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29 de diciembre de 2015

STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA (2015)





¡ATENCIÓN! Advierto que esta review contiene muchos SPOILERS y de lo más reveladores. Advierto a quienes no hayan visto la película aún que se abstengan de leerla y, si deciden leerla de todas maneras, que lo hagan bajo su total responsabilidad.



















Diez años después del estreno de La Venganza de los Sith, la saga Star Wars ha vuelto otra vez a los cines. Esta vez, bajo el sello de Disney, la cual se hizo con la franquicia tras la compra de Lucasfilm a George Lucas en 2012.

La película ha sido dirigida por J.J. Abrams, todo un gran fan de la saga, y recupera a los protagonistas originales en lo que es un claro ejercicio de nostalgia.

Han pasado 30 años desde la batalla de Endor y la caída del Imperio Galáctico. Ahora, la galaxia está dividida en dos regímenes que viven en constante estado de guerra fría. Uno es la Nueva República y otro es la Primera Orden, la cual surgió de los restos del Imperio Galáctico y está dirigida por un misterioso personaje conocido como el Líder Supremo Snoke (Andy Serkis). Contra este régimen lucha la Resistencia, heredera de la famosa Alianza Rebelde que luchó contra el Imperio Galáctico. Su líder, la ahora general Leia Organa (Carrie Fisher), está sumida en la búsqueda de su hermano, Luke Skywalker (Mark Hamill), quién desapareció después de que su intento de entrenar una nueva generación de caballeros Jedis resultara un fracaso cuando uno de los nuevos caballeros se pasó al lado oscuro.

Siguiendo las órdenes de Leia, Poe Dameron (Oscar Isaac), el mejor piloto de la Resistencia, llega hasta el planeta Jakku, donde obtiene parte del mapa que indica la localización de Luke –quién se dice que fue en busca del primer templo Jedi –de manos de Lor San Takka (Max von Sydow). Pero, en esos momentos, llegan tropas de la Primera Orden comandadas por Kylo Ren (Adam Driver), quién idolatra al mítico Darth Vader y está entrenado en las artes Sith; este también busca el mapa y, sobre todo, a Skywalker. Kylo Ren asesina a Takka y captura a Poe. Sin embargo, poco antes, Poe pudo esconder el mapa en BB-8, su androide de vuelo. Poe es llevado a un destructor, donde es interrogado. Pero, poco después, es ayudado a escapar por FN-2187 (John Boyega), un stormtrooper que ha decidido desertar horrorizado por las atrocidades de la Primera Orden; en la huída, Poe lo rebautiza como Finn. Mientras, en Jakku, BB-8 se encuentra con Rey (Daisy Ridley), una joven que malvive en el planeta como chatarrera mientras espera el regreso de su familia.


George Lucas creó Star Wars como una larga saga de nueve películas divididas en tres trilogías que comenzaría a narrarse por el medio. Sus planes eran realizar primero los episodios 4, 5 y 6, luego realizar los tres primeros episodios en forma de precuelas y, finalmente, finalizar la saga con los tres episodios finales.

La primera trilogía está compuesta por La Guerra de las Galaxias (1977) –que dirigió el propio Lucas –, El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980) y El Retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), tres películas que no necesitan presentación. A esta le siguió la trilogía de precuelas, pero esta tardó mucho en llegar a causa de diversos factores.

El caso es que la trilogía de precuelas no llegaría hasta finales del siglo XX, después de que Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993) consagrase los efectos especiales por ordenador y Lucas reestrenase en 1997 las copias remasterizadas de la primera trilogía.

Estrenada en medio de una gran expectación, La Amenaza Fantasma (1999) –donde Lucas retomó la dirección 28 años después de haber dirigido La Guerra de las Galaxias –fue un enorme éxito de taquilla, pero terminó decepcionando a la mayoría de los fans, que no perdonaron cosas como el tono infantil de la película o el odioso Jar Jar Binks –el personaje digital que más instintos asesinos despierta en la gente –.

El Ataque de los Clones (2002) y La Venganza de los Sith (2005) –también dirigidas por Lucas –mejoraron la cosa, pero no lograron estar a la altura de la trilogía original y no recuperaron la confianza de todos los fans decepcionados.

Después de esto, la saga siguió explotándose en series de animación, cómics, libros y videojuegos. En cambio, en cine estaba prácticamente muerta. Se hizo una película de animación, Star Wars: La Guerra Clon (Dave Filoni, 2008) –que no era más que un episodio alargado de la serie de Tv de mismo título –, pero de las tres entregas finales de la saga principal no se volvió a saber nada. Incluso, George Lucas llegó a decir en declaraciones que hizo cuando se estrenó El Ataque de los Clones o La Venganza de los Sith –o puede que las dos, no me acuerdo muy bien –que la saga solo eran seis películas.

