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18 de febrero de 2022

MOONFALL (2022)


ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS. Quién no haya visto la película aún, que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si lo hace de todos modos, lo hará bajo su total responsabilidad.








En 2011, los astronautas Jo Fowler (Halle Berry) y Brian Harper (Patrick Wilson) se encuentran en  una misión a bordo de un transbordador espacial para reparar un satélite. Durante la misión, Harper es testigo de como un misterioso enjambre negro ataca la nave, matando a uno de sus compañeros y dejando a Fowler inconsciente. De regreso en la Tierra, nadie cree en la versión de Harper y este es despedido de la NASA y cae en desgracia, lo que provoca, entre otras cosas, la ruptura de su matrimonio. 

Diez años después, el teóricos conspiranóico K.C. Houseman (John Bradley), quién sostiene que la Luna es en realidad una megaestructura artificial construida por alguna civilización extraterrestre, descubre que la Luna se ha salido de su órbita y amenaza la Tierra. Trata de compartir su descubrimiento con Harper, pero este no lo cree. Sin embargo, pronto se descubre la verdad cuando la Luna, que camina en colisión contra la Tierra, empieza a generar desastres naturales. Harper, al darse cuenta de que este tenía razón, va en busca de Houseman y, junto a él, pretende viajar a la Luna en un viejo transbordador y tratar de solucionar en problema que hace que la Luna se haya salido de su órbita. En esto contarán con ayuda de Fowler, ahora una alta ejecutiva de la NASA, ya que esta no pudo ayudar a Harper en su día.

No quería hacer una review de esta película, porque no quería ensañarme mucho con ella. Ya que yo siempre he tenido un respeto por Roland Emmerich, director al que he defendido en muchas ocasiones ya que, al igual que directores como Michael Bay, ha sido muy criticado por el tipo de cine que hace.

Pero el tipo ultimamente se ha vuelto muy gilipollas y ahora va de serio y profundo y, no hace mucho, hizo unas declaraciones que me tocaron las narices a mi y, seguramente, a muchos. Si, hablo de esas declaraciones en las que acusaba a Marvel, a DC y hasta a Star Wars, de estar arruinando la industria cinematográfica. Se debe de creer que así los gafapastas le van a tener respeto -que espere sentado -.

Él es libre de decir lo que quiera y dar su opinión, faltaría más. Lo que me toca las narices es la doble moral de sus declaraciones, porque no se si sabrá que, hace unos años, lo mismo que él decía de Marvel, DC y Star Wars, lo decían de él y sus películas. 




Si, al menos, le hubiera dado un giro a su carrera y se dedicara a hacer más películas como Anonymous (2011) o Stonewall (2015), pues si tendría mayor autoridad moral para dárselas de listo y hacer declaraciones como esas. Pero, ponerte a criticar los blockbusters cuando tú mismo los estás haciendo, es como hacer campaña por el veganismo mientras te comes un chuletón de ternera.

Así que no pienso tener ninguna compasión por esta película que ya digo desde el primer momento que no me ha gustado nada y que, al igual que las últimas películas de este director -con excepción de Midway (2019), que me gustó bastante -, ya no entusiasman tanto como sus películas anteriores.

Esta película está considerada una de las películas independientes más caras que se han realizado. Y es que Emmerich ya no cuenta con el respaldo que antes tenía de los grandes estudios y se tiene que buscar la vida para financiar sus películas y luego buscar quién se la distribuya.

Seguro que esa es una de las razones de su enorme ego y su resentimiento con las películas de superhéroes y Star Wars. Seguro que le joderá no ser ya un niño mimado de Hollywood.

Eso y que ya no cuenta con el apoyo del público, porque la hostia que se ha metido la película en las taquillas ha sido como para pasar a los libros de historia. Con un presupuesto de 140 millones de dólares, a día de hoy lleva recaudados solo 24 millones de dólares a nivel mundial. 

Además, si esperaba que con sus recientes ataques a los superhéroes y a Star Wars se iba a ganar más el respaldo de la crítica, estaba bien equivocado, ya que la crítica la ha pulverizado -puede que esa estrategia le funcionase con Independence Day: Resurgence (2016), pero aquí la crítica no ha pasado por el aro -y la reacción mayoritaria del público ha sido más bien tibia.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Como ya he dicho antes, la película no me ha gustado nada. Pero, quiero dejar claro que mi opinión de la película no se debe a mi cabreo con Emmerich. Como he mencionado antes, no tenía pensado hacer ninguna review por el respeto que le tenía a este director. 

