ATENCION.
Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya
visto aún que se abstenga de verla o, por el contrario, que lo haga bajo su
total responsabilidad.
Bueno, he tardado un poco en ver esta película, ya que no he podido verla antes –y mira que le tenía ganas –, pero ya por fin he podido verla y os puedo dar mi más clara opinión.
Esta
película no solo supone la tercera película de Lobezno en solitario, también es la despedida de Hugh Jackman del personaje tras 17 años
interpretándolo.
Jackman le debe la fama
a Lobezno, ya que era un completo desconocido cuando lo fue elegido para el
papel; papel al que llegó por pura suerte, ya que Dougray Scott, el actor que
fue elegido, renunció a él para ser el villano de Misión Imposible 2 (John Woo, 2000), dejándole el camino a Jackman
y, bueno, todo lo demás es historia.
Jackman nunca ha renegado
del personaje. Todo lo contrario, se siente feliz de interpretarlo y siempre ha
reconocido lo mucho que le debe. No obstante, ahora ha llegado el momento de
pasarle el testigo a otro.
Y lo ha hecho con esta
película que es una despedida en toda regla.
Es el año 2029. La
situación no puede estar peor para los mutantes. La mayoría se han extinguido,
ya que no nace ningún mutante desde hace 25 años, y los pocos que quedan viven
escondidos. Uno de ellos es Logan (Hugh Jackman), el mutante antes conocido
como Lobezno que formó parte de los ahora extintos X-Men, quién malvive
trabajando como chófer de limusina en Texas a la vez que, junto a otro mutante,
Caliban (Stephen Merchant), cuida del profesor Charles Xavier (Patrick
Stewart), que ahora es un anciano de 90 años aquejado de Alzheimer, en una planta
de fundición abandonada.
Pero Logan también está
enfermo. El adamantium de sus huesos le está envenenando lentamente, lo que ha
hecho que envejezca más deprisa y su poder de curación cada vez funcione menos
y su cuerpo esté lleno de cicatrices. Esto le hace refugiarse en el alchool
mientras su único sueño es comprar un barco con el que ir a alta mar y allí
esperar su fatal destino. No obstante, sus planes cambian cuando se ve obligado
a llevar hasta Canadá a una misteriosa niña llamada Laura (Dafne Keen), quién
está siendo perseguida por los Reavers, un grupo de hombres mejorados
cibernéticamente liderados por Donald Pierce (Boyd Holbrook), quienes trabajan
para Transigen, una compañía que experimenta con mutantes.
Antes de ponerme con la
película, voy ha hablar de cómo le están yendo las cosas. Para empezar, en
taquilla le están yendo muy bien. Puede que este fin de semana haya perdido el
primer puesto frente a Kong: Skull Island,
pero lleva ya recaudados 153 millones de dólares en EEUU y 284 millones en el
resto del mundo, haciendo un total de 437 millones de dólares. Todo ello con un
presupuesto de 97 millones de dólares y con clasificación R.
Además, las críticas no
pueden ser mejores y el público está saliendo encantado de verla, así que la
película está siendo un éxito en todos los frentes.
¿Y que opino yo? Pues a
eso voy.
Como ya sabéis quienes
me conocéis, Lobezno es un personaje que me encanta. Siempre ha sido mi
favorito de los X-Men y me encanta la forma en la que Hugh Jackman lo ha
interpretado en el cine.
Y eso que, cuando lo
eligieron hace 17 años, yo tenía mis dudas. Para empezar, no era un actor al
que viera para ese papel. En el poco material que pude ver de la película antes
de su estreno, no me convencía nada ese actor desconocido y de rasgos suaves
que habían elegido para el papel. Llegué a temer que se hubieran cargado la
película con esa elección.
Sin embargo, fue ver la
película, y cambié de opinión completamente. El tipo interpretó a Lobezno como
si hubiera nacido para él y a penas me quedaron dudas de que hubieran hecho una
buena elección de casting. Tan solo me quedarían unas muy pequeñas dudas que
desaparecieron cuando se estrenó la secuela de la película 3 años después. Ahí
si que Jackman terminó de demostrar que él es Lobezno.
Sobre sus películas en
solitario, la primera, X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009), es una
película muy odiada, aunque yo le tengo bastante aprecio. Es cierto que como
adaptación de cómic no vale nada, ya que se pasa los cómics por el forro de los
cojones; además, el trato que le daban a los personajes, como Deadpool, era
bochornoso. Sin embargo, como película de acción está muy bien. Sin duda, es
una película que se disfruta más si te olvidas del material que –supuestamente –adapta.
La segunda película, The Wolverine (James Mangold, 2013),
funciona mejor como adaptación de cómic. Es una película que está bastante bien
y se disfruta bastante. Sin embargo, no me termina de matar. La historia se desploma
mucho en su segunda parte y, al final, el gran villano que se esperaba resulta
ser una decepción.
Así son las cosas. Las
dos primeras películas protagonizadas por Lobezno son dos buenas películas,
pero con bastante fallos que no le hacen ningún favor a un gran personaje como
Lobezno.
