3 de mayo de 2015

VENGADORES: LA ERA DE ULTRON (2015)























Después de tres años de espera, por fin he visto la muy esperada secuela de Los Vengadores (2012). Ahora, me dispongo a decir lo que me ha parecido y dejar ver si estos tres años de espera han valido tanto la pena.

Tras una espectacular batalla, el equipo conocido como los Vengadores, formado por el Capitán América (Chris Evans), Iron Man (Robert Downey Jr.), la Viuda Negra (Scarlett Johansson), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo) y Hawkeye (Jeremy Renner), logra tomar la fortaleza del Barón von Strucker (Thomas Kretschmann), situada en Sokovia, un país de Europa del Este, logrando capturarle y consiguiendo casi todas sus posesiones; especialmente, el cetro de Loki. Sin embargo, durante la batalla fueron atacados por dos personas con habilidades sobrehumanas. Se trata de dos hermanos gemelos, Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen), dotada con poderes psíquicos, y Pietro Maximoff (Aaron Taylor-Johnson), dotado con supervelocidad. Ambos son dos jóvenes de Sokovia cuya familia pereció en un bombardeo. Esto les hace sentir mucho odio hacia occidente y, sobre todo, hacia Tony Stark, ya que las bombas que destruyeron su casa fueron fabricadas por él.

De regreso en la Torre Avengers, Stark, con ayuda de Bruce Banner, utiliza el poder del cetro para crear a Ultron, una inteligencia artificial que servirá como defensa del planeta contra nuevos ataques extraterrestres. Sin embargo, Ultron cobra vida y, rápidamente, escapa al control de Stark, convirtiéndose en un poderoso ente capaz de acceder a toda tipo de información de internet, poder fabricar ejército de robots y, sobre todo, ocupar cuerpos mecánicos e, incluso fabricarse uno propio. Pronto, Ultron (James Spader) se convierte en una gran amenaza contra la que los Vengadores tiene que luchar. Pero Ultron logra forjar una alianza con los gemelos Maximoff, a quienes utiliza como arma contra los Vengadores. Sobre todo a Wanda, quién logra manipular la mente de los miembros del equipo, provocándoles terribles visiones y, en el caso de Natasha Romanoff, afloran los recuerdos más terribles de su oscuro pasado. Uno de los más afectados será Bruce Banner, quién pierde el control como Hulk y ataca a la población, obligando a Iron Man a intentar detenerle utilizando la Hulkbuster –conocida en la película como Verónica -, una gigantesca y poderosa armadura que el propio Banner le ayudó a construir.


Tres años después, Los Vengadores regresan al cine después del enorme éxito de su primera incursión. Los protagonistas de la primera repiten en sus respectivos papeles, al tiempo que se unen otros actores y personajes. Todos bajo la batuta de Joss Whedon, quién repite como guionista y director.

Whedon, además, se despide de la saga. Según alega, hacer este tipo de películas es agotador y quiere hacer otro tipo de proyectos más sencillos. Claro, que extraoficialmente también hondea el fantasma de que su relación con Marvel Studios ya no es tan buena; especialmente, desde que su amigo Edgar Wright se marchara con polémica de Ant-Man, la película que cerrará este verano la Fase 2 –no hace mucho, afirmó en una entrevista que el guión de Wright para esa película era lo mejor que había leído en mucho tiempo –.

De todas maneras, podemos estar tranquilos, ya que le han buscado un buen sustituto. Mejor dicho, sustitutos, ya que los hermanos Anthony Russo y Joe Russo, quienes debutaron en este universo de Marvel con muy buen píe dirigiendo la estupenda Capitán América: El Soldado de Invierno (2014) y repetirán funciones en Captain America: Civil War, que llegará en 2016, serán los encargados de dirigir la tercera entrega, Avengers: Infinity War, que llegará dividida en dos películas que se estrenarán, respectivamente, en mayo de 2018 y mayo de 2019.

Pero vamos a hablar de Los Vengadores: La Era de Ultron que es lo que interesa.

