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23 de mayo de 2017

GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2 (2017)



















Bueno, he tardado pero ya por fin he visto la esperadísima secuela de Guardianes de la Galaxia, película que fue toda una sorpresa, tanto dentro del universo Marvel como del cine actual.

Unos meses después de salvar Xandar, los Guardianes de la Galaxia, el equipo formado por Star-Lord (Chris Pratt), Gamora (Zoe Saldana), Drax (Dave Bautista), Rocket Raccoon (Bradley Cooper) y Groot (Vin Diesel) –ahora Baby Groot –, se han convertido en toda una celebridad y muchos recurren a sus servicios. Como los Soberanos, una raza muy avanzada que les encarga deshacerse de un monstruo que amenaza sus valiosas baterías. Como pago, les es entregada Nebula (Karen Gillan), quién fue capturada intentando robar las baterías. Sin embargo, a Rocket no le parece pago suficiente y decide robar una de las baterías.

Cuando Ayesha (Elizabeth Debicki), suma sacerdotisa de los Soberanos, lo descubre, envía un ejército de drones zánganos contra ellos. Inesperadamente, los Guardianes son salvados por algo misterioso, pero no pueden evitar que su nave se estrelle en un planeta cercano. Allí, descubren que su salvador es Ego (Kurt Russell), el padre de Star-Lord, quién llega hasta allí acompañado de Mantis (Pom Klementieff) invitándoles a acompañarles a un misterioso planeta que parece tener vida propia. Star-Lord, Gamora y Drax lo acompañan, Rocket y Baby Groot, en cambio, se quedan para intentar reparar la nave y vigilar a Nebula. Mientras, Ayesha contrata los servicios de Yondu (Michael Rooker) y su equipo para dar caza a los Guardianes. El equipo de Yondu no pasa por su mejor momento, ya que han sido expulsados de los Saqueadores por haber traficado con niños para Ego y Yondu empieza a ser cuestionado como líder dentro de su propio equipo.


Como ya he dicho, Guardianes de la Galaxia fue una gran sorpresa. Basada en unos cómics de Marvel muy poco conocidos fuera de los círculos comiqueros, muchos se sorprendieron cuando Marvel Studios anunció que iba a hacer una película sobre ellos y muchos temieron que el estudio estuviera ante su primer gran batacazo.

No obstante, las cosas no fueron así ni por asomo. La película fue un gran éxito de público y crítica y muchos la colocan entre lo mejor del MCU.

Ahora, nos llega su muy esperada primera secuela, donde James Gunn repite como guionista y director, al igual que sus protagonistas y casi todo el elenco de la primera, a quienes se unen nuevos rostros, entre los que destaca, Kurt Russell, y los habituales cameos, como el de Sylvester Stallone, la cantante Miley Cyrus, que pone voz a un personaje, y hasta Jeff Goldblum –que aparece en los créditos finales como el personaje que interpreta en Thor: Ragnarok –.

La película se estrenó en EEUU el pasado viernes, 5 de mayo; aunque, en España –y muchos otros países –lo hizo una semana antes, el 28 de abril. Y, desde el primer momento, está arrasando en taquilla. El fin de semana antes de estrenarse en los cines EEUU llegó a recaudar 101 millones de dólares en los países donde se había estrenado –España incluida –y, en su primer fin de semana en EEUU, recaudó 145 millones de dólares. A día de hoy, lleva recaudados 305 millones solo en EEUU y 431 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 736 millones de dólares. Un éxito en toda regla. Nadie duda de que superará a su predecesora y hasta podría superar los 1.000 millones.

A todo esto hay que unir la muy positiva reacción del público y de la crítica.

Sin embargo, debo decir que he notado en muchas críticas que, pese a alavar la película, también dicen que esta no llega a estar a la altura de su predecesora, ya que le falta “algo” que le hace no estar a la altura de esta.

Y, la verdad, tras haber visto la película, debo decir que –pese a que no suelo coincidir mucho con la opinión de los críticos –razón no les falta.

