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16 de junio de 2017

PIRATAS DEL CARIBE: LA VENGANZA DE SALAZAR (2017)








ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Si alguien no la ha visto aún, se abstenga de leerla y, si decide leerla de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad.





















Esta semana he podido ver la quinta entrega de Piratas del Caribe y el reboot de La Momia. La review de esta última llegará después, ahora toca analizar esta película que, como ya he dicho, es la quinta entrega de esta exitosa saga surgida de una atracción de Disneyland.

Henry Turner (Brenton Thwaites), el hijo de Will Turner (Orlando Bloom) y Elizabeth Swann (Keira Knightley), busca desesperadamente el Tridente de Poseidón, capaz de romper cualquier maldición, lo que le permitiría liberar a su padre de la maldición que le obliga a ser el capitán de El Holandés Errante. Para ello, busca la ayuda del pirata Jack Sparrow (Johnny Depp), pero este no pasa por sus mejores momentos. También tendrá que formar una incómoda alianza con Carina Smyth (Kaya Scodelario), una joven de brillantes conocimientos de astronomía por los que es acusada de brujería.

En medio de todo esto, el capitán Salazar (Javier Bardem) ha logrado escapar del Triángulo del Diablo y busca a Sparrow para vengarse. Salazar era un despiadado cazador de piratas de la Armada Española que fue engañado por Sparrow y él y su tripulación terminaron convertidos en espectros atrapados en el triángulo. En su implacable búsqueda de Sparrow comienza a destruir la flota del Capitán Barbossa (Geoffrey Rush), quién se verá obligado a aliarse con él.


Esta quinta entrega nos llega seis años después de la cuarta entrega, Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas (Rob Marshall, 2011). Los noruegos Joachim Rønning y Espen Sandberg son quienes se encargan de dirigir, mientras el guión ha corrido a cargo de Jeff Nathanson sobre una historia suya y de Terry Rossio, uno de los guionistas habituales de la saga.


Johnny Depp repite por quinta vez como el capitán Jack Sparrow y volvemos a ver a muchos habituales de la saga, recuperan a Orlando Bloom y a Keira Knightley –que no aparecieron en la cuarta –y se unen nuevos intérpretes, como los jóvenes Kaya Scodelario y Brenton Thwaites.



El film lleva como subtítulo Dead Men Tell No Tales –algo así como Los Hombres Muertos no cuentan Historias –, que es una frase que se puede leer en la entrada de la atracción de Disneyland que inspiró esta saga de películas. No obstante, parece que los responsables de la película han creído que en Europa –porque esto no solo ha ocurrido en España –no se entendería esa frase –pese a que el personaje de Bardem la pronuncia antes de salir el título –y han decidido ponerle el subtítulo de La Venganza de Salazar.

La película está haciendo una buena taquilla, pero tampoco se puede decir que haga datos muy espectaculares. Con un presupuesto de 230 millones de dólares, solo en EEUU ha hecho 139 millones y 464 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 603 millones de dólares.

Por otro lado, la crítica no se está portando muy bien con ella y las opiniones del público son muy variadas.

¿Y que opino yo? Pues a eso vamos.

Como ya sabéis, pese a que nunca he sido muy fan de las películas de piratas, esta saga me gusta mucho; al menos, sus primeras películas.

La primera entrega, Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra (2003), dirigida por Gore Verbinski, es bastante buena y resultó un muy agradable soplo de aire fresco en un verano lleno de decepciones cinematográficas. La segunda, Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto (2006), también dirigida por Verbinski, me parece un peliculón y para mí es la mejor entrega de la saga sin ninguna duda y dudo mucho que alguna otra entrega llegue a desbancarla. Luego está la tercera, Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo (2007), también dirigida por Verbinski, que no es del todo un mal film, pero quisieron hacerla tan ambiciosa que, al final, se les fue la pinza de una manera impresionante. No obstante, pese a sus defectos, era un buen film que cerraba muy bien la trilogía.

Y es que la saga se tenía que haber quedado en eso, en una trilogía. Sin embargo, no se quisieron quedar ahí he hicieron una cuarta entrega, la ya nombrada Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas, que fue un bajón tremendo, siendo la entrega más floja de la saga hasta la fecha; encima, tuvieron el mal gusto de meter a Penélope Cruz, lo cual la hacía quedar mucho peor.

