Mostrando entradas con la etiqueta mundos apocalípticos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mundos apocalípticos. Mostrar todas las entradas

26 de julio de 2013

WORLD WAR Z (2013)





















Después de un sin fin de retrasos y problemas, esta película ya ha llegado a los cines de EEUU y otros países. A España no llega hasta el 2 de agosto, pero yo no he querido esperar y, en cuanto me he hecho con una copia bastante decente que me permite analizarla bien, no he dudado en verla.

Aunque, estas prisas han sido debidas mas a mi curiosidad por ver cuanto hay en esta película de la estupenda novela de Max Brooks que, supuestamente, adapta. Aunque, de haber sabido el resultado, mejor me hubiera esperado hasta agosto.

Pero vayamos por partes.

Gerry Lane (Brad Pitt), un ex-investigador de la ONU, intenta escapar de Philadelphia con su familia cuando se instaura la ley marcial ante el estallido de una pandemia. En plena huida la población es atacada por zombies y Gerry y su familia logran escapar gracias a un helicóptero que les envía un amigo de Gerry en la ONU y que les traslada a un buque de la armada estadounidense. Allí, Gerry es forzado a ayudar a un un joven virólogo de la universidad de Harvard (Elyes Gabel) a encontrar el origen de la plaga zombie y poder buscar así una forma de detenerla. Esto llevará a Gerry y al científico hasta una base militar en Corea del Sur. Pero, una vez allí, el virólogo muere accidentalmente. Sin embargo, gracias a la información que le da un agente de la CIA (David Morse) encarcelado por traición al traficar para Corea del Norte, Gerry viaja hasta Israel, donde los israelíes han logrado contener a los zombies gracias a grandes muros que se apresuraron a construir cuando interceptaron una comunicación del ejército de la India afirmando que combatían contra muertos vivientes. Sin embargo, una avalancha de zombies atraída por el ruido de la gente se apila junto al muro y logra traspasarlo, por lo que la ciudad de Jerusalén pronto se ve infectada. Gerry logra escapar en compañía de una soldado israelí herida (Daniella Kertesz) en un avión comercial que consigue desviar hasta un centro de la OMS en Gales, ya que, durante el caos en Jerusalén, vio algo que podría ser la clave para encontrar la cura de la plaga. Pero, poco antes de llegar, el avión se ve invadido por los zombies y se estrella. Pero Gerry y la soldado logran sobrevivir y llegar al centro, donde él expone su teoría. El problema es que, para poder experimentar, necesitan algo que se encuentra en una zona precintada invadida por los zombies.

Guerra Mundial Z: Una historia oral de la guerra zombie, publicada en 2006, es la segunda novela del escritor Max Brooks –hijo del cineasta Mel Brooks y la actriz Anne Bancroft –después de Zombie – Guía de Supervivencia (2003). Su éxito hizo que varias productoras y estudios de Hollywood se interesaran en adaptarla.


Leonardo Di Caprio estuvo muy cerca de hacerse con los derechos a través de su compañía, Appian Way. Pero Brad Pitt, a través de su compañía, Plan B Entertainment, y asociado con Paramount Pictures, logró superar la oferta de Di Caprio y consiguió hacerse con los derechos, poniendo en marcha un proyecto cinematográfico con él como protagonista y productor y Marc Forster como director y productor ejecutivo que daría lugar a la película que ahora nos ocupa.

Sin embargo, la producción de este film no sería un camino de rosas. El guión, en el que trabajaron hasta cuatro guionistas, no paraba de reescribirse, el rodaje fue un caos, los problemas de producción no paraban de sucederse, el presupuesto, que originalmente era de 125 millones de dólares, se disparó hasta los 190 millones. Aunque, lo que mas dio que hablar fue la mala relación y las continuas peleas que hubo entre Pitt y Forster –y eso que fue el propio actor quién lo eligió como director –; se dice que ambos acabaron entendiéndose solo a través de sus respectivos abogados. Al final, el estreno de la película, previsto para diciembre de 2012, se retrasó hasta junio de 2013.

