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24 de abril de 2023

DUNGEONS & DRAGONS: HONOR ENTRE LADRONES (2023)

 


ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad.













Ya he visto por fin esta nueva adaptación cinematográfica del famoso juego de rol que en España conocemos como Dragones y Mazmorras. Una película que ha tardado mucho en llegar; incluso su estreno se retrasó dos años a causa del COVID-19.

Ahora, me dispongo a dar mi opinión sobre ella. Pero, vayamos por partes.

El bardo Edgin Darvis (Chris Pine) y la bárbara Holga Kilgore (Michelle Rodriguez) logran escapar de la cárcel, donde han pasado dos años encerrados. Antes de la fuga, Edgin recuerda como ambos llegaron allí. Antes de convertirse en ladrón, Edgin formaba parte de los Harpistas, unos espías y defensores de la paz, hasta que su esposa fue asesinada por los Magos Rojos y se quedó solo con su hija Kira. Poco después, conoció a Holga, que había sido expulsada de su tribu, quién se convirtió en una segunda madre para Kira. Ambos se convirtieron en ladrones y, con el tiempo, se les unieron dos personas mas, el hechicero Simon Aumar (Justice Smith) y el estafador Forge Fitzwilliam (Hugh Grant). Las cosas les iban bien hasta que, convencidos por Forge, aceptaron un robo de una misteriosa hechicera, Sofina (Daisy Head), el cual sale mal y Edgin y Holga fueron capturados. Antes, Edgin le pide Forge que cuide de Kira.

De vuelta al presente, Edgin y Holga buscan a Kira y a Forge, descubriendo que este es ahora el nuevo señor de Neverwinter después de que el anterior gobernante cayera misteriosamente enfermo. Kira está con él, pero ambos descubren que Forge la ha estado mintiendo y que, además, él fue quién los traicionó e hizo que los capturaran. Además, está compinchado con Sofina, que resulta ser una Maga Roja. Sofina trata de hacer que los ejecuten, pero Edgin y Holga logran escapar y trazan un plan para recuperar a Kira. Para ello, buscan la ayuda de Simon y de Doric (Sophia Lillis), una druida tiflin, quién lidera la resistencia contra la tiranía de Forge.

Como ya he dicho antes, Dragones y Mazmorras es un popular juego de rol. A muchos que no estén dados en este tipo de juegos seguramente les sonará más por la exitosa serie The Big Bang Theory, ya que sus protagonistas solían jugar a él varias veces.

Mucho antes que eso, este juego se popularizó fuera de los círculos de estos juegos por una adaptación en forma de serie de animación de los años 80 a la que esta película hace un homenaje.




En cine, tuvo una adaptación en 2000 producida y dirigida por Courtney Solomon que fue un completo desastre, tanto en taquilla como a nivel crítico. Y es que aquella película era una auténtica mierda donde lo único que valía algo la pena -aunque solo fuera un poco -era la batalla de dragones del final. Que tampoco era gran cosa, y el CGI cantaba más que Paco Candela, pero comparado con el resto de la película, aquello era lo más salvable. Y, en cuanto al casting, la única que dio ahí la talla fue Thora Birch, que incluso superaba a un Jeremy Irons muy pasado de rosca como villano.

Llegué a creer en su día -esto va en serio -que aquel era el peor villano interpretado por Irons y que este gran actor no podría caer más bajo hasta que, dos años después, llegó La Máquina del Tiempo (Simon Wells y Gore Verbinski, 2002) para demostrarme que me había equivocado.

El caso es que, a pesar de aquel desastre, ha habido varios intentos por tratar de llevar Dragones y Mazmorras al cine con distintos directores implicados. Incluso el propio Courtney Solomon trató de volver a intentarlo, esta vez solo como productor, junto a Warner Bros. y lo único que consiguió es recibir una demanda por parte de Hasbro, responsable de la película que ahora nos ocupa junto con Paramount Pictures.

