Mostrando entradas con la etiqueta Javier Bardem. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Javier Bardem. Mostrar todas las entradas

16 de junio de 2017

PIRATAS DEL CARIBE: LA VENGANZA DE SALAZAR (2017)








ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Si alguien no la ha visto aún, se abstenga de leerla y, si decide leerla de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad.





















Esta semana he podido ver la quinta entrega de Piratas del Caribe y el reboot de La Momia. La review de esta última llegará después, ahora toca analizar esta película que, como ya he dicho, es la quinta entrega de esta exitosa saga surgida de una atracción de Disneyland.

Henry Turner (Brenton Thwaites), el hijo de Will Turner (Orlando Bloom) y Elizabeth Swann (Keira Knightley), busca desesperadamente el Tridente de Poseidón, capaz de romper cualquier maldición, lo que le permitiría liberar a su padre de la maldición que le obliga a ser el capitán de El Holandés Errante. Para ello, busca la ayuda del pirata Jack Sparrow (Johnny Depp), pero este no pasa por sus mejores momentos. También tendrá que formar una incómoda alianza con Carina Smyth (Kaya Scodelario), una joven de brillantes conocimientos de astronomía por los que es acusada de brujería.

En medio de todo esto, el capitán Salazar (Javier Bardem) ha logrado escapar del Triángulo del Diablo y busca a Sparrow para vengarse. Salazar era un despiadado cazador de piratas de la Armada Española que fue engañado por Sparrow y él y su tripulación terminaron convertidos en espectros atrapados en el triángulo. En su implacable búsqueda de Sparrow comienza a destruir la flota del Capitán Barbossa (Geoffrey Rush), quién se verá obligado a aliarse con él.


Esta quinta entrega nos llega seis años después de la cuarta entrega, Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas (Rob Marshall, 2011). Los noruegos Joachim Rønning y Espen Sandberg son quienes se encargan de dirigir, mientras el guión ha corrido a cargo de Jeff Nathanson sobre una historia suya y de Terry Rossio, uno de los guionistas habituales de la saga.


Johnny Depp repite por quinta vez como el capitán Jack Sparrow y volvemos a ver a muchos habituales de la saga, recuperan a Orlando Bloom y a Keira Knightley –que no aparecieron en la cuarta –y se unen nuevos intérpretes, como los jóvenes Kaya Scodelario y Brenton Thwaites.



El film lleva como subtítulo Dead Men Tell No Tales –algo así como Los Hombres Muertos no cuentan Historias –, que es una frase que se puede leer en la entrada de la atracción de Disneyland que inspiró esta saga de películas. No obstante, parece que los responsables de la película han creído que en Europa –porque esto no solo ha ocurrido en España –no se entendería esa frase –pese a que el personaje de Bardem la pronuncia antes de salir el título –y han decidido ponerle el subtítulo de La Venganza de Salazar.

La película está haciendo una buena taquilla, pero tampoco se puede decir que haga datos muy espectaculares. Con un presupuesto de 230 millones de dólares, solo en EEUU ha hecho 139 millones y 464 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 603 millones de dólares.

Por otro lado, la crítica no se está portando muy bien con ella y las opiniones del público son muy variadas.

¿Y que opino yo? Pues a eso vamos.

Como ya sabéis, pese a que nunca he sido muy fan de las películas de piratas, esta saga me gusta mucho; al menos, sus primeras películas.

La primera entrega, Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra (2003), dirigida por Gore Verbinski, es bastante buena y resultó un muy agradable soplo de aire fresco en un verano lleno de decepciones cinematográficas. La segunda, Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto (2006), también dirigida por Verbinski, me parece un peliculón y para mí es la mejor entrega de la saga sin ninguna duda y dudo mucho que alguna otra entrega llegue a desbancarla. Luego está la tercera, Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo (2007), también dirigida por Verbinski, que no es del todo un mal film, pero quisieron hacerla tan ambiciosa que, al final, se les fue la pinza de una manera impresionante. No obstante, pese a sus defectos, era un buen film que cerraba muy bien la trilogía.

Y es que la saga se tenía que haber quedado en eso, en una trilogía. Sin embargo, no se quisieron quedar ahí he hicieron una cuarta entrega, la ya nombrada Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas, que fue un bajón tremendo, siendo la entrega más floja de la saga hasta la fecha; encima, tuvieron el mal gusto de meter a Penélope Cruz, lo cual la hacía quedar mucho peor.

