John Carter ha sido uno de los fracasos mas sonoros de este año, uno de los mayores fiascos de Disney y el primer batacazo de la compañía de animación Pixar, la cual afrontaba aquí su primera película en acción real.
La película es la adaptación de un personaje creado por el escritor Edgar Rice Burroughs –el creador también de Tarzán –, protagonista de una saga de novelas, conocida como Serie Marciana, que mezcla ciencia ficción con elementos de fantasía heroica.
Esta serie, que consta de 11 novelas, fue creada hace un siglo y ha inspirado muchos trabajos posteriores, como los seriales de Flash Gordon o Buck Rogers, las sagas de Star Wars o Star Trek e, incluso, la reciente Avatar (James Cameron, 2009), en donde se puede notar mucho de la influencia de estas novelas. Sin embargo, no había tenido una adaptación cinematográfica en condiciones hasta ahora.
La película adapta la primera novela de la saga, titulada Una Princesa de Marte, que fue escrita en 1911 y publicada en la revista pulp All-Story Magazine en 1912 y como novela en 1917.
La historia comienza en 1881. El joven Edgar Rice Burroughs (Daryl Sabara) recibe la noticia de que su tío, John Carter (Taylor Kitsch), ha muerto y le ha dejado en herencia la gran fortuna que hizo con el oro que encontró en las montañas de Arizona junto con todas sus posesiones. Otra cosa que también le ha legado es su diario, del cual dejó instrucciones de que solo él podía leerlo. La historia retrocede así al año 1868, cuando Carter se encuentra en Arizona buscando el oro. Carter es un veterano de la Guerra de Secesión que lo perdió todo –especialmente a su familia –en esa guerra y no tiene deseos de luchar. Sin embargo, el ejército federal, conociendo su brillante historial militar, quiere obligarlo a unirse a ellos en la lucha contra los apaches. John se niega y huye a las montañas, donde se verá teletransportado hasta el planeta marte.
Allí es capturado por los Tharks, unos seres de aspecto rectiloide con cuatro brazos que lo ven como una amenaza. Por su parte, la princesa Dejah Thoris (Lynn Collins), hija del rey de Helios (Ciarán Hinds), huye para evitar un matrimonio obligado con Sab Than (Dominic West), rey de la rival ciudad de Zodanga. Este es ayudado por los Therns, unos seres muy avanzados que dominan el noveno rayo, una fuente de energía infinita, lo que le hace tener una gran ventaja en la guerra y ahora pide la mano de Dejah a cambio de una tregua; aunque, detrás de todo esto, están los perversos planes del líder de los Therns, Matai Shang (Mark Strong). En su huida, la princesa es rescatada por Carter, aunque cae también prisionera de los Tharks. No obstante, Tars Tarkas (Willen Dafoe), el rey de los Tharks, les ayuda a escapar a cambio de que se lleven con ellos a Sola (Samantha Morton), su hija secreta, y la pongan a salvo.
La idea de llevar a John Carter al cine no es algo nuevo. En los años 30, el legendario animador Bob Clampett intentó realizar una adaptación en forma de película de animación para Warner Bros., pero no llegó a salir adelante a pesar de contar con el apoyo del mismo Burroughs.
Mas recientemente, en 2009, la temible The Asylum hizo una versión muy libre de Una Princesa de Marte dirigida por Mark Atkins y protagonizada por Antonio Sabato Jr. y Traci Lords. Se trataba de una cutre producción de serie Z –muy en la linea de este estudio –donde John Carter era un soldado americano de la guerra de Afganistán y su viaje a Marte se debía a un experimento que los militares hacen con él tras quedar malherido en una emboscada. Además, el planeta al que viaja no es nuestro vecino planeta rojo, sino un planeta de una galaxia lejana llamado Marte 216. Creo que no hace falta que diga que este engendro fue a parar directamente a las estanterías de los videoclubs.
En cuanto a la película que nos ocupa, se trata de un proyecto ha tardado mucho tiempo en ver la luz.
El primer intento fue en los años 80. La productora Carolco puso en marcha un ambicioso proyecto que iba a estar dirigido por John McTiernan, director de joyas como Depredador (1987), La Jungla de Cristal (1988) o La Caza del Octubre Rojo (1990), y donde Tom Cruise iba a dar vida a John Carter. Este proyecto no llegó a salir adelante, entre otras cosas, por las límitaciones de la época. El propio McTiernan, tras unas pruebas para los efectos especiales, dijo que una película de ese calibre iba a quedar bastante ridícula si se hacía con la tecnología de entonces.
El proyecto cayó entonces en el olvido durante muchos años, hasta que, en 2004, fue rescatado por la Paramount. El primer director contratado fue Robert Rodriguez, pero este terminó marchándose por, entre otras cosas, la controversia que tenía entonces con el sindicato de directores por haber puesto a Frank Miller como co-director de Sin City (2005). El siguiente elegido fue Kerry Conran, director de la excelente, y menospreciada, Sky Captain y el Mundo del Mañana (2004), pero este también terminó marchándose. La cosa pareció salir adelante en 2006, cuando Jon Favreau se hizo cargo del proyecto; pero este prefirió mejor dirigir Iron Man (2008) y se marchó también.
