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15 de julio de 2012

STEALTH: LA AMENAZA INVISIBLE (2005)








Uno de los mayores desastres cinematográficos de los últimos años. Nunca crítica y público estuvieron tan de acuerdo como en este despropósito que trata de mezclar ciencia ficción y cine bélico.

Bastantes ganas le tenía yo a esta película.

Es el año 2016. Los tenientes Ben Gannon (Josh Lucas), Kara Wade (Jessica Biel) y Henry Purcell (Jamie Foxx) forman un comando especial de pilotos de la marina estadounidense comandado por el capitán George Cummings (Sam Shepard) dedicado a neutralizar amenazas terroristas y que se encarga de pilotar los aviones mas modernos. A estos se les une EDI, un prototipo de avión no tripulado dotado de inteligencia artifical que podría ser el futuro de la aviación. Tras una misión en Rangún, donde EDI actúa con éxito en la eliminación de tres líderes terroristas causando el menor número de daños colaterales, durante el regreso, EDI es impactado por un rayo y, aunque al principio no parece haber sufrido daños, al final termina fuera de control y se vuelve contra sus compañeros, convirtiéndose en una amenaza.

Tras los éxitos de A Todo Gas (2001) y xXx (2002), Rob Cohen dirigió está película cuya historia él mismo había ideado –aunque no aparece acreditado como tal –con un amplio respaldo económico por parte de Columbia Pictures, quién tenía plena confianza en el director tras sus existosos precedentes.

No obstante, la jugada les salió mal cuando la película fue un enorme fracaso de taquilla. Con un presupuesto de 135 millones de dólares, tan solo recaudó 32 millones en EEUU y 44 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de ¡76 millones de dólares!

Así como lo oís, con un presupuesto de 135 millones de dólares, la película no fue capaz ni de recaudar mas de 100 millones en todo el mundo. A parte de esto, la crítica la pulverizó completamente, lo mismo que el público; la mayoría de la gente que cometió el error de verla en los cines salió echando pestes de ella.

Y es que no me extraña, porque la película es una PUÑETERA MIERDA.

Comenzando por su guión, el cual cuesta creer que haya sido escrito por W. D. Richter, guionista de La Invasión de los Ultracuerpos (Philip Kaufman, 1978), Drácula (John Badham, 1979) o Golpe en la Pequeña China (John Carpenter, 1986). Un guión propio de una de esas películas de serie B o Z que van directamente a las estanterías de los videoclubs, en serio. La clásica historia del hombre contra la máquina aquí es tratada de forma cutre en una especie de mezcla entre 2001: Una Odisea del Espacio y Top Gun que no para de hacer aguas por todas partes y que luego tratan de darle una vuelta de tuerca, haciendo que la máquina tenga sentimientos y se vuelva buena, de una forma muy poco creíble. Encima, meten por medio una subtrama de corrupción político-militar que se queda en nada y una historia de amor entre los personajes de Biel y Lucas que no hay por donde cogerla.

Luego tenemos que la trama empieza bien, pero en seguida se desploma y la película se hace terriblemente aburrida, no sirviendo ni como entretenimiento.

Lo efectos especiales no están mal, pero también podrían haberlos hecho mejor. El diseño de producción, en cambio, es una completa basura. El diseño de los aviones futuristas es terriblemente malo; unos trastos que solo pegarían en un entorno muy, pero que muy, futurista. Pero no, aquí nos los ponen junto a aviones de verdad en un portaaviones de verdad, haciendo que la mezcla quede de lo mas cutre.

Después está que, aunque Rob Cohen tiene muy buena mano para dirigir cine de acción, la mayoría de las escenas de acción de este film son bastante malas, están mal rodadas y peor coordinadas, sin dar en ningún momento la sensación trepidante y vertiginosa que una película así necesita. Tan solo una o dos se salvan de la quema, pero tampoco son gran cosa.

Y sobre los actores, esto si me da rabia.

En la película tenemos a la bella y estupenda Jessica Biel –a quién el mono de piloto le sienta muy bien, por cierto –y al genial, y oscarizado –ese mismo año ganó un oscar por Ray (Taylor Hackford, 2004) –, Jamie Foxx, los cuales son terriblemente desaprovechados. Él muriendo a mitad de la película en una escena ridícula y de lo mas forzada y a ella haciendo que pase de chica de acción a damisela en apuros en cuestión de segundos.

Todo esto para que el nefasto protagonista se luzca en todo momento. Porque Josh Lucas como protagonista es todo un error. Este tipo, a parte de no ser muy buen actor, no vale para llevar el protagonismo de una película; y aquí lo demuestra con creces.