Antes de ponerme con la película, quiero recordar que a mí la primera me gusta mucho; ya lo dejé bien claro en este blog. No me parece una obra maestra ni la colocaría a la altura de las películas del Capitán América o la primera de Los Vengadores, pero si me pareció una película muy buena que se disfruta enormemente desde que empieza hasta que termina, con la que te ríes una barbaridad y que deja con muchas ganas de querer ver más. Así que esta secuela la esperaba con muchas ganas.

Pues bien, la película me ha gustado mucho. Una secuela de lo más digna que hace pasar un muy buen rato y que, sin duda, gustará a todo el que le gustó la primera y, seguramente, los que no la vieron, les va a gustar mucho más.

Sin embargo, también debo decir que no ha cumplido del todo mis expectativas. Si tuviera que puntuar ambas películas, a la primera le pondría una nota que estaría entre un 8 y un 9 y a esta le pondría una nota entre un 6 y un 7.


Y es que, tal y como dicen, a esta secuela le falta “algo”. Y ese “algo” es una cosa fundamental que hacía a la primera ser especial. Me refiero a ese tono gamberro que la primera película despedía por todos los costados y que esta secuela no ha abandonado del todo, pero si ha hecho mucho menos uso de él y ha apostado más por un humor más casposo.

Humor que, por cierto, no está tan logrado como debería. La película es muy divertida, no me malinterpretéis, me he reido mucho con ella. Sin embargo, ha habido momentos chistosos que no lo han sido tanto; o, al menos, no me han parecido tan divertidos. Un buen ejemplo es el personaje de Drax, al cual han hecho más chistoso que en la primera pero, salvo algunos momentos, a penas llega a hacer gracia; de hecho, el personaje divierte más cuando se pone serio que cuando hace chistes.

Otra cosa es el Baby Groot, una de las grandes novedades de la película. A mí el Baby Groot me ha encantado, no me malinterpretéis, y protagoniza momentos muy divertidos, como los estupendos créditos iniciales o la escena en la que intenta ayudar a escapar a Rocket y Yondu. Pero también ha habido momentos en los que llega a cansar, porque me parece que han abusado mucho de él.

Hasta aquí las cosas malas. Me las he querido quitar de encima porque, pese a estos defectos, la película es muy buena. No está a la altura de la primera, pero tampoco se le queda muy atrás.

Está muy bien dirigida. De nuevo, James Gunn ha hecho un estupendo trabajo, con unas escenas de acción de lo más logradas y una genial dirección de actores. El diseño de producción es alucinante –salvo algunas excepciones, como la recreación del planeta Ego –y los efectos especiales están completamente a la altura. El ritmo nunca decae y la película se disfruta mucho desde que empieza hasta que termina.

Los protagonistas vuelven a estar muy bien, aquí no me enrollo mucho; tanto los actores como los personajes están muy bien. Algunos, incluso, obtienen más protagonismo, como Nebula y, sobre todo, Yondu; aunque, Rocket Raccoon vuelve a ser de lo mejor.

Sobre las nuevas incorporaciones destaca, sin duda, Kurt Russell como padre de Star-Lord pero que, además, guarda muchos secretos que mucho más interesante.


También me ha gustado mucho Elizabeth Debicki, que me ha llegado a sorprender como Ayesha. Antes de ver la película, creía que este personaje iba a pasar sin pena ni gloria pero, al final, me ha gustado mucho y me ha parecido una buena villana. Además, protagoniza una de las escenas post-créditos que implica la creación de un personaje muy importante que, sin duda, jugará un papel importante en la tercera entrega y, digan lo que digan, yo creo que si saldrá en Avengers: Infinity War.

La otra cara de la moneda ha sido, sin duda, Mantis. Pom Klementieff hace un buen trabajo, pero el personaje me ha parecido tan cargante como insustancial.

Bueno, vamos terminando ya.

Guardianes de la Galaxia Vol. 2 es una película que ha estado muy bien, he disfrutado mucho con ella y, aunque no llegue a la altura de su predecesora, es una secuela de los más digna.


Una película totalmente recomendable; tanto a los que disfrutaron con la primera como a los que no la han visto aún.








4 de enero de 2017

PASSENGERS (2016)














Una de las últimas películas del recientemente terminado 2016 es este film de ciencia ficción que ha levantado cierto interés por dos cosas, especialmente.