Pero, como ya le he perdido el respeto a este señor, no pienso tener piedad alguna.




La película es una MIERDA y de las grandes. Y lo es, principalmente, porque intenta aparentar ser algo mejor de lo que es.

Yo he disfrutado mucho con películas como Soldado Universal (1992), Stargate (1994), Independence Day (1996) y hasta su versión de Godzilla (1998), porque eran películas honestas que no ocultaban lo que eran, puro espectáculo dedicado a entretener y a divertir, nada más. Pero, al menos, era un espectáculo bien hecho.

Sin embargo, desde que separó de Dean Devlin y se asoció con Harald Kloser, Emmerich ha tratado de ser más serio con películas como El Día de Mañana (2004) o 2012 (2009), películas que son puro espectáculo, pero trató de vendernos la moto de que eran serias y comprometidas y ahí la cagó. Incluso con la secuela de Independence Day intentó hacer lo misma jugada y ya vimos los resultados.

Y, con esta película, tres cuartos de lo mismo. Nos la quiere vender como algo grandioso y no solo como lo que es, puro espectáculo. Solo que, esta vez, el espectáculo no está tan bien hecho como en sus películas de los 90. 

Antes, Emmerich rodaba escenas de destrucción realmente espectaculares e impresionantes. Sin embargo, aquí las escenas de destrucción son de lo más patéticas y, encima, duran muy poco. Encima, el ritmo es lento y la película se hace a ratos muy aburrida. Tarda mucho en arrancar y, cuando lo hace, va en todo momento a medio gas. Encima, todo es muy previsible y el climax, que debería ser lo más emocionante, se cae por su propio peso.

Encima, desaprovecha las pocas cosas buenas que nos ofrece. Como una persecución de coches que está bastante bien. Lo digo porque, cuando llegan al interior de la Luna artificial, llevan en la nave un vehículo rover que podrían haber utilizado para hacer una espectacular persecución en ese escenario. Pero, nada de nada.

Luego está el tema del guión. Vale que este nunca ha sido el fuerte de Emmerich pero, si ahora va de listo, que al menos se curre guiones mejores. Y, si quiere más originalidad, como decía en sus declaraciones contra Marvel, DC y Star Wars, que se aplique el cuento.

Porque esta película tiene de original mis narices. Para empezar, la idea de la Luna artificial está sacada de la novela ¿Quién Construyó la Luna?, de Christopher Knight y Alan Butler, y, desde luego, el desenlace de por que la Luna es lo que es me recordó horrores al de la película Misión a Marte (Brian de Palma, 2000).

Encima, los personajes está estereotipados a más no poder y no hay un solo tópico o cliché que se deje fuera del tintero. Como esa manía del cine catastrofista -y que ya se ha visto en varias películas de Emmerich -de volver a juntar a matrimonios divorciados.




¿Por qué creéis que al final muere el personaje de Michael Peña -de forma tan chapucera y predecible, por cierto -? ¿Y por que es al final Sam Tarly el que hace el sacrificio? Pues para que el personaje de Patrick Wilson pueda volver con su mujercita y su hijo y volver a ser una familia feliz. Algo que no se ve en la película, pero seguro que Emmerich se lo guardaba para las dos secuelas que tenía preparadas y que dudo que pueda hacer ya después de los nefastos resultados de este film.

En cuanto al reparto.

Mira que me gusta poco Halle Berry, pero es que en esta película está por estar. Porque su personaje es de lo más anodino y, si lo hubieran borrado, ni nos habríamos dado cuenta.

Patrick Wilson es un buen actor que hace lo que puede ante un personaje que, a parte de muy estereotipado, resulta de lo más soso y, en ocasiones, hasta cansino.

Lo mismo digo que John Bradley, que aquí interpreta al típico intelectual que se da cuenta del peligro antes que nadie pero no le creen hasta que es demasiado tarde; algo muy común en la filmografía de Emmerich.

