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4 de enero de 2017

PASSENGERS (2016)














Una de las últimas películas del recientemente terminado 2016 es este film de ciencia ficción que ha levantado cierto interés por dos cosas, especialmente.

Una de ellas es su pareja protagonista, Jennifer Lawrence y Chris Pratt, dos de las grandes estrellas del momento. La otra es que es una película original, que no está basada en ninguna novela, cómic o videojuego, algo muy raro en las superproducciones hollywoodienses hoy en día.

En el futuro, la Tierra está colonizando otros planetas. La Avalon es una nave que se dirige al planeta Homestead II con 5.000 pasajeros a bordo en estado de invernación en un viaje de 120 años. Sin embargo, un fallo técnico hace que uno de los pasajeros, Jim Preston (Chris Pratt), un ingeniero mecánico, se despierte 90 años antes de llegar. Tras pasar más de un año solo en la nave, con la única compañía de un robot camarero (Michael Sheen), Jim pierde la esperanza de volver a dormirse y empieza a darse cuenta de que va a morir solo en esa nave. Es entonces cuando se fija en una de las pasajeras invernadas, Aurora Lane (Jennifer Lawrence), una bella escritora. Averiguando cosas sobre ella en los registros de la nave, Jim termina enamorándose de ella y, tras pensárselo mucho, decide sabotear su cámara de invernación y despertarla, condenándola a su mismo destino. Jim le hace creer que, al igual que él, su cámara de invernación se averió y, pronto, la convivencia entre ambos en ese lugar les hace congeniar. Sin embargo, siempre está presente el temor de que ella descubra la verdad.

Passengers está dirigida por el noruego Morten Tyldum, que tras una exitosa carrera en su país natal, se dio a conocer al mundo con su primera película en inglés, la británica The Imitation Game (Descifrando Enigma) (2014). Ahora, entra de lleno en Hollywood con esta película escrita por Jon Spaihts y, como ya he dicho, protagonizada por dos grandes estrellas del momento.

Esto, junto a una premisa argumental bastante interesante, hacen de esta película una muy buena carta de presentación. Sin embargo, otra cosa son los resultados.


Con un presupuesto de 110 millones de dólares, la película lleva recaudados 66 millones en EEUU y 56 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 122 millones de dólares. No es un gran taquillazo, pero está claro que la película hará dinero. Por otro lado, la crítica la está recibiendo con críticas mixtas y entre el público también hay división de opiniones.

¿Y qué opino yo?

Pues no me voy a ir por las ramas. Opino que la película es una MIERDA.

No esperaba mucho de esta película, la verdad, pero ni me imaginaba semejante despropósito.

Visualmente, la película está muy bien, ahí si que le reconozco el mérito. Los efectos especiales están de lo más logrados y el diseño de producción es sensacional. En los tráilers, el diseño de la nave me echaba para atrás pero, una vez vista la película, ves que dicho diseño funciona.

La dirección de Tyldum en esta película no es que sea brillante pero, técnicamente, lo hace bastante bien. Además, el tipo introduce varios guiños cinematográficos; especialmente, al cine de Stanley Kubrick –El Resplandor (1980) incluida –.

Técnica y visualmente, la película está muy bien, eso no lo discuto. Sin embargo, esto solo haría que, si tuviera que puntuarla, la película solo tendría un 3 o un 4, porque el resto es para echarlo a la basura. Especialmente, el guión; un guión que echa a perder por completo una muy buena premisa argumental.

El film tiene un arranque bastante notable, introduciéndonos muy bien en la historia y, sobre todo, en la soledad del personaje de Pratt. Toda esa parte está muy bien. Es cuando entra en escena el personaje de Lawrence cuando todo se viene abajo y en caída libre. No por culpa de la actriz, que conste, sino porque es a partir de ahí cuando la película se quita la careta y nos deja ver la verdad.

Y es que nos la han metido bien doblada. Todo lo de la ciencia ficción y la reflexión sobre la soledad nos es más que una cortina de humo que oculta una película romántica de lo más pastelosa. En el fondo, no es más que un telefilm de mediatarde disfrazado de película de ciencia ficción.

Todo son situaciones ridículas, diálogos simplones y momentos que llegan a provocar vergüenza ajena. Esperaba que, al llegar la parte en la que [SPOILER] ella descubre la verdad y el conflicto que esto genera [/SPOILER], la cosa mejorase, pero ni por esas, porque todo está tratado de la forma más penosa posible.

