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7 de mayo de 2013

SUPERMAN IV : EN BUSCA DE LA PAZ (1987)















La franquicia de Superman cambió de manos en esta cuarta entrega que se esperaba que relanzara la saga y consiguió todo lo contrario.

Una película con muy buenas intenciones por parte de su director, sus actores y su equipo técnico pero bajo la tutela de una compañía que, desde luego, no era la mas apropiada para un film como este.

Una escalada de tensión entre EEUU y la URSS amenaza con una posible guerra nuclear, algo que Superman (Christopher Reeve) ve con preocupación. Tampoco como Clark Kent le van bien las cosas, ya que el Daily Planet ha sido comprado por David Warfield (Sam Wanamaker), un magnate de la prensa amarillista. Este pone al frente del periódico a su hija, Lacy (Mariel Hemingway), para que recorte gastos y haga los cambios precisos para convertir el periódico en un diario sensacionalista. Esto no tardará en enfrentarles con Perry White (Jackie Cooper) y Lois Lane (Margot Kidder).

Mientras tanto, motivado por una carta que un niño le escribe pidiéndole ayuda para evitar la catástrofe nuclear, Superman decide romper su norma de no intervenir en los asuntos humanos y empieza a eliminar las armas nucleares de todo el mundo enviándolas al sol para que las destruya. Pero esto es aprovechado por Lex Luthor (Gene Hackman), quién ha logrado escapar de la cárcel con la ayuda de su incompetente sobrino, Lenny (Jon Cryer). Luthor logra hacerse con un pelo de Superman que este donó a un museo y lo utiliza para crear un material genético que introduce en un misil nuclear antes de que Superman se apodere de él y lo envíe al sol. La explosión hace que del material genético surja el conocido como Hombre Nuclear, un ser con poderes similares a los de Superman cuya energía proviene del sol.

Después de los flojos resultados Superman III (Richard Lester, 1983) y del fracaso de Supergirl (Jeannot Szwarc, 1984), Alexander Salkind y su hija, Ilya Salkind, decidieron vender los derechos de Superman a Menahem Golan y a Yoram Globus, quienes entonces dirigían la Cannon Group, una famosa compañía cinematográfica que se caracterizaba por realizar películas de acción de bajo presupuesto, casi de serie B, y que encumbró a estrellas del cine de acción como Charles Bronson, Chuck Norris o Jean-Claude Van Damme. A ellos les debemos títulos como las sagas Desaparecido en Combate o El Guerrero Americano y películas como Yo soy la Justicia (Michel Winner, 1982), Invasión USA (Joseph Zito, 1985), El Justiciero de la Noche (Michael Winner, 1985), Delta Force (Menahem Golan, 1986) o Cobra, el brazo fuerte de la ley (George Pan Cosmatos, 1986).


La Cannon, bajo el mandato de Golam y Globus, vivió su época de mayor esplendor durante la primera mitad de los 80 y habían decidido expandirse con, entre otras cosas, la creación de franquicias basadas en cómics; haciéndose, además de con Superman, con los derechos de otros superheroes, como Spiderman o el Capitán América. No obstante, solo fue Superman quién llegó a tener película; bueno, también la tuvo el Capitán América varios años después en aquel nefasto film, pero Golam lo produjo cuando ya estaba fuera de Cannon y había fundado su propia compañía, 21th Century.

El proyecto comenzó bien. La marcha de los Salkind animó a los regresos de Margot Kidder como Lois Lane y Gene Hackman como Lex Luthor y lograron convencer a Christopher Reeve para que encarnara de nuevo al hombre de acero; para ello le dejaron que él mismo ideara la historia de la película, la cual Lawrence Konner y Mark Rosenthal se encargarían de convertir en guión, y también permitieron que dirigiera la segunda unidad.

Para la dirección quisieron traer de vuelta a Richard Donner y estuvieron cerca de convencerle, pero este prefirió mejor dirigir Arma Letal (1987) y, tras barajarse nombres de directores como Paul Verhoeven o Wes Craven y de otros habituales del estudio, como Joseph Zito, la dirección recayó en el veterano Sidney J. Furie.

Los problemas empezaron, como siempre, por motivos de dinero.

