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8 de abril de 2021

GODZILLA VS. KONG (2021)



ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS. Advidero no leer lo que viene a continuación si no se ha visto la película y, si alguien decide hacerlo de todos modos, lo hará bajo su total responsabilidad.













Godzilla y King Kong se vieron por primera vez las caras en la película King Kong contra Godzilla (Ishirô Honda, 1962), un célebre título de las Kaiju Eigas. Ahora, ambos monstruos vuelven a verse las caras pero, ahora, lo hacen en una superproducción de Hollywood de la cual voy a dar mi opinión.

Pero, vayamos por partes. 

Han pasado cinco años desde que Godzilla derrotara a King Ghidorah y se convirtiera en rey de los monstruos. Desde entonces, ha mantenido las distancias con los humanos pero, inesperadamente, ataca sin motivo aparente las instalaciones de Apex Cybernetics en Florida, lo que hace creer a los humanos que el titán se ha vuelto contra la humanidad. Algo que no cree Madison Russell (Millie Bobby Brown), quién cree que hay algo detrás del ataque de Godzilla y no para de escuchar un podcats cuyo autor afirma que el ataque está relacionado con asuntos turbios de Apex, en la que afirma estar infiltrado. Madison le explica sus sospechas a su padre, el Doctor Mark Russell (Kyle Chandler), que ahora es subdirector de Monarch, pero este no la cree, por lo que, en compañía de un amigo, Josh Valentine (Julian Dennison), Madison decide ir en busca del autor del podcast, Bernie Hayes (Brian Tyree Henry), para que les ayude a infiltrarse en Apex y descubrir la verdad sobre la nueva actitud de Godzilla.

Mientras, en Skull Island, Kong vive confinado en una gran cúpula construida por Monarch bajo la supervisión de la Doctora Irene Andrews (Rebecca Hall), quién considera que esa es la única forma de que Godzilla no vaya a por él para acabar con otro titán alfa que amenace su reinado. Andrews tiene bajo su cuidado a Jia (Kaylee Hottle), una niña nativa a la que adoptó cuando la tribu a la que pertenecía fue destruida por una tormenta. Jia, que es sorda, ha establecido un vínculo con Kong, con quién se comunica a través del lenguaje de los signos. Esto será utilizado por el Doctor Nathan Lind (Alexander Skarsgård), un ex-geólogo de Monarch caído en desgracia por sus teorías sobre la Tierra Hueca. Lind ha sido contactado por Apex para realizar un viaje a la Tierra Hueca con unos nuevos vehículos especiales, pero necesitan a Kong para que les abra camino. Esto supone un riesgo ya que, al sacarlo de la cúpula, se exponen a ser atacados por Godzilla.



Antes de ponerme con la película, pongámonos en antecedentes.

Esta película forma parte del conocido como MonsterVerse, creado por Legendary Pictures con el apoyo de Warner Bros., y que forman las películas Godzilla (Gareth Edwards, 2014), Kong: Skull Island (Jordan Vogt-Roberts, 2017), Godzilla: Rey de los Monstruos (Michael Dougherty, 2019) y el film que nos ocupa donde, finalmente, Godzilla y Kong se ven las caras.

El director elegido para esta película es Adam Wingard que, al igual que Michael Dougherty, también proviene del cine de terror.

La elección de este director no fu algo casual. En 2013, dos años antes de que esta película fuese anunciada como proyecto, Wingard fue contactado por Peter Jackson para dirigir una secuela de King Kong (2005) que llevaría por título The Skull Island. No se sabe muy bien que pasó con este proyecto, pero es más que seguro que, cuando Universal Pictures quedó fuera del MonsterVerse, Warner se hiciera con él y lo reconvirtiera en la Kong: Skull Island que todos conocemos.