Ni tan siquiera el climax, donde meten algo de acción para despertarnos, la película se salva, porque, al final, el desenlace es el que te esperas: el más previsible y tópico que te puedas imaginar, digno de la comedia romántica más ñoña.

En cuanto a los actores.

A mí Jennifer Lawrence me encanta, es una actriz estupenda y muy carismática; además, en este film está más preciosa que de costumbre. Chris Pratt también me encanta, como actor es genial y también derrocha mucho carisma. Sin embargo, pese al buen trabajo que ambos hacen en este film, la química entre los dos es totalmente nula.


Hay más química cuando cada uno de los dos interactúa con el androide camarero Arthur, genialmente interpretado por Michael Sheen, quién para mí es quién más destaca en toda la película.

Luego tenemos a Laurence Fishburne, que es muy buen actor y hace un buen trabajo. Sin embargo, su presencia en el film es completamente anodina y no tengo duda de que tan solo está en la película para que [SPOILER] veamos alguna muerte en la película [/SPOILER].

Claro, que Fishburne se puede dar con un canto en los dientes si comparamos su papel con el que hace aquí Andy Garcia; quién no me extrañaría que, después de esto, agradezca el haber salido en Cazafantasmas.

Bueno, vamos resumiendo ya porque no vale mucho la pena seguir dedicando tiempo a esta mierda.

Una película visualmente muy lograda, pero con un guión nefasto y un completo desperdicio de dos estupendos protagonistas y una premisa argumental que podría haber dado algo más potable. Un despropósito que lo único que consigue es aburrir y abochornar que, encima, sus responsables nos han tomado por gilipollas tratando de vendernos como una nueva obra maestra de la ciencia ficción lo que no es más que un telefilm romántico de los que a Antena 3 le gusta poner en navidades para ayudarnos a echar la siesta.

Como ya he dicho antes, no me esperaba mucho de ella; pero, por muy poco que fuera, lo poco que esperaba era mucho comparado con el resultado final. Y que no me venga nadie con que por lo menos es una historia original porque, si esto es lo que se entiende hoy día por originalidad, apaga y vámonos.



Una película que, desde luego, no recomendaría ni a mi peor enemigo. Verla no es más que un desperdicio de tiempo y dinero.







31 de mayo de 2016

X-MEN: APOCALYPSE (2016)

















Bueno, por fin he visto la muy esperada nueva película de X-Men y ya puedo dar mi opinión sobre ella.

Pero, vayamos por partes.

La historia transcurre en 1983, diez años después de los acontecimientos de la anterior entrega. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. La humanidad al completo conoce la existencia de los mutantes y Mística (Jennifer Lawrence) se ha convertido en una figura heroica para el mundo mutante desde que frustrara el ataque al presidente Nixon por parte de Magneto (Michael Fassbender), quién está en paradero desconocido. En realidad, se encuentra en Polonia llevando una vida normal con una esposa y una hija. Sin embargo, es descubierto cuando se ve obligado a utilizar sus poderes para salvar a uno de sus compañeros de trabajo y la policía intenta arrestarlo. Pero, en la operación mueren la esposa y la hija y Magneto, furioso, asesina a los policías y va en busca de los compañeros que lo delataron para vengarse. Pero, en esos momentos es reclutado por Apocalipsis (Oscar Isaac), un poderoso mutante que busca destruir el mundo para crear uno nuevo sobre sus cenizas.

Apocalipsis es en realidad En Sabah Nur, el primer mutante de la historia, quién era considerado un dios en el antiguo Egipto. Sin embargo, fue traicionado por algunos de sus súbditos que intentaron asesinarlo cuando estaba siendo transferido de su envejecido cuerpo al de un mutante con la capacidad de regenerarse. Los súbditos rebeldes logran destruir la pirámide, pero En Sabah Nur logró sobrevivir gracias a la ayuda de sus principales lugartenientes, los Cuatro Jinetes, que se sacrifican para que pueda sobrevivir. Desde entonces, Apocalipsis ha permanecido dormido hasta que sus seguidores han logrado despertarlo de nuevo. Charles Xavier (James McAvoy) y los X-Men son la única esperanza.