La alianza entre Hasbro y Paramount ya ha dado como resultado la exitosa saga Transformers y tienen por delante otras adaptaciones de sus franquicias, como Micronautas, M.A.S.K. o ROM, Caballero del Espacio. De hecho, hace unos años, trataron de crear un universo compartido como el de Marvel con estas franquicias, incluyendo también a G.I. Joe y Visionarios: Caballeros de la Luz Mágica, pero no ha vuelto a saberse nada de eso.

Entre todos estos proyectos, también tenían la película que nos ocupa, una película que ha tardado mucho en llegar, ya que estuvo muchos años parada, pasando por las manos de diferentes directores sin que ninguno lograra sacarla adelante hasta que se hizo con ella John Francis Daley y Jonathan Goldstein directores de las comedias Vacaciones (2015) y Noche de Juegos (2018).

Ambos directores estaban buscando poder dirigir un blockbuster que terminara de asentarlos en Hollywood y ya tuvieron otros intentos. Lo intentaron tratando de hacerse con la dirección de Spider-Man: Homecoming (Jon Watts, 2017), de la que solo pudieron ser guionistas, y lo intentaron también con la todavía inédita The Flash (Andy Muschietti, 2023), pero tampoco pudo ser.

Finalmente, lograron su propósito con esta película. Sin embargo, las cosas no les están yendo muy bien a nivel de taquilla. Solo en EEUU, la película lleva recaudados 82 millones de dólares, a los que hay que sumar 96 millones más recaudados en el resto del mundo, haciendo un total de 178 millones de dólares. Unas cifras que no son muy buenas con un presupuesto de 150 millones de dólares, sin contar también más gastos, como de promoción y distribución.

En cambio, la película ha recibido muy buenas críticas y la opinión del público ha sido también muy positiva. Algo que, sin embargo, no se ha materializado en la taquilla.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Sinceramente, yo nunca he jugado al juego de rol que adapta esta película y lo que conozco de Dragones y Mazmorras son las adaptaciones de las que ya he hablado antes; especialmente, la serie de animación de los 80, uno de los recuerdos de mi infancia.

Así que no voy a juzgar esta película como adaptación, tan solo como película en si.

Pues bien, una vez vista la película, debo decir que me he llevado una muy, pero que muy, agradable sorpresa con ella. Porque, la verdad, mis expectativas con ella no eran muy altas. Esperaba que la película fuese buena, pero tampoco algo del otro mundo. Era evidente que iba a superar a la película de 2000, pero eso no es algo muy difícil.




Y, bueno, no es que nos encontremos ante una obra maestra ni nada por el estilo. Sin embargo, la película me ha encantado, he disfrutado una barbaridad viéndola y, desde luego, tengo ganas de verla más veces. Incluso me apetece ver una secuela; aunque, dudo mucho que la haga en vista de sus pobres resultados en taquilla.

Y es una pena, porque la película merecía tener mucha más suerte porque, entre otras cosas, hace que se vuelva a tener fe en el género de fantasía, el cual estaban dejando por los suelos series de Tv como El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder -los 500 millones que dicen haber invertido en esta serie se los debieron gastar en putas y drogas, porque tela -, The Witcher: Blood Origins -si es ese el camino que va a tomar la serie matriz, no me extraña que Henry Cavill se largara -y, sobre todo, Willow -que convierte la normalita película de 1988 en Ciudadano Kane en comparación -.

Me da que han sido estas series responsables en parte de los flojos resultados de taquilla de este film, ya que muchos habrán pasado de ir a verla en cines creyendo que iban a encontrarse con lo mismo que vieron en streaming el año pasado.

Pero, bueno, dejando esto a un lado, la película es muy buena. Se disfruta mucho desde principio a fin, con un ritmo que nunca decae y con un diseño de producción y unos efectos especiales muy logrados.

