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25 de abril de 2014

THE AMAZING SPIDER-MAN 2: EL PODER DE ELECTRO (2014)








ATENCION. Advierto que esta entrada contiene SPOILERS de la película. Así que advierto a todo el que no la ha visto aún que se abstenga de leerla o lo haga bajo su total responsabilidad.





















Después del éxito –no tan arrollador como se esperaba, pero si muy satisfactorio –de The Amazing Spider-Man (2012), nos llega su primera secuela, The Amazing Spider-Man 2; que en España se ha estrenado con el subtítulo de El Poder de Electro.

Pero, además de una secuela, esta película también abre el camino a un universo cinematográfico que se ampliará con dos secuelas más que llegarán en 2016 y 2018, respectivamente, y dos spin-offs; uno protagonizado por Venom y otro con Los Seis Siniestros como eje central.

Todo eso ya se verá. Ahora hablemos de esta película que es lo que importa.

Después de dejar a su hijo Peter al cuidado de sus tíos, Ben Parker (Martin Sheen) y May Parker (Sally Field), Richard Parker (Campbell Scott) y Mary Parker (Embeth Davidtz) tratan de huir en un jet privado. Sin embargo, son interceptados por un asesino enviado por Oscorp para asesinarles. Richard consigue reducir al asesino, pero el avión resulta dañado y cae. Antes de morir, Richard consigue transmitir un mensaje a través de su portátil. Años después, Peter Parker (Andrew Garfield) está cada vez más asentado luchando contra el crimen en Nueva York bajo la identidad de Spiderman. También su relación con Gwen Stacy (Emma Stone) va viento en popa. Sin embargo, no para de tener visiones del padre de esta, George Stacy (Denis Leary), quién antes de morir le hizo prometer que tendría a su hija al margen de su peligrosa vida como superhéroe. Es por ello que decide romper con ella.

Mientras, en Oscorp, se está produciendo un gran cambio. Norman Osborn (Chris Cooper) ha muerto y su hijo, Harry Osborn (Dane DeHaan), ha llegado a la ciudad para reemplazarle al frente de la empresa. Pero Harry tiene el problema de que ha heredado la enfermedad genética de su padre y él también tiene los días contados. Al haber sido destruidas la arañas alteradas con las que la compañía experimentaba en una acción de lavado de imagen tras los acontecimientos de la anterior entrega, Harry llega a la conclusión de que necesita la sangre de Spiderman para sobrevivir, por lo que no duda en pedirle a Peter, con quién tiene una gran amistad a pesar de ser de mundos diferentes, un encuentro con el arácnido. Peter, aunque quiere ayudar a su amigo, se niega porque teme los efectos que pueda causarle. Pero Harry no se rinde y, cuando su asistente, Felicia (Felicity Jones), le dice que, aunque fueron destruidas las arañas, el veneno de estas se conservó, decide utilizarlo. Sin embargo, es apartado de la empresa por el avaricioso Donald Menken (Colm Feore). Esto le hará aliarse con Max Dillon (Jamie Foxx), un empleado de Oscorp que diseñó la línea de suministro eléctrico y que, tras sufrir un accidente en el que cayó en un estanque de anguilas eléctricas, se ha convertido en un ser eléctrico capaz de controlar la electricidad que responde al nombre de Electro.


La película vuelve a estar dirigida por Marc Webb, quién no podía ocuparse de esta película, ya que estaba atado bajo contrato a la Fox para realizar la secuela de (500) Días Juntos (2009). Sin embargo, era tal el empeño de Sony por tener a Webb de vuelta que llegó a un acuerdo con la Fox por el cual reemplazó la escena de los créditos finales –donde se veía al misterioso hombre del sombrero con la cabeza de Norman Osborn congelada cliogénicamente y daba a entender la posibilidad de resucitarlo en el futuro –por un avance de X-Men: Días del Futuro Pasado.

