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24 de diciembre de 2014

EL HOBBIT: LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS (2014)




















Once años después, volvemos a llegar otra vez al final del camino. Peter Jackson finaliza su nueva trilogía ambientada en la Tierra Media con el estreno de la tercera entrega. Aunque, a diferencia de las anteriores, y de la trilogía de El Señor de los Anillos, esta película no se ha rodado simultáneamente con las otras, sino que fue rodada después; al menos, en parte.

Recordemos que, originalmente, la adaptación de El Hobbit iba a constar solo de dos películas pero, en plena producción de ambos films, se decidió convertirla en una trilogía, por lo que tuvo que ser rodada después. Eso si, no la película entera, sino el material necesario para convertir las dos películas que se estaban preparando en tres film, para lo que Jackson tuvo que tirar de los apéndices publicados al final de El Retorno del Rey, ya que la novela de El Hobbit no daba ya para tanto.

Esto ha llevado también a un baile de títulos. Cuando la adaptación constaba de dos películas, la primera se iba a titular El Hobbit: Un Viaje Inesperado y la segunda llevaría por título El Hobbit: Partida y Regreso. Luego, cuando se decidió hacer la trilogía, la primera película conservó su título, pero la segunda pasó a llamarse El Hobbit: La Desolación de Smaug mientras que El Hobbit: Partida y Regreso pasó a ser el título de la tercera.

Sin embargo, el pasado mes de abril nos sorprendieron con un nuevo cambio de título. Así, la película que nos ocupa pasó a llamarse El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos mientras el título de El Hobbit: Partida y Regreso desaparecía del mapa.

No obstante, consciente de la importancia que el subtítulo de Partida y Regreso tiene para los fans de Tolkien, Peter Jackson ha decidió emplearlo para nombrar a la trilogía completa en futuros packs de DVD y Blu-Ray; al menos, eso dicen.


Pero, bueno, dejo ya este rollo de los títulos y paso a hablar de la película.

Esta comienza justo donde la dejó la anterior entrega. El dragón Smaug (Benedict Cumberbatch) arrasa la Ciudad del Lago en represalia por el intento de Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage) y los enanos de darle muerte. Mientras Tauriel (Evangeline Lilly), Kíli (Aidan Turner) y los enanos que se quedaron con él ayudan a escapar a las hijas de Bardo (Luke Evans), este logra escapar de la celda donde le tenían encerrado y consigue dar muerte a Smaug con ayuda de su hijo y la última flecha negra. Al morir, el dragón cae sobre el gobernador (Stephen Fry), quién intentaba huir en una barca con todas las riquezas de la ciudad. Los supervivientes de la ciudad acogen a Bardo como su líder y los lleva a las ruinas de la Ciudad del Valle para reclamar a Thorin el oro que les prometió. Pero Thorin, atrincherado en Erebor, se niega a cumplir su promesa, ya que, como le ocurrió a su abuelo, el oro está corrompiendo su mente. Además, la cosa empeora al no encontrar la Piedra del Arca, llegando a sospechar que uno de los enanos la tiene escondida.

La piedra está en realidad en manos de Bilbo (Martin Freeman), quién no quiere entregarla por su temor a que el estado de Thorin empeore. Por ello, decide escapar de Erebor y entregarle la piedra a Bardo. Para su sorpresa, Thranduil (Lee Pace) se encuentra allí con un ejército de elfos con el que pretende atacar Erebor. Muerto Smaug, el rey elfo quiere recuperar unas gemas que forman parte del gran tesoro de los enanos y, por ello, él y Bardo han sellado una alianza. Allí también se encuentra Gandalf (Ian McKellen), quién fue liberado de la fortaleza de Dol Guldur por los miembros del Concilio Blanco. Mientras Elrond (Hugo Weaving) y Saruman (Christopher Lee) combaten a los Nazgûl, Galadriel (Cate Blanchett) libera a Gandalf y logra expulsar de allí a Sauron (Benedict Cumberbatch), quién huye hacia Mordor. Elrond piensa que deben avisar a Gondor del regreso del señor oscuro y acabar con él antes de que recupere su poder, pero Samuran afirma que, sin el Anillo Único, Sauron no representa una amenaza y él mismo se encargará de él. Mientras eso pasaba, Gandalf fue sacado de la fortaleza por Radagast el Pardo (Sylvester McCoy) y decide acudir inmediatamente a Erebor para avisar de que un gran ejército de orcos liderado por Azog (Manu Bennett) se dirige hacia la montaña. Pero no van allí por sus riquezas, sino porque es un punto estratégico que permitiría a Sauron poder acceder al antiguo reino de Angmar, el cual supondría una gran amenaza si se alzara de nuevo.

