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7 de mayo de 2013

SUPERMAN IV : EN BUSCA DE LA PAZ (1987)















La franquicia de Superman cambió de manos en esta cuarta entrega que se esperaba que relanzara la saga y consiguió todo lo contrario.

Una película con muy buenas intenciones por parte de su director, sus actores y su equipo técnico pero bajo la tutela de una compañía que, desde luego, no era la mas apropiada para un film como este.

Una escalada de tensión entre EEUU y la URSS amenaza con una posible guerra nuclear, algo que Superman (Christopher Reeve) ve con preocupación. Tampoco como Clark Kent le van bien las cosas, ya que el Daily Planet ha sido comprado por David Warfield (Sam Wanamaker), un magnate de la prensa amarillista. Este pone al frente del periódico a su hija, Lacy (Mariel Hemingway), para que recorte gastos y haga los cambios precisos para convertir el periódico en un diario sensacionalista. Esto no tardará en enfrentarles con Perry White (Jackie Cooper) y Lois Lane (Margot Kidder).

Mientras tanto, motivado por una carta que un niño le escribe pidiéndole ayuda para evitar la catástrofe nuclear, Superman decide romper su norma de no intervenir en los asuntos humanos y empieza a eliminar las armas nucleares de todo el mundo enviándolas al sol para que las destruya. Pero esto es aprovechado por Lex Luthor (Gene Hackman), quién ha logrado escapar de la cárcel con la ayuda de su incompetente sobrino, Lenny (Jon Cryer). Luthor logra hacerse con un pelo de Superman que este donó a un museo y lo utiliza para crear un material genético que introduce en un misil nuclear antes de que Superman se apodere de él y lo envíe al sol. La explosión hace que del material genético surja el conocido como Hombre Nuclear, un ser con poderes similares a los de Superman cuya energía proviene del sol.

Después de los flojos resultados Superman III (Richard Lester, 1983) y del fracaso de Supergirl (Jeannot Szwarc, 1984), Alexander Salkind y su hija, Ilya Salkind, decidieron vender los derechos de Superman a Menahem Golan y a Yoram Globus, quienes entonces dirigían la Cannon Group, una famosa compañía cinematográfica que se caracterizaba por realizar películas de acción de bajo presupuesto, casi de serie B, y que encumbró a estrellas del cine de acción como Charles Bronson, Chuck Norris o Jean-Claude Van Damme. A ellos les debemos títulos como las sagas Desaparecido en Combate o El Guerrero Americano y películas como Yo soy la Justicia (Michel Winner, 1982), Invasión USA (Joseph Zito, 1985), El Justiciero de la Noche (Michael Winner, 1985), Delta Force (Menahem Golan, 1986) o Cobra, el brazo fuerte de la ley (George Pan Cosmatos, 1986).


La Cannon, bajo el mandato de Golam y Globus, vivió su época de mayor esplendor durante la primera mitad de los 80 y habían decidido expandirse con, entre otras cosas, la creación de franquicias basadas en cómics; haciéndose, además de con Superman, con los derechos de otros superheroes, como Spiderman o el Capitán América. No obstante, solo fue Superman quién llegó a tener película; bueno, también la tuvo el Capitán América varios años después en aquel nefasto film, pero Golam lo produjo cuando ya estaba fuera de Cannon y había fundado su propia compañía, 21th Century.

El proyecto comenzó bien. La marcha de los Salkind animó a los regresos de Margot Kidder como Lois Lane y Gene Hackman como Lex Luthor y lograron convencer a Christopher Reeve para que encarnara de nuevo al hombre de acero; para ello le dejaron que él mismo ideara la historia de la película, la cual Lawrence Konner y Mark Rosenthal se encargarían de convertir en guión, y también permitieron que dirigiera la segunda unidad.

Para la dirección quisieron traer de vuelta a Richard Donner y estuvieron cerca de convencerle, pero este prefirió mejor dirigir Arma Letal (1987) y, tras barajarse nombres de directores como Paul Verhoeven o Wes Craven y de otros habituales del estudio, como Joseph Zito, la dirección recayó en el veterano Sidney J. Furie.

Los problemas empezaron, como siempre, por motivos de dinero.

Golam y Globus recibieron 35 millones de dólares de la Warner para hacer el film, pero ellos decidieron emplear solo la mitad, 17´5 millones, y utilizar la otra mitad de ese dinero para otros películas. Esto supuso un sin fin de reescrituras del guión para abaratar los costes. Luego, la reducción de presupuesto espantó al equipo de efectos especiales habitual de la saga, por lo que se contrató un nuevo equipo encabezado por Harrison Ellenshaw; aunque, poco pudieron hacer con el material tan pobre que le dieron.

Luego, tras el rodaje, las cosas no fueron mejor, ya que a Cannon no le gustó el montaje original de 136 minutos y obligó a reducir la duración a 90 minutos, quedándose mucho material en la sala de edición. En el montaje original, entre otras cosas, había dos Hombres Nucleares, siendo cortadas las escenas correspondientes al primero de ellos, el cual estaba interpretado por Clive Mantle. Este era quién se enamoraba de Lacy Warfield, por eso el segundo Hombre Nuclear –que había surgido de los restos del primero tras ser derrotado por Superman –se acordaba de ella al verla en un periódico.