La película, además, tiene mucho humor y mucha comedia -no olvidemos de donde provienen sus directores -, pero es humor del bueno, del que hace reír de verdad, y no desentona nada con el conjunto del film. Esto no es, ni de lejos, lo que hizo Taika Waititi en las películas de Thor.

Incluso meten humor negro en la escena del cementerio, que es donde más me he reído. Se puede ver algo de esta escena en uno de los tráilers, pero eso es solo la punta del iceberg. Ese momento es la hostia en patinete.

Y es que, aunque a simple vista esta película pueda parecer un producto destinado principalmente para niños, vista en su totalidad te das cuenta de que es una película mucho más adulta de lo que pueda parecer. La película es para todos los públicos, ojo, no estoy diciendo que estemos ante una nueva Juego de Tronos, pero tampoco se puede decir que sea una película solo para niños.

Desde luego, Daley y Goldstein son dos muy buenos directores y ambos hacen un muy buen trabajo en este film, tanto en la dirección de actores, los mencionados momentos de humor y las escenas de acción, que puede que no sean muchas, pero están bastante logradas.

Además, meten algunos momentos bastante brillantes, como la escena en la que Doric escapa de los villanos tras ser descubierta espiando, que es verdaderamente genial y está muy bien rodada en plano secuencia; algo muy difícil de hacer cuando hay efectos especiales de por medio.

Otro momento genial es el comienzo en la prisión y como lo terminan resolviendo al final. También está la mencionada escena del cementerio o la escena del dragón -un dragón que parece que, en lugar de a Daenerys Targaryen, tiene como madre a Monica Geller -, donde hacen un homenaje a Parque Jurásico.

Aunque, el momento estrella es la escena de la arena en los juegos, donde hacen el homenaje a la serie de de animación de los 80 que menciono al principio cuando vemos que uno de los grupos que participa son los personajes protagonistas de esa serie. Unos personajes, eso si, bastante cascados ya; que ya hace muchos años de esa serie.




Sobre el reparto, muy bien, haciendo todos un buen trabaja y bien metidos en sus respectivos personajes.

Chris Pine está muy bien en el papel de Edgin. En los tráilers y promociones parecía que este personaje iba a ser una versión descafeinada del Star-Lord de Chris Pratt, pero nada más lejos de la realidad.

Michelle Rodriguez también está muy bien en el papel de Holga, demostrando una vez más que es toda una action woman.

Sophia Lillis está realmente fantástica en el papel de Doric.

También Justice Smith hace un buen trabajo como Simon.

Lo mismo que Regé-Jean Page como Xenk Yendar.

Y, en el lado de los malos, tanto Daisy Head como Sofina como Hugh Grant como Forge, hacen un muy buen trabajo.

Bueno, vamos resumiendo ya.

Puede que Dungeons & Dragons: Honor entre Ladrones esté lejos de ser una obra maestra o una película brillante, pero si es una muy buena película dentro de su género y, en comparación con lo que nos han ofrecido últimamente en materia de fantasía, es que hasta sale ganando y todo.

Es una pena que sus logros no se hayan visto recompensados en la taquilla, porque esta película podría haber sido el comienzo de una muy interesante saga y hasta tiene madera de originar una franquicia tipo Star Wars.




20 de junio de 2014

MALÉFICA (2014)


















ATENCION. Advierto que esta review contiene SOPILERS de la película muy reveladores. Quién no la haya visto aún que se abstenga de leerla o lo haga bajo su total responsabilidad.







La historia de La Bella Durmiente es de sobras conocida, pero no ocurre lo mismo con la principal antagonista de la historia, la bruja Maléfica.