En taquilla, a la película le está yendo bien con 98 millones de dólares recaudados en EEUU y 269 millones más recaudados en el resto del mundo que hacen un total de 367 millones de dólares. Unas muy buenas cifras, aunque no tan espectaculares como las que hacían en su día las películas de El Señor de los Anillos. Sobre opiniones de público y crítica, pues lo mismo que con las dos anteriores, para que decir más.

¿Y qué opino yo?

A mi esta nueva trilogía, pese a ser inferior a la de El Señor de los Anillos y el haber estirado la historia y se note, me gusta mucho. Al contrario que mucha gente que se sintió decepcionada con ella, la primera película me gustó mucho, me encantó. Luego llegó la segunda y esta me gustó incluso más. Es por ello por lo que tenía puestas bastantes expectativas en esta tercera entrega, que esperaba que cerrara la trilogía con broche de oro.

Pues bien, tras haberla visto, debo decir que la película me ha gustado mucho y he disfrutado mucho viéndola. Sin embargo, también salí de verla con cierta sensación de decepción. Y es que, para ser el cierre de una trilogía, yo me esperaba más, la verdad.


Vamos a ver, la película es muy buena. De nuevo la dirección de Peter Jackson es magistral, tanto en las batallas y las escenas de acción, las cuales son de lo más espectaculares, como en los momentos dramáticos y la dirección de actores.

El ritmo nunca decae, los efectos especiales y el diseño de producción cumplen a la perfección y el trabajo de los actores sigue siendo muy bueno y, además, se ve una gran mejoría en la mayoría de actores que repiten. De aquí destaco sin ninguna duda a Richard Armitage, quién se ha superado claramente en su papel de Thorin y ha sabido llevar muy bien al personaje en su descenso a la locura. Sobre las nuevas incorporaciones –que no son muchas –, destaco sin ninguna duda a Billy Connolly, quién está realmente sensacional como Dáin Píes de Hierro.

La película está muy bien. Como ya he dicho antes, he disfrutado mucho viéndola y tengo ganas de verla de nuevo. Sin embargo, le falta algo muy necesario para haber cerrado esta trilogía con broche de oro. Le falta ÉPICA.

Sinceramente, no he visto épica en ningún momento de la película. Las batallas son espectaculares y de lo más impresionantes y brutales, pero no he visto que desprendan épica en ningún momento. Tampoco he visto épica en los momentos importantes, como la muerte de Smaug, el enfrentamiento del Concilio Blanco contra Sauron o la pelea final entre Thorin y Azog. Todos esos momentos están muy bien, no me malinterpretéis, son brutales y están de lo más logrados, pero carecen de épica; o, al menos, yo no sé la veo.

La épica en esta película brilla por su ausencia. Esa misma épica que poseía la anterior trilogía; especialmente, El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (2003), la cual desprendía épica en cada momento. Yo no esperaba que esta película estuviera a la altura de El Retorno del Rey, pero si esperaba que, al menos, se le acercara un poco. Como ya he dicho, Peter Jackson ha hecho un gran trabajo, pero en lo que a épica se refiere, ha estado muy, pero que muy, descafeninado.

Puede que en esta nueva trilogía prime más la acción y el espectáculo por encima de la épica pero, aún así, las dos anteriores películas tenían sus momentos épicos. Pero aquí nada. Ni tan siquiera he visto épica en los momentos más brutales, como las muertes que se producen al final, las cuales no revelaré por los que no hayan visto aún la película y no se hayan leído el libro –que, por desgracia, los hay –.


Desde luego, no sé que le habrá pasado a Peter Jackson en esta película, porque las dos anteriores si me causaron mucha satisfacción. Quizá sea verdad que ha sido un error el dividir la saga en tres películas cuando el material no daba para tanto.

Sin embargo, esa es otra. Porque, a diferencia de las dos primeras, aquí no hay ninguna sensación de estiramiento; está estirada la historia, no os equivoquéis, pero aquí no da esa sensación. Además, para mí le faltan cosas.