Una de ellas es su pareja protagonista, Jennifer Lawrence y Chris Pratt, dos de las grandes estrellas del momento. La otra es que es una película original, que no está basada en ninguna novela, cómic o videojuego, algo muy raro en las superproducciones hollywoodienses hoy en día.

En el futuro, la Tierra está colonizando otros planetas. La Avalon es una nave que se dirige al planeta Homestead II con 5.000 pasajeros a bordo en estado de invernación en un viaje de 120 años. Sin embargo, un fallo técnico hace que uno de los pasajeros, Jim Preston (Chris Pratt), un ingeniero mecánico, se despierte 90 años antes de llegar. Tras pasar más de un año solo en la nave, con la única compañía de un robot camarero (Michael Sheen), Jim pierde la esperanza de volver a dormirse y empieza a darse cuenta de que va a morir solo en esa nave. Es entonces cuando se fija en una de las pasajeras invernadas, Aurora Lane (Jennifer Lawrence), una bella escritora. Averiguando cosas sobre ella en los registros de la nave, Jim termina enamorándose de ella y, tras pensárselo mucho, decide sabotear su cámara de invernación y despertarla, condenándola a su mismo destino. Jim le hace creer que, al igual que él, su cámara de invernación se averió y, pronto, la convivencia entre ambos en ese lugar les hace congeniar. Sin embargo, siempre está presente el temor de que ella descubra la verdad.

Passengers está dirigida por el noruego Morten Tyldum, que tras una exitosa carrera en su país natal, se dio a conocer al mundo con su primera película en inglés, la británica The Imitation Game (Descifrando Enigma) (2014). Ahora, entra de lleno en Hollywood con esta película escrita por Jon Spaihts y, como ya he dicho, protagonizada por dos grandes estrellas del momento.

Esto, junto a una premisa argumental bastante interesante, hacen de esta película una muy buena carta de presentación. Sin embargo, otra cosa son los resultados.


Con un presupuesto de 110 millones de dólares, la película lleva recaudados 66 millones en EEUU y 56 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 122 millones de dólares. No es un gran taquillazo, pero está claro que la película hará dinero. Por otro lado, la crítica la está recibiendo con críticas mixtas y entre el público también hay división de opiniones.

¿Y qué opino yo?

Pues no me voy a ir por las ramas. Opino que la película es una MIERDA.

No esperaba mucho de esta película, la verdad, pero ni me imaginaba semejante despropósito.

Visualmente, la película está muy bien, ahí si que le reconozco el mérito. Los efectos especiales están de lo más logrados y el diseño de producción es sensacional. En los tráilers, el diseño de la nave me echaba para atrás pero, una vez vista la película, ves que dicho diseño funciona.

La dirección de Tyldum en esta película no es que sea brillante pero, técnicamente, lo hace bastante bien. Además, el tipo introduce varios guiños cinematográficos; especialmente, al cine de Stanley Kubrick –El Resplandor (1980) incluida –.

Técnica y visualmente, la película está muy bien, eso no lo discuto. Sin embargo, esto solo haría que, si tuviera que puntuarla, la película solo tendría un 3 o un 4, porque el resto es para echarlo a la basura. Especialmente, el guión; un guión que echa a perder por completo una muy buena premisa argumental.

El film tiene un arranque bastante notable, introduciéndonos muy bien en la historia y, sobre todo, en la soledad del personaje de Pratt. Toda esa parte está muy bien. Es cuando entra en escena el personaje de Lawrence cuando todo se viene abajo y en caída libre. No por culpa de la actriz, que conste, sino porque es a partir de ahí cuando la película se quita la careta y nos deja ver la verdad.

Y es que nos la han metido bien doblada. Todo lo de la ciencia ficción y la reflexión sobre la soledad nos es más que una cortina de humo que oculta una película romántica de lo más pastelosa. En el fondo, no es más que un telefilm de mediatarde disfrazado de película de ciencia ficción.

Todo son situaciones ridículas, diálogos simplones y momentos que llegan a provocar vergüenza ajena. Esperaba que, al llegar la parte en la que [SPOILER] ella descubre la verdad y el conflicto que esto genera [/SPOILER], la cosa mejorase, pero ni por esas, porque todo está tratado de la forma más penosa posible.