Esta película comenzó a hacerse meses antes de que X-Men: Días del futuro Pasado (2014) se estrenara en los cines, de nuevo con Bryan Singer en la dirección. A diferencia de esta, este film volvía a centrarse solo en los personajes jóvenes surgidos de X-Men: First Class (Matthew Vaughn, 2011) sin incluir a personajes de la primera trilogía –como hizo su antecesora –e, incluso, nos presentaría las versiones jóvenes de personajes como Jean Grey, Cíclope, Tormenta o Rondador Nocturno.

No obstante, la gran novedad es que nos traía a uno de los villanos más icónicos del universo mutante: Apocalipsis.

A la película no les están yendo mal las cosas; pero tampoco le van del todo bien. En la taquilla, antes de su estreno en EEUU, la película hizo unos considerables 103 millones de dólares en todo el mundo. No obstante, tras su estreno en EEUU, la película hizo en su primer fin de semana unos 68 millones de dólares, muy por debajo de las expectativas de la Fox, que esperaba que la película hiciera entre 80 y 100 millones en su primer fin de semana.

A día de hoy, la película, que ha costado 178 millones de dólares, lleva recaudados 80 millones en EEUU y 185 millones en el resto del mundo, habiendo llevando ya un total de 265 millones de dólares.

No obstante, donde le están yendo peor las cosas es en la respuesta de los críticos. Antes de su estreno, las opiniones de los críticos que pudieron verla antes que nadie fueron demoledoras. Esto hizo despertar de nuevo las sospechas sobre que Disney está sobornando a los críticos para perjudicar otras películas a favor de Capitán América: Civil War suscitadas por las demoledoras críticas que recibió Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia.

No obstante, después del estreno las críticas han ido mejorando. Además, la opinión del público está siendo bastante buena; aunque si está extendida la opinión de que la película es buena pero no tanto como se esperaba.

Yo, como digo siempre, me dispongo a dar mi opinión, la cual no viene condicionada por nada, ni por la opinión de los críticos ni la opinión generalizada del público ni nada. Es mi opinión, totalmente sincera, de lo que la película me ha parecido.

Pues bien.

Mi opinión es que es una película muy buena, está muy bien hecha, he disfrutado mucho viéndola y, desde luego, la coloco entre lo mejor del año. Sin embargo, también debo decir que no me ha satisfecho del todo.

OJO, no estoy diciendo que me haya decepcionado. Lo que digo es que muchas de mis expectativas se han visto cumplidas, pero no todas.


La película es muy buena. De nuevo, Bryan Singer hace un trabajo excelente dirigiendo y cada vez se va superando más. El film tiene lo bueno de sus dos grandes competidoras de este año. Por un lado, tiene el tono serio y oscuro de Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia y, por el otro, el tono espectacular y emocionante de Capitán América: Civil War.

Con unos efectos especiales muy buenos, un diseño de producción sobresaliente –con una muy lograda ambientación ochentera –y una fotografía impresionante, la película está llena de momentos impresionantes y épicos –el comienzo en el antiguo Egipto, la escena de los misiles, el momento Arma X… –, todo acompañado por un ritmo que nunca decae y una sensacional puesta en escena.

El guión no es tan complejo como el de X-Men: Días del Futuro Pasado, es más simple y más lineal. Pero, aún así, es un guión eficaz y cumple muy bien su cometido. Lo mejor es como ha sabido llevar a cabo una historia con tantos personajes sin que ocurra lo que pasó en X-Men: La Decisión Final (Brett Ratner, 2006) –a la que, por cierto, le dan un buen recadito en esta película –. Ese ha sido, sin duda, su gran acierto.

Aquí ningún personaje queda olvidado ni relegado. Es cierto que algunos personajes tienen más atención y más presencia que otros, pero todos los personajes –independientemente del tiempo que aparezcan en pantalla –tienen su importancia dentro del film.

A todo esto ayuda un gran reparto lleno de actores que hacen un estupendo trabajo ayudados por la eficaz dirección de actores de Singer.

Comenzando por Jennifer Lawrence, que vuelve a estar magnífica como Mística; aquí gozando de un protagonismo aún mayor y convertida en una especie de Sinsajo. James McAvoy vuelve a estar sensacional como Charles Xavier y Michael Fassbender está de nuevo impresionante como Magneto; llegando a protagonizar el momento más brutal y emotivo de toda la película –hablo, naturalmente, de la escena en el bosque –.