En sus orígenes, Maléfica (Angelina Jolie) era un hada que vivía en las Ciénagas, un reino mágico poblado por distintos seres que vivía bajo la amenaza de su vecino, el reino de los humanos. Dotada de unas grandes alas, Maléfica es más fuerte y poderosa que las otras hadas y esto la convierte en la protectora de las Ciénagas frente a las ambiciones del rey humano Henry (Kenneth Cranham) de conquistarlas. Cuando era una niña (Isobelle Molloy), Maléfica conoció a Stefan (Michael Higgins), un joven humano del que se enamora y con el que suele verse a escondidas. Pero Stefan ambiciona convertirse en rey y, cuando Henry promete entregar el reino a quién mate a Maléfica, él la traiciona y la hace beber un brebaje que la deja profundamente dormida. Sin embargo, no se atreve a matarla. Pero, en lugar de eso, lo que hace es cortarle las alas y llevarlas ante el rey como prueba de la ha matado.

Traicionada y mutilada, Maléfica se convierte en un ser oscuro que lleva la oscuridad a las Ciénagas. Deseosa de vengarse de Stefan (Sharlto Copley), ya convertido en rey, cuando nace su hija, Aurora, la maldice con un hechizo en el que la niña, cuando cumpla los 16 años, se pinchará con la aguja de una rueca y caerá en un profundo sueño del que solo podrá despertar con un beso de amor verdadero. Stefan, cada vez mas paranoíco, hace que todas las ruecas del reino sean destruidas y envía a Aurora al bosque al cuidado de tres hadas (Imelda Staunton, Juno Temple y Lesley Manville). Pero Maléfica observa de cerca.

Como muchos otros cuentos famosos, el de La Bella Durmiente fue muy popularizado por Disney en una película de animación dirigida por Clyde Geronimi en 1959 que es ya todo un clásico y uno de los títulos más emblemáticos de la compañía. Y esto se debía, principalmente,a que contaba con una de las mejores villanas de la historia, Maléfica, representada en la película como una bruja malvada que era una auténtica hija de puta que llegaba a atemorizar con su sola presencia.


Pues bien, en plena fiebre de revisar sus películas de animación con films de acción real, Disney puso sus ojos en La Bella Durmiente. Pero, conscientes de que es supersonaje mas emblemático, decidieron centrar la historia en Maléfica con una película que contase sus orígenes y las razones de que se volviera tan cabrona. Para este cometido, contrataron a la guionista Linda Woolverton, que ya había trabajado para ellos en éxitos como La Bella y la Bestia (Gary Trousdale y Kirk Wise, 1991), El Rey León (Roger Allers y Ron Minkoff, 1994) o Alicia en el País de las Maravillas (Tim Burton, 2010).

En un principio, la película iba a ser dirigida por Tim Burton, quién ya le dio una gran alegría a Disney con la ya mencionada Alicia en el País de las Maravillas que, aunque recibió muy malas críticas, fue un éxito enorme con mas de 1.000 millones de dólares recaudados en todo el mundo. No obstante, por razones no aclaradas, Burton no pudo dirigir la película.

Su sustituto fue Robert Stromberg, quién debuta en la dirección con este film tras una larga carrera como supervisor y artista de efectos especiales, donde hasta ha llegado a ganar dos oscars; uno por Avatar (James Cameron, 2009) y otro por la ya nombrada Alicia en el País de las Maravillas.

En cuanto a que actriz sería la elegida para dar vida a esta nueva Maléfica, el estudio lo tuvo claro desde el principio: Angelina Jolie.

Como siempre, antes de ponerme con la película, voy a contar como le está yendo. Y, la verdad, es que le está yendo bastante bien. Con un presupuesto de 180 millones de dólares, solo en EEUU lleva recaudados ya 173 millones y todo indica que superará los 200 millones. En cuanto al resto del mundo, lleva ya recaudados 272 millones que hacen que su recaudación global ascienda a 445 millones de dólares. Además, la crítica se está portando bastante bien con ella y el público la está recibiendo con entusiasmo.

Y, la verdad, no me extraña. A mí la película me ha gustado mucho –más de lo que me esperaba, me atrevería a decir –y he salido de verla con una sensación muy agradable y una gran satisfacción.