De hecho, su director, Jordan Vogt-Roberts, declaró no hace mucho que, al principio de la película, ambientado en la II Guerra Mundial, tenía pensado incluir la aparición de un Kong similar al de la película de Jackson que se metía en el fuego cruzado de dos ejércitos, estadounidense y japonés, que se enfrentaban en las playas de Skull Island y terminaba siendo acribillado. Luego, aparecería el Kong de la película, mucho más grande y más difícil de abatir. El director decidió eliminar esa escena al considerarla una falta de respeto hacia la película de Jackson.

Volviendo a esta película, se decidió repescar a Wingard para dirigirla y la producción avanzó sin problemas; al menos, aparentemente. Su estreno debía haber sido en mayo de 2020, pero la llegada de la pandemia hizo que se retrasara. Primero hasta noviembre de ese año y, después, a la fecha de estreno actual: el 31 de mayo en EEUU.

Esto ha hecho que la película se estrene de forma simultánea en EEUU y los países donde está operativo HBO Max debido a la decisión de Warner de estrenar todas sus películas de 2021 en cines y en streaming a la vez. Un decisión de lo más polémica que causó el cabreo de Legendary, que hasta amenazó con llevar a Warner a los tribunales.

Supongo que el cabreo de Warner se habrá apaciguado un poco en vista de los buenos resultados que está haciendo la película. En EEUU lleva recaudados 48 millones de dólares y 237 millones en el resto del mundo, haciendo un total de 285 millones de dólares.

No son cifras muy altas para una película cuyo presupuesto se estima que ronda los 200 millones de dólares, pero si lo son con la situación actual, con muchos cines todavía cerrados en el mundo a causa de la pandemia. Y es que, al igual que hizo TENET (Christopher Nolan, 2020) el año pasado, esta película nos vuelve a demostrar que, pese a la situación actual, la gente aún continúa yendo a los cines, pese a que muchos "iluminados" van diciendo por ahí que la gente ya no volverá a los cines, ni aunque se pase la pandemia, por miedo. Con estos resultados que está haciendo la película en todo el mundo, esa gente lo único que está haciendo ahora es quedar en ridículo.



Además, a parte de los resultados económicos, la película está teniendo unas críticas muy buenas y la respuesta de público es bastante positiva.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Pues bien, la película me ha gustado mucho; más de lo que esperaba, debo añadir. He disfrutado mucho viéndola y, además, me ha dejado con ganas de verla más veces.

Eso si, las cosas claras. No estamos ante ninguna maravilla, ni ninguna obra maestra. Al igual que las anteriores películas, el guión no es su mayor fuerte. Aunque, eso si, sin ser ninguna maravilla y contener algunas cosas estúpidas -como lo de derramar alcohol sobre la computadora para desconectar el satélite -, el guión es bastante eficiente y cumple su función; además de hacerme tener más confianza en Eric Pearson como guionista de Black Widow.

Al menos que haya un gran director detrás, como Guillermo del Toro, con estas películas no hay que ponerse muy exigentes en lo que a guión se refiere.

Esta es una película para disfrutar las casi dos horas que dura y para ver a dos monstruos icónicos dándose de hostias, que de eso estamos muy bien servidos aquí, pese a que solo hay dos enfrentamientos entre los dos titanes, el del mar y el de Hong Kong. Pero, ambos enfrentamientos son la hostia en patinete, con unas peleas que llegan hasta a hacerte botar en la butaca en varias ocasiones.

Aunque, tal y como me esperaba, y ya aventuré en varias ocasiones, al final ambos monstruos deben dejar a un lado sus diferencias para enfrentarse con el verdadero enemigo, que no es otro que MechaGodzilla. Un MechaGodzilla que me ha encantado, tanto el diseño como lo brutal que es, haciendo que a los dos titanes protagonistas les sea imposible derrotarlo por si solo.

Y que no me venga ningún listo del #TeamKong diciéndome que al final es King Kong quién lo mata porque, si Godzilla no hubiera recargado su hacha, también hubiéramos visto al simio por los suelos.