Los de Cannon afirmaron que los 46 minutos de metraje cortados se emplearían en una quinta entrega, la cual jamás llegó a hacerse, ya que la película fue un monumental fracaso, recaudando solo 15 millones de dólares a nivel mundial; ni tan siquiera recuperaron los 17´5 millones en los que habían reducido el presupuesto.

Normal que no hicieran la quinta entrega –algo que es de agradecer, ya que tenían previsto que la dirigiera Albert Pyun –y que el estudio perdiera los derechos después. Además de comenzar su decadencia ese mismo año, 1987, donde también tuvieron los fracasos de Yo, el Halcón, de Menahem Golan, y Master del Universo, de Gary Goddard.

Bueno, vamos a hablar de que me parece la película. Y no me voy a ir mucho por las ramas.

La película es...




UNA MIERDA




Antes de meterme de lleno en el análisis, debo decir que esta fue la primera película de Superman que vi en el cine y recuerdo que disfruté mucho viéndola y aluciné con los momentos y las escenas de acción. Pero entonces tenía solo 7 años y con los inocentes ojos de tu infancia todo lo ves mucho mejor de lo que es en realidad. Porque, a medida que me he ido haciendo mayor y he visto mas veces esta película, cada vez me parece mas y mas mala.

La reducción de presupuesto y los recortes en el guión no solo se notan mucho, es que ni se esfuerzan en disimularlos.

Hay lagunas argumentales tan grandes que afectan terriblemente al ritmo del film, haciendo que todo pase sin pena ni gloria y que a penas se desarrollen los personajes; incluso personajes tan imporantes en la saga como Lex Luthor o Margot Kidder tienen una presencia de lo mas anodina.



Luego todo es cutre hasta decir basta. Empezando por los efectos especiales, que dan pena; pero pena de la que lamentas no tener una pistola a mano para acabar con el sufrimiento de un animal moribundo. Un buen ejemplo son las escenas de vuelo. Las escenas de vuelo de las anteriores películas son magistrales, aunque se notara mucho la pantalla de fondo, te las creías y disfrutabas con ellas. Aquí, en cambio, ver volar a Superman dan ganas de morirse de lo mal hechas que están; y no digamos cuando coge algunas cosas, como esos misiles de juguete o una Estatua de la Libertad de lo mas lamentable.

Pero no solo los efectos especiales son penosos. El diseño de producción es para morirse de vergüenza ajena. Los decorados son de risa –en el peor de los sentidos –. Empiezo por esa superficie lunar donde Superman y el Hombre Nuclear se pelean en una de las peleas mas cutres y patéticas que he visto en mi vida. Si es cierto lo de que la llegada a la luna fue una mentira y la imágenes de la tripulación del Apolo 11 fueron grabadas en un estudio, no hubieran engañado ni al tonto del pueblo de haber grabado esas escenas en un decorado como este.

Otra cosa bien cutre en este film es el vestuario de los personajes. Y no solo lo digo por el Hombre Nuclear y su disfraz de campeón de lucha libre de saldo, sino de todos los personajes, que parece que los vistieron con lo primero que encontraron. Incluso me atrevería a pensar que fueron los propios actores los que se llevaron su propia ropa; el personaje de Perry White parece que está vestido en todo momento como si estuviera en la sala de estar de su casa.

Dejando todo esto a un lado, vamos con las cagadas; que la película las tiene como para parar un tren.

Para empezar, vuelvo a lo de la luna. Porque vemos primero a Superman y al Hombre Nuclear peleándose –o jugando al pilla pilla; a saber que era eso –en una superficie lunar llena de polvo y montañas y luego vemos a Superman empujando, para provocar un eclipse de sol, una luna donde el polvo y las montañas han desaparecido; encima es una luna de cartón que canta una barbaridad.

Luego tenemos que Superman, a parte de poder hacer varias cosas con los ojos, como lanzar rayos láser o mirar a través de superficies con rayos X, también tiene una visión especial con la que es capaz de reconstruir la Muralla China ladrillo a ladrillo.


Y si eso os ha gustado, no os perdáis cuando logra parar la erupción de un volcán poniéndole un tapó que él mismo se hace con la cima de una montaña.

Y, para terminar, mi favorita. Esa en la que el Hombre Nuclear secuestra a Lacy y se la lleva al espacio donde la chica puede respirar con normalidad y que, a pesar de la falta de gravedad, cuando Superman le quita la energía al Hombre Nuclear al cubrir el sol con la luna, este se queda inerte suspendido en el espacio, pero ella se tiene que agarrar a él para no caerse. ¿Como se os queda el cuerpo?


Y a todo esto hay que unirle un sin fin de tonterías y escenas ridículas. Como esa en la que Superman y su alter ego, Clark Kent, tienen una cita doble con Lois y Lacy y tiene que cambiándose constantemente para estar con una y luego con la otra. Una escena que, además de ridícula, llega a resultar aburrida y pesada y solo quieres que se acabe cuanto ante.

Otra ridiculez de la película es que Lex Luthor tiene una mente criminal tan brillante que no solo es capaz de crear un hombre radiactivo a partir de un pelo de Superman, sino que es hasta capaz de censurarlo añadiendo trozos de tela al potingue genético para que cuando nazca lo haga ya vestido y tenga su propio traje. Una tela, por cierto, tan resistente que es capaz, no solo de no ser destruida en una explosión nuclear en la superficie del mismísimo Sol, sino que capaz hasta de multiplicarse.