Para empezar, la película no es ninguna infantilada. Es, más bien, una película para todos los públicos. Aún así, se permite tener sus momentos oscuros y hasta violentos; la escena en la que Maléfica descubre que le han cortado las alas me pareció de lo más desgarradora.

Visualmente, es una auténtica delicia. El diseño de producción está de lo más logrado y los efectos especiales cumplen en todo momento; especialmente en los distintos monstruos y demás criaturas que pueblan el film, los cuales están muy bien hechos. Entre los que mas me han gustado están los bichejos que tiran barro, los soldados planta y, sobre todo, el impresionante dragón que aparece al final –algo que llevaba esperando toda la película y al no me ha defraudó –; de no ser por el Smaug de El Hobbit, diría que es el mejor dragón que he visto en cines en los últimos años.


De Robert Stromberg tenía muchas dudas, ya que este es exclusivamente su primer trabajo como director, porque no tiene ningún otro crédito como director antes de este film; ni tan siquiera un pequeño cortometraje. Por eso temía que su falta de experiencia en la dirección le pasara factura al film, como ya ha ocurrido otras veces como, por ejemplo en Underworld: La Rebelión de los Licántropos (2009), donde se notaba la falta de experiencia del también diseñador de efectos especiales Patrick Tatopoulos –y eso que este ya había dirigido un corto unos años antes –y esto terminó lastrando el film. Y, la verdad, algo así me temía que ocurriera con esta película.

Sin embargo, el tipo me ha sorprendido porque, pese a su inexperiencia en la dirección, dirige muy bien la película en todo momento; y no solo en las escenas de acción y los efectos especiales, también en los momentos dramáticos y la dirección de actores. Se ve que el tipo, aparte de tener talento de verdad, ha aprendido mucho de los directores con los que ha trabajado; pero aprendido de verdad, no solo limitarse a ver como lo hacen pensando “eso también lo sé hacer yo”, que es lo que hacen muchos.

El guión no es ninguna maravilla, todo hay que decirlo, pero cumple bien, está bastante trabajado y, sobre todo, muy bien estructurado. Me gusta mucho el tratamiento que recibe aquí Maléfica y no estoy para nada de acuerdo con los que dicen que la han ablandado.

Lo que han hecho es humanizarnos a la bestia. Primero mostrándonos sus orígenes como un hada fuerte y protectora. Luego, mostrándonos muy bien las razones de que se vuelva mala; porque se vuelve mala pese a no ser ya la antagonista de la historia. Lo digo porque hay algunos que dicen que no llega a convertirse en mala en toda la película, cosa que no es así. Aquí Maléfica se vuelve mala y de una forma de lo más comprensible, porque sufrir una traición como esa, encima de la persona que amas y confías plenamente, es algo que le llena de odio a cualquiera.

Algo así ocurre también con Stefan, quién también aquí se vuelve malo y se convierte en el verdadero antagonista de la historia al final. Aunque, Stefan se vuelve malo por otros motivos. Sus deseos de convertirse en rey terminan corrompiéndole y acaba por traicionar a Maléfica. Pero no la mata porque sus sentimientos por ella entran en conflicto y esto le crea un remordimiento que con el paso del tiempo se va convirtiendo en un temor de que le llegue el castigo por sus acciones que, cuando Maléfica lanza la maldición sobre su hija, se convierte en una paranoia que termina por enloquecerlo y convertirlo en un personaje de lo mas oscuro.

En cambio, Maléfica termina redimiéndose en la película gracias a Aurora. A diferencia de Stefan, que aleja a su hija de él creyendo que así estará a salvo, Maléfica está cerca de ella en todo momento; incluso es ella quien de verdad la cuida –porque esas tres hadas imbéciles no serían capaces de cuidar ni un tamagotchi –. Y, así, al final termina encariñándose con la niña a la que al principio odiaba solo por ser la hija de quién la ha traicionado. Odio que, poco a poco, va desapareciendo y siendo reemplazado por ese amor verdadero necesario para romper la maldición; porque el amor no es algo exclusivamente de amantes, algo que nos deja bien claro la película.