Ni tan siquiera el climax, donde meten algo de acción para despertarnos, la película se salva, porque, al final, el desenlace es el que te esperas: el más previsible y tópico que te puedas imaginar, digno de la comedia romántica más ñoña.

En cuanto a los actores.

A mí Jennifer Lawrence me encanta, es una actriz estupenda y muy carismática; además, en este film está más preciosa que de costumbre. Chris Pratt también me encanta, como actor es genial y también derrocha mucho carisma. Sin embargo, pese al buen trabajo que ambos hacen en este film, la química entre los dos es totalmente nula.


Hay más química cuando cada uno de los dos interactúa con el androide camarero Arthur, genialmente interpretado por Michael Sheen, quién para mí es quién más destaca en toda la película.

Luego tenemos a Laurence Fishburne, que es muy buen actor y hace un buen trabajo. Sin embargo, su presencia en el film es completamente anodina y no tengo duda de que tan solo está en la película para que [SPOILER] veamos alguna muerte en la película [/SPOILER].

Claro, que Fishburne se puede dar con un canto en los dientes si comparamos su papel con el que hace aquí Andy Garcia; quién no me extrañaría que, después de esto, agradezca el haber salido en Cazafantasmas.

Bueno, vamos resumiendo ya porque no vale mucho la pena seguir dedicando tiempo a esta mierda.

Una película visualmente muy lograda, pero con un guión nefasto y un completo desperdicio de dos estupendos protagonistas y una premisa argumental que podría haber dado algo más potable. Un despropósito que lo único que consigue es aburrir y abochornar que, encima, sus responsables nos han tomado por gilipollas tratando de vendernos como una nueva obra maestra de la ciencia ficción lo que no es más que un telefilm romántico de los que a Antena 3 le gusta poner en navidades para ayudarnos a echar la siesta.

Como ya he dicho antes, no me esperaba mucho de ella; pero, por muy poco que fuera, lo poco que esperaba era mucho comparado con el resultado final. Y que no me venga nadie con que por lo menos es una historia original porque, si esto es lo que se entiende hoy día por originalidad, apaga y vámonos.



Una película que, desde luego, no recomendaría ni a mi peor enemigo. Verla no es más que un desperdicio de tiempo y dinero.







22 de marzo de 2015

JUPITER ASCENDING (2015)

















Jupiter Ascending –o El Destino de Júpiter, como se la conoce en España –es la nueva película de Los Wachowski, famoso dúo de directores, guionistas y productores formado por los hermanos Andy Wachowski y Lana Wachowski –conocido como Larry Wachowski antes de someterse a una operación de cambio de sexo –.


La película debió haberse estrenado el pasado verano, pero su estreno se retrasó varios meses cuando sus autores decidieron hacer un remontaje de efectos especiales que le dio a la película una imagen totalmente distinta.


Jupiter Jones (Mila Kunis) es una joven inmigrante rusa que vive en Chicago trabajando como limpiadora de casas junto a su madre y su tía. Deseosa de comprarse un telescopio como el de su padre, un británico amante de la astronomía (James D´Arcy), acepta la propuesta de su primo de vender sus óvulos. Pero, durante la intervención, los médicos resultar ser unas extrañas criaturas que la buscan e intenta matarla. No obstante, es salvada por Caine Wise (Channing Tatum), un cazador ex-militar manipulado genéticamente. Será cuando descubra que forma parte de un gran complot que podría afectar al destino de la Tierra.


Los hermanos Wachowski son mundialmente conocidos por haber revolucionado el cine de ciencia ficción a finales del siglo pasado con la maravillosa Matrix (1999), película que es todo un clásico y con la que tenían pensado crear su propio universo cinematográfico y una franquicia destinada a hacerle sombra a las mismísimas Star Wars y Star Trek. Sin embargo, el sueño se desvaneció cuando, en 2003, estrenaron sus ambiciosas dos secuelas, Matrix Reloaded y Matrix Revolution, las cuales, aunque fueron dos grandes éxitos de taquilla, resultaron de lo más decepcionantes.