Además, vale que lograran recuperar a Gene Hackman, pero ya cansa un poco tener de nuevo como villano principal a Lex Luthor, a quién ya vimos en la primera y en la segunda y en la tercera tuvimos una mala imitación de él. Eso si, aquí cambia de ayudante patoso, sustituyendo al célebre Otis (Ned Beatty) por un sobrino tonto llamado Lenny al que da vida Jon Cryer, actor que gozó de cierta fama en los 80 gracias a títulos como Click, Click (Jerry Schatzberg, 1984) o La Chica de Rosa (Howard Deutch, 1986) y ahora es conocido como el hermano gorrón de Charlie Sheen en la serie Dos Hombres y Medio.

Resumiendo.

Un auténtico desastre del que la principal culpable fue la Cannon, quién tuvo la oportunidad de ir un paso mas allá y dejar a un lado las películas de serie B para meterse de lleno en las superproducciones. Pero, en lugar de eso, se echaron atrás y terminaron por cargarse una película que podría haber resucitado la saga de Superman pero, en lugar de eso, la enterró del todo y el hombre de acero empezó una larga odisea antes de volver a los cines; algo de lo que ya hablaré en otra entrada, la correspondiente a Superman Returns.


Lo peor de la Cannon es que engañaron a todo el mundo, porque dudo mucho que, de saber donde se metían, ni Christopher Reeve, Margot Kidder o Gene Hackman se hubieran aventurado a volver y, mucho menos, la Warner les hubiera dado los 35 millones de los que, como ya he dicho, solo la mitad fueron invertidos en el film. Claro, que al final tuvieron su justo castigo cuando el estudio se hundió y fue absorbido posteriormente por MGM.

Una película de lo mas nefasta. No llega al nivel de subnormalidad de Batman y Robin (Joel Schumacher, 1997), que hundió la saga de Batman diez años después, pero se le queda cerca. Una película que es imposible tomársela en serio y es imposible disfrutar con ella; a menos que seas un niño de 7 años, claro.

Christopher Reeve no se pudo despedir peor de la saga y el personaje que le dio la fama.






30 de marzo de 2013

SUPERMAN III (1983)















Continúo con el tour por las películas de Superman que estoy haciendo antes del estreno de la esperadísima Man of Steel. Ahora toca el turno de la tercera entrega de la saga; la cual supuso el comienzo del declive de esta.

Clark Kent (Christopher Reeve) regresa a Smallville para una reunión con sus antiguos compañeros de instituto; en el camino, no se librará de tener que adoptar la personalidad de Superman para evitar un incendio en una planta química. Una vez allí, se reencuentra con Lana Lang (Annette O´Toole), su amiga de la infancia y amor de juventud, quién ahora es una divorciada con un hijo pequeño, Ricky (Paul Kaethler). Clark pasa el tiempo con Lana y el niño ajeno a lo que ocurre en Metrópolis, donde un multimillonario llamado Ross Webster (Robert Vaughn) pretende dominar el mundo financiero.

Para ello utiliza a Gus Gorman (Richard Pryor), un desempleado que ha intentado robar dinero a la empresa utilizando unos conocimientos informáticos que desconocía poseer. Una de sus primeras acciones es hacer que Gorman tome el control de un satélite llamado Vulcan que provoca efectos meteorológicos y así provocar un gran tornado que arrase las cosechas de café en Colombia para castigar al país sudamericano por negarse a hacer negocios con él. Pero la intervención de Superman evita la catástrofe y las cosechas se salvan. Furioso, Webster ordena a Gorman que construya kryptonita a raíz de unos restos del planeta Krypton localizados por Vulcan. A cambio, Gorman le pide a Webster que construya un superordenador que el mismo ha diseñado, a lo que Webster accede. Gorman construye la kryptonita y se la entrega a Superman. Pero esta, en lugar de matarlo, lo van convirtiendo en una persona oscura y malvada, lo cual Webster pretende utilizar en su beneficio empleando a Lorelei (Pamela Stephenson), su atractiva ayudante, para seducirle y manipularle.


Tras los éxitos de Superman (1978) y Superman II (1980) una tercera entrega era inevitable. Con Richard Donner ya completamente fuera de la saga, Richard Lester se hizo cargo enteramente de la dirección. Encima, contrataron como guionistas a David Newman y Leslie Newman, cuyo guión para la primera y la segunda entregas fue rechazado en su día por Donner.

La película debía haber sido muy diferente al resultado final. La productora Ilya Salkind escribió un tratamiento para el futuro guión donde Superman se enfrentaba a Brainiac y a Mr. Mxyzptlk –se pensó en Dudley Moore para interpretarlo –y contaba con la aparición de Supergirl. Era algo lógico, ya que, después de enfrentarse a Lex Luthor en la primera y al General Zod en la segunda, Superman debía de enfrentarse a otros enemigos poderosos que supusieran un desafío para él.