Por ejemplo, la escena de Smaug y la destrucción de la Ciudad del Lago, aunque es un momento excelente y de lo más brutal, se me ha hecho demasiado corta. Para mí, debería haber sido una escena más densa que aprovechara mejor a un excelente villano como Smaug. Porque, después de los grandes momentos que nos dio en la anterior entrega, yo tenía muchas ganas de verlo más y me encuentro con que lo desaprovechan mucho.

Luego está el asunto de Sauron y el Concilio Blanco. La cosa, tal y como queda, está bien. Sin embargo, no hubiera estado de más que Jackson hubiera metido una escena en la que viéramos como se termina de forjar la alianza entre Sauron y Saruman. Pero, bueno, esto es solo a gusto propio. Además, conociendo a Jackson, seguro que tiene una escena como esa guardada para alguna versión extendida.

Bueno, vamos resumiendo ya.

La película es muy buena. Como ya he dicho, me ha gustado mucho y he disfrutado mucho viéndola. Pero, para mí ha sido la más floja de los tres. Si tengo que poner las tres películas en una escala sobre cual me gusta más y cual menos, sin duda, el primer puesto lo ocuparía La Desolación de Smaug, el segundo puesto lo ocuparía Un Viaje Inesperado, y el tercer lugar lo ocuparía esta;una escala muy diferente a la de El Señor de los Anillos, donde el puesto lo ocuparía El Retorno del Rey, el segundo puesto lo ocuparía La Comunidad del Anillo y el tercer puesto lo ocuparía Las Dos Torres.


Y es que, como ya he dicho antes, la película, aunque esté muy bien, para ser un final de trilogía no ha logrado estar a la altura. Y todo por esa falta de épica que se hace notar en todo momento.

Una pena. Pero, aún así, la película es muy buena y, desde luego, la recomiendo.








31 de diciembre de 2013

EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG (2013)

















Llegué a creer que no iba a poder ver esta película antes de que acabase el año, ya que varios problemas han impedido que pudiera verla antes. 

Sin embargo, por fin he podido ver esta película, la segunda parte de las tres en que se divide la adaptación que Peter Jackson ha realizado de El Hobbit. Así que, para acabar el año, ya puedo dar mi más clara opinión sobre ella.


Pero, vayamos por partes.

Bilbo Bolsón (Martin Freeman) continúa el viaje hacia Erebor junto al mago Gandalf el Gris (Ian McKellen) y los trece enanos liderados por Thorin (Richard Armitage). Tras ser salvados por las águilas, llegan a la casa de Beorn (Mikael Persbrandt), un hombre con la capacidad de transformarse en oso, donde pasan la noche. Después llegan al Bosque Negro, donde Gandalf se separa de ellos una vez más. Dentro del bosque, los enanos son capturados por arañas, pero Bilbo consigue ayudarles a escapar con ayuda de su daga, Dardo, pero son apresados de nuevo, esta vez por un batallón de elfos pertenecientes al reino de Thranduil (Lee Pace) que están liderados por Legolas (Orlando Bloom), el hijo de Thranduil, y Tauriel (Evangeline Lilly), una bella guerrera elfa protegida del rey. Los enanos son encarcelados y Thorin es llevado ante Thranduil, que les propone dejarles ir a cambio de que le entregue unas valiosas gemas que forman parte del tesoro de Erebor. Pero Thorin no perdona al rey elfo el no prestarles ayuda cuando fueron atacados por el dragón Smaug (Benedict Cumberbatch) y rechaza la oferta, por lo que es encarcelado también. Pero Bilbo, ayudado por el anillo que encontró en la caverna de Gollum, evita ser capturado por los elfos y ayuda a los enanos a escapar del reino a través del rey montados en barriles. Los enanos son perseguidos por los elfos y están a punto de ser capturados de nuevo, pero en esos momentos aparece una legión de orcos liderada por Bolgo (Lawrence Makore), el hijo de Azog (Manu Bennett), a quién su padre encomienda la persecución de Thorin tras ser reclamado en Dol Guldur por el Nigromante.

