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15 de agosto de 2014

NINJA TURTLES (2014)






















Este esperado reinicio cinematográfico de las Tortugas Ninja ha sido una película muy polémica desde su puesta en marcha allá por el 2009.

El hecho de reiniciar a unos personajes que, sin duda, han marcado la infancia de mucha gente ya era de por sí un elemento de desconfianza para muchos. Luego, si le añadimos que la Paramount dejó el proyecto en manos de Michael Bay para producirlo, ya hizo que saltaran las alarmas de mucha gente. Y luego cosas como la elección de Megan Fox para ser April O´Neil o el diseño de las nuevas tortugas tampoco ayudaron mucho.

Sin embargo, a lo que a mí respecta, yo le tenía más fe a este proyecto. A diferencia de toda esta gente de la que he hablado –la mayoría de ellos, los que se les conoce como gafapastas –, yo no odio a Michael Bay, me gusta Megan Fox y el nuevo diseño de las tortugas me convenció desde que salieron aquellas primeras imágenes filtradas. Además, la película pintaba bastante bien en los numerosos tráilers, clips, imágenes y Tv-spots con los que el estudio ha promocionado incansablemente este film en las últimas semanas.

Como veis, no he querido esperarme a que la película llegue a España el próximo 17 de octubre –y dudo mucho que alguien lo haga; tan solo los que no les quede más remedio –y ya he podido verla y puedo dar abiertamente mi opinión sobre ella.

Pero vayamos por partes.

La ciudad de Nueva York está siendo asolada por una organización criminal conocida como el Clan del Píe. April O´Neil (Megan Fox), una intrépida reportera que desafía a la cadena donde trabaja, el Canal 6, la cual la tiene haciendo simples reportajes sensacionalistas, sigue los pasos de este clan y, una noche, durante un golpe en los muelles, es testigo de cómo un misterioso vigilante asalta a los criminales y desaparece en la sombra. Pero, al contarlo en su trabajo, nadie la cree. Más tarde, siguiendo de nuevo los pasos del clan del píe, es cogida como rehén junto a muchas otras personas en una estación de metro. La intención del clan, liderado por Karai (Minae Noji), lugarteniente de Shredder, el misterioso líder de la organización, es hacer que el justiciero salga a la luz y acabar con él. Pero ella y todos los miembros del clan se ven sorprendidos por varios justicieros.

April logra seguirlos hasta una azotea y allí descubre que estos justicieros son cuatro tortugas mutantes que hablan y luchan como ninjas. Su sorpresa es mayor cuando descubre que estas tortugas tienen que ver con su pasado y el de su padre, un científico que falleció cuando el laboratorio donde trabajaba en una cura milagrosa se incendió. Trata de advertir a su jefa, Bernadette Thompson (Whoopi Goldberg), pero esta no la cree y la despide. Tan solo encuentra el apoyo de su compañero, Vernon Fenwick (Will Arnett), aunque este tampoco cree su historia. Entonces, decide hablar con Eric Sacks (William Fichtner), el que fuera socio de su padre, quién le ofrece su ayuda. Finalmente, las tortugas se ponen en contacto con ella y la llevan a su guarida en el subsuelo de la ciudad ante su padre adoptivo y maestro, Splinter (Danny Woodburn), una rata mutante. Este le revela a April sus verdaderos orígenes y el papel que jugó ella en el pasado para su supervivencia. También le revela que Sacks no es la persona que dice ser y que guarda un terrible secreto relacionado con Shredder.



Las Tortugas Ninja nacieron en un cómic creado por Kevin Eastman y Peter Laird en 1984 como parodia de varios cómics de Frank Miller. Poco a poco, se fueron haciendo populares dentro del mundo del cómic. Aunque, su gran fama mundial entre el gran público llegó en 1987, gracias a una serie de animación ya mítica emitida por la CBS hasta 1996.

Su salto a la gran pantalla no se hizo esperar. Este se produjo en 1990, en una película dirigida por Steve Barron que fue un éxito enorme, con más de 200 millones de dólares recaudados en todo el mundo, y a día de hoy es un pequeño clásico del cine de superhéroes. A esta película pronto le siguieron dos secuelas, una dirigida por Michael Pressman en 1991 y otra escrita y dirigida por Stuart Gillard en 1993, pero ninguna estuvo a la altura en éxito ni en calidad a su predecesora.

Tendrían que pasar muchos años para volver a ver a las Tortugas Ninja en el cine, esta vez en forma de película de animación 3D, con TMNT (2007), escrita y dirigida por Kevin Munroe, que era como una continuación de las películas en acción real.

