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24 de diciembre de 2017

STAR WARS: LOS ULTIMOS JEDI (2017)


















Ya tenemos entre manos el Episodio VIII de la saga Star Wars y segunda entrega de esta nueva trilogía surgida después de que Disney comprara Lucasfilm en 2012.

Afortunadamente, ya he podido verla. No ha ocurrido como hace dos años con la anterior entrega, Star Wars: El Despertar de la Fuerza (J.J. Abrams, 2015), para la que tuve que esperar más de dos semanas en las que tuve que hacer esfuerzos sobrehumanos para no tragarme ningún spoiler.

Y aquí vuelvo a advertir sobre los spoiler, porque olvidaos de todo lo que se ha visto en los tráilers y las promociones. Tampoco en las muchas teorías de los fans que van circulando por ahí porque, ni unos ni otros, no han dado ninguna. De hecho, cuando salí de verla me partí de risa –la gente me miraba y todo –pensando en la cara de gilipollas que se le habrá quedado a más de uno que habrá ido a verla con una idea pre-concebida en la cabeza y ha saldo con un buen palmo de narices.

Pero, no adelantemos acontecimientos. Vayamos por partes.

Pese a la destrucción de la Starkiller, con una República diezmada, la Primera Orden se ha hecho con el control de la galaxia. La Resistencia se ve obligada a huir de su base ante la llegada de la flota de la Primera Orden, capitaneada por el General Hux (Domhnall Gleeson). Logra escapar con ayuda de una maniobra de Poe Dameron (Oscar Isaacs); aunque, a la general Leia Organa (Carrie Fisher) no le hace mucha gracia que su mejor piloto malgastase vidas de otros miembros de la resistencia para destruir un gran destructor de la Primera Orden. Consiguen escapar y saltar al hiperespacio, pero la Primera Orden ha logrado rastrearlos y son perseguidos por el mismo crucero interestelar del Líder Supremo Snoke (Andy Serkis).

Durante un ataque, Leia es gravemente herida y toma el control la Vicealmirante Holdo (Laura Dern), pero Dameron no está de acuerdo con sus decisiones y accede a un plan que Finn (John Boyega) le propone junto a la soldado rebelde Rose Tico (Kelly Marie Tran). El plan consiste en infiltrarse en el crucero de Snoke y desactivar su dispositivo de rastreo. Pero, para ello necesitan a alguien capaz de sobrepasar las defensas de la nave, lo que hace que Finn, Rose y el droide BB-8 se trasladen hasta Canto Bight, una ciudad casino situada en el desértico planeta Cantonica en donde terminan aliándose con DJ (Benicio del Toro), un pirata que no es muy de fiar, pero accede a ayudarles a infiltrarse en el crucero de Snoke. Mientras todo esto ocurre, Rey (Daisy Ridley), tras lograr encontrar a Luke Skywalker (Mark Hamill) en Ahch-To, trata de convencerle de que se una a la resistencia y la inicie en el dominio de la Fuerza. Pero, Luke no está muy por la labor.


La producción de esta película se llevó a cabo en medio de un secretismo casi total. A penas se filtraron imágenes del rodaje –tan solo unas cuantas que ahora sabemos que pertenecían a escenas que se desarrollan en Canto Bight –y lo único que podíamos ver eran imágenes en blanco y negro que el director de la película iba publicando en las redes sociales de vez en cuando.

El director es Rian Johnson, quién también ha escrito el guión de la película –aunque, contó con la ayuda no acreditada de Carrie Fisher, cosa que él mismo reconoce –. Anteriormente, se rumoreó que Johnson iba a dirigir también el Episodio IX –que al final dirigirá J.J. Abrams tras la marcha de Colin Trevorrow –o, al menos, escribir el guión de esta; cosa que al final no sucederá. Sin embargo, su paso por la saga galáctica no ha terminado aquí, ya que no hace mucho se anunció que él iba a estar al frente de una nueva trilogía que tendrá lugar dentro del universo de Star Wars, pero no tendrá que ver con la saga principal.

La película ha costado 200 millones de dólares, como la anterior, y es la más larga de toda la saga, con una duración de 152 minutos. En cuanto al reparto, repiten la mayoría de los actores de El Despertar de la Fuerza y se unen tres actores nuevos: Laura Dern, Benicio del Toro y Kelly Marie Tran.