El único digno de mención es Donald Sutherland, que hace un estupendo trabajo pese a que solo le vemos en una escena interpretando al típico tío raro que tiene todas las respuestas.

En fin, vamos resumiendo ya.

Moonfall es una mala película que no vale ni para pasar el rato porque llega hasta a aburrir y que, aunque quiera hacernos creer lo contrario, no aporta nada nuevo, ni a la ciencia ficción ni al género de catástrofes. 

Todo ello servido por un director capaz de mejores cosas que, lamentablemente, se ha dejado llevar por su ego y eso ha afectado mal a su filmografía.









27 de mayo de 2014

GODZILLA (2014)

















ATENCION. Advierto que esta entrada contiene SPOILERS muy reveladores de la película. Quién aún no la haya visto que no la lea o lo haga bajo su total responsabilidad.





Por fin he podido ver Godzilla, nueva versión americana del famosísimo monstruo japonés y completo reboot de la franquicia que nos llega de la mano de un director joven y con poca experiencia, pero que ha demostrado tener mucho talento.

En 1999, mientras los científicos Ishiro Serizawa (Ken Watanabe) y Vivienne Graham (Sally Hawkins) investigan una mina en Filipinas donde han encontrado un enorme esqueleto y unas extrañas vainas en forma de huevo, la Planta Nuclear de Janjira, cerca de Tokio, experimenta una actividad sísmica inusual que el ingeniero supervisor, Joe Brody (Bryan Cranston), lleva días investigando. Es entonces cuando la planta sufre una gran explosión en la que Sandra (Juliette Binoche), la esposa de Joe, quién la había enviado con un equipo a investigar estas anomalías, muere.

15 años después, Ford Brody (Aaron Taylor-Johnson), el hijo de Joe y Sandra, vive en San Francisco junto a su esposa, Elle (Elizabeth Olsen), y su hijo, Sam (Carson Bolde), y es un oficial del ejército americano formando parte de un equipo antibombas. Por su parte, Joe está obsesionado con el suceso que causó la muerte de su esposa y está convencido de que lo que sucedió en la planta no fue un simple terremoto. Cuando intenta entrar en la zona de la planta nuclear, la cual está en cuarentena, es arrestado y Ford viaja hasta Japón para liberarlo. Sin embargo, Joe logra convencerle para que entre allí con él. Al hacerlo, descubren que la zona no es radiactiva y que allí el ejército americano está ocultando algo.


Godzilla es un personaje que creo que no necesita presentación. Un gigantesco monstruo con forma de saurio cuyo nombre hace referencia a un gigantesco monstruo marino de la mitología japonesa y que se creó, en parte, para criticar la bomba atómica de Hiroshima y el peligro de las armas nucleares.

Hizo su debut hace 60 años en la ya mítica película Japón bajo el terror del Monstruo (Ishirô Honda, 1954), a la que siguió una rápida secuela, Godzilla Contraataca (Motoyoshi Oda, 1955), y varios años después regresó en una tercera entrega, King Kong vs Godzilla (Ishirô Honda, 1962), donde se veía las caras con el famoso simio amante de las rubias. A partir de ahí comenzó una larga saga que, a través de tres etapas (Showa, Haisei y Millenium), ha perdurado las últimas seis décadas.

Sin embargo, el legado de Godzilla no se limita a una saga de películas, también ha influido mucho en la cultura popular nipona y ha llegado a crear un subgénero, el Kaiju Eiga, consistente en películas de monstruos gigantes e invasiones extraterrestres realizadas siempre con maquetas y tipos disfrazados.

Con todo esto, no es de extrañar que los americanos quisieran hacer sus propias versiones.

La primera versión americana llegó en 1998 en un ambicioso film dirigida por Roland Emmerich, que venía precedido del enorme éxito de Independence Day (1996), bajo el sello de Sony Pictures, que produjo la película a través de TriStar Pictures –subsidiaria de Columbia Pictures, también propiedad de Sony –. La película fue un éxito, pero no el enorme taquillazo que esperaban sus responsables y recibió muy duras críticas. Por no hablar de que los japoneses quedaron muy descontentos y renegaron de ella reactivando su saga con el inicio de la etapa Millenium.