Mientras, Gandalf investiga junto a Radagast el Pardo (Sylvester McCoy) las tumbas de los Nazgûl, descubriendo que estos ya no se encuentran en ellas, lo que significa que han sido convocados y solo hay alguien que puede convocarlos. Tras hacer que Radagast se marche para contarle a Galadriel lo que ha descubierto, el mago gris se adentra solo en Dol Guldur, cayendo en una emboscada de orcos encabezados por Azog. Ganfalf intenta escapar, pero es encontrado por el Nigromante quién, tras un enfrentamiento, lo derrota y lo captura. Es entonces cuando Gandalf descubre la verdad sobre el Nigromante y comprueba horrorizado que sus terribles sospechas son ciertas. Encerrado en una jaula, el mago contempla como un ejército de orcos marcha hacia Erebor.



Como ya sabemos bien, la saga comenzó hace un año con El Hobbit: Un Viaje Inesperado (2012), ahora continúa con la película que nos ocupa y el año que viene finalizará con el estreno de El Hobbit: Partida y Regreso (2014); título que, por cierto, tenía esta película cuando la adaptación constaba solo de dos films.

Como ocurrió con su predecesora, la película está haciendo una excelente taquilla, habiendo recaudado 190 millones de dólares solo en EEUU y 424 millones a nivel mundial, haciendo un total de 614 millones de dólares. No hay duda de que va a ser otro éxito enorme; puede que algo inferior al de la primera por la pérdida del impacto inicial, pero un éxito en toda regla. Además, cabe decir que está siendo mejor recibida por crítica y público que su predecesora

¿Y qué me ha parecido a mí? Pues a eso voy ahora mismo.

A mí la película me HA ENCANTADO. Me ha parecido un film excelente, disfrutable de principio a fin y que deja con muchas, muchísimas, ganas de mas al final. Incluso ahora me alegro de que se hayan hecho tres películas porque me entusiasma saber que todavía queda una película más; aunque haya que esperar otro año para verla.

Y es que Peter Jackson está haciendo de nuevo un excelente trabaja en este regreso a la Tierra Media. No tan acertado como cuando hizo la trilogía de El Señor de los Anillos, ya que aquí comete algunos fallos, pero un trabajo excelente de todas formas.

Desde luego, esta secuela es muy superior a su predecesora, la cual también me encantó. Porque recuerdo que yo no soy de las personas que se sintieron decepcionadas con la primera, todo lo contrario. A mí la primera me encantó y ya lo dejé bien claro en este mismo blog. Y esta secuela me ha encantado mucho mas, algo que ya me esperaba. No solo es más espectacular, vibrante y épica que la primera, sino que hasta corrige muchos de los fallos de esta.




La primera película tenía pequeños defectos, pero había dos grandes en especial. Uno era el hecho de adaptar una novela de 300 páginas en tres películas de casi tres horas cada una, lo que obligaba a estirar la historia como si fuera un chicle y a meter mucho material de relleno. Otro problema era a nivel visual, ya que el nuevo formato de 48 fps hacía que se notara más el contraste entre los efectos especiales físicos y los realizados por CGI.

Pues bien, esta película ha mejorado mucho estos aspectos. La sensación de estiramiento es muchísimo menor, llegando casi ni a notarse, todo gracias a un ritmo excelente que nunca decae y una muy lograda estructuración de la historia. Y visualmente la cosa también mejora mucho; se nota que Jackson y los de efectos especiales supieron ver los defectos en la anterior y aquí los han mejorado, tal y como predije.

La película es sensacional. Ya desde la primera escena la historia engancha y ya no suelta hasta que salen los títulos de crédito finales. Todo es una sucesión de momentos impresionantes, como la llegada a la casa de Beorn –un Beorn muy logrado, tanto en su versión oso como en su versión humano –, la entrada en el Bosque Negro, la escena de las arañas, la fuga por el río en barriles, el enfrentamiento de Gandalf contra el Nigromante o el momento estrella de toda la película, el enfrentamiento contra Smaug, que es sin duda escena del año.

El dragón Smaug es una auténtica maravilla. A parte de estar muy bien hecho técnicamente, es una bestia impresionante, amenazadora y de lo mas aterradora, como una especie de Hannibal Lecter gigante; se me erizaba la piel con solo oírle hablar a pesar de que todavía no la he visto en V.O. para escuchar la voz de Benedict Cumberbatch, que este año ha interpretado a dos villanos excelentes sin contamos su personaje en Star Trek Into Darkness. Sin duda, este Smaug es la gran revelación de esta trilogía, como Gollum lo fue de la de El Señor de los Anillos.