La película se estrenó el pasado viernes, 15 de diciembre, y su éxito ha sido brutal. En su primer fin de semana hizo 220 millones de dólares solo en EEUU y, a día de hoy, lleva recaudados 262 millones, a los que hay que unir los 295 millones recaudados en el resto del mundo, haciendo un total de 557 millones de dólares. Son cifras inferiores a lo que hizo El Despertar de la Fuerza hace dos años, pero son cifras muy buenas y, salvo que la película sufra un enorme bajón el próximo fin de semana, la película superará sin duda los 1.000 millones de dólares y su recaudación final se acercará a los 2.000 que hizo El Despertar de la Fuerza.

Sobre como ha sido recibida. Por un lado, la crítica la está alabando. Hay críticos que hasta dicen que nos encontramos ante la mejor entrega de toda la saga; incluso dicen que es mejor que La Guerra de las Galaxias (George Lucas, 1977) y El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980). No obstante, entre el público las opiniones están muy divididas.

Especialmente, entre los fans de la saga galáctica, que están completamente divididos. En un lado están los que les ha gustado la película y no dudan en defenderla, aún a riesgo de recibir insultos y descalificaciones del otro bando. Y este otro bando es el que más ruido está haciendo. Una avalancha de fans cabreados que se están llevando las manos a la cabeza, están bramando constantemente contra la película y contra Rian Johnson –a quién hasta llegan a insultar y amenazar –y están llegando a extremos insospechados; como poner en marcha una campaña de recogida de firmas para que la película pierda su canon como episodio de la saga galáctica.

¿En que bando estoy yo? Podría acogerme a la neutralidad, como en otros conflictos cinematográficos donde no tengo muy claras mis opiniones. Pero, en este asunto, si tengo claro a que bando pertenecer.

Me quedo con quienes les ha gustado, porque la película ME HA ENCANTADO.

Me ha parecido una película muy buena –eso si, no creo que sea mejor que La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca, como dicen muchas críticos –, he disfrutado enormemente viéndola, las 2 horas y media que dura se me han pasado volando y, sobre todo, tengo muchas ganas de verla más veces.

Eso si, aunque no comparto su opinión, entiendo que haya fans cabreados con ella, porque esta película se ha atrevido a dar un paso más allá y ha trastocado por completo el universo de Star Wars. Algo que, desde luego, habrá cabreado mucho a los puristas. Sin embargo, como ya sabéis, yo soy alguien de mente más abierta y los cambios no me molestan nada; siempre que estén bien hechos, eso si.


Además, estoy flipando mucho. A El Despertar de la Fuerza la pusieron a caer de un burro acusándola de ser más de lo mismo y de que era un remake encubierto o un refrito de La Guerra de las Galaxias –cosa que, desde luego, no es; aunque, si es cierto que Abrams se pasó homenajeándola –, y ahora están atacando esta película por hacer, precisamente, lo que tanto pedían de la película anterior.

Rian Johnson, un excelente director –ya lo dejó bien claro en su anterior película, la estupenda Looper (2012) –, ha hecho aquí un gran trabajo y ha demostrado un gran valor, ya que el tipo sabía que iba a cabrear a mucha gente con lo que estaba haciendo. Pero el tipo ha seguido adelante sin preocuparle las malas críticas que sabía que iba a recibir y, sobre todo, pasando como de comer mierda de los muchos rumores y especulaciones que los fans han ido lanzando durante los últimos dos años. De hecho, incluso se ha tomado el gusto de reirse de ellos en su puta cara. Cosa que a mí me ha encantado y me ha divertido; ya he comentado antes mis carcajadas a la salida.

Porque la película es un zasca tras otro durante todo el metraje. Y no solo con las teorías de los fans. También por los giros que les dan a muchos de los personajes; especialmente, al interpretado por Laura Dern –a la que seguro que muchos habrán tomado por gilipollas antes de saberse cual era su verdadero plan –. Y, también, por el desenlace de varias escenas; especialmente, la escena que implica a Rey, Kylo Ren y el Líder Supremo Snoke que, prácticamente, es un remake de El Renorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), pero su desenlace no es, precisamente, el esperado.

A mí me han gustado mucho estos giros, ya que algo que se hecha mucho de menos en el cine de hoy en día: sorprender. Además de que se burlan de muchos tópicos y clichés que estamos cansados de ver en montones de películas.

Y aquí vuelvo con lo que ha hecho Johnson con la saga. No la ha destrozado, como dicen los detractores de la película, sino que ha pasado página y ha metido a la saga por otros derroteros. Unos en los que las tradiciones y enseñanzas Jedi ya no son necesarias para el manejo de la Fuerza; lo mismo que tampoco hace falta pertenecer a ningún linaje ni ser algo especial.