Ahora nos llega esta quinta entrega donde han querido hacer una jugada parecida a la de la quinta temporada de Arrow, volviendo a mirar a los orígenes para recuperar la frescura de los primeros films y darle una nueva vida a la saga.

¿Lo han conseguido? Pues eso os lo contesto ahora mismo:



NI DE COÑA



La película ha sido otra puta decepción cuyo único mérito ha sido entretener durante pequeños ratos que han sido como pequeños islotes en medio de un enorme océano de aburrimiento y bochorno. A favor tiene que, en conjunto, ha resultado algo mejor que En Mareas Misteriosas; aunque, eso tampoco es decir mucho.

La intención ha sido buena, pero la ejecución ha sido pésima, ya que lo único que han hecho ha sido repetir los chistes de las primeras entregas camuflándolos con situaciones diferentes. Toda esa movida de Sparrow con la guillotina durante la fuga de la ejecución no paraba de recordarme a cuando huía de los caníbales atado a un mástil en El Cofre del Hombre Muerto. Luego está lo del robo del banco, que no hizo más que recordarme a la escena de la rueda de molino de aquella película.


Y así toda la puta película. Se han cambiado los elementos, se han cambiado las situaciones, pero los chistes son descaradamente los mismos. Y no solo los chites, todo son copias encubiertas. Es que, hasta lo de Salazar y su tripulación de espectros no paran de recordar a cuando Barbossa y los suyos eran esqueletos en La Maldición de la Perla Negra o lo del barco de Salazar cuando devora a otros barcos no hacía más que recordarme al famoso Kraken de la segunda entrega.

Eso es lo que entiende esta gente por mirar atrás. Copiar lo que funcionó y camuflarlo para hacerlo pasar por algo diferente y tomarnos por gilipollas.

Luego, la película parece que está hecha sin ganas. Hay un gran presupuesto, hay muchos medios, tenemos unos efectos especiales muy logrados y un diseño de producción muy bueno, pero hay una tremenda falta de interés por parte de los implicados impresionante. Especialmente, de sus dos directores.

Rønning y Sandberg son dos buenos directores, no hay más que ver Kon-Tiki (2012) para saberlo. Pero no es falta de talento lo que se aprecia en su trabajo en este film, sino falta de ganas, como ya he dicho antes. Su dirección no es mala, pero la he encontrado muy apagada, sin ningún momento destacable en todo el film. Las escenas de acción están bien rodadas, pero carecen por completo de espectacularidad y de momentos que hagan saltar de la butaca. La dirección de actores es plana a más no poder y los momentos cómicos y dramáticos pasan sin pena ni gloria.

Pero no son los directores los únicos desganados. Todo el equipo parece tener una desmotivación de la hostia. Quiero creer que el exbeattle Paul McCartney, que hace un cameo en el film, impuso un catering vegetariano durante todo el rodaje y la peña estaba falta de proteinas; porque, si no, no me explico lo que ha pasado para que se haya hecho una superproducción de 230 millones con menos vida que en un cementerio.

Hasta Johnny Depp está muy desmotivado; aunque, esto puede ser causa de que ya está cansado de interpretar a Jack Sparrow. No obstante, eso no es lo peor. Lo peor es que se han cargado a tan carismático personaje en el deficiente guión, convirtiéndolo en una parodia de si mismo y haciendo que sea de lo peor de la película, llegando a resultar insoportable en algunos momentos; cosa que no ocurría en las primeras entregas ni por asomo.


El resto del reparto hace lo que puede para que el conjunto no se hunda por su propio peso. Geoffrey Rush sigue estando muy bien como Barbossa; al que ahora hasta han hecho padre y todo. Desgraciadamente, también se lo ha cargado; aunque, no me extrañaría que le volvamos a ver como fantasma en futuras entregas.

Kaya Scodelario es muy buena actriz. Además, es muy bella y, vestida de época, resulta hasta muy sensual. Podría haber dado mucho juego en la película con Jack Sparrow y, siendo la hija de Barbossa, podría hasta haber creado hasta un conflicto que podría haber hecho la película bastante interesante. Pero no, la desperdician en un personaje horrible que no termina de definirse, siendo inteligente y astuta en unos momentos y una idiota y una histérica que se pone a correr y a gritar como una loca en otros.

Encima, como es una actriz joven, tienen que juntarla con el otro joven de la película, el personaje de Brenton Thwaites, para que tengamos dos nuevos Will y Elizabeth en la saga. Y, para empeorar las cosas, lo hacen con el típico rollo de No te soporto pero todo el mundo sabe que vamos a acabar comiéndonos la boca.

