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24 de diciembre de 2017

STAR WARS: LOS ULTIMOS JEDI (2017)


















Ya tenemos entre manos el Episodio VIII de la saga Star Wars y segunda entrega de esta nueva trilogía surgida después de que Disney comprara Lucasfilm en 2012.

Afortunadamente, ya he podido verla. No ha ocurrido como hace dos años con la anterior entrega, Star Wars: El Despertar de la Fuerza (J.J. Abrams, 2015), para la que tuve que esperar más de dos semanas en las que tuve que hacer esfuerzos sobrehumanos para no tragarme ningún spoiler.

Y aquí vuelvo a advertir sobre los spoiler, porque olvidaos de todo lo que se ha visto en los tráilers y las promociones. Tampoco en las muchas teorías de los fans que van circulando por ahí porque, ni unos ni otros, no han dado ninguna. De hecho, cuando salí de verla me partí de risa –la gente me miraba y todo –pensando en la cara de gilipollas que se le habrá quedado a más de uno que habrá ido a verla con una idea pre-concebida en la cabeza y ha saldo con un buen palmo de narices.

Pero, no adelantemos acontecimientos. Vayamos por partes.

Pese a la destrucción de la Starkiller, con una República diezmada, la Primera Orden se ha hecho con el control de la galaxia. La Resistencia se ve obligada a huir de su base ante la llegada de la flota de la Primera Orden, capitaneada por el General Hux (Domhnall Gleeson). Logra escapar con ayuda de una maniobra de Poe Dameron (Oscar Isaacs); aunque, a la general Leia Organa (Carrie Fisher) no le hace mucha gracia que su mejor piloto malgastase vidas de otros miembros de la resistencia para destruir un gran destructor de la Primera Orden. Consiguen escapar y saltar al hiperespacio, pero la Primera Orden ha logrado rastrearlos y son perseguidos por el mismo crucero interestelar del Líder Supremo Snoke (Andy Serkis).

Durante un ataque, Leia es gravemente herida y toma el control la Vicealmirante Holdo (Laura Dern), pero Dameron no está de acuerdo con sus decisiones y accede a un plan que Finn (John Boyega) le propone junto a la soldado rebelde Rose Tico (Kelly Marie Tran). El plan consiste en infiltrarse en el crucero de Snoke y desactivar su dispositivo de rastreo. Pero, para ello necesitan a alguien capaz de sobrepasar las defensas de la nave, lo que hace que Finn, Rose y el droide BB-8 se trasladen hasta Canto Bight, una ciudad casino situada en el desértico planeta Cantonica en donde terminan aliándose con DJ (Benicio del Toro), un pirata que no es muy de fiar, pero accede a ayudarles a infiltrarse en el crucero de Snoke. Mientras todo esto ocurre, Rey (Daisy Ridley), tras lograr encontrar a Luke Skywalker (Mark Hamill) en Ahch-To, trata de convencerle de que se una a la resistencia y la inicie en el dominio de la Fuerza. Pero, Luke no está muy por la labor.


La producción de esta película se llevó a cabo en medio de un secretismo casi total. A penas se filtraron imágenes del rodaje –tan solo unas cuantas que ahora sabemos que pertenecían a escenas que se desarrollan en Canto Bight –y lo único que podíamos ver eran imágenes en blanco y negro que el director de la película iba publicando en las redes sociales de vez en cuando.

El director es Rian Johnson, quién también ha escrito el guión de la película –aunque, contó con la ayuda no acreditada de Carrie Fisher, cosa que él mismo reconoce –. Anteriormente, se rumoreó que Johnson iba a dirigir también el Episodio IX –que al final dirigirá J.J. Abrams tras la marcha de Colin Trevorrow –o, al menos, escribir el guión de esta; cosa que al final no sucederá. Sin embargo, su paso por la saga galáctica no ha terminado aquí, ya que no hace mucho se anunció que él iba a estar al frente de una nueva trilogía que tendrá lugar dentro del universo de Star Wars, pero no tendrá que ver con la saga principal.