Normalmente, las películas que suelen tener tantos problemas de producción terminan estrellándose en taquilla. Sin embargo, este no ha sido el caso. Solo en EEUU la película casi ha recuperado su inversión, habiendo recaudado 189 millones de dólares, mientras que en el resto del mundo ha recaudado 269 millones mas, haciendo un total de 458 millones de dólares. Un éxito en toda regla; ni que decir tiene que ya se está trabajando en una secuela. Además, la película está siendo muy bien recibida por público y crítica; muchos la tachan de obra maestra y todo.

¿Y que opino yo?

Para mi, la novela de Brooks es excelente y apasionante. Encima, rompe por completo con la tradición de las historias de zombies.

Como ya sabéis, en las novelas, películas, cómics, videojuegos y demás cosas sobre zombies, aunque haya un gran apocalipsis a nivel mundial de fondo, la historia suele centrarse en un lugar en concreto y en un grupo de personas tratando de sobrevivir.

En cambio, la novela de Brooks es completamente diferente. De una forma muy inteligente, Brooks nos relata en su novela una gran guerra a nivel mundial de la humanidad contra los zombies en distintas partes del mundo y a través de los ojos de numerosos personajes a los que el protagonista va entrevistando. La novela nos cuenta como empezó el apocalipsis zombie, como se fue desarrollando la guerra en distintas partes del mundo, como la población vivió esta guerra y el impacto que supuso, tanto a nivel político y social. Todo de una manera realmente brillante, con una narrativa excelente que hace su lectura de lo mas disfrutable.

Pues bien, de todo eso no hay absolutamente NADA en esta película.

Como bien sabéis los que me conocéis y me leéis, cuando analizo una película que adapta algo –una novela, un cómic, un videojuego... –, siempre suelo juzgarlas de dos formas: 1) como adaptación y 2) como película. Porque puede darse el caso de que la película como adaptación sea muy mala, pero como película sea muy buena; y viceversa. Un buen ejemplo lo tenéis en El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980), que como película es genial, una obra maestra, pero como adaptación se tomó muchas libertades con respecto a la novela de Stephen King que no gustaron nada a los fans de esta ni al propio escritor. Claro, que también están los casos en los que la película es muy buena tanto como adaptación y como película en si; y viceversa.

Sin embargo, yo a esta solo la voy a analizar como película, porque como adaptación me es imposible analizarla, ya que, como he dicho, no tiene absolutamente nada de la novela; tan solo el título y ya está.

Yo ya os digo directamente que no esperéis encontraros una adaptación de la novela de Max Brooks, porque se la han pasado por el forro completamente para hacer una película de zombies en toda regla, porque eso es en el fondo: una típica película de zombies.


Aunque el protagonista viaje a distintas partes del planeta y se sabe que el resto del mundo se está yendo a la mierda, la idea de guerra mundial a penas se plasma en este film. Tan solo la parte que transcurre en Israel es la que mas recuerda a la novela; aunque tampoco mucho. La parte de Corea del Sur son solo militares en un bunker sobreviviendo a las hordas de zombies y la parte final del centro de la OMS en Gales tres cuartos de lo mismo; solo que aquí cambiamos a los militares por médicos y científicos.

Esto es lo máximo que voy a analizar la película como adaptación, el resto del análisis será solo como película.

Y como película diré que no está mal del todo, aunque tampoco es nada del otro mundo. Una película entretenida que se ve rápidamente para pasar el rato. Yo no juzgo la opinión de otras personas, pero la verdad que no entiendo a la gente que la está poniendo por las nubes y la tacha de obra maestra; me refiero solo al público, no a los críticos profesionales, que esos ya se que son un caso perdido.

Una cosa buena es que han logrado que los muchos problemas de producción a penas sean visibles en el resultado final pero, aún así, la película tiene algunos fallos de ritmo y algunos saltos de tiempo que hacen la trama un poco difícil de seguir.

Tecnicamente, la película está muy bien. El diseño de producción es muy bueno y los efectos especiales muy logrados.