Nicholas Hoult vuelve a estar muy bien como Bestia, lo mismo que Rose Byrne como Moira Mactaggert, Lucas Till como Havok o Evan Peters como Mercurio; quién vuelve a tener otro gran momento, como el que tuvo en la anterior entrega, esta vez más espectacular y denso.

La otra cara de la moneda es Ben Hardy como Angel, y como Arcángel también. El actor no lo hace mal, pero su presencia en el film me ha parecido muy anodina; como la de Hawkeye en Capitán América: Civil War.


Sobre los nuevos, me han gustado mucho. Cíclope nunca ha estado entre mis favoritos, pero me ha gustado mucho en esta película gracias, especialmente, al estupendo trabajo de Tye Sheridan. Alexandra Shipp también está fantástica como Tormenta, lo mismo que Lana Condor como Jubilo o Kodi Smit-McPhee, que me ha convencido como Rondador Nocturno pese a que no me convencía su aspecto al principio.

No obstante, quién ha logrado destacar más entre los personajes nuevos ha sido sin duda Sophie Turner. La chica logra por fin quitarse de encima la losa de ser Sansa Stark en Juego de Tronos y nos deleita con un estupendo trabajo como Jean Grey; llegando a tener un gran momento en el climax de la película donde ya apunta maneras como Fénix y parece que confirma que en la próxima película abordarán el tema de Fénix Oscura.

Aunque también merece una especial mención Olivia Munn, que está fantástica como Psylocke y, aunque debería haber tenido más minutos en pantalla, su presencia no ha pasada nada desapercibida. Además, tengo la impresión de que la veremos más en el futuro.

Tampoco me olvido de Hugh Jackman, cuya presencia como Lobezno quedó confirmada en el último tráiler y, como se esperaba, le vemos convertido en el Arma X de una forma más fiel a los cómics que en X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009); recordemos que nos encontramos en otra línea temporal totalmente independiente de las otras películas.

Y ahora vamos con el villano principal, Apocalipsis. El cual, sintiéndolo mucho, es el punto más flojo de la película y la razón de que no haya sido del todo satisfactoria.

Y es que, como ya he dicho, la gran novedad de esta película es la llegada de tan icónico villano del universo mutante. Pero, desgraciadamente, esta llegada no ha estado del todo a la altura de las expectativas pese al estupendo trabajo de Oscar Isaac, el actor que le da vida.

Para empezar, su aspecto no termina de convencer. Es cierto que le hicieron mejoras después de que aparecieran esas primeras imágenes el verano pasado que cabrearon tanto a los fans pero, aún así, su aspecto no resulta tan convincente y, desde luego, solo es amenazador a ratos.


Luego, tenía que haber sido más grande. Cuando le ves interactuando con otros personajes, como los Cuatro Jinetes, se ve muy pequeño. Deberían haberlo hecho más grande, no un gigante, pero si una tamaño superior al normal; algo así como en El Señor de los Anillos o en la reciente Dioses de Egipto. Porque con ese tamaño no llega a resultar tan imponente ni tan amenazador.

Y, por último, pese a liar la de Dios es Cristo, al final ni el personaje ni su plan logran representar la gran amenaza que deberían y el final, aunque muy espectacular, no resulta tan épico como debería.

Sin duda, esto es lo que hace que la película, pese a ser muy buena, no logre estar del todo a la altura y termine entorpeciendo el conjunto.

Una pena porque, de no ser por este defecto, esta película hubiera sido mucho mejor de lo que ya es.









5 de junio de 2014

X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO (2014)
























ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS muy reveladores de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leerla o lo haga bajo su total responsabilidad.








Diez años después de que decidiera abandonar la saga mutante para jugar a ser Richard Donner con Superman, Bryan Singer vuelve a ponerse tras las cámaras en una película de X-Men con este film que es a la vez una secuela de X-Men: First Class y una precuela de las tres primeras películas de la saga que, como principal novedad, nos presenta a los respectivos actores y personajes de estas por primera vez juntos.

