7 de abril de 2011

SUCKER PUNCH (2011)





Sucker Punch es la última película de Zack Snyder, director que debutó en el mundo del cine con un remake de una película de terror del gran George A. Romero (Amanecer de los Muertos), se hizo popular y sorprendió a todo el mundo con una gran adaptación de cómic (300), continuó en el mundo de los cómics llevando a la gran pantalla un gran cómic que parecía inadaptable y que directores como Terry Gilliam o Darren Aronofsky no fueron capaces de adaptar (Watchmen) e, incluso, se atrevió con el cine de animación (Ga'Hoole, la leyenda de los guardianes) con buenos resultados.

Ahora, antes de afrontar su película sobre Superman –donde colaborará con otros dos genios como Christopher Nolan y David S. Goyer –, nos trae una película de su propia cosecha. Un film con una historia ideada por él y realizada completamente con su particular estilo.

La película trata la historia de Baby Doll (Emily Browning), una adolescente que, en plenos años 50, es encerrada en un psiquiátrico cuando, por error, mata a su hermana pequeña al intentar protegerla de su despreciable padrastro, quién soborna a un enfermero, para que sea lobotomizada y así no pueda contarle lo sucedido a las autoridades. No obstante, el médico que debe hacerse cargo de la lobotomía no puede llegar hasta dentro de cinco días.

Durante ese tiempo, la joven crea en su mente una realidad alternativa que consta de dos mundos. En uno de ellos es una huérfana entregada a un prostíbulo donde su virginidad será subastada dentro de esos cinco días. En el otro es una guerrera que, junto a sus compañeras del psiquiátrico –y del prostíbulo también –realiza misiones en una tierra donde se entremezclan la Edad Media, la I Guerra Mundial o el Futuro poblada por dragones, robots, orcos, soldados zombies y demás criaturas. En esos mundos buscará cinco cosas que le permitirán escapar a su fatal destino.

La película no está siendo muy bien recibida. La crítica, practicamente, la está destrozando. Claro, que los críticos de cine son las últimas personas del mundo a las que hago caso. No obstante, tampoco le está gustando mucho a la mayor parte del público y eso se está dejando reflejar en la taquilla. Con un presupuesto de 85 millones de dólares, el film solo lleva recaudados 30 millones en EEUU y un total de 50 millones sumándole la taquilla mundial. Por no hablar de que, en su segunda semana, bajó del segundo a séptimo puesto; un fracaso en toda regla.

Está claro que a la gente –al menos, la mayoría de ella –no le gusta esta película o, al menos, no la han sabido entender; me inclino por esto último.

Pero, bueno, como digo siempre, mi opinión nunca viene condicionada por ninguna otra; ni por la de los críticos ni por la de nadie. Tengo en cuenta las opiniones de los demás, que conste, pero nunca me dejo influenciar por ellas. Si una película no me gusta no tengo por que decir que me gusta solo para quedar bien con el resto de la gente. Y lo mismo digo de las películas que me gustan. Cuando una película me gusta, me gusta de verdad y no tengo que decir que no me gusta solo porque al resto del mundo no le guste.

Quiero dejar esto bien claro porque esta película, no solo me ha gustado, sino que me ha ENCANTADO.

Para mi es la confirmación definitiva de que Zack Snyder no es solo un gran director, también es un genio. Eso si, bastante incomprendido, porque está claro que jamás recibirá el reconocimiento de otros directores sobrevalorados –tanto por la crítica como por sus lameculos –solo porque hacen cine independiente o ese mal llamado cine de autor; creo que no hace falta que cite nombres.

Snyder ya hizo un excelente trabajo en sus anteriores películas y aquí se supera en todos los sentidos.

El film es una auténtica delicia visual. El diseño de producción es maravilloso; tanto el del mundo real como el de los imaginados por la protagonista. Los efectos especiales son de lo mas logrados y las secuencias de acción son brutales y están muy, pero que muy, bien rodadas. A nivel visual, la película no tiene ninguna pega.

Pasando al nivel interpretativo.

