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11 de abril de 2013

WATERWORLD (1995)
















Ha habido rodajes de películas que han pasado a la historia al convertirse en un infierno para los responsables de sus respectivas películas; los de Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963) o Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) son dos buenos ejemplos de ello.

Sin embargo, nunca un rodaje había llegado a resultar, incluso, mas interesante que su respectiva película como lo fue el de esta epopeya futurista que no deja de ser un Mad Max pasado por agua al servicio de un Kevin Costner que había comenzado su declive como estrella de Hollywood.

Empecemos.

En un futuro indeterminado –aunque podría ser hacia el año 2500 –, los casquetes polares se han derretido y la Tierra vive completamente sepultada por el agua. Los supervivientes se han visto obligados a convivir entre ellos viviendo en grandes atolones artificiales o a vagabundear por ese inmenso e interminable océano en el que se ha convertido el mundo dedicándose al pillaje o al trueque. A esto último se dedica Mariner (Kevin Costner), un solitario que viaja a bordo de un trimarán sin rumbo fijo y dedicándose al trueque con cada atolón que se encuentra. En uno de ellos descubren que es un mutante que posee branquias que le permiten respirar bajo el agua y esto provoca un incidente que hace que sea capturado y condenado a muerte. No obstante, el atolón es atacado por los Smokers, unos bandidos salvajes que representan un terrible peligro en ese mundo y que son liderados por Deacon (Dennis Hopper). Durante el ataque, Mariner es liberado por Helen (Jeanne Tripplehorn), una bella mujer local, con la condición de que ayude a escapar a ella y a una niña, Enora (Tina Majorino), a la que los Smokers persiguen especialmente, ya que en su espalda lleva tatuado un mapa que indica como llegar hasta Tierra Seca, el único lugar del mundo que, según la leyenda, aún no ha sido cubierto por el agua.


Todo comenzó en 1991, cuando Kevin Costner tuvo constancia de un proyecto que la Universal tenía guardado y del que se interesó tanto que no paró hasta que llegar a un acuerdo con el estudio para protagonizarlo y, además, producirlo, llegando a tener un control total sobre la película.

El propio Costner fue quién eligió al que sería su director, pasando de las sugerencias del estudio, que le proponía a Robert Zemeckis, y contratando a Kevin Reynolds, con quién ya había trabajado en las películas ¿Donde dices que Vas? (1985), Robin Hood, príncipe de los ladrones (1991) y Rapa Nui (1994) –de la que Costner solo fue productor –. El rodaje se llevó a cabo en Hawaii; concretamente, junto a las costas de Isla Grande. Inicialmente, estaba previsto que el presupuesto fuera de 60 millones y que la duración del rodaje fuera de 96 días; previsiones que no se cumplieron ni de coña.

Para empezar, rodar en el mar es mucho mas complejo que rodar en tierra o dentro de un tanque de agua y esto siempre acarrea muchos problemas y, sobre todo, retrasos; bien lo sabe Steven Spielberg cuando hizo Tiburón (1975). Y esta película no fue una excepción.

El rodaje comenzó en junio de 1994, tres meses después de lo previsto, y desde el primer momento fue una larga sucesión de problemas, tanto a nivel técnico como artístico.

El guión, obra de los cineastas Peter Rader (La Casa de la Abuela) y David Twohy (trilogía Riddick), era continuamente reescrito en plena producción a pesar de no estar del todo terminado. Joss Whedon (Los Vengadores) fue llevado allí para solucionar los problemas con el guión –aunque luego no aparecería acreditado –y, aunque estaba previsto que solo estuviera una semana –puesto que su sueldo era de 100.000 dólares por semana –, su estancia se prolongó hasta siete semanas de las que Whedon no guarda muy buen recuerdo, afirmando que aquello fueron para él 7 semanas en el infierno.

Y razón no le falta, ya que aquel rodaje fue una auténtica pesadilla. No había día en que miembros del equipo no cayesen enfermos. También hubo un sin fin de accidentes y muchos actores y especialistas salieron heridos; incluso el propio Costner estuvo muy cerca de perder la vida. Los médicos se veían obligados a atender a mas de 50 personas cada día.