Sin embargo, a la Warner no le gustaron esas ideas y desecharon ese tratamiento. Fue cuando Alexander Salkind, padre de Ilya, salió con la idea de dar a la película un enfoque mas humorístico y contratar a Richard Pryor, un actor cómico que gozó de una gran popularidad durante los 70 y los 80 antes de caer en desgracia y fallecer en 2005. La idea de meter a Pryor en la película vino de una aparición del actor en el programa The Tonight Show, presentado entonces por Johnny Carson, donde el actor habló de lo mucho que le gustaron las películas de Superman e, incluso, parodió algunas escenas del primer film.

No obstante, este nuevo enfoque no gustó mucho a público y crítica. La película fue muy vapuleada y, en resultados de taquilla, no fue un fracaso, pero los 59 millones de dólares que recaudó quedaron muy por detrás de los resultados de sus antecesoras; además, tuvo suerte de que su presupuesto fuera de 39 millones.

Según mi opinión, la película es muy inferior a las dos primeras y el toque cómico la estropea aún mas. Cosas como esos títulos de crédito iniciales llenos de secuencias cómicas encadenadas al estilo de Aterriza como Puedas o gags como el de los monigotes del semáforo peleándose, lo de la Torre de Pisa o lo de la antorcha olímpica tienen gracia, pero hacen que la película parezca mas una parodia que un film de superheroes.


Sobre Richard Pryor, el tipo me parece un buen actor y un estupendo cómico. He visto varias de sus películas, sobre todo las que hizo formando pareja con el gran Gene Wilder, como El Expreso de Chicago (Arthur Hiller, 1976), Locos de Remate (Sidney Poitier, 1980) o No me Chilles, que no te Veo (Arthur Hiller, 1989), y me gustan. Sin embargo, su presencia en este film está completamente fuera de lugar.

El villano, Ross Webster, aunque genialmente interpretado por Robert Vaughn –el inolvidable Walter Chalmers de Bullit (Peter Yates, 1968) –, no es mas que una pobre imitación del Lex Luthor de las dos primeras. De hecho, el personaje fue pensado originalmente que fuera Luthor, pero lo convirtieron en otro tras la negativa de Gene Hackman a regresar; recordemos que Jackman fue uno de los actores que se marchó cabreado de la segunda entrega tras la sustitución de Richard Donner.

Margot Kidder es otra a la que tampoco le hizo mucha gracia la marcha de Donner en la segunda y, aunque los responsables del film se esfuercen mucho en decir lo contrario, esta es la razón de que su participación en el film se reduzca a una pequeña aparición al principio y al final de la película. Afortunadamente, aquí estuvieron mas acertados recuperando al personaje de Lana Lang, quién tenía una pequeña aparición en la primera entrega interpretada por Diane Sherry.

Aquí le da vida la estupenda Annette O´Toole –quién, años después, dio vida a Martha Kent en la serie de Tv Smallville –haciendo un excelente trabajo que está entre lo mejor de la película.

Claro, que el que sigue sobresaliendo es, sin duda, Christopher Reeve. Aquí, incluso, interpreta un doble papel al dar vida a la parte oscura de Superman.

La película supone un gran bajón en la saga. Aún así, tiene cosas buenas. Es entretenida, los efectos especiales están a la altura y tiene escenas bastante espectaculares, como cuando Superman congela la superficie de un lago para apagar el incendio en la planta química o el enfrentamiento final contra el superordenador, el cual tiene buenos momentos, como la secuencia en la que atacan a Superman con varios misiles y es monitorizada con un videojuego desarrollado por Atari o cuando Vera (Annie Ross), la hermana y lugarteniente de Webster, se convierte en una especie de androide –esa escena me aterrorizó cuando vi la película en mi infancia y llegó a provocarme pesadillas –.


Aunque, sin duda, el mejor momento de la película es cuando se enfrentan las dos personalidades de Superman; algo a lo que favorece la estupenda interpretación de Reeve, como ya he dicho antes. El problema es que todo este asunto del lado oscuro de Superman podría haber sido aprovechado mejor, pero no lo hicieron.

En resumen. La película no está mal del todo, aunque podría haber sido mucho mejor. Esta tercera entrega debía haber sido mas oscura, aprovechando el desdoblamiento de personalidad de Superman, y mucho mas espectacular, con villanos mas poderosos como que supusieran un desafío mayor para el superhéroe, como ya he dicho antes en referencia al tratamiento que escribió Ilya Salkind. En cambio, optaron por darle un enfoque mas cómico que, prácticamente, la convirtió en una parodia de si misma y contaron con un villano que no estaba a la altura.

Mi veredicto es que la película no es mala, merece el aprobado, pero un aprobado muy bajo –si tuviera que ponerle nota, estaría entre un 5 y un 6 –. No obstante, está muy alejada en calidad a sus dos predecesoras –sobre todo, a la primera –y, como ya he dicho, supone un gran bajón en la saga y marcó el declive de esta.


Aún así, esta tercera entrega es mucho mas preferible que la cuarta entrega o que Superman Returns, de las que ya hablaré mas adelante y no pienso tener piedad alguna.






20 de enero de 2013

SUPERMAN II (1980)















La primera secuela de la exitosa Superman (Richard Donner, 1978) es una película envuelta en mucha controversia ya que, aunque solo hay un director acreditado, en realidad fue dirigida por dos directores con dos visiones muy distintas que han terminado haciendo que la película tenga dos versiones para elegir.