La película ha costado 200 millones de dólares, como la anterior, y es la más larga de toda la saga, con una duración de 152 minutos. En cuanto al reparto, repiten la mayoría de los actores de El Despertar de la Fuerza y se unen tres actores nuevos: Laura Dern, Benicio del Toro y Kelly Marie Tran.

La película se estrenó el pasado viernes, 15 de diciembre, y su éxito ha sido brutal. En su primer fin de semana hizo 220 millones de dólares solo en EEUU y, a día de hoy, lleva recaudados 262 millones, a los que hay que unir los 295 millones recaudados en el resto del mundo, haciendo un total de 557 millones de dólares. Son cifras inferiores a lo que hizo El Despertar de la Fuerza hace dos años, pero son cifras muy buenas y, salvo que la película sufra un enorme bajón el próximo fin de semana, la película superará sin duda los 1.000 millones de dólares y su recaudación final se acercará a los 2.000 que hizo El Despertar de la Fuerza.

Sobre como ha sido recibida. Por un lado, la crítica la está alabando. Hay críticos que hasta dicen que nos encontramos ante la mejor entrega de toda la saga; incluso dicen que es mejor que La Guerra de las Galaxias (George Lucas, 1977) y El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980). No obstante, entre el público las opiniones están muy divididas.

Especialmente, entre los fans de la saga galáctica, que están completamente divididos. En un lado están los que les ha gustado la película y no dudan en defenderla, aún a riesgo de recibir insultos y descalificaciones del otro bando. Y este otro bando es el que más ruido está haciendo. Una avalancha de fans cabreados que se están llevando las manos a la cabeza, están bramando constantemente contra la película y contra Rian Johnson –a quién hasta llegan a insultar y amenazar –y están llegando a extremos insospechados; como poner en marcha una campaña de recogida de firmas para que la película pierda su canon como episodio de la saga galáctica.

¿En que bando estoy yo? Podría acogerme a la neutralidad, como en otros conflictos cinematográficos donde no tengo muy claras mis opiniones. Pero, en este asunto, si tengo claro a que bando pertenecer.

Me quedo con quienes les ha gustado, porque la película ME HA ENCANTADO.

Me ha parecido una película muy buena –eso si, no creo que sea mejor que La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca, como dicen muchas críticos –, he disfrutado enormemente viéndola, las 2 horas y media que dura se me han pasado volando y, sobre todo, tengo muchas ganas de verla más veces.

Eso si, aunque no comparto su opinión, entiendo que haya fans cabreados con ella, porque esta película se ha atrevido a dar un paso más allá y ha trastocado por completo el universo de Star Wars. Algo que, desde luego, habrá cabreado mucho a los puristas. Sin embargo, como ya sabéis, yo soy alguien de mente más abierta y los cambios no me molestan nada; siempre que estén bien hechos, eso si.


Además, estoy flipando mucho. A El Despertar de la Fuerza la pusieron a caer de un burro acusándola de ser más de lo mismo y de que era un remake encubierto o un refrito de La Guerra de las Galaxias –cosa que, desde luego, no es; aunque, si es cierto que Abrams se pasó homenajeándola –, y ahora están atacando esta película por hacer, precisamente, lo que tanto pedían de la película anterior.

Rian Johnson, un excelente director –ya lo dejó bien claro en su anterior película, la estupenda Looper (2012) –, ha hecho aquí un gran trabajo y ha demostrado un gran valor, ya que el tipo sabía que iba a cabrear a mucha gente con lo que estaba haciendo. Pero el tipo ha seguido adelante sin preocuparle las malas críticas que sabía que iba a recibir y, sobre todo, pasando como de comer mierda de los muchos rumores y especulaciones que los fans han ido lanzando durante los últimos dos años. De hecho, incluso se ha tomado el gusto de reirse de ellos en su puta cara. Cosa que a mí me ha encantado y me ha divertido; ya he comentado antes mis carcajadas a la salida.

