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27 de mayo de 2014

GODZILLA (2014)

















ATENCION. Advierto que esta entrada contiene SPOILERS muy reveladores de la película. Quién aún no la haya visto que no la lea o lo haga bajo su total responsabilidad.





Por fin he podido ver Godzilla, nueva versión americana del famosísimo monstruo japonés y completo reboot de la franquicia que nos llega de la mano de un director joven y con poca experiencia, pero que ha demostrado tener mucho talento.

En 1999, mientras los científicos Ishiro Serizawa (Ken Watanabe) y Vivienne Graham (Sally Hawkins) investigan una mina en Filipinas donde han encontrado un enorme esqueleto y unas extrañas vainas en forma de huevo, la Planta Nuclear de Janjira, cerca de Tokio, experimenta una actividad sísmica inusual que el ingeniero supervisor, Joe Brody (Bryan Cranston), lleva días investigando. Es entonces cuando la planta sufre una gran explosión en la que Sandra (Juliette Binoche), la esposa de Joe, quién la había enviado con un equipo a investigar estas anomalías, muere.

15 años después, Ford Brody (Aaron Taylor-Johnson), el hijo de Joe y Sandra, vive en San Francisco junto a su esposa, Elle (Elizabeth Olsen), y su hijo, Sam (Carson Bolde), y es un oficial del ejército americano formando parte de un equipo antibombas. Por su parte, Joe está obsesionado con el suceso que causó la muerte de su esposa y está convencido de que lo que sucedió en la planta no fue un simple terremoto. Cuando intenta entrar en la zona de la planta nuclear, la cual está en cuarentena, es arrestado y Ford viaja hasta Japón para liberarlo. Sin embargo, Joe logra convencerle para que entre allí con él. Al hacerlo, descubren que la zona no es radiactiva y que allí el ejército americano está ocultando algo.


Godzilla es un personaje que creo que no necesita presentación. Un gigantesco monstruo con forma de saurio cuyo nombre hace referencia a un gigantesco monstruo marino de la mitología japonesa y que se creó, en parte, para criticar la bomba atómica de Hiroshima y el peligro de las armas nucleares.

Hizo su debut hace 60 años en la ya mítica película Japón bajo el terror del Monstruo (Ishirô Honda, 1954), a la que siguió una rápida secuela, Godzilla Contraataca (Motoyoshi Oda, 1955), y varios años después regresó en una tercera entrega, King Kong vs Godzilla (Ishirô Honda, 1962), donde se veía las caras con el famoso simio amante de las rubias. A partir de ahí comenzó una larga saga que, a través de tres etapas (Showa, Haisei y Millenium), ha perdurado las últimas seis décadas.

Sin embargo, el legado de Godzilla no se limita a una saga de películas, también ha influido mucho en la cultura popular nipona y ha llegado a crear un subgénero, el Kaiju Eiga, consistente en películas de monstruos gigantes e invasiones extraterrestres realizadas siempre con maquetas y tipos disfrazados.

Con todo esto, no es de extrañar que los americanos quisieran hacer sus propias versiones.

La primera versión americana llegó en 1998 en un ambicioso film dirigida por Roland Emmerich, que venía precedido del enorme éxito de Independence Day (1996), bajo el sello de Sony Pictures, que produjo la película a través de TriStar Pictures –subsidiaria de Columbia Pictures, también propiedad de Sony –. La película fue un éxito, pero no el enorme taquillazo que esperaban sus responsables y recibió muy duras críticas. Por no hablar de que los japoneses quedaron muy descontentos y renegaron de ella reactivando su saga con el inicio de la etapa Millenium.

Años después se supo que Legendary Pictures iba detrás de realizar una nueva versión, pero no se llegó a nada hasta que en 2010 se anunció la llegada a un acuerdo con Toho –compañía japonesa productora de las películas de Godzilla –para obtener los derechos y rápidamente, se puso en marcha un proyecto cinematográfico junto con sus socios de entonces, Warner Bros. Pictures.

Al frente de este proyecto se puso a Gareth Edwards, joven director británico que por aquellas fechas había sorprendido con su primera película, Monsters (2010), un film muy modesto, pero realizado con mucho talento.