Golam y Globus recibieron 35 millones de dólares de la Warner para hacer el film, pero ellos decidieron emplear solo la mitad, 17´5 millones, y utilizar la otra mitad de ese dinero para otros películas. Esto supuso un sin fin de reescrituras del guión para abaratar los costes. Luego, la reducción de presupuesto espantó al equipo de efectos especiales habitual de la saga, por lo que se contrató un nuevo equipo encabezado por Harrison Ellenshaw; aunque, poco pudieron hacer con el material tan pobre que le dieron.

Luego, tras el rodaje, las cosas no fueron mejor, ya que a Cannon no le gustó el montaje original de 136 minutos y obligó a reducir la duración a 90 minutos, quedándose mucho material en la sala de edición. En el montaje original, entre otras cosas, había dos Hombres Nucleares, siendo cortadas las escenas correspondientes al primero de ellos, el cual estaba interpretado por Clive Mantle. Este era quién se enamoraba de Lacy Warfield, por eso el segundo Hombre Nuclear –que había surgido de los restos del primero tras ser derrotado por Superman –se acordaba de ella al verla en un periódico.

Los de Cannon afirmaron que los 46 minutos de metraje cortados se emplearían en una quinta entrega, la cual jamás llegó a hacerse, ya que la película fue un monumental fracaso, recaudando solo 15 millones de dólares a nivel mundial; ni tan siquiera recuperaron los 17´5 millones en los que habían reducido el presupuesto.

Normal que no hicieran la quinta entrega –algo que es de agradecer, ya que tenían previsto que la dirigiera Albert Pyun –y que el estudio perdiera los derechos después. Además de comenzar su decadencia ese mismo año, 1987, donde también tuvieron los fracasos de Yo, el Halcón, de Menahem Golan, y Master del Universo, de Gary Goddard.

Bueno, vamos a hablar de que me parece la película. Y no me voy a ir mucho por las ramas.

La película es...




UNA MIERDA




Antes de meterme de lleno en el análisis, debo decir que esta fue la primera película de Superman que vi en el cine y recuerdo que disfruté mucho viéndola y aluciné con los momentos y las escenas de acción. Pero entonces tenía solo 7 años y con los inocentes ojos de tu infancia todo lo ves mucho mejor de lo que es en realidad. Porque, a medida que me he ido haciendo mayor y he visto mas veces esta película, cada vez me parece mas y mas mala.

La reducción de presupuesto y los recortes en el guión no solo se notan mucho, es que ni se esfuerzan en disimularlos.

Hay lagunas argumentales tan grandes que afectan terriblemente al ritmo del film, haciendo que todo pase sin pena ni gloria y que a penas se desarrollen los personajes; incluso personajes tan imporantes en la saga como Lex Luthor o Margot Kidder tienen una presencia de lo mas anodina.



Luego todo es cutre hasta decir basta. Empezando por los efectos especiales, que dan pena; pero pena de la que lamentas no tener una pistola a mano para acabar con el sufrimiento de un animal moribundo. Un buen ejemplo son las escenas de vuelo. Las escenas de vuelo de las anteriores películas son magistrales, aunque se notara mucho la pantalla de fondo, te las creías y disfrutabas con ellas. Aquí, en cambio, ver volar a Superman dan ganas de morirse de lo mal hechas que están; y no digamos cuando coge algunas cosas, como esos misiles de juguete o una Estatua de la Libertad de lo mas lamentable.

Pero no solo los efectos especiales son penosos. El diseño de producción es para morirse de vergüenza ajena. Los decorados son de risa –en el peor de los sentidos –. Empiezo por esa superficie lunar donde Superman y el Hombre Nuclear se pelean en una de las peleas mas cutres y patéticas que he visto en mi vida. Si es cierto lo de que la llegada a la luna fue una mentira y la imágenes de la tripulación del Apolo 11 fueron grabadas en un estudio, no hubieran engañado ni al tonto del pueblo de haber grabado esas escenas en un decorado como este.

Otra cosa bien cutre en este film es el vestuario de los personajes. Y no solo lo digo por el Hombre Nuclear y su disfraz de campeón de lucha libre de saldo, sino de todos los personajes, que parece que los vistieron con lo primero que encontraron. Incluso me atrevería a pensar que fueron los propios actores los que se llevaron su propia ropa; el personaje de Perry White parece que está vestido en todo momento como si estuviera en la sala de estar de su casa.

Dejando todo esto a un lado, vamos con las cagadas; que la película las tiene como para parar un tren.