Luego tenemos a Sam Shepard, Joe Morton y Richard Roxburgh –que no interpreta a ningún villano, para variar –, quienes hacen un buen trabajo, pero sus personajes a penas resultan relevantes a pesar de su importancia en la trama.

Resumiendo.

Una película mala, nefasta y bochornosa que no vale ni para pasar el rato; además de que es un completo desperdicio de dinero. Las películas como esta cuestan cuatro duros, tienen actores desconocidos y van directamente a las estanterías de los videoclubs, no se hacen superproducciones que superan los 100 millones de dólares y se estrenan en los cines para dejar las salas vacías.

Porque si a mi me dan un guión como el de esta película, ni de coña invierto 135 millones en él –si los tuviera, claro –porque en seguida sabría que no los iba a recuperar por muchos éxitos que haya tenido el que la va a dirigir.

Un jodido desastre, se mire por donde se mire. No hay excusas en el mundo que justifiquen que se haya hecho una mierda como esta.





24 de junio de 2012

BATMAN BEGINS (2005)








Habían pasado ocho años en los que aún no me había quitado el mal sabor de boca y el mal cuerpo que me dejó la nefasta y bochornosa Batman y Robin (1997), aquel ultrabodrio que hizo Joel Schumacher y que, practicamente, mató al hombre murciélago en el cine sin que nadie fuera capaz de devolverle de nuevo a la vida hasta ese momento, cuando un talentoso director y un gran guionista experto en cómics nos lo trajeron de vuelta.

Una muy buena noticia para mi, puesto que tenía hambre de Batman. De un Batman cinematográfico que me hiciera olvidar esa mierda que nos encasquetó Schumacher y que le devolviera la dignidad al que ha sido siempre uno de mis personajes de cómic favoritos. Sin embargo, no solo mi hambre quedó saciada la noche en que vi la película por primera vez, sino que terminé dándome un atracón digno de un banquete de bodas. Frente a las ganas de vomitar con las que salí del cine en el verano de 1997, aquí salí chupándome los dedos y con muchas, muchísimas, ganas de repetir menú.

Y es que acababa de ver una película para la que, sin yo saberlo, había estado esperando desde hacía mucho tiempo; desde que leí un cómic del hombre murciélago por primera vez.


Heredero de una de las mayores fortunas de EEUU e hijo de los millonarios mas importantes y respetados de Gotham City, el mundo de Bruce Wayne (Gus Lewis) se desmoronó cuando sus padres (Linus Roache y Sara Stewart) fueron asesinados en un callejón por el atracador Joe Chill (Richard Brake) siendo él solo un niño. Años después, convertido en un problemático universitario (Christian Bale), Bruce espera a Chill con una pistola a la salida de los juzgados, donde la fiscalía le ha dado la libertad condicional a cambio de que testifique contra Carmine Falcone (Tom Wilkinson), el poderoso capo de la mafia que dirige el crimen organizado en Gotham. No obstante, cuando se dispone a cumplir su venganza, una sicaria enviada por Falcone se le adelanta y mata a Chill delante de él. Privado de su venganza y tras una reveladora, y dura, conversación con Rachel Dawes (Katie Holmes), su amiga de la infancia que ahora es la ayudante del fiscal, y un fallido enfrentamiento con Falcone, Wayne desaparece y se marcha del país para intentar comprender mejor a los criminales y el mundo del crimen, lo que le lleva a entremezclarse con ellos.

Todo esto le lleva hasta una cárcel china, en donde se encuentra con Henri Ducard (Liam Neeson), quién le introduce en La Liga de las Sombras, una organización ninja dirigida por el misterioso Ra´s al Ghul (Ken Watanabe) que lucha contra el crimen y la corrupción en el mundo. Entrenado por el propio Ducard, Bruce aprende las artes ninja; no solo nuevos tipos de lucha, también métodos para el camuflaje y la puesta en escena. Además, le enseñan a dominar sus miedos. Pero, una vez finalizado su entrenamiento y superada su prueba de acceso para ser miembro de La Liga de las Sombras, descubre que los miembros de esta son unos fanáticos cuyo ideal para acabar con la delincuencia es el asesinato y la destrucción; y lo peor de todo es que han fijado Gotham como su próximo objetivo. Bruce se niega a aceptar sus órdenes y escapa de allí tras matar a Ra´s al Ghul en una espectacular pelea y destruir el escondite de la liga; eso si, salva la vida a Ducard. Después, regresa a Gotham con la intención de cambiar las cosas. Con la ayuda de su mayordomo, Alfred (Michael Caine), y con el material de Industrias Wayne que le suministra Lucius Fox (Morgan Freeman), el que fuera mano derecha de su padre al frente de la empresa, se construye una nueva identidad secreta y crea un símbolo basado en su miedo a los murciélagos que empleará para luchar contra el crimen y la corrupción de la ciudad contando con la complicidad de Rachel y del sargento James Gordon (Gary Oldman), uno de los pocos policías honrados de Gotham. Batman ha sido creado.

