengo entendido, sumando
los gastos de publicidad, el presupuesto de la película ascendería a 215 millones
de dólares, una cifra a la que van a tener que hacer auténticos malabares para
poder llegar. Por lo que, por mucho que digan que la está salvando el mercado
chino, la etiqueta de fracaso ya la lleva puesta.
Y, desde luego, el boca a boca no le está ayudando nada.
La mayoría del público no ha salido muy entusiasmado de verla, que digamos. Por
su parte, las críticas están siendo muy dispares; unos críticos la adoran,
otros críticos la odian y muy pocos se colocan en un término medio.
¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.
A mí Speed Racer y
El Atlas de las Nubes me parece que
fueron dos fracasos inmerecidos. Ambas películas fracasaron porque el gran
público no asimiló bien sus personales estilos ni sus vibrantes montajes. Pero,
por lo que a mí respecta, ambas películas son buenas; no son ninguna maravilla,
todo hay que decirlo, pero a mí me gustaron.
En cambio, esta película es otro cantar. Por lo que a mí
respecta, el fracaso está más que merecido, porque la película es…
…UNA PUTA MIERDA.
Y esto me lo veía venir.
Al principio me interesé por la película por venir de
quienes venían y porque la protagoniza Mila Kunis, una actriz que me gusta
mucho. Sin embargo, poco a poco fui perdiendo el interés en ella porque todo lo
que veía en los tráilers, imágenes y demás material que iba saliendo me echaba
para atrás; sobre todo, esa imagen de fantasía ñoña y ese estilo de space opera
cutre que destilaba en todo momento.
Sin embargo, volví a engancharme después de que los
Wachowski hicieran ese remontaje que obligó a retrasar el estreno varios meses.
Y es que, le habían dado a la película una imagen totalmente distinta,
pareciendo ya una película de ciencia ficción adulta que recordaba a clásicos
como Dune (David Lynch, 1984). Así
que mi interés en ella volvió a crecer y llegué a creer que había juzgado mal a
la película y a los Wachowski.
Sin embargo, tras haberla visto, me doy cuenta de que mis
sospechas anteriores al remontaje no estaban mal encaminadas. Se ve que los
Wachowski se dieron cuenta de que su mierda apestaba desde kilómetros de
distancia y decidieron envolverla en un papel bonito y perfumado para
despistarnos.
Es como si coges un palo, lo metes en una caja, la
envuelves para regalo y se lo regalas a alguien creyendo que su reacción va a
ser como la del niño de aquel anuncio. Sin embargo, la realidad es otra y lo
único que terminas consiguiendo es que te acaben metiendo el palo por el culo.
Pues eso es lo que les ha pasado a los Wachowski con esta película.
Y es que la película es un PETARDO.
Vale que su historia está bastante trillada. Sin embargo,
podría haber funcionado si el guión hubiera estado a la altura. Sin embargo, el
guión que han escrito los Waxhowski es una completa cagada y contiene todos los
elementos que hacen malas a las películas. Hay tópicos como para parar un tren,
los personajes están estereotipados a más no poder, los diálogos que dan
vergüenza ajena no paran de sucederse, lo mismo que las situaciones ridículas.
Por no hablar de que todo es tan previsible que parece que te la has visto ya la
película varias veces a pesar de estarla viendo por primera vez.
La película es terriblemente aburrida y soporífera; yo empecé a mirar el reloj a partir del minuto 37, no bromeo, lo cual no es nada bueno. Luego, encima, le meten elementos humorísticos que, lejos de mejorarla, lo único que consiguen es abochornar y dar vergüenza ajena; lo de los funcionarios espaciales es para echarse a llorar y lo de ese abogado robot-gay-metrosexual ya ni os cuento. Además, dan la sensación en todo momento de que están metidos con calzador y eso empeora aún más las cosas.
Ni tan siquiera las escenas de acción sirven para que la
cosa se anime un poco porque, aunque no están mal filmadas, son terriblemente
monótonas y carecen por completo de elementos brillantes que hagan saltar en la
butaca; cuesta creer que los responsables de Matrix estén detrás de esto.
Sobre los efectos especiales, los Wachowski hicieron un
trabajo excelente con el remontaje. Todo lo que está hecho con CGI es realmente
muy bueno, sobre todo el diseño de producción y el de las criaturas digitales –especialmente,
esos seres reptiloides alados que, desde luego, son de lo mejor del film –. Por
desgracia, el remontaje solo afectaba al CGI, por lo que el resto de elementos
son tan cutres como al principio. Lo que más, sin duda, son los maquillajes,
los cuales llegan a dañar la vista de lo mal hechos que están y parecen más
propios de una mala película de serie B.
Mila Kunis es una buena actriz y hace lo que puede en
todo momento para llevar el protagonismo de la película; sin embargo, no diría
que este es uno de sus mejores trabajos. Channing Tatum está tan soso e
inexpresivo como siempre; a lo que hay que añadir lo ridículo que queda con
esas orejas de elfo que le ponen –eso sí, no son las peores orejas de la
película –. El villano principal, Eddie Redmayne, este año ha ganado el oscar
por dar vida a Stephen Hawking y no digo que no se lo merezca; pero, lo que es
en esta película, más sobreactuado y ridículo no puede estar. Sean Bean lo hace
bien, pero da la sensación en todo momento de no creerse su papel.
Y así podría seguir con todos los miembros del reparto,
pero me darían las uvas. Tan solo decir que la única que logra dar más la talla
de todo el elenco es Tuppence Middleton a pesar de lo desaprovechado de su
personaje y el maquillaje tan malo que le ponen.
En fin.
Pero, bueno, no todo van a ser hostias a esta película,
ya que también hay algunos buenos momentos –muy pocos, esos sí –entre tanta
mierda. La parte del principio, correspondiente a los padres de la protagonista
está bien. Destacar que en esa escena aparece James D´Arcy, quién me gustó
mucho en la serie Agent Carter; por
desgracia, aquí apenas le dan la oportunidad de lucirse.
También me gustó la violenta pelea final entre la
protagonista y el malo, un momento bastante brutal y muy logrado;
desgraciadamente, no dura mucho y, encima, lo estropea un poco lo absurdo del
momento –¿cómo narices llegó el malo ahí arriba tan rápido con un disparo en la
pierna…? –. Pero, bueno, esa escena es de las pocas que logra levantar una
sonrisa entre tanta cara de asco que se te pone a lo largo del metraje.
De todas maneras, esos pocos momentos logrados tan solo
son pequeños islotes en el océano de porquería que es esta película. Un film
terriblemente malo, nefasto y aburrido que sus responsables supieron adornar
bien con unos brillantes efectos especiales.
Sin duda, el peor trabajo de los Wachowski, quienes aquí
se han lucido creyendo que podrían conquistar de nuevo al público con semejante
chapuza y que con meterle efectos especiales mejorados la cosa iba a mejorar. No
sé si a estas alturas serían capaces de volver a ofrecernos otra maravilla como
Matrix pero, desde luego, son capaces
de hacer cosas mejores y no basuras como esta, totalmente impropia de ellos.
A ver si en su próxima película están más inspirados;
porque, lo que es en esta, parece que la inspiración se les ha ido volando.