Algo que, lamentablemente, ha hecho que muchos fans se ilusionaran con la posibilidad de ver a Spiderman junto a los X-Men en una película que, desde luego, no va a ocurrir, ya que a pesar de esto, Sony y Fox seguirán yendo cada uno por su lado con sus respectivas franquicias.

Dejando esto a un lado, la película no se estrena en EEUU hasta el próximo 2 de mayo, pero en algunos países, como España, ya puede verse y, hasta el momento, lleva recaudados 47 millones de dólares; una buena cifra teniendo en cuenta que la película aún no está aún en los cines americanos.

No hay duda de que hará unos datos de taquilla muy buenos. Aunque, la pregunta es si serán suficientes, porque la película necesita hacer unas cifras realmente impresionantes, ya que estamos hablando de una enorme superproducción cuyo presupuesto oscila entre los 200 y los 255 millones de dólares. Eso sin mencionar lo que se deben haber gastado en publicidad, que debe haber sido una barbaridad, ya que Sony –muy nerviosa al no pasar, precisamente, por sus mejores momentos económicos –lleva meses bombardeándonos hasta la saciedad con multitud de tráilers, TV-spots, imágenes, posters, banners de esta película. Ahora con la película en los cines queda saber si toda esa gran campaña ha servido para algo.

Pero eso se verá más adelante. Ahora, lo importante es hablar de lo que me ha parecido la película y a eso es a lo que voy ahora mismo.

La primera película me gustó, me pareció correcta y de lo más aceptable. Sin embargo, estaba lejos de ser una película brillante y tenía varios defectos; el más importante, el villano, un Lagarto muy bien hecho técnicamente, pero al que estropearon en un fracasado intento de darle un aspecto más humanoide.

Esta secuela, aunque supera a su predecesora, me ha parecido más de lo mismo. Lo que quiere decir que me ha gustado también, pero no me ha terminado de matar y, aunque se mejoran algunos defectos de la primera, continúa teniendo varios de los problemas que impidieron a su predecesora ser más de lo que al final fue.

Sobre las mejorías que hay en la película,  una de ellas está en la dirección de Marc Webb. El tipo continúa inútilmente intentando emular a Christopher Nolan, pero ya lo hace menos y ahora se centra mas en hacer su trabajo teniendo mas en mente la mitología del arácnido.


También ha sido acertada la inclusión de Alex Kurtzman y Roberto Orci en el guión, quienes han sabido coordinar bien las distintas subtramas que tiene la película –el pasado de los padres de Peter, la relación con Gwen –con la trama principal. También han conseguido que los chistes y las bromas que Spiderman hace cuando combate contra los criminales no parezcan tan forzadas ni resulten ridículas. Aunque, su mejor logro es como han enfocado la relación amistosa entre Peter Parker y Harry Osborn, algo que se omitió completamente en la anterior entrega y que aquí han sabido introducirla bien con la idea de que fueron separados por la fuerza al ser de mundos diferentes y ahora se reencuentran; algo que queda un poco forzado, pero resulta aceptable.

Luego tenemos que la película es muy, pero que muy espectacular. Y eso a pesar de que las escenas de acción están muy contadas. Porque, si esquematizamos la película por escenas de acción, vemos que solo tenemos la escena del jet privado al principio, la escena del camión, los dos enfrentamientos con Electro y la pelea final con el Duende Verde que, como ya se venía intuyendo, culmina con la muerte de Gwen Stacy de una forma muy dramática y parecida a la del cómic –solamente cambia el escenario –. También está la reaparición final de Rhino, pero esa prefiero mejor no incluirla porque no llegamos a ver exactamente a Spiderman peleando con él, ya que la película se termina para entonces.

Así están las cosas. En una película de 2 horas y 22 minutos, los momentos de acción son realmente escasos. Afortunadamente, lo compensa el hecho de que estos momentos, aunque pocos, son de los más espectaculares e impresionantes; la escena del camión es brutal y de lo mas trepidante y los enfrentamientos con Electro son realmente alucinantes.