En todo caso, parecía que, finalmente, la saga se iba a quedar en seis películas y que ya no se harían más entregas de la saga hasta que, en 2012, Lucas sorprendió a todo el mundo vendiendo Lucasfilm y toda la franquicia Star Wars a Disney, la cual le pagó 4.000 millones de dólares por ella; dinero que Lucas entregó completamente a la beneficencia –algo que no me extraña, ya que, con la inmensa fortuna que debe haber amasado en las últimas casi cuatro décadas, aquello debía ser calderilla para él –.

Todavía hoy muchos se preguntan qué fue lo que llevó a Lucas a deshacerse de su gran creación. Seguramente, la avalancha de malas críticas –sumándole un montón de insultos y descalificaciones –que recibió por la segunda trilogía y por las continuas remasterizaciones que está haciendo de la trilogía original tuvieran que ver en esto. Aunque, yo creo que la realidad es que él mismo haya terminado dándose cuenta que, con el paso del tiempo, ha terminado convirtiéndose en lo que más odiaba en su juventud –un alto ejecutivo cinematográfico sin escrúpulos –y viese que él es un peligro para la saga.

Dejando esto a un lado, Disney tenía que amortizar el dineral que pagó por esta franquicia y, rápidamente, puso en marcha una nueva entrega que sería el Episodio VII de la saga, continuando la historia tras El Retorno del Jedi, y que sería el inicio de una nueva trilogía que, además, estaría sazonada con unos cuantos spin-offs; de momento, hay dos, uno sobre el robo de los planos de la Estrella de la Muerte y otro sobre la juventud de Han Solo.

Volviendo a esta película, Michael Arndt (Pequeña Miss Sunshine, Toy Story 3) fue contratado para escribir el guión y, tras tantear a varios directores, el elegido fue, finalmente, J.J. Abrams, quién ya había hecho un gran trabajo resucitando para Paramount Pictures la saga Star Trek con las estupendas Star Trek (2009) y Star Trek Into Darkness (2013) y, además, es un gran fan de Star Wars.


A Abrams no le convenció el guión de Arndt y lo reescribió con ayuda de todo un veterano de la saga, Lawrence Kasdan, quien trabajó en los guiones de El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi. Luego, reunió un gran reparto donde los protagonistas de la trilogía original se juntaban con nuevos actores en una especie de relevo a una nueva generación.

Y así llegamos a la película que nos ocupa, la cual lleva el título de El Despertar de la Fuerza; aunque, originalmente, iba a llamarse Sombra del Imperio, título claramente inspirado en Sombras del Imperio, un proyecto multimedia lanzado por George Lucas en 1996 ambientado entre El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi que consistía en una novela y varios cómics y videojuegos.

La película se estrenó en gran parte del mundo el pasado 18 de diciembre y, como era de esperar, está rompiendo las taquillas de todo el mundo. La película, que ha costado 200 millones de dólares, no para de batir records y, en tan solo una semana, lleva ya recaudados 544 millones de dólares solo en EEUU y 546 millones en el resto del mundo, haciendo una recaudación global de 1.090 millones de dólares.

¡La película ha superado los 1.000 millones en tan solo una semana! Y las cifras seguirán creciendo. Ya muchos predicen que podría superar los 3.000 millones, acabando con el reinado de Avatar (James Cameron, 2009) y convirtiéndose en la película más taquillera de la historia. Veremos a ver.

Por su parte, entre la crítica, el público y los fans hay división de opiniones; para unos les ha parecido muy buena mientras que otros se han sentido decepcionados.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Antes de empezar, quiero dejar claro que soy muy, pero que muy, fan de Star Wars. He crecido viendo las películas de la saga original, he leído todo lo que hay que leer del universo expandido y he devorado todo lo relacionado con ella. Puede que no llegue al fanatismo de los que van a los estrenos o las convenciones disfrazados y portando espadas láser de pega pero, aún así, AMO STAR WARS.

Una vez dejado esto claro, pongámonos con la película.

La verdad es que me HA ENCANTADO. He disfrutado enormemente viéndola, las dos horas que dura se me han pasado volando y, cuando salía de verla, tenía unas ganas enormes de verla de nuevo.

La película es muy buena. Está muy bien dirigida por J.J. Abrams, quién ha hecho un estupendo trabajo, con un ritmo que nunca decae, unas escenas de acción espectaculares y muy bien filmadas, y una estupenda dirección de actores.