Para empezar, vuelvo a lo de la luna. Porque vemos primero a Superman y al Hombre Nuclear peleándose –o jugando al pilla pilla; a saber que era eso –en una superficie lunar llena de polvo y montañas y luego vemos a Superman empujando, para provocar un eclipse de sol, una luna donde el polvo y las montañas han desaparecido; encima es una luna de cartón que canta una barbaridad.

Luego tenemos que Superman, a parte de poder hacer varias cosas con los ojos, como lanzar rayos láser o mirar a través de superficies con rayos X, también tiene una visión especial con la que es capaz de reconstruir la Muralla China ladrillo a ladrillo.


Y si eso os ha gustado, no os perdáis cuando logra parar la erupción de un volcán poniéndole un tapó que él mismo se hace con la cima de una montaña.

Y, para terminar, mi favorita. Esa en la que el Hombre Nuclear secuestra a Lacy y se la lleva al espacio donde la chica puede respirar con normalidad y que, a pesar de la falta de gravedad, cuando Superman le quita la energía al Hombre Nuclear al cubrir el sol con la luna, este se queda inerte suspendido en el espacio, pero ella se tiene que agarrar a él para no caerse. ¿Como se os queda el cuerpo?


Y a todo esto hay que unirle un sin fin de tonterías y escenas ridículas. Como esa en la que Superman y su alter ego, Clark Kent, tienen una cita doble con Lois y Lacy y tiene que cambiándose constantemente para estar con una y luego con la otra. Una escena que, además de ridícula, llega a resultar aburrida y pesada y solo quieres que se acabe cuanto ante.

Otra ridiculez de la película es que Lex Luthor tiene una mente criminal tan brillante que no solo es capaz de crear un hombre radiactivo a partir de un pelo de Superman, sino que es hasta capaz de censurarlo añadiendo trozos de tela al potingue genético para que cuando nazca lo haga ya vestido y tenga su propio traje. Una tela, por cierto, tan resistente que es capaz, no solo de no ser destruida en una explosión nuclear en la superficie del mismísimo Sol, sino que capaz hasta de multiplicarse.

Además, vale que lograran recuperar a Gene Hackman, pero ya cansa un poco tener de nuevo como villano principal a Lex Luthor, a quién ya vimos en la primera y en la segunda y en la tercera tuvimos una mala imitación de él. Eso si, aquí cambia de ayudante patoso, sustituyendo al célebre Otis (Ned Beatty) por un sobrino tonto llamado Lenny al que da vida Jon Cryer, actor que gozó de cierta fama en los 80 gracias a títulos como Click, Click (Jerry Schatzberg, 1984) o La Chica de Rosa (Howard Deutch, 1986) y ahora es conocido como el hermano gorrón de Charlie Sheen en la serie Dos Hombres y Medio.

Resumiendo.

Un auténtico desastre del que la principal culpable fue la Cannon, quién tuvo la oportunidad de ir un paso mas allá y dejar a un lado las películas de serie B para meterse de lleno en las superproducciones. Pero, en lugar de eso, se echaron atrás y terminaron por cargarse una película que podría haber resucitado la saga de Superman pero, en lugar de eso, la enterró del todo y el hombre de acero empezó una larga odisea antes de volver a los cines; algo de lo que ya hablaré en otra entrada, la correspondiente a Superman Returns.


Lo peor de la Cannon es que engañaron a todo el mundo, porque dudo mucho que, de saber donde se metían, ni Christopher Reeve, Margot Kidder o Gene Hackman se hubieran aventurado a volver y, mucho menos, la Warner les hubiera dado los 35 millones de los que, como ya he dicho, solo la mitad fueron invertidos en el film. Claro, que al final tuvieron su justo castigo cuando el estudio se hundió y fue absorbido posteriormente por MGM.

Una película de lo mas nefasta. No llega al nivel de subnormalidad de Batman y Robin (Joel Schumacher, 1997), que hundió la saga de Batman diez años después, pero se le queda cerca. Una película que es imposible tomársela en serio y es imposible disfrutar con ella; a menos que seas un niño de 7 años, claro.

Christopher Reeve no se pudo despedir peor de la saga y el personaje que le dio la fama.






2 de diciembre de 2012

SUPERMAN (1978)


















El año que viene se estrena Man of Steel, la esperada película que reiniciará a Superman en el cine y que ha corrido a cargo de Zack Snyder como director, Christopher Nolan como productor y David S. Goyer como guionista. Tres genios que han unido sus talentos y que, si han sabido trabajar juntos y complementarse bien, es muy probable que hayan hecho una gran película.