Años después se supo que Legendary Pictures iba detrás de realizar una nueva versión, pero no se llegó a nada hasta que en 2010 se anunció la llegada a un acuerdo con Toho –compañía japonesa productora de las películas de Godzilla –para obtener los derechos y rápidamente, se puso en marcha un proyecto cinematográfico junto con sus socios de entonces, Warner Bros. Pictures.

Al frente de este proyecto se puso a Gareth Edwards, joven director británico que por aquellas fechas había sorprendido con su primera película, Monsters (2010), un film muy modesto, pero realizado con mucho talento.

Sin embargo, a pesar de contar ya con director, el proyecto no lograba salir adelante y todo parecía indicar que no llegaría a estrenarse en 2012, año en que se fijó su estreno. Sin embargo, en la Comic-Con de ese año, Edwards proyectó un breve footage que, entre otras cosas, mostraba un breve vistazo al monstruo, y la reacción de los asistentes fue de lo más entusiasta, haciendo que el proyecto resucitase y, rápidamente, se puso en marcha su producción fijando el estreno en 2014, año en que Godzilla cumple 60 años.


Así llegamos a la película que ahora nos ocupa, a la cual no le están yendo mal las cosas, puesto que a día de hoy lleva recaudados 156 millones de dólares solo en EEUU y 166 millones más a nivel mundial, haciendo un total de 322 millones de dólares. Por otro lado, la crítica no la está recibiendo muy bien; aunque no la están despellejando, como a la versión de 1998. La otra cara de la moneda es el público, que en su mayoría la está recibiendo de una forma muy entusiasta.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

No sé si hace falta decir que soy muy, muy, muy, muy, muy, pero que muy fan de Godzilla.

En mi infancia tuve la suerte de que en mi pueblo había un videoclub que era el paraíso de cualquier friki, ya que solo tenían películas de serie B o serie Z y muchas de esas películas eran kaiju eigas y, sobre todo, películas de Godzilla. Y, vamos, me las veía todas y me encantaban. Por entonces no me fijaba en la cutrez de sus efectos especiales y su diseño de producción. Hoy en día, en edad adulta, es imposible no fijarse en esas cosas. Pero, aún así, me importa poco y continúo viendo y disfrutando esas películas como el primer día.

En su momento esperé como agua de mayo la versión de 1998 y, cuando la vi, recuerdo que no me desagradó mucho ni me pareció el gran bodrio que decían que era. En lo que más fallaba era en el casting y en la historia de amor entre los protagonistas humanos, la cual llegaba a parecer a ratos salida de una comedia romántica. Pero como monster-movie no estaba mal. Además, el monstruo estaba muy bien hecho y su diseño molaba bastante. El problema es que se parecía a Godzilla lo que un huevo a una castaña; era más bien como un monstruo independiente que los americanos tomaban por el Godzilla japonés -como los japoneses nos quisieron hacer creer en una película posterior-.

Para mí, Emmerich hizo una monster-movie apreciable. Pero Godzilla no tuvo la versión americana que se merecía.

Ahora, los americanos han tenido una segunda oportunidad con este reboot que ha dirigido un director no curtido en las grandes superproducciones de efectos especiales, pero con mucho talento, y que guarda más fidelidad con el original japonés.

Pues bien, tras haber visto la película, puedo decir a las claras que esta me ha gustado mucho y me parece que por fin los americanos han hecho justicia con Godzilla. No obstante, también debo decir que ha habido algunos detalles que me han decepcionado y que, desgraciadamente, hacen que esta película no sea del todo redonda. Pero, tranquilos, que no me he llevado una decepción como la que me llevé el año pasado con Pacific Rim (Guillermo del Toro, 2013).

Comenzaré por las cosas buenas.

Y empiezo por su director, Gareth Edwards. El tipo ya demostró en Monsters que es un director con mucho talento al conseguir hacer una película muy buena con un presupuesto pequeño, pocos actores y un equipo técnico muy reducido. No obstante, aquí existía la duda de si iba a estar a la altura de una gran superproducción de 160 millones de dólares financiada por dos grandes estudios.