Sin embargo, a pesar de contar ya con director, el proyecto no lograba salir adelante y todo parecía indicar que no llegaría a estrenarse en 2012, año en que se fijó su estreno. Sin embargo, en la Comic-Con de ese año, Edwards proyectó un breve footage que, entre otras cosas, mostraba un breve vistazo al monstruo, y la reacción de los asistentes fue de lo más entusiasta, haciendo que el proyecto resucitase y, rápidamente, se puso en marcha su producción fijando el estreno en 2014, año en que Godzilla cumple 60 años.


Así llegamos a la película que ahora nos ocupa, a la cual no le están yendo mal las cosas, puesto que a día de hoy lleva recaudados 156 millones de dólares solo en EEUU y 166 millones más a nivel mundial, haciendo un total de 322 millones de dólares. Por otro lado, la crítica no la está recibiendo muy bien; aunque no la están despellejando, como a la versión de 1998. La otra cara de la moneda es el público, que en su mayoría la está recibiendo de una forma muy entusiasta.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

No sé si hace falta decir que soy muy, muy, muy, muy, muy, pero que muy fan de Godzilla.

En mi infancia tuve la suerte de que en mi pueblo había un videoclub que era el paraíso de cualquier friki, ya que solo tenían películas de serie B o serie Z y muchas de esas películas eran kaiju eigas y, sobre todo, películas de Godzilla. Y, vamos, me las veía todas y me encantaban. Por entonces no me fijaba en la cutrez de sus efectos especiales y su diseño de producción. Hoy en día, en edad adulta, es imposible no fijarse en esas cosas. Pero, aún así, me importa poco y continúo viendo y disfrutando esas películas como el primer día.

En su momento esperé como agua de mayo la versión de 1998 y, cuando la vi, recuerdo que no me desagradó mucho ni me pareció el gran bodrio que decían que era. En lo que más fallaba era en el casting y en la historia de amor entre los protagonistas humanos, la cual llegaba a parecer a ratos salida de una comedia romántica. Pero como monster-movie no estaba mal. Además, el monstruo estaba muy bien hecho y su diseño molaba bastante. El problema es que se parecía a Godzilla lo que un huevo a una castaña; era más bien como un monstruo independiente que los americanos tomaban por el Godzilla japonés -como los japoneses nos quisieron hacer creer en una película posterior-.

Para mí, Emmerich hizo una monster-movie apreciable. Pero Godzilla no tuvo la versión americana que se merecía.

Ahora, los americanos han tenido una segunda oportunidad con este reboot que ha dirigido un director no curtido en las grandes superproducciones de efectos especiales, pero con mucho talento, y que guarda más fidelidad con el original japonés.

Pues bien, tras haber visto la película, puedo decir a las claras que esta me ha gustado mucho y me parece que por fin los americanos han hecho justicia con Godzilla. No obstante, también debo decir que ha habido algunos detalles que me han decepcionado y que, desgraciadamente, hacen que esta película no sea del todo redonda. Pero, tranquilos, que no me he llevado una decepción como la que me llevé el año pasado con Pacific Rim (Guillermo del Toro, 2013).

Comenzaré por las cosas buenas.

Y empiezo por su director, Gareth Edwards. El tipo ya demostró en Monsters que es un director con mucho talento al conseguir hacer una película muy buena con un presupuesto pequeño, pocos actores y un equipo técnico muy reducido. No obstante, aquí existía la duda de si iba a estar a la altura de una gran superproducción de 160 millones de dólares financiada por dos grandes estudios.

Para mí, el tipo ha hecho un excelente trabajo. La película está muy bien dirigida, con un ritmo que nunca decae y un impresionante acabado visual. También me ha gustado mucho su forma de enfocar la película desde el punto de vista de los humanos con un estilo que me ha recordado bastante a Monstruoso (Matt Reeves, 2008) –película que me gustó mucho –y con una muy lograda forma de ir creando tensión hasta el gran enfrentamiento final de una forma muy parecida a Encuentros en la Tercera Fase (Steven Spielberg, 1977); película que Edwards tuvo muy en mente a la hora de hacer esta película.

Esto es lo que no ha gustado a muchos críticos que dicen sentirse decepcionados con esta película, afirmando que Godzilla sale poco y que solo vale la pena los últimos 20 minutos y el resto es pura basura.