El trabajo de los actores sigue siendo bueno.

Andrew Garfield me convenció como Spiderman en la primera entrega y aquí vuelve a hacerlo y, además, se nota que su interpretación ha evolucionado –no mucho, eso sí –con respecto al primer film. Además, es un gustazo verle enfundando en un traje mucho más fiel, porque el que le pusieron en la primera –ese que parecía estar hecho con balones de baloncesto –no me convencía para nada y siempre me chirriaba verlo.

Emma Stone vuelve a estar fantástica como Gwen Stacy, enamorando a la pantalla en cada una de sus apariciones. La verdad es que lamento que no hayan dejado su muerte para la tercera entrega y así poder disfrutarla un poco más; seguramente, la sacarán en algún flashback o alguna escena donde Peter se la imagina, pero no será lo mismo.

Dane DeHaan también hace un estupendo trabajo a pesar de que, en algunas ocasiones, su Harry Osborn llega a parecer el famoso Damien de la saga La Profecía. Otra cosa es su Duende Verde, de lo que hablaré más adelante.

Jamie Foxx también está genial, logrando con su interpretación que esa representación de Max Dillon en plan nerd que hacen en la película no llegue a caer en el ridículo. Además, llegas a perdonar que se tomen la libertad de que el personaje sea negro; mas grave me parece el cambio que hacen con la doctora Ashley Kafka, a la que convierten en un hombre interpretado por Marton Csokas.

Por lo demás, el resto del reparto hace un buen trabajo; aunque con algunas excepciones. La más importante es la de Paul Giamatti, que da vida a Aleksei Sytsevich, el alter ego de Rhino. El tipo es un excelente actor, pero aquí lo he encontrado demasiado sobreactuado e insoportable, dando más la sensación de que su personaje es más una parodia de sí mismo. Aunque, eso no es culpa de él, sino de la dirección de actores y de cómo han enfocado al personaje en el guión.


Sigamos con las cosas malas.

Para empezar, vuelvo a lo de los tráilers. Y es que, en la gran cantidad de tráilers que esta película ha tenido –llegué a perder la cuenta, en serio –se nos mostraban un montón de escenas y diálogos que luego no salen en la película, como cuando Harry le cuenta a Peter que Oscorp le tenía bajo vigilancia, cuando el mismo Harry dice que pueden cambiar el mundo con no se qué, cuando Harry también le pregunta a su padre que pasa con Peter y este le responde que no todo el mundo tiene un final feliz. Aunque, la que se lleva la palma es cuando Spiderman salva a Max Dillon, al ver que trabaja en Oscorp, le dice que será sus ojos y oídos dentro de la empresa; esta escena si sale, pero con el diálogo cambiado y en esta ocasión Spiderman le dice que será sus ojos y oídos en la calle.

Es muy normal que en los tráilers de las películas salgan una o dos escenas que no aparecen en el film, pero es que aquí se pasaron tres pueblos. No contentos con saturarnos con el bombardeo de tráilers y material promocional, luego van y nos la meten doblada. Porque es que te haces una idea de la película que luego es otra bastante diferente.

Y ese no es el único engaño al que nos someten. Todavía recuerdo las declaraciones de Felictity Jones afirmando que su personaje iba a tener escenas de acción y hasta llevaría disfraz para al final verla solo en unas pequeñas apariciones cuya única relevancia es que su personaje se revela como Felicia Hardy. Seguramente, tendrán pensado que tenga más presencia en la tercera entrega, donde podría convertirse en la Gata Negra. Pero, vamos, esta es la segunda entrega; ya habrá tiempo de hablar de la tercera, para la que faltan todavía dos años.