La película comienza en un futuro distópico y apocalíptico en el que los mutantes son perseguidos y exterminados por unos robots llamados Centinelas que tienen la capacidad de adquirir sus poderes y usarlos contra ellos. Solo resiste un pequeño grupo de mutantes encabezado por Charles Xavier (Patrick Stewart) y Magneto (Ian McKellen), quienes en el pasado fueron enemigos. Estos idean un plan para cambiar la realidad que los rodea. Kitty Pryde (Ellen Page), también conocida como Shadowcat, ha desarrollado la capacidad de enviar la mente de las personas al pasado, lo cual puede servirles para enviar a alguien a la época en la que todo se torció. Sin embargo, un viaje tan largo puede terminar dañando la mente y el cuerpo de dicha persona, por lo que Lobezno (Hugh Jackman), quién tiene la capacidad de regenerarse, se presta voluntario.

La cosa sale bien, y Lobezno despierta en su mismo cuerpo, pero del año 1973. Ese año, en pleno tratado de paz de París, Mística (Jennifer Lawrence), va a asesinar a Bolivar Trask (Peter Dinklage), empresario y científico que experimenta con mutantes y que es el principal responsable del programa Centinela, el cual no ha logrado salir adelante por la oposición del Congreso; cosa que cambia tras el asesinato de Trask. Además, Mística es capturada y su ADN es utilizado para crear una nueva generación de robots que favorecerá que los Centinelas se hagan con el poder en el futuro. Lobezno avisa de todo esto al Charles Xavier de esa época (James McAvoy), quién vive de forma uraña junto con Bestia (Nicholas Hoult) en su mansión después de verse obligado a cerrar su escuela cuando sus alumnos fueron reclutados para la guerra de Viet Nam; además, no ha superado del todo que Mística lo abandonara para irse con Magneto (Michael Fassbender). Lobezno logra convencer a Xavier, pero ahora Mística va por libre y les será difícil convencerla, por lo que también necesitarán la ayuda de Magneto, quién se encuentra encerrado en el Pentágono acusado de asesinar a John F. Kennedy. Para liberarlo, necesitarán la ayuda de un joven que se hace llamar Mercurio (Evan Peters) y que posee una gran velocidad.


Bryan Singer creó un antes y un después en lo que a cine de superheroes se refiere con la estupenda X-Men (2000), primera adaptación cinematográfica de los famosos mutantes de Marvel creados por Stan Lee y Jack Kirby en 1963. A esta luego le siguió su secuela, X2 (2003), que resultó mucho mejor que su predecesora. Singer también fue el director de esta y, viendo su capacidad de superarse, la tercera entrega con la que pensaba culminar de forma épica esta historia se preveía un peliculón.

Sin embargo, antes de que pudiera hacerla, en 2004 la Warner le salió con una oferta de lo mas suculenta: dirigir la nueva película de Superman. Oferta que no dudó en aceptar.

Yo no le culpo, la verdad, ya que dirigir una película sobre un superheroe tan icónico debe ser el sueño de cualquier cineasta. Incluso yo aceptaría con entusiasmo si me lo propusieran a mí; y eso que Superman no está entre mis favoritos. Sin embargo, viendo los resultados de su aventura con el hombre de acero, mas le hubiera valido a Singer haberse quedado con los mutantes –o en su casa haciendo punto de cruz –, porque semejante desastre no tiene nombre.

En fin, después de aquello, Singer dirigió las películas Valkiria (2008) y Jack, el Caza Gigantes (2013), ambas dos peliculas de producciones problemáticas llenas de problemas y retrasos cuyos resultados en taquilla fueron bastante irregulares. Afortunadamente, Singer lleva una carrera paralela como productor de series de Tv, como House o Sexy Money, bastante exitosa; quiero dejar esto claro para que no parezca que su regreso a los X-Men fue por necesidad.

Su primer regreso a la saga mutante fue como productor en X-Men: First Class (2011) -aunque ya estuvo como productor no acreditado en X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009) -, la cual en un principio iba a dirigir él, pero al final se quedó como productor e inspirador argumental, dejándole la dirección a Matthew Vaughn quién, afortunadamente, hizo un estupendo trabajo, como ya dejé bien claro en este blog.

Habría que esperar hasta la película que nos ocupa –donde es ahora Vaughn quién se limita a la producción y el argumento –para que Singer volviera a ocupar la silla de director en esta franquicia y comprobar si el tipo continúa en forma para seguir dirigiendo a los mutantes.