Yo le tengo mucha fe a esta nueva película de Superman y tengo muchas ganas de verla. Pero, mientras tanto, como ya con Batman antes del estreno de The Dark Knight Rises, voy a ir analizando las películas del hombre de acero que se han estrenado hasta ahora.

Y comienzo con este film ya mítico que no solo llevó al famoso superheroe a la gran pantalla, sino que creó precedentes en lo que a adaptaciones de cómic se refiere.

Después de ayudar a contener una sublevación encabezada por el General Zod (Terence Stamp), quién es encarcelado en la Zona Fantasma junto a sus cómplices, el científico Jor-El (Marlon Brando) descubre que su planeta, Krypton, está a punto de explotar, pero el Consejo que gobierna el planeta no le cree y le prohíbe abandonar el planeta para no crear una falsa alarma. Es por ello que, junto a su esposa, Lara Lor-Van (Susannah York), decide enviar a su único hijo, Kal-El, a la Tierra, un planeta mucho mas primitivo que Krypton en el que su estructura molecular le hará tener poderes sobrehumanos, como una gran fuerza y resistencia, un oído mucho mas desarrollado, una vista capaz de traspasar objetos o la capacidad de desafiar la gravedad del planeta y poder volvar. Poco antes de que el planeta explote, Kal-El es lanzado en una nave en dirección a la Tierra.

Tras un viaje de tres años, en el que ha aprendido muchas cosas gracias a unos cristales de memoria que dejó su padre en la nave, Kal-El llega a la Tierra, donde es recogido por el matrimonio formado por Jonathan y Martha Kent (Glenn Ford y Phyllis Thaxter), quienes deciden adoptarlo y criarlo en su granja como si fuera su hijo bajo la identidad de Clark Kent, ocultando al mundo sus extraordinarios poderes. Tras la muerte de Jonathan y al cumplir los 18 años, el joven Clark (Jeff East) encuentra un cristal verde que vino con él en la nave y escucha una llamada que lo lleva hasta el polo norte, donde construye con el cristal un gran edificio de la misma arquitectura que los de Krypton –la Fortaleza de la Soledad –. Allí, gracias a la memoria de su padres, descubrirá sus orígenes y terminará de formarse. Después de 12 años, regresa a la civilización con una doble vida. Por un lado, como Clark Kent, trabajará como periodista en el Daily Planet junto a la reportera Lois Lane (Margot Kidder). Por el otro, bajo el nombre de Superman, y con un cantoso traje rojo y azul con el escudo de su familia kryptoniana en el pecho, combatirá contra el crimen empleando sus superpoderes. Esto le enfrentará con Lex Luthor (Gene Hackman), un poderoso genio del mal que está preparando un diabólico plan para destruir la costa oeste de EEUU.


Superman es un personaje que no necesita presentación. Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster en 1938 en el mítico primer número de Action Comics, es uno de los superheroes mas famosos que existen y ha llegado a formar parte de la cultura popular americana.

Este personaje ya había sido adaptado en series de Tv, seriales de radio e, incluso, en musicales de teatro. En el cine, no obstante, a parte de algunos cortos animados o aquellos seriales cinematográficos que se hacían en los años 40 para levantar la moral de los americanos durante la II Guerra Mundial, no había conocido adaptación alguna.

La idea de llevar al cine a este superheroe surgió en 1973 por parte de la productora Ilya Salkind, quién se hizo con los derechos del personaje un año después junto a su padre, Alexander Salkind. Desde el primer momento se pensó en hacer una saga y decidieron rodar conjuntamente la primera y la segunda entregas. El escritor y guionista Mario Puzo (El Padrino) fue contratado para escribir el guión, entregando un libreto de hasta 500 páginas que luego sería reescrito por Robert Benton, David Newman y Leslie Newman y un no-acreditado Tom Mankiewicz.

Para dirigir las películas, fueron muchos los directores de la época tanteados; William Friedkin, Francis Ford Coppola, Peter Yates, John Guillermin, Sam Peckinpah y hasta George Lucas están en la larga lista. De entre los directores que mas cerca estuvieron destaca el mismísimo Steven Spielberg. Fue la propia Ilya Salkind quién propuso a Spielberg cuando este se encontraba en pleno rodaje de Tiburón (1975), pero su padre prefirió esperar a ver que resultados daba esa película. Cuando esta fue el enorme éxito que todos conocemos, Spielberg fue aceptado con los brazos abiertos, pero este rechazó la oferta para escribir y dirigir un proyecto mas personal: la película Encuentros en la Tercera Fase (1977).