Tanto la dirección de actores como las interpretaciones de sus protagonistas son bastante buenas; salvo algunas excepciones, claro. Su protagonista, Emily Browning, hace un trabajo excelente. La chica es una estupenda actriz y en esta película lo demuestra con creces. Llegó a la película en sustitución de Amandra Seyfried –quién tuvo que rechazar el papel por su compromiso con otros proyectos –y yo creo que, sin menospreciar a Seyfried, la película salió ganando. El rostro delicado y aniñado de Browning le viene como anillo al dedo al personaje y, aún así, no es ningún impedimento para que la actriz resulte creíble en las brutales secuencias de acción o en los momentos mas duros del film.

Tampoco lo hacen nada mal sus compañeras de reparto, con especial mención a Abbie Cornish; a quién se podría considerar la otra gran protagonista de la historia. No obstante, la excepción que marca la regla es Vanessa Hudgens –la estrella de esa famosa defecación de Disney llamada High School Musical –. He de reconocer que la chica no lo hace mal del todo y se esfuerza algo, pero no llega al nivel de sus compañeras y me da que su presencia en la película se debe a una imposición del estudio que a Snyder no le quedó mas remedio que aceptar; por eso la tiene la mayor parte del tiempo en segundo plano.

Tampoco hay que olvidar el trabajo de los actores mas veteranos, como el gran Scott Glenn o la estupenda Carla Gugino; quién ya trabajó con Snyder en Watchmen.

A nivel técnico e interpretativo, la película aprueba con nota. No obstante, hace falta mucho mas que eso para hacer una gran película y, afortunadamente, esta película lo tiene.

La historia no es muy original, eso no puedo negarlo. Lo de niños y jóvenes que escapan a su terrible realidad a través de mundos imaginarios es algo ya visto anteriormente; sobre todo, en el cine. Además, son muchas las referencias en las que se ha basado Snyder para crear el mundo imaginario de Baby Doll. Los cómics, los videojuegos, el manga, las novelas pulp... son solo algunos de los ejemplos que podría poner.

No obstante, eso no quita que esta película sea lo que es: un auténtico derroche de imaginación. Porque, si hacemos memoria, esta podría ser perfectamente una de esas películas que muchos de nosotros –los de mi generación o los de la generación de Snyder –nos montábamos en la cabeza cuando éramos mas jóvenes mientras leíamos cómics, veíamos la Tv o jugábamos con nuestros juguetes; yo lo hacía y, desde luego, apuesto a que Snyder también.

Y ahora el tipo ha conseguido reflejar todo eso en una película. Un film lleno de dragones, aviones de guerra, ametralladoras, zombies, orcos... y, para rematar, unas heroínas muy atractivas y vestidas de forma sexy ¿Que mas se puede pedir?

Claro, que Snyder ya ha crecido y es alguien con los píes en el suelo, por eso mete todo ese mundo dentro de la mente de la protagonista y así dejarnos también ese sabor amargo que nos deja la cruda realidad; esa realidad de la que muchos querríamos evadirnos de la misma forma que lo hace la protagonista.

El film tiene un guión –escrito por Steve Shibuya y el propio Snyder –genial y muy bien estructurado. Por ahí hay muchos que dicen que la película es un disparate sin sentido que entremezcla imágenes sin orden alguno. Yo no les culpo, porque es cierto que la película puede resultar bastante liosa si no se presta mucha atención. Creo que ahí radica gran parte de su fracaso en taquilla y la decepción que ha provocado en mucha gente; personas a las que recomendaría que hicieran un segundo visionado, esta vez, prestando mas atención. Porque, desde luego, la película si tiene bastante sentido y, sobre todo, mensaje.

Es excelente la forma en que nos narran la historia. Para empezar, el mundo real solo aparece al principio y al final de la película, desarrollándose la mayor parte de la historia en los otros dos mundos. De forma muy inteligente, Snyder nos ahorra contemplar las vivencias de la sufrida protagonista en ese psiquiátrico de la misma manera que lo hace ella. Practicamente, se podría decir que nos introduce en su mente.