La dirección de Marc Forster es en general correcta, pero el tipo falla bastante en las escenas de acción, las cuales siguen siendo su talón de Aquiles, como ya demostró en Quantum of Solace (2008). Aquí las escenas de acción no son malas; de hecho, hay momentos muy logrados, como la escena del atasco al comienzo del film, toda la parte de Israel o la escena del avión de pasajeros. El problema es que la mayoría de las escenas están rodadas de una forma torpe, con la cámara moviéndose demasiado sin dejarte a penas apreciar casi nada de lo que ocurre. Eso si, el tipo lo conseja con unos momentos de suspense muy logrados; la parte final en el centro de la OMS es un buen ejemplo.

Aunque, lo que de verdad tiene delito es que, para tratarse de una película de zombies, no hay absolutamente nada de gore y ni mucho menos sangre –tan solo la que le salpica en la cara a Pitt en un momento dado y ya está –; hasta cuando le amputan la mano a la soldado israelí lo hacen de tal forma que no se ve practicamente nada. Por eso rectifico en lo que he dicho antes de que esta es una típica película de zombies, porque, la verdad, esta es mas bien una película de zombies para todos los públicos.

Sobre como están tratados aquí los zombies, pues es algo también irregular. Lo que es los zombies en masa está bastante logrado. Esos zombies que corren, saltan, se lanzan contra las puertas como si fueran arietes, se tiran a los helicópteros, se multiplican de una manera acelerada y forman aunténticas marabuntas que lo arrasan todo a su paso dan bastante miedo, si. Pero luego los ves de cerca y su caracterización es de pena y casi no dan miedo; encima, algunos quedan hasta ridículos cuando mueven sus mandíbulas como esas dentaduras de plástico a cuerda que adornan las consultas de los dentistas o un tiburón que acaba de ser pescado.


En cuanto al trabajo de los actores, está bastante bien. Brad Pitt, el protagonista absoluto de este film, hace una muy buena interpretación y lleva muy bien en todo momento el protagonismo de la película. El resto del elenco, donde nos encontramos caras conocidas como las de David Morse, Matthew Fox o James Badge Dale en breves papeles secundarios, también está a la altura.

Resumiendo.

La película, como adaptación, olvidaos de ver algo de la novela de Brooks en este film, porque se parece a ella lo que un huevo a una castaña. Y que no me venga nadie con la excusa de que la novela es demasiado compleja para adaptarla al cine de una forma totalmente fiel porque, aunque se hubieran hecho cambio y se hubieran tomado libertades, no me hubieran molestado mucho si hubieran mantenido intacta la estructura de la historia y la esencia de la novela. Ya me conocéis y sabéis que no soy nada purista y respeto los cambios y las libertades siempre que se hagan con cierta moderación y no estropeen en resultado final. Pero es que no estamos hablando de que se hayan hecho cambios o tomado libertades, estamos hablando de que se ha ignorado por completo la novela en este film, donde solo se han aprovechado su título para hacerse publicidad.

Como película, pues no está del todo mal, pero tampoco del todo bien. Una película normalita ideal para ver si la pasan por TV, pero que no mata ni tampoco vale mucho la pena ir a verla al cine.

Yo, desde luego, no tengo muchas ganas de verla en el cine cuando la estrenen en España en agosto, pero lo mas seguro es que vaya a verla de todas formas para ver si hay detalles que se me han pasado o cosas así; porque, aunque la haya visto en una calidad decente, nunca será lo mismo que verla en una gran pantalla de cine. Además, no quiero que ningún defensor de esta película que la haya visto en el cine me eche en cara que por haberla visto de la otra forma no he sabido apreciarla bien.


¿Quién sabe? A lo mejor cuando la vea en el cine veo sangre y todo. Aunque dudo mucho que mi opinión varíe con ese segundo visionado.












11 de abril de 2013

WATERWORLD (1995)
















Ha habido rodajes de películas que han pasado a la historia al convertirse en un infierno para los responsables de sus respectivas películas; los de Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963) o Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) son dos buenos ejemplos de ello.