La película se estrenó el pasado viernes en EEUU. Antes, se había estrenado en varios países el pasado fin de semana y, desde luego, sus datos en taquilla no pudieron ser mejores, logrando 201 millones de dólares. Ahora lleva más de 400 millones en la taquilla mundial. Todavía no tengo datos de lo que ha hecho en EEUU, pero las previsiones apuntan a un arranque espectacular de 230 millones de dólares.

Por otro lado, la crítica se está portando bien con ella. Sin embargo, las opiniones del público están algo divididas; sobre todo, la de los fans. Y es que unos dicen que la película es genial y muy superior a la primera y otros dicen que ha sido una total decepción; no hay término medio.

Yo, lamentablemente, debo decir que, si bien no pienso exactamente igual, mi opinión se acerca más a la del segundo grupo. Como ya he dicho muchas veces, cuando se trata de analizar una película, para mí la sinceridad es lo primero y siempre digo lo que una película me ha parecido sin ocultar nada ni, muchos menos, faltar a la verdad.

Como ya sabéis los que me concocéis, esta es una película que esperaba con muchas ansias. La primera película me encantó y, además, estoy disfrutando mucho con este universo cinematográfico de Marvel Studios donde, hasta ahora, lo más cercano a una decepción era Iron Man 3 (Shane Black, 2013).


Como ya hice con la primera, fui a verla a la ciudad el mismo día que se estrenó en España; a pesar de que ese día era el 30 de abril y no es muy conveniente viajar de pueblo a ciudad justo antes de un puente a menos que vayas de vacaciones. Fui al cine con toda la ilusión del mundo esperando salir con una sensación parecida, o mejor, a la que tuve cuando, tres años atrás, salí de ver la primera entrega.

Sin embargo, una vez vista la película, debo decir que esta me ha gustado. Sin embargo, no me ha entusiasmado tanto como esperaba e, incluso, me ha dejado una pequeña sensación de decepción.

No me malinterpretéis. La película es buena y he pasado un rato agradable viéndola. Joss Whedon vuelve a hacer un estupendo trabajo en el guión y la dirección. Los efectos especiales están muy bien, el diseño de producción es brillante y las escenas de acción están muy bien filmadas y son de lo más brutales y espectaculares; especialmente, la escena inicial en la nieve y, sobre todo, la pelea entre Hulk y la Hulkbuster, una de las mejores escenas de acción del año, sin duda.

La película está muy bien, no es una mala película; todo lo contrario. Sin embargo, tiene un problema que le impide ser tan brillante como su predecesora y que la hace ser más difícil de ver que esta. Ese problema es…


…LA DURACION.


Ahora tengo más seguro que nunca que esta película debería haber durado 160 minutos –o puede que un poco más –en lugar de los 141 minutos que dura; una duración, sin duda, impuesta –seguramente, por Disney –que ha terminado fastidiando la película.

Y es que a este film le falta metraje por todas partes y se nota mucho. En la primera película todo estaba muy bien equilibrado, el ritmo nunca decaía y la historia iba progresando a medida que avanzaba. Aquí es no ocurre eso.

Al contrario, todo sucede de forma muy rápida, con un ritmo demasiado atropellado que, incluso, hace que se haga difícil seguir la historia y a los personajes. Las subtramas se resuelven de forma torpe y acelerada y la trama principal termina quedando algo descafeinada. Ni tan siquiera la parte en la que la Bruja Escarlata manipula las mentes de los Vengadores resulta tan satisfactoria.

Todo esto hace que, aunque la película sea buena, no se aprecien sus virtudes tanto como debería. Algo así ya pasó con Iron Man 2 (Jon Favreau, 2010), un film que debía haber durado, por lo menos, 140 minutos y terminó durando –seguramente, también por imposiciones –120 minutos que no ayudaron mucho a su desarrollo.

Aquí, desgraciadamente, han vuelto a tropezar con la misma piedra; esta vez, con mayor golpe. Claro, que esto se debe, como ya he dicho, a imposiciones de Disney. Seguramente, Marvel Studios es consciente del problema de la duración de la película –de ahí que se haya hablado tanto los días previos al estreno de versiones extendidas en Blu-Ray; algunas, hasta con final alternativo –y, afortunadamente, ha tomado medidas en la tercera, la cual dividirán en dos películas y así no tener problemas de duración.