Al igual que ocurrió con X-Men: First Class, esta nueva película se inspira también en una popular miniserie de los comics. La elegida es la historia realizada por Chris Claremont y John Byrne en 1981 y que es una de las más populares de la franquicia. En ella nos encontrábamos con un futuro distópico en el que los EEUU están bajo control de los robots Centinelas y los mutantes son perseguidos y exterminados. En ese futuro, Kitty Pryde lograba trasladar su mente al pasado a su otro yo más joven para advertir a los X-Men del peligro que se les avecina cuando Mistica asesine al senador Robert Kelly, desencadenando una histeria anti-mutante que desembocará en la aprobación del programa Centinela, lo cual llevará a ese futuro terrible.

Esa historia ha servido de base para la película que mañana se estrena en España a pesar de que debía haberse estrenado el mismo día que en EEUU, el 23 de mayo; una decisión de última hora sin explicación alguna y que, desde luego, yo no entiendo. Por ello he decidido no esperar y, tras hacerme con una copia en V.O. bastante decente, me la he visto.

Ya la vi hace unos días, pero no he podido publicar la review hasta ahora, ya que antes tenía que terminar la de X-Men: La Decisión Final (Brett Ratner, 2006), esa tercera entrega que Singer no llegó a dirigir.

Antes de ponerme con ella, voy a hablar de cómo le están yendo las cosas.


En taquilla está arrasando. Con un presupuesto de 200 millones de dólares, solo en EEUU lleva recaudados 172 millones a los que hay que añadir 344 millones más en el resto del mundo. Con lo que su recaudación total asciende a 516 millones de dólares que la convierten en la película de los X-Men más taquillera, desbancando a X-Men: La Decisión Final, que hasta ahora ostentaba este título con 459 millones de dólares.

Además, público y crítica la están recibiendo de forma muy entusiasta. Muchos la consideran ya la mejor película de toda la saga y, desde luego, no van mal encaminados.

Tras haber visto la película por métodos poco ortodoxos, estoy deseando que llegue ya a los cines españoles y poder ir a verla en una sala de cine porque, desde luego, vale mucho la pena.

La película me ha ENCANTADO. He disfrutado enormemente con ella. Y a mi también me ha parecido la mejor entrega de la saga hasta ahora. En resumen, todo un…




PELICULÓN




Desde luego, el regreso de Bryan Singer ha sido por la puerta grande y de nuevo se ha vuelto a superar, ya que para mi esta película me ha llegado a parecer superior a X2, que hasta ahora era para mí la mejor entrega de la saga junto con X-Men: First Class, la cual también se ha visto superada por esta.

Esta es sin duda la película que debíamos habernos encontrado en 2006 en lugar de X-Men: La Decisión Final, la cual no era mala del todo, pero resultó bastante decepcionante. Ahora más que nunca tengo claro que Singer debió haber rechazado a Superman y haber continuado con los mutantes, a los que les tiene bien cogido el punto.

La película está muy bien hecha, con un acabado impecable y un ritmo que nunca decae. Las escenas de acción están de lo más logradas, el diseño de producción es excelente y recrea muy bien las dos épocas en las que se desarrolla la historia y los efectos especiales son muy buenos y están a la altura en todo momento.

La película está llena de grandes momentos. Los más destacables son el espectacular comienzo en el futuro con los mutantes luchando contra los Centinelas, el rescate de Magneto en el Pentágono, la secuencia del jet –donde vemos que no es buena idea cabrear a Magneto en un avión en pleno vuelo –, cuando Magneto convierte la Casa Blanca en su fortaleza utilizando un estadio de beisbol y a los Centinelas –a los que somete bajo su control introduciéndoles metal fundido –o la espectacular batalla final en el futuro al mismo tiempo que se desarrolla el enfrentamiento final en 1973. Aunque, sin duda, la secuencia más impresionante es cuando el Charles Xavier del pasado y el del futuro se encuentran cara a cara; un momento de lo más memorable.


Una de las dudas que más me despertaba Singer en este film era como se las iba a apañar para meter tantos personajes en un film de dos horas de metraje; ya que, ante tal cantidad de mutantes, tenía el temor de que ocurriera otra sobresaturación que perjudicara a otros personajes, como ocurrió en X-Men: La Decisión Final. Y, desde luego, noticias como que el personaje de Pícara fue eliminado del metraje –aunque, no del todo, como podemos apreciar al final del film –, no ayudaban mucho.