Ahora nos llega este reboot que mezcla acción real y animación CGI realizada con motion capture y que, como ya he dicho antes, produce Michael Bay a través de su compañía, Platinum Dunes, y le dejó la dirección a Jonathan Liebesman, director de, entre otras, Battle: Los Angeles (2011) o Ira de Titanes (2012). Aunque, lo que más sorprendió fue la elección de Megan Fox para dar vida a April O´Neil cuando ellos llevaban un tiempo enemistados.

Lo que ocurrió es de sobras conocido. Ella, tras hacerse mundialmente famosa de la mano de Bay en Transformers (2007), volvió a trabajar con él en la secuela, Trasnformers: La Venganza de los Caídos (2009), tras la cual hizo unas duras declaraciones contra el director, al que comparó con Hitler por su modo brusco y autoritario a la hora de rodar, y esto a Bay no le hizo mucha gracia.

Megan estuvo un tiempo implicada en la tercera entrega, Transformers: El Lado Oscuro de la Luna (2011), incluso salieron unas imágenes donde se la veía en el set de rodaje. Sin embargo, terminó saliendo bruscamente de la producción y fue reemplazada por Rosie Huntington-Whiteley. Las razones de su marcha no están claras del todo. Oficialmente, fue despedida al estar demasiado delgada y se negó a engordar para el papel –aunque, el que luego contrataran como sustituta a una modelo de Victoria´s Secret, para mí echa un poco por tierra esta teoría –, mientras otros dicen que fue ella la que abandonó al no querer volver a someterse a las órdenes de Bay. Hay también otras teorías de lo más absurdas que dicen cosas como que Bay la acosaba sexualmente o que fue Steven Spielberg –productor ejecutivo de la saga –quién hizo que la despidieran ya que, como judío, no le gustó que ella comparara a Bay con Hitler.

El caso es que ella y Bay se distanciaron y parecía que ya nunca más iban a volver a trabajar juntos y que su relación era ya irreconciliable.

Sin embargo, en febrero del año pasado, Bay sorprendió a todo el mundo publicando muy entusiasmado en su blog que Megan Fox volvía a la familia el mismo día que salió la noticia de que ella se incorporaba al reboot de las Tortugas Ninja para dar vida a April O´Neil; prueba de que los dos se habían reconciliado. Además, con la noticia del fichaje de Fox, el proyecto, que había estado unos años dando tumbos, fue tomando forma hasta quedar listo para estrenarse por estas fechas.

Como ya he dicho, esta película fue mal recibida desde el mismo momento de su concepción y no ha parado de recibir críticas e insultos en todo momento. Cosas como el nuevo diseño de las tortugas, el hecho de que sean CGI o hasta el tema principal de la banda sonora, el rap Shell Shocked, no han parado de recibir hostias día sí y día también. Hasta Megan Fox –blanco también de muchas de esas críticas –se ha mostrado muy molesta con este asunto y, en una entrevista no hace mucho, no pudo resistirse y volvió a sacar a relucir esa boquita que tan mala fama le dio hace cinco años afirmando que a los que no les guste la película “les follen”.


Y, la verdad, yo le doy la razón. Vale que las formas que utilizó no fueron las adecuadas, pero es que ya me cansa esta gente que se dedica a machacar las películas sin haberlas visto aún. Una cosa es que una película no les pinte bien y les de malas vibraciones y otra es juzgarla y tacharla directamente de bodrio sin haberla visto aún. Además, nadie menciona que ella esta vez ha utilizado sus malas formas para defender su película y a la gente que ha trabajado con ella; todo lo contrario que en 2009.

Pero, bueno, dejemos a un lado todas estas cosas y vamos con la película.

Para empezar, le está yendo bastante bien en taquilla. El fin de semana de su estreno sorprendió recaudando solo en EEUU la friolera de 65 millones de dólares, cifra que superaba las previsiones que le daban los expertos. A día de hoy lleva ya recaudados 89 millones de dólares en territorio estadounidense a los que hay que unir 28 millones más recaudados en el resto del mundo, por lo que su recaudación global asciende a 117 millones de dólares; muy cerca de los 125 millones de su presupuesto. La Paramount se ha visto tan satisfecha con estos resultados que, rápidamente, ha confirmado la secuela para 2016.