Yo, desde luego, no puedo estar más en desacuerdo con esta gente. Cierto que me hubiera gustado ver a Godzilla mas en pantalla, no lo voy a negar, pero creo que ha salido lo suficiente para satisfacer. Además, la película no se me ha hecho ni larga ni, mucho menos, aburrida. Aquí no ocurre como en Pacific Rim, donde la mayor parte de la película se sumergía en un pozo de aburrimiento, diálogos sosos y situaciones de todo menos interesantes.

Al contrario, esta película juega muy bien con los personajes, los diálogos y las situaciones, logrando un buen equilibrio entre drama y espectáculo. A todo esto ayuda un guión estupendo y muy trabajado que está en las antípodas del nefasto guión de Pacific Rim. Guión en el que, aunque solo aparezcan acreditados Dave Callaham y Max Borenstein –como autor del argumento y autor del guión, respectivamente –, han trabajado personalidades como David S. Goyer, Drew Pearce o el mismísimo Frank Darabont.

En cuanto a este nuevo Godzilla, me ha encantado. Durante mucho tiempo llegué a creer que hacer con CGI un Godzilla similar al original japonés era imposible. Sin embargo, esta película me ha dado un buen ¡Zas! En toda la boca.

Este nuevo Godzilla es impresionante y está muy bien hecho. Su diseño es excelente y, a pesar de que su cabeza sea algo mas cuadrada, es muy fiel al original japonés.

En la película han escogido al Godzilla defensor de la humanidad, siendo al final la única esperanza contra los MUTOS frente a un ejército americano que se ve impotente frente a esta nueva amenaza; de ahí que no entienda tantas críticas tachándola de patriota por tener tanta presencia militar –en la de 1998 vale porque ahí si los reflejaban como héroes; pero en esta… –. Me ha encantado el final, en el que tras derrotar a los MUTOS regresa al mar mientras la gente lo aplaude; todo lo contrario que en la película de 1998.

También me ha gustado mucho el nuevo origen que se le ha dado. Ya que aquí no es un ser radiactivo surgido como consecuencia de la bomba de Hiroshima. Si es radiactivo, pero se trata en realidad de un último superviviente de una especie prehistórica que habitaba la Tierra en una época anterior, incluso, a los dinosaurios en la que la Tierra estaba cubierta de radiación y que, cuando la radiación se acabó, se metieron en el fondo de los océanos, cerca de núcleo central de la Tierra. También está muy bien lo de que el que el ejército americano supiera de su existencia desde que lo despertaron en 1954 e intentaran matarlo con explosiones nucleares que ocultaron como pruebas nucleares,

Por su parte, los MUTOS no están mal. Son seres nuevos creados mezclando elementos de otros enemigos de Godzilla, como Rodan, Mothra o Gigan.

Ahora vamos con las cosas malas.

Empiezo por la muerte del personaje de Bryan Cranston, quién, como era de esperar, hace una excelente interpretación; siendo sin duda lo mejor de un reparto que, en general, hace un buen trabajo. Además, pienso que hubiera llevado mucho mejor el protagonismo de la película en lugar de su hijo en la ficción, Aaron Taylor-Johnson, quién no lo hace mal, pero no le he encontrado muy a la altura de lo que su papel requiere.

Otro defecto relacionado con el reparto es Elizabeth Olsen. No es que lo haga mal, al contrario, está fantástica y, desde luego, le podría dar unas cuantas lecciones a sus hermanas mayores. El defecto es que la desaprovechan mucho.

No obstante, el mayor defecto que tiene la película son dos escenas en concreto.

Una es cuando se produce el primer enfrentamiento entre Godzilla y el MUTO macho en Hawaii. Cuando los vemos a los dos frente a frente dispuestos a darse de hostias, cortan y lo único que vemos de ese enfrentamiento son escenas salteadas en la Tv.

La otra escena es el segundo enfrentamiento entre Godzilla y el MUTO macho en San Francisco; un enfrentamiento que, encima, iba a ser a plena luz del día. Sin embargo, vuelven a hacer lo mismo, cuando los dos se disponen  a pelear cierran las puertas y nos vuelven a dejar con la miel en los labios.


Menos mal que al final tenemos una espectacular pelea entre Godzilla y los dos MUTOS que es una auténtica pasada, ya que hasta vemos a Godzilla utilizando su famoso aliento radiactivo y todo. Esta pelea compensa bastante esos dos momentos anteriores pero, aún así, me dejaron un muy mal sabor de boca.