Por eso, yo sigo teniendo fe en Marvel Studios y en este universo cinematográfico y pienso que esto no es más que un tropiezo, como lo fue Iron Man 3.

Sobre los actores y los personajes, aquí la película está acertada a medias. Por un lado, los interpretes hacen un buen trabajo, la dirección de actores funciona muy bien y los personajes están bien definidos en el guión; por el otro, el ya mencionado problema de la duración les afecta a la mayoría y esto les hace estar algo descuadrados.

Chris Evans, Robert Downey Jr., Mark Ruffalo y Chris Hemsworth vuelven a estar brillantes cómo Capitán América, Iron Man, Hulk y Thor, respectivamente. Sobre los nuevos, Elizabetn Olsen está fantástica como Bruja Escarlata. Aaron Taylor-Johnson tampoco lo hace mal como Quicksilver, aunque no está tan acertado como ella. Vision, interpretado por Paul Bettany está genial y, salvo su origen, es muy fiel al cómic. En cuanto a Ultron, el villano principal, que cuenta con la voz y los movimientos de un estupendo actor como James Spader, es una maravilla y de lo más amenazador.

Mención especial merece Jeremy Renner como Hawkeye, quién no solo vuelve a estar tan genial como en la primera, sino que aquí han hecho más justicia con él dándole el protagonismo que se merece e, incluso, nos dan una sorpresa con su vida privada.

Y, vamos, mención especial siempre merece Scarlett Johansson, que de nuevo vuelve a estar espléndida como la Viuda Negra; esta vez, mostrándonos su lado más vulnerable y romántico.

Desgraciadamente, ha sido uno de los personajes más afectados por el recorte de duración, ya que, aparte de que hay un montón de escenas suyas vistas en los tráilers que no aparecen en la película, su historia no está tan desarrollada como debería; especialmente, la subtrama referente a su pasado, limitada a unos rápidos flashbacks. Además, viendo esta película he tenido la sensación de que, después de ver como evoluciona su protagonismo a lo largo de las tres películas anteriores donde ha salido (Iron Man 2, Los Vengadores y Capitán América: El Soldado de Invierno), aquí se ha dado un paso atrás al respecto frente a lo mucho que se nos había prometido de que el personaje iba a tener mucho más protagonismo en esta película.

Aún así, tiene sus momentos para lucirse y, además, protagoniza la escena más emotiva de la película cuando le confiesa a Bruce Banner lo que le hicieron en la Sala Roja para convertirla en una asesina letal. No obstante, también protagoniza un momento un tanto absurdo.



Ojo que ahora vienen SPOILERS. Advertidos quedáis.



Después de ser capturada por Ultron, yo esperaba que hubiera una especie de duelo entre ella y el villano, parecido al que tuvo con Loki en la primera película. Ultron tiene total acceso a internet, por lo que está al corriente de su pasado como asesina sanguinaria –recordemos que, en El Soldado de Invierno ella, para desenmascarar a HYDRA, sacó a la luz todos los secretos de SHIELD, entre los que se incluía su pasado  –, por lo que esperaba que lo utilizara para intentar torturarla psicológicamente y ella, resistiendo sus ataques verbales, se enzarzara con él en un interesante, y épico, duelo de mentes.

Pero, al final, nada de nada. Su cara a cara con Ultron solo se limita a una simple conversación en la que él solo presume de su nuevo cuerpo de vibranium y, al final, el hecho de estar prisionera solo sirve para tenerla fuera de cuadro durante una buena parte de la película; algo que, como imaginaréis, me ha hecho tanta gracia como una competición de chistes entre Karlos Arguiñano y Cristina Pedroche.

Y, para rematar, luego tenemos que en la celda donde está encerrada hay un montón de aparatos que ella destripa y consigue construirse un aparato para enviar señales en morse con las que advertir a los demás Vengadores de donde se encuentra el escondite de Ultron. Hasta ahí, todo bien. El problema es que luego no la vemos intentando escapar de la celda. Con esos conocimientos de MacGyver de los que ha hecho gala, bien podría haber abierto, o haber intentado abrir, la puerta de la celda en la que está en lugar de quedarse sentada esperando a que vayan a rescatarla. Todo eso apesta a escena forzada para ver como "su chico" acude a su rescate, algo normal en las películas del siglo pasado, pero que en pleno siglo XXI y con un personaje como la Viuda Negra no se digiere nada bien. Entre esto y lo del merchandising, no me extraña que las feministas estén que trinen con esta película.