No sé si he aburrido a alguien con este rollo que acabo de soltar, pero quería dejar claro por qué me gusta este nuevo tratamiento que han hecho de Maléfica. A los que no les gusta y prefieran mas a la Maléfica mala mala, son libres de quedarse con la película animada de 1959, que es, y seguirá siendo, un clásico.

Volviendo a la película, el trabajo de los actores ha sido otro punto a favor. Empezando por su protagonista.

Desde luego, no pudieron hacer una mejor elección con Angelina Jolie, una excelente actriz que enamora cada vez que aparece en pantalla y hace suyo cualquier personaje. Como ocurre con esta Maléfica, donde hace uno de sus mejores trabajos que, incluso, me atrevería a decir que sería recompensado con un oscar si la academia no se portara tan mal con este tipo de películas.

Elle Fanning está fantástica como Aurora. Cada vez me gusta más esta chica e, incluso, ya la prefiero más que a su hermana mayor; una cada vez más perdida –es lo que tiene haber trabajado en la saga Crepúsculo –Dakota Fanning.

Sharlto Copley, también hace un estupendo trabajo como el rey Stefan y refleja muy bien con su interpretación todo lo que he dicho antes del personaje.

Pese a lo idiotas, pedantes y cargantes que son sus personajes, Imelda Staunton, Juno Temple y Lesley Manville hacen un muy buen trabajo dando vida a las tres hadas gilipollas. Tampoco lo hace mal Brenton Thwaites como prícipe Felipe; aunque este personaje termina en muy segundo plano. Lo mismo que la princesa Leila, interpretada por la bella Hannah New –a quién hemos visto hace poco en la serie El Tiempo entre Costuras –, cuya presencia es vista y no vista.

También merece mención Sam Riley como Diaval, el cuervo que se convierte en humano de Maléfica.

Por lo general, los actores hacen un buen trabajo.


Resumiendo ya. La película ha estado muy bien. Duda lo que tiene que durar, va al grano enseguida sin perder el tiempo en tonterías y el ritmo nunca decae, lo que la hace muy disfrutable de ver. Es una película que da lo que promete y no decepciona en casi nada.

A mí me ha gustado mucho. Este tipo de películas no son las que suelo ver más de una vez en el cine, pero con este film haría una excepción, en serio.


Yo, desde luego, la recomiendo mucho; incluso a las personas a las que no les guste Disney creo que pueden disfrutar con ella.










31 de diciembre de 2013

EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG (2013)

















Llegué a creer que no iba a poder ver esta película antes de que acabase el año, ya que varios problemas han impedido que pudiera verla antes. 

Sin embargo, por fin he podido ver esta película, la segunda parte de las tres en que se divide la adaptación que Peter Jackson ha realizado de El Hobbit. Así que, para acabar el año, ya puedo dar mi más clara opinión sobre ella.


Pero, vayamos por partes.