Espero sinceramente que esa maniobra no sea por lo de enfocar la película desde el punto de vista de los humanos –lo cual sería una terrible gilipollez –y obedezca más problemas técnicos con los efectos especiales que les obligó a cambiar esas escenas.

Como ya he dicho, esos defectos impiden que la película sea totalmente redonda. Pero no impiden que este reboot de Godzilla sea una película muy buena, disfrutable de principio a fin y que hace las delicias de cualquier fan de las kaiju eigas y del monstruo japonés.

Desde luego, Gareth Edwards demuestra por segunda vez que es un director excelente y un tipo con mucho talento que tiene ante sí una muy prometedora carrera por delante. Que ganas tengo de ver ese spin-off de Star Wars que él va a dirigir y que llegará en 2016. Y también espero con muchas ansias la secuela de esta película; donde espero que se corrijan los defectos de estos.


Desde luego, me HA ENCANTADO esta película, que a ratos ha llegado a emocionarme y todo. Sin duda, la recomiendo abiertamente, tanto a los que son fans de Godzilla, como yo, como a cualquiera que ni haya visto nunca una de sus películas.









26 de julio de 2013

WORLD WAR Z (2013)





















Después de un sin fin de retrasos y problemas, esta película ya ha llegado a los cines de EEUU y otros países. A España no llega hasta el 2 de agosto, pero yo no he querido esperar y, en cuanto me he hecho con una copia bastante decente que me permite analizarla bien, no he dudado en verla.

Aunque, estas prisas han sido debidas mas a mi curiosidad por ver cuanto hay en esta película de la estupenda novela de Max Brooks que, supuestamente, adapta. Aunque, de haber sabido el resultado, mejor me hubiera esperado hasta agosto.

Pero vayamos por partes.

Gerry Lane (Brad Pitt), un ex-investigador de la ONU, intenta escapar de Philadelphia con su familia cuando se instaura la ley marcial ante el estallido de una pandemia. En plena huida la población es atacada por zombies y Gerry y su familia logran escapar gracias a un helicóptero que les envía un amigo de Gerry en la ONU y que les traslada a un buque de la armada estadounidense. Allí, Gerry es forzado a ayudar a un un joven virólogo de la universidad de Harvard (Elyes Gabel) a encontrar el origen de la plaga zombie y poder buscar así una forma de detenerla. Esto llevará a Gerry y al científico hasta una base militar en Corea del Sur. Pero, una vez allí, el virólogo muere accidentalmente. Sin embargo, gracias a la información que le da un agente de la CIA (David Morse) encarcelado por traición al traficar para Corea del Norte, Gerry viaja hasta Israel, donde los israelíes han logrado contener a los zombies gracias a grandes muros que se apresuraron a construir cuando interceptaron una comunicación del ejército de la India afirmando que combatían contra muertos vivientes. Sin embargo, una avalancha de zombies atraída por el ruido de la gente se apila junto al muro y logra traspasarlo, por lo que la ciudad de Jerusalén pronto se ve infectada. Gerry logra escapar en compañía de una soldado israelí herida (Daniella Kertesz) en un avión comercial que consigue desviar hasta un centro de la OMS en Gales, ya que, durante el caos en Jerusalén, vio algo que podría ser la clave para encontrar la cura de la plaga. Pero, poco antes de llegar, el avión se ve invadido por los zombies y se estrella. Pero Gerry y la soldado logran sobrevivir y llegar al centro, donde él expone su teoría. El problema es que, para poder experimentar, necesitan algo que se encuentra en una zona precintada invadida por los zombies.

Guerra Mundial Z: Una historia oral de la guerra zombie, publicada en 2006, es la segunda novela del escritor Max Brooks –hijo del cineasta Mel Brooks y la actriz Anne Bancroft –después de Zombie – Guía de Supervivencia (2003). Su éxito hizo que varias productoras y estudios de Hollywood se interesaran en adaptarla.


Leonardo Di Caprio estuvo muy cerca de hacerse con los derechos a través de su compañía, Appian Way. Pero Brad Pitt, a través de su compañía, Plan B Entertainment, y asociado con Paramount Pictures, logró superar la oferta de Di Caprio y consiguió hacerse con los derechos, poniendo en marcha un proyecto cinematográfico con él como protagonista y productor y Marc Forster como director y productor ejecutivo que daría lugar a la película que ahora nos ocupa.