Ahora nos llega esta quinta entrega donde han querido hacer una jugada parecida a la de la quinta temporada de Arrow, volviendo a mirar a los orígenes para recuperar la frescura de los primeros films y darle una nueva vida a la saga.

¿Lo han conseguido? Pues eso os lo contesto ahora mismo:



NI DE COÑA



La película ha sido otra puta decepción cuyo único mérito ha sido entretener durante pequeños ratos que han sido como pequeños islotes en medio de un enorme océano de aburrimiento y bochorno. A favor tiene que, en conjunto, ha resultado algo mejor que En Mareas Misteriosas; aunque, eso tampoco es decir mucho.

La intención ha sido buena, pero la ejecución ha sido pésima, ya que lo único que han hecho ha sido repetir los chistes de las primeras entregas camuflándolos con situaciones diferentes. Toda esa movida de Sparrow con la guillotina durante la fuga de la ejecución no paraba de recordarme a cuando huía de los caníbales atado a un mástil en El Cofre del Hombre Muerto. Luego está lo del robo del banco, que no hizo más que recordarme a la escena de la rueda de molino de aquella película.


Y así toda la puta película. Se han cambiado los elementos, se han cambiado las situaciones, pero los chistes son descaradamente los mismos. Y no solo los chites, todo son copias encubiertas. Es que, hasta lo de Salazar y su tripulación de espectros no paran de recordar a cuando Barbossa y los suyos eran esqueletos en La Maldición de la Perla Negra o lo del barco de Salazar cuando devora a otros barcos no hacía más que recordarme al famoso Kraken de la segunda entrega.

Eso es lo que entiende esta gente por mirar atrás. Copiar lo que funcionó y camuflarlo para hacerlo pasar por algo diferente y tomarnos por gilipollas.

Luego, la película parece que está hecha sin ganas. Hay un gran presupuesto, hay muchos medios, tenemos unos efectos especiales muy logrados y un diseño de producción muy bueno, pero hay una tremenda falta de interés por parte de los implicados impresionante. Especialmente, de sus dos directores.

Rønning y Sandberg son dos buenos directores, no hay más que ver Kon-Tiki (2012) para saberlo. Pero no es falta de talento lo que se aprecia en su trabajo en este film, sino falta de ganas, como ya he dicho antes. Su dirección no es mala, pero la he encontrado muy apagada, sin ningún momento destacable en todo el film. Las escenas de acción están bien rodadas, pero carecen por completo de espectacularidad y de momentos que hagan saltar de la butaca. La dirección de actores es plana a más no poder y los momentos cómicos y dramáticos pasan sin pena ni gloria.

Pero no son los directores los únicos desganados. Todo el equipo parece tener una desmotivación de la hostia. Quiero creer que el exbeattle Paul McCartney, que hace un cameo en el film, impuso un catering vegetariano durante todo el rodaje y la peña estaba falta de proteinas; porque, si no, no me explico lo que ha pasado para que se haya hecho una superproducción de 230 millones con menos vida que en un cementerio.

Hasta Johnny Depp está muy desmotivado; aunque, esto puede ser causa de que ya está cansado de interpretar a Jack Sparrow. No obstante, eso no es lo peor. Lo peor es que se han cargado a tan carismático personaje en el deficiente guión, convirtiéndolo en una parodia de si mismo y haciendo que sea de lo peor de la película, llegando a resultar insoportable en algunos momentos; cosa que no ocurría en las primeras entregas ni por asomo.


El resto del reparto hace lo que puede para que el conjunto no se hunda por su propio peso. Geoffrey Rush sigue estando muy bien como Barbossa; al que ahora hasta han hecho padre y todo. Desgraciadamente, también se lo ha cargado; aunque, no me extrañaría que le volvamos a ver como fantasma en futuras entregas.

Kaya Scodelario es muy buena actriz. Además, es muy bella y, vestida de época, resulta hasta muy sensual. Podría haber dado mucho juego en la película con Jack Sparrow y, siendo la hija de Barbossa, podría hasta haber creado hasta un conflicto que podría haber hecho la película bastante interesante. Pero no, la desperdician en un personaje horrible que no termina de definirse, siendo inteligente y astuta en unos momentos y una idiota y una histérica que se pone a correr y a gritar como una loca en otros.