Después de esto, dirigieron las películas Speed Racer (2008) y El Atlas de las Nubes (2012) -esta última, en colaboración con Tom Tykwer (El Perfume) -, ambas dos grandes fracasos de taquilla. Como productores tuvieron más suerte con V de Vendetta (2005) y Ninja Assassin (2009) -esta última no hizo unas cifras muy altas, pero tampoco era una película muy ambiciosa, lo cual lo compensaba -. Así que su carrera esta última década ha sido un tanto irregular.

Ahora llegan con esta película, una space opera que mezcla ciencia ficción y fantasía con la que esperaban realizar una jugada parecida a la que hicieron con Matrix. Sin embargo, han vuelto a darse el batacazo.


El fracaso en taquilla ha sido tremendo. Si bien, es cierto que la película ha remontado en el mercado chino –salvador de varias superproducciones americanas últimamente –, donde tuvo un arranque bastante potente con 23 millones de dólares en su estreno. A día de hoy, la película lleva recaudados 46 millones en EEUU y 125 millones en el resto del mundo, haciendo un total de 171 millones de dólares. Con mucha suerte, logrará recuperar los 176 millones de su presupuesto.


No obstante, no hay que olvidar los gastos de publicidad, los cuales también hinchan el presupuesto. Por lo que tengo entendido, sumando los gastos de publicidad, el presupuesto de la película ascendería a 215 millones de dólares, una cifra a la que van a tener que hacer auténticos malabares para poder llegar. Por lo que, por mucho que digan que la está salvando el mercado chino, la etiqueta de fracaso ya la lleva puesta.


Y, desde luego, el boca a boca no le está ayudando nada. La mayoría del público no ha salido muy entusiasmado de verla, que digamos. Por su parte, las críticas están siendo muy dispares; unos críticos la adoran, otros críticos la odian y muy pocos se colocan en un término medio.


¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.


A mí Speed Racer y El Atlas de las Nubes me parece que fueron dos fracasos inmerecidos. Ambas películas fracasaron porque el gran público no asimiló bien sus personales estilos ni sus vibrantes montajes. Pero, por lo que a mí respecta, ambas películas son buenas; no son ninguna maravilla, todo hay que decirlo, pero a mí me gustaron.


En cambio, esta película es otro cantar. Por lo que a mí respecta, el fracaso está más que merecido, porque la película es…




…UNA PUTA MIERDA.




Y esto me lo veía venir.


Al principio me interesé por la película por venir de quienes venían y porque la protagoniza Mila Kunis, una actriz que me gusta mucho. Sin embargo, poco a poco fui perdiendo el interés en ella porque todo lo que veía en los tráilers, imágenes y demás material que iba saliendo me echaba para atrás; sobre todo, esa imagen de fantasía ñoña y ese estilo de space opera cutre que destilaba en todo momento.


Sin embargo, volví a engancharme después de que los Wachowski hicieran ese remontaje que obligó a retrasar el estreno varios meses. Y es que, le habían dado a la película una imagen totalmente distinta, pareciendo ya una película de ciencia ficción adulta que recordaba a clásicos como Dune (David Lynch, 1984). Así que mi interés en ella volvió a crecer y llegué a creer que había juzgado mal a la película y a los Wachowski.


Sin embargo, tras haberla visto, me doy cuenta de que mis sospechas anteriores al remontaje no estaban mal encaminadas. Se ve que los Wachowski se dieron cuenta de que su mierda apestaba desde kilómetros de distancia y decidieron envolverla en un papel bonito y perfumado para despistarnos.


Es como si coges un palo, lo metes en una caja, la envuelves para regalo y se lo regalas a alguien creyendo que su reacción va a ser como la del niño de aquel anuncio. Sin embargo, la realidad es otra y lo único que terminas consiguiendo es que te acaben metiendo el palo por el culo. Pues eso es lo que les ha pasado a los Wachowski con esta película.


Y es que la película es un PETARDO.