Muchos se quejaban de que una simple chatarrera fuera capaz de dominar la Fuerza sin entrenamiento. Johnson podría haberles seguido el juego y haber escogido una de las muchas teorías fan que circulaban sobre sus orígenes para justificarlo. Pero no, le ha dado unos orígenes que nadie se esperaba y ha cambiado las reglas del juego para que resulten creíbles.

Muchos ven en esto una herejía. Pero, como bien decía el propio Luke Skywalker al final del primer tráiler: Es hora de que los Jedi se acaben.  Y en la película no solo él piensa así, también otro famoso personaje de la saga que vuelve inesperadamente, viene a decir prácticamente lo mismo. Hay que terminar con estas leyes y tradiciones obsoletas que en su día no impidieron la caída de la República y el alzamiento del Imperio y dar paso a una nueva era donde no solo unos elegidos pueden controlar la Fuerza.

Y otra cosa que me ha gustado mucho es que la película continúa con lo que vimos en Rogue One (Gareth Edwards, 2016), dándole a la saga un toque más realista y cercano al cine bélico, en donde el bien y el mal no están tan separados como pueda parecer. Toda esa parte de la ciudad casino de Canto Bight es una buena muestra de ello; al igual que el personaje de Benicio del Toro y el baño de realidad que les da a los personajes de Finn y Rose.

Y otra cosa también. Tal y como ha dejado Johnson la saga ahora mismo, en el Episodio IX puede pasar cualquier cosa. Ya no tenemos una idea de por donde irán los tiros en el desenlace de la historia, como si ocurría en las anteriores trilogías. Ni siquiera podemos esperarnos homenajes y guiños a El Retorno del Jedi, porque Johnson ya los ha metido todos aquí junto con los de El Imperio Contraataca.


Los fans “visionarios” ya están especulando otra vez y yo ya me estoy riendo por adelantado con la cara de estreñidos que se les va a quedar dentro de dos años.

Algunos dicen que, con el regreso de J.J. Abrams, a lo mejor vuelven a poner la saga en el camino en el Episodio IX. Yo no lo creo pero, de todas maneras, si Abrams vuelve a hacer otro gran trabajo como en el Episodio VII, no me importará mucho. De todas maneras, yo creo que han tomado una buena decisión entregándole a Johnson su propia trilogía alejada de la saga oficial donde podrá hacer lo que quiera.

Que, por cierto, esa es otra. Se nota que Johnson ha tenido una gran libertad a la hora de hacer esta película. Cosa que sorprende en vista de los problemas que Lucasfilm ha tenido con los directores últimamente.

La película está muy bien dirigida. El diseño de producción es alucinante, sus efectos especiales están muy bien hechos, el ritmo nunca decae y las escenas de acción son de lo más espectaculares. A todo esto hay que unir una excelente dirección de actores y una gran cantidad de momentos épicos que engrandecen más a la película.

De nuevo Daisy Ridley vuelve a estar fantástica como Rey, la gran protagonista de esta nueva trilogía. Aunque, en esta película no es tan ama y señora como lo fue en El Despertar de la Fuerza; pero no porque haya perdido protagonismo, ni mucho menos, sino porque aquí decide echar un poco a un lado para dejar más desarrollo a los otros protagonistas –cosa que, desde luego, está muy bien –.

Estos otros protagonistas son Finn, que vuelve a estar genialmente interpretado por John Boyega y aquí, además, vemos como el personaje madura mucho, y Poe Dameron, de nuevo estupendamente interpretado por Oscar Isaac, con quién por fin han hecho justicia tras lo desaprovechado que estuvo tan carismático personaje en el episodio anterior.

Otro personaje que también ha crecido en esta película es, sin duda, Kylo Ren, de nuevo interpretado por Adam Driver. En El Despertar de Fuerza era un villano a medio cocer, pero en esta película, tras darnos también gato por liebre con él, el personaje consigue por fin evolucionar hasta convertirse en el gran villano que esta nueva trilogía necesita.

Y, aunque aquí no hay ningún actor implicado, no me puedo olvidar de BB-8, que también crece en este film. Este personajillo me encantó en El Despertar de la Fuerza, pero aquí ya se ha convertido en uno de mis ídolos y se ha ganado el derecho de ser mi androide favorito de la saga junto a R2-D2.  