Podríamos decir que el film se divide en tres actos. En el primero vemos como la protagonista termina en el psiquiátrico y las razones por las que acaba allí. Todo muy bien resumido con el tema Sweet Dreams, de Annie Lennox, de fondo; por cierto, es la propia Emily Browning quién lo canta.

Así pasamos al segundo acto, donde se entremezclan los dos mundos imaginarios. Uno mas realista donde poco se diferencian las cosas de la realidad. La protagonista sigue atrapada en un infierno y sujeta a un fatal destino; pero, esta vez, cambiando el escenario de un psiquiátrico a un prostíbulo donde las chicas son explotadas sexualmente a hombres adinerados y a políticos corruptos. El otro mundo es pura fantasía, donde vemos a la protagonista, vestida como una heroína manga empuñando pistolas y espadas samurais, luchando contra todo tipo de seres en diversos escenarios. Una pasada.

Debo decir que es excelente la forma en la que enlazan ambos mundos a través de esos bailes que se marca la protagonistas y que dejan a la gente flipando. Eso si, nosotros –los espectadores –nunca llegamos a verlos; aunque, si podemos imaginarlos. Otro acierto del film, animar al espectador a imaginar.

Y así llegamos al tercer acto. De vuelta al mundo real, donde vemos que los actos dentro de la mente de Baby Doll han tenido sus consecuencias también en este mundo; unas malas y otras buenas. El final debo decir que me ha gustado y me parece de lo mas correcto. No diré nada para los que no hayan visto la película, tan solo decir que es un final feliz y amargo a la vez y que remata muy bien tan magna obra. Si hubiera sido totalmente feliz, hubiera quedado demasiado complaciente y, de haber sido totalmente amargo, habría dejado muy mal sabor de boca.

Resumiendo.

Una película excelente, sensacional y maravillosa. Una auténtica joya y toda una obra maestra. Cuando salí de verla me temblaban las piernas y me latía con fuerza el corazón y eso muy pocas películas tienen el honor de hacérmelo. Desde luego, Zack Snyder es todo un genio, al igual que Christopher Nolan; lástima que la taquilla no le acompañe tan bien como a él. A ver si Superman: Man of Steel si logra triunfar en taquilla y este hombre puede seguir haciendo cine; porque el mundo no será el mismo sin sus maravillosas películas.

Claro, que esta película no se merece el fracaso que está teniendo. Aunque, si echamos la vista atrás, muchas películas consideradas hoy de culto tampoco triunfaron en su día. Espero que, como ocurrió con muchas de ellas, la historia ponga a este film en su sitio y se le de el reconocimiento que merece.

Aunque, da igual. Digan lo que digan, para mi es una excelente película. Además, Baby Doll y sus amigas ya forman parte de mis heroínas favoritas.





25 de marzo de 2011

UNDERWORLD (2003)






Vamos ahora con la película que comenzó esta saga, de la cual se rueda actualmente su cuarta entrega y que es una de mis favoritas.

Como ya dije en el post de Underworld: Evolution, este film fue una agradable sorpresa para los amantes del cine de acción y del fantástico; pero tampoco es una película redonda y tiene algunos fallos que la hacen algo difícil de ver y ser inferior a su estupenda secuela.

Pero, vayamos por partes.

La película trata como, desde hace siglos, vampiros y hombres lobo se han enfrentado en una guerra a espaldas de la humanidad. En medio de la lucha, Selene (Kate Beckinsale), una guerrera vampiro, descubre que los hombres lobo van detrás de un humano, Michael (Scott Speedman). Desobedeciendo las órdenes de Kraven (Shane Brolly), quién lidera el clan vampiro mientras su líder, Viktor (Bill Nighy), duerme, Selene va en busca de Michael y lo rescata cuando los hombres lobo tratan de capturarlo. Pero no puede evitar que Lucian (Michael Sheen), el líder de los licántropos, al que se creía muerto, le muerda y empiece a convertirse en un hombre lobo.