Fin de los SPOILERS. Ya podéis leer con tranquilidad.




Dejando esto a un lado, la relación que tiene con Bruce Banner está bastante bien. Es una relación surgida a raíz de que haya desaparecido el miedo –por parte de ella –y la desconfianza –por parte de él –que hubo en la primera película. Me gusta mucho la escena de cuando ella consigue calmarle cuando está convertido en Hulk.


Eso sí, esta relación es un poco chocante, ya que no recuerdo ninguna relación entre la Viuda Negra y Hulk en los cómics; el único sitio donde, hasta ahora, he visto algo entre la superespía y el gigante esmeralda ha sido, y lo digo en serio, en el porno –si, hablo de la famosa escena entre Chanel Preston y Jordan Lane en la versión X de Iron Man –. Y eso que en los cómics, la Viuda Negra ha tenido relaciones con muchos personajes del universo Marvel. Que se lo digan a Chris Evans y a Jeremy Renner, a los que les han llovido hostias por todos lados por bromear diciendo que es una zorra; una simple broma que dudo que ni tan siquiera haya ofendido a Scarlett, pero que los medios y los internautas han sacado de contexto hasta el punto de que los actores han tenido que pedir perdón públicamente.

Y es que estamos en una época en la que hay que tener cuidado con lo que se dice porque te la pueden liar bien liada. Como a Robert Downey Jr., al que están tachando de racista por utilizar la ironía para contestar a ese chulo y egocéntrico de Alejandro González Iñárritu cuando dijo que las películas de superhéroes son un genocidio cultural, insultando claramente a quienes les gustan estas películas –entre quienes me encuentro –.

Pero, bueno, dejemos esto a un lado. Sobre esta relación, no sé si Whedon la tenía planificada desde hace tiempo o es que no quiso continuar con la relación que había entre ella y el Capitán América en El Soldado de Invierno; porque había una historia entre ellos en esa película aunque los dos no llegaran a nada. A mí no me molesta este cambio, pero lo que no me gusta es que en esta película el capi se refiera a esa relación como un simple coqueteo. Porque, vamos, no lo era.

Resumiendo.

La película, como ya he dicho, no es mala. Está bien. Es una buena película y una buena adaptación de Los Vengadores. Sin embargo, le faltan como 20 o 30 minutos más de metraje que impiden que podamos disfrutar de la película en todo su esplendor y que la hacen bastante difícil de ver.


Me ha gustado, pero no me ha dejado esa enorme sensación de satisfacción que me dejó la primera; de hecho, ni tan siquiera me ha satisfecho de la misma forma que lo hicieron el año pasado Capitán América: El Soldado de Invierno y Guardianes de la Galaxia.

Es una pena que la segunda incursión de los Vengadores en el cine haya sido tan aparatosa. Pero, aún así, la película me ha gustado y espero que le vaya bien en la taquilla para beneficiar a este universo cinematográfico. Pero, vamos, mientras no le añadan a la película en metraje que le falta no será digna de estar entre la películas muy buenas.








27 de abril de 2015

PARQUE JURÁSICO (1993)

















En esas inmensas filmotecas que son nuestras mentes, los amantes del cine tenemos una película especial. Una película que siempre ha estado, y estará, por encima de todas las demás. Una película que, aunque no sea la mejor de todas, siempre tendrá un lugar especial en nuestras mentes y, sobre todo, en nuestros corazones.

Se trata de la película que nos convirtió en lo que somos. La película que nos hizo ver el cine como algo especial y que haría que nuestras vidas giraran al lado del séptimo arte para siempre.

Yo tengo la mía y es la película de la que ahora nos ocupa.

El paleontólogo Alan Grant (Sam Neill), la peleobotánica Ellie Sattler (Laura Dern) y el matemático Ian Malcolm (Jeff Goldblum) son requeridos por el multimillonario John Hammond (Richard Attenborough) y son llevados a Isla Nublar, una isla cercana a Costa Rica. Su misión allí es abalar un parque de atracciones que Hammond ha construido en ese lugar y necesita el visto nuevo de unos científicos para poder abrir después de que un incidente terminara con la vida de uno de los trabajadores.