Antes de la destrucción del planeta Krypton, el General Zod (Terence Stamp) y sus secuaces, Ursa (Sarah Douglas) y Non (Jack O´Hollaran), fueron juzgados al sofocarse una rebelión encabezada por ellos y fueron condenados al destierro vagando por el espacio dentro de la Zona Fantasma. Años después, en la Tierra, Superman (Christopher Reeve) frustra un atentado terrorista en París evitando que sea detonada una bomba de hidrógeno en la Torre Eiffel enviándola al espacio. La bomba estalla y la onda expansiva hace que la Zona Fantasma se rompa y Zod y los suyos son liberados, encontrándose con los superpoderes que les da el sol y que son los mismos que posee Superman. Con ellos atacan la Tierra y obligan al presidente de los EEUU (E. G. Marshall) a entregarles el control del planeta.

La única esperanza de la humanidad reside en Superman. El problema es que este se ha encontrado con el inconveniente de que Lois Lane (Margot Kidder) sospecha que él se oculta bajo la identidad de su compañero, Clark Kent, y le ha confesado la verdad, llevándola a la Fortaleza de la Soledad para rebelarle su pasado. El problema es que esto le obliga a renunciar a sus superpodederes para poder estar con ella. Pero se verá obligado a renunciar a su amor por Lois e intentar recuperar sus poderes al enterarse de lo que está ocurriendo con Zod, el cual se ha aliado con Lex Luthor (Gene Hackman), quién ha escapado de la cárcel, y les está ayudando a conquistar la Tierra a cambio de la entrega de Australia.


Cuando se estrenó Superman, en 1978, esta secuela ya estaba rodada en un 75%, puesto que las intenciones de los responsables era rodar la primera película y su secuela de manera simultanea. No obstante, debido a la enorme envergadura del proyecto y a varios problemas y retrasos en la producción, la secuela fue paralizada y se continuó con la producción de la primera película en solitario con la intención de continuar con la secuela después del estreno.

El problema es que, debido sus diferencias con los productores Alexander Salkind y Ilya Salkind, Richard Donner abandonó la producción, o fue despedido –vete a saber –. Así que, para terminar de rodar la secuela fue contratado Richard Lester, quién ya había participado en la primera película como productor; aunque sin acreditar.

La salida de Donner provocó algunos problemas, como que Gene Hackman se negó a repetir, por lo que todas las escenas de Lex Luthor –salvo algunas escenas donde se utilizó a un doble de espaldas –fueron rodadas por Donner. Otro que se negó a repetir, aunque por motivos diferentes, fue Marlon Brando. Las escenas de este ya habían sido rodadas por Donner, pero el actor pidió una cantidad de dinero mucho mayor por aparecer en la película, por lo que se descartó utilizar sus escenas y reemplazarlo por Lara Lor-Van (Susannah York). Varias de las escenas de Brando serían utilizadas años después por Bryan Singer en Superman Returns (2006).

Al final, la película se terminó con una gran cantidad del metraje dirigido por Donner en 1977 y el metraje rodado por Lester en 1979; no obstante, fue Lester el único que salió acreditado como director. Muchos años después, en 2006, la versión de Donner vio la luz en DVD con el título de Superman II: The Richard Donner Cut.

Entre los cambios mas significativos entre ambas versiones está la liberación de Zod, Ursa y Non, los cuales eran originalmente liberados por el misil que Superman desviaba al espacio; además, esta escena aparecía al final de la primera película para encadenarla con la secuela. Otros cambios están en cuando Lois sospecha de que Kent es Superman. Por ejemplo, en la versión de Donner se arrojaba por una ventana del Daily Planet y no a las Cataratas del Niagara, también le dibuja gafas y sombrero a una foto de Superman o, en una escena que no se llegó a rodar –aunque prevalecen las imágenes de la pruebas de cámara –, ella le disparaba con un arma para descubrirle. Además, al final de la película, para hacer que Lois olvidara que Clark Kent es Superman, este hacía retroceder la Tierra de nuevo. Y, para terminar, en la versión de Donner, Superman destruía la Fortaleza de la Soledad.

También se notan varios cambios en detalles como el peinado de los actores o su aspecto físico, el cual varía constantemente de una escena a otra. También la versión de Donner era mas oscura y violenta –otra de las razones de su discusión con los productores –mientras que la de Lester es mas edulcorada.


Sobre cual de las dos versiones es mejor hay división de opiniones. La crítica prefiere la de Lester, aunque la versión de Donner cuenta mas con el beneplácito de los aficionados al cómic. Yo he visto ambas versiones y a la hora de elegir me quedo sin ninguna duda con la versión de Donner.

De todas maneras, ninguna de las dos versiones consigue superar al primer film y eso que esta película se hizo para ello, puesto que la primera tan solo era una presentación del personaje. Pero, a causa de lo que he dicho antes y por otros factores, esta película se quedó por debajo de su predecesora a pesar del aumento de espectacularidad y la introducción de unos villanos mas poderosos.

Empezaré diciendo que, al ser una película que cuenta con dos directores con dos visiones diferentes y en su mayor parte se rodó al mismo que tiempo que la primera, con el mismo equipo técnico trabajando como si de una película se tratase, en este análisis voy a pasar de hablar de cosas como el aspecto técnico y el trabajo de los actores. Tan solo me limitaré a decir que todo esto está muy logrado y dar mi opinión sobre la película.