A nivel interpretativo, los actores que repiten siguen haciendo el buen trabajo que hacían en el primer film.

Sobre los nuevos actores que se incorporan a la saga, quién más destaca es sin duda Evangeline Lilly, actriz que se hizo famosa por su papel Kate Austen en la serie Perdidos y que aquí da vida a la elfa Tauriel, un personaje que no aparece en ninguna novela de Tolkien y que ha sido inventado por Jackson para la gente como yo, que siempre hemos echamos de menos ver más chicas guerreras en esta historia. Lilly se sale en todo momento, ensombreciendo constantemente al mismísimo Legolas, tanto en las escenas de acción –donde se desenvuelve muy bien –como en los momentos dramáticos. Además, me gusta la rollo que tiene con el enano Kili y algo que encuentro bastante interesante; en El Señor de los Anillos teníamos una historia de amor prohibido entre un hombre y una elfa y aquí podríamos tener algo parecido con una elfa y un enano –aunque esta puede tener un final trágico –.

Otro de los nuevos que también me ha gustado mucho ha sido Luke Evans, que está genial como Bardo –personaje que va a adquirir mucho más protagonismo en la nueva entrega –y no me olvida también del siempre estupendo Stephen Fry, que aquí da vida al corrupto gobernador de Esgaroth y que, como siempre, hace un gran trabajo.

Vamos resumiendo.

La película es muy buena, EXCELENTE. Me ha encantado, he disfrutado enormemente viéndola y tengo unas ganas enormes de volver a verla. En este 2013 tan lleno de decepciones –una de ellas, Pacific Rim, lo que hace que sea más triste el que Guillermo del Toro se marchara de este proyecto –, es agradable ver que esta película no solo ha cumplido, sino que hasta ha superado las expectativas.


Una de las mejores películas del año, sin duda. Sigue sin estar a la altura de las películas de El Señor de los Anillos, ya que es muy difícil igualar a esos tres peliculones, pero se le acerca mucho.


De nuevo, Peter Jackson vuelve a dar en la diana y demuestra que no hay nadie mejor que él para llevar el universo de Tolkien al cine.














7 de abril de 2011

SUCKER PUNCH (2011)





Sucker Punch es la última película de Zack Snyder, director que debutó en el mundo del cine con un remake de una película de terror del gran George A. Romero (Amanecer de los Muertos), se hizo popular y sorprendió a todo el mundo con una gran adaptación de cómic (300), continuó en el mundo de los cómics llevando a la gran pantalla un gran cómic que parecía inadaptable y que directores como Terry Gilliam o Darren Aronofsky no fueron capaces de adaptar (Watchmen) e, incluso, se atrevió con el cine de animación (Ga'Hoole, la leyenda de los guardianes) con buenos resultados.

Ahora, antes de afrontar su película sobre Superman –donde colaborará con otros dos genios como Christopher Nolan y David S. Goyer –, nos trae una película de su propia cosecha. Un film con una historia ideada por él y realizada completamente con su particular estilo.

La película trata la historia de Baby Doll (Emily Browning), una adolescente que, en plenos años 50, es encerrada en un psiquiátrico cuando, por error, mata a su hermana pequeña al intentar protegerla de su despreciable padrastro, quién soborna a un enfermero, para que sea lobotomizada y así no pueda contarle lo sucedido a las autoridades. No obstante, el médico que debe hacerse cargo de la lobotomía no puede llegar hasta dentro de cinco días.

Durante ese tiempo, la joven crea en su mente una realidad alternativa que consta de dos mundos. En uno de ellos es una huérfana entregada a un prostíbulo donde su virginidad será subastada dentro de esos cinco días. En el otro es una guerrera que, junto a sus compañeras del psiquiátrico –y del prostíbulo también –realiza misiones en una tierra donde se entremezclan la Edad Media, la I Guerra Mundial o el Futuro poblada por dragones, robots, orcos, soldados zombies y demás criaturas. En esos mundos buscará cinco cosas que le permitirán escapar a su fatal destino.

La película no está siendo muy bien recibida. La crítica, practicamente, la está destrozando. Claro, que los críticos de cine son las últimas personas del mundo a las que hago caso. No obstante, tampoco le está gustando mucho a la mayor parte del público y eso se está dejando reflejar en la taquilla. Con un presupuesto de 85 millones de dólares, el film solo lleva recaudados 30 millones en EEUU y un total de 50 millones sumándole la taquilla mundial. Por no hablar de que, en su segunda semana, bajó del segundo a séptimo puesto; un fracaso en toda regla.