Otra cosa que me fastidia es que borraran a Mary Jane, quién iba a aparecer interpretada por Shailene Woodley, pero se la suprimió. Vale que la película tenía muchos personajes, pero podrían haberla incluido perfectamente de una forma parecida a como han hecho con Harry Osborn, haciendo que ella y Peter ya se conozcan del pasado y los dos se reencuentren cuando ella se va a vivir a casa de su tía, vecina de tía May como en los cómics; incluso se podría mencionar que se conocieron cuando sus tías les organizaron una cita a ciegas y estuvieron saliendo durante un tiempo. De esta manera, incluso, se podría haber incluido en la película, tras la muerte de Gwen Stacy, una escena como esta, que tantas ganas tengo de ver en una película.

Otro defecto son algunas escenas de lo mas ridículas, como cuando Peter tiene que disimular con tía May diciendo que tiene la cara negra de limpiar la chimenea o estuvo lavando la bandera estadounidense al teñir la ropa de rojo y azul; esas escenas también se vieron en los tráilers y, desde luego, se merecían más que las hubieran suprimida.

También las apariciones de esa versión masculina de Ashley Kafka en plan científico loco se las trae.

Aunque, el momento más ridículo de toda la película lo protagoniza Max Dillon. Ya he dicho que la interpretación de Foxx impide que el personaje caiga en la parodia y el ridículo, pero hay una escena donde ni el estupendo trabajo del actor puede evitarlo. Es esa en la que, en una habitación con las paredes forradas con fotos de Spiderman, el tipo se pone a fantasear ante un espejo con su encuentro con el arácnido como si de una quinceañera salida se tratase. Yo me llevé las manos a la cabeza en ese momento de la vergüenza ajena que me entró.

Pero el principal defecto de la película son, sin duda, los villanos. Ya ocurrió en la primera con esa mierda de Lagarto de cuerpo monstruoso y cabeza humanoide que nos endosaron y aquí vuelven a cagarla; aunque no del todo.


Otro engaño que nos metieron fue decir que la película tenía tres villanos cuando, en realidad, son solo dos; bueno, uno y medio más bien. Porque la presencia de Rhino en la película es de lo mas fugaz. Vale que el director se sinceró diciéndonos que su presencia se limitaría a solo 4 minutos; pero es que esos 4 minutos son una breve aparición al principio y otra al final donde, como ya he dicho antes, ni siquiera le vemos combatir contra Spiderman, ya que ese plano en el que vemos al arácnido saltar sobre él para golpearlo con la tapa de alcantarilla es cuando termina la película.

Aunque, lo imperdonable es como nos presentan al personaje convertido en Rhino, sustituyendo el traje de rinoceronte por un robot que resulta de lo más aparatoso y, encima, CORRE A CUATRO PATAS y cuando se pone de píe resulta ridículo. Vale que el disfraz de rinoceronte hubiera quedado muy soso en una película como esta, pero hay otras opciones. Por ejemplo, podrían haberle cambiado el disfraz por un traje armadura robótica, como en los cómics ultimate; que ahora con el CGI y la captura de movimientos se puede hacer cualquier cosa.

Luego tenemos al Duende Verde, que en la película tiene una presencia parecida a la que tuvo Dos Caras en The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008), donde la mayor parte de la película vemos a su alter ego y no hace su aparición como villano hasta el tramo final. De ahí que diga que en la película hay un villano y medio; este sería el medio. Al menos le vemos en una espectacular pelea con Spiderman y llega a matar a Gwen.

El problema de este duende es, sin duda, su aspecto. Aquí han pasado de disfraces y han querido justificar el aspecto de duende –piel verde, uñas puntiagudas, nariz ganchuda y orejas picudas –con la enfermedad genética que tiene, la cual se acrecienta al administrarse el veneno de araña. Pero, vamos, el aspecto con el que sale al final –con peinado hortera incluido –es para caerse de culo. Ya me pareció de lo más lamentable cuando se le vio en algunas imágenes promocionales y viéndolo en acción la cosa no mejora; tan solo si lo ves de lejos. Encima, el traje que le ponen no ayuda nada; incluso hace parecer mejor al que llevaba Willem Dafoe en el film de 2002.