Aunque, donde mejor ha estado Abrams es en su fidelidad a la saga original. Como ya he dicho, el tipo es un gran fan de Star Wars y, como ya nos ha demostrado este mismo año Jurassic World (Colin Trevorrow, 2015), no hay nadie mejor a quién encomendarle la resurrección de una saga que a alguien que es un gran fan de esta y, además, tiene mucho talento. Y esto se puede apreciar en lo mucho que Abrams se ha tomado en serio esta película y en el empeño, las ganas y, sobre todo, el sentimiento que ha puesto en ella.

Visualmente, es impresionante como ha recreado el estilo visual de la saga original adaptándolo a los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías. Todo gracias, especialmente, a un logradísimo diseño de producción y unos estupendos efectos especiales donde, entre otras cosas, se agradece mucho que no haya abusado del CGI tanto como hizo Lucas en la trilogía de precuelas.


Además, también nos ofrece momentos épicos y de gran poesía visual, como cuando destruyen la Nueva República, el discurso previo a esta destrucción, la muerte de Han Solo, el duelo de sables láser en la nieve o la aparición de Luke Skywalker al final.

Todo ello ayudado por un eficaz guión que pasa de las situaciones forzadas y el humor absurdo, ofreciéndonos buenos diálogos y situaciones dramáticas; además de unos golpes de humor más logrados y bien insertados en la trama. Aunque, lo mejor es un formidable tratamiento de los personajes, a lo que ayudan muy bien un elaborado reparto; lo cual, es otro gran acierto de la película.

Desde luego, los actores están muy bien en sus respectivos papeles. Comenzando por los que repiten de la trilogía original, los cuales vuelven a estar tan acertados como lo estuvieron en su día y hacen un estupendo trabajo. Aquí quién más destaca es, sin duda, Harrison Ford, que vuelve a tan formidable y carismático como el primer día dando vida a Han Solo y logra que ninguno de los nuevos actores le haga sombra; y eso que estos tenían muchas posibilidades de hacerlo.

Es una pena que el actor se despida de la saga en vista de cómo termina su personaje en la película. El tipo ya pidió varias veces que mataran a Han Solo y, al final, le han terminado complaciendo; aunque, como ya he dicho antes, la escena de su muerte es uno de los momentos más épicos, impresionantes y bellos –visualmente hablando, claro –de la película.

Sobre los actores nuevos, todos hacen un buen trabajo; algunos mejores que otros, pero, en el fondo, todos están muy bien.

John Boyega está genial en su papel en su papel de stormtrooper redimido; el cual da bastante juego en la película y puede dar bastante más juego en los episodios siguientes.

Oscar Isaac también está muy bien en su papel del piloto Poe Dameron, un personaje de lo más carismático que, desgraciadamente, desaprovechan mucho en la película. Sin embargo, algo me dice que tendrá más protagonismo en las próximas entregas.


El villano principal, Adam Driver, también me ha gustado mucho. Recuerdo que, cuando vi las primeras imágenes de él sin la máscara, lo encontré algo ridículo; pero, una vez viéndolo en la película, el tipo convence bastante. Además, su personaje, Kylo Ren, aunque muy lejos de estar a la altura del gran Darth Vader, es un estupendo villano.

Pero, quién ha sobresalido por encima de todo el mundo y ha terminado robándose toda la película es, sin duda, Daisy Ridley. Está fantástica en todo momento en su papel de Rey, haciendo un trabajo excelente y robándose todas las escenas en las que sale. Ella es, sin duda, la gran protagonista de la película, prácticamente, lo que fue Mark Hamill a la trilogía original; de hecho, en la película la presenta, prácticamente, como la heredera de Luke Skywalker –y no me extrañaría que, finalmente, resultase ser su hija –.

Además de su gran interpretación, la chica es también toda una action girl, desenvolviéndose estupendamente en las escenas de acción. Precisamente, es ella la que protagoniza el duelo de sables láser del final en la nieve contra Kylo Ren –ya que lo de John Boyega fue solo para despistar; aunque, Harrison Ford terminó yéndose de la lengua –, una escena maravillosa, épica e impresionante.

Aunque, esa escena está creando controversia, ya que muchos no entienden que alguien que no ha sido entrenada en las artes Jedis sepa manejar tan bien la espada láser o utilizar la Fuerza. Sin embargo, esa gente olvida que los Jedis suelen ser entrenados desde muy pequeños, así qué ¿quién nos dice que no fue entrenada antes de que la dejaran tirada en Jakku? Además, el personaje todavía guarda muchos misterios que, seguramente, se irán rebelando en los episodios siguientes. Así que es todavía pronto para ir sacando conjeturas.