Por otro lado, el público la ha recibido medianamente bien y, como era de esperar, la crítica la está pulverizando.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Como ya he dicho, yo tenía bastante interés en esta película. Es cierto que al principio no me atraía mucho una nueva película de las Tortugas Ninja en estos tiempos. Pero, poco a poco, me fui interesando por ella. Y, como ya sabéis, me gusta mucho Megan Fox y la noticia de su fichaje multiplicó por mil mi interés en el film.

A mí me gustan mucho las Tortugas Ninja. Como la mayoría de gente de mi generación, he crecido con ellas; hasta hicieron que me aficionara por la pizza. Mi primer contacto con estos persojes fue con la famosa serie animada de los 80. Después, he leído muchos cómics suyos y, sobre todo, he visto las películas.

La primera película, Las Tortugas Ninja (Steve Barron, 1990) me gusta mucho. No es un film brillante ni una obra maestra, pero es un film muy apreciable, muy bien hecho y, sobre todo, es un clásico de mi infancia que he debido ver ya miles de veces.

La segunda película, Tortugas Ninja II: El Secreto de los Mocos Verdes (Michael Pressman, 1991) contó con un presupuesto mucho mayor y, de hecho, técnicamente es bastante superior a la primera. Sin embargo, aunque su comienzo es bueno, el resultado final es una verdadera mierda que solo consigue aburrir y abochornar. Eso si, como ocurrió también con Superman IV: En Busca de la Paz (Sidney J. Furie, 1987), la disfruté mucho en su día viéndola con mis ojos infantiles y me gustó hasta que empecé a hacerme mayor.

La tercera película, Tortugas Ninja III (Stuart Gillard, 1993), esa es mejor olvidarla. Si la segunda era mala, esta fue aún peor. Al menos, la segunda estaba bien hecha técnicamente, pero este film es de lo más cutre en todos los sentidos y hasta resulta muy insoportable de ver. Lo peor es que se desaprovecha una interesante historia donde las tortugas y April viajan en el tiempo hasta el Japón del siglo XVII.


La cuarta película, el film animado TMNT (Kevin Munroe, 2007), recuerdo que me resistí mucho tiempo a verla, ya que, aunque la animación estaba muy lograda, el diseño de las tortugas y los demás personajes no era muy bueno y le daban un aspecto demasiado infantil, cosa que me echaba para atrás. Sin embargo, tras animarme a verla, terminó gustándome mucho; incluso más que la película de 1990.

Y ahora toca la película que nos ocupa, la cual he podido ver en cuanto me he hecho con una copia decente que me permite poder analizarla bien.

Como ya he dicho, yo le tenía fe a la película y todo el material visto hasta ahora me daba buenas vibraciones. Eso sí, tampoco me hice una expectativas muy altas y no me esperaba ni de lejos una obra maestra ni un film memorable.

Pues bien, tras haber visto la película, puedo decir que mis expectativas no se han visto defraudadas y la película me ha gustado. Tal y como me esperaba, no es ninguna obra maestra, ni un film brillante, pero he disfrutado mucho viéndola y me he divertido mucho, ya que la película tiene muy buenos golpes de humor; la mayoría de ellos servidos por Michalangelo.

A nivel técnico y visual, la película tiene una factura impecable, eso no se puede negar. Con un gran presupuesto y un gran despliegue de medios a sus espaldas, su diseño de producción es realmente fascinante y los efectos especiales son de lo más logrado.

Las tortugas están muy bien hechas. Como ya he dicho, su nuevo diseño me convencía, pero faltaba verlas actuar en la película. Ya se las había podido ver un poco en los tráilers, clips y Tv-spots, pero es viendo la película entera cuando de verdad aprecias todo eso. Y, desde luego, cumplen a la perfección. Sus gestos, sus movimientos y su forma de interactuar con los personajes reales resultan de lo más realistas y a penas cantan nada. Además, aunque los gafapastas y los detractores de la película dirán lo contrario, son personajes con mucha personalidad y llegas a creerte que son personajes reales y no seres generados por computadora. Desde luego, la motion capture hace maravillas.

La rata Splinter también está muy lograda y me gusta mucho como se mueve, como lucha y como utiliza su cola como si de un tentáculo se tratara. Lo único que no me convence es, a diferencia de las tortugas, su diseño, el cual no es malo del todo, pero no termina de satisfacerme del todo. Aún así, esto se compensa al ver interpretar al personaje.

En cuanto a la nueva armadura de Shredder, resulta bastante aparatosa al principio, pero luego termina convenciendo cuando la ves en plena lucha.