Lo que no saben es que el parque está poblado por dinosaurios reales, traídos de nuevo a la vida mediante la clonación. InGen, la empresa de Hammond, logró descubrir ADN de estos animales en los mosquitos prehistóricos fosilizados en ambar. Esto mosquitos quedaron atrapados en la resina de los árboles después de picar a los dinosaurios, por lo que portan la sangre de estos dentro de su cuerpo. Los científicos, junto a Lex (Ariana Richards) y Tim (Joseph Mazzello), los nietos de Hammond, comienzan la visita al parque. Todo marcha bien hasta que, a causa de una traición de Dennis Nedry (Wayne Knight), las instalaciones del parque dejan de funcionar y los dinosaurios escapan al control, convirtiéndose la visita en una pesadilla.

Ya hablé largo y tendido de cómo fueron los orígenes de este film, así que no me enrollo con estos detalles y hablaré más de cómo fue mi historia con esta película.


Yo tenía 13 años cuando llegó a los cines. Por aquella época, para mí el cine no era más que un instrumento de ocio, como al resto de la gente que conocía. Me gustaba mucho ver películas, pero el cine no era entonces algo especial para mí.

Cuando esta película llegó a los cines, yo la esperé especialmente con muchas ansias y con una enorme expectación. Y es que trataba un tema que para mí era –y todavía es –especial: los DINOSAURIOS.

Esta película fue todo un fenómeno mundial en su día y mucha gente se obsesionó con los dinosaurios a raíz de ella. Sin embargo, no ocurrió eso conmigo; más bien, todo lo contrario. Porque mi afición por los dinosaurios venía desde muy lejos.

Desde mi más tierna infancia he adorado a los dinosaurios. Mi primer contacto con ellos fue con un llavero que tenía mi madre. No recuerdo de donde lo sacó ni por qué lo tenía, pero sí recuerdo lo mucho que me fascinaba aquel extraño animal asemejado a un lagarto –no sé exactamente que dinosaurio era, pero creo que era un herbívoro bípedo, como un Iguanodon –y que no había visto nunca. Así que empecé a hacer preguntas a mis familiares.

Fue entonces cuando me enteré de que hace millones de años existieron unos gigantescos animales asemejados a lagartos que dominaron la Tierra y cuyo aspecto era de lo más impresionante.

Desde entonces, me entró una fiebre enorme por estos animales. Que me regalaran un dinosaurio de juguete era lo que más ilusión me hacía en el mundo. No paraba de devorar cualquier cosa relacionada con dinosaurios, ya fueran libros, cómics, series de dibujos animados, programas de Tv y, sobre todo, películas. Era tal la fascinación que sentía por los dinosaurios que, ya en mi adolescencia, llegué a pensar en estudiar paleontología –luego abandonaría esa idea al descubrir que no era persona muy de ciencias –.

Pero mi gran deseo era ver dinosaurios de verdad. Un deseo que, desgraciadamente, no podría cumplir. Me di cuenta el mismo día que me llevaron al Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Me prometieron ver dinosaurios de real y así fue, pero solamente estaban los esqueletos. Fue entonces cuando me revelaron la gran verdad: los dinosaurios ya no existían, porque se habían extinguido.

Aquello fue muy frustrante para mí. Y la cosa empeoró cuando me hacía mayor.

Entonces, tenía las películas para consolarme. Pero, a medida que crecía, esos dinosaurios hechos con stop motion me iban pareciendo cada vez más falsos. Me seguían –y todavía me siguen –gustando, no os hagáis una idea equivocada, pero ya no me parecían dinosaurios de verdad, que era lo que quería ver. Yo quería ver dinosaurios de verdad o, al menos, dinosaurios más realistas.

Entonces, llegó esta película. Película que esperaba como agua de mayo. Y no por la abrumadora avalancha de publicidad y merchandising que nos metieron, sino porque trataba sobre dinosaurios y eso era siempre bienvenido por mí. Como ya he dicho, muchos se aficionaron a los dinosaurios a raíz de esta película –conozco yo a unos cuantos de esos –, pero eso no ocurrió conmigo, ya que mi afición por los dinosaurios venía de hace tiempo.