Luego todo eran retrasos, ya que, como he dicho antes, rodar en el mar complicaba mucho las cosas. Secuencias que en tierra solo hubieran llevado unas horas, en el agua tardaban en rodarse varios días; incluso semanas. Los retrasos se debieron, en su mayoría, a problemas técnicos; los cuales eran constantes.


El mas famoso de todos tiene que ver con la ciudad flotante construida para recrear el atolón. Aquel megalómano decorado costó 4 millones de dólares y para construirlo hubo que traer acero de EEUU porque en el que traían de Isla Grande se agotó. El problema es que fueron sorprendidos por un huracán y aquella construcción no pudo aguantar sus 1.000 toneladas de peso y terminó hundiéndose en el agua, lo que obligó a reconstruirla con un gasto similar.

El presupuesto previsto de 60 millones de dólares rápidamente se vio superado y en solo unas semanas se llegó a superar los 100 millones. Es impresionante la cantidad de dinero que se gastó en esta película. Y no solo en gastos de producción.

Por ejemplo, para el trimarán que utiliza el personaje de Costner se construyeron en EEUU dos versiones de este de 60 píes de largo y con un valor de 465.000 dólares cada uno que fueron llevadas hasta la isla en un Boeing 747. El problema era que el aeropuerto de allí no tenía pista suficiente para un avión de esas magnitudes, lo que obligó a realizar unas obras de ampliación del aeropuerto financiada por el estudio.


También hubo que construir una enorme plataforma flotante y llenarla de retretes portátiles para que los miembros del equipo, que sufrían constantes vómitos y diarreas, pudieran defecar sin tener que ser enviados a la isla en lancha, retrasando aún mas la producción.

Otro gasto adicional fueron 30 dólares que el estudio debía pagar a cada miembro del equipo que tuviera que incumplir los horarios fijados por los sindicatos a causa de los retrasos de la filmación, lo cual ocurría cada día y no había miembro del equipo que se librara. Se dice que al estudio le costó mas de 2 millones y medio de dólares la broma.

Luego, encima, hasta tuvieron problemas con la ley cuando el preparador físico de Costner fue detenido con 2.000 kilos de esteroides encima.

A pesar de la amistad entre ambos, la relación entre Costner y Reynolds se deterioró enormemente y las peleas entre ambos fue constantes. Aún así, el actor le defendió cuando, en septiembre de 1994, los productores cargaron sobre el director toda la responsabilidad de aquel rodaje que se les había ido de las manos y quisieron despedirle. Aunque, otras fuentes apuntan a que el director fue apartado y fue el propio Costner quién se sentó en la silla de director y terminó de rodar la película.

Aunque, Costner no solo tuvo problemas con Reynolds, ya que no caía nada bien a los miembros del equipo; a los que no les hizo ninguna gracia tener que hospedarse en hoteles de mala muerte mientras él se hospedaba en un lujoso bungalow de 1.800 dólares la noche.


Al final, ese rodaje que debía haber durado 96 días, se prolongó hasta 157 días y su presupuesto de 60 millones de dólares se incrementó hasta 175 millones –una burrada para la época –, lo que convirtió a aquella producción en la película mas cara de la historia en su tiempo.

El montaje tampoco fue un camino de rosas. Los productores rechazaron un primer montaje de 4 horas de duración que hizo Reynolds y dejaron el montaje en manos de Costner. Este hizo un nuevo montaje de 165 minutos, pero también fue rechazado hasta que, finalmente, se aprobó un montaje final de 135 minutos.

La película se estrenó en EEUU el 28 de julio de 1995 -a España llegaría el 8 de septiembre -. Se esperaba que la taquilla ayudara a compensar la gran cantidad de dinero invertida; pero nada mas lejos de la realidad. La película solo recaudó 88 millones de dólares en EEUU y, aunque salvó los muebles con la taquilla mundial, con 175 millones mas recaudados en el resto del mundo que hacían un total de 264 millones de dólares, el film no pudo librarse de ser etiquetado como fracaso.