A pesar de que se nota su mano como productor, Michael Bay no se adueña de la película como muchos temían y no llega a encumbrir el eficiente trabajo de su director, Jonathan Liebesman, quién hace un buen trabajo a lo largo de todo el film. Liebesman es uno de esos directores que no pasarán a la historia como un gran cineasta, pero es un tipo muy competente y sabe hacer un buen trabajo cuando el material que le dan es bueno. Y, en esta película, lo es. Sobre todo, en las secuencias de acción, que son de lo más espectaculares y muy bien filmadas.


Especial mención requiere la que, para mí, es la secuencia estrella de la película, la persecución en la nieve, un momento de lo más espectacular y trepidante, con unos buenos movimientos de cámara y unas logradísimas secuencias de lucha y acrobacias. Otros momentos brillantes son el asalto a la guarida de las tortugas, donde podemos ver el enfrentamiento entre Splinter y Shredder, el cual es de lo más brutal, o la espectacular pelea final en la torre.

En cuanto al guión, desde luego no es el punto más fuerte de la película. Es bastante simplón y, además, tiene algunos fallos. Pero, aún así, no es malo del todo y cumple su cometido.

Sobre como han respetado la historia y la mitología de las Tortugas Ninja, a eso voy ahora. Aunque, para hacerlo, antes tengo que destripar el argumento de la película.




ATENCION. Advierto que lo siguiente contiene SPOILERS de lo más reveladores. Quién no haya visto la película aún que se abstenga de leer esta parte o lo haga bajo su total responsabilidad.



Aquí nos encontramos con que las tortugas y Splinter eran sujetos de laboratorio en un proyecto científico, el Proyecto Renacimiento, dirigido por Eric Sacks y el padre de April O´Neil que consistía en administrarles los mocos verdes, los cuales se menciona que son de origen extraterrestre, con intención de buscar una cura para todas las enfermedades. Pero, cuando descubrió los perversos planes de Sacks con Shredder, el padre de April quemó el laboratorio y destruyó todo el trabajo antes de ser asesinado por Sacks.

Pero April, que era una niña por entonces –el año 1999 –, salvó a las tortugas y a Splinter del incendio y las liberó en las alcantarillas, donde sobrevivieron y se convirtieron en lo que son a causa de los efectos mutantes de los mocos verder. Ella, que pasaba mucho tiempo en el laboratorio, solía jugar con ellas, les daba de comer pizza a escondidas –de ahí la afición de las tortugas por esta comida –e, incluso, fue ella quién les puso los nombres de autores renacentistas por un libro del renacimiento de su padre.

En las cloacas, Splinter cría a las tortugas como si fueran sus hijos y les enseña artes marciales que aprende de un libro que encuentra. Muchos dicen que esto es muy difícil de creer; pero, vamos, también es difícil de creer que Splinter las aprendiera observando a su amo desde una jaula siendo solo una simple rata sin mutar.

En cuanto a Shredder, no es el personaje de Eric Sacks, tal y como se dijo. Este es tan solo el pupilo del verdadero Shredder, quién acogió a Sacks cuando este, hijo de un militar americano destinado en Japón, se quedó huérfano tras la muerte de su padre en Vietnam. El verdadero Shredder, interpretado por Tohoru Masamune, aunque no se le ve la cara en ningún momento, es japonés, lo que espero que acalle a los que tanto han criticado que en la película el gran enemigo de las tortugas no es oriental.

Se podría decir, que con Shredder nos dan la fórmula de Iron Man 3 a la inversa; lo cual está muy bien




Fin de los SPOILERS; ya podéis leer con tranquilidad.




La historia ha sido cambiada, no lo voy a negar. Sin embargo, aún así sigue siendo fiel a la mitología de los personajes. Las tortugas y Splinter siguen siendo mutantes a causa de los mocos verdes, los cuales también en la película son de origen extraterrestre –a eso es a lo que se refería Michael Bay en aquellas declaraciones que tanta polémica provocaron al hacer creer a los fans que las tortugas iban a ser extraterrestres en lugar de mutantes –.

Además, aunque tengan un aspecto diferente, las tortugas siguen siendo las mismas. Todas tienen sus respectivos colores, usan las mismas armas y, sobre todo, tienen la misma personalidad. Leonardo sigue siendo el líder del grupo. Donatello sigue siendo el científico y cerebro del grupo. Michelangelo, a quién debemos los momentos más cómicos, sigue siendo el más payaso e irresponsable del grupo. Y Raphael sigue siendo el duro del grupo, rebelde y solitario, pero fiel a sus hermanos. Raphael siempre ha sido mi favorito de los cuatro y en la película me gusta mucho como ha quedado.