Yo en todo esto del #TeamKong y el #TeamGodzilla no he elegido ningún bando porque a mi ambos monstruos me encantan y me resulta difícil elegir a uno de ellos. Además, en esta película ambos lucen geniales, al igual que en las películas anteriores.

En cuanto al director, Adam Wingard, debo decir que me ha sorprendido para bien. Yo tenía mis dudas con este director, no lo voy a negar, ya que en su filmografía tiene películas curiosas, como Tú éres el Siguiente (2011), pero también bodrios infumables, como Blair Witch (2016) y Death Note (2017). Así que no se podía intuir por donde iba a salir.



Afortunadamente, el tipo ha cumplido con esta película; y con creces. Puede que su dirección diste de ser brillante, pero ha sido de lo más eficiente, logrando mantener el ritmo en todo momento y, sobre todo, ofreciéndonos un buen espectáculo con las peleas entre Godzilla y King Kong que, como ya he dicho antes, son espectaculares y de lo más brutales.

En cuanto al reparto, solo decir que los actores hacen un buen trabajo a la altura de sus personajes. 

Millie Bobby Brown vuelve a estar fantástica, como ya lo estuvo en Godzilla: Rey de los Monstruos; aunque, aquí tiene más papel.

Kyle Chandler está igual de soso que en la anterior película. Aunque, aquí han estado más acertados reduciendo mucho sus apariciones y así ha lastrado menos el film.

Alexander Skarsgård y Rebecca Hall también han estado muy bien en sus respectivos personajes. Aunque, eso si, espero que no haya un romance entre sus personajes, como se intuye al final, porque ambos no tienen química para eso.

Brian Tyree Henry ha estado fantástico en su papel de destapador de conspiraciones. De hecho, su interpretación ha sido de las mejores de todo el reparto.

Julian Dennison también hace un buen trabajo; aunque, su personaje de nerd pagafantas como que sobra bastante, porque lo único que aporta a la película es la furgoneta y la tontería de echar alcohol sobre la computadora que he mencionado antes. 

Demián Bichir está genial como el villano principal humano de la película, un megalómano al que no le gusta que los humanos ya no sean la especie dominante. Esto es algo que debería haber sido más desarrollado, pero tampoco les ha quedado mal del todo.

Shun Oguri está muy bien dando vida a Ren Serizawa, el hijo de Ishiro Serizawa (Ken Watanabe), que también forma parte de grupo de los villanos, ya que sus ideas sobre Godzilla son muy diferentes a la de su padre. Esto es otro arco que debían haber desarrollado más.

En cuanto a Eiza Gozález, pues otra vez que nos la desaprovechan. Esta vez, en un papel que es, prácticamente, el mismo que tenía Charlize Theron en Prometheus (Ridley Scott, 2012); al menos, ella no tiene una muerte tan estúpida.

Eiza Gozález hubiera sido perfecta para interpretar a la nativa que sirviera de enlace entre Kong y los humanos. Porque, sinceramente, que hayan utilizado a una niña en lugar de a una chica guapa como enlace con el gran simio obedece claramente a toda esta ola de lo políticamente correcto que no hace más que imponerse cada vez más.

Esta sería una de las cosas que no me han gustado de la película, porque  vamos ahora con ellas.

Ya he mencionado antes que me ha gustado mucho MechaGodzilla pero, sinceramente, aunque la pelea final contra él ha sido de lo más brutal, se me ha hecho muy corta y hubiera preferido que hubiera sido más densa. Además, tampoco explican mucho como al final se les escapa de control a los humanos.

Y otra cosa que no explican muy bien es como terminó la cabeza de King Ghidorah en manos de Apex; porque dudo mucho que un eco-terrorista como Alan Jonah (Charles Dance) haga tratos con una empresa como esa.