Porque la película es un zasca tras otro durante todo el metraje. Y no solo con las teorías de los fans. También por los giros que les dan a muchos de los personajes; especialmente, al interpretado por Laura Dern –a la que seguro que muchos habrán tomado por gilipollas antes de saberse cual era su verdadero plan –. Y, también, por el desenlace de varias escenas; especialmente, la escena que implica a Rey, Kylo Ren y el Líder Supremo Snoke que, prácticamente, es un remake de El Renorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), pero su desenlace no es, precisamente, el esperado.

A mí me han gustado mucho estos giros, ya que algo que se hecha mucho de menos en el cine de hoy en día: sorprender. Además de que se burlan de muchos tópicos y clichés que estamos cansados de ver en montones de películas.

Y aquí vuelvo con lo que ha hecho Johnson con la saga. No la ha destrozado, como dicen los detractores de la película, sino que ha pasado página y ha metido a la saga por otros derroteros. Unos en los que las tradiciones y enseñanzas Jedi ya no son necesarias para el manejo de la Fuerza; lo mismo que tampoco hace falta pertenecer a ningún linaje ni ser algo especial.

Muchos se quejaban de que una simple chatarrera fuera capaz de dominar la Fuerza sin entrenamiento. Johnson podría haberles seguido el juego y haber escogido una de las muchas teorías fan que circulaban sobre sus orígenes para justificarlo. Pero no, le ha dado unos orígenes que nadie se esperaba y ha cambiado las reglas del juego para que resulten creíbles.

Muchos ven en esto una herejía. Pero, como bien decía el propio Luke Skywalker al final del primer tráiler: Es hora de que los Jedi se acaben.  Y en la película no solo él piensa así, también otro famoso personaje de la saga que vuelve inesperadamente, viene a decir prácticamente lo mismo. Hay que terminar con estas leyes y tradiciones obsoletas que en su día no impidieron la caída de la República y el alzamiento del Imperio y dar paso a una nueva era donde no solo unos elegidos pueden controlar la Fuerza.

Y otra cosa que me ha gustado mucho es que la película continúa con lo que vimos en Rogue One (Gareth Edwards, 2016), dándole a la saga un toque más realista y cercano al cine bélico, en donde el bien y el mal no están tan separados como pueda parecer. Toda esa parte de la ciudad casino de Canto Bight es una buena muestra de ello; al igual que el personaje de Benicio del Toro y el baño de realidad que les da a los personajes de Finn y Rose.

Y otra cosa también. Tal y como ha dejado Johnson la saga ahora mismo, en el Episodio IX puede pasar cualquier cosa. Ya no tenemos una idea de por donde irán los tiros en el desenlace de la historia, como si ocurría en las anteriores trilogías. Ni siquiera podemos esperarnos homenajes y guiños a El Retorno del Jedi, porque Johnson ya los ha metido todos aquí junto con los de El Imperio Contraataca.


Los fans “visionarios” ya están especulando otra vez y yo ya me estoy riendo por adelantado con la cara de estreñidos que se les va a quedar dentro de dos años.

Algunos dicen que, con el regreso de J.J. Abrams, a lo mejor vuelven a poner la saga en el camino en el Episodio IX. Yo no lo creo pero, de todas maneras, si Abrams vuelve a hacer otro gran trabajo como en el Episodio VII, no me importará mucho. De todas maneras, yo creo que han tomado una buena decisión entregándole a Johnson su propia trilogía alejada de la saga oficial donde podrá hacer lo que quiera.

Que, por cierto, esa es otra. Se nota que Johnson ha tenido una gran libertad a la hora de hacer esta película. Cosa que sorprende en vista de los problemas que Lucasfilm ha tenido con los directores últimamente.

La película está muy bien dirigida. El diseño de producción es alucinante, sus efectos especiales están muy bien hechos, el ritmo nunca decae y las escenas de acción son de lo más espectaculares. A todo esto hay que unir una excelente dirección de actores y una gran cantidad de momentos épicos que engrandecen más a la película.