Sobre los nuevos. Laura Dern ha estado impresionante en su papel de Vicealmirante Holdo; un personaje que, sin duda, debe estar ya entre los personajes de la saga que son grandiosos pese a tener poco tiempo en las películas; una lista que encabeza Boba Fett.

Benicio del Toro hace un estupendo trabajo como DJ, un personaje que, pese al desenlace que le dan, resulta de lo más carismático.

En cuanto a Kelly Marie Tran, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, la actriz es buena y hace un muy buen trabajo, además de que su personaje está muy bien. Sin embargo, a penas he visto química entre ella y John Boyega. La relación que se establece entre estos personajes está bien y me alegra que no hayan convertido a esta chica en un reemplazo temporal para Finn hasta que Rey regrese; sin embargo, la química entreambos la he encontrado completamente nula. Desde luego, la enorme química que había entre Ridley y Boyega en el episodio anterior aquí brilla por su ausencia.

En cuanto a los veteranos. La trístemente fallecida Carrie Fisher vuelve a estar impecable como Leia y me alegro del giro que le dan al personaje y que no hayan cogido el camino que todo el mundo esperaba en vista de lo que sucedió con la actriz.

En cuanto a Mark Hamill, su trabajo como Luke Skywalker vuelve a ser sobresaliente. De eso no hay duda. Otra cosa es el tratamiento del personaje, que esa es otra cosa que han criticado los detractores de la película; incluso el propio Hamill ha declarado que este no es el mismo personaje que interpretó en la trilogía original –eso si, el actor tampoco es que haya despotricado contra la película, como nos quieren hacer creer los del bando contrario –.

Yo, como siempre, hablo por mí y, desde luego, yo creo que el tratamiento que le han dado al personaje ha sido el más apropiado con respecto a lo que han querido hacer en esta película. Es cierto que no es el mismo Luke Skywalker que vimos en los episodios IV, V y VI, pero hay que tener en cuenta que han pasado ya 30 años y Luke ya no es ese joven idealista de entonces. Como supimos en el Episodio VII, intentó reconstruir a los Jedi y fracasó, de ahí su actitud en este film.

El personaje de Luke es clave para lo que Johnson ha hecho con la mitología de esta saga en la película y el relevo generacional que empezó en el episodio anterior y aquí termina de completarse. Bien nos lo demuestra en esa maravillosa y épica aparición del personaje en el espectacular climax de la película. Para mí, no se le podía haber dado mejor final al personaje. Que tampoco es tan final, ojo, porque tengo seguro que el personaje aparecerá en el Episodio IX.

Por cierto, Hamill tiene un doble papel en la película. Por lo visto es quién está detrás de ese bicho que toma a BB-8 por una tragaperras en el casino.


¿Cosas malas que tiene la película? Las hay, no muchas, pero la película no es perfecta, como todo en este mundo.

Ha habido cosas que no me han gustado, aunque me resulta difícil hablar de ellas sin hacer spoiler. Está la falta de química entre Boyega y Tran que ya he mencionado antes. También –y aquí coincido un poco con los detractores de la película –está el asunto de lo desaprovechado del Líder Supremo Snoke. Es cierto que era necesario para que Kylo Ren madurara como villano, pero creo que este personaje daría más de si. Y, desde luego, espero que en el Episodio IX, con el regreso de Abrams, se aclaren del todo sus orígenes o, al menos, se nos de una buena pista de cómo la Primera Orden llegó al poder.

Otros que también han estado bastante desaprovechados han sido la Guardia Pretoriana de Snoke. Aunque, al menos, han tenido una gran escena de lucha; algo de lo que se nos privó en El Retorno del Jedi con la Guardia Imperial.

Y, desde luego, los Porgs han cumplido las expectativas y son los herederos de los Ewoks como personajes que, aunque van a vender muchos muñecos, son de lo más cargantes –yo, desde luego, a la hora de comer, no hubiera tenido tantos remordimientos como Chewbacca –; afortunadamente, no llegan al nivel de Jar Jar Binks –a ese nivel es muy difícil llegar y recemos porque ningún personaje nuevo de la saga llegue a él en el futuro –.

Bueno, vamos resumiendo ya.

Star Wars: Los Últimos Jedi es una película muy buena, totalmente disfrutable de principio a fin y que deja con ganas de verla más veces. Pero, también es una apuesta arriesgada que, como ya hemos visto, ha cabreado a los puristas, pero introduce a la saga por nuevos caminos de lo más interesantes.