Bilbo Bolsón (Martin Freeman) continúa el viaje hacia Erebor junto al mago Gandalf el Gris (Ian McKellen) y los trece enanos liderados por Thorin (Richard Armitage). Tras ser salvados por las águilas, llegan a la casa de Beorn (Mikael Persbrandt), un hombre con la capacidad de transformarse en oso, donde pasan la noche. Después llegan al Bosque Negro, donde Gandalf se separa de ellos una vez más. Dentro del bosque, los enanos son capturados por arañas, pero Bilbo consigue ayudarles a escapar con ayuda de su daga, Dardo, pero son apresados de nuevo, esta vez por un batallón de elfos pertenecientes al reino de Thranduil (Lee Pace) que están liderados por Legolas (Orlando Bloom), el hijo de Thranduil, y Tauriel (Evangeline Lilly), una bella guerrera elfa protegida del rey. Los enanos son encarcelados y Thorin es llevado ante Thranduil, que les propone dejarles ir a cambio de que le entregue unas valiosas gemas que forman parte del tesoro de Erebor. Pero Thorin no perdona al rey elfo el no prestarles ayuda cuando fueron atacados por el dragón Smaug (Benedict Cumberbatch) y rechaza la oferta, por lo que es encarcelado también. Pero Bilbo, ayudado por el anillo que encontró en la caverna de Gollum, evita ser capturado por los elfos y ayuda a los enanos a escapar del reino a través del rey montados en barriles. Los enanos son perseguidos por los elfos y están a punto de ser capturados de nuevo, pero en esos momentos aparece una legión de orcos liderada por Bolgo (Lawrence Makore), el hijo de Azog (Manu Bennett), a quién su padre encomienda la persecución de Thorin tras ser reclamado en Dol Guldur por el Nigromante.

Mientras, Gandalf investiga junto a Radagast el Pardo (Sylvester McCoy) las tumbas de los Nazgûl, descubriendo que estos ya no se encuentran en ellas, lo que significa que han sido convocados y solo hay alguien que puede convocarlos. Tras hacer que Radagast se marche para contarle a Galadriel lo que ha descubierto, el mago gris se adentra solo en Dol Guldur, cayendo en una emboscada de orcos encabezados por Azog. Ganfalf intenta escapar, pero es encontrado por el Nigromante quién, tras un enfrentamiento, lo derrota y lo captura. Es entonces cuando Gandalf descubre la verdad sobre el Nigromante y comprueba horrorizado que sus terribles sospechas son ciertas. Encerrado en una jaula, el mago contempla como un ejército de orcos marcha hacia Erebor.



Como ya sabemos bien, la saga comenzó hace un año con El Hobbit: Un Viaje Inesperado (2012), ahora continúa con la película que nos ocupa y el año que viene finalizará con el estreno de El Hobbit: Partida y Regreso (2014); título que, por cierto, tenía esta película cuando la adaptación constaba solo de dos films.

Como ocurrió con su predecesora, la película está haciendo una excelente taquilla, habiendo recaudado 190 millones de dólares solo en EEUU y 424 millones a nivel mundial, haciendo un total de 614 millones de dólares. No hay duda de que va a ser otro éxito enorme; puede que algo inferior al de la primera por la pérdida del impacto inicial, pero un éxito en toda regla. Además, cabe decir que está siendo mejor recibida por crítica y público que su predecesora

¿Y qué me ha parecido a mí? Pues a eso voy ahora mismo.

A mí la película me HA ENCANTADO. Me ha parecido un film excelente, disfrutable de principio a fin y que deja con muchas, muchísimas, ganas de mas al final. Incluso ahora me alegro de que se hayan hecho tres películas porque me entusiasma saber que todavía queda una película más; aunque haya que esperar otro año para verla.

Y es que Peter Jackson está haciendo de nuevo un excelente trabaja en este regreso a la Tierra Media. No tan acertado como cuando hizo la trilogía de El Señor de los Anillos, ya que aquí comete algunos fallos, pero un trabajo excelente de todas formas.

Desde luego, esta secuela es muy superior a su predecesora, la cual también me encantó. Porque recuerdo que yo no soy de las personas que se sintieron decepcionadas con la primera, todo lo contrario. A mí la primera me encantó y ya lo dejé bien claro en este mismo blog. Y esta secuela me ha encantado mucho mas, algo que ya me esperaba. No solo es más espectacular, vibrante y épica que la primera, sino que hasta corrige muchos de los fallos de esta.




