ATENCION. Advierto que esta entrada contiene SPOILERS de la película. Así que advierto a todo el que no la ha visto aún que se abstenga de leerla o lo haga bajo su total responsabilidad.
Después del éxito –no tan
arrollador como se esperaba, pero si muy satisfactorio –de The Amazing Spider-Man (2012), nos llega su primera secuela, The Amazing Spider-Man 2; que en España
se ha estrenado con el subtítulo de El
Poder de Electro.
Pero, además de una secuela, esta
película también abre el camino a un universo cinematográfico que se ampliará
con dos secuelas más que llegarán en 2016 y 2018, respectivamente, y dos
spin-offs; uno protagonizado por Venom y otro con Los Seis Siniestros como eje central.
Todo eso ya se verá. Ahora
hablemos de esta película que es lo que importa.
Después de dejar a su hijo Peter
al cuidado de sus tíos, Ben Parker (Martin Sheen) y May Parker (Sally Field),
Richard Parker (Campbell Scott) y Mary Parker (Embeth Davidtz) tratan de huir
en un jet privado. Sin embargo, son interceptados por un asesino enviado por
Oscorp para asesinarles. Richard consigue reducir al asesino, pero el avión
resulta dañado y cae. Antes de morir, Richard consigue transmitir un mensaje a
través de su portátil. Años después, Peter Parker (Andrew Garfield) está cada
vez más asentado luchando contra el crimen en Nueva York bajo la identidad de
Spiderman. También su relación con Gwen Stacy (Emma Stone) va viento en popa.
Sin embargo, no para de tener visiones del padre de esta, George Stacy (Denis
Leary), quién antes de morir le hizo prometer que tendría a su hija al margen
de su peligrosa vida como superhéroe. Es por ello que decide romper con ella.
Mientras, en Oscorp, se está
produciendo un gran cambio. Norman Osborn (Chris Cooper) ha muerto y su hijo,
Harry Osborn (Dane DeHaan), ha llegado a la ciudad para reemplazarle al frente
de la empresa. Pero Harry tiene el problema de que ha heredado la enfermedad
genética de su padre y él también tiene los días contados. Al haber sido
destruidas la arañas alteradas con las que la compañía experimentaba en una
acción de lavado de imagen tras los acontecimientos de la anterior entrega,
Harry llega a la conclusión de que necesita la sangre de Spiderman para
sobrevivir, por lo que no duda en pedirle a Peter, con quién tiene una gran
amistad a pesar de ser de mundos diferentes, un encuentro con el arácnido.
Peter, aunque quiere ayudar a su amigo, se niega porque teme los efectos que
pueda causarle. Pero Harry no se rinde y, cuando su asistente, Felicia
(Felicity Jones), le dice que, aunque fueron destruidas las arañas, el veneno
de estas se conservó, decide utilizarlo. Sin embargo, es apartado de la empresa
por el avaricioso Donald Menken (Colm Feore). Esto le hará aliarse con Max
Dillon (Jamie Foxx), un empleado de Oscorp que diseñó la línea de suministro
eléctrico y que, tras sufrir un accidente en el que cayó en un estanque de
anguilas eléctricas, se ha convertido en un ser eléctrico capaz de controlar la
electricidad que responde al nombre de Electro.
La película vuelve a estar
dirigida por Marc Webb, quién no podía ocuparse de esta película, ya que estaba
atado bajo contrato a la Fox para realizar la secuela de (500) Días Juntos (2009). Sin embargo, era tal el empeño de Sony
por tener a Webb de vuelta que llegó a un acuerdo con la Fox por el cual
reemplazó la escena de los créditos finales –donde se veía al misterioso hombre
del sombrero con la cabeza de Norman Osborn congelada cliogénicamente y daba a
entender la posibilidad de resucitarlo en el futuro –por un avance de X-Men: Días del Futuro Pasado.
Algo que, lamentablemente, ha hecho
que muchos fans se ilusionaran con la posibilidad de ver a Spiderman junto a
los X-Men en una película que, desde luego, no va a ocurrir, ya que a pesar de esto, Sony y Fox
seguirán yendo cada uno por su lado con sus respectivas franquicias.
Dejando esto a un lado, la
película no se estrena en EEUU hasta el próximo 2 de mayo, pero en algunos
países, como España, ya puede verse y, hasta el momento, lleva recaudados 47
millones de dólares; una buena cifra teniendo en cuenta que la película aún no
está aún en los cines americanos.