En esta tercera entrega, que vuelve a dirigir James Mangold, la Fox, teniendo en cuenta que se trata de la despedida de Jackman, ha decidido enrollarse la manta a la cabeza y permitir a sus responsables hacer una película crepuscular de clasificación R inspirada, muy libremente, en el cómic Old Man Logan, de Mark Millar y Steve McNiven.
El resultado ha sido una película MARAVILLOSA y una despedida mucho más que digna.
La película me HA ENCANTADO. Ya desde la primera escena la película te engancha completamente y no te suelta hasta ese épico final que hizo que me dieran ganas de aplaudir.
La película es muy buena. Desde luego, el James Mangold que la dirige no es el mismo que el de The Wolverine. En aquella película no hizo un mal trabajo, pero daba en todo momento la sensación de que solo hacía lo que le mandaban, al igual que en sus películas más recientes. Aquí, en cambio, nos encontramos con un James Mangold como el de sus comienzos, el que hizo joyas como Copland (1997) o Inocencia Interrumpida (1999).
El tipo no solo se
limita a dirigir bien, sino que cuida al detalle cada plano con un estilo muy
personal, una muy buena forma de manejar a los actores y, sobre todo, dándole a
todo un acabado que es para quitarse el sombrero. Todo ello ayudado con una
fotografía de lo más fascinante, un logradísimo diseño de producción y unos
efectos especiales que no cantan en ningún momento. Amén de un guión muy
trabajado y una banda sonora eficaz.
Y ya no digamos en lo
que a escenas de acción se refiere. Tan brutales como espectaculares que llegan
hasta ser impresionantes. Una de las mejores es esa huida con la limusina de la
planta de fundición, la cual llega a ser apoteósica; lo mismo que la carnicería
en la planta que precede a esa escena.
Y es que la película no
se corta un pelo en lo que violencia y sangre se refiere. La tan bienvenida
clasificación R nos permite por fín ver en el cine a un Lobezno bañado en
sangre, como en los cómics; porque no era fácil de digerir que, después de
cargarse a un montón de gente, Lobezno acabase con las garras completamente
limpias.
Pero no solo Lobezno se
luce en este film. Lo que hemos visto de X-23 en los tráilers se queda corto,
pero muy corto. Esta niña angelical degüella a la gente como si hubiera nacido
para ello, pelea como si de una loca poseída se tratase y hasta es capaz de
decapitar a un tio y llevar su cabeza en las manos como si un balón de fútbol
se tratase. Y no solo eso, en la película la golpean, disparan y hasta la
atraviesan con una especie de arpón –paracido a esos que utilizaban en la
película La Isla (Michael Bay, 2005),
pero más grande –y no se cortan un pelo en mostrárnoslo; vale que ella es más
bestia que el propio Lobezno pero, aún así, ver como le hacen todo eso a una
niña es bastante duro.
Desde luego, es una
película muy bestia; claramente, no es una película apta para todos los
públicos. Pero es que es tan bestia que llega a ser hasta cruel.
Ya es bastante duro ver
a Charles Xavier víctima de esa enfermedad degenerativa; pero verle huir de
Logan en la silla de ruedas y como este le pone inyecciones por la fuerza, hace
que te entren ganas de mirar para otro lado.
Aunque, el mayor ejemplo
de crueldad lo encontramos en la parte de la granja. Ahí si que no deján al
espectador de una pieza. Primero porque te introducen en un entorno tan idílico
que desentona mucho con el tono del film, pero luego devuelven, tanto a los
protagonistas como al espectador, a la realidad cuando la familia de granjeros
entera es masacrada sin piedad alguna. Incluso vemos morir a Xavier; era
evidente que el personaje iba a morir en la película pero, aún así, la muerte
que tiene es realmente impresionante.
El responsable de esta matanza es la gran némesis de Logan en esta película. Un clon suyo que responde al nombre de X-24 y que, prácticamente, es una versión más joven de él sin alma, lo que lo convierte en un enemigo impracable y muy difícil de vencer; espeialmente, para el Lobezno de esta película.
Debo admitir que este villano me ha decepcionado algo, ya que me esperaba otra cosa; algo así como una versión mejorada de Dientes de Sable o, incluso, el mismísimo Mr. Siniestro –quién se dijo que iba a estar en la película y, al final, naranjas de la China –. Pero, aún así, el personaje ha estado bien.
Sobre la adaptación, pues era evidente que el cómic Old Man Logan solo iba a ser utilizado como referencia para introducirnos a Logan envejecido y desentendido de todo en un futuro desolador. Y es que adaptar fielmente ese cómic era misión imposible para la Fox, puesto que carece de los derechos de muchos personajes que salían allí. Así que lo máximo que hay son referencias al cómic.
La más clara es cuando, antes de morir, Xavier confiesa que él mató a los X-Men. En el cómic era Lobezno quién los mataba pero, aún así, era una referencia a esa parte del cómic.
En cuanto a los actores.