Yo esta película la esperaba mucho y tenía unos deseos locos de verla. No obstante, no esperaba nada especial, tan solo otra película con dinosaurios de mentira. No llegué a ver ningún tráiler de ella, tan solo pequeñas promos en la Tv que no mostraban mucho y fotos en revistas que mostraban más a los dinosaurios pero, al no verlos en acción, no se podía apreciar muy bien el rango de realismo que tenían.

Entonces la vi, finalmente, y la impresión que me produjo es difícil de describir. Pero si os puedo decir que me encantó y me dejó con muchísimas ganas de verla otra vez; de hecho, fue la primera película que vi más de una vez en el cine.

Para mí, la película es MUY BUENA; más que eso, es EXCELENTE y MARAVILLOSA. He debido verla miles de veces y nunca me canso de verla.

Muchos la critican diciendo que su guión es muy simplón y su tono muy infantil, cosa que, desde luego, no comparto. Puede que el guión no sea muy profundo, pero no creo que le haga mucha falta. Es un guión sencillo, pero muy trabajado y va directamente al grano, con buenos diálogos y logradas situaciones. Y sobre lo de su tono infantil, tan solo recordar que es una película no recomendada a menores de 13 años. Recuerdo que en el segundo pase al que asistí unos padres inconscientes llevaron a su hijo –de 4 o 5 años –a verla y el niño acabó llorando y los padres se tuvieron que salir a la mitad de la película con él; a la salida, todavía estaban los padres fuera tratando de consolarle. Desde luego, decir que esto es una película para niños es de una ignorancia tremenda.

Más que tono infantil, lo que la película tiene es tono familiar. Pero solo en la primera parte. El resto es una película de aventuras con angustiosos momentos de tensión, momentos de acción muy logrados e, incluso, algunos momentos terroríficos. Todo muy bien llevado por la eficaz mano de Steven Spielberg, quien dirigió la película con maestría y, además, le aportó su estilo personal; ese que parece haber perdido con la llegada del siglo XXI.

Otra cosa muy criticada es la libre adaptación que hacen de la novela de Michael Crichton en que se basa, rebajando mucho el tono filosófico y científico de esta y centrándose más en la acción y la aventura; incluso cambian la personalidad de los personajes principales. Yo la novela la leí unos años después, cuando estaba en el instituto, y vi que, efectivamente, había un montón de cosas que habían cambiado y que es normal que los fans de la novela no estén contentos con la película. Sin embargo, como siempre digo, si el resultado es bueno, se toleran las libertades en la adaptación.

De todas maneras, a mí la novela nunca me pareció gran cosa. Todo ese rollo filosófico que nos suelta ya estaba muy visto y lo único que conseguía es que, a ratos, el texto aburriera; recuerdo que acabé hasta las mismas narices de los interminables monólogos de Ian Malcolm. No es una mala novela pero, desde luego, no es una novela que volvería a leer más veces.

Además, la película mejora algunas cosas de la novela. Por ejemplo, cuando comenzaba la visita, en la novela los protagonistas veían al Dilophosaurus y también al T-Rex comiéndose la cabra, mientras que en la película se quedaban con ganas. Muchos ven en esto una gran cagada pero, al contrario, para mí fue bastante acertado, ya que acentuaba más el suspense y, además, mostraba como los dinosaurios ya empezaban a rechazar el control de los humanos.

También me pareció más acertado que el dinosaurio enfermo fuera un Triceratops en lugar de un Stegosaurus, que solo hubiera un T-Rex en lugar de dos o que la mayoría de los trabajadores del parque se hubieran ido, dando más una sensación de soledad y aislamiento.


Incluso, la película corrige un gran error que comete la novela. Ya que al final de esta los protagonistas eran evacuados de la isla en un helicópteros del ejército de Cosa Rica cuando este país abolió el ejército en 1948. La película estuvo más acertada haciendo que los protagonistas fuesen evacuados en un helicóptero de InGen.