No hay duda de que hará unos datos de taquilla muy buenos. Aunque, la pregunta es si serán
suficientes, porque la película necesita hacer unas cifras realmente impresionantes,
ya que estamos hablando de una enorme superproducción cuyo presupuesto oscila
entre los 200 y los 255 millones de dólares. Eso sin mencionar lo que se deben
haber gastado en publicidad, que debe haber sido una barbaridad, ya que Sony –muy
nerviosa al no pasar, precisamente, por sus mejores momentos económicos –lleva
meses bombardeándonos hasta la saciedad con multitud de tráilers, TV-spots, imágenes,
posters, banners de esta película. Ahora con la película en los cines queda
saber si toda esa gran campaña ha servido para algo.
Pero eso se verá más adelante.
Ahora, lo importante es hablar de lo que me ha parecido la película y a eso es
a lo que voy ahora mismo.
La primera película me gustó, me
pareció correcta y de lo más aceptable. Sin embargo, estaba lejos de ser una
película brillante y tenía varios defectos; el más importante, el villano, un
Lagarto muy bien hecho técnicamente, pero al que estropearon en un fracasado
intento de darle un aspecto más humanoide.
Esta secuela, aunque supera a su
predecesora, me ha parecido más de lo mismo. Lo que quiere decir que me ha
gustado también, pero no me ha terminado de matar y, aunque se mejoran algunos
defectos de la primera, continúa teniendo varios de los problemas que impidieron
a su predecesora ser más de lo que al final fue.
Sobre las mejorías que hay en la
película, una de ellas está en la
dirección de Marc Webb. El tipo continúa inútilmente intentando emular a
Christopher Nolan, pero ya lo hace menos y ahora se centra mas en hacer su trabajo teniendo mas en mente la mitología del arácnido.
También ha sido acertada la inclusión de Alex Kurtzman y Roberto Orci en el guión, quienes han sabido coordinar bien las distintas subtramas que tiene la película –el pasado de los padres de Peter, la relación con Gwen –con la trama principal. También han conseguido que los chistes y las bromas que Spiderman hace cuando combate contra los criminales no parezcan tan forzadas ni resulten ridículas. Aunque, su mejor logro es como han enfocado la relación amistosa entre Peter Parker y Harry Osborn, algo que se omitió completamente en la anterior entrega y que aquí han sabido introducirla bien con la idea de que fueron separados por la fuerza al ser de mundos diferentes y ahora se reencuentran; algo que queda un poco forzado, pero resulta aceptable.
Luego tenemos que la película es muy, pero que muy espectacular. Y eso a pesar de que las escenas de acción están muy contadas. Porque, si esquematizamos la película por escenas de acción, vemos que solo tenemos la escena del jet privado al principio, la escena del camión, los dos enfrentamientos con Electro y la pelea final con el Duende Verde que, como ya se venía intuyendo, culmina con la muerte de Gwen Stacy de una forma muy dramática y parecida a la del cómic –solamente cambia el escenario –. También está la reaparición final de Rhino, pero esa prefiero mejor no incluirla porque no llegamos a ver exactamente a Spiderman peleando con él, ya que la película se termina para entonces.
Así están las cosas. En una película de 2 horas y 22 minutos, los momentos de acción son realmente escasos. Afortunadamente, lo compensa el hecho de que estos momentos, aunque pocos, son de los más espectaculares e impresionantes; la escena del camión es brutal y de lo mas trepidante y los enfrentamientos con Electro son realmente alucinantes.
El trabajo de los actores sigue siendo bueno.
Andrew Garfield me convenció como Spiderman en la primera entrega y aquí vuelve a hacerlo y, además, se nota que su interpretación ha evolucionado –no mucho, eso sí –con respecto al primer film. Además, es un gustazo verle enfundando en un traje mucho más fiel, porque el que le pusieron en la primera –ese que parecía estar hecho con balones de baloncesto –no me convencía para nada y siempre me chirriaba verlo.
Emma Stone vuelve a estar
fantástica como Gwen Stacy, enamorando a la pantalla en cada una de sus
apariciones. La verdad es que lamento que no hayan dejado su muerte para la
tercera entrega y así poder disfrutarla un poco más; seguramente, la sacarán en
algún flashback o alguna escena donde Peter se la imagina, pero no será lo
mismo.
Dane DeHaan también hace un
estupendo trabajo a pesar de que, en algunas ocasiones, su Harry Osborn llega a
parecer el famoso Damien de la saga La
Profecía. Otra cosa es su Duende Verde, de lo que hablaré más adelante.