Sin embargo, nunca un rodaje había llegado a resultar, incluso, mas interesante que su respectiva película como lo fue el de esta epopeya futurista que no deja de ser un Mad Max pasado por agua al servicio de un Kevin Costner que había comenzado su declive como estrella de Hollywood.

Empecemos.

En un futuro indeterminado –aunque podría ser hacia el año 2500 –, los casquetes polares se han derretido y la Tierra vive completamente sepultada por el agua. Los supervivientes se han visto obligados a convivir entre ellos viviendo en grandes atolones artificiales o a vagabundear por ese inmenso e interminable océano en el que se ha convertido el mundo dedicándose al pillaje o al trueque. A esto último se dedica Mariner (Kevin Costner), un solitario que viaja a bordo de un trimarán sin rumbo fijo y dedicándose al trueque con cada atolón que se encuentra. En uno de ellos descubren que es un mutante que posee branquias que le permiten respirar bajo el agua y esto provoca un incidente que hace que sea capturado y condenado a muerte. No obstante, el atolón es atacado por los Smokers, unos bandidos salvajes que representan un terrible peligro en ese mundo y que son liderados por Deacon (Dennis Hopper). Durante el ataque, Mariner es liberado por Helen (Jeanne Tripplehorn), una bella mujer local, con la condición de que ayude a escapar a ella y a una niña, Enora (Tina Majorino), a la que los Smokers persiguen especialmente, ya que en su espalda lleva tatuado un mapa que indica como llegar hasta Tierra Seca, el único lugar del mundo que, según la leyenda, aún no ha sido cubierto por el agua.


Todo comenzó en 1991, cuando Kevin Costner tuvo constancia de un proyecto que la Universal tenía guardado y del que se interesó tanto que no paró hasta que llegar a un acuerdo con el estudio para protagonizarlo y, además, producirlo, llegando a tener un control total sobre la película.

El propio Costner fue quién eligió al que sería su director, pasando de las sugerencias del estudio, que le proponía a Robert Zemeckis, y contratando a Kevin Reynolds, con quién ya había trabajado en las películas ¿Donde dices que Vas? (1985), Robin Hood, príncipe de los ladrones (1991) y Rapa Nui (1994) –de la que Costner solo fue productor –. El rodaje se llevó a cabo en Hawaii; concretamente, junto a las costas de Isla Grande. Inicialmente, estaba previsto que el presupuesto fuera de 60 millones y que la duración del rodaje fuera de 96 días; previsiones que no se cumplieron ni de coña.

Para empezar, rodar en el mar es mucho mas complejo que rodar en tierra o dentro de un tanque de agua y esto siempre acarrea muchos problemas y, sobre todo, retrasos; bien lo sabe Steven Spielberg cuando hizo Tiburón (1975). Y esta película no fue una excepción.

El rodaje comenzó en junio de 1994, tres meses después de lo previsto, y desde el primer momento fue una larga sucesión de problemas, tanto a nivel técnico como artístico.

El guión, obra de los cineastas Peter Rader (La Casa de la Abuela) y David Twohy (trilogía Riddick), era continuamente reescrito en plena producción a pesar de no estar del todo terminado. Joss Whedon (Los Vengadores) fue llevado allí para solucionar los problemas con el guión –aunque luego no aparecería acreditado –y, aunque estaba previsto que solo estuviera una semana –puesto que su sueldo era de 100.000 dólares por semana –, su estancia se prolongó hasta siete semanas de las que Whedon no guarda muy buen recuerdo, afirmando que aquello fueron para él 7 semanas en el infierno.

Y razón no le falta, ya que aquel rodaje fue una auténtica pesadilla. No había día en que miembros del equipo no cayesen enfermos. También hubo un sin fin de accidentes y muchos actores y especialistas salieron heridos; incluso el propio Costner estuvo muy cerca de perder la vida. Los médicos se veían obligados a atender a mas de 50 personas cada día.