Que me digan lo que quieran los puristas y los fans cabreados porque no les hacen las películas a medida, como los trajes, pero yo se muy bien lo que pienso. Y pienso que estamos ante una gran película y ante un buen giro de timón que la saga llevaba tiempo necesitando.

No es la mejor entrega de la saga, como dicen muchos críticos, pero si es una de las mejores, sin ninguna duda. Sobre si es mejor o peor que El Despertar de la Fuerza, yo creo que aquí va a pasar como me ocurre con La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca; las dos me gustan tanto y, además, son tan similares pero tan diferentes a la vez que, personalmente, se me hará difícil elegir entre las dos. Eso si, a nivel cinematográfico, esta película es bastante superior.

Desde luego, Rian Johnson ha hecho un gran trabajo y para mí es el verdadero heredero de George Lucas –quién, por cierto, ha alabado este film –. Estoy deseando ver la trilogía que está preparando.







29 de diciembre de 2015

STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA (2015)





¡ATENCIÓN! Advierto que esta review contiene muchos SPOILERS y de lo más reveladores. Advierto a quienes no hayan visto la película aún que se abstengan de leerla y, si deciden leerla de todas maneras, que lo hagan bajo su total responsabilidad.



















Diez años después del estreno de La Venganza de los Sith, la saga Star Wars ha vuelto otra vez a los cines. Esta vez, bajo el sello de Disney, la cual se hizo con la franquicia tras la compra de Lucasfilm a George Lucas en 2012.

La película ha sido dirigida por J.J. Abrams, todo un gran fan de la saga, y recupera a los protagonistas originales en lo que es un claro ejercicio de nostalgia.

Han pasado 30 años desde la batalla de Endor y la caída del Imperio Galáctico. Ahora, la galaxia está dividida en dos regímenes que viven en constante estado de guerra fría. Uno es la Nueva República y otro es la Primera Orden, la cual surgió de los restos del Imperio Galáctico y está dirigida por un misterioso personaje conocido como el Líder Supremo Snoke (Andy Serkis). Contra este régimen lucha la Resistencia, heredera de la famosa Alianza Rebelde que luchó contra el Imperio Galáctico. Su líder, la ahora general Leia Organa (Carrie Fisher), está sumida en la búsqueda de su hermano, Luke Skywalker (Mark Hamill), quién desapareció después de que su intento de entrenar una nueva generación de caballeros Jedis resultara un fracaso cuando uno de los nuevos caballeros se pasó al lado oscuro.

Siguiendo las órdenes de Leia, Poe Dameron (Oscar Isaac), el mejor piloto de la Resistencia, llega hasta el planeta Jakku, donde obtiene parte del mapa que indica la localización de Luke –quién se dice que fue en busca del primer templo Jedi –de manos de Lor San Takka (Max von Sydow). Pero, en esos momentos, llegan tropas de la Primera Orden comandadas por Kylo Ren (Adam Driver), quién idolatra al mítico Darth Vader y está entrenado en las artes Sith; este también busca el mapa y, sobre todo, a Skywalker. Kylo Ren asesina a Takka y captura a Poe. Sin embargo, poco antes, Poe pudo esconder el mapa en BB-8, su androide de vuelo. Poe es llevado a un destructor, donde es interrogado. Pero, poco después, es ayudado a escapar por FN-2187 (John Boyega), un stormtrooper que ha decidido desertar horrorizado por las atrocidades de la Primera Orden; en la huída, Poe lo rebautiza como Finn. Mientras, en Jakku, BB-8 se encuentra con Rey (Daisy Ridley), una joven que malvive en el planeta como chatarrera mientras espera el regreso de su familia.


George Lucas creó Star Wars como una larga saga de nueve películas divididas en tres trilogías que comenzaría a narrarse por el medio. Sus planes eran realizar primero los episodios 4, 5 y 6, luego realizar los tres primeros episodios en forma de precuelas y, finalmente, finalizar la saga con los tres episodios finales.

La primera trilogía está compuesta por La Guerra de las Galaxias (1977) –que dirigió el propio Lucas –, El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980) y El Retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), tres películas que no necesitan presentación. A esta le siguió la trilogía de precuelas, pero esta tardó mucho en llegar a causa de diversos factores.

El caso es que la trilogía de precuelas no llegaría hasta finales del siglo XX, después de que Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993) consagrase los efectos especiales por ordenador y Lucas reestrenase en 1997 las copias remasterizadas de la primera trilogía.