 Dejando todo esto a un lado, para mi Daisy Ridley ha estado fantástica, es una estupenda actriz y la gran estrella de esta película y de esta nueva trilogía. Además, su Rey ya se encuentra entre mis heroínas cinematográficas favoritas.

Como ya he dicho, la película me ha encantado, he disfrutado enormemente con ella y, como entrega de la saga Star Wars, está entre las mejores. Sin embargo, a pesar de todo ello, la película tiene varios defectos que evitan que sea una obra maestra como La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca y la colocan más a la altura de El Retorno del Jedi, una película estupenda, pero con varios defectos que la hacen ser la películas más floja de la trilogía original.

Su principal defecto está en la historia. Los detractores no paran de decir que la película es un remake encubierto de La Guerra de las Galaxias y, la verdad, no van mal encaminados. La película no es un remake, ni mucho menos, pero no puedes evitar muchas veces tener sensación de deja vu varias veces. De nuevo tenemos un androide que guarda planos en su interior al que persiguen los malos, de nuevo tenemos una escena en una cantina, de nuevo tenemos una gran arma muy destructiva en poder de los malos a la que hay que destruir… Puede que esto les rechine a muchos, pero para mí la película tiene suficientes virtudes como para pasar esto por alto.

Otro defecto es que desaprovechan a varios personajes, como el ya mencionado Poe Dameron, la Capitana Phasma, a la que da vida Gwendoline Christie –quién da vida a Brienne de Tarth en Juego de Tronos -, quién no tiene un solo momento relevante a pesar de lo interesante del personaje o el gran Max von Sydow, a quién matan al principio.


Aunque, si hay algo desaprovechado en la película es, sin duda, la Nueva República, la cual solo se la ve casi de refilón en la escena en la que la destruyen. Pienso que debía haber tenido algo más de presencia y así mostrarnos más el estado de guerra fría que se vive en la galaxia. O, al menos, haber metido una escena que nos deje ver esto, como la aquella escena de Guardianes de la Galaxia (James Gunn, 2014) en la que el personaje de Glenn Close, la Nova Prime, conversaba con el embajador del Imperio Kree; aquí debían haber metido una escena de ese tipo, una conversación entre el General Hux (Domhnall Gleeson) con un representante de la Nueva República amenazándoles por ayudar a la Resistencia.

No obstante, el mayor defecto que he encontrado en la película es, sin duda, el Líder Supremo Snoke. El personaje no es que sea malo y, técnicamente, está hecho con captura de movimientos por el mejor actor en este tipo de papeles, Andy Serkis. El problema es su diseño, el cual no me ha gustado nada. Esperaba algo más terrorífico que lo que se ve al final de la película; además, no creo que su tamaña sea tan grande, creo que es por la representación holográfica.

En resumen.

El Despertar de la Fuerza ha sido un regreso de la saga galáctica por la puerta grande y la prueba definitiva de que hay vida para Star Wars más allá de George Lucas.








27 de mayo de 2013

STAR TREK INTO DARKNESS (2013)





















La nueva película de la saga cinematográfica de Star Trek, la número 12 de las que se han hecho hasta ahora y la segunda de las precuelas que ha dirigido J. J. Abrams, se estrenó en EEUU el pasado viernes, 17 de mayo, y ya son muchos los países donde se ha estrenado ya; algunos, incluso, el estreno fue mucho antes que en EEUU. Sin embargo, a España no llegará hasta el próximo ¡5 de julio!, para el que queda todavía mas de un mes.

Y, como ya sabéis la poca paciencia que suelo con los estrenos tardíos cuando se trata de una película que tengo muchas ganas de ver, me las he arreglado para verla en una calidad decente para poder opinar sobre ella; cosa a la que voy.

Paro vayamos por partes.

Lo que debía haber sido una simple misión de observación en un planeta poblado por una raza de seres primitivos se complica cuando un volcán amenaza con arrasar todo el planeta y el capitán James T. Kirk (Chris Pine) viola las normas interviniendo para evitar que el volcán estalle, lo que hace que Spock (Zachary Quinto) casi pierda la vida y los habitantes vean la nave Enterprise y la convierten en su nuevo dios. Esto hace que la Flota Estelar degrade a Kirk y le quite el mando de la Enterprise, la cual vuelve a ser comandada por el almirante Christopher Pike (Bruce Greenwood), quién consigue que Kirk permanezca en ella como primer oficial, ya que Spock, el primer oficial actual, ha sido destinado a otra nave. Sin embargo, un atentado en Londres perpetrado por John Harrison (Benedict Cumberbatch), quién en el pasado fue uno de los mejores agentes de a Federación, hace que el alto mando de la Flota Estelar se reúna.