Pero, nada más lejos de la realidad. Aquí no ocurre como en la película de Brett Ratner, donde daba en todo momento la impresión de que habían metido tantos personajes solo para presumir de que tenían más mutantes que nadie. Aquí ocurre todo lo contrario, ya que aquí todos y cada uno de los personajes está estratégicamente colocado y todos reciben la dosis de presencia en la película que les corresponde, ni más ni menos. Todo esto gracias al buen hacer de Singer, ayudado por un cuidado y trabajado guión de un Simon Kinberg mucho más acertado que en la película de 2006.

Uno de los personajes que más me ha sorprendido ha sido Mercurio; personaje al que también veremos en la secuela de Los Vengadores interpretado por Aaron Taylor-Johnson.

Aquí en esta película le da vida Evan Peters, quién hace un muy buen trabajo y, además, el personaje es de lo más genial; haciendo que hasta importe poco las ridículas pintas que le ponen. Además, puede que tenga una corta aparición, pero protagoniza UNA DE LAS MEJORES ESCENAS DE LA PELICULA.

Sobre si han respetado la paternidad de Magneto sobre él –ya que, al igual que las anteriores entregas, esta se toma muchas libertades con los cómics –, solo digo que no se dice claramente, pero se llega a insinuar en un par de ocasiones. Una de ellas cuando el chico le dice a Magneto que su madre conoció a un tipo con sus mismos poderes. La otra es cuando al final Magneto, tras sellar la Casa Blanca con el estadio de beisbol, amenaza a la humanidad por la Tv. Mercurio lo está viendo desde su casa con su hermana –que no es Bruja Escarlata, ya lo dejaron claro –y su madre está detrás con cara de querer hacerle una gran confesión sobre el tipo de la pantalla.

Otro gran acierto de Singer ha sido reiniciar por completo este universo cinematográfico de una forma muy inteligente utilizando los viajes en el tiempo y las realidades alternativas de una forma muy parecida a como lo hizo J. J. Abrams en la estupenda Star Trek (2009). Esto le da una gran libertad para arreglar las incoherencias que X-Men: First Class tenía con las tres primeras películas –las cuales en su día me hicieron ver la película más como un reboot que como una precuela –o resucitar a personajes muertos en anteriores films, como Jean Grey o Cíclope, a quienes vemos al final de la película encarnados por sus respectivos actores; porque, recordemos, la realidad ha sido alterada y ya nada es como antes.

Esto también le permite enfocar la historia de una forma distinta en futuras películas, algo que queda patente con ese final abierto que nos indica que en la siguiente entrega veremos una historia entre un Lobezno que conserva sus recuerdos del futuro y una Mística que ahora va por libre, fuera del yugo de Magneto. Desde luego, resulta muy interesante y las posibilidades son muchas.


Sobre el reparto, en general todos los actores hacen un buen trabajo. Hugh Jackman está tan magnífico como siempre dando vida a Lobezno. Jennifer Lawrence está de nuevo fantástica como Mística, superando aquí su trabajo de la anterior película. Ellen Page está tan maravillosa como siempre como Litty Pryde. James McAvoy y Michael Fassbender demostraron tener una gran química en X-Men: First Class, y aquí vuelven a demostrarlo; su química es, incluso, mayor que la de Ian McKellen y Patrick Stewart, aunque estos también hacen un estupendo trabajo. Y Peter Dinklage como Bolivar Trask, sencillamente magistral.

Desde luego, la película es buenísima. A mí me ha encantado y he disfrutado enormemente viéndola. Bryan Singer no podía haber vuelto mejor a esta saga y ya tengo muchas ganas de ver lo que nos tiene deparado en la siguiente entrega, donde tendremos como villano a Apocalipsis.

De esta ya tenemos un pequeño adelanto al final de los títulos de crédito finales en una impresionante escenas post-créditos donde podemos ver al susodicho Apocalipsis en el antiguo Egipto –recordemos que fue el primer mutante y nació hace 3000 años en la tierra de los faraones –construyendo las pirámides con sus poderes mientras es adorado como un dios por una gran multitud de gente; incluso a lo lejos se puede apreciar la silueta de “cuatro jinetes”.



Una suculenta guinda para ponerle a un pastel de lo más delicioso.