Como ya he dicho, Batman estaba prácticamente muerto en el cine por culpa de Joel Schumacher; quién, no contento con ese atentado contra la dignidad humana que hizo en 1997, quería seguir ensuciando mas la memoria de Batman con una quinta entrega llamada Batman Triunphant. El tipo prometía haber aprendido de sus errores y no paraba de decir que la nueva entrega iba a ser mas oscura y parecida a los films que dirigió Tim Burton, Batman (1989) y Batman Vuelve (1992). Pero no fue suficiente para que volvieran a dejar al hombre murciélago en sus manos.

Aunque si es cierto que el estudio no lo desechó del todo y se lo guardó como última opción. Porque, la verdad, no tenían ni puñetera idea de como traer de vuelta a Batman al cine.

En los años siguientes, hubo un sin fin de proyectos sobre la mesa. Los mas destacados eran una adaptación de Batman: Año Uno, de Frank Miller, que iba a correr a cargo de Darren Aronofsky y el propio Miller; una adaptación de la serie animada Batman del Futuro (Batman Beyond) dirigida por Boaz Yakin y con el mismísimo Paul Newman como principal candidato para ser Bruce Wayne; un Batman vs Superman con guión de Andrew Kevin Walker y dirección de Wolfgang Petersen; o una adaptación de la magistral El Regreso del Señor de la Noche, también de Frank Miller, protagonizada por Clint Eastwood bajo la dirección de los hermanos Hughes.

Ninguno de estos proyectos llegó a ver la luz y la cosa quedó en un punto muerto hasta que Christopher Nolan llegó para sacarles del atolladero.

Nolan tenía dos principales ideas para su película de Batman. La primera era reiniciar por completo la franquicia, rompiendo totalmente con la saga anterior y hacer una película totalmente nueva. La segunda era hacer con Batman algo parecido a lo que Hugh Hudson hizo con Tarzán en la estupenda Greystoke: la leyenda de Tarzán, el rey de los monos (1984): dar una visión mas realista del personaje, mostrando como este sería si existiera en la vida real y, sobre todo, profundizar mas en el personaje, su historia y su psicología.


Eso si, Nolan, un total inexperto en cómics –como él mismo reconoció desde el primer momento –, no quiso traicionar a los fans de Batman y quiso mantenerse fiel a los cómics todo lo posible. Por eso estuvo muy acertado buscando la ayuda de todo un experto como David S. Goyer a la hora de escribir el guión.

Ya hablé largo y tendido de como fue la producción de este film, así que no me enrollaré con este tema.

La película fue un gran éxito. Con un presupuesto de 150 millones de dólares, recaudó 205 millones en EEUU –siendo la segunda película de Batman que superaba los 200 millones de dólares en la taquilla estadounidense –y 167 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de 372 millones de dólares.

La película, además, fue muy bien recibida por crítica y público y, sobre todo, entusiasmó mucho a los fans del hombre murciélago. Lo mejor de todo es que fue ganando adeptos a lo largo de los años. Aunque también ha ganado muchos detractores; casi todos fans incondicionales de las películas de Burton incapaces de aceptar la realidad.
Porque este es, sin duda...



...EL BATMAN DEFINITIVO



Cuando la película llegó a los cines, yo tenía ya 25 años. Había dejado mi infancia y mi adolescencia bien atrás y tenía la cabeza mas centrada para juzgar mejor las películas; sobre todo las de Batman.

Por aquel entonces, Batman (1989) de Tim Burton seguía siendo para mi la mejor versión cinematográfica que se había hecho del hombre murciélago hasta el momento. Sin embargo, esta ya no me llenaba del todo, puesto que solo mostraba a Batman como un tipo disfrazado que lucha contra el crimen, cuando Batman es mucho mas complejo, al igual que sus historias. Hasta el momento, ninguna adaptación había profundizado de verdad en la mente atormentada ni en la personalidad del personaje para hacernos entender mejor lo que es y las razones de por qué hace lo que hace. Solo en Batman Forever (Joel Schumacher, 1995) hubo un pequeño intento, pero la cosa no llegó a nada.