De nuevo Daisy Ridley vuelve a estar fantástica como Rey, la gran protagonista de esta nueva trilogía. Aunque, en esta película no es tan ama y señora como lo fue en El Despertar de la Fuerza; pero no porque haya perdido protagonismo, ni mucho menos, sino porque aquí decide echar un poco a un lado para dejar más desarrollo a los otros protagonistas –cosa que, desde luego, está muy bien –.

Estos otros protagonistas son Finn, que vuelve a estar genialmente interpretado por John Boyega y aquí, además, vemos como el personaje madura mucho, y Poe Dameron, de nuevo estupendamente interpretado por Oscar Isaac, con quién por fin han hecho justicia tras lo desaprovechado que estuvo tan carismático personaje en el episodio anterior.

Otro personaje que también ha crecido en esta película es, sin duda, Kylo Ren, de nuevo interpretado por Adam Driver. En El Despertar de Fuerza era un villano a medio cocer, pero en esta película, tras darnos también gato por liebre con él, el personaje consigue por fin evolucionar hasta convertirse en el gran villano que esta nueva trilogía necesita.

Y, aunque aquí no hay ningún actor implicado, no me puedo olvidar de BB-8, que también crece en este film. Este personajillo me encantó en El Despertar de la Fuerza, pero aquí ya se ha convertido en uno de mis ídolos y se ha ganado el derecho de ser mi androide favorito de la saga junto a R2-D2.  


Sobre los nuevos. Laura Dern ha estado impresionante en su papel de Vicealmirante Holdo; un personaje que, sin duda, debe estar ya entre los personajes de la saga que son grandiosos pese a tener poco tiempo en las películas; una lista que encabeza Boba Fett.

Benicio del Toro hace un estupendo trabajo como DJ, un personaje que, pese al desenlace que le dan, resulta de lo más carismático.

En cuanto a Kelly Marie Tran, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, la actriz es buena y hace un muy buen trabajo, además de que su personaje está muy bien. Sin embargo, a penas he visto química entre ella y John Boyega. La relación que se establece entre estos personajes está bien y me alegra que no hayan convertido a esta chica en un reemplazo temporal para Finn hasta que Rey regrese; sin embargo, la química entreambos la he encontrado completamente nula. Desde luego, la enorme química que había entre Ridley y Boyega en el episodio anterior aquí brilla por su ausencia.

En cuanto a los veteranos. La trístemente fallecida Carrie Fisher vuelve a estar impecable como Leia y me alegro del giro que le dan al personaje y que no hayan cogido el camino que todo el mundo esperaba en vista de lo que sucedió con la actriz.

En cuanto a Mark Hamill, su trabajo como Luke Skywalker vuelve a ser sobresaliente. De eso no hay duda. Otra cosa es el tratamiento del personaje, que esa es otra cosa que han criticado los detractores de la película; incluso el propio Hamill ha declarado que este no es el mismo personaje que interpretó en la trilogía original –eso si, el actor tampoco es que haya despotricado contra la película, como nos quieren hacer creer los del bando contrario –.

Yo, como siempre, hablo por mí y, desde luego, yo creo que el tratamiento que le han dado al personaje ha sido el más apropiado con respecto a lo que han querido hacer en esta película. Es cierto que no es el mismo Luke Skywalker que vimos en los episodios IV, V y VI, pero hay que tener en cuenta que han pasado ya 30 años y Luke ya no es ese joven idealista de entonces. Como supimos en el Episodio VII, intentó reconstruir a los Jedi y fracasó, de ahí su actitud en este film.

El personaje de Luke es clave para lo que Johnson ha hecho con la mitología de esta saga en la película y el relevo generacional que empezó en el episodio anterior y aquí termina de completarse. Bien nos lo demuestra en esa maravillosa y épica aparición del personaje en el espectacular climax de la película. Para mí, no se le podía haber dado mejor final al personaje. Que tampoco es tan final, ojo, porque tengo seguro que el personaje aparecerá en el Episodio IX.