Hay mucha gente que afirma que esta película es mejor que la primera y que es la mejor entrega de la saga. Yo, en cambio, no puedo estar mas en desacuerdo. Porque para mi, aunque supera a las entregas que la sucedieron, me resulta inferior a la original.

Es cierto que al contar con tres supervillanos que representan un reto mayor para Superman la película gana en espectacularidad y que con la historia de amor con Lois Lane y su renuncia a los superpoderes por amor, gana en romanticismo y emoción. Sin embargo, todos estos elementos no son del todo aprovechados.

Con respecto a la espectacularidad tenemos escenas como el enfrentamiento con los militares en el pueblo o la batalla en las calles de Metrópolis, que es estupenda, con unas buenas dosis de acción y un gran despliegue de medios. Y en cuanto al romanticismo, hay escenas muy logradas, como cuando Clark descubre su identidad a Lois, cuando la lleva a la Fortaleza de la Soledad, cuando renuncia a sus poderes o la pelea en el restaurante. Todo eso está muy bien.


El problema es que entremedias de toda estas escenas hay un sin fin de secuencias insulsas y diálogos plomizos que hacen que la película aburra bastante. Así, la película es como una especie de montaña rusa, donde los momentos impresionantes y espectaculares se entremezclan con los momentos aburridos y anodinos, haciendo que la películas suba y baje constantemente e impidiendo que alcance la maestría de su predecesora.

Es por ello que esta película, que debía haber sido al primer Superman lo que The Dark Knight fue a Batman Begins, se queda en un quiero y no puedo y el resultado final se queda mas cercano a lo aceptable que a lo grandioso.


Todo esto refiriéndome a la versión de Richard Lester.

La versión de Richard Donner, como ya he dicho antes, es mucho mejor. Mas entretenida y espectacular y, al verla, te das cuenta de que los mejores momentos de la versión de Lester son, sin duda, Made in Richard Donner. Sin embargo, aún así, también queda muy por debajo de la película de 1978, ya que el buen trabajo de Donner quedó sin terminar y, para rellenar huecos, se utilizó metraje rodado por Lester. Es una pena que Donner no pudiera terminar su trabajo, porque no tengo dudas de que el resultado final hubiera sido mucho mejor.

Aún así, Superman II es una buena película de superheroes y una secuela mas que digna. Sin duda, la mejor entrega de la saga después de la primera.







2 de diciembre de 2012

SUPERMAN (1978)


















El año que viene se estrena Man of Steel, la esperada película que reiniciará a Superman en el cine y que ha corrido a cargo de Zack Snyder como director, Christopher Nolan como productor y David S. Goyer como guionista. Tres genios que han unido sus talentos y que, si han sabido trabajar juntos y complementarse bien, es muy probable que hayan hecho una gran película.

Yo le tengo mucha fe a esta nueva película de Superman y tengo muchas ganas de verla. Pero, mientras tanto, como ya con Batman antes del estreno de The Dark Knight Rises, voy a ir analizando las películas del hombre de acero que se han estrenado hasta ahora.

Y comienzo con este film ya mítico que no solo llevó al famoso superheroe a la gran pantalla, sino que creó precedentes en lo que a adaptaciones de cómic se refiere.

Después de ayudar a contener una sublevación encabezada por el General Zod (Terence Stamp), quién es encarcelado en la Zona Fantasma junto a sus cómplices, el científico Jor-El (Marlon Brando) descubre que su planeta, Krypton, está a punto de explotar, pero el Consejo que gobierna el planeta no le cree y le prohíbe abandonar el planeta para no crear una falsa alarma. Es por ello que, junto a su esposa, Lara Lor-Van (Susannah York), decide enviar a su único hijo, Kal-El, a la Tierra, un planeta mucho mas primitivo que Krypton en el que su estructura molecular le hará tener poderes sobrehumanos, como una gran fuerza y resistencia, un oído mucho mas desarrollado, una vista capaz de traspasar objetos o la capacidad de desafiar la gravedad del planeta y poder volvar. Poco antes de que el planeta explote, Kal-El es lanzado en una nave en dirección a la Tierra.

Tras un viaje de tres años, en el que ha aprendido muchas cosas gracias a unos cristales de memoria que dejó su padre en la nave, Kal-El llega a la Tierra, donde es recogido por el matrimonio formado por Jonathan y Martha Kent (Glenn Ford y Phyllis Thaxter), quienes deciden adoptarlo y criarlo en su granja como si fuera su hijo bajo la identidad de Clark Kent, ocultando al mundo sus extraordinarios poderes. Tras la muerte de Jonathan y al cumplir los 18 años, el joven Clark (Jeff East) encuentra un cristal verde que vino con él en la nave y escucha una llamada que lo lleva hasta el polo norte, donde construye con el cristal un gran edificio de la misma arquitectura que los de Krypton –la Fortaleza de la Soledad –. Allí, gracias a la memoria de su padres, descubrirá sus orígenes y terminará de formarse. Después de 12 años, regresa a la civilización con una doble vida. Por un lado, como Clark Kent, trabajará como periodista en el Daily Planet junto a la reportera Lois Lane (Margot Kidder). Por el otro, bajo el nombre de Superman, y con un cantoso traje rojo y azul con el escudo de su familia kryptoniana en el pecho, combatirá contra el crimen empleando sus superpoderes. Esto le enfrentará con Lex Luthor (Gene Hackman), un poderoso genio del mal que está preparando un diabólico plan para destruir la costa oeste de EEUU.