Los actores son otro punto a favor de la película. Comenzando por Sam Neill, quién hace un gran trabajo como Alan Grant; además, me encanta el look aventurero que lleva, con sombrero, gafas oscuras y pañuelo en el cuello –nada que ver con el tipo barbudo con camisa hawaiana de la novela –. Laura Dern y Jeff Goldblum también están estupendos como Ellie Sattler y Ian Malcolm –su química es tan grande que, incluso, iniciaron una relación romántica después del rodaje a pesar de que ni tan siquiera eran pareja en el film –. Richard Attenborough –tristemente fallecido el año pasado –está, simplemente, formidable como John Hammond, sin que dé en ningún momento la impresión de que hubiera estado 14 años apartado de la interpretación. Incluso los dos niños, Ariana Richards y Joseph Mazzello están muy bien en sus papeles, sin llegar a lastrar la película, como pasa en otras películas en las que también meten niños.

Otra cosa que me encanta es, sin duda, su diseño de producción; sobre todo, en lo que al diseño del parque –otro gran personaje de la película –se refiere.

El parque es realmente sensacional. Los edificios, las alambradas, los vehículos, los laboratorios, los baños, los restaurantes… incluso el merchandising que tenían preparado está genial. El parque es impresionante y, sobre todo, muy realista, ya que llegas a creerte que es un parque de verdad y seguro que más de uno hubiera deseado, al igual que yo, verlo en funcionamiento.

Pero, sin duda, la gran estrella de esta película son los DINOSAURIOS.

Al principio, Spielberg quería hacerlos con stop motion y la cosa podría haber funcionado, ya que he visto las imágenes de prueba que hizo Phil Tippet con unos Velociraptors y un T-Rex y son de lo más impresionantes. Sin embargo, a Spielberg le pasaba como a mí, deseaba ver dinosaurios lo más realistas posibles y no paró hasta encontrar la solución en el CGI, el cual entonces no estaba tan a la orden del día como hoy. Y, desde luego, los resultados son formidables, con unos dinosaurios impresionantes de lo más realistas de los que hasta podemos ver su respiración y el movimientos de sus músculos.

Pero no solo el CGI funciona en este film. Los efectos animatrónicos del gran Star Winston son también una maravilla, con unos dinosaurios animatrónicos también muy realistas. He visto escenas del rodaje de la escena en la que el T-Rex ataca a los vehículos y el Tyranosaurus animatrónico utilizado allí llega a parecer de verdad.

Pero, lo mejor de todo es que, a diferencia de lo que ocurre en muchas otras películas, los efectos CGI y los efectos animatrónicos a penas contrastan unos con otros –el propio Spielberg se empeñó mucho en que esto no ocurriera –, lo que le da a esta película un nivel de realismo superior.

Desde luego, los efectos especiales –por los que esta película ganó uno de sus tres oscars –son maravillosos y, pese a lo que dicen algunos ignorantes, no han envejecido nada; de hecho, incluso superan a muchos efectos especiales de hoy en día realizados con técnicas mejoradas. Son unos dinosaurios tan buenos y tan bien hechos que, incluso, se perdonan las libertades científicas que se toman, como el tamaño de los Velociraptors o que el Dilophosaurus escupa veneno.


Fue increíble ver aquello en su día.

Practicamente, había cumplido mi gran sueño de ver dinosaurios de verdad. Era consciente de que no eran reales, no os hagáis una idea equivocada, sabía perfectamente que eran de mentira. Pero, aún así, llegaban a parecer animales auténticos. Era como estar viendo dinosaurios de verdad y no muñecos animados. Y aquello me emocionó.

Fue entonces cuando comprendí que todo eso se lo debía a una sola cosa:



EL CINE



Me di cuenta entonces del verdadero poder que tiene el séptimo arte, el poder de hacer los sueños realidad. A partir de entonces, dejé de verlo como un simple instrumento de ocio y, al igual que me apasioné con los dinosaurios con aquel llavero de mi madre, me empecé a apasionar con el cine con esta película.

Soy lo que soy gracias a esta película. Un film que, digan lo que digan muchos, sobre todo los críticos, para mí es una auténtica OBRA MAESTRA y una joya que siempre ocupará un lugar muy especial en mi corazón. 


Una película IRREPETIBLE.