Para mí, el tipo ha hecho un excelente trabajo. La película está muy bien dirigida, con un ritmo que nunca decae y un impresionante acabado visual. También me ha gustado mucho su forma de enfocar la película desde el punto de vista de los humanos con un estilo que me ha recordado bastante a Monstruoso (Matt Reeves, 2008) –película que me gustó mucho –y con una muy lograda forma de ir creando tensión hasta el gran enfrentamiento final de una forma muy parecida a Encuentros en la Tercera Fase (Steven Spielberg, 1977); película que Edwards tuvo muy en mente a la hora de hacer esta película.

Esto es lo que no ha gustado a muchos críticos que dicen sentirse decepcionados con esta película, afirmando que Godzilla sale poco y que solo vale la pena los últimos 20 minutos y el resto es pura basura.


Yo, desde luego, no puedo estar más en desacuerdo con esta gente. Cierto que me hubiera gustado ver a Godzilla mas en pantalla, no lo voy a negar, pero creo que ha salido lo suficiente para satisfacer. Además, la película no se me ha hecho ni larga ni, mucho menos, aburrida. Aquí no ocurre como en Pacific Rim, donde la mayor parte de la película se sumergía en un pozo de aburrimiento, diálogos sosos y situaciones de todo menos interesantes.

Al contrario, esta película juega muy bien con los personajes, los diálogos y las situaciones, logrando un buen equilibrio entre drama y espectáculo. A todo esto ayuda un guión estupendo y muy trabajado que está en las antípodas del nefasto guión de Pacific Rim. Guión en el que, aunque solo aparezcan acreditados Dave Callaham y Max Borenstein –como autor del argumento y autor del guión, respectivamente –, han trabajado personalidades como David S. Goyer, Drew Pearce o el mismísimo Frank Darabont.

En cuanto a este nuevo Godzilla, me ha encantado. Durante mucho tiempo llegué a creer que hacer con CGI un Godzilla similar al original japonés era imposible. Sin embargo, esta película me ha dado un buen ¡Zas! En toda la boca.

Este nuevo Godzilla es impresionante y está muy bien hecho. Su diseño es excelente y, a pesar de que su cabeza sea algo mas cuadrada, es muy fiel al original japonés.

En la película han escogido al Godzilla defensor de la humanidad, siendo al final la única esperanza contra los MUTOS frente a un ejército americano que se ve impotente frente a esta nueva amenaza; de ahí que no entienda tantas críticas tachándola de patriota por tener tanta presencia militar –en la de 1998 vale porque ahí si los reflejaban como héroes; pero en esta… –. Me ha encantado el final, en el que tras derrotar a los MUTOS regresa al mar mientras la gente lo aplaude; todo lo contrario que en la película de 1998.

También me ha gustado mucho el nuevo origen que se le ha dado. Ya que aquí no es un ser radiactivo surgido como consecuencia de la bomba de Hiroshima. Si es radiactivo, pero se trata en realidad de un último superviviente de una especie prehistórica que habitaba la Tierra en una época anterior, incluso, a los dinosaurios en la que la Tierra estaba cubierta de radiación y que, cuando la radiación se acabó, se metieron en el fondo de los océanos, cerca de núcleo central de la Tierra. También está muy bien lo de que el que el ejército americano supiera de su existencia desde que lo despertaron en 1954 e intentaran matarlo con explosiones nucleares que ocultaron como pruebas nucleares,

Por su parte, los MUTOS no están mal. Son seres nuevos creados mezclando elementos de otros enemigos de Godzilla, como Rodan, Mothra o Gigan.

Ahora vamos con las cosas malas.

Empiezo por la muerte del personaje de Bryan Cranston, quién, como era de esperar, hace una excelente interpretación; siendo sin duda lo mejor de un reparto que, en general, hace un buen trabajo. Además, pienso que hubiera llevado mucho mejor el protagonismo de la película en lugar de su hijo en la ficción, Aaron Taylor-Johnson, quién no lo hace mal, pero no le he encontrado muy a la altura de lo que su papel requiere.

Otro defecto relacionado con el reparto es Elizabeth Olsen. No es que lo haga mal, al contrario, está fantástica y, desde luego, le podría dar unas cuantas lecciones a sus hermanas mayores. El defecto es que la desaprovechan mucho.

No obstante, el mayor defecto que tiene la película son dos escenas en concreto.