Y en cuanto al tema de Shredder, pues eso. Hay que esperarse a ver la película antes de criticarla sin tener ni puta idea, porque no hay que esperar mucho para ver que esos temores infundados no son ciertos. Lo más criticable sería la armadura, la cual tiene mucha parafernalia, como ya he dicho, pero el personaje, aunque no comparta historia con Splinter, sigue siendo prácticamente el mismo.


Pasando a los personajes humanos, aquí el protagonismo recae exclusivamente en April O´Neil.

Ya he dicho que esta chica me gusta mucho, aunque reconozco que sus cualidades interpretativas suelen ser limitadas; aunque no completamente nulas, como dicen su detractores. Aún así, ella suele tomarse en serio los papeles que interpreta y siempre intenta hacerlo lo mejor posible; todo lo contrario que otras actrices malas que son sobrevaloradas, como la siempre pésima Penélope Cruz, que ni tan siquiera hacen un mínimo esfuerzo y casi siempre parece que hacen del mismo personaje. Además, se nota que ha ido mejorando a lo largo de los años.

Y en esta película está muy bien. A parte de aportar su inmensa belleza al personaje y darle un toque de lo más sexy, también le da bastante frescura, simpatía y carisma. Además, su faceta de heroína, heredada de su papel en Transformers, le viene muy bien para resultar creíble dando vida a alguien que no duda en meter las narices en todos los fregados y que tiene el valor suficiente para plantar cara a alguien como Shredder a pesar de que no duraría ni dos segundos contra él. Para mi hicieron una muy buena elección con ella.

Por lo demás, Will Arnett no está mal como Vernon Fenwick, haciendo un buen trabajo en toda la película. William Fichtner está genial en su papel de Eric Sacks y, desde luego, se le da muy bien hacer de malo. También merece especial mención Minae Noji como Karai, la lugarteniente de Shredder al frente del Clan del Píe; aunque, sinceramente, yo hubiera preferido más a alguien como Kelly Hu o Michelle Yeoh en este papel.

Ahora vamos con las cosas malas.

La película se desarrolla bien, va directa al grano y el ritmo nunca decae. Lo malo es que se hace demasiado corta. Su duración es de 101 minutos, pero parece que has visto una película de 80 minutos o menos. Ese es su mayor problema porque, cuando una película se hace muy disfrutable, por muy larga que sea, el tiempo se pasa volando y a penas se hace larga. Ese es el caso de esta película, que con una duración de 120 minutos o más a penas hubiera importado.

Desde luego, fue un error hacer que se redujera la duración del film –seguramente, por exigencias del estudio –, porque hay un montón de cosas que cortaron en el montaje final, muchas escenas que se vieron durante el rodaje –como esa de April y Raphael en un parque con gente disfrazada de personajes infantiles, como Dora la Exploradora –y que al final no salen.


Además, hay personajes que podrían haber tenido más presencia, como la jefa de April, interpretada por la siempre estupenda Whoopi Goldberg, que solo sale en un par de escenas. Lo mismo que el personaje de Abby Elliot, el cual se decía que iba a ser Irma Langinstein, pero al final es la compañera de piso de April, llamada Taylor.

Vamos resumiendo ya.

Como ya he dicho, la película me ha gustado. Es una película para pasar el rato, solamente; pero un rato de lo más agradable. Desde luego, he disfrutado mucho viéndola y me lo he pasado muy bien con estas nuevas tortugas. Ya tengo ganas de verla de nuevo y, seguramente, iré a verla al cine cuando la estrenen en España allá por mediados de octubre.

Como adaptación, para mí, a pesar de los cambios en la historia, han hecho justicia con las Tortugas Ninja, las cuales he encontrado de lo más logradas y su diseño me convence, dándome completamente igual que les hayan puesto nariz y labios, que vayan cargadas de accesorios, que parezcan negros de Harlen o demás tonterías por la que muchos están tachando este film de sacrilegio, acusando a Michael Bay de robarles su infancia.

Yo, como alguien que ha crecido con las Tortugas Ninja, recomiendo esta película abiertamente.








5 de junio de 2014

X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO (2014)
























ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS muy reveladores de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leerla o lo haga bajo su total responsabilidad.