Encima, como es una actriz joven, tienen que juntarla con el otro joven de la película, el personaje de Brenton Thwaites, para que tengamos dos nuevos Will y Elizabeth en la saga. Y, para empeorar las cosas, lo hacen con el típico rollo de No te soporto pero todo el mundo sabe que vamos a acabar comiéndonos la boca.

En cuanto al personaje de Brenton Thwaites , si el de Scodelario es horrible, este no se le queda atrás –el actor hace un buen trabajo, eso si –. No es más que un payaso y un inútil que no hace más que lastrar la película. Desde luego, para un polvo que Will y Elizabeth pueden echar en 10 años y les sale ese elemento.

Luego está el villano principal, Salazar, interpretado por el español Javier Bardem. Ya he dicho otras veces que no es alguien que me caiga muy bien pero, a diferencia de su mujercita, él si sabe actuar y en películas como Skyfall (Sam Mendes, 2012) ya ha demostrado que los papeles de villano se le dan muy bien.

Sin embargo, en esta película está sobreactuado a más no poder. Encima, esa caracterización digital –que no paraba de recordarme a la del fantasma de El Espinazo del Diablo (Guillermo del Toro, 2001) –no le ayuda nada. Sin embargo, paradógicamente, en la escena de flashback en la que le vemos cuando era un humano normal, ahí si hace un estupendo papel y nos ofrece un villano a la altura; es que, por muy fantástica que sea esta saga, hubiera funcionado mejor si el personaje de Salazar hubiera sido así durante toda la película que como el esperpento en el que lo convierten.


Por cierto, que en las películas de piratas los españoles seamos más malos que J.R. es algo muy habitual, así que con esto no me quejo. Peor fue como reflejaron a los españoles en la anterior entrega, que parecían más españoles de la época de Felipe II que del siglo XVIII.

En fin, vamos terminando ya.

En resumen, Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar ha sido otra tremenda decepción, al igual que En Mareas Misteriosas; aunque, si tengo que elegir entre las dos, me quedo con esta –el no tener a Penélope Cruz ya le hace ganar muchos puntos –.

No es del todo una mala película, pero ha resultado muy aburrida e insustancial, llegando tan solo a entretener a ratos. Una película donde se ha puesto mucho dinero y muchos medios, pero no se le han puesto nada de ganas, haciendo que al final verla sea como estar viendo un barco hundiéndose sin que nadie haga a penas nada por mantenerlo a flote.

Muy lejos está de La Maldición de la Perla Negra y, sobre todo, de El Cofre del Hombre Muerto; incluso la tercera le pasa por encima. Puede que la vuelva a ver si la pasan por Tv y no tenga otra cosa que ver, pero ganas de volver a verla no tengo ninguna.

Para terminar, comento que al final tenemos la habitual escena post-créditos donde nos dan una pista sobre por donde irán los tiros en torno a la sexta entrega –que la habrá, no lo dudéis –, donde, a parte de volver a ver juntos a Will y Elizabeth nos muestran el regreso de un gran villano como Davy Jones. No pinta mal. Pero, vamos, como le pongan a la sexta entrega las mismas ganas que le han puesto a esta, mal vamos.










5 de junio de 2011

PIRATAS DEL CARIBE: EN MAREAS MISTERIOSAS (2011)






Ya he visto la cuarta entrega de la saga Piratas del Caribe. Una saga que a mi me gusta mucho a pesar de que el cine de piratas no es, precisamente, de mis favoritos. No es que no me gusten las películas de piratas, pero tampoco soy muy entusiasta de ellas. No obstante, esta saga, que surgió de una atracción de Disneyland, si ha logrado captar mi interés y mi entusiasmo, ya sea por su toque fantástico y mitológico o por el enorme carisma de su protagonista principal.

Para mi, la primera entrega, Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra (2003), es un film bastante correcto. Su segunda entrega, Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto (2006), es un peliculón y la mejor entrega de la saga hasta la fecha. Y su tercera entrega, la vapuleada Piratas del Caribe: En el Film del Mundo (2007), me parece un buen film, pero que peca bastante de ambicioso.