Reunión a la que asiste Kirk acompañando a Pike. Este descubre que el atentado solo era una excusa para reunir a la cúpula y así Harrison poder atacarles, cosa que hace a bordo de un helicóptero de combate. Kirk logra repeler el ataque, pero no evita que Harrison logre escapar y se produzcan varias muertes; una de ellas, la de Pike. Esto hace que Kirk sea nombrado de nuevo capitán del Enterprise por el almirante Marcus (Peter Weller), principal comandante de la flota, quién le encomienda la misión de encontrar y eliminar a Harrison, algo que Kirk, deseoso de venganza, acepta sin dudarlo; aunque con la condición de contar de nuevo con su tripulación, incluido Spock. Como ayuda, Marcus le entrega varios torpedos de protones especiales que son cargados en la nave, algo que no hace mucha gracia a Scotty (Simon Pegg), que no duda en dimitir. Kirk, en cambio, está mas pendiente de encontrar a Harrison, a quién localiza en Kronos, el planeta de los Klingons, lo que hace que la misión sea mas peligrosa, ya que esto podría provocar una guerra entre la Federación y el Imperio Klingon.


En 2009, J. J. Abrams sorprendió con Star Trek, una película que era una precuela de la saga cinematográfica de la famosa serie creada por Gene Roddenberry pero, además, también reiniciaba todo el universo utilizando de forma muy inteligente los viajes en el tiempo. La película no solo fue un éxito que revitalizó la saga cinematográfica, bastante decaída tras los flojos resultados de la anterior entrega, Star Trek: Némesis (Stuart Baird, 2003), sino que resultó de lo mas satisfactoria y entusiasmó a casi todo el mundo; incluso muchos fans de Star Wars se quitaron el sombrero y afirmaron que ya les hubiera gustado tener una precuela así en lugar de La Amenaza Fantasma (George Lucas, 1999).

Rápidamente se habló de una secuela, pero esta estuvo en un estado incierto durante bastante tiempo, ya que Abrams, inmerso en otros proyectos, afirmó que no tenía intención de dirigirla, tan solo producirla, y dejar la dirección a otro. Sin embargo, finalmente aceptó repetir como director y el estudio dio luz verde al proyecto, dando como resultado la película que nos ocupa.

De momento, a la película no le está yendo mal en taquilla, aunque si es cierto que sus responsables esperaban algo mas. Además, en su segundo fin de semana ha perdido el primer puesto y ha bajado al tercero; claro, que hay que tener en cuenta los dos estrenos fuertes que había, Fast & Furious 6 y R3sacon. De todas maneras, con un presupuesto de 190 millones de dólares, la película lleva recaudados 146 millones en EEUU y 102 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de 248 millones de dólares.

Antes de ponerme a analizarla, quiero dejar clara mi posición en torno a Star Trek. Como ya he dicho varias veces, nunca he sido fan de la creación de Roddenberry ni formo parte de los denominados trekkies, que es como se denomina a los fans mas incondicionales; yo siempre he sido mas fan de Star Wars. Sin embargo, el que no sea fan de algo no quiere decir siempre que no me guste o lo desconozca. Lo mismo ocurre con Superman, que no está entre mis superhéroes favoritos, pero estoy impaciente por ver su última película, Man of Steel, porque tiene una pintaza tremenda y viene firmada por tres pesos pesados como Zack Snyder, Christopher Nolan y David S. Goyer.

De Star Trek recuerdo que veía la serie original en mi infancia y adolescencia, cuando todavía la pasaban por la Tv, y me gustan varias de sus películas, como la maravillosa Star Trek II: La Ira de Khan (Nicholas Meyer, 1982), a la que este film hace varios guiños y, sobre todo, homenajes –el mas claro de todos al final –. Y, desde luego, disfruté mucho con la película de 2009, por lo que tenía una enorme curiosidad por ver esta secuela.


Ahora que la he visto, solo puedo decir una cosa: ME HA ENCANTADO.

Como secuela, para mi es superior a su predecesora. Sigue completamente la linea marcada por aquella, pero multiplicándolo todo x2. Es mas oscura, tiene mucha mas acción y un guión mejor, a pesar de que la presencia de Damon Lindelof –responsable del decepcionante capítulo final de Perdidos o las cagadas de Prometheus (Ridley Scott, 2012) –hacía temer lo peor; pero, afortunadamente, no ha sido así y la película aprueba en lo que ha guión se refiere.