Una es cuando se produce el primer enfrentamiento entre Godzilla y el MUTO macho en Hawaii. Cuando los vemos a los dos frente a frente dispuestos a darse de hostias, cortan y lo único que vemos de ese enfrentamiento son escenas salteadas en la Tv.

La otra escena es el segundo enfrentamiento entre Godzilla y el MUTO macho en San Francisco; un enfrentamiento que, encima, iba a ser a plena luz del día. Sin embargo, vuelven a hacer lo mismo, cuando los dos se disponen  a pelear cierran las puertas y nos vuelven a dejar con la miel en los labios.


Menos mal que al final tenemos una espectacular pelea entre Godzilla y los dos MUTOS que es una auténtica pasada, ya que hasta vemos a Godzilla utilizando su famoso aliento radiactivo y todo. Esta pelea compensa bastante esos dos momentos anteriores pero, aún así, me dejaron un muy mal sabor de boca.

Espero sinceramente que esa maniobra no sea por lo de enfocar la película desde el punto de vista de los humanos –lo cual sería una terrible gilipollez –y obedezca más problemas técnicos con los efectos especiales que les obligó a cambiar esas escenas.

Como ya he dicho, esos defectos impiden que la película sea totalmente redonda. Pero no impiden que este reboot de Godzilla sea una película muy buena, disfrutable de principio a fin y que hace las delicias de cualquier fan de las kaiju eigas y del monstruo japonés.

Desde luego, Gareth Edwards demuestra por segunda vez que es un director excelente y un tipo con mucho talento que tiene ante sí una muy prometedora carrera por delante. Que ganas tengo de ver ese spin-off de Star Wars que él va a dirigir y que llegará en 2016. Y también espero con muchas ansias la secuela de esta película; donde espero que se corrijan los defectos de estos.


Desde luego, me HA ENCANTADO esta película, que a ratos ha llegado a emocionarme y todo. Sin duda, la recomiendo abiertamente, tanto a los que son fans de Godzilla, como yo, como a cualquiera que ni haya visto nunca una de sus películas.









16 de abril de 2012

TITANIC (1997)







El 14 de abril de 1912, el RMS Titanic, un lujoso transatlántico que hacía su viaje inaugural entre Inglaterra y EEUU, chocó contra un iceberg y, a pesar de que se suponía que era el barco mas grande, moderno y seguro del mundo, terminó hundiéndose en las frías aguas del atlántico norte, muriendo 1.517 personas de las 2.227 que viajaban a bordo, siendo una de las mayores catástrofes marítimas de la historia.

Claro, que esta catástrofe no se debió solo al iceberg, también tuvo mucho que ver la negligencia del capitán y la compañía al no aminorar la marcha a pesar del avistamiento de icebergs. Por no hablar de que el número de botes salvavidas era insuficiente y, encima, estos eran llenados con menos de la mitad de personas que estos podían transportar y siguiendo el rígido, y anticuado, protocolo de salvar a las mujeres y a los niños primero.

Total, una gran catástrofe de la que el pasado sábado se cumplieron 100 años y de la que el cine y la Tv han sacado bastante provecho con varias versiones cinematográficas y televisivas de este trágico suceso.

Aunque, ninguna de estas dio tanto que hablar como esta versión cinematográfica que James Cameron escribió, produjo y dirigió con uno de los mayores presupuestos de la historia del cine y que, durante 12 años, fue la película mas taquillera de la historia del cine; solo desbancada por el propio Cameron con Avatar (2009).

La película comienza en la actualidad. El cazador de tesoros Brock Lovett (Bill Paxton) busca en los restos del Titanic un collar con un valioso diamante conocido como el Corazón del Mar. Sin embargo, lo único que encuentra en el lugar donde se supone está el diamante es un dibujo de una mujer desnuda que lleva puesto ese collar. Tras darlo a conocer a los medios, recibe la llamada de una anciana (Gloria Stuart) que afirma ser la mujer de ese dibujo, Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet), una pasajera del Titanic a la que se creía muerta en el naufragio. Brock hace llevar a la mujer a su barco y esta le cuenta su historia, la cual comienza el 10 de abril de 1912, cuando el Titanic comenzó su viaje.