Estrenada en medio de una gran expectación, La Amenaza Fantasma (1999) –donde Lucas retomó la dirección 28 años después de haber dirigido La Guerra de las Galaxias –fue un enorme éxito de taquilla, pero terminó decepcionando a la mayoría de los fans, que no perdonaron cosas como el tono infantil de la película o el odioso Jar Jar Binks –el personaje digital que más instintos asesinos despierta en la gente –.

El Ataque de los Clones (2002) y La Venganza de los Sith (2005) –también dirigidas por Lucas –mejoraron la cosa, pero no lograron estar a la altura de la trilogía original y no recuperaron la confianza de todos los fans decepcionados.

Después de esto, la saga siguió explotándose en series de animación, cómics, libros y videojuegos. En cambio, en cine estaba prácticamente muerta. Se hizo una película de animación, Star Wars: La Guerra Clon (Dave Filoni, 2008) –que no era más que un episodio alargado de la serie de Tv de mismo título –, pero de las tres entregas finales de la saga principal no se volvió a saber nada. Incluso, George Lucas llegó a decir en declaraciones que hizo cuando se estrenó El Ataque de los Clones o La Venganza de los Sith –o puede que las dos, no me acuerdo muy bien –que la saga solo eran seis películas.

En todo caso, parecía que, finalmente, la saga se iba a quedar en seis películas y que ya no se harían más entregas de la saga hasta que, en 2012, Lucas sorprendió a todo el mundo vendiendo Lucasfilm y toda la franquicia Star Wars a Disney, la cual le pagó 4.000 millones de dólares por ella; dinero que Lucas entregó completamente a la beneficencia –algo que no me extraña, ya que, con la inmensa fortuna que debe haber amasado en las últimas casi cuatro décadas, aquello debía ser calderilla para él –.

Todavía hoy muchos se preguntan qué fue lo que llevó a Lucas a deshacerse de su gran creación. Seguramente, la avalancha de malas críticas –sumándole un montón de insultos y descalificaciones –que recibió por la segunda trilogía y por las continuas remasterizaciones que está haciendo de la trilogía original tuvieran que ver en esto. Aunque, yo creo que la realidad es que él mismo haya terminado dándose cuenta que, con el paso del tiempo, ha terminado convirtiéndose en lo que más odiaba en su juventud –un alto ejecutivo cinematográfico sin escrúpulos –y viese que él es un peligro para la saga.

Dejando esto a un lado, Disney tenía que amortizar el dineral que pagó por esta franquicia y, rápidamente, puso en marcha una nueva entrega que sería el Episodio VII de la saga, continuando la historia tras El Retorno del Jedi, y que sería el inicio de una nueva trilogía que, además, estaría sazonada con unos cuantos spin-offs; de momento, hay dos, uno sobre el robo de los planos de la Estrella de la Muerte y otro sobre la juventud de Han Solo.

Volviendo a esta película, Michael Arndt (Pequeña Miss Sunshine, Toy Story 3) fue contratado para escribir el guión y, tras tantear a varios directores, el elegido fue, finalmente, J.J. Abrams, quién ya había hecho un gran trabajo resucitando para Paramount Pictures la saga Star Trek con las estupendas Star Trek (2009) y Star Trek Into Darkness (2013) y, además, es un gran fan de Star Wars.


A Abrams no le convenció el guión de Arndt y lo reescribió con ayuda de todo un veterano de la saga, Lawrence Kasdan, quien trabajó en los guiones de El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi. Luego, reunió un gran reparto donde los protagonistas de la trilogía original se juntaban con nuevos actores en una especie de relevo a una nueva generación.

Y así llegamos a la película que nos ocupa, la cual lleva el título de El Despertar de la Fuerza; aunque, originalmente, iba a llamarse Sombra del Imperio, título claramente inspirado en Sombras del Imperio, un proyecto multimedia lanzado por George Lucas en 1996 ambientado entre El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi que consistía en una novela y varios cómics y videojuegos.

La película se estrenó en gran parte del mundo el pasado 18 de diciembre y, como era de esperar, está rompiendo las taquillas de todo el mundo. La película, que ha costado 200 millones de dólares, no para de batir records y, en tan solo una semana, lleva ya recaudados 544 millones de dólares solo en EEUU y 546 millones en el resto del mundo, haciendo una recaudación global de 1.090 millones de dólares.