La peor parte se la llevó Kevin Costner, quién ya venía precedido por otros dos grandes fracasos, Wyatt Earp (Lawrence Kasdan, 1994) y La Guerra (Jon Avnet, 1994), y no pareció escarmentar tras este desastre cuando solo dos años después se metió de lleno como protagonista, productor y director en otra gran superproducción futurista y post-apocalíptica, Mensajero del Futuro (1997), que también se estrenó en taquilla. Waterworld fue el inicio de su declive como estrella de Hollywood y, aunque ha tenido algún que otro éxito menor estos últimos años, su carrera aún no se ha recuperado del todo; aunque, este año tiene una buena oportunidad de hacerlo con Man of Steel, donde interpreta al padre adoptivo de Superman.

Al principio he afirmado que la producción de esta película resulta mas interesante que la película en sí y eso es cierto, porque la película, la verdad, no es nada del otro mundo. No es mala, me parece una buena película pero, desde luego, no es, para nada, un film brillante y, mucho menos, justifica que se invirtiera tal cantidad de dinero y medios en ella, porque es mas bien una película mas cercana al serie B.

El principal problema de la película es que, en ocasiones, el ritmo falla y se hace muy larga y pesada y hay momentos en los aburre terriblemente. Además, hay un montón de lagunas argumentales, debidas a los muchos cortes que sufrió en la sala de montaje, que empeoran las cosas. Hay una versión extendida que dura 176 minutos cuyo metraje extra ayuda mucho a la historia y arroja luz sobre muchas incógnitas que deja la versión anterior –como la escena final donde los protagonistas descubren que Tierra Seca es, en realidad, la cima del Everest –. Sin embargo, debido a un mal montaje, esta versión es también un arma de doble filo, ya que hace que la película resulte mas lenta y aburrida. Ocurre exactamente lo contrario que, por ejemplo, con Apocalypse Now Redux, donde el metraje extra hacía que el ritmo de la película resulte mas fluido y, a pesar de tener una mayor duración, la película se hace menos larga. Con la versión extendida de Waterworld ocurre exactamente lo contrario.

Su argumento y su guión son de lo mas simplones; y varios diálogos insufribles empeoran mas las cosas. Como ya he visto, la película bebe mucho de la saga Mad Max, sobre todo de la segunda entrega, la estupenda Mad Max 2: El Guerrero de la Carrera (George Miller, 1981); sin embargo, carece mucho de la fuerza y la garra de aquellas películas. Además, el personaje de Mariner carece por completo del carisma y la potencia de Max Rockatansky a pesar de la buena interpretación de Kevin Costner, quién hace un buen trabajo en este film, aunque muy por debajo del nivel de anteriores trabajos.


El resto de los actores tampoco lo hacen mal, pero no dan todo lo que tienen que dar –especialmente, Dennis Hopper y la bella Jeanne Tripplehorn, capaces de interpretaciones mucho mejores –y la dirección de actores no saca lo mejor de ellos.

No obstante, a su favor, la película tiene que es todo un espectáculo. Las escenas de acción son terriblemente espectaculares, adrenalíticas y están muy bien rodadas y coreografiadas. Secuencias como la del ataque al atolón por parte de los Smockers, el hidroavión dando vueltas mientras está enganchado al trimarán de Mariner o el espectacular tramo final son momentos realmente impresionantes.

Además, también hay momentos muy logrados, como cuando Mariner caza a un monstruo marino poniéndose como cebo, la visita submarina a la ciudad sumergida o ese comienzo tan ingenioso en el que vemos como la Tierra del logotipo de la Universal se va inundando.

Mi veredicto final es que Waterworld no es una mala película. Es un film aceptable que se deja ver y que, sin duda, es una buena elección cuando la pasan por Tv y no hay otra cosa para ver. No obstante, es una película bastante simplona y falta de épica cuyo conjunto no justifica su enorme presupuesto y despliegue de medios.