Luego todo eran retrasos, ya que, como he dicho antes, rodar en el mar complicaba mucho las cosas. Secuencias que en tierra solo hubieran llevado unas horas, en el agua tardaban en rodarse varios días; incluso semanas. Los retrasos se debieron, en su mayoría, a problemas técnicos; los cuales eran constantes.


El mas famoso de todos tiene que ver con la ciudad flotante construida para recrear el atolón. Aquel megalómano decorado costó 4 millones de dólares y para construirlo hubo que traer acero de EEUU porque en el que traían de Isla Grande se agotó. El problema es que fueron sorprendidos por un huracán y aquella construcción no pudo aguantar sus 1.000 toneladas de peso y terminó hundiéndose en el agua, lo que obligó a reconstruirla con un gasto similar.

El presupuesto previsto de 60 millones de dólares rápidamente se vio superado y en solo unas semanas se llegó a superar los 100 millones. Es impresionante la cantidad de dinero que se gastó en esta película. Y no solo en gastos de producción.

Por ejemplo, para el trimarán que utiliza el personaje de Costner se construyeron en EEUU dos versiones de este de 60 píes de largo y con un valor de 465.000 dólares cada uno que fueron llevadas hasta la isla en un Boeing 747. El problema era que el aeropuerto de allí no tenía pista suficiente para un avión de esas magnitudes, lo que obligó a realizar unas obras de ampliación del aeropuerto financiada por el estudio.


También hubo que construir una enorme plataforma flotante y llenarla de retretes portátiles para que los miembros del equipo, que sufrían constantes vómitos y diarreas, pudieran defecar sin tener que ser enviados a la isla en lancha, retrasando aún mas la producción.

Otro gasto adicional fueron 30 dólares que el estudio debía pagar a cada miembro del equipo que tuviera que incumplir los horarios fijados por los sindicatos a causa de los retrasos de la filmación, lo cual ocurría cada día y no había miembro del equipo que se librara. Se dice que al estudio le costó mas de 2 millones y medio de dólares la broma.

Luego, encima, hasta tuvieron problemas con la ley cuando el preparador físico de Costner fue detenido con 2.000 kilos de esteroides encima.

A pesar de la amistad entre ambos, la relación entre Costner y Reynolds se deterioró enormemente y las peleas entre ambos fue constantes. Aún así, el actor le defendió cuando, en septiembre de 1994, los productores cargaron sobre el director toda la responsabilidad de aquel rodaje que se les había ido de las manos y quisieron despedirle. Aunque, otras fuentes apuntan a que el director fue apartado y fue el propio Costner quién se sentó en la silla de director y terminó de rodar la película.

Aunque, Costner no solo tuvo problemas con Reynolds, ya que no caía nada bien a los miembros del equipo; a los que no les hizo ninguna gracia tener que hospedarse en hoteles de mala muerte mientras él se hospedaba en un lujoso bungalow de 1.800 dólares la noche.


Al final, ese rodaje que debía haber durado 96 días, se prolongó hasta 157 días y su presupuesto de 60 millones de dólares se incrementó hasta 175 millones –una burrada para la época –, lo que convirtió a aquella producción en la película mas cara de la historia en su tiempo.

El montaje tampoco fue un camino de rosas. Los productores rechazaron un primer montaje de 4 horas de duración que hizo Reynolds y dejaron el montaje en manos de Costner. Este hizo un nuevo montaje de 165 minutos, pero también fue rechazado hasta que, finalmente, se aprobó un montaje final de 135 minutos.

La película se estrenó en EEUU el 28 de julio de 1995 -a España llegaría el 8 de septiembre -. Se esperaba que la taquilla ayudara a compensar la gran cantidad de dinero invertida; pero nada mas lejos de la realidad. La película solo recaudó 88 millones de dólares en EEUU y, aunque salvó los muebles con la taquilla mundial, con 175 millones mas recaudados en el resto del mundo que hacían un total de 264 millones de dólares, el film no pudo librarse de ser etiquetado como fracaso.