Diez años después de que decidiera abandonar la saga mutante para jugar a ser Richard Donner con Superman, Bryan Singer vuelve a ponerse tras las cámaras en una película de X-Men con este film que es a la vez una secuela de X-Men: First Class y una precuela de las tres primeras películas de la saga que, como principal novedad, nos presenta a los respectivos actores y personajes de estas por primera vez juntos.

La película comienza en un futuro distópico y apocalíptico en el que los mutantes son perseguidos y exterminados por unos robots llamados Centinelas que tienen la capacidad de adquirir sus poderes y usarlos contra ellos. Solo resiste un pequeño grupo de mutantes encabezado por Charles Xavier (Patrick Stewart) y Magneto (Ian McKellen), quienes en el pasado fueron enemigos. Estos idean un plan para cambiar la realidad que los rodea. Kitty Pryde (Ellen Page), también conocida como Shadowcat, ha desarrollado la capacidad de enviar la mente de las personas al pasado, lo cual puede servirles para enviar a alguien a la época en la que todo se torció. Sin embargo, un viaje tan largo puede terminar dañando la mente y el cuerpo de dicha persona, por lo que Lobezno (Hugh Jackman), quién tiene la capacidad de regenerarse, se presta voluntario.

La cosa sale bien, y Lobezno despierta en su mismo cuerpo, pero del año 1973. Ese año, en pleno tratado de paz de París, Mística (Jennifer Lawrence), va a asesinar a Bolivar Trask (Peter Dinklage), empresario y científico que experimenta con mutantes y que es el principal responsable del programa Centinela, el cual no ha logrado salir adelante por la oposición del Congreso; cosa que cambia tras el asesinato de Trask. Además, Mística es capturada y su ADN es utilizado para crear una nueva generación de robots que favorecerá que los Centinelas se hagan con el poder en el futuro. Lobezno avisa de todo esto al Charles Xavier de esa época (James McAvoy), quién vive de forma uraña junto con Bestia (Nicholas Hoult) en su mansión después de verse obligado a cerrar su escuela cuando sus alumnos fueron reclutados para la guerra de Viet Nam; además, no ha superado del todo que Mística lo abandonara para irse con Magneto (Michael Fassbender). Lobezno logra convencer a Xavier, pero ahora Mística va por libre y les será difícil convencerla, por lo que también necesitarán la ayuda de Magneto, quién se encuentra encerrado en el Pentágono acusado de asesinar a John F. Kennedy. Para liberarlo, necesitarán la ayuda de un joven que se hace llamar Mercurio (Evan Peters) y que posee una gran velocidad.


Bryan Singer creó un antes y un después en lo que a cine de superheroes se refiere con la estupenda X-Men (2000), primera adaptación cinematográfica de los famosos mutantes de Marvel creados por Stan Lee y Jack Kirby en 1963. A esta luego le siguió su secuela, X2 (2003), que resultó mucho mejor que su predecesora. Singer también fue el director de esta y, viendo su capacidad de superarse, la tercera entrega con la que pensaba culminar de forma épica esta historia se preveía un peliculón.

Sin embargo, antes de que pudiera hacerla, en 2004 la Warner le salió con una oferta de lo mas suculenta: dirigir la nueva película de Superman. Oferta que no dudó en aceptar.

Yo no le culpo, la verdad, ya que dirigir una película sobre un superheroe tan icónico debe ser el sueño de cualquier cineasta. Incluso yo aceptaría con entusiasmo si me lo propusieran a mí; y eso que Superman no está entre mis favoritos. Sin embargo, viendo los resultados de su aventura con el hombre de acero, mas le hubiera valido a Singer haberse quedado con los mutantes –o en su casa haciendo punto de cruz –, porque semejante desastre no tiene nombre.

En fin, después de aquello, Singer dirigió las películas Valkiria (2008) y Jack, el Caza Gigantes (2013), ambas dos peliculas de producciones problemáticas llenas de problemas y retrasos cuyos resultados en taquilla fueron bastante irregulares. Afortunadamente, Singer lleva una carrera paralela como productor de series de Tv, como House o Sexy Money, bastante exitosa; quiero dejar esto claro para que no parezca que su regreso a los X-Men fue por necesidad.

Su primer regreso a la saga mutante fue como productor en X-Men: First Class (2011) -aunque ya estuvo como productor no acreditado en X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009) -, la cual en un principio iba a dirigir él, pero al final se quedó como productor e inspirador argumental, dejándole la dirección a Matthew Vaughn quién, afortunadamente, hizo un estupendo trabajo, como ya dejé bien claro en este blog.