Lo dicho, lamentable. Por si no fuera ya bastante chirriante que aquí el Duende Verde original sea Harry Osborn en lugar de Norman Osborn, van y nos lo presentan con esas pintas carnavaleras.

Y termino con Electro, que es el villano principal de la película y el único que no ha llegado a desagradarme. La verdad es que Electro es el único de los villanos que ha quedado bien a pesar de que hay momentos que llega a parecer un extraterrestre o el Dr. Manhattan de Watchmen (Zack Snyder, 2009). Como ocurre con Rhino, hubiera quedado fuera de lugar haberle sacado con el traje verde con rayos que lleva el original y han optado por un Electro más tipo ultímate que, desde luego, me ha gustado bastante y le doy el aprobado. Es bueno ver que, por lo menos, han metido un villano que está bien y no te revuelve el estómago al verlo.


Mi veredicto final es que la película no está mal y vale la pena verla en el cine aunque solo sea para pasar el rato. Salvo sus defectos con los villanos, se muestra bastante respetuosa con el universo de Spiderman y como secuela la he encontrado superior a la original; aunque no por mucho, eso si.

Sin embargo, está muy lejos de ser una gran película, se queda muy por detrás de las grandes adaptaciones de cómic –especialmente, las películas de Batman de Christopher Nolan a las que Webb quiere emular –y, sobre todo, sigue estando por debajo de las dos primeras películas de Sam Raimi.

Este año han coincidido en el cine dos de mis superhéroes favoritas, Spiderman y el Capitán América. Puede que Spiderman sea mucho mas favorito que el capi pero, desde luego, Capitán América: El Soldado de Invierno me parece infinitamente superior en todos y cada uno de los aspectos a este film.

A pesar de todo, la recomiendo. Además, el final sirve de puente hacia el film de Los Seis Siniestros; grupo que ahora no hay duda de que será liderado por el Duende Verde. Pero, bueno, eso ya se verá más adelante.









15 de julio de 2012

STEALTH: LA AMENAZA INVISIBLE (2005)








Uno de los mayores desastres cinematográficos de los últimos años. Nunca crítica y público estuvieron tan de acuerdo como en este despropósito que trata de mezclar ciencia ficción y cine bélico.

Bastantes ganas le tenía yo a esta película.

Es el año 2016. Los tenientes Ben Gannon (Josh Lucas), Kara Wade (Jessica Biel) y Henry Purcell (Jamie Foxx) forman un comando especial de pilotos de la marina estadounidense comandado por el capitán George Cummings (Sam Shepard) dedicado a neutralizar amenazas terroristas y que se encarga de pilotar los aviones mas modernos. A estos se les une EDI, un prototipo de avión no tripulado dotado de inteligencia artifical que podría ser el futuro de la aviación. Tras una misión en Rangún, donde EDI actúa con éxito en la eliminación de tres líderes terroristas causando el menor número de daños colaterales, durante el regreso, EDI es impactado por un rayo y, aunque al principio no parece haber sufrido daños, al final termina fuera de control y se vuelve contra sus compañeros, convirtiéndose en una amenaza.

Tras los éxitos de A Todo Gas (2001) y xXx (2002), Rob Cohen dirigió está película cuya historia él mismo había ideado –aunque no aparece acreditado como tal –con un amplio respaldo económico por parte de Columbia Pictures, quién tenía plena confianza en el director tras sus existosos precedentes.

No obstante, la jugada les salió mal cuando la película fue un enorme fracaso de taquilla. Con un presupuesto de 135 millones de dólares, tan solo recaudó 32 millones en EEUU y 44 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de ¡76 millones de dólares!