Y es que, en el fondo, no es mas que una cinta de serie B en la que, incomprensiblemente, se gastaron una millonada.









25 de febrero de 2012

BATMAN FOREVER (1995)















Tres años después de Batman Vuelve (1992), llegó a los cines la esperada tercera entrega de Batman; y lo hizo con varios cambios. Aquí había nuevo director, el hombre murciélago tenía un nuevo rostro, había un nuevo estilo y hasta la banda sonora cambiaba.


¿Resultado? Un enorme éxito de taquilla, pero un enorme bajón con respecto a la calidad de la saga y el inicio del declive de esta.

Aún así, debo decir que esta película no me desagrada del todo. Puede que esté entre las peores películas de Batman que se han hecho pero, aún así, no la encuentro del todo mala, mas bien, regulera. Además, si la comparamos con su nefasta hermana pequeña, diríamos que hasta mejora. Pero, bueno, de todo esto hablaré mas adelante.



La película comienza con Batman (Val Kilmer) enfrentándose a un nuevo enemigo. Se trata de Dos Caras (Tommy Lee Jones), que es como se hace llamar ahora Harvey Dent, el antiguo fiscal de Gotham City ahora convertido en un criminal y líder de una peligrosa banda que le ha declarado la guerra al hombre murciélago, ya que le acusa de ser el responsable de que la mitad de su cara se desfigurara a causa de un ataque con ácido durante un juicio contra el líder mafioso Salvatore Maroni. Esto le hace tenderle trampas en cada uno de sus golpes que Batman sortea con éxito. Su obsesión por matar a Batman lleva a Dos Caras a secuestrar un circo lleno de gente y colocar una bomba que estallará matando a todos los presentes si Batman no se entrega. Una familia de trapecistas consigue sacar la bomba de allí antes de que explote, pero estos son asesinados después por Dos Caras, que mata a todos menos al hijo pequeño, Dick Grayson (Chris O´Donnell). Batman se siente culpable por lo sucedido, por lo que, como Bruce Wayne, decide acoger al chico bajo su tutela; pero el joven solo desea vengarse.

Por su parte, Edward Nygma (Jim Carrey), un científico que trabaja en Industrias Wayne, está sacando adelante en secreto con un proyecto consistente en crear una Tv en 3D a base de controlar las ondas cerebrales y que el propio Bruce Wayne había rechazado. No obstante, un error en el desarrollo hace que el invento de Nygma se convierta en una poderosa arma capaz de hacerle mas inteligente a base de robar la inteligencia a otros, algo que puede llevarle a controlar todas las mentes de la ciudad; y puede que del mundo. Necesitado de dinero para sacar adelante su megalómano proyecto, adopta la identidad de Enigma y se alía con Dos Caras, a quién le promete la cabeza de Batman si le ayuda. Batman, por su parte, empieza a replantearse el seguir siendo un superheroe a la vez que no desea que el joven Dick siga sus pasos y de querer sacar adelante una relación amorosa que mantiene con la bella psiquiatra Chase Meridian (Nicole Kidman).

En un principio, estaba previsto que fuera Tim Burton quién dirigiera esta tercera entrega. No obstante, aunque Batman Vuelve fue un éxito de taquilla, muchos la encontraron demasiado oscura. Entre ellos la Warner, que consideraba que esto fue la razón de que la película tuviera un éxito muy inferior al de su predecesora, Batman (1989). Fue por ello por lo que, esta vez, decidieron relegarle a productor y buscar un nuevo director, siendo elegido Joel Schumacher. Este, en un principio, quería hacer una precuela inspirada en el cómic Batman: Año Uno, de Frank Miller, pero el estudio no quería una precuela, sino continuar la historia hacia delante y seguir con la idea que tenía Burton, con Batman enfrentándose a Enigma y al regreso de Catwoman; aunque, finalmente, esta fue desechada del guión y reemplazada por Dos Caras.