Sin embargo, la producción de este film no sería un camino de rosas. El guión, en el que trabajaron hasta cuatro guionistas, no paraba de reescribirse, el rodaje fue un caos, los problemas de producción no paraban de sucederse, el presupuesto, que originalmente era de 125 millones de dólares, se disparó hasta los 190 millones. Aunque, lo que mas dio que hablar fue la mala relación y las continuas peleas que hubo entre Pitt y Forster –y eso que fue el propio actor quién lo eligió como director –; se dice que ambos acabaron entendiéndose solo a través de sus respectivos abogados. Al final, el estreno de la película, previsto para diciembre de 2012, se retrasó hasta junio de 2013.

Normalmente, las películas que suelen tener tantos problemas de producción terminan estrellándose en taquilla. Sin embargo, este no ha sido el caso. Solo en EEUU la película casi ha recuperado su inversión, habiendo recaudado 189 millones de dólares, mientras que en el resto del mundo ha recaudado 269 millones mas, haciendo un total de 458 millones de dólares. Un éxito en toda regla; ni que decir tiene que ya se está trabajando en una secuela. Además, la película está siendo muy bien recibida por público y crítica; muchos la tachan de obra maestra y todo.

¿Y que opino yo?

Para mi, la novela de Brooks es excelente y apasionante. Encima, rompe por completo con la tradición de las historias de zombies.

Como ya sabéis, en las novelas, películas, cómics, videojuegos y demás cosas sobre zombies, aunque haya un gran apocalipsis a nivel mundial de fondo, la historia suele centrarse en un lugar en concreto y en un grupo de personas tratando de sobrevivir.

En cambio, la novela de Brooks es completamente diferente. De una forma muy inteligente, Brooks nos relata en su novela una gran guerra a nivel mundial de la humanidad contra los zombies en distintas partes del mundo y a través de los ojos de numerosos personajes a los que el protagonista va entrevistando. La novela nos cuenta como empezó el apocalipsis zombie, como se fue desarrollando la guerra en distintas partes del mundo, como la población vivió esta guerra y el impacto que supuso, tanto a nivel político y social. Todo de una manera realmente brillante, con una narrativa excelente que hace su lectura de lo mas disfrutable.

Pues bien, de todo eso no hay absolutamente NADA en esta película.

Como bien sabéis los que me conocéis y me leéis, cuando analizo una película que adapta algo –una novela, un cómic, un videojuego... –, siempre suelo juzgarlas de dos formas: 1) como adaptación y 2) como película. Porque puede darse el caso de que la película como adaptación sea muy mala, pero como película sea muy buena; y viceversa. Un buen ejemplo lo tenéis en El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980), que como película es genial, una obra maestra, pero como adaptación se tomó muchas libertades con respecto a la novela de Stephen King que no gustaron nada a los fans de esta ni al propio escritor. Claro, que también están los casos en los que la película es muy buena tanto como adaptación y como película en si; y viceversa.

Sin embargo, yo a esta solo la voy a analizar como película, porque como adaptación me es imposible analizarla, ya que, como he dicho, no tiene absolutamente nada de la novela; tan solo el título y ya está.

Yo ya os digo directamente que no esperéis encontraros una adaptación de la novela de Max Brooks, porque se la han pasado por el forro completamente para hacer una película de zombies en toda regla, porque eso es en el fondo: una típica película de zombies.


Aunque el protagonista viaje a distintas partes del planeta y se sabe que el resto del mundo se está yendo a la mierda, la idea de guerra mundial a penas se plasma en este film. Tan solo la parte que transcurre en Israel es la que mas recuerda a la novela; aunque tampoco mucho. La parte de Corea del Sur son solo militares en un bunker sobreviviendo a las hordas de zombies y la parte final del centro de la OMS en Gales tres cuartos de lo mismo; solo que aquí cambiamos a los militares por médicos y científicos.

Esto es lo máximo que voy a analizar la película como adaptación, el resto del análisis será solo como película.

Y como película diré que no está mal del todo, aunque tampoco es nada del otro mundo. Una película entretenida que se ve rápidamente para pasar el rato. Yo no juzgo la opinión de otras personas, pero la verdad que no entiendo a la gente que la está poniendo por las nubes y la tacha de obra maestra; me refiero solo al público, no a los críticos profesionales, que esos ya se que son un caso perdido.