En cuanto al personaje de Brenton Thwaites , si el de Scodelario es horrible, este no se le queda atrás –el actor hace un buen trabajo, eso si –. No es más que un payaso y un inútil que no hace más que lastrar la película. Desde luego, para un polvo que Will y Elizabeth pueden echar en 10 años y les sale ese elemento.

Luego está el villano principal, Salazar, interpretado por el español Javier Bardem. Ya he dicho otras veces que no es alguien que me caiga muy bien pero, a diferencia de su mujercita, él si sabe actuar y en películas como Skyfall (Sam Mendes, 2012) ya ha demostrado que los papeles de villano se le dan muy bien.

Sin embargo, en esta película está sobreactuado a más no poder. Encima, esa caracterización digital –que no paraba de recordarme a la del fantasma de El Espinazo del Diablo (Guillermo del Toro, 2001) –no le ayuda nada. Sin embargo, paradógicamente, en la escena de flashback en la que le vemos cuando era un humano normal, ahí si hace un estupendo papel y nos ofrece un villano a la altura; es que, por muy fantástica que sea esta saga, hubiera funcionado mejor si el personaje de Salazar hubiera sido así durante toda la película que como el esperpento en el que lo convierten.


Por cierto, que en las películas de piratas los españoles seamos más malos que J.R. es algo muy habitual, así que con esto no me quejo. Peor fue como reflejaron a los españoles en la anterior entrega, que parecían más españoles de la época de Felipe II que del siglo XVIII.

En fin, vamos terminando ya.

En resumen, Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar ha sido otra tremenda decepción, al igual que En Mareas Misteriosas; aunque, si tengo que elegir entre las dos, me quedo con esta –el no tener a Penélope Cruz ya le hace ganar muchos puntos –.

No es del todo una mala película, pero ha resultado muy aburrida e insustancial, llegando tan solo a entretener a ratos. Una película donde se ha puesto mucho dinero y muchos medios, pero no se le han puesto nada de ganas, haciendo que al final verla sea como estar viendo un barco hundiéndose sin que nadie haga a penas nada por mantenerlo a flote.

Muy lejos está de La Maldición de la Perla Negra y, sobre todo, de El Cofre del Hombre Muerto; incluso la tercera le pasa por encima. Puede que la vuelva a ver si la pasan por Tv y no tenga otra cosa que ver, pero ganas de volver a verla no tengo ninguna.

Para terminar, comento que al final tenemos la habitual escena post-créditos donde nos dan una pista sobre por donde irán los tiros en torno a la sexta entrega –que la habrá, no lo dudéis –, donde, a parte de volver a ver juntos a Will y Elizabeth nos muestran el regreso de un gran villano como Davy Jones. No pinta mal. Pero, vamos, como le pongan a la sexta entrega las mismas ganas que le han puesto a esta, mal vamos.










21 de noviembre de 2012

SKYFALL (2012)






Advierto que esta entrada contiene SPOILERS, quién no haya visto aún la película, que se abstenga de leerla o lo haga vajo su total responsabilidad.















Ya por fin he visto Skyfall, la última entrega –hasta ahora –de la saga de James Bond, la número 23 de toda la serie y la tercera de las que ha protagonizado el actor Daniel Craig después de Casino Royale (Martin Campbell, 2006) y Quantum of Solace (Marc Forster, 2008).

La película comienza con la clásica escena de apertura. James Bond (Daniel Craig) y otra agente del MI6 llamada Eve (Naomie Harris) se encuentran en Turquía, donde persiguen a un mercenario (Ola Rapace) que ha robado una importante lista con las identidades de los agentes de la OTAN infiltrados en organizaciones terroristas. Bond consigue alcanzar al mercenario en un tren y pelea contra él pero, desde la sede del MI6, su superior M (Judi Dench), no confía en que pueda detenerlo y ordena a Eve que dispare. Sin embargo, Eve dispara por error a Bond, quién cae a un río mientras el mercenario escapa. Bond es dado por muerto, pero en realidad sobrevivió y, tras un tiempo escondido y viviendo al límite, regresa al MI6 muy cabreado con M por no haber confiado en él y haber hecho que le disparen.