Lo mejor de esta película es que sorprende gracias, principalmente, a una serie de giros argumentales que funcionan muy bien y hacen la historia mas interesante. Todo ello acompañado de un ritmo que nunca decae y la hace totalmente disfrutable desde que empieza hasta que termina. Todo ello acompañado de unos estupendos efectos especiales y un notable diseño de producción, además de unas escenas de acción muy logradas y muy bien rodadas junto a algunos momentos realmente violentos e impactantes.

No obstante, el mejor ejemplo de la superioridad de esta secuela frente a su predecesora es, sin duda, el villano principal –porque en la película hay varios –. Sin menospreciar al Nero interpretado por Eric Bana en el anterior film, este John Harrison al que da vida un excelente Benedict Cumberbatch es un villano muy superior y llega a resultar realmente impresionante. Un adversario impracable que se las hace pasar muy putas a los protagonistas y que, además, es tan enigmático y amenazador que llega a dar miedo. Todo esto sin mencionar que también es un gran manipulador capaz de engañar y hacer creer que puede ser un buen amigo y aliado cuando en realidad es alguien a quién no querrías tener ni a 10 Km de distancia.






Lo que viene a continuación son SPOILERS de los grandes. Quién no haya visto la película que se abstenga de leer lo que viene a continuación; incluso hay que marcar el texto para poder leerlo.








Spock (Zachary Quinto) tiene suerte de que su yo del futuro (Leonard Nimoy) le advierta sobre este personaje y el peligro que representa, ya que es un viejo conocido de los fans de Star Trek.

Si, se trata del mismísimo Khan, al que dio vida el fallecido Ricardo Montalban en el episodio Space Seed (1967) de la serie original y en la ya mencionada película Star Trek II: La Ira de Khan. Se había rumoreado en multitud de ocasiones que era este personaje el que se encontraba tras la identidad de John Harrison y en un par de ocasiones se llegó a confirmar por parte de los medios de comunicación; aunque los responsables de la película y el propio Cumberbatch se empeñaban constantemente en desmentirlo.

Ahora, tras ver la película, si puedo decir a las claras de que se trata del mismísimo Khan, el cual también ha visto su historia modificada por le reinicio temporal que se hizo en la primera. Ahora es el Almirante Marcus, un estupendo Peter Weller (Robocop), quién encontró el Botany Bay y revivió a Khan, al que utilizó para la futura guerra contra los Klingons pero, como suele ocurrir, se le fue de las manos y ahora trata de manipular a Kirk para que acabe con Khan por él y, de paso, acelere el inicio de la guerra con los Klingon, descubriéndose como el segundo villano de la historia.

El almirante Marcus, por cierto, es el padre de la doctora Carol Marcus, personaje que –al igual que Khan –repite de la película de 1982 y que aquí está interpretada por una bella Alice Eve que hace un buen trabajo, aunque el personaje está un poco desaprovechado en el guión.










Fin de los SPOILERS, ya podéis leer con tranquilidad.







Como puntos negativos, a parte de lo desaprovechados de algunos personajes –lo que ya he dicho antes de Carol Marcus en los spoilers –, está el hecho de que la película no es exactamente la que te esperabas viendo los trailers, los cuales daban la impresión de que John Harrison iba a provocar el caos y traer la anarquía a la Federación; si es un personaje capaz de hacer todo eso, pero en la película no tiene oportunidad. Ocurre un poco como en Iron Man 3Sin embargo, el resultado final, aunque diferente, es de lo mas satisfactorio y, a diferencia de Iron Man 3, aquí no va a haber decepción en cuanto a la identidad del villano.

Resumiendo.

La película es muy buena, altamente satisfactoria y no decepciona –salvo un poco por lo que he dicho antes de los trailers –. Un film totalmente recomendable, tanto para los fans incondicionales de Star Trek como para los que ni tan siquiera conocen esta franquicia.



Desde luego, J. J. Abrams se ha superado a si mismo y, después del excelente trabajo que ha hecho, tanto en esta película como en su predecesora, ahora si que no tengo dudas de que han hecho una gran elección al encomendarle el Episodio VII de Star Wars que veremos en 2015 y que ya estoy deseando que llegue.

Claro, que esto le va a impedir dirigir la ya anunciada tercera entrega, para la que ya buscan un nuevo director, siendo Joe Cornish, director de Attack the Block (2011) y co-guionista de la futura Ant-Man, de Edgar Wright, el primer nombre en sonar como posible candidato. La tercera entrega podría llegar en 2016 y es muy probable que los Klingons sean los villanos principales.

Pero, esto es otra historia. Ahora lo que importa es esta Star Trek Into Darkness que, desde luego, me ha gustado mucho, he disfrutado una barbaridad viéndola y, sin ninguna duda, cuando la estrenen en España iré corriendo a verla en el cine porque vale la pena pagar por ella.