Vale que su historia está bastante trillada. Sin embargo, podría haber funcionado si el guión hubiera estado a la altura. Sin embargo, el guión que han escrito los Waxhowski es una completa cagada y contiene todos los elementos que hacen malas a las películas. Hay tópicos como para parar un tren, los personajes están estereotipados a más no poder, los diálogos que dan vergüenza ajena no paran de sucederse, lo mismo que las situaciones ridículas. Por no hablar de que todo es tan previsible que parece que te la has visto ya la película varias veces a pesar de estarla viendo por primera vez.

La película es terriblemente aburrida y soporífera; yo empecé a mirar el reloj a partir del minuto 37, no bromeo, lo cual no es nada bueno. Luego, encima, le meten elementos humorísticos que, lejos de mejorarla, lo único que consiguen es abochornar y dar vergüenza ajena; lo de los funcionarios espaciales es para echarse a llorar y lo de ese abogado robot-gay-metrosexual ya ni os cuento. Además, dan la sensación en todo momento de que están metidos con calzador y eso empeora aún más las cosas.


Ni tan siquiera las escenas de acción sirven para que la cosa se anime un poco porque, aunque no están mal filmadas, son terriblemente monótonas y carecen por completo de elementos brillantes que hagan saltar en la butaca; cuesta creer que los responsables de Matrix estén detrás de esto.


Sobre los efectos especiales, los Wachowski hicieron un trabajo excelente con el remontaje. Todo lo que está hecho con CGI es realmente muy bueno, sobre todo el diseño de producción y el de las criaturas digitales –especialmente, esos seres reptiloides alados que, desde luego, son de lo mejor del film –. Por desgracia, el remontaje solo afectaba al CGI, por lo que el resto de elementos son tan cutres como al principio. Lo que más, sin duda, son los maquillajes, los cuales llegan a dañar la vista de lo mal hechos que están y parecen más propios de una mala película de serie B.


Mila Kunis es una buena actriz y hace lo que puede en todo momento para llevar el protagonismo de la película; sin embargo, no diría que este es uno de sus mejores trabajos. Channing Tatum está tan soso e inexpresivo como siempre; a lo que hay que añadir lo ridículo que queda con esas orejas de elfo que le ponen –eso sí, no son las peores orejas de la película –. El villano principal, Eddie Redmayne, este año ha ganado el oscar por dar vida a Stephen Hawking y no digo que no se lo merezca; pero, lo que es en esta película, más sobreactuado y ridículo no puede estar. Sean Bean lo hace bien, pero da la sensación en todo momento de no creerse su papel.


Y así podría seguir con todos los miembros del reparto, pero me darían las uvas. Tan solo decir que la única que logra dar más la talla de todo el elenco es Tuppence Middleton a pesar de lo desaprovechado de su personaje y el maquillaje tan malo que le ponen.


En fin.


Pero, bueno, no todo van a ser hostias a esta película, ya que también hay algunos buenos momentos –muy pocos, esos sí –entre tanta mierda. La parte del principio, correspondiente a los padres de la protagonista está bien. Destacar que en esa escena aparece James D´Arcy, quién me gustó mucho en la serie Agent Carter; por desgracia, aquí apenas le dan la oportunidad de lucirse.


También me gustó la violenta pelea final entre la protagonista y el malo, un momento bastante brutal y muy logrado; desgraciadamente, no dura mucho y, encima, lo estropea un poco lo absurdo del momento –¿cómo narices llegó el malo ahí arriba tan rápido con un disparo en la pierna…? –. Pero, bueno, esa escena es de las pocas que logra levantar una sonrisa entre tanta cara de asco que se te pone a lo largo del metraje.


De todas maneras, esos pocos momentos logrados tan solo son pequeños islotes en el océano de porquería que es esta película. Un film terriblemente malo, nefasto y aburrido que sus responsables supieron adornar bien con unos brillantes efectos especiales.


Sin duda, el peor trabajo de los Wachowski, quienes aquí se han lucido creyendo que podrían conquistar de nuevo al público con semejante chapuza y que con meterle efectos especiales mejorados la cosa iba a mejorar. No sé si a estas alturas serían capaces de volver a ofrecernos otra maravilla como Matrix pero, desde luego, son capaces de hacer cosas mejores y no basuras como esta, totalmente impropia de ellos.


A ver si en su próxima película están más inspirados; porque, lo que es en esta, parece que la inspiración se les ha ido volando.