Está claro que a la gente –al menos, la mayoría de ella –no le gusta esta película o, al menos, no la han sabido entender; me inclino por esto último.

Pero, bueno, como digo siempre, mi opinión nunca viene condicionada por ninguna otra; ni por la de los críticos ni por la de nadie. Tengo en cuenta las opiniones de los demás, que conste, pero nunca me dejo influenciar por ellas. Si una película no me gusta no tengo por que decir que me gusta solo para quedar bien con el resto de la gente. Y lo mismo digo de las películas que me gustan. Cuando una película me gusta, me gusta de verdad y no tengo que decir que no me gusta solo porque al resto del mundo no le guste.

Quiero dejar esto bien claro porque esta película, no solo me ha gustado, sino que me ha ENCANTADO.

Para mi es la confirmación definitiva de que Zack Snyder no es solo un gran director, también es un genio. Eso si, bastante incomprendido, porque está claro que jamás recibirá el reconocimiento de otros directores sobrevalorados –tanto por la crítica como por sus lameculos –solo porque hacen cine independiente o ese mal llamado cine de autor; creo que no hace falta que cite nombres.

Snyder ya hizo un excelente trabajo en sus anteriores películas y aquí se supera en todos los sentidos.

El film es una auténtica delicia visual. El diseño de producción es maravilloso; tanto el del mundo real como el de los imaginados por la protagonista. Los efectos especiales son de lo mas logrados y las secuencias de acción son brutales y están muy, pero que muy, bien rodadas. A nivel visual, la película no tiene ninguna pega.

Pasando al nivel interpretativo.

Tanto la dirección de actores como las interpretaciones de sus protagonistas son bastante buenas; salvo algunas excepciones, claro. Su protagonista, Emily Browning, hace un trabajo excelente. La chica es una estupenda actriz y en esta película lo demuestra con creces. Llegó a la película en sustitución de Amandra Seyfried –quién tuvo que rechazar el papel por su compromiso con otros proyectos –y yo creo que, sin menospreciar a Seyfried, la película salió ganando. El rostro delicado y aniñado de Browning le viene como anillo al dedo al personaje y, aún así, no es ningún impedimento para que la actriz resulte creíble en las brutales secuencias de acción o en los momentos mas duros del film.

Tampoco lo hacen nada mal sus compañeras de reparto, con especial mención a Abbie Cornish; a quién se podría considerar la otra gran protagonista de la historia. No obstante, la excepción que marca la regla es Vanessa Hudgens –la estrella de esa famosa defecación de Disney llamada High School Musical –. He de reconocer que la chica no lo hace mal del todo y se esfuerza algo, pero no llega al nivel de sus compañeras y me da que su presencia en la película se debe a una imposición del estudio que a Snyder no le quedó mas remedio que aceptar; por eso la tiene la mayor parte del tiempo en segundo plano.

Tampoco hay que olvidar el trabajo de los actores mas veteranos, como el gran Scott Glenn o la estupenda Carla Gugino; quién ya trabajó con Snyder en Watchmen.

A nivel técnico e interpretativo, la película aprueba con nota. No obstante, hace falta mucho mas que eso para hacer una gran película y, afortunadamente, esta película lo tiene.

La historia no es muy original, eso no puedo negarlo. Lo de niños y jóvenes que escapan a su terrible realidad a través de mundos imaginarios es algo ya visto anteriormente; sobre todo, en el cine. Además, son muchas las referencias en las que se ha basado Snyder para crear el mundo imaginario de Baby Doll. Los cómics, los videojuegos, el manga, las novelas pulp... son solo algunos de los ejemplos que podría poner.

No obstante, eso no quita que esta película sea lo que es: un auténtico derroche de imaginación. Porque, si hacemos memoria, esta podría ser perfectamente una de esas películas que muchos de nosotros –los de mi generación o los de la generación de Snyder –nos montábamos en la cabeza cuando éramos mas jóvenes mientras leíamos cómics, veíamos la Tv o jugábamos con nuestros juguetes; yo lo hacía y, desde luego, apuesto a que Snyder también.