Por cierto, Hamill tiene un doble papel en la película. Por lo visto es quién está detrás de ese bicho que toma a BB-8 por una tragaperras en el casino.


¿Cosas malas que tiene la película? Las hay, no muchas, pero la película no es perfecta, como todo en este mundo.

Ha habido cosas que no me han gustado, aunque me resulta difícil hablar de ellas sin hacer spoiler. Está la falta de química entre Boyega y Tran que ya he mencionado antes. También –y aquí coincido un poco con los detractores de la película –está el asunto de lo desaprovechado del Líder Supremo Snoke. Es cierto que era necesario para que Kylo Ren madurara como villano, pero creo que este personaje daría más de si. Y, desde luego, espero que en el Episodio IX, con el regreso de Abrams, se aclaren del todo sus orígenes o, al menos, se nos de una buena pista de cómo la Primera Orden llegó al poder.

Otros que también han estado bastante desaprovechados han sido la Guardia Pretoriana de Snoke. Aunque, al menos, han tenido una gran escena de lucha; algo de lo que se nos privó en El Retorno del Jedi con la Guardia Imperial.

Y, desde luego, los Porgs han cumplido las expectativas y son los herederos de los Ewoks como personajes que, aunque van a vender muchos muñecos, son de lo más cargantes –yo, desde luego, a la hora de comer, no hubiera tenido tantos remordimientos como Chewbacca –; afortunadamente, no llegan al nivel de Jar Jar Binks –a ese nivel es muy difícil llegar y recemos porque ningún personaje nuevo de la saga llegue a él en el futuro –.

Bueno, vamos resumiendo ya.

Star Wars: Los Últimos Jedi es una película muy buena, totalmente disfrutable de principio a fin y que deja con ganas de verla más veces. Pero, también es una apuesta arriesgada que, como ya hemos visto, ha cabreado a los puristas, pero introduce a la saga por nuevos caminos de lo más interesantes.


Que me digan lo que quieran los puristas y los fans cabreados porque no les hacen las películas a medida, como los trajes, pero yo se muy bien lo que pienso. Y pienso que estamos ante una gran película y ante un buen giro de timón que la saga llevaba tiempo necesitando.

No es la mejor entrega de la saga, como dicen muchos críticos, pero si es una de las mejores, sin ninguna duda. Sobre si es mejor o peor que El Despertar de la Fuerza, yo creo que aquí va a pasar como me ocurre con La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca; las dos me gustan tanto y, además, son tan similares pero tan diferentes a la vez que, personalmente, se me hará difícil elegir entre las dos. Eso si, a nivel cinematográfico, esta película es bastante superior.

Desde luego, Rian Johnson ha hecho un gran trabajo y para mí es el verdadero heredero de George Lucas –quién, por cierto, ha alabado este film –. Estoy deseando ver la trilogía que está preparando.







20 de abril de 2017

POWER RANGERS (2017)























Esta review llega con algo de retraso. Perdonad, pero estos días he tenido mucho lío.

Como ya dije en la review de Life, durante las pasadas vacaciones de Semana Santa aproveché para ver esa película y el film que ahora nos ocurpa.

Jason (Dacre Montgomery), Kimberly (Naomi Scott), Trini (Becky G), Zack (Ludi Lin) y Billy (RJ Cyler), cinco jóvenes estudiantes de secundaria de la pequeña ciudad de Angel Glove que a penas se conocen pese a ir al mismo instituto, se encuentran en una sala de castigo. Poco después, los cinco encuentran en una excavación unas extrañas monedas que les otorgan una serie de habilidades sobrehumanas. Todo esto les lleva hasta una extraña nave enterrada habitada por Alpha 5 (Bill Hader), un androide que les pone en contacto con Zordon (Bryan Cranston), una entidad que en el pasado lideró un poderoso grupo de guerreros.