Yo, lo admito, tenía muy poca fe de que algún día hicieran una película de Batman donde nos mostraran la verdadera esencia del personaje. Un personaje que es mucho mas que un superheroe o un vengador, ya que no tiene superpoderes y se dedica a hacer justicia en lugar de su propia justicia; sobre todo, al no querer matar a ninguno de sus enemigos, a diferencia de otros justicieros, como el Punisher de Marvel.

Esta nueva película del hombre murciélago la esperaba con ansias porque, como ya he dicho, tenía muchas ganas de volver a ver a Batman en el cine. Pero es cierto que también la esperaba con cierta desconfianza y no tenía muchas expectativas puestas en ella.

Estaba claro que iba a superar a Batman y Robin; pero esto no tenía mucho mérito, que digamos.
Había visto los trailers y varias imágenes y la película pintaba muy bien. Pero también pintaban muy bien las imágenes y los trailers de películas como Daredevil (Mark Steven Johnson, 2003) o El Castigador (Jonathan Hensleigh, 2004), y estas resultaron de lo mas decepcionantes.


Luego estaba su director, Christopher Nolan. Por entonces, todavía no había visto su primera película, Following (1998), pero si había visto la película con la que se dio a conocer, la celebrada Memento (2001), una película excelente que a mi me encantó, y su siguiente film, Insomnia (2002), que era mas comercial y con un final mas tópico y previsible, pero que, aún así, me resultó un thriller muy bueno y superior a la media. Con todo esto tenía claro que habían escogido a un director excelente para dirigir la película, lo cual debería suponer tranquilidad. Sin embargo, Ang Lee también es un director excelente y, sin embargo, Hulk (2003) también fue una tremenda decepción. Así que esto tampoco era una garantía.

Por ello, no esperaba mucho de esta película. Tan solo que me quitara el mal sabor de boca y las nauseas que me dejó Batman y Robin y poder ver de nuevo a Batman en un film decente. Pero, ni por asomo me esperaba una gran película ni nada memorable. Ni tan siquiera pensaba que iba a ser mejor que las películas de Burton.



EN MI VIDA ME HABIA ALEGRADO TANTO DE EQUIVOCARME



Nunca olvidaré el día –mejor dicho, la noche –que vi la película por primera vez.

La película se estrenó en España el 17 de junio, aunque a mi pueblo tardó un poco en llegar. Si mis expectativas hubieran sido mas altas o si me hubiera imaginado lo que me iba a encontrar, no cabe duda de que me hubiera ido corriendo a la ciudad a verla el mismo día de su estreno, como he hecho con otras películas –Los Vengadores es el ejemplo mas reciente –.

Pero, como ya he dicho, mis expectativas eran buenas, pero no mucho. Por eso esperé a que la película llegará al cine de mi pueblo –algo de lo que todavía me arrepiento –y, cuando por fin llegó, me fui al cine a verla sin haberme preparado lo mas mínimo para lo que iba a ver.
¿Resultado?

Salí del cine con la boca abierta, el cuerpo temblando, el corazón a mil por hora y, sobre todo, con unas ganas tremendas de volver a meterme en la sala de cabeza y volver a repetir la experiencia; y no lo hice porque fui al último pase, si no me hubiera comprado otra entrada y me hubiera vuelto a meter dentro, lo juro. Eso si, continué viéndola los demás días que la película estuvo allí y, cuando se la llevaron para dejar sitio a otras películas, no dudé en comprarme una copia pirata –por entonces no tenía internet en mi casa y tuve que recurrir al top manta –y no paré de verla lo que quedó del verano y meses venideros también. Y así estuve hasta que la película salió en DVD y no dudé en comprármela y ahora es una de las joyas de mi videoteca.

Como podréis suponer, la película me encanta. Es una auténtica gozada desde que empieza hasta que termina. Como película es una completa maravilla, un peliculón digno de competir con los grandes clásicos del cine. Como adaptación es tremendamente fiel, a pesar de que su estética se aleja de la de los cómics. Esta si es una adaptación como dios manda, que no solo trata de llevar los cómics de Batman a la pantalla grandes, sino que también profundiza en los aspectos del personaje que he descrito antes.

La película está dirigida de una forma impecable, con un ritmo que no decae en ningún momento y que hace que las mas de dos horas que dura el film no aburran lo mas mínimo. Ni tan siquiera se hace larga. Las escenas de acción están muy bien rodadas; aunque las escenas de lucha se hacen algo difíciles de ver. Esto se debe a que optaron por utilizar un nuevo tipo de lucha, el Keysi Fighting Method –que, por cierto, fue creado aquí en España –, en lugar de las peleas coreografiadas de antemano, heredadas de Matrix, a las que tanto nos tenían acostumbrados. Por eso las escenas de lucha se hacen algo difíciles de ver; pero, esto es solo al principio, ya que con mas visionados, la cosa mejora una vez que te acostumbras y esto, lejos de ser un inconveniente, termina resultando otra virtud.