Habría que esperar hasta la película que nos ocupa –donde es ahora Vaughn quién se limita a la producción y el argumento –para que Singer volviera a ocupar la silla de director en esta franquicia y comprobar si el tipo continúa en forma para seguir dirigiendo a los mutantes.

Al igual que ocurrió con X-Men: First Class, esta nueva película se inspira también en una popular miniserie de los comics. La elegida es la historia realizada por Chris Claremont y John Byrne en 1981 y que es una de las más populares de la franquicia. En ella nos encontrábamos con un futuro distópico en el que los EEUU están bajo control de los robots Centinelas y los mutantes son perseguidos y exterminados. En ese futuro, Kitty Pryde lograba trasladar su mente al pasado a su otro yo más joven para advertir a los X-Men del peligro que se les avecina cuando Mistica asesine al senador Robert Kelly, desencadenando una histeria anti-mutante que desembocará en la aprobación del programa Centinela, lo cual llevará a ese futuro terrible.

Esa historia ha servido de base para la película que mañana se estrena en España a pesar de que debía haberse estrenado el mismo día que en EEUU, el 23 de mayo; una decisión de última hora sin explicación alguna y que, desde luego, yo no entiendo. Por ello he decidido no esperar y, tras hacerme con una copia en V.O. bastante decente, me la he visto.

Ya la vi hace unos días, pero no he podido publicar la review hasta ahora, ya que antes tenía que terminar la de X-Men: La Decisión Final (Brett Ratner, 2006), esa tercera entrega que Singer no llegó a dirigir.

Antes de ponerme con ella, voy a hablar de cómo le están yendo las cosas.


En taquilla está arrasando. Con un presupuesto de 200 millones de dólares, solo en EEUU lleva recaudados 172 millones a los que hay que añadir 344 millones más en el resto del mundo. Con lo que su recaudación total asciende a 516 millones de dólares que la convierten en la película de los X-Men más taquillera, desbancando a X-Men: La Decisión Final, que hasta ahora ostentaba este título con 459 millones de dólares.

Además, público y crítica la están recibiendo de forma muy entusiasta. Muchos la consideran ya la mejor película de toda la saga y, desde luego, no van mal encaminados.

Tras haber visto la película por métodos poco ortodoxos, estoy deseando que llegue ya a los cines españoles y poder ir a verla en una sala de cine porque, desde luego, vale mucho la pena.

La película me ha ENCANTADO. He disfrutado enormemente con ella. Y a mi también me ha parecido la mejor entrega de la saga hasta ahora. En resumen, todo un…




PELICULÓN




Desde luego, el regreso de Bryan Singer ha sido por la puerta grande y de nuevo se ha vuelto a superar, ya que para mi esta película me ha llegado a parecer superior a X2, que hasta ahora era para mí la mejor entrega de la saga junto con X-Men: First Class, la cual también se ha visto superada por esta.

Esta es sin duda la película que debíamos habernos encontrado en 2006 en lugar de X-Men: La Decisión Final, la cual no era mala del todo, pero resultó bastante decepcionante. Ahora más que nunca tengo claro que Singer debió haber rechazado a Superman y haber continuado con los mutantes, a los que les tiene bien cogido el punto.

La película está muy bien hecha, con un acabado impecable y un ritmo que nunca decae. Las escenas de acción están de lo más logradas, el diseño de producción es excelente y recrea muy bien las dos épocas en las que se desarrolla la historia y los efectos especiales son muy buenos y están a la altura en todo momento.

La película está llena de grandes momentos. Los más destacables son el espectacular comienzo en el futuro con los mutantes luchando contra los Centinelas, el rescate de Magneto en el Pentágono, la secuencia del jet –donde vemos que no es buena idea cabrear a Magneto en un avión en pleno vuelo –, cuando Magneto convierte la Casa Blanca en su fortaleza utilizando un estadio de beisbol y a los Centinelas –a los que somete bajo su control introduciéndoles metal fundido –o la espectacular batalla final en el futuro al mismo tiempo que se desarrolla el enfrentamiento final en 1973. Aunque, sin duda, la secuencia más impresionante es cuando el Charles Xavier del pasado y el del futuro se encuentran cara a cara; un momento de lo más memorable.


Una de las dudas que más me despertaba Singer en este film era como se las iba a apañar para meter tantos personajes en un film de dos horas de metraje; ya que, ante tal cantidad de mutantes, tenía el temor de que ocurriera otra sobresaturación que perjudicara a otros personajes, como ocurrió en X-Men: La Decisión Final. Y, desde luego, noticias como que el personaje de Pícara fue eliminado del metraje –aunque, no del todo, como podemos apreciar al final del film –, no ayudaban mucho.