A Spielberg le siguieron Guy Hamilton y Mark Robson hasta que Richard Donner resultó ser el gran elegido gracias a su trabajo en la película de terror La Profecía (1976), el cual convenció a los Salkind para su elección.

Para dar vida a Superman también fueron muchos los nombres que sonaron. Paul Newman, Sylvester Stallone, Burt Reynolds, Al Pacino, James Caan y Kurt Russell, entre muchos otros, forman parte de la larga lista de actores tanteados. El gran reto era encontrar un buen actor que, además, poseyera un físico parecido al del personaje y, tras una larga búsqueda, encontraron en Christopher Reeve el interprete ideal, ya que era un buen actor y, aunque luego tuvo que pulirse algo mas en el gimnasio –donde tuvo como supervisor a David Prowse, el hombre que dio vida a Darth Vader –, su físico encajaba mucho con el personaje.

El rodaje comenzó en marzo de 1977 y se prolongó hasta octubre de 1978, dos meses antes del estreno de la película en EEUU, el 15 de diciembre de 1978. Como ya he dicho antes, se decidió rodar conjuntamente la primera y la segunda película pero, debido a los continuos problemas de producción, retrasos y, sobre todo, las interminables peleas entre Donner y los productores, se decidió paralizar la segunda entrega –aunque ya se había rodado un 75% de esta –y se centraron en la primera película.

No obstante, la cosa salió muy bien. La película, que había costado 55 millones de dólares –un cifra mastodóntica en aquellos tiempos –, fue todo un éxito, recaudando 134 millones solo en EEUU y 166 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de 300 millones de dólares, un éxito enorme.


Además del éxito, la película puso a los superheroes en el punto de mira de Hollywood e, incluso, influyó mucho en los cómics del hombre de acero posteriores al film. Además, la película fue todo un fenómeno sociológico. Circula la leyenda de que varios niños murieron al arrojarse por las ventanas creyéndo que eran Superman o que podían volar como él; aunque yo no doy mucho crédito a estas historias y, de ser ciertas, culparía mas a los padres o al estado mental de los niños antes de a la película.

En fin, empecemos ya.

Como ya he dicho muchas veces, Superman no es uno de mis superheroes favoritos. Reconozco la importancia que tiene dentro del mundo de los cómics y los superheroes y en la cultura popular pero, personalmente, yo siempre he preferido mucho mas a otros personajes, como Batman, Spiderman o el Capitán América.

No obstante, esto no quiere decir que no me guste o no lo conozca a él o su historia. Ni tampoco que no haya leído cómics suyos. Ni, mucho menos, que no pueda apreciar las adaptaciones que han hecho de él, como esta película que nos ocupa.

Para mi es una película muy buena y una estupenda adaptación de cómic.

Como adaptación, a pesar de ciertas libertades que se toman –como ocurre siempre –, es muy fiel a los cómics; especialmente, en la parte que respecta a los orígenes del personaje.

A pesar de sus broncas con los productores, el trabajo de Richard Donner es fenomenal. El tipo dirige muy bien cada momento, tanto las estupendas escenas de acción como los momentos dramáticos y cómicos y sabe manejar muy bien a los actores. Además, le sabe dar a la película excelentes toques épicos, como ese comienzo de la película mostrando el planeta Krypton después de los excelentes créditos iniciales con la ya mítica banda sonora de John Williams, la muerte de Jonathan Kent o –por mucho que digan los científicos que es una escena muy inverosímil –cuando hace girar la Tierra al revés para retroceder en el tiempo y salvar a Lois.

La fotografía de Geoffrey Usdworth, quién había trabajado en películas como 2001: Una Odisea en el Espacio (Stanley Kubrick, 1968), Cabaret (Bob Fosse, 1972) o Zardoz (John Boorman, 1974), es sensacional y el diseño de producción es de lo mas logrado, especialmente, en el diseño del planeta Krypton, la Fortaleza de la Soledad o el traje del protagonista, el cual es muy fiel al de los cómics; aunque debería haber sido mucho mas ceñido y marcar mucho mas los músculos en lugar de ser tan tipo pijama. Aunque, si se hubieran olvidado de los famosos calzoncillos rojos, no me hubiera importado nada. 