Aunque, lo mejor de todo, es la forma en que Nolan consigue un perfecto equilibrio entre cine espectáculo realizado para el gran público y cine serio y profundo apto para cinéfilos. Porque tenemos una película seria y sesuda por un lado y trepidante y adrenalítica por el otro completamente a partes iguales, algo digno de admiración.


El diseño de producción también es excelente, a pesar de que, como ya he dicho antes, se aleje de la estética y el estilo gótico de los cómics frente a un estilo mas realista impuesto por Nolan. Puede que aquí sea donde la película falla mas como adaptación, al menos a nivel visual. De todas maneras, en mi opinión, era necesario un cambio así para una película como esta. Y, además, la cosa no queda tan mal. Esa Gothan City moderna y aplastante surcada por trenes monorraíl poco tiene que envidiar a la ciudad gótica de los cómics o de las películas de Burton. Además, esto no es impedimento para que la película tenga las dosis de oscuridad que una historia de Batman necesita.

El nuevo traje de Batman es una maravilla. El Tumbler, ese vehículo acorazado que sirve como nuevo Batmóvil, es excelente, de lo mas real y completamente creíble; sobre todo, en la brillante escena en la que es perseguido por la policía, uno de los mejores momentos del film –el cual está lleno de momentos brillantes como ese –. También son muy buenos los gatches que utiliza Batman en este film. Los cuales, por muy de ciencia ficción que puedan parecer, son también bastante realistas, ya que son una realidad y el ejército americanos está experimentando con ellos –incluso con ese tejido inteligente que funciona con electricidad del que está hecha la capa de Batman –; vale que no los tienen tan desarrollados como en la película, pero son una realidad al fin y al cabo.

El reparto es otro punto a favor de este gran film. Puede que haya un montón de caras conocidas pero, a diferencia de los anteriores films, aquí los interpretes no están solo por poner actores famosos para atraer al público. Al contrario, aquí el reparto está muy cuidadosamente seleccionado y todos –bueno, casi todos –los actores parecen haber nacido para interpretar sus respectivos roles.

Comenzando por Christian Bale, el hombre encargado de dar vida a Batman. Un excelente actor al que ningún papel parece irle grande y aquí lo demuestra con creces. Sin duda fue una elección excelente, ya que el tipo hace suyo al personaje desde el primer momento y su interpretación es, sin duda, magistral; digna de un oscar, me atrevería a decir. Y no solo como Batman, también como su alter ego, Bruce Wayne, que también es una parte importante en las historias de Batman aunque en las anteriores películas lo pasaran mas por alto. Además, en una película como esta, donde Batman no sale hasta la segunda parte, la figura de Bruce Wayne es mucho mas importante.

Digan lo que digan sus detractores, Bale es el Batman definitivo. Su interpretación supera con creces a todos y cada uno de los actores que han dado vida al hombre murciélago –Michael Keaton incluido –y dudo mucho que en el futuro haya alguien capaz de superarle; puede que lo haya, nunca se sabe, pero seguro que transcurrirán muchos años para ello.
Y el resto del reparto tampoco se queda atrás.

Gary Oldman está magistral como James Gordon –que aquí todavía no es comisario –; un Gordon claramente inspirado en el de Batman: Año Uno y que, por fin, adquiere en la película el protagonismo que merece, el mismo que tiene en los cómics, no limitándose a ser un simple secundario del tres al cuarto y de presencia anódina como lo fue en los anteriores films.

Liam Neeson está realmente impresionante en su doble papel, como mentor de Bruce Wayne primero y como enemigo de Batman después. El careo que tiene con Bale en la escena del incendio de la Mansión Wayne es magistral; el tipo llega a parecer el mismísimo diablo.

Michael Caine y Morgan Freeman están estupendos como Alfred y Lucius Fox –personaje que había sido ignorado en las anteriores películas –, respectivamente. Lo mismo que Tom Wilkinson, imponente como Carmine Falcone, y Cilliam Murphy como El Espantapájaros; un Espantapájaros que da mas miedo sin la máscara que con ella puesta.