Este les dice que ellos son ahora la nueva generación de ese grupo de guerreros, los Power Rangers, y deben hacer frente a Rita Repulsa (Elizabeth Banks), un ser maléfico que ha vuelto a despertar y busca reconstruir a su más poderoso lugarteniente, un ser hecho completamente de oro llamado Goldar, con el que podrá hacerse con un artefacto que le permitirá dominar todo el universo. Pero, antes de enfrentarse a ella, deben controlar sus poderes, cosa que les es difícil, lo que les obligará a soportar un duro entrenamiento.


Cualquiera de mi generación o que haya crecido en los años 90 seguro que conoce los Power Rangers. Pero, hablo de los Power Rangers originales, no de las muchas variaciones que han ido saliendo a lo largo de los años hasta el día de hoy, ya que la serie aún sigue haciéndose.

La serie original, cuyo título completo es Mighty Morphin Power Rangers, fue creada en 1993 por Haim Saban, dueño y principal responsable de esta franquicia –salvo un periodo, entre 2002 y 2009, en el que esta perteneció a Disney –. La serie cogió como punto de partida las series Super Sentai japonesas. Saban se hizo con los derechos de estas series y, a partir de una de ellas, Kyoryu Sentai Zyuranger, comenzó a realizar su serie.

Las series Super Sentai se caracterizaban por ser muy baratas, realizadas de una forma muy parecida a las Kaiju Eigas. Sin embargo, Saban se las arregló para gastar menos aún, ya que solo realizó las partes en la que los protagonistas visten de paisano y utilizó las escenas de acción de la serie japonesa, ya que el público no sabría que no eran los mismos actores quienes estaban bajo los trajes; con excepción de la Yellow Ranger, que en la serie japonesa era un chico.

No obstante, dado que las series Super Sentai solo duraban una temporada y eran reemplazadas por otras, Saban se vio finalmente obligado a meter a los actores americanos en los trajes, lo que permitiría poder verles sin el casco; eso si, las escenas correspondientes a los Zords si eran las de las series japonesas, justificando el tener que cambiarlos.

Así, Saban pudo mantener la continuidad durante unas temporadas. Pero, en vista de que los actores originales iban dejando la serie, decidió seguir como antes, adaptando la serie a las nuevas Super Sentais; así es como empezaron las distintas variaciones –Power Rangers Zeo, Power Rangers Turbo, Power Rangers in the Space… –que hoy día todavía duran, convirtiendo todo esto de los Power Rangers en una franquicia millonaria de la que Saban es su principal beneficiario.

No obstante, por encima de ellas siempre ha estado la serie original, la cual ya fue llevada al cine mucho antes de la realización de este film en Power Rangers: La Película (Bryan Singer, 1995). Dos años después se hizo una segunda película, Turbo Power Rangers (David Winning y Shuki Levy, 1997); aunque, esta última era más un episodio largo que servía de puente entre Power Rangers Zeo y Power Rangers Turbo.

La película que nos ocupa es un completo reboot inspirado en la serie original, fruto de una alianza de Saban con Lionsgate, quién vio en esto la posibilidad de crear una franquicia tipo Transformers; de hecho, se llegó a decir que tenían pensado hacer una saga de hasta seis películas.

No obstante, parece que esa posibilidad se ve muy remota, ya que, pese a su buen arranque, la película no está rindiendo en taquilla lo esperado. Con un presupuesto de 100 millones de dólares, el film lleva recaudados 81 millones en EEUU y 47 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 128 millones de dólares.

No obstante, la película aún no lo tiene todo perdido. El próximo 12 de mayo se estrenará en China, un mercado cada vez más importante que ha salvado ya a varias superproducciones hollywoodienses, y todavía le queda estrenarse en Japón, a donde llegará el próximo 15 de julio, en donde sus raices en las series Super Sentai pueden jugar a su favor.

Así que es posible que la película haga dinero y que, al menos, veamos una secuela. Además, las críticas y las opiniones del público, pese a no ser de lo más entusiastas, están siendo más positivas de lo que se esperaba.

¿Y que opino yo? Pues a eso vamos.