Jamie Foxx también está genial,
logrando con su interpretación que esa representación de Max Dillon en plan
nerd que hacen en la película no llegue a caer en el ridículo. Además, llegas a
perdonar que se tomen la libertad de que el personaje sea negro; mas grave me parece el cambio que hacen
con la doctora Ashley Kafka, a la que convierten en un hombre interpretado por
Marton Csokas.
Por lo demás, el resto del
reparto hace un buen trabajo; aunque con algunas excepciones. La más importante
es la de Paul Giamatti, que da vida a Aleksei Sytsevich, el alter ego de Rhino. El tipo es un excelente actor, pero aquí lo he encontrado demasiado
sobreactuado e insoportable, dando más la sensación de que su personaje es más una parodia de
sí mismo. Aunque, eso no es culpa de él, sino de la dirección de actores y de
cómo han enfocado al personaje en el guión.
Sigamos con las cosas malas.
Para empezar, vuelvo a lo de los tráilers. Y es que, en la gran cantidad de tráilers que esta película ha tenido –llegué a perder la cuenta, en serio –se nos mostraban un montón de escenas y diálogos que luego no salen en la película, como cuando Harry le cuenta a Peter que Oscorp le tenía bajo vigilancia, cuando el mismo Harry dice que pueden cambiar el mundo con no se qué, cuando Harry también le pregunta a su padre que pasa con Peter y este le responde que no todo el mundo tiene un final feliz. Aunque, la que se lleva la palma es cuando Spiderman salva a Max Dillon, al ver que trabaja en Oscorp, le dice que será sus ojos y oídos dentro de la empresa; esta escena si sale, pero con el diálogo cambiado y en esta ocasión Spiderman le dice que será sus ojos y oídos en la calle.
Es muy normal que en los tráilers
de las películas salgan una o dos escenas que no aparecen en el film, pero es
que aquí se pasaron tres pueblos. No contentos con saturarnos con el bombardeo
de tráilers y material promocional, luego van y nos la meten doblada. Porque es que te haces una idea de la película que luego es otra bastante diferente.
Y ese no es el único engaño al
que nos someten. Todavía recuerdo las declaraciones de Felictity Jones afirmando
que su personaje iba a tener escenas de acción y hasta llevaría disfraz para al
final verla solo en unas pequeñas apariciones cuya única relevancia es que su
personaje se revela como Felicia Hardy. Seguramente, tendrán pensado que tenga
más presencia en la tercera entrega, donde podría convertirse en la Gata
Negra. Pero, vamos, esta es la segunda entrega; ya habrá tiempo de
hablar de la tercera, para la que faltan todavía dos años.
Otra cosa que me fastidia es que
borraran a Mary Jane, quién iba a aparecer interpretada por Shailene Woodley, pero se la suprimió. Vale que la película tenía muchos personajes, pero
podrían haberla incluido perfectamente de una forma parecida a como han hecho
con Harry Osborn, haciendo que ella y Peter ya se conozcan del pasado y los dos
se reencuentren cuando ella se va a vivir a casa de su tía, vecina de
tía May como en los cómics; incluso se podría mencionar que se conocieron
cuando sus tías les organizaron una cita a ciegas y estuvieron saliendo durante
un tiempo. De esta manera, incluso, se podría haber incluido en la película, tras la muerte de Gwen Stacy, una escena como esta, que tantas ganas tengo de ver en una película.
Otro defecto son algunas escenas
de lo mas ridículas, como cuando Peter tiene que disimular con tía May diciendo
que tiene la cara negra de limpiar la chimenea o estuvo lavando la bandera
estadounidense al teñir la ropa de rojo y azul; esas escenas también se vieron
en los tráilers y, desde luego, se merecían más que las hubieran suprimida.
También las apariciones de esa versión masculina de Ashley Kafka en plan científico loco se las trae.
Aunque, el momento más ridículo
de toda la película lo protagoniza Max Dillon. Ya he dicho que la
interpretación de Foxx impide que el personaje caiga en la parodia y el
ridículo, pero hay una escena donde ni el estupendo trabajo del actor puede
evitarlo. Es esa en la que, en una habitación con las paredes forradas con
fotos de Spiderman, el tipo se pone a fantasear ante un espejo con su encuentro con el arácnido como si de una quinceañera salida se tratase. Yo me llevé las manos
a la cabeza en ese momento de la vergüenza ajena que me entró.