La peor parte se la llevó Kevin Costner, quién ya venía precedido por otros dos grandes fracasos, Wyatt Earp (Lawrence Kasdan, 1994) y La Guerra (Jon Avnet, 1994), y no pareció escarmentar tras este desastre cuando solo dos años después se metió de lleno como protagonista, productor y director en otra gran superproducción futurista y post-apocalíptica, Mensajero del Futuro (1997), que también se estrenó en taquilla. Waterworld fue el inicio de su declive como estrella de Hollywood y, aunque ha tenido algún que otro éxito menor estos últimos años, su carrera aún no se ha recuperado del todo; aunque, este año tiene una buena oportunidad de hacerlo con Man of Steel, donde interpreta al padre adoptivo de Superman.

Al principio he afirmado que la producción de esta película resulta mas interesante que la película en sí y eso es cierto, porque la película, la verdad, no es nada del otro mundo. No es mala, me parece una buena película pero, desde luego, no es, para nada, un film brillante y, mucho menos, justifica que se invirtiera tal cantidad de dinero y medios en ella, porque es mas bien una película mas cercana al serie B.

El principal problema de la película es que, en ocasiones, el ritmo falla y se hace muy larga y pesada y hay momentos en los aburre terriblemente. Además, hay un montón de lagunas argumentales, debidas a los muchos cortes que sufrió en la sala de montaje, que empeoran las cosas. Hay una versión extendida que dura 176 minutos cuyo metraje extra ayuda mucho a la historia y arroja luz sobre muchas incógnitas que deja la versión anterior –como la escena final donde los protagonistas descubren que Tierra Seca es, en realidad, la cima del Everest –. Sin embargo, debido a un mal montaje, esta versión es también un arma de doble filo, ya que hace que la película resulte mas lenta y aburrida. Ocurre exactamente lo contrario que, por ejemplo, con Apocalypse Now Redux, donde el metraje extra hacía que el ritmo de la película resulte mas fluido y, a pesar de tener una mayor duración, la película se hace menos larga. Con la versión extendida de Waterworld ocurre exactamente lo contrario.

Su argumento y su guión son de lo mas simplones; y varios diálogos insufribles empeoran mas las cosas. Como ya he visto, la película bebe mucho de la saga Mad Max, sobre todo de la segunda entrega, la estupenda Mad Max 2: El Guerrero de la Carrera (George Miller, 1981); sin embargo, carece mucho de la fuerza y la garra de aquellas películas. Además, el personaje de Mariner carece por completo del carisma y la potencia de Max Rockatansky a pesar de la buena interpretación de Kevin Costner, quién hace un buen trabajo en este film, aunque muy por debajo del nivel de anteriores trabajos.


El resto de los actores tampoco lo hacen mal, pero no dan todo lo que tienen que dar –especialmente, Dennis Hopper y la bella Jeanne Tripplehorn, capaces de interpretaciones mucho mejores –y la dirección de actores no saca lo mejor de ellos.

No obstante, a su favor, la película tiene que es todo un espectáculo. Las escenas de acción son terriblemente espectaculares, adrenalíticas y están muy bien rodadas y coreografiadas. Secuencias como la del ataque al atolón por parte de los Smockers, el hidroavión dando vueltas mientras está enganchado al trimarán de Mariner o el espectacular tramo final son momentos realmente impresionantes.

Además, también hay momentos muy logrados, como cuando Mariner caza a un monstruo marino poniéndose como cebo, la visita submarina a la ciudad sumergida o ese comienzo tan ingenioso en el que vemos como la Tierra del logotipo de la Universal se va inundando.

Mi veredicto final es que Waterworld no es una mala película. Es un film aceptable que se deja ver y que, sin duda, es una buena elección cuando la pasan por Tv y no hay otra cosa para ver. No obstante, es una película bastante simplona y falta de épica cuyo conjunto no justifica su enorme presupuesto y despliegue de medios.


Y es que, en el fondo, no es mas que una cinta de serie B en la que, incomprensiblemente, se gastaron una millonada.