Yo tenía muchas ganas a esta película, puesto que veía la serie en su día. Solamente llegué a ver la serie original y creo que no llegué a terminar de verla, ya que empecé a perderle interés cuando los actores originales empezaron a irse y la última temporada empezó a ser un desmadre de cuidado.


Sin embargo, los Power Rangers me traen muy buenos recuerdos, así que, cuando oí por primera vez que se hacía esta película, se me despertó mucho la nostalgia y me hice bastante expectativas que fueron aumentando con cada material de ella que iba saliendo.

Ahora que finalmente la he visto, puedo decir que me la película me ha gustado y que muchas de mis expectativas se han visto cumplidas; no todas, eso si.

Tal y como me esperaba, la película adapta muy libremente la serie original, pero manteniendo muy intacto el espiritu de esta, de tal forma que los que la veíamos la tengamos bastante presente. La escena en la que los protagonistas van con los Zords sonando la canción de la película original de fondo ha llegado a emocionarme, en serio.

La verdad es que no se le puede pedir mucho a la película, tan solo que tenga respeto por el material que adapta –cosa que han hecho –y ofrecernos un producto que solo sirve para pasar el rato. Pero un producto bien hecho, que haga disfrutar y que no de vergüenza ajena verlo; todo lo contrario a basuras apestosas como Dragonball: Evolution  (James Wong, 2009) o Cuatro Fantásticos (Josh Trank, 2015), que se pasaron por el forro de los cojones el material que decían adaptar.

De hecho, mientras veía esta película no paraba de decirme que su director, Dean Israelite, era quién debería haber dirigido Cuatro Fantásticos. Porque puede que su ópera prima, Project Almanac (2015), no sea tan redonda ni tan aclamada como Chronicle (2012), pero ha demostrado ser mucho más competente y respetuoso que el egocéntrico de Josh Trank.

Y es que el tipo hace un trabajo muy eficaz, tanto en las escenas de acción, muy espectaculares y hasta brutales, como en la dirección de actores y los momentos drámaticos.

Pero, en donde más ha mostrado su talento es en que nos encontramos con una película donde los protagonistas tardan mucho en ponerse los trajes y entrar en batalla y más de la mitad del film se centra en los personajes, en sus vidas y sus conflictos. Normalmente, en este tipo de películas esa parte suele ser un coñazo. Pero, en esta película no. Todo lo contrario, esa parte se disfruta muchísimo; de hecho, me atrevería a decir que llega a ser más interesante que la parte de la acción y los efectos especiales.

Frente a Life, que me aburrió terriblemente y me tuvo mirando el reloj casi desde el principio, esta película logra captar mi atención desde el primer momento. La forma en que refleja a los protagonistas, sus conflictos, la forma en que se van juntando –porque esto no es como la serie, donde todos eran una piña desde el principio –, como adquieren sus poderes y toda la movida que llevan hasta convertirse en los Power Rangers está muy bien tratada y eso hace que esta película se disfrute mucho.

Todo gracias a la buena mano de Israelite, quién no cae en la sensiblería ni en el dramatismo exagerado, ya que los conflictos que cada uno de los protagonistas lleva consigo están tratados de forma sutil, pero eficiente, no metiéndose de lleno en ellos, pero tampoco haciendo que pasen de largo ni le resulten indiferente al espectador.

Un buen ejemplo es el de Trini y su lesbianismo.

Unas semanas antes del estreno de la película salió la noticia de que esta película podía presumir de ser el primer film de superhéroes con un personaje homosexual entre sus protagonistas. Algo que me alegró, pero también me encendió las alarmas, ya que empecé a temer que quizá quisieran utilizar esto para envolverse en la bandera del arco iris para tratar de atraer al público LGBT.

Pero, nada más lejos de la realidad. En la película, esta parte está muy bien tratada y eso le hace ganar muchos puntos.

Como ya he dicho, los protagonistas no se ponen los trajes ni salen a pelear hasta la parte final. Pero, tranquilos, como ya he dicho esto no es Cuatro Fantásticos y al final tenemos una buena dosis de acción y efectos especiales; efectos especiales muy buenos, por cierto.