Pero, nada más lejos de la realidad. Aquí no ocurre como en la película de Brett Ratner, donde daba en todo momento la impresión de que habían metido tantos personajes solo para presumir de que tenían más mutantes que nadie. Aquí ocurre todo lo contrario, ya que aquí todos y cada uno de los personajes está estratégicamente colocado y todos reciben la dosis de presencia en la película que les corresponde, ni más ni menos. Todo esto gracias al buen hacer de Singer, ayudado por un cuidado y trabajado guión de un Simon Kinberg mucho más acertado que en la película de 2006.

Uno de los personajes que más me ha sorprendido ha sido Mercurio; personaje al que también veremos en la secuela de Los Vengadores interpretado por Aaron Taylor-Johnson.

Aquí en esta película le da vida Evan Peters, quién hace un muy buen trabajo y, además, el personaje es de lo más genial; haciendo que hasta importe poco las ridículas pintas que le ponen. Además, puede que tenga una corta aparición, pero protagoniza UNA DE LAS MEJORES ESCENAS DE LA PELICULA.

Sobre si han respetado la paternidad de Magneto sobre él –ya que, al igual que las anteriores entregas, esta se toma muchas libertades con los cómics –, solo digo que no se dice claramente, pero se llega a insinuar en un par de ocasiones. Una de ellas cuando el chico le dice a Magneto que su madre conoció a un tipo con sus mismos poderes. La otra es cuando al final Magneto, tras sellar la Casa Blanca con el estadio de beisbol, amenaza a la humanidad por la Tv. Mercurio lo está viendo desde su casa con su hermana –que no es Bruja Escarlata, ya lo dejaron claro –y su madre está detrás con cara de querer hacerle una gran confesión sobre el tipo de la pantalla.

Otro gran acierto de Singer ha sido reiniciar por completo este universo cinematográfico de una forma muy inteligente utilizando los viajes en el tiempo y las realidades alternativas de una forma muy parecida a como lo hizo J. J. Abrams en la estupenda Star Trek (2009). Esto le da una gran libertad para arreglar las incoherencias que X-Men: First Class tenía con las tres primeras películas –las cuales en su día me hicieron ver la película más como un reboot que como una precuela –o resucitar a personajes muertos en anteriores films, como Jean Grey o Cíclope, a quienes vemos al final de la película encarnados por sus respectivos actores; porque, recordemos, la realidad ha sido alterada y ya nada es como antes.

Esto también le permite enfocar la historia de una forma distinta en futuras películas, algo que queda patente con ese final abierto que nos indica que en la siguiente entrega veremos una historia entre un Lobezno que conserva sus recuerdos del futuro y una Mística que ahora va por libre, fuera del yugo de Magneto. Desde luego, resulta muy interesante y las posibilidades son muchas.


Sobre el reparto, en general todos los actores hacen un buen trabajo. Hugh Jackman está tan magnífico como siempre dando vida a Lobezno. Jennifer Lawrence está de nuevo fantástica como Mística, superando aquí su trabajo de la anterior película. Ellen Page está tan maravillosa como siempre como Litty Pryde. James McAvoy y Michael Fassbender demostraron tener una gran química en X-Men: First Class, y aquí vuelven a demostrarlo; su química es, incluso, mayor que la de Ian McKellen y Patrick Stewart, aunque estos también hacen un estupendo trabajo. Y Peter Dinklage como Bolivar Trask, sencillamente magistral.

Desde luego, la película es buenísima. A mí me ha encantado y he disfrutado enormemente viéndola. Bryan Singer no podía haber vuelto mejor a esta saga y ya tengo muchas ganas de ver lo que nos tiene deparado en la siguiente entrega, donde tendremos como villano a Apocalipsis.

De esta ya tenemos un pequeño adelanto al final de los títulos de crédito finales en una impresionante escenas post-créditos donde podemos ver al susodicho Apocalipsis en el antiguo Egipto –recordemos que fue el primer mutante y nació hace 3000 años en la tierra de los faraones –construyendo las pirámides con sus poderes mientras es adorado como un dios por una gran multitud de gente; incluso a lo lejos se puede apreciar la silueta de “cuatro jinetes”.



Una suculenta guinda para ponerle a un pastel de lo más delicioso.