Este cambio en la dirección sirvió de excusa a Michael Keaton para no repetir como Batman. El actor ya estaba cansado del personaje y de ver como secundarios de lujo le quitaban el protagonismo. Así que, excusándose con lo de Burton, se negó a ponerse el traje de Batman por tercera vez a pesar de lo 15 millones de dólares que la Warner le ofrecía. Fueron varios los actores que se tantearon para el papel (Ralph Fiennes, Daniel Day-Lewis, Johnny Depp...) hasta que Val Kilmer resultó ser el gran elegido.



Otro papel muy codiciado fue el de Robin, quién hacía aquí su primera aparición. Cabe decir que en Batman Vuelve estaba también prevista la participación de este personaje, incluso aparecía en los primeros borradores del guión, pero fue desechado y sería en este film donde le veríamos por primera vez. Leonardo DiCaprio y Marlon Wayans –si, pudieron haber metido un Robin negro en la película –fueron dos firmes candidatos junto a Chris O´Donnell, quién terminó haciéndose con el papel.

La película fue todo un éxito. Con un presupuesto de 100 millones de dólares, hizo 184 millones solo en EEUU y 152 millones en el resto de países, logrando una recaudación mundial de 336 millones de dólares; cifra que superó a los 266 millones de Batman Vuelve. Por otro lado, la crítica la recibió con opiniones muy enfrentadas. Algunos la criticaban duramente mientras otros la adoraban afirmando que Schumacher le había dado un nuevo aire a la saga.

Por su parte, los fans de Batman –al menos, la mayoría de ellos –considera esta película un insulto, tanto para el personaje, como para los cómics en general.

Yo fui a ver esta película en su día al cine y recuerdo que flipé bastante viéndola. Tenía 15 años, era algo mas mayor, pero mi cerebro de adolescente hacía que aún me impresionara fácilmente. No obstante, recuerdo que con lo que mas flipé fue con los efectos especiales, las escenas de acción y, sobre todo, con Nicole Kidman y Debi Mazar –a Drew Barrimore no la nombro porque en esta película está de todo menos sexy –. Con lo que menos flipé fue con Batman, con Robin –bueno, con este no flipo nunca –y con los villanos.

Y es que, tenemos una película que, visualmente, puede resultar muy atractiva para el gran público, pero que es una pésima adaptación de cómic y, como película, es tan solo un divertimento difícilmente de tomar en serio.

Salvo por algunos detalles y algunos actores que repiten, la película casi ignora las dos primeras entregas. Y, como adaptación, se toma un montón de libertades con respecto a los cómics; algunas de ellas heredadas de las anteriores películas. Si en la primera entrega era el Joker quién mataba a los padres de Batman, aquí es Dos Caras quién asesina a la familia de Robin en lugar de Tony Zucco, el asesino de los cómics.



Como ya he dicho, flipé con los efectos especiales y las escenas de acción, porque están de lo mas logrados. Escenas como la del helicóptero o esa en la que Batman salta desde lo alto de un edificio –donde, por cierto, se empleó un Batman generado completamente por ordenador –son de lo mas espectaculares. También las escenas de lucha son muy buenas y están bien rodadas. Hasta aquí, todo bien.

Otro punto es el diseño de producción.

Debo decir que no está mal esa Gotham City con un estilo mezcla entre clásico y futurista. Aunque llega a resultar un tanto acartonado y los colorines y las luces de neón que Schumacher se empeña en meter lo estropean el conjunto. Aunque, debo decir que aquí todos estos elementos se hacen algo mas digeribles en comparación con la siguiente entrega.

El diseño del traje de Batman, aunque inferior a los anteriores, no está mal; además, los pezones Made in Schumacher –que tanta polémica despertarían en el futuro –, aquí pasan algo mas desapercibidos. Tampoco está mal el traje de Robin, muy parecido al traje clásico, aunque con un estilo mas moderno; eso si, demasiados músculos para tan poca cosa. También me gusta el diseño del nuevo Batmóvil, aunque muy inferior al de las anteriores películas; además de que se podrían haber ahorrado esas cubiertas en las ruedas con forma de Batseñal. Mas logrados están el nuevo Batskiboat y el nuevo Batwing; sobre todo, este último.