11 de julio de 2011

SUPER 8 (2011)






Ya he visto Super 8, otra película que, al igual que con Green Lantern, no he querido esperar a verla a su estreno en España; claro, que aquí con mucha mas razón que con la película de Linterna Verde. Porque este film se estrenó en EEUU el pasado 10 de junio, hace ya mas de un mes, pero a España no llega hasta el ¡19 de agosto! Y lo peor es que el estreno español se ha ido retrasando, porque en un principio iba a estrenarse el 8 de agosto y luego bajaron al 12; y a saber si el 19 será la fecha definitiva.

Yo no se a que narices viene tanto retraso, porque esta película no está siendo, precisamente, un fracaso. Con un presupuesto de 50 millones de dólares, la película lleva amasados 114 millones solo en la taquilla americana y su recaudación global ronda los 160 millones de dólares. Es cierto que sus responsables esperaban una taquilla algo mayor, pero, vamos, después de como le están yendo las cosas a Green Lantern con un presupuesto de 200 millones de dólares, creo que no deberían quejarse mucho, digo yo.

El caso es que, en vista de lo que iba a tardar esta película en llegar a España y que este tipo de films siempre me gusta verlos a principios del verano, pues me las arreglé para verla en V.O. por los métodos poco ortodoxos. Y si la ministra Sinde se enfada, que le eche la bronca a los distribuidores españoles; claro, que ahora estará mas ocupada tratando de evitar que la mierda que le han sacado recientemente a la SGAE la salpique a ella.

Esta vez tuve mas suerte que con Green Lantern y pude hacerme de primeras con una copia de bastante calidad con la que puedo hacer un buen análisis de esta película. Así que allá vamos.

La película transcurre en el verano de 1979, en un pequeño pueblo de Ohio. Un grupo de jóvenes, varios chicos y una chica, están rodando una película de zombies con una cámara super-8. Mientras ruedan una toma cerca de un estación de ferrocarril, un tren sufre un descarrilamiento que es provocado por una camioneta conducida por un hombre que los chicos pronto reconocen como uno de sus profesores. También observan que de uno de los vagones del tren ha salido algo.

En los días siguientes, el ejército toma la ciudad y se hace con el control del accidente, ya que el tren estaba bajo jurisdicción militar. Al mismo tiempo, unos extraños sucesos comienzan a sucederse. Los perros empiezan a huir, varias personas desaparecen y alguien está robando los motores de los coches. Los niños, que al ser testigos del accidente no se creen la versión de los militares, saben que algo está ocurriendo e investigan por su cuenta. Pronto descubren que el profesor que provocó el accidente estuvo trabajando con los militares años atrás en un proyecto secreto y, al revelar el material rodado la noche del accidente, descubren que del tren salió una extraña criatura; un ser que parece de origen extraterrestre.

Esta película supone el encuentro de dos grandes genios; al menos, para mi lo son. Uno es Steven Spielberg, quién es el productor de la película –y, desde luego, en los últimos 10 años me gustan mas sus trabajos como productor que como director –. El otro es J. J. Abrams, quién la ha dirigido y, además, ha escrito el guión. Spielberg es alguien que no necesita ya presentación, así que hablaré un poco del director.

Abrams, aunque comenzó en el cine como guionista y productor en películas como A propósito de Henry (Mike Nichols, 1991), Eternamente Joven (Steve Miner, 1992), Armageddon (Michael Bay, 1998) o Nunca Juegues con Extraños (John Dahl, 2001), se dio verdaderamente a conocer en la Tv con series de gran éxito como Felicity, Alias o Perdidos. Esto le hizo saltar de nuevo al cine dirigiendo Mission: Impossible III (2006) –que, aunque fue un fracaso por culpa de las excentricidades de Tom Cruise, no afectó a su carrera –y produciendo la estupenda Monstruoso (Matt Reeves, 2008), en la que demostró su buena mano con la publicidad viral –la cual también ha utilizado en este film –. Después, lograría resucitar en el cine la franquicia de Star Trek dirigiendo y produciendo Star Trek (2009), una estupenda precuela sobre los orígenes de la nave Enterprise y su tripulación que, además, sirve también como reinicio de la saga debido a su buena utilización de los viajes temporales.

Ahora, mientras trabaja en otros proyectos televisivos, ha producido junto a Tom Cruise la cuarta entrega de Mission: Impossible y trata de sacar adelante las secuelas de Monstruoso y Star Trek, Abrams ha sacado tiempo para escribir y dirigir este film que, desde luego, a mi me ha gustado mucho.