Otra cosa que no puede evitar Selene es enamorarse de él, algo totalmente prohibido por la leyes de su clan. No obstante, la cosa va mucho mas allá cuando descubre un complot entre Lucian y Kraven, quién resulta ser un traidor, para crear una nueva raza de híbridos entre vampiros y hombres lobo en donde es indispensable la sangre de Michael, quién es desdendiente director de Alexander Corvinus, el primer inmortal.

El film es, en el fondo, la clásica historia de Romeo y Julieta –utilizada de mil formas en el cine –, esta vez enmarcando la historia en el mundo de los vampiros y los hombres lobo.

Está dirigida por Len Wiseman, un buen director que aquí hacía su debut cinematográfico y que es el alma máter de esta saga, dirigiendo después la estupenda secuela y produciendo la tercera y la futura cuarta entregas. También fue el autor de la historia original junto a Kevin Grevioux y Danny McBride; este último, encargado de la escritura del guión final.

La película, desde luego, es muy buena. Como ya he dicho antes, fue una agradable sorpresa en su día gracias, sobre todo, a su temática y a su estética de cómic mezclada con la de las películas de Blade y Matrix. El diseño de producción es muy bueno, lo mismo que su fotografía tenebrista y su banda sonora. Tiene unos efectos especiales a la altura y unas logradas secuencias de acción. También tiene las dosis justas de violencia y los hombres lobo están muy logrados; aunque, por problemas de presupuesto, sus cuerpos no tienen mucho pelo y, además, no se les puede ver, cuando están transformados del todo, luchando contra los vampiros.

Los actores también hacen un buen trabajo. Tanto Bill Nighy, como Scott Speedman, Sophia Myles –la otra fémina de la historia; aunque algo desaprovechada –o Michael Shee, quién aquí si hace una excelente interpretación; nada que ver con su histrionico –e insoportable –personaje de Tron Legacy (Joseph Kosinski, 2010).

No obstante, quién logra brillar con luz propia es su protagonista, la excelente Kate Beckinsale; quién dio un radical cambio de registro en en esta película. Hasta el momento, era mas habitual verla en dramas y películas de época. Ya había hecho alguna que otra película de terror y de misterio en el pasado. Pero aquí sorprendió dando vida a una heroína de acción enfundada en cuero negro ajustado. Y se ve que le gustó porque, además de repetir en la secuela y en la cuarta entrega –en la tercera, que es una precuela, no aparece, ya que la historia tiene lugar años antes de que naciera su personaje –, repitió al año siguiente en Van Helsing (Stephen Sommer, 2004).

La película es buena, pero no del todo. También tiene varios fallos que hacen que no pueda ser la obra maestra que debería ser.

Por poner un ejemplo. La película costó 22 millones de dólares, un presupuesto casi de serie B hoy día, y se nota mucho que Wiseman tenía en mente una película mucho mas grande. Esto se nota, especialmente, en las escenas de acción, las cuales están muy logradas, pero dan en todo momento la sensación de que quieren ser mas de lo que son. No se si me explicó. No es que quiera decir que la película sea mala porque su presupuesto es bajo, el problema es que Wiseman la realizó teniendo mas en mente una gran producción en lugar de un film de serie B, que es lo que es en realidad esta película.

Otro fallo del film está en el guión. No es que el guión sea malo, la histórica y los diálogos están muy bien. Pero si le falla el ritmo muchas veces y la película se hace algo caótica. En Underworld: Evolution el ritmo nunca decae y la historia va progresando a medida que avanza el film. Aquí, sin embargo, la historia no llega a solidificarse en ningún momento y su narrativa es bastante floja. Por no hablar de que deja bastantes cabos sueltos; algunos, afortunadamente, bien atados en la secuela.

Pero, de todas maneras, la película es muy buena, muy disfrutable y totalmente recomendable a cualquier amante del fantástico y el cine de acción. Aunque superada por Underworld: Evolution –donde, afortunadamente, Wiseman y su equipo aprendieron de los errores –, una película muy lograda y un muy buen comienzo para esta saga.