Ahora llega esta cuarta entrega, Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas, que viene marcada por un cambio de director, la ausencia de dos de sus personajes principales (Elizabeth Swann y William Turner), un nuevo villano y, sobre todo, una de las peores decisiones de casting de la historia del cine.

Vayamos por partes.

Tal y como se dejó ver al final de la tercera entrega, esta nueva película se enmarca en la búsqueda de la mítica Fuente de la Eterna Juventud.

Jack Sparrow (Johnny Depp), tras haber buscado la fuente sin éxito, llega a Londres para salvar a su compañero, Gibbs (Kevin McNally), de morir en la orca. Sin embargo, su plan sale mal y es apresado por las tropas británicas y llevado ante la presencia del rey Jorge II (Richard Griffiths), quién pretende obligarle a buscar la fuente para la corona británica. Allí, Sparrow se reencuentra con su antiguo adversario, Hector Barbossa (Geoffrey Rush), quién ha perdido la Perla Negra –junto con una de sus piernas –y ahora es un corsario al servicio de Inglaterra. Sparrow se niega y logra escapar. Pero, poco después, se reencuentra con Angelica (Penélope Cruz), una mujer de su pasado que lo engaña y lo lleva a bordo del Venganza de la Reina Ana, el buque capitaneado por el temido Barbanegra (Ian McShane), que es el padre de Angelica. Barbanegra también va detrás de la fuente, pero no es el único. El rey de España ha enviado a una expedición y Barbossa también ha iniciado la marcha guiado por Gibbs.

Como ya he dicho, esta cuarta entrega viene marcada por un cambio en la silla de director. El habitual, Gore Verbinski –actualmente, inmerso en una versión cinematográfica de El Llanero Solitario –, es sustituido aquí por Rob Marshall, director de films musicales, como la oscarizada Chicago (2002) o la fallida Nine (2009) y del film Memorias de una Geisha (2005).

Para mi, la elección de este director obedece a dos factores. Uno es un intento por parte de Disney de introducir un nombre de cierto prestigio en la saga y así resarcirse de la avalancha de malas críticas –muy injustas en su mayoría, según mi opinión –que recibió la tercera entrega. El otro factor es la búsqueda, por parte de Marshall, de un film taquillero que le vuelva a colocar dentro de la industria tras el batacazo de Nine, que con un presupuesto de 80 millones de dólares solo hizo 19 millones en EEUU y una taquilla mundial de 53 millones de dólares; para que luego digan de Sucker Punch que, por lo menos, ha logrado salvar los muebles con una taquilla mundial de casi 90 millones de dólares.

Marshall es buen director y hace todo lo que puede para evitar que el film se hunda por su propio peso. Pero se nota mucho su total inexperiencia con este tipo de superproducciones y se le ve bastante perdido; sobre todo en las escenas de acción, muchas de ellas –como la huida de Jack Sparrow por Londres –bastante forzadas. Eso si, el tipo aporta bien sus conocimientos en films de época con un diseño de producción estupendo y muy bien trabajado.

Aún así, en mi opinión, la saga ha salido perdiendo con el cambio de director. Deberían haberse dejado de esas tonterías de intentar contentar a la crítica y haber buscado un director mas experimentado en dirigir superproducciones de efectos especiales. Y, parece que los responsables de la saga han tomado nota, ya que se dice que para la futura quinta entrega se están barajando los nombres de Tim Burton –quién ya fue considerado para este film –, Sam Raimi, Alfonso Cuarón, Chris Weitz y Shawn Levy.

Donde deberían haber hecho de verdad un cambio es en el apartado del guión. Los guionistas Ted Elliot y Terry Rossio empiezan a estar ya gastados con respecto a esta saga y eso se deja ver en el guión de la película, donde se repiten demasiado chistes y situaciones ya bastante vistas. Aunque, eso no es lo peor, ya que el ritmo no para de decaer y la historia se estanca varias veces, haciendo que el film llegue a aburrir, algo que no me había ocurrido con las anteriores entregas de la saga –bueno, tal vez un poco al principio de la tercera; pero nada que el conjunto del film pudiera solucionar –a pesar de la larga duración de estas. Además, el climax es muy, pero que muy flojo. Aunque, lo peor es el tratamiento que se le da a los españoles, que parecen unos fanáticos religiosos surgidos de la época de Felipe II ¿No se desarrolla esta película en el siglo XVIII?