Es una película buena. Eso si, quién vaya a verla esperándose una película de monstruos en toda regla va a salir bastante decepcionando. Hay un monstruo, si, pero este pasa un poco a segundo plano y la película se centra mas en los personajes y sus conflictos; como la amistad entre los chicos, la historia de amor entre el chico y la chica protagonistas o la tensa relación entre los padres de estos a causa de un trágico suceso. Todo esto servido con un buen guión que no cae en la sensiblería ni la lágrima fácil y que hace que el ritmo de la película no decaiga en ningún momento ni hacer que la historia se estanque o resulte aburrida. Aunque, tampoco es bueno del todo, ya que hay veces que abusa un poco de los tópicos; sobre todo, en la parte de los militares.

Otro punto muy a favor del film son las interpretaciones; otro acierto del film. Actores como Kyle Chandler, conocido por la serie Edición Anterior y por sus papeles en películas como King Kong (Peter Jackson, 2005) o el remake de Ultimatum a la Tierra (Scott Derrickson, 2008), o Noah Emmerich, visto en films como El Show de Truman (Peter Weir, 1998) o Windtalkers (John Woo, 2002) y, mas recientemente, en la serie The Walking Dead, hacen un buen trabajo, al igual que los demás actores adultos.

Aunque, los que merecen especial mención son los niñon protagonistas. Se nota que Abrams realizó un casting muy cuidado y buscó a jóvenes que saben actuar y no se limitó a coger a niñatos repelentes; de esos que salen en anuncios de Tv o series malas. Los actores jóvenes aquí hacen un muy buen trabajo, metiéndose bien en sus respectivos papeles y haciendo creíbles sus personajes. Especial mención tienen Joel Courtney, el protagonista principal, Elle Fanning, la chica del grupo, o Riley Griffiths, quién ejerce de director gritón y mandamás en la película que están rodando.

Un gran acierto, ya que en una película protagonizada por niños lo principal es hacer que el espectador simpatice con ellos y no lo contrario, que es lo que logran muchas otras películas de cuyo título no quiero acordarme.

En el aspecto técnico, la película es impecable. El diseño de producción es muy bueno y la ambientación del film a finales de los 70 está muy lograda, haciéndote creer que están de verdad en el año 1979; hay algunas incoherencias, eso si, pero pasan casi desapercibidas. Los efectos especiales están muy bien insertados en la historia y no contrastan nada con el estilo retro del film y las escenas de acción, aunque pocas, son alucinantes. El accidente de tren, por ejemplo, es una completa pasada, en serio; lo que se ha visto de él en los trailers es solo la punta del iceberg. Una escena brutal e impresionante que deja con la boca abierta, palabra. Tengo muchas ganas de ver esta película en el cine porque, si la escena ya impresiona viéndola en el ordenador, en una sala de cine debe ser la bomba.

Luego está el monstruo, el cual tarda en aparecer, pero lo hace. Está muy bien hecho, aunque su diseño no me termina de convencer del todo. Aún así, está muy logrado e impresiona bastante.

Este ha sido creado mediante la técnica de captura de movimientos (motion capture) y ha sido el actor Bruce Greenwood, que ya trabajó con Abrams en Star Trek, el encargado de darle vida. La labor de Greenwood en el film fue algo que se guardó en el mas estricto secreto y no se reveló hasta una semana después de estrenarse el film. De hecho, Greenwood aparece acreditado en todo momento como “Cooper”, que es como el equipo técnico de la película había puesto de apodo a la criatura; al igual que el tiburón mecánico utilizado en Tiburón (1975) fue llamado “Bruce” en honor al abogado de Spielberg.

El monstruo sale poco, pero se le ve y bastante bien. No obstante, vuelvo a repetir que lo que tenemos entre manos no es una película de monstruos.

Es, mas bien, una película de nostalgia.

El film nos lleva de regreso a esa época –finales de los 70 y toda la década de los 80 –de inocencia en la que los niños soñaban con ser cineastas o aventureros marcada por películas como E.T. El Extraterrestre, Gremlis, Los Goonies, El Secreto de la Pirámide, Exploradores o Una Pandilla Alucinante a la que Spielberg y Abrams han querido rendir tributo con este film; el primero como productor y director de varias de esas películas y el segundo porque vivió su infancia y su juventud en esa época y bien podría haber sido uno de los chicos protagonistas de este film que, seguramente, tendrá rasgos autobiográficos.

Seguro que a los de mi generación y, sobre todo, a los que son unos años mas mayores, esta película les traerá gratos recuerdos. A mi, desde luego, me los ha traído.

Altamente recomendable.