Se dice que Burton a penas tomó decisiones en esta película, pero yo veo bastante de su mano como productor; sobre todo, en lo que a Batman se refiere. A pesar de las payasadas del guión, los colorines y las luces de neón, Batman sigue estando rodeado de oscuridad; como si todos estos elementos no le afectasen.

El problema es el propio Batman en si. Desde luego, fue un error la elección de Val Kilmer. El tipo no es mal actor, pero no da nada el pego, ni como Batman, ni como Bruce Wayne. Michael Keaton no fue un buen Bruce Wayne, pero si estaba genial enfundado en el traje de Batman. Kilmer, en cambio, a pesar de que el traje le sentaba mejor –ni tan siquiera necesitó relleno en los músculos –, se ve que tanto el traje como el personaje le vienen -simbólicamente -grandes.


Otro fallo garrafal es Robin. Ya me fastidia bastante que metan a este personaje, el cual nunca me ha gustado, pero que, encima, lo interprete un carapán como Chris O´Donnell...

En cuanto a los dos villanos, esto si me da rabia.

Me da rabia porque la elección de los actores es muy buena. Tommy Lee Jones es un excelente actor y Jim Carrey, a pesar de darse a conocer con payasadas como La Máscara o Dos tontos muy tontos, también es un actor muy bueno. Además, los dos pegan mucho con sus respectivos personajes: Dos Caras y Enigma. El problema es lo mal tratados que están los personajes en el deficiente guión, que los convierte en un par de payasos que se comportan como retrasados mentales durante todo el metraje y que están a años luz de sus homólogos en el cómic. Es imposible tomarse a ambos en serio como supervillanos cuando en este tipo de películas los villanos son un punto muy importante.

No tengo ninguna duda de que, con un guión en condiciones, una buena dirección de actores y una caracterización mas lograda –porque la que tienen en la película es para echarse a reír; en el peor de los sentidos –, Jones y Carrey hubieran sido unos excelentes Dos Caras y Enigma.

La otra cara de la moneda es la protagonista femenina. Nicole Kidman es una excelente actriz y está realmente fantástica como Chase Meridian –un personaje inventado para la película –. Muy bella, sexy y provocadora, como una mujer fatal del cine negro mas clásico que no cuesta creerse nada que sea capaz de seducir a Batman o cualquier superheroe que se le cruce en su camino. Desde luego, ella es de lo mejor del film.

De las anteriores películas vuelven a repetir Michael Gough, que vuelve a estar genial como Alfred –a pesar de las tonterías que le hacen decir, como el chiste del bocadillo del principio –, y Pat Hingle, que vuelve a hacer un buen trabajo como Gordon; personaje que sigue siendo tratado como un secundario del tres al cuarto a pesar de su importancia en los cómics.

Resumiendo.


La película, como adaptación de Batman, es pésima. No solo ignora los cómics, también se pasa por el forro a sus dos predecesoras. Eso sin mencionar el mal trato que dan a varios de sus personajes –lo que ya he dicho de los villanos principales –. Aún así, debo decir que, por primera vez, se intenta profundizar en la mente y la personalidad de Batman, mostrando sus demonios internos y sus motivaciones para hacer lo que hace. Pero, sin embargo, la cosa se queda en eso, en un simple intento que, al final, no llega a nada; bien porque no quisieron llegar –porque hay muchas escenas eliminadas del montaje final que ayudaría a comprender todo esto –o porque Schumacher no supo como sacarlo adelante. Las dos opciones me parecen válidas.

Como adaptación es mala, pero como película llega a resultar divertida y entretenida; eso si, siempre que no te la tomes en serio y la veas mas como una parodia. Esto hace que la salve de la quema y, al menos, la coloque entre las regulares. Mas bien, regular tirando a mala.



Y, como ya he dicho, si la comparamos con la que vino después, hasta sale ganando.