Así como lo oís, con un presupuesto de 135 millones de dólares, la película no fue capaz ni de recaudar mas de 100 millones en todo el mundo. A parte de esto, la crítica la pulverizó completamente, lo mismo que el público; la mayoría de la gente que cometió el error de verla en los cines salió echando pestes de ella.

Y es que no me extraña, porque la película es una PUÑETERA MIERDA.

Comenzando por su guión, el cual cuesta creer que haya sido escrito por W. D. Richter, guionista de La Invasión de los Ultracuerpos (Philip Kaufman, 1978), Drácula (John Badham, 1979) o Golpe en la Pequeña China (John Carpenter, 1986). Un guión propio de una de esas películas de serie B o Z que van directamente a las estanterías de los videoclubs, en serio. La clásica historia del hombre contra la máquina aquí es tratada de forma cutre en una especie de mezcla entre 2001: Una Odisea del Espacio y Top Gun que no para de hacer aguas por todas partes y que luego tratan de darle una vuelta de tuerca, haciendo que la máquina tenga sentimientos y se vuelva buena, de una forma muy poco creíble. Encima, meten por medio una subtrama de corrupción político-militar que se queda en nada y una historia de amor entre los personajes de Biel y Lucas que no hay por donde cogerla.

Luego tenemos que la trama empieza bien, pero en seguida se desploma y la película se hace terriblemente aburrida, no sirviendo ni como entretenimiento.

Lo efectos especiales no están mal, pero también podrían haberlos hecho mejor. El diseño de producción, en cambio, es una completa basura. El diseño de los aviones futuristas es terriblemente malo; unos trastos que solo pegarían en un entorno muy, pero que muy, futurista. Pero no, aquí nos los ponen junto a aviones de verdad en un portaaviones de verdad, haciendo que la mezcla quede de lo mas cutre.

Después está que, aunque Rob Cohen tiene muy buena mano para dirigir cine de acción, la mayoría de las escenas de acción de este film son bastante malas, están mal rodadas y peor coordinadas, sin dar en ningún momento la sensación trepidante y vertiginosa que una película así necesita. Tan solo una o dos se salvan de la quema, pero tampoco son gran cosa.

Y sobre los actores, esto si me da rabia.

En la película tenemos a la bella y estupenda Jessica Biel –a quién el mono de piloto le sienta muy bien, por cierto –y al genial, y oscarizado –ese mismo año ganó un oscar por Ray (Taylor Hackford, 2004) –, Jamie Foxx, los cuales son terriblemente desaprovechados. Él muriendo a mitad de la película en una escena ridícula y de lo mas forzada y a ella haciendo que pase de chica de acción a damisela en apuros en cuestión de segundos.

Todo esto para que el nefasto protagonista se luzca en todo momento. Porque Josh Lucas como protagonista es todo un error. Este tipo, a parte de no ser muy buen actor, no vale para llevar el protagonismo de una película; y aquí lo demuestra con creces.

Luego tenemos a Sam Shepard, Joe Morton y Richard Roxburgh –que no interpreta a ningún villano, para variar –, quienes hacen un buen trabajo, pero sus personajes a penas resultan relevantes a pesar de su importancia en la trama.

Resumiendo.

Una película mala, nefasta y bochornosa que no vale ni para pasar el rato; además de que es un completo desperdicio de dinero. Las películas como esta cuestan cuatro duros, tienen actores desconocidos y van directamente a las estanterías de los videoclubs, no se hacen superproducciones que superan los 100 millones de dólares y se estrenan en los cines para dejar las salas vacías.

Porque si a mi me dan un guión como el de esta película, ni de coña invierto 135 millones en él –si los tuviera, claro –porque en seguida sabría que no los iba a recuperar por muchos éxitos que haya tenido el que la va a dirigir.

Un jodido desastre, se mire por donde se mire. No hay excusas en el mundo que justifiquen que se haya hecho una mierda como esta.