Una cosa buena es que han logrado que los muchos problemas de producción a penas sean visibles en el resultado final pero, aún así, la película tiene algunos fallos de ritmo y algunos saltos de tiempo que hacen la trama un poco difícil de seguir.

Tecnicamente, la película está muy bien. El diseño de producción es muy bueno y los efectos especiales muy logrados.

La dirección de Marc Forster es en general correcta, pero el tipo falla bastante en las escenas de acción, las cuales siguen siendo su talón de Aquiles, como ya demostró en Quantum of Solace (2008). Aquí las escenas de acción no son malas; de hecho, hay momentos muy logrados, como la escena del atasco al comienzo del film, toda la parte de Israel o la escena del avión de pasajeros. El problema es que la mayoría de las escenas están rodadas de una forma torpe, con la cámara moviéndose demasiado sin dejarte a penas apreciar casi nada de lo que ocurre. Eso si, el tipo lo conseja con unos momentos de suspense muy logrados; la parte final en el centro de la OMS es un buen ejemplo.

Aunque, lo que de verdad tiene delito es que, para tratarse de una película de zombies, no hay absolutamente nada de gore y ni mucho menos sangre –tan solo la que le salpica en la cara a Pitt en un momento dado y ya está –; hasta cuando le amputan la mano a la soldado israelí lo hacen de tal forma que no se ve practicamente nada. Por eso rectifico en lo que he dicho antes de que esta es una típica película de zombies, porque, la verdad, esta es mas bien una película de zombies para todos los públicos.

Sobre como están tratados aquí los zombies, pues es algo también irregular. Lo que es los zombies en masa está bastante logrado. Esos zombies que corren, saltan, se lanzan contra las puertas como si fueran arietes, se tiran a los helicópteros, se multiplican de una manera acelerada y forman aunténticas marabuntas que lo arrasan todo a su paso dan bastante miedo, si. Pero luego los ves de cerca y su caracterización es de pena y casi no dan miedo; encima, algunos quedan hasta ridículos cuando mueven sus mandíbulas como esas dentaduras de plástico a cuerda que adornan las consultas de los dentistas o un tiburón que acaba de ser pescado.


En cuanto al trabajo de los actores, está bastante bien. Brad Pitt, el protagonista absoluto de este film, hace una muy buena interpretación y lleva muy bien en todo momento el protagonismo de la película. El resto del elenco, donde nos encontramos caras conocidas como las de David Morse, Matthew Fox o James Badge Dale en breves papeles secundarios, también está a la altura.

Resumiendo.

La película, como adaptación, olvidaos de ver algo de la novela de Brooks en este film, porque se parece a ella lo que un huevo a una castaña. Y que no me venga nadie con la excusa de que la novela es demasiado compleja para adaptarla al cine de una forma totalmente fiel porque, aunque se hubieran hecho cambio y se hubieran tomado libertades, no me hubieran molestado mucho si hubieran mantenido intacta la estructura de la historia y la esencia de la novela. Ya me conocéis y sabéis que no soy nada purista y respeto los cambios y las libertades siempre que se hagan con cierta moderación y no estropeen en resultado final. Pero es que no estamos hablando de que se hayan hecho cambios o tomado libertades, estamos hablando de que se ha ignorado por completo la novela en este film, donde solo se han aprovechado su título para hacerse publicidad.

Como película, pues no está del todo mal, pero tampoco del todo bien. Una película normalita ideal para ver si la pasan por TV, pero que no mata ni tampoco vale mucho la pena ir a verla al cine.

Yo, desde luego, no tengo muchas ganas de verla en el cine cuando la estrenen en España en agosto, pero lo mas seguro es que vaya a verla de todas formas para ver si hay detalles que se me han pasado o cosas así; porque, aunque la haya visto en una calidad decente, nunca será lo mismo que verla en una gran pantalla de cine. Además, no quiero que ningún defensor de esta película que la haya visto en el cine me eche en cara que por haberla visto de la otra forma no he sabido apreciarla bien.


¿Quién sabe? A lo mejor cuando la vea en el cine veo sangre y todo. Aunque dudo mucho que mi opinión varíe con ese segundo visionado.