Además, tras el disparo las habilidades de Bond han quedado muy mermadas y es obligado a pasar otra vez a pasar las pruebas de acceso mientras M se enfrenta a su destitución ante la grave crisis que la pérdida de la lista ha desatado. Sin embargo, pronto se da cuenta de que quién ha robado la lista tiene una cuenta pendiente con el MI6 y, sobre todo, con ella. Es por eso que, a pesar de no haber pasado con éxito las pruebas, vuelve a poner en Bond en funcionamiento. Bond sigue la pista del mercenario hasta Shangai, pero este muere sin que le diga para quién trabaja. No obstante, ve allí a una bella mujer (Bérénice Marlohe) y una pista que le lleva a un casino de Macao. Allí vuelve a encontrarse con esa mujer, quien se llama Sévérine y vive prisionera al servicio del tipo al que busca Bond, quién se llama Raoul Silva (Javier Bardem) y fue un agente del MI6 al servicio de M hasta que esta le abandonó a merced de los chinos, quienes le capturaron y lo torturaron durante años. Ahora es el desquiciado líder de una poderosa organización, pero su único deseo es vengarse de M.

Esta entrega nos llega con retraso. Su estreno se esperaba para 2011 por estas fechas, pero los problemas financieros de MGM en 2010 hicieron que la película se paralizase durante un año junto con otros proyectos del estudio, como la adaptación de El Hobbit. Y así la cosa quedó en el limbo hasta que el estudio comenzó su recuperación y volvió a poner en marcha la película para estrenarla este 2012, cuando se cumplen 50 años de la saga.


Como bien sabréis, yo soy muy fan de James Bond, me encanta el personaje y llevo desde mi infancia viendo sus películas y leyéndome los libros de Ian Fleeming. La mayoría de sus películas me encantan, pero hay unas cuantas que han llegado a decepcionarme. Una de ellas es la entrega anterior a esta, Quantum of Solace, la cual no es una mala película, pero me decepcionó bastante y quería que la siguiente entrega mejorase la cosa; como ya ha ocurrido otras veces en la saga, cuando alguna película me ha decepcionado o no ha cumplido todas mis expectativas las película siguiente ha resultado mejor.

Antes de ver la película, no he parado de leer y escuchar elogios hacia ella. La crítica la está poniendo por las nubes, lo mismo que la mayor parte del público. Casi todos los que la han visto no paran de hablar maravillas de ella e, incluso ya van diciendo por ahí que esta es la mejor película de James Bond de todos los tiempos, que Daniel Craig es el mejor Bond de todos los que lo han interpretado y que Javier Bardem es el mejor villano de la saga.

Luego están los datos de taquilla, que también son excelentes. Con un presupuesto de 200 millones de dólares, la película ya lleva recaudados 164 millones de dólares en EEUU y 508 millones en el resto del mundo, haciendo un total de 672 millones, cifras que irán aumentando en las próximas semanas; incluso no descarto que la película pueda llegar a superar los 1.000 millones de dólares. Un taquillazo en toda regla.

Ahora, a lo que vamos. ¿Es tan buena esta película como dicen?

Yo, al haber visto ya la película, llego a una conclusión. La película es muy buena, eso no lo pongo en duda, y se la puede colocar entre las mejores entregas de la saga. Pero, a la vez, creo que se la está sobrevalorando mucho, sobre todo cuando dicen que es la mejor entrega de la saga, cosa que yo no comparto.

De hecho, si la comparo con las otras películas que ha protagonizado Daniel Craig, diría que es mejor que Quantum of Solace, pero inferior a Casino Royale.

Eso si, es una película que termina de rizar el rizo de este reinicio que se está haciendo de la saga Bond con Craig, terminando de formar al personaje y volviendo a recuperar los elementos tan característicos de la saga que, por mucho que hayan pasado los años, nunca pasarán de moda y que ya se echaban de menos en las dos anteriores entregas.


De hecho, la película parece que nos quiere dar a entender que, por mucho que cambien los tiempos, las cosas que han funcionado durante 50 años no pueden ser reemplazas.

Aquí tenemos a un Bond en pleno siglo XXI enfrentándose a un villano que domina por completo la tecnología y los elementos de la época, lo que le hace ser implacable e ir siempre por delante de él, por lo que Bond decide volver al pasado para enfrentarse a él. Incluso recuperan el viejo Aston Martin cargado de armas y gatches que conducía Sean Connery; algo que a mi me despertó mucha nostalgia.