Y ahora el tipo ha conseguido reflejar todo eso en una película. Un film lleno de dragones, aviones de guerra, ametralladoras, zombies, orcos... y, para rematar, unas heroínas muy atractivas y vestidas de forma sexy ¿Que mas se puede pedir?

Claro, que Snyder ya ha crecido y es alguien con los píes en el suelo, por eso mete todo ese mundo dentro de la mente de la protagonista y así dejarnos también ese sabor amargo que nos deja la cruda realidad; esa realidad de la que muchos querríamos evadirnos de la misma forma que lo hace la protagonista.

El film tiene un guión –escrito por Steve Shibuya y el propio Snyder –genial y muy bien estructurado. Por ahí hay muchos que dicen que la película es un disparate sin sentido que entremezcla imágenes sin orden alguno. Yo no les culpo, porque es cierto que la película puede resultar bastante liosa si no se presta mucha atención. Creo que ahí radica gran parte de su fracaso en taquilla y la decepción que ha provocado en mucha gente; personas a las que recomendaría que hicieran un segundo visionado, esta vez, prestando mas atención. Porque, desde luego, la película si tiene bastante sentido y, sobre todo, mensaje.

Es excelente la forma en que nos narran la historia. Para empezar, el mundo real solo aparece al principio y al final de la película, desarrollándose la mayor parte de la historia en los otros dos mundos. De forma muy inteligente, Snyder nos ahorra contemplar las vivencias de la sufrida protagonista en ese psiquiátrico de la misma manera que lo hace ella. Practicamente, se podría decir que nos introduce en su mente.

Podríamos decir que el film se divide en tres actos. En el primero vemos como la protagonista termina en el psiquiátrico y las razones por las que acaba allí. Todo muy bien resumido con el tema Sweet Dreams, de Annie Lennox, de fondo; por cierto, es la propia Emily Browning quién lo canta.

Así pasamos al segundo acto, donde se entremezclan los dos mundos imaginarios. Uno mas realista donde poco se diferencian las cosas de la realidad. La protagonista sigue atrapada en un infierno y sujeta a un fatal destino; pero, esta vez, cambiando el escenario de un psiquiátrico a un prostíbulo donde las chicas son explotadas sexualmente a hombres adinerados y a políticos corruptos. El otro mundo es pura fantasía, donde vemos a la protagonista, vestida como una heroína manga empuñando pistolas y espadas samurais, luchando contra todo tipo de seres en diversos escenarios. Una pasada.

Debo decir que es excelente la forma en la que enlazan ambos mundos a través de esos bailes que se marca la protagonistas y que dejan a la gente flipando. Eso si, nosotros –los espectadores –nunca llegamos a verlos; aunque, si podemos imaginarlos. Otro acierto del film, animar al espectador a imaginar.

Y así llegamos al tercer acto. De vuelta al mundo real, donde vemos que los actos dentro de la mente de Baby Doll han tenido sus consecuencias también en este mundo; unas malas y otras buenas. El final debo decir que me ha gustado y me parece de lo mas correcto. No diré nada para los que no hayan visto la película, tan solo decir que es un final feliz y amargo a la vez y que remata muy bien tan magna obra. Si hubiera sido totalmente feliz, hubiera quedado demasiado complaciente y, de haber sido totalmente amargo, habría dejado muy mal sabor de boca.

Resumiendo.

Una película excelente, sensacional y maravillosa. Una auténtica joya y toda una obra maestra. Cuando salí de verla me temblaban las piernas y me latía con fuerza el corazón y eso muy pocas películas tienen el honor de hacérmelo. Desde luego, Zack Snyder es todo un genio, al igual que Christopher Nolan; lástima que la taquilla no le acompañe tan bien como a él. A ver si Superman: Man of Steel si logra triunfar en taquilla y este hombre puede seguir haciendo cine; porque el mundo no será el mismo sin sus maravillosas películas.

Claro, que esta película no se merece el fracaso que está teniendo. Aunque, si echamos la vista atrás, muchas películas consideradas hoy de culto tampoco triunfaron en su día. Espero que, como ocurrió con muchas de ellas, la historia ponga a este film en su sitio y se le de el reconocimiento que merece.

Aunque, da igual. Digan lo que digan, para mi es una excelente película. Además, Baby Doll y sus amigas ya forman parte de mis heroínas favoritas.