Ella viaja en el barco junto a su madre (Frances Fisher) y su prometido, Cal Hockley (Billy Zane), a quién ella no ama en absoluto pero se ve obligada a casarse con él, dado que es millonario y la familia de ella está completamente arruinada. Ella, que no desea para nada ese destino, está a punto de suicidarse pero, en esos momentos, es salvada por Jack Dawson (Leonardo DiCaprio), un joven dibujante de clase baja y espíritu libre que viaja en el barco gracias a que ganó los pasajes en una partida de cartas. Los dos se enamoran al instante, pero Rose se ve obligada a dejar de verle por las presiones de su madre y las amenazas de Cal. Sin embargo, el joven no desiste y, finalmente, Rose desafía a todos y se marcha con él. Los dos acuerdan irse juntos una vez el barco atraque en Nueva York. Sin embargo, es el día 14 de abril e ignoran que una catástrofe está a punto de interrumpir bruscamente su historia de amor.

James Cameron, un gran amante de las profundidades, siempre sintió una gran fascinación por la historia del Titanic. Su interés en hacer esta película comenzó durante el rodaje de Abyss (1989), cuando conoció a Robert Ballard, el famoso oceanógrafo que descubrió los restos sumergidos del Titanic en 1985. En un principio, no quiso hacer una película, sino una expedición submarina a los restos del Titanic que, de hecho, se llegó a hacer; a ella pertenecen las imágenes verdaderas de Titanic hundido que pueden verse al principio de la película.

Durante años, Cameron buscó financiación para este proyecto, el cual ya preveía de lo mas costoso debido a su envergadura. Finalmente, encontró el apoyo de la Fox, la cual recurrió a la Paramount para que le ayudara con los costos de producción de tan megalómano proyecto.

La película fue en su día la mas cara de la historia del cine, con un presupuesto de 200 millones de dólares –50 millones mas de lo previsto –. Muchos vaticinaban un gran fracaso, debido, principalmente, a lo trillado de su historia y a que muchos veían a Cameron mas como director de películas de acción y ciencia ficción.

No obstante, la película arrasó en taquilla de una manera fulminante. Solo en EEUU recaudó mas de 600 millones de dólares, a los que hay que sumar 1.295 millones recaudados en el resto del mundo. En total, la película hizo 1.932 millones de dólares; cifra que, sin duda, ha aumentado recientemente con el reestreno de la película en 3D –ahora debe superar ya los 2.000 millones –. Unas cifras que tan solo el propio Cameron ha sido capaz de superar, como ya he dicho antes, con su siguiente película –para la que hubo que esperar 12 años –, el film de ciencia ficción Avatar (2009).

Además, la película fue muy bien recibida por crítica y público y obtuvo un sin fin de premios. Entre ellos, 11 oscars con los que igualaba el record de Ben-Hur (William Wyler, 1959). Aunque este no fue el único record que igualaba, ya que también obtuvo 14 nominaciones, las misma que Eva al Desnudo (Joseph L. Mankiewicz, 1950).

El film se convirtió en todo un fenómeno sociológico en su día y, durante años, dio mucho que hablar. Uno de los mas beneficiados –o perjudicados, según se mire –, fue su protagonista, Leonardo DiCaprio, quién se convirtió en toda una estrella de Hollywood. No obstante, tuvo que arrastrar también la imagen de héroe romántico empalagoso durante unos cuantos años hasta que Martin Scorsese lo rescató y nos lo presentó como lo que es, un gran actor.

A todo esto, ¿que opino yo de esta película?

Si me preguntaran cual es la película que menos me gusta de la filmografía de Cameron, diría sin dudar que es esta. Y no porque sea mala. Al contrario, es una buena película. Sin embargo, en mi modesta opinión, yo creo que se la ha sobrevalorado en exceso.

Yo vi esta película en su día en el cine y me gustó, pero no tanto como al resto de la gente; que hasta aplaudía y todo. Además, con el paso de los años mi interés por el film ha ido decayendo a marchas forzadas, hasta el punto de que, cuando la emiten por la Tv, ni tan siquiera la veo entera; tan solo la segunda parte, la correspondiente al hundimiento del barco.