Pero el principal defecto de la
película son, sin duda, los villanos. Ya ocurrió en la primera con esa mierda
de Lagarto de cuerpo monstruoso y cabeza humanoide que nos endosaron y aquí
vuelven a cagarla; aunque no del todo.
Otro engaño que nos metieron fue decir que la película tenía tres villanos cuando, en realidad, son solo dos; bueno, uno y medio más bien. Porque la presencia de Rhino en la película es de lo mas fugaz. Vale que el director se sinceró diciéndonos que su presencia se limitaría a solo 4 minutos; pero es que esos 4 minutos son una breve aparición al principio y otra al final donde, como ya he dicho antes, ni siquiera le vemos combatir contra Spiderman, ya que ese plano en el que vemos al arácnido saltar sobre él para golpearlo con la tapa de alcantarilla es cuando termina la película.
Aunque, lo imperdonable es como nos presentan al personaje convertido en Rhino, sustituyendo el traje de rinoceronte por un robot que resulta de lo más aparatoso y, encima, CORRE A CUATRO PATAS y cuando se pone de píe resulta ridículo. Vale que el disfraz de rinoceronte hubiera quedado muy soso en una película como esta, pero hay otras opciones. Por ejemplo, podrían haberle cambiado el disfraz por un traje armadura robótica, como en los cómics ultimate; que ahora con el CGI y la captura de movimientos se puede hacer cualquier cosa.
Luego tenemos al Duende Verde, que en la película tiene una presencia parecida a la que tuvo Dos Caras en The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008), donde la mayor parte de la película vemos a su alter ego y no hace su aparición como villano hasta el tramo final. De ahí que diga que en la película hay un villano y medio; este sería el medio. Al menos le vemos en una espectacular pelea con Spiderman y llega a matar a Gwen.
El problema de este duende es, sin duda, su aspecto. Aquí han pasado de disfraces y han querido justificar el aspecto de duende –piel verde, uñas puntiagudas, nariz ganchuda y orejas picudas –con la enfermedad genética que tiene, la cual se acrecienta al administrarse el veneno de araña. Pero, vamos, el aspecto con el que sale al final –con peinado hortera incluido –es para caerse de culo. Ya me pareció de lo más lamentable cuando se le vio en algunas imágenes promocionales y viéndolo en acción la cosa no mejora; tan solo si lo ves de lejos. Encima, el traje que le ponen no ayuda nada; incluso hace parecer mejor al que llevaba Willem Dafoe en el film de 2002.
Lo dicho, lamentable. Por si no fuera ya bastante chirriante que aquí el Duende Verde original sea Harry Osborn en lugar de Norman Osborn, van y nos lo presentan con esas pintas carnavaleras.
Y termino con Electro, que es el
villano principal de la película y el único que no ha llegado a desagradarme.
La verdad es que Electro es el único de los villanos que ha quedado bien a
pesar de que hay momentos que llega a parecer un extraterrestre o el Dr.
Manhattan de Watchmen (Zack Snyder,
2009). Como ocurre con Rhino, hubiera quedado fuera de lugar haberle sacado con
el traje verde con rayos que lleva el original y han optado por un Electro más tipo
ultímate que, desde luego, me ha gustado bastante y le doy el aprobado. Es
bueno ver que, por lo menos, han metido un villano que está bien y no te revuelve el estómago al verlo.
Mi veredicto final es que la película no está mal y vale la pena verla en el cine aunque solo sea para pasar el rato. Salvo sus defectos con los villanos, se muestra bastante respetuosa con el universo de Spiderman y como secuela la he encontrado superior a la original; aunque no por mucho, eso si.
Sin embargo, está muy lejos de
ser una gran película, se queda muy por detrás de las grandes adaptaciones de
cómic –especialmente, las películas de Batman de Christopher Nolan a las que
Webb quiere emular –y, sobre todo, sigue estando por debajo de las dos primeras
películas de Sam Raimi.
Este año han coincidido en el
cine dos de mis superhéroes favoritas, Spiderman y el Capitán América. Puede
que Spiderman sea mucho mas favorito que el capi pero, desde luego, Capitán América: El Soldado de Invierno
me parece infinitamente superior en todos y cada uno de los aspectos a este
film.
A pesar de todo, la recomiendo.
Además, el final sirve de puente hacia el film de Los Seis Siniestros; grupo
que ahora no hay duda de que será liderado por el Duende Verde. Pero, bueno,
eso ya se verá más adelante.