La única excepción es la chica del film, Katie Holmes. Ella no lo hace mal del todo y la dirección de actores de Nolan saca lo mejor de ella. Pero, aún así, su interpretación no está al mismo nivel que el resto del reparto ni al nivel interpretativo del film, resultando un pequeño lastre para la película. Un error de casting, sin duda. Es una pena que Rachel Dawes –personaje que no aparecía en los cómics y que fue creado para el film –no fuese interpretada por una excelente actriz como Natalie Portman, porque ya la película les hubiera quedado perfecta.


Y llegamos al punto mas fuerte de la película, que es sin duda su guión. Un guión que Nolan y Goyer escribieron tras meses de trabajo inspirado en una idea argumental que Goyer había ideado tiempo antes de que Nolan lo llamase para una hipotética película de Batman que había ideado; ya que él era otro de los que querían traer de vuelta a Batman en el cine.

Desde luego, Nolan y Goyer formaron un equipo excelente, el primero aportando su conocimientos cinematográficos y el segundo sus conocimientos comiqueros, y tuvieron una relación de los mas envidiable; nada que ver con la que tuvieron Tim Burton y Kevin Smith en la cancelada Superman Lives o Darren Aronofsky y Frank Miller en la también cancelada Batman: Year One. Ellos si se complementaron bien, resolvieron sus diferencias y trabajaron codo con codo para ofrecernos un guión BRILLANTE.

Desde luego el guión es excelente, completamente digno de un oscar –lo digo en serio –. Impresionante, de lo mas trabajado, que cuida muy bien la historia y los personajes, lleno de momentos memorables y diálogos superiores y que, sobre todo, respeta mucho la esencia de los cómics de Batman haciendo una muy fiel adaptación de ellos. Aunque se cambian cosas y se toman libertades, no lo voy a negar. Sin embargo, esas libertades que se toman, lejos de ser un lastre, benefician mucho a la película; fusionar a Ra´s al Ghul y Henri Ducard para mi fue una sorpresa nada desagradable.

Es muy bueno como el guión está estructurado. En la mayoría de las películas de supeheroes, casi siempre, la parte en la que se muestran los orígenes de estos suelen ser un lastre, ya que esa parte suele aburrir, ser de lo mas insustancial y, además, se come gran parte del metraje, no dejando tiempo para desarrollar otros aspectos. Aquí, en cambio, la historia está muy bien dividida en dos partes. Una primera que muestra muy bien el origen y la creación de Batman sin que la historia decaiga en ningún momento y otra en la que vemos ya al héroe en acción con una puesta en escena sensacional, con un Batman que surge como de la nada de la oscuridad y ataca a los malos sin que estos sepan lo que ocurre hasta que es demasiado tarde, como en los cómics; nada que ver con esas apariciones teatreras que hacía en los films de Burton y de Schumacher.

La película muestra muy bien tanto el origen como la creación de Batman, no centrándose solo en la escena de la muerte de los padres –aquí mucho mas cruda y desgarradora –, que es lo que hacían las anteriores películas; eso si, sin quitarle importancia a esa escena. Porque es cierto que Batman nace la misma noche que los padres de Bruce Wayne son asesinados. Sin embargo, en esos momentos es como una bola de arcilla a la que todavía no le han dado forma y es en los años siguientes cuando se la va formando hasta convertirla en el hombre murciélago que todos conocemos. Y esta película nos muestra muy bien ese proceso; incluso rellenando huecos que en el cómic se habían quedado sin rellenar.

Una escena clave es cuando Joe Chill es asesinado. En esa escena, Bruce se dispone a matar a Chill y saciar sus deseos de venganza pero, en esos momentos, se le adelantan y sus deseos de venganza se quedan sin satisfacer; aquí no ocurre como en la película de 1989, donde el asesino de los padres es el Joker y Batman al final termina cumpliendo su venganza. Sin duda, es una escena de gran importancia y crucial para entender la metalidad y la psicología del personaje.

Porque, ¿que hubiera pasado si no se le hubieran adelantado y Wayne hubiera cumplido su venganza? Sin duda, Batman no hubiera existido o, al menos, no como lo conocemos. Bruce habría evolucionado de una forma muy diferente y se habría convertido en un vengador que solo pensaría en acabar con los criminales a cualquier precio. Se habría dejado influenciar totalmente por La Liga de las Sombras, habría decapitado al chino sin oponer ninguna objeción y terminaría convertido en un miembro tan radical como ellos; incluso me atrevo a decir que se convertiría en el siguiente Ra´s Al Ghul sucediendo a Ducard, quién si llegó a cumplir su venganza.

En cambio, aquí Batman es privado de su venganza, la cual ya no le sirve para calmar el dolor que lleva dentro y busca otras formas de combatir la delincuencia.