Los efectos especiales son otro gran logro de la película; especialmente, en lo que se refiere a hacer volar a Superman. Fueron muchas la cosas que se emplearon para hacer mas creíbles las escenas de vuelo, desde una marioneta colgada de un helicóptero hasta disparar un maniquí con un cañón. Finalmente, se optó por colgar al protagonista de unos cables sobre una pantalla azul, lo que dio muy buen resultado. La película ganó un muy bien merecido oscar por sus efectos especiales, además de recibir nominaciones por su montaje, sonido y, sobre todo, banda sonora.

Sobre los actores, cabe decir que el reparto en general hace un buen trabajo; algunos mejor que otros, pero en general todos están bien. Cabe especial mención a su protagonista, Christopher Reeve, que hace un estupendo trabajo y demuestra que fue una muy buena elección para el papel, a Gene Hackman, que está genial como Lex Luthor y resulta un notable villano, y un siempre magistral Marlon Brando que hace un gran trabajo en los pocos, pero muy bien pagados, minutos que aparece en el film como Jor-El.

Una mención a parte merece Margot Kidder, quién da vida a Lois Lane. El trabajo de la actriz es muy bueno, no lo voy a negar, y no está mal que le de al personaje ese toque tan dicharachero que le da en el film. Pero tengo que decir en su contra que su Lois Lane no resulta sexy. No estoy diciendo que Kidder sea poco atractiva, al contrario, pero en los cómics Lois Lane es una mujer muy sexy que rezuma sensualidad por todos lados y de eso no veo nada en la película. Ese sería uno de los fallos de la película, cual también tiene sus fallos.

Otro fallo que le veo es que le falta metraje. Las situaciones se van sucediendo de forma bastante rápida y hay veces que cuesta un poco seguir el hilo de la historia. Es bien sabido que la película duraba originalmente mas de tres horas que se fueron recortando y muchas escenas interesantes se quedaron en la sala de montaje; aunque algunas fueron recuperadas posteriormente en ediciones domésticas.

Entre las escenas cortadas destacan una en la que, cuando Superman llega a la guarida de Luthor, debe superar varios obstáculos para poder acceder a ella. También hay otra escena que explica que sucede con Eve Teschmacher (Valerie Perrine), la lugarteniente de Luthor junto al torpe Otis (Ned Beatty), después de que esta salvara a Superman para que evitara que uno de los misiles desviados por Luthor destruyera la ciudad donde vive su madre. Al parecer, Luthor la castiga colgándola de una cuerda sobre un foso lleno de leones y, cuando hace que Otis la suelte para que caiga dentro, aparece Superman y la salva mientras le dice que su madre le envía recuerdos.


Otro fallo que le veo es que nos encontramos ante una película muy ambiciosa, con un gran presupuesto, un despliegue de medios muy amplio, unos efectos especiales cojonudos y repleto de escenas de los mas espectaculares. Sin embargo, aunque el guión es bueno, la historia no la encuentro lo suficiente ambiciosa para una película de esta magnitud. Y es que el film se pasa la mayor parte del tiempo presentando al personaje y, al final, el enfrentamiento con Lex Luthor queda bastante insípido.

Claro, que la película tiene varias disculpas. La primera se la podemos achacar a que su montaje original debía haber sido mucho mas largo –de tres horas, como he dicho antes –. La segunda a la época en que se hizo, en la que las películas de superheroes no estaban tan de moda como ahora y muchas de las cosas que se hacen hoy en día eran imposible entonces por mucho dinero y medios que se tuviera. Y la tercera a que la película ya se hizo siendo pensada para ser la primera de una saga de películas donde el personaje debía ser presentado.

De todas maneras, estos fallos no estropean mucho el conjunto final.

Resumiendo.

Para mi Superman –o Superman: La Película, como también se la conoce –es una película muy buena y, como adaptación de cómic, es estupenda. No es la mejor adaptación de cómic de la historia, como dicen algunos por ahí, pero si es la mejor película de Superman que se ha hecho hasta la fecha; a la espera, claro está, de como resulta Man of Steel.

Puede que Superman no sea un personaje de cómic que me entusiasme mucho, pero eso no me impide que pueda disfrutar una buena película como esta.