Además, por aquel entonces, el estudio ya estaba perdiendo el interés en este proyecto y decidieron vender los derechos a Disney, que decidió encomendar el proyecto a la compañía Pixar, el famoso estudio de animación que aquí afrontó su primera película en acción real, poniendo al frente de ella a Andrew Stanton, director de las estupendas Buscando a Nemo (2003) y Wall-E (2008), y eligiendo como protagonistas a Taylor Kitsch, el que diera vida a Gambito en X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009) y al que podemos ver estos días también en Battleship, de Peter Berg, como John Carter y a Lynn Collins, que también estuvo en la película de Lobezno dando vida a Silverfox, como Dejah Thoris, la princesa de Marte del título.
La película, como he dicho al principio, ha sido un gran fracaso. Con un enorme presupuesto de 250 millones de dólares, la película solo ha hecho 72 millones de dolares en EEUU, no llegando ni tan siquiera a los 100 millones. Afortunadamente, en el resto del mundo ha hecho 200 millones de dólares con los que la película logra recuperar lo invertido y poco mas, salvando un poco los muebles. Pero, aún así, la película ha sido un desastre. Ya se ha cancelado la secuela que había preparada y dudo mucho que Pixar vuelva a hacer otra película en acción real; al menos, no tan ambiciosa como esta. Al menos, a Disney se le habrá pasado ya el cabreo gracias a los 1.180 millones que Los Vengadores está haciendo en todo el mundo.
¿Se merece esta película un fracaso como este?
A mi, personalmente, la película me ha gustado, aunque, en el fondo, me ha dejado cierta sensación de frialdad y entiendo un poco por qué no ha atraído del todo al gran público.
Vayamos por partes.
Visualmente, la película es impresionante. Está muy bien rodada, sobre todo en las escenas de acción, el diseño de producción es excelente y los efectos especiales son alucinantes. Los Tharks están logradísimos e interactúan muy bien con los personajes reales, los monos blancos son alucinantes y te hacen saltar en la butaca cuando los ves aparecer por primera vez, las naves molan no están nada mal y el Woola, esa especie de perro espacial que sigue a Carter, es realmente genial.
La película, visualmente, es todo un espectáculo, hasta ahí todo bien. Pero, es en lo demás donde la película, aunque no falla del todo, no logra estar a la altura.
Yo me leí Una Princesa de Marte hace mucho tiempo, creo que aún iba al colegio, pero recuerdo lo sufuciente como para saber que la película se toma muchas libertades, pero se mantiene bastante fiel al contexto de la historia.
El gran problema es su guión, el cual no es malo del todo, pero es muy simplón y, además, está estructurado de una forma que hace que el ritmo decaiga muchas veces, con lo que la película se hace a ratos aburrida.
La película tiene momentos brillantes, como su comienzo en la Tierra, cuando se encuentran por primera vez Carter y Dejah Thoris, la pelea en la arena con los monos blancos o la batalla final; aunque me hubiera gustado que esta fuera algo mas densa. Pero, entre medias, hay una buena cantidad de tiempos muertos. Algunos están bien resueltos, pero en la mayoría de ellos la trama se desploma y llega a aburrir terriblemente.
La única película de Pixar que me había llegado a aburrir a ratos fue Cars (John Lasseter y Joe Ranft, 2006), pero tan solo fueron escasos minutos. Esta, en cambio, es otro cantar.
Otro problema son los personajes, los cuales están muy bien, pero no terminan de ser desarrollados del todo en el guión. Y es una pena, porque los actores lo hacen muy bien, incluso los que hacen de personajes digitales; la motion capture hace maravillas.
Resulta bastante curioso que un estudio como Pixar, cuyas películas en animación se caracterizan por tener guiones brillantes, haya podido hacer una película tan floja a nivel de guión. Solo encuentro dos explicaciones: 1) que su inexperiencia en películas de acción real haya jugado en su contra –algo que yo veo poco probable en gente de tantísimo talento –y 2) que la Disney, en vista de la enorme inversión de 250 millones que ha hecho en este film, haya interferido mas en esta película; yo voto por esta última.
Resumiendo.
La película es buena. A pesar de su flojo guión y de que a ratos se haga plomiza, se deja ver bastante bien y, visualmente, es un espectáculo de lo mas impresionante. Para mi merece el aprobado.
No creo que Edgar Rice Burroughs se revuelva en su tumba, ya que su obra ha sido llevada al cine, al menos, de forma decente.
3 comentarios:
EXCELENTE COMENTARIO!! lastima que esta historia ya esta mas que usada en el cine (plagios) Star Wars,Avatar,Pocahontas etc,ect ..
Gracias, me alegra que te haya gustado.
Y si, es una historia que ha tenido la desgracia de llegar al cine cuando ya ha sido imitada por todo dios.
Yo solo vi los trailers y los posters, me di la impresion de ver una mescla de conan con heman, el personaje de jhon carter.
Me gusto lo de poner los posters de las peliculas, muy bueno.
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