Que decir de Hugh Jackman. El tipo ha interpretado siempre a Lobezno como si hubiera nacido para él y aquí no ha hecho ninguna excepción. Y, en esta que es su despedida del personaje, nos ha ofrecido un Lobezno viejo y roto, al que su poder de curación le falla y hasta le cuesta sacar las. También vemos a un Lobezno acabado, que se desentiende todo y que solo busca morir como él desea.
Y al final le vemos morir. Pero, lo bueno es que le dan una muerte épica –la cual ya fue predecida en The Wolverine –, una muerte digna de un héroe roto como él; alguien que, como he dicho antes, decide como y cuando morir.
Patrick Stewart –quién también
ha anunciado que dejará de interpretar al personaje en esta película –, también
hace un gran trabajo como Charles Xavier. Un Charles Xavier que da pena, quién
ya no es el poderoso líder mutante que fue en el pasado y que ha quedado
reducido a un vejestorio incapaz de valerse por si mismo. Un claro mensaje de
que la edad siempre pasa factura, seas quién seas.
Además, el tipo llega a
ser un peligro, ya que su poderosa mente, víctima de esa enfermedad
degenerativa, es un arma de destrucción masiva –tal y como dicen en la película
–y hay dos momentos en los que podemos apreciarlo.
Luego tenemos a la niña,
X-23; o Laura, como prefiráis llamarla. Desde luego, Dafne Keen ha sido todo un
descubrimiento. La chica hace un trabajo magnífico en todo el film. A parte de
desenvolverse en las escenas de acción de una forma tan natural que asusta, su
interpretación es maravillosa; especialmente, en un papel en el que está la
mayor parte de la película sin hablar. Y luego, encima, el duelo interpretativo
que tiene con Jackman –su padre en la ficción; ya que, prácticamente, Lobezno y
ella son padre e hija –es sorprendente.
Desde luego, yo quiero
ver más a esta niña haciendo de X-23; si es en películas propias mejor.
Un personaje que me ha
sorprendido bastante ha sido el personaje de Caliban; un Caliban muy diferente
al visto en X-Men: Apocalypse (Bryan
Singer, 2016). El actor que le da vida, Stephen Mechant, hace un estupendo
trabajo y el personaje tiene bastante relevancia en la película; más de la que
me esperaba. Además, la muerte que tiene –si, otro que también muere –,
sacrificándose, es maravillosa.
Boyd Holbrook, quién da
vida a Donald Pierce, uno de los villanos y líder de los Reavers, está bastante
bien en su papel. No diría que hace un trabajo sobresaliente, pero el tipo lo
hace muy bien.
El otro villano es Zander
Rice, hijo de uno de los que formaron parte del proyecto Arma X que creó a
Lobezno –y que murió a manos de este –. El actor que le da vida, Richard E.
Grant –a quién yo siempre recuerdo como el doctor Jack Seward de la maravillosa
Drácula (Francis Ford Coppola, 1992) –,
hace un trabajo estupendo, eso no lo puedo negar. Sin embargo, pese a la
importancia que tiene en la película como creador de X-23 y X-24, he encontrado
su presencia en la película un tanto anodina. Sin duda, ha sido uno de los pocos
fallos de la película.
Bueno, vamos resumiendo
ya.
En definitiva, Logan es una película excelente. Sin
duda, la mejor de las tres películas protagonizadas por Lobezno y uno de los
mejores films de la saga X-Men y del
cine de superhéroes en general. Muchos la ponen a la misma altura que las
películas de Batman de Christopher Nolan; yo no llego a tanto, pero si os digo
que este film se les acerca mucho.
No obstante, aunque se
ubique dentro de subgénero de superhéroes, yo no la consideraría una película
de superhéroes, ya que es más bien una road movie con toques de western. Muchos
la consideran un cruce entre Sin Perdón
(1992) y Ruta Suicida (1977) y, desde
luego, no van mal encaminados.
Los logros de esta
película radican en que todos sus implicados, con James Mangold (director) y
Hugh Jackman (protagonista y productor) a la cabeza, se han esforzado mucho en
ofrecernos una gran película y darle al Lobezno interpretado por Hugh Jackman
una despedida por todo lo alto.
Y así ha sido. Porque
Hugh Jackman no se ha podido despedir mejor del personaje que le dio la fama.
4 comentarios:
Logan estuvo sorprendente y sensacional, definitivamente considero que fue una muy buena, apropiada y definitiva despedida de Hugh Jackman como Wolverine.
También mis respetos y también elogio mucho el trabajo de James Mangold regresando en la silla de director, creo que algunos de los problemas, pero no muy graves, dentro de la narrativa de The Wolverine no fue su intención sino que ese momento fue contratado con la presión de Fox para intentar hacerla mejor que Origins, por lo cual no tuvo tantas libertades a como las tenía con Logan
Efectivamente es una road movie, pero es brutal. Merece la pena volver a verla y en el cine :-)
Manuel: Me alegra que te haya gustado
Hiro: Exactamente. Yo estoy deseando verla otra vez
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