¡La película ha superado los 1.000 millones en tan solo una semana! Y las cifras seguirán creciendo. Ya muchos predicen que podría superar los 3.000 millones, acabando con el reinado de Avatar (James Cameron, 2009) y convirtiéndose en la película más taquillera de la historia. Veremos a ver.

Por su parte, entre la crítica, el público y los fans hay división de opiniones; para unos les ha parecido muy buena mientras que otros se han sentido decepcionados.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Antes de empezar, quiero dejar claro que soy muy, pero que muy, fan de Star Wars. He crecido viendo las películas de la saga original, he leído todo lo que hay que leer del universo expandido y he devorado todo lo relacionado con ella. Puede que no llegue al fanatismo de los que van a los estrenos o las convenciones disfrazados y portando espadas láser de pega pero, aún así, AMO STAR WARS.

Una vez dejado esto claro, pongámonos con la película.

La verdad es que me HA ENCANTADO. He disfrutado enormemente viéndola, las dos horas que dura se me han pasado volando y, cuando salía de verla, tenía unas ganas enormes de verla de nuevo.

La película es muy buena. Está muy bien dirigida por J.J. Abrams, quién ha hecho un estupendo trabajo, con un ritmo que nunca decae, unas escenas de acción espectaculares y muy bien filmadas, y una estupenda dirección de actores.

Aunque, donde mejor ha estado Abrams es en su fidelidad a la saga original. Como ya he dicho, el tipo es un gran fan de Star Wars y, como ya nos ha demostrado este mismo año Jurassic World (Colin Trevorrow, 2015), no hay nadie mejor a quién encomendarle la resurrección de una saga que a alguien que es un gran fan de esta y, además, tiene mucho talento. Y esto se puede apreciar en lo mucho que Abrams se ha tomado en serio esta película y en el empeño, las ganas y, sobre todo, el sentimiento que ha puesto en ella.

Visualmente, es impresionante como ha recreado el estilo visual de la saga original adaptándolo a los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías. Todo gracias, especialmente, a un logradísimo diseño de producción y unos estupendos efectos especiales donde, entre otras cosas, se agradece mucho que no haya abusado del CGI tanto como hizo Lucas en la trilogía de precuelas.


Además, también nos ofrece momentos épicos y de gran poesía visual, como cuando destruyen la Nueva República, el discurso previo a esta destrucción, la muerte de Han Solo, el duelo de sables láser en la nieve o la aparición de Luke Skywalker al final.

Todo ello ayudado por un eficaz guión que pasa de las situaciones forzadas y el humor absurdo, ofreciéndonos buenos diálogos y situaciones dramáticas; además de unos golpes de humor más logrados y bien insertados en la trama. Aunque, lo mejor es un formidable tratamiento de los personajes, a lo que ayudan muy bien un elaborado reparto; lo cual, es otro gran acierto de la película.

Desde luego, los actores están muy bien en sus respectivos papeles. Comenzando por los que repiten de la trilogía original, los cuales vuelven a estar tan acertados como lo estuvieron en su día y hacen un estupendo trabajo. Aquí quién más destaca es, sin duda, Harrison Ford, que vuelve a tan formidable y carismático como el primer día dando vida a Han Solo y logra que ninguno de los nuevos actores le haga sombra; y eso que estos tenían muchas posibilidades de hacerlo.

Es una pena que el actor se despida de la saga en vista de cómo termina su personaje en la película. El tipo ya pidió varias veces que mataran a Han Solo y, al final, le han terminado complaciendo; aunque, como ya he dicho antes, la escena de su muerte es uno de los momentos más épicos, impresionantes y bellos –visualmente hablando, claro –de la película.

Sobre los actores nuevos, todos hacen un buen trabajo; algunos mejores que otros, pero, en el fondo, todos están muy bien.

John Boyega está genial en su papel en su papel de stormtrooper redimido; el cual da bastante juego en la película y puede dar bastante más juego en los episodios siguientes.

Oscar Isaac también está muy bien en su papel del piloto Poe Dameron, un personaje de lo más carismático que, desgraciadamente, desaprovechan mucho en la película. Sin embargo, algo me dice que tendrá más protagonismo en las próximas entregas.


El villano principal, Adam Driver, también me ha gustado mucho. Recuerdo que, cuando vi las primeras imágenes de él sin la máscara, lo encontré algo ridículo; pero, una vez viéndolo en la película, el tipo convence bastante. Además, su personaje, Kylo Ren, aunque muy lejos de estar a la altura del gran Darth Vader, es un estupendo villano.