Sin duda, es excelente la forma en la que Nolan nos mete en la mente de Batman, haciéndonos comprender todo lo que he dicho antes: su personalidad, su psicología, sus motivaciones... Y no solo de Batman, también de los demás personajes, porque ningún otro personaje se queda sin tocar y todos reciben la misma atención en este guión que, como ya he dicho, es BRILLANTE
.

Batman Begins es una película excelente y, sin duda, una de las mejores adaptaciones de cómic que se han hecho en la historia del cine. Una película memorable que demuestra que las cómic-movies pueden llegar a compararse con clásicos como El Padrino. Es una pena que muchos no vean, o no quieran ver, las virtudes de este film debido a su fanatismo y devoción por las películas de Tim Burton; pero yo no estoy aquí para juzgar las opiniones y los gustos de los demás, sino para dar mi opinión.

Y mi opinión la tengo clara desde el momento que vi la película por primera vez. Esta obra maestra le da mil vueltas a todas las adaptaciones, cinematográficas o televisivas, que se habían hecho hasta el momento; películas de Tim Burton incluidas.

Una película maravillosa y sensacional, llena de momentos memorables, de una calidad inimitable a la que a penas se le pueden reprochar cosas. Tan solo no tener una protagonista femenina en condiciones, unas escenas de lucha que se hacen algo difíciles de ver al principio o que no enfrenten a Batman contra alguno de sus enemigos mas famosos e importantes. Tan solo El Espantapájaros es algo mas conocido por el gran público, ya que tanto Rha´s Al Ghul, como Carmine Falcone o Victor Zsasz –que tiene una pequeña aparición interpretado por el actor Tim Booth –son mas conocidos por los seguidores de los cómics.

Claro, que hablo generalmente, ya que, personalmente, pienso que fue un acierto enfrentar a Batman con villanos menos conocidos que no le quitaran protagonismo en la que es una película totalmente centrada en él y dejar los villanos grandes para las futuras secuelas; que es lo que hicieron y, de hecho, ya dieron pistas en la escena final.

Porque, afortunadamente, la cosa no quedó solo en esta película; aunque esto es algo de lo que hablaré mas adelante.












24 de enero de 2011

BLOODRAYNE (2005)

Voy a hablar de BloodRayne, adaptación –si se la puede llamar así –de un videojuego del mismo nombre realizada por ese tal Uwe Boll, quién me demostró con este film que su mala fama está muy, pero que muy, merecida. Desde hace unos años, este director alemán lleva jodiendo videojuegos con adaptaciones nefastas que, encima, son enormes fracasos de taquilla que no recuperan ni una pequeña parte de lo invertido. Sin embargo, él siempre encuentra financiación gracias a que las leyes alemanas han convertido su productora en un lugar ideal para invertir gracias a las ventajas fiscales que supone y que hacen ganar dinero en devoluciones al inversor si la película es un fracaso. Así puede seguir haciendo sus bodrios tranquilamente, porque siempre encuentra quién le respalde económicamente buscando incentivos fiscales.

Hay muchos que lo defienden afirmando que es un director intransigente, un espíritu libre que hace su propio cine al margen de los grandes estudios de Hollywood. Por mi que piensen lo que quieran. Para mi este tipo no es mas que un payaso que no tiene ningún respeto por el cine. Prefiero mil veces a Ed Wood que, por muy malo que fuese, se tomaba mas en serio su trabajo.

El videojuego trata sobre Rayne, una Dhampir –mujer guerrera mitad humano, mitad vampiro –que lucha contra nazis, vampiros y otras criaturas diabólicas en la Europa de los años 30. La película, en plan precuela, sitúa la acción en el año 1723, en lo que ahora es Rumanía. Rayne (Kristanna Loken) vive prisionera en un circo donde, a parte de exhibirla como un animal de feria, abusan de ella sexualmente . Con la ayuda de una gitana, también del circo, amiga suya, logra escapar, pero es perseguida por unos extraños individuos que la persiguen. No obstante, la Sociedad Brimstone, dedicada a la lucha contra las amenazas sobrenaturales, logra encontrarla primero e introducirla en su organización donde es entrenada para convertirse en uno de sus guerreros.

Este film no se estrenó en España, así que tuve que esperar a saliera en DVD para poder verlo. Yo tenía muchas ganas de echarle el ojo. Conocía bien el videojuego y me molaba mucho su heroína protagonista. Además, los posters -de los que os he dejado una buena muestra al principio -, imágenes y trailers que había visto me animaban mas.