La primera película tenía pequeños defectos, pero había dos grandes en especial. Uno era el hecho de adaptar una novela de 300 páginas en tres películas de casi tres horas cada una, lo que obligaba a estirar la historia como si fuera un chicle y a meter mucho material de relleno. Otro problema era a nivel visual, ya que el nuevo formato de 48 fps hacía que se notara más el contraste entre los efectos especiales físicos y los realizados por CGI.

Pues bien, esta película ha mejorado mucho estos aspectos. La sensación de estiramiento es muchísimo menor, llegando casi ni a notarse, todo gracias a un ritmo excelente que nunca decae y una muy lograda estructuración de la historia. Y visualmente la cosa también mejora mucho; se nota que Jackson y los de efectos especiales supieron ver los defectos en la anterior y aquí los han mejorado, tal y como predije.

La película es sensacional. Ya desde la primera escena la historia engancha y ya no suelta hasta que salen los títulos de crédito finales. Todo es una sucesión de momentos impresionantes, como la llegada a la casa de Beorn –un Beorn muy logrado, tanto en su versión oso como en su versión humano –, la entrada en el Bosque Negro, la escena de las arañas, la fuga por el río en barriles, el enfrentamiento de Gandalf contra el Nigromante o el momento estrella de toda la película, el enfrentamiento contra Smaug, que es sin duda escena del año.

El dragón Smaug es una auténtica maravilla. A parte de estar muy bien hecho técnicamente, es una bestia impresionante, amenazadora y de lo mas aterradora, como una especie de Hannibal Lecter gigante; se me erizaba la piel con solo oírle hablar a pesar de que todavía no la he visto en V.O. para escuchar la voz de Benedict Cumberbatch, que este año ha interpretado a dos villanos excelentes sin contamos su personaje en Star Trek Into Darkness. Sin duda, este Smaug es la gran revelación de esta trilogía, como Gollum lo fue de la de El Señor de los Anillos.



A nivel interpretativo, los actores que repiten siguen haciendo el buen trabajo que hacían en el primer film.

Sobre los nuevos actores que se incorporan a la saga, quién más destaca es sin duda Evangeline Lilly, actriz que se hizo famosa por su papel Kate Austen en la serie Perdidos y que aquí da vida a la elfa Tauriel, un personaje que no aparece en ninguna novela de Tolkien y que ha sido inventado por Jackson para la gente como yo, que siempre hemos echamos de menos ver más chicas guerreras en esta historia. Lilly se sale en todo momento, ensombreciendo constantemente al mismísimo Legolas, tanto en las escenas de acción –donde se desenvuelve muy bien –como en los momentos dramáticos. Además, me gusta la rollo que tiene con el enano Kili y algo que encuentro bastante interesante; en El Señor de los Anillos teníamos una historia de amor prohibido entre un hombre y una elfa y aquí podríamos tener algo parecido con una elfa y un enano –aunque esta puede tener un final trágico –.

Otro de los nuevos que también me ha gustado mucho ha sido Luke Evans, que está genial como Bardo –personaje que va a adquirir mucho más protagonismo en la nueva entrega –y no me olvida también del siempre estupendo Stephen Fry, que aquí da vida al corrupto gobernador de Esgaroth y que, como siempre, hace un gran trabajo.

Vamos resumiendo.

La película es muy buena, EXCELENTE. Me ha encantado, he disfrutado enormemente viéndola y tengo unas ganas enormes de volver a verla. En este 2013 tan lleno de decepciones –una de ellas, Pacific Rim, lo que hace que sea más triste el que Guillermo del Toro se marchara de este proyecto –, es agradable ver que esta película no solo ha cumplido, sino que hasta ha superado las expectativas.


Una de las mejores películas del año, sin duda. Sigue sin estar a la altura de las películas de El Señor de los Anillos, ya que es muy difícil igualar a esos tres peliculones, pero se le acerca mucho.


De nuevo, Peter Jackson vuelve a dar en la diana y demuestra que no hay nadie mejor que él para llevar el universo de Tolkien al cine.