Pero, quién ha sobresalido por encima de todo el mundo y ha terminado robándose toda la película es, sin duda, Daisy Ridley. Está fantástica en todo momento en su papel de Rey, haciendo un trabajo excelente y robándose todas las escenas en las que sale. Ella es, sin duda, la gran protagonista de la película, prácticamente, lo que fue Mark Hamill a la trilogía original; de hecho, en la película la presenta, prácticamente, como la heredera de Luke Skywalker –y no me extrañaría que, finalmente, resultase ser su hija –.

Además de su gran interpretación, la chica es también toda una action girl, desenvolviéndose estupendamente en las escenas de acción. Precisamente, es ella la que protagoniza el duelo de sables láser del final en la nieve contra Kylo Ren –ya que lo de John Boyega fue solo para despistar; aunque, Harrison Ford terminó yéndose de la lengua –, una escena maravillosa, épica e impresionante.

Aunque, esa escena está creando controversia, ya que muchos no entienden que alguien que no ha sido entrenada en las artes Jedis sepa manejar tan bien la espada láser o utilizar la Fuerza. Sin embargo, esa gente olvida que los Jedis suelen ser entrenados desde muy pequeños, así qué ¿quién nos dice que no fue entrenada antes de que la dejaran tirada en Jakku? Además, el personaje todavía guarda muchos misterios que, seguramente, se irán rebelando en los episodios siguientes. Así que es todavía pronto para ir sacando conjeturas.

 Dejando todo esto a un lado, para mi Daisy Ridley ha estado fantástica, es una estupenda actriz y la gran estrella de esta película y de esta nueva trilogía. Además, su Rey ya se encuentra entre mis heroínas cinematográficas favoritas.

Como ya he dicho, la película me ha encantado, he disfrutado enormemente con ella y, como entrega de la saga Star Wars, está entre las mejores. Sin embargo, a pesar de todo ello, la película tiene varios defectos que evitan que sea una obra maestra como La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca y la colocan más a la altura de El Retorno del Jedi, una película estupenda, pero con varios defectos que la hacen ser la películas más floja de la trilogía original.

Su principal defecto está en la historia. Los detractores no paran de decir que la película es un remake encubierto de La Guerra de las Galaxias y, la verdad, no van mal encaminados. La película no es un remake, ni mucho menos, pero no puedes evitar muchas veces tener sensación de deja vu varias veces. De nuevo tenemos un androide que guarda planos en su interior al que persiguen los malos, de nuevo tenemos una escena en una cantina, de nuevo tenemos una gran arma muy destructiva en poder de los malos a la que hay que destruir… Puede que esto les rechine a muchos, pero para mí la película tiene suficientes virtudes como para pasar esto por alto.

Otro defecto es que desaprovechan a varios personajes, como el ya mencionado Poe Dameron, la Capitana Phasma, a la que da vida Gwendoline Christie –quién da vida a Brienne de Tarth en Juego de Tronos -, quién no tiene un solo momento relevante a pesar de lo interesante del personaje o el gran Max von Sydow, a quién matan al principio.


Aunque, si hay algo desaprovechado en la película es, sin duda, la Nueva República, la cual solo se la ve casi de refilón en la escena en la que la destruyen. Pienso que debía haber tenido algo más de presencia y así mostrarnos más el estado de guerra fría que se vive en la galaxia. O, al menos, haber metido una escena que nos deje ver esto, como la aquella escena de Guardianes de la Galaxia (James Gunn, 2014) en la que el personaje de Glenn Close, la Nova Prime, conversaba con el embajador del Imperio Kree; aquí debían haber metido una escena de ese tipo, una conversación entre el General Hux (Domhnall Gleeson) con un representante de la Nueva República amenazándoles por ayudar a la Resistencia.

No obstante, el mayor defecto que he encontrado en la película es, sin duda, el Líder Supremo Snoke. El personaje no es que sea malo y, técnicamente, está hecho con captura de movimientos por el mejor actor en este tipo de papeles, Andy Serkis. El problema es su diseño, el cual no me ha gustado nada. Esperaba algo más terrorífico que lo que se ve al final de la película; además, no creo que su tamaña sea tan grande, creo que es por la representación holográfica.

En resumen.

El Despertar de la Fuerza ha sido un regreso de la saga galáctica por la puerta grande y la prueba definitiva de que hay vida para Star Wars más allá de George Lucas.