Por aquel entonces –finales de 2005 y principios de 2006 –no conocía muy bien la filmografía de Boll y no sabía lo que era capaz de hacer. Lo único que había visto de él antes de esta película eran los films House of the Dead (2003) y Alone in the Dark (2005), los cuales se podría decir que son sus títulos mas decentes, ya que son malas, pero no tanto y se dejan ver. Por ello, por aquel entonces creía que Boll no era tan malo como decían y que se le estaba machacando en exceso, como ocurre con otros directores incomprendidos.

Nada mas lejos de la realidad. Porque fue ver este film, y los films posteriores, y darme cuenta de que este tipo tiene bien merecida su mala fama; incluso diría que sus detractores se quedan cortos con él.

Volviendo a BloodRayne. La película es –con perdón –una PUTA MIERDA.

Un bodrio de los píes a la cabeza que, aunque tiene un principio un poco prometedor, va degenerando a medida que avanza el film y el resultado final es para echarse a llorar. Como adaptación es terriblemente nefasta y, como película en si, es mucho peor. Me resultó muy difícil tragármela entera y, nada mas salir los créditos finales, fui a devolverla al videoclub con un cabreo de mil demonios.

La película es cutre hasta decir basta, su diseño de producción es terriblemente malo, las escenas de acción están tan mal rodadas que llegan a dar vergüenza ajena y su guión es una completa basura. Todo el film es una continua sucesión de situaciones ridículas y chorradas sin píes ni cabeza que culminan en un climax totalmente absurdo, previsible y bochornoso. Los diálogos son estúpidos y los personajes mas planos que una tabla de planchar. Me resulta muy difícil creer que la guionista de este engendro sea Guinevere Turner, guionista de la película American Psycho (Mary Harron, 2000) o de la estupenda serie The L Word. Aunque, me da a mi que Boll la utilizó para que apareciera su nombre en lo títulos de crédito haciéndole escribir un libreto del que poco se vio en el film. Yo creo que fue el propio Boll quién escribió el guión final, porque este es tan malo como su nefasta dirección.

En cuanto al reparto, Boll se rodea, como en la mayoría de sus films, de muchas caras conocidas (Ben Kingsley, Billy Zane, Michael Madsen, Michelle Rodriguez, Udo Kier, Geraldine Chaplin...) o viejas glorias casi olvidadas (Michael Paré). Con una dirección de actores en condiciones, la película hubiera quedado bien a nivel interpretativo. Pero, vamos, pedirle eso a alguien como Uwe Boll es como pedirle que te agarre la luna con un lazo.

Merece especial mención su protagonista, la bellísima Kristanna Loken. Esta modelo y actriz, que se dio a conocer como la T-X de Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas (Jonathan Mostow, 2003) y, actualmente, trabaja también en The L Word, es sin duda lo mejor de este film. Desde luego, le pega muy bien el rol de chica de acción, le sienta muy bien su sexy indumentaria de heroína y, además, es buena actriz. No se me ocurre mejor protagonista para una adaptación de BloodRayne. El problema es que está terriblemente desaprovechada en toda la película y, aunque se esfuerza en hacer bien su trabajo, no logra evitar que el conjunto del film caiga por su propio peso.


Resumiendo.

Una película terriblemente mala, cutre, insoportable y patética que lo único que consigue es aburrir y abochornar. Y que nadie me venga con la excusa de que su presupuesto es muy bajo. El film costó 25 millones de dólares. No es una superproducción, lo sé. Pero Underworld (Len Wiseman, 2003) costó 22 millones y, pese a sus fallos, el resultado es mil veces mejor que lo visto en este engendro.

Por cierto, su recaudación fue de risa. Tan solo 3´6 millones de dólares en TODO EL MUNDO. 3´6 millones de dólares con un presupuesto de 25; de juzgado de guardia. Sin embargo, Boll ha conseguido hacer dos secuelas de este engendro, una en 2007 y otra el pasado 2010, cada una con un presupuesto de 10 millones de dólares. Todo gracias a, como he dicho al principio, las ventajas fiscales que supone invertir en sus películas. Vergonzoso.

Ojalá pierda algún día los derechos del videojuego y alguien mas competente realice un reboot –ahora que están tan de moda –que le haga mas justicia. A ser posible, contando de nuevo con Kristanna Loken como protagonista; si están haciendo un reboot de Ghost Rider de nuevo con Nicolas Cage, pues no veo por qué no pueden hacer lo que digo.

Porque lo que ha hecho Uwe Boll aquí no vale ni para echarse unas risas; como en casi todo en su filmografía.