21 de junio de 2011

ALIENS, EL REGRESO (1986)







Aliens, conocida en España con el subtítulo de El Regreso, fue la continuación de Alien, el Octavo Pasajero (Ridley Scott, 1979) que, en lugar de ser la típica secuela, se ha convertido, al igual que su predecesora, en todo un título de culto y un gran clásico de la cincia ficción y el cine en general. Después de la magistral Terminator (1984), James Cameron se hizo cargo de la dirección y de el guión de este film, realizando una película muy diferente, mas ambiciosa y espectacular, pero que no traicionaba nada a su predecesora.

Vayamos por partes.

Tras los sucesos del primer film, Ellen Ripley (Sigourney Weaver) ha permanecido 57 años perdida en el espacio en estado de invernación. Al despertar, debe hacer frente a los ejecutivos de la empresa para la que trabaja y los burócratas, quienes no creen su versión de los hechos y le retiran la licencia, suspendiéndola de sus funciones. No obstante, Ripley está mas preocupada por avisarles del peligro que corren quienes lleguen al planeta donde encontraron aquella nave extraterrestre llena de huevos que en su interior contienen seres como el que mató a su tripulación. No obstante, le dicen que en aquel lugar se ha establecido una colonia formada por 60 familias sin que haya habido ningún problema hasta el momento.

Pero, transcurrido un tiempo, le comunican que se ha perdido el contacto con esa colonia y le piden que acompañe a una expedición de marines enviada para averiguar lo que ha sucedido. A pesar de sus reticencias iniciales, Ripley accede a ir y, una vez allí, ella y los marines descubren que todo un ejército de seres como al que se enfrentó se ha hecho con el control del lugar y tienen apresados a sus habitantes, a los que utilizan como carne para gestar a mas seres como ellos. Tras sobrevivir a un primer ataque, Ripley y los marines supervivientes deciden irse y volar toda la instalación, pero el vehículo que debe transportarles es atacado por un alien y se estrella, quedando atrapados en ese lugar, donde tendrán que sobrevivir a esos seres a la vez que se preguntan una cosa: ¿quién es el que pone los huevos de donde nacen esos bichos?

Puesto que tengo pensado hablar algún día de esta película y la saga a la que pertenece en Recuerdos de Axa, no voy a hablar de como fue la producción de este film y voy directamente a dar mi opinión sobre él.

La película es maravillosa.

James Cameron hizo un trabajo excelente, realizando un film diferente a la primera película pero, a la vez, totalmente fiel a aquella.

Como ya he dicho, no es la típica secuela. Mientras la primera era una claustrofóbica película de suspense y terror, Cameron realizó aquí una espectacular y ambiciosa película bélica y de acción. Aún así, tiene buenos momentos de suspense, como la escena en la que Ripley y la niña se quedan encerradas con los atrapacaras o cuando ella y los marines esperan el ataque de los aliens mientras ven que estos se acercan a través de los detectores de movimiento. También se respira tensión en todo momento en la llegada de los marines a la desierta colonia, cuando se van acercando al nido donde tienen prisioneros a los colonos, desde que se quedan atrapados en el planeta hasta que comienzan la batalla final con los aliens o cuando Ripley se adentra en las instalaciones para rescatar a la niña.

La escena en la que la vemos bajando en el ascensor cargando las armas mientras suena de fondo la vibrante banda sonora de James Horner es MAGISTRAL.

El guión de Cameron es muy bueno. Va construyendo la historia a medida que avanza el film, con un ritmo que nunca decae y unos excelentes diálogos y situaciones. Amén de unos personajes muy carismáticos y muy bien definidos; aunque hay algunos bastante tópicos, como el incompetente oficial al mando, el empresario codicioso y traicionero o la hispana marimacho. Aún así, el grupo de marines que acompaña a Ripley en esta aventura es de lo mas pintoresco y, desde luego, se merece una precuela spin-off para ellos solos; de hecho, creo que pensaron hacerla.

A todo esto hay que añadirle unas estupendas interpretaciones por parte de su elenco. Comenzando por Weaver, que vuelve a estar magnífica como Ripley, todos los actores hacen un gran trabajo; incluida la niña. A mi los niños me gustan poco y siempre me fastidia que metan alguno en las películas. Sin embargo, el trabajo de Carrie Henn es muy bueno y hace su personaje bastante soportable. Lástima que el doblaje español lo estropee un poco.