Tecnicamente, la película es brillante. Está muy bien rodada, su diseño de producción es excelente y los efectos especiales son de lo mas logrados. La reconstrucción que hace del hundimiento del transatlántico es realmente sensacional. Todavía recuerdo cuando vi esta escena en el cine y de como me puso la carne de gallina. Es, sin duda, el mejor momento de la película y uno de los mejores momentos de la historia del cine. Eso no lo discuto.

Las interpretaciones son también muy buenas, lo mismo que la dirección de actores. DiCaprio y Kate Winslet hacen un excelente trabajo y, además, tienen una química estupenda. El resto del reparto también está a la altura. Las interpretaciones son unas mejores que otras pero, en general, los actores cumplen.

Por contra a todo esto, el principal problema de la película radica en su guión, un guión de lo mas simplón y previsible. Me sorprende que, cuando se estrenó Avatar hace tres años, hubo mucha gente que se quejó de su guión y, sin embargo, cuando se estrenó esta a penas hubieron críticas negativas en torno a esto. Al contrario, incluso hubo críticos que decían que era una injusticia que la película no estuviera nominada a los oscars en la categoría de guión ¡Increíble!

Porque, vamos. Puede que el guión de Avatar también pecara de tópico y simplón pero, comparado con el de esta película, es una maravilla.

Para empezar, la historia de amor que nos muestra, a parte de estar de lo mas trillada, reúne todos los tópicos habidos y por haber en este tipo de historias. Él, un chico pobre, pero encantado de la vida, ella, una chica de la alta sociedad que envidia su mundo porque vive en una jaula de oro. Algo visto mil veces, pero que podría haber funcionado si Cameron hubiera sabido aprovechar esta historia mejor o, por lo menos, haber potenciado los elementos de alrededor; como el componente sexual. Y mira que tuvo oportunidades, como la escena del retrato o la escena de sexo dentro del coche, dos secuencias que prometían, pero que están rodadas de una forma insípida y terminan siendo frías y carentes casi por completo de sensualidad.

Luego, a pesar de las buenas interpretaciones, los personajes están estereotipados a mas no poder. El personaje de Billy Zane, el prometido millonario y cabrón de Rose, reúne todos los elementos de un villano de culebrón. La madre de la protagonista, interpretada por Frances Fisher, tres cuartos de lo mismo. Y así un largo etc. La película trata de mostrar a modo crítico la diferencia de clases de la época, pero lo hace de una forma muy superficial, como alguien que cree saber como es la pobreza por haberse leído las novelas de Charles Dickens o haberse visto la filmografía de Ken Loanch, pero que nunca ha salido a la calle a ver por sus propios ojos como es de verdad la dura situación de los pobres y la clase trabajadora.

La primera parte de la película es soporífera. Todo es tan tópico y previsible que llega a aburrir terriblemente. La cosa mejora en la segunda parte con el espectacular naufragio, el mejor momento de la película, como he dicho antes, que hace mucho mas llevaderas las tres horas que dura el film.

Debo decir que me gusta como termina la película. No hay un final feliz, puesto que el chico muere al final. Pero tampoco es triste del todo, ya que la chica decide no volver a su anterior vida –me encanta la escena en la que Cal la busca entre los supervivientes y ella se oculta de él –y decide iniciar una nueva vida, convertida también en un espíritu libre por su propia cuenta.

Este final y la escena del hundimiento son la principal razón de que la película reciba el aprobado por mi parte.

Resumiendo.

Una película brillante en su apartado técnico e interpretativo, pero muy pobre a nivel argumental y de guión. La forma en como recrean el hundimiento del famoso barco es impresionante, pero le quitamos eso y, practicamente, nos quedaría un telefilm de mediatarde.

No es una mala película, pero no es ni de lejos la gran obra maestra que dicen que es. Y, desde luego, no se merecía llevarse tantos oscars. Está bien que arrasara en el apartado técnico, pero no debió haber sido la gran ganadora de ese año. Sobre todo, estando también en esa edición L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997), que si es una verdadera obra maestra y la mejor película de aquel año. Otra prueba mas de lo injustos que llegan a ser esos premios.

La nueva edición en 3D que se ha reestrenado hace poco no la he visto y dudo mucho que me moleste en verla.

Y de la canción de Celine Dion mejor no hablo, porque no quiero recordar experiencias traumáticas.