Al final vemos que la saga vuelve a su cauce. Nos encontramos de nuevo con la vieja oficina del MI6, el famoso despacho de madera de M, a los personajes de Q y Moneypeny y a un Bond como el de siempre. Eso si, todo mezclado con el estilo de la época y adaptado a los nuevos tiempos, situándose muy bien para las nuevas entregas de la saga.

Yo creo que es por esto por lo que se está poniendo a esta película tanto por las nubes al recuperar la saga Bond de siempre, pero de forma muy creíble y demostrando que lo moderno y lo clásico pueden ir de la mano.

Pasando a otras cosas, la película tiene un buen guión. Se nota mucho la inclusión de John Logan en la saga sobre la pareja Neal Purvis y Robert Wade, quienes, a pesar del buen trabaja que han hecho en las anteriores películas, ya empezaban a estar algo gastados y no es de extrañar que, tras esta película, abandonen esta saga en la que han estado desde que debutaron con El Mundo nunca es Suficiente (Michael Apted, 1999).

La dirección de Sam Mendes también es muy buena, aunque no tanto como debería. Me explico.

La elección de un director como este, curtido en el teatro y autor de películas como American Beauty (1999), Camino a la Perdición (2002), Jarhead (2005) o Revolutionary Road (2008), ha sido muy acertada para un film como este, donde los personajes principales viven un auténtico drama en su interior. Ahí es donde Mendes trabaja muy bien, con los actores y los momentos dramáticos, los cuales domina a la perfección y no deja que la película decaiga en estos aspectos en ningún momento.

Otro asunto es la acción. A nivel de acción la película cumple, aunque no tanto como esperaba. Las escenas de acción son muy buenas y bastante espectaculares, especialmente la escena del tren y la excavadora del principio, la escena de los subterráneos o la parte final en la mansión de los padres de Bond –la Skyfall del título –. Sin embargo, a pesar de estar bien rodadas y dotadas de espectacularidad, a mi no llegaron a hacerme saltar en la butaca y encontré que les falta adrenalina y mas ritmo trepidante. Por poner un ejemplo, la escena del principio en la que Bond persigue al tren sobre una moto tiene demasiados planos con la cámara anclada y muy poca cámara en movimiento. Lo mismo ocurre en la pelea sobre el tren y en muchos mas momentos a lo largo de la película. Ni siquiera la escena del ascensor me hizo sentir vértigo.


A nivel de acción la película decepciona, aunque no mucho. No es como en El Mundo nunca es Suficiente, donde las escenas de acción eran una mierda, pero no se puede decir que la película haga vibrar tanto como las dos anteriores películas de Craig u otras películas de la saga mas espectaculares, como Alta Tensión (John Glen, 1987), Goldeneye (Martin Campbell, 1995) o Muere otro Día (Lee Tamahori, 2002). Aún así, la película tiene muy buenos momentos, como la escena de los Dragones de Komodo, la caída del tren en los subterráneos o la explosión de la mansión Bond, cuyo posterior incendio hace que el estupendo final tenga una fotografía impresionante.

En cuanto a los actores, Daniel Craig vuelve a hacer un gran trabajo dando vida a Bond. Este actor, cuando se supo su elección para dar vida al personaje en Casino Royale, no paró de recibir palos por todos sitios hasta que, tras el estreno de la película, muchos se tuvieron que comer sus palabras y ahora no para de recibir elogios. Y con esta película ya hasta se le está considerando el mejor Bond de la historia; hasta por encima de Sean Connery.

Yo, reconozco que tuve mis dudas con él al principio pero, a diferencia de los que no paraban de criticarle sin haber visto la película de Martin Campbell, le di una oportunidad y, desde luego, no me arrepentí. El tipo interpretó a Bond de forma magistral en sus dos primeras películas, haciendo suyo el personaje desde el primer momento y dándole personalidad. Y en esta película se supera en todos los sentidos, dando vida a un James Bond roto, destrozado, que ya no es el superhombre que era en las dos anteriores películas y que se siente traicionado por su jefa, su organización y hasta su país, a quienes juró lealtad. Un James Bond que tiene que redescubrirse a si mismo y convertirse de una vez en el Bond que todos conocemos.

Sobre si Craig es el mejor James Bond o no, yo no creo que sea el mejor de todos, pero si le colocaría entre los mejores, junto a Sean Connery y Pierce Brosnan.