El diseño de producción es una auténtica maravilla. Todo está hecho de una forma tan realista que asusta. A diferencia de los films de la época –y otros mas recientes, también –, en ningún momento los decorados dan la sensación de acartonamiento y las armas y los vehículos parecen totalmente reales; sobre todo, esos robots de carga que, al final de la película, adquieren gran protagonismo. Es muy bueno también el diseño de los trajes de los soldados y sus armas. En lugar de llevar monos de goma o trajes asemejados a los de los astronautas y usar armas láser, aquí los soldados visten trajes de camuflaje y disparan armas de fuego. Eso si, todo muy bien fusionado con el tono futurista del film.

En toda la película –y esto lo digo totalmente en serio –tan solo hay dos cosas que cantan. Una es cuando el vehículo –asemejado a un helicóptero de combate –que los transporta desde la nave a la colonia entra en el planeta, notándose mucho las trasparencias. La otra es la escena en la que, una vez a bordo de la nave, Ripley hace que la reina alien la persiga para evitar que vaya a por la niña. Lo que canta aquí no es la reina alien, obra del gran Stan Winston, que está muy lograda y muy bien hecha y tiene un aspecto muy real y amenazador; todo un prodigio de los efectos especiales. Aquí el problema es cuando la vemos corriendo. Es tan solo un plano, pero se nota mucho la aparatosidad de sus movimientos.

Ambas cosas contrastan mucho con el resto del diseño y los efectos especiales. No obstante, hay que reconocer que se deben a las limitaciones de la época y, afortunadamente, no estropean nada el excelente conjunto del film. Porque, como ya he dicho, solo son un par de cosas entre las muchas que componen este film.

La fotografía es otro punto fuerte de la película. Adrian Biddle, que debutó en este film como director de fotografía tras haber trabajado como cámara y electrico, hace una trabajo extraordinario con una iluminación muy contrastada y un estupendo juego de texturas muy parecido al del primer film; donde, por cierto, Biddle trabajó como cámara y se ve que tomó muy buena nota.

Como ya he dicho, Cameron potenció y multiplicó los aspectos del primer film. En lugar de un solo bicho, aquí enfrentó a los protagonistas con todo un ejército de aliens –todos tan logrados y amenazadores como el de la primera película –dándole mas espectacularidad al film. Aquí, los xenoformes –que es el nombre que se les da a los aliens –son presentados como una raza asemejada a insectos sociales, como las hormigas o las abejas, donde todos se establecen en una colonia alrededor de una reina encargada de poner los huevos con los que se perpetúa la colonia.

Las escenas de acción están de lo mas logradas. Desde el primer ataque de los aliens dentro de su colonia hasta la espectacular batalla final o el enfrentamiento de Ripley contra la enorme reina alien. Todo muy bien acompañado por la excelente banda sonora del ya mencionado James Horner.

Existen dos versiones de la película. Una es la versión normal, la que se vio en los cines y que consta de 137 minutos, y la otra es una versión extendida que dura 154 minutos. A diferencia de otras películas de las que se hacen ediciones especiales con metraje extra que no vale una mierda y que solo está para rellenar, en la versión extendida de este film el metraje extra es muy bueno y aporta mucho al film. Por ejemplo, sabemos por qué Ripley se muestra tan maternal con la niña, podemos ver como era la colonia antes del ataque de los aliens, podemos conocer a la familia de la niña, vemos de nuevo la nave donde se encontraron los huevos o podemos ver unas espectaculares ametralladoras robotizadas tan logradas como las demás armas del film.

No obstante, tanto la versión normal como la versión extendida, son muy buenas y ninguna es preferible a la otra.

Resumiendo.

Película excelente, magnífica y maravillosa. Una verdadera joya del séptimo arte que nunca me canso de ver y para la que solo tengo elogios. Además, es un claro ejemplo a seguir a la hora de hacer secuelas. Yo no tengo duda, para mi es la mejor película de Cameron después de Terminator. Aunque, sobre si es mejor o peor que la primera entrega, aquí no lo tengo tan claro. Para mi, ambas películas están muy a la altura la una de la otra y me cuesta mucho decidir entre ellas.

Un clásico indiscutible que no ha envejecido nada con el tiempo.