La parte del diseño de los trajes y los Zords no hace falta que hable mucho de ella. Ya me convencía el diseño en los tráilers, posters e imágenes y, una vez vistos en acción en la película, siguen convenciéndome. Incluso el nuevo Alpha 5 está muy bien, pese a ese diseño que le asemeja más a un marciano que a un robot.

Los protagonistas, pues están muy bien.

Los actores son jóvenes y todavía les queda mucho por mejorar, pero el trabajo que hacen en la película es bastante bueno. Desde luego, fue un gran acierto escoger a actores casi desconocidos, con mucho que demostrar, que a jóvenes estrellas con la vida resuelta que lo único que habrían hecho es lastrar el film.


Luego está el tema de los personajes, que ese ha sido otro acierto. Tal y como me esperaba, pese al cambio racial, los personajes, practicamente, siguen siendo como sus homólogos de la serie. Jason sigue siendo el líder, Kimberly la chica mona pero de armas tomar, Trini la más enigmática, Zack el graciosillo del grupo y Billy el intelectual. Y esto es algo muy de agradecer.

Aunque, en lo que a interpretación se refiere, aquí el premio gordo se los llevan los dos más famosos.

El siempre excelente Bryan Cranston, que está impresionante como Zordon y me gusta que le hayan dado al personaje un poco de doble moral, no siendo tan perfecto como en la serie.

Y, desde luego, Elizabeth Banks está fantástica como Rita Repulsa. Es una Rita muy diferente a la de la serie, lo cual es bueno, ya que la Rita original nunca me convenció como villana principal; de ahí que hubiese preferido más para esta película a Lord Zedd, que siempre me pareció mejor villano –hasta que hicieron que se casara con Rita y lo convirtieron en un payaso y una mala parodia de sí mismo –.

Si embargo, esta Rita Repulsa me ha parecido fenomenal. Toda una cabrona que provoca tanto asco como fascinación. Además, me gusta el origen que tiene en la película, como un Power Ranger que se pasó al lado oscuro. Desde luego, me gustaría verla en las siguientes secuelas –si es que las hacen –, cosa que puede suceder por el final que le dan en el film, haciendo realidad la frase: De una hostia te pongo en órbita.

Pero, bueno, no todo ha sido bueno en esta película.

Para empezar, el que le hayan dado un tono más adulto, y hasta violento –la película ha sido clasificada PG-13 –la ha beneficiado, pero también la ha perjudicado. Tal y como dije, es bueno que hayan tenido en cuenta que los que veíamos la serie original somos gente de más de 30 años y no nos ofrezcan un espectáculo para niños, pero también ha sido un arma de doble filo, ya que no le ha servido para captar mucho a las nuevas generaciones de espectadores; de ahí puede que venga su poco éxito.

Aunque, personalmente, a mí me ha gustado que le hayan dado un tono tan adulto. Pero, vamos, yo no soy todo el público.

La otra cosa que también la ha perjudicado de cara al público es que, aunque la parte la acción y los efectos es muy espectacular, también se hace demasiado corta. Yo he echado de menos más peleas con los masillas y me ha parecido que los protagonistas se han subido demasiado rápido a los Zords. No hay duda de que a la película le ha faltado metraje en toda esta parte.

Bueno, vamos resumiendo ya.

La película me ha parecido buena y he disfrutado mucho viéndola. No es ninguna obra de arte, pero entretiene mucho y deja muy buen sabor de boca.

Y, como adaptación, para mí ha pasado la prueba, logrando traer muy bien lo bueno de la serie original a los nuevos tiempos.

Una película muy recomendable, tanto a los que vieron la serie original como para los que no saben ni quienes son los Power Rangers.  

Yo, desde luego, espero que hagan una secuela porque quiero ver más. De hecho, durante los créditos finales hay una escena que apunta a por donde pueden ir los tiros en una supuesta secuela.