Luego está Judi Dench en la que es su última interpretación de M. Aquí nos encontramos a una M atormentada porque cometió un sin fin de barbaridades mientras estaba al frente del MI6, mintiendo, manipulando y sacrificando a sus agentes como si fueran peones de ajedrez que ahora ve como su pasado regresa para pedirle cuentas. Y ese pasado lo representa el villano principal, Raoul Silva, a quién da vida el español Javier Bardem.

Personalmente, Bardem no es alguien que me caiga muy bien. Mas bien, me cae fatal. Sin embargo, en lo profesional tengo que reconocer que es un estupendo actor –no como su mujercita, que ni es actriz ni es nada –y en esta película hace un excelente trabajo dando vida a un villano excelente del que hablaré mas adelante.

Luego tenemos a Naomie Harris, quien interpreta muy bien a su personaje, un personaje que al final se descubre como la famosa Moneypenney, mostrando como serían los orígenes de esta; además, en las escenas de acción se desenvuelve bastante bien. Ben Whishaw tampoco lo hace nada mal dando vida a un nuevo Q mas joven y adaptado a los nuevos tiempos. Ralph Fiennes es un excelente actor que está genial en cada papel que interpreta; y aquí, nada menos, le ha tocado dar vida al que será el nuevo M tras la marcha de Judi Dench. Y Albert Finney, otro gran actor, también hace un gran trabajo como el vigilante de Skyfall y cuidador de Bond cuando era niño.



Y ahora voy con la gran olvidada de esta película a pesar de que es un elemento muy importante de esta saga: la Chica Bond.

Aquí la elegida es la actriz francesa Bérénice Marlohe, quién es muy poco conocida tanto dentro como fuera de Francia, ya que la mayor parte de su carrera son pequeños papeles en Tv –en España se la conocía por un anuncio de coches –. Y, desde luego, la elección de esta actriz fue todo un acierto, porque es una Chica Bond estupenda. Bella, enigmática y muy buena actriz. Ella y su personaje hubieran dado mucho juego en la película.

El problema es que la desaprovechan terriblemente. Su personaje, a pesar de su estupenda presentación –esa escena en la que se queda mirando a Bond desde la ventana del otro edificio me encanta –y su imponente presencia, llenando la pantalla en todo momento, al final terminan matándola pocos minutos después, dejando a la película sin Chica Bond. Porque la otra es Harris, pero ella termina siendo Moneypenny, a quién nunca he considerado una Chica Bond al ser un personaje fijo de la saga.

Esto es, sin duda, lo que menos me ha gustado de la película, el que hayan dejado a una película de la saga sin Chica Bond cuando tenían a una Chica Bond estupenda entre manos. No se bien que pasó en la producción, si fue cosa de Mendes o los productores, pero no me creo que esto estuviera en el guión desde el principio y me parece una enorme cagada.

En fin. Para terminar voy a hablar de la que ha sido la gran influencia a la hora de hacer esta película. Mientras en las dos primeras entregas la influencia era la saga de Jason Bourne –la productora Barbara Broccoli se declara fan de esa saga –, algo que se dejaba ver en Casino Royale y quedó mas que evidente en Quantum of Solace, en esta ocasión cambian las tornas y el nuevo modelo a seguir es el Batman de Christopher Nolan.


El mejor ejemplo es el villano, Silva. Que nadie me diga que viendo al personaje de Javier Bardem no le vino a la cabeza el Joker de Heath Ledger.; sobre todo en su personalidad. Al igual que aquel, este es un villano tan inteligente como desquiciado, capaz de provocar el caos para conseguir sus objetivos; la única diferencia es que este actúa por venganza mientras el Joker actúa por pura maldad.

Luego tenemos que Bond se quedó huérfano de niño. Vale que esto no es algo nuevo y que ya era mencionado en películas como Goldeneye. Pero es que aquí vemos que tiene una mansión casi abandonada que, incluso, tiene ¡un pasadizo secreto que lleva a una cueva! Por no hablar del personaje de Albert Finney, que bien podría ser el Alfred interpretado por Michael Caine.

Y, para acabar, la escena en la que el personaje de Noamie Harris se descubre como Moneypenny recuerda bastante a la escena de The Dark Knight Rises en la que el personaje de Joseph Gordon-Levitt se descubre como Robin; y quién diga lo contrario miente o no ha visto la película de Nolan.

Como ya dije cuando analicé The Amazing Spider-Man, el Batman de Christopher Nolan está creando escuela y esta película es un buen ejemplo. Si en la próxima entrega contratan como director a Christopher Nolan –lo cual estaría muy bien, por cierto –no me iba a extrañar nada.