Superman es un personaje que no necesita presentación. Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster en 1938 en el mítico primer número de Action Comics, es uno de los superheroes mas famosos que existen y ha llegado a formar parte de la cultura popular americana.

Este personaje ya había sido adaptado en series de Tv, seriales de radio e, incluso, en musicales de teatro. En el cine, no obstante, a parte de algunos cortos animados o aquellos seriales cinematográficos que se hacían en los años 40 para levantar la moral de los americanos durante la II Guerra Mundial, no había conocido adaptación alguna.

La idea de llevar al cine a este superheroe surgió en 1973 por parte de la productora Ilya Salkind, quién se hizo con los derechos del personaje un año después junto a su padre, Alexander Salkind. Desde el primer momento se pensó en hacer una saga y decidieron rodar conjuntamente la primera y la segunda entregas. El escritor y guionista Mario Puzo (El Padrino) fue contratado para escribir el guión, entregando un libreto de hasta 500 páginas que luego sería reescrito por Robert Benton, David Newman y Leslie Newman y un no-acreditado Tom Mankiewicz.

Para dirigir las películas, fueron muchos los directores de la época tanteados; William Friedkin, Francis Ford Coppola, Peter Yates, John Guillermin, Sam Peckinpah y hasta George Lucas están en la larga lista. De entre los directores que mas cerca estuvieron destaca el mismísimo Steven Spielberg. Fue la propia Ilya Salkind quién propuso a Spielberg cuando este se encontraba en pleno rodaje de Tiburón (1975), pero su padre prefirió esperar a ver que resultados daba esa película. Cuando esta fue el enorme éxito que todos conocemos, Spielberg fue aceptado con los brazos abiertos, pero este rechazó la oferta para escribir y dirigir un proyecto mas personal: la película Encuentros en la Tercera Fase (1977).

A Spielberg le siguieron Guy Hamilton y Mark Robson hasta que Richard Donner resultó ser el gran elegido gracias a su trabajo en la película de terror La Profecía (1976), el cual convenció a los Salkind para su elección.

Para dar vida a Superman también fueron muchos los nombres que sonaron. Paul Newman, Sylvester Stallone, Burt Reynolds, Al Pacino, James Caan y Kurt Russell, entre muchos otros, forman parte de la larga lista de actores tanteados. El gran reto era encontrar un buen actor que, además, poseyera un físico parecido al del personaje y, tras una larga búsqueda, encontraron en Christopher Reeve el interprete ideal, ya que era un buen actor y, aunque luego tuvo que pulirse algo mas en el gimnasio –donde tuvo como supervisor a David Prowse, el hombre que dio vida a Darth Vader –, su físico encajaba mucho con el personaje.

El rodaje comenzó en marzo de 1977 y se prolongó hasta octubre de 1978, dos meses antes del estreno de la película en EEUU, el 15 de diciembre de 1978. Como ya he dicho antes, se decidió rodar conjuntamente la primera y la segunda película pero, debido a los continuos problemas de producción, retrasos y, sobre todo, las interminables peleas entre Donner y los productores, se decidió paralizar la segunda entrega –aunque ya se había rodado un 75% de esta –y se centraron en la primera película.

No obstante, la cosa salió muy bien. La película, que había costado 55 millones de dólares –un cifra mastodóntica en aquellos tiempos –, fue todo un éxito, recaudando 134 millones solo en EEUU y 166 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de 300 millones de dólares, un éxito enorme.


Además del éxito, la película puso a los superheroes en el punto de mira de Hollywood e, incluso, influyó mucho en los cómics del hombre de acero posteriores al film. Además, la película fue todo un fenómeno sociológico. Circula la leyenda de que varios niños murieron al arrojarse por las ventanas creyéndo que eran Superman o que podían volar como él; aunque yo no doy mucho crédito a estas historias y, de ser ciertas, culparía mas a los padres o al estado mental de los niños antes de a la película.

En fin, empecemos ya.

Como ya he dicho muchas veces, Superman no es uno de mis superheroes favoritos. Reconozco la importancia que tiene dentro del mundo de los cómics y los superheroes y en la cultura popular pero, personalmente, yo siempre he preferido mucho mas a otros personajes, como Batman, Spiderman o el Capitán América.

No obstante, esto no quiere decir que no me guste o no lo conozca a él o su historia. Ni tampoco que no haya leído cómics suyos. Ni, mucho menos, que no pueda apreciar las adaptaciones que han hecho de él, como esta película que nos ocupa.

Para mi es una película muy buena y una estupenda adaptación de cómic.

Como adaptación, a pesar de ciertas libertades que se toman –como ocurre siempre –, es muy fiel a los cómics; especialmente, en la parte que respecta a los orígenes del personaje.