Hubiera estado bien que hubiesen buscado unos guionistas nuevos y frescos que le hubieran dado a la película la frescura y el dinamismo necesario para revitalizar la saga; Rhett Reese y Paul Wernick –los de Zombieland, para mas señas –serían una buena opción.

En cuanto al tema del reparto la cosa está bien y mal a partes iguales; o desiguales, según se mire.

Johnny Depp vuelve a estar fantástico en la piel del carismático Jack Sparrow, el alma de toda esta saga. Geoffrey Rush vuelve a hacer un gran trabajo dado vida a Barbossa, el otro gran personaje de la saga. Ian McShane, el actor que da vida a Barbanegra, hace una interpretación excelente, dotando a su personaje de vida propia y haciendo que este cause miedo y expectación a partes iguales. Lo malo es que, a pesar de una primera aparición realmente impresionante, el personaje va siendo desaprovechado –o, al menos, da esa sensación –a medida que avanza el film; algo bastante lamentable. Aún así, McShane y su Barbanegra son la mejor incorporación a la saga.

En la otra cara de la moneda encontramos a Sam Claflin –aunque no se que es lo peor de él, si su interpretación o el insoportable misionero al que da vida –, el español Óscar Jaenada –que interpreta al líder de la expedición española –y su inexpresiva cara de palo o Richard Griffiths –el tío de Harry Potter –que, aunque es un estupendo actor, su interpretación del rey Jorge II la encontré un tanto pasada de rosca.

Claro, que quién aquí se lleva la palma es Penélope Cruz.

A mi me reventaron la película el día en que decidieron ficharla como protagonista femenina y, tal y como me temía desde el primer momento, la tía es un lastre para la película todo el tiempo. Como actriz –si se la puede llamar así –es PÉSIMA y su interpretación de Angelica –un personaje interesante con muchas posibilidades –es bochornosa y llega a provocar vergüenza ajena. Lo peor es que, mientras otras malas actrices, al menos, se esfuerzan por hacer una interpretación correcta en sus respectivos trabajos, ella no se esfuerza ni una pequeña pizca. Todo el tiempo está con la misma cara, la cual no cambia ni aunque le apunten con una pistola o le pongan una espada al cuello; hasta una máquina expendedora sería menos inexpresiva que ella –y mas inteligente, seguro –. Y en las escenas de acción, tres cuartos de lo mismo. A parte de no saber ni coger una espada, se nota a las mil leguas cuando es una especialista la que está en pantalla; ya que la especialista es la que pelea mientras que ella parece que está espantando moscas todo el tiempo.

Y que a semejante espécimen le hayan dado un oscar...

Es difícil olvidar a Keira Knightley, la protagonista femenina de las tres primeras entregas –mucho mejor actriz y que lucía mucho mejor en las escenas de acción –, pero esta tipa hace que hasta se la eche mas de menos y todo. Hasta la chica que hace de sirena, la también española Astrid Berges-Frisbey, hace un trabajo muchísimo mejor; y eso que está mucho menos tiempo en pantalla y a penas tiene diálogos.

Resumiendo.

Una película que no es mala del todo, pero si muy mejorable. Una cinta de aventuras para pasar el rato bastante simplona que se ve tan rápido como se olvida y que tiene bastantes fallos, multitud de cosas totalmente mejorables y cosas que sobran completamente –como la historia de amor entre el misionero y la sirena –. Como entrega de la saga Piratas del Caribe, este es, sin duda, el episodio mas flojo. Tiene algunos momentos muy logrados, como el ataque de las sirenas o –como ya he dicho antes –la primera aparición de Barbanegra, pero el conjunto a duras penas logra mantenerse a flote y hace aguas por muchos sitios.

Todo esto sin Penélope Cruz, porque con ella esto es ya una MIERDA mas grande que la muralla china. Desde luego, yo haría con ella lo mismo que hace Jack Sparrow con su personaje en la película, pero de verdad.