A pesar de sus broncas con los productores, el trabajo de Richard Donner es fenomenal. El tipo dirige muy bien cada momento, tanto las estupendas escenas de acción como los momentos dramáticos y cómicos y sabe manejar muy bien a los actores. Además, le sabe dar a la película excelentes toques épicos, como ese comienzo de la película mostrando el planeta Krypton después de los excelentes créditos iniciales con la ya mítica banda sonora de John Williams, la muerte de Jonathan Kent o –por mucho que digan los científicos que es una escena muy inverosímil –cuando hace girar la Tierra al revés para retroceder en el tiempo y salvar a Lois.

La fotografía de Geoffrey Usdworth, quién había trabajado en películas como 2001: Una Odisea en el Espacio (Stanley Kubrick, 1968), Cabaret (Bob Fosse, 1972) o Zardoz (John Boorman, 1974), es sensacional y el diseño de producción es de lo mas logrado, especialmente, en el diseño del planeta Krypton, la Fortaleza de la Soledad o el traje del protagonista, el cual es muy fiel al de los cómics; aunque debería haber sido mucho mas ceñido y marcar mucho mas los músculos en lugar de ser tan tipo pijama. Aunque, si se hubieran olvidado de los famosos calzoncillos rojos, no me hubiera importado nada. 


Los efectos especiales son otro gran logro de la película; especialmente, en lo que se refiere a hacer volar a Superman. Fueron muchas la cosas que se emplearon para hacer mas creíbles las escenas de vuelo, desde una marioneta colgada de un helicóptero hasta disparar un maniquí con un cañón. Finalmente, se optó por colgar al protagonista de unos cables sobre una pantalla azul, lo que dio muy buen resultado. La película ganó un muy bien merecido oscar por sus efectos especiales, además de recibir nominaciones por su montaje, sonido y, sobre todo, banda sonora.

Sobre los actores, cabe decir que el reparto en general hace un buen trabajo; algunos mejor que otros, pero en general todos están bien. Cabe especial mención a su protagonista, Christopher Reeve, que hace un estupendo trabajo y demuestra que fue una muy buena elección para el papel, a Gene Hackman, que está genial como Lex Luthor y resulta un notable villano, y un siempre magistral Marlon Brando que hace un gran trabajo en los pocos, pero muy bien pagados, minutos que aparece en el film como Jor-El.

Una mención a parte merece Margot Kidder, quién da vida a Lois Lane. El trabajo de la actriz es muy bueno, no lo voy a negar, y no está mal que le de al personaje ese toque tan dicharachero que le da en el film. Pero tengo que decir en su contra que su Lois Lane no resulta sexy. No estoy diciendo que Kidder sea poco atractiva, al contrario, pero en los cómics Lois Lane es una mujer muy sexy que rezuma sensualidad por todos lados y de eso no veo nada en la película. Ese sería uno de los fallos de la película, cual también tiene sus fallos.

Otro fallo que le veo es que le falta metraje. Las situaciones se van sucediendo de forma bastante rápida y hay veces que cuesta un poco seguir el hilo de la historia. Es bien sabido que la película duraba originalmente mas de tres horas que se fueron recortando y muchas escenas interesantes se quedaron en la sala de montaje; aunque algunas fueron recuperadas posteriormente en ediciones domésticas.

Entre las escenas cortadas destacan una en la que, cuando Superman llega a la guarida de Luthor, debe superar varios obstáculos para poder acceder a ella. También hay otra escena que explica que sucede con Eve Teschmacher (Valerie Perrine), la lugarteniente de Luthor junto al torpe Otis (Ned Beatty), después de que esta salvara a Superman para que evitara que uno de los misiles desviados por Luthor destruyera la ciudad donde vive su madre. Al parecer, Luthor la castiga colgándola de una cuerda sobre un foso lleno de leones y, cuando hace que Otis la suelte para que caiga dentro, aparece Superman y la salva mientras le dice que su madre le envía recuerdos.


Otro fallo que le veo es que nos encontramos ante una película muy ambiciosa, con un gran presupuesto, un despliegue de medios muy amplio, unos efectos especiales cojonudos y repleto de escenas de los mas espectaculares. Sin embargo, aunque el guión es bueno, la historia no la encuentro lo suficiente ambiciosa para una película de esta magnitud. Y es que el film se pasa la mayor parte del tiempo presentando al personaje y, al final, el enfrentamiento con Lex Luthor queda bastante insípido.

Claro, que la película tiene varias disculpas. La primera se la podemos achacar a que su montaje original debía haber sido mucho mas largo –de tres horas, como he dicho antes –. La segunda a la época en que se hizo, en la que las películas de superheroes no estaban tan de moda como ahora y muchas de las cosas que se hacen hoy en día eran imposible entonces por mucho dinero y medios que se tuviera. Y la tercera a que la película ya se hizo siendo pensada para ser la primera de una saga de películas donde el personaje debía ser presentado.

De todas maneras, estos fallos no estropean mucho el conjunto final.

Resumiendo.

Para mi Superman –o Superman: La Película, como también se la conoce –es una película muy buena y, como adaptación de cómic, es estupenda. No es la mejor adaptación de cómic de la historia, como dicen algunos por ahí, pero si es la mejor película de Superman que se ha hecho hasta la fecha; a la espera, claro está, de como resulta Man of Steel.

Puede que Superman no sea un personaje de cómic que me entusiasme mucho, pero eso no me impide que pueda disfrutar una buena película como esta.