Son más las cosas que no me han gustado de esta película, pero tampoco me impiden que haya disfrutado de este film, cuyo éxito podría reavivar el MonsterVerse. Ya se habla de una posible nueva película de Kong; donde espero que explore más la Tierra Hueca, algo que puede dar mucho juego. En cambio, con Godzilla lo tendrían más difícil, ya que los derechos expiran con esta película y los japoneses los quieren de vuelta.

Me gustaría que continuara el MonsterVerse pero, si termina con esta película, al menos tendrá un buen final, con Godzilla y King Kong sellando una tregua y quedando el primero como rey en la superficie y el segundo como rey en la Tierra Hueca.

Vamos resumiendo ya.

Godzilla vs. Kong es una buena película, disfrutable de principio a fin y que hace las delicias de quienes hemos disfrutado desde nuestra infancia con las kaiju eiga, las películas de King Kong y toda película protagonizada por monstruos gigantes.

No es la mejor del MonsterVerse, ese título aún lo tiene Godzilla: Rey de los Monstruos, pero esta película estaría muy cerca de ella y hasta le echaría un buen pulso.









24 de marzo de 2017

KONG: SKULL ISLAND (2017)






ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún que se abstenga de verla o, por el contrario, que lo haga bajo su total responsabilidad.


















King Kong está de regreso. Y, esta vez, lo hace para enfrentarse nada menos que a Godzilla.

Sin embargo, ese enfrentamiento no se producirá hasta 2020 y lo que ahora nos concierne es la primera película protagonizada por el famoso simio dentro de este universo cinematográfico que Legendary Pictures y Warner Bros. comenzaron con Godzilla (Gareth Edwards, 2014).

La historia tiene lugar en 1973, poco después de que EEUU se retire de la Guerra de Vietnam. Bill Randa (John Goodman), un alto cargo de Monarch, una ultrasecreta agencia gubernamental, convence al gobierno estadounidense para que organice una expedición a una misteriosa isla recién descubierta: Isla Calavera. La expedición parte rumbo a Isla Calavera formada por miembros de Monarch liderados por Randa, los Sky Devils, un escuadrón de élite del ejército americano recién llegado de Vietnam liderado el Teniente Coronel Preston Packard (Samuel L. Jackson), James Conrad (Tom Hiddleston), ex miembro de la fuerza aérea británica que ha sido contratado como rastreador, y Mason Weaver (Brie Larson), una reportera gráfica pacifista que no se cree la versión oficial y cree que hay otros motivos detrás de esa misión. Una vez en la isla, la expedición es atacada por un enorme simio que destroza los helicópteros y los supervivientes quedan atrapados en la isla. Sin embargo, pronto se darán cuenta de que el simio no es el mayor peligro de ese lugar.

En la Comic-Con de San Diego de 2014, Legendary Pictures sorprendió a los presentes anunciando la puesta en marcha de una nueva película de King Kong.

En un principio, se dijo que iba a ser una precuela del film de 1933 que adaptaba la novela Kong: King of Skull Island, la cual cuenta como el famoso simio llega a convertirse en rey de Isla Calavera. Esto se debió a que, en un principio, Legendary iba a producir la película junto a Universal Pictures –por aquella, época el estudio había roto su sociedad con Warner Bros. y había iniciado una nueva junto a la Universal –, la cual llevaba desde 2009 desarrollando junto a Spirit Pictures una adaptación de esa novela.

Sin embargo, la verdadera intención de Legendary era realizar una película ubidada dentro del universo del Godzilla de Gareth Edwards con vistas a enfrentar a ambos monstruos en el futuro. Esto se confirmaría en octubre de 2015, cuando se anunció oficialmente la película Godzilla vs Kong para 2020.

Legendary tenía pensado producir este universo con la Universal como distribuidores. Sin embargo, el estudio –que ese año vivía uno de sus mejores momentos con los éxitos de 50 Sombras de Grey, Fast & Furious 7 y Jurassic World –no estaba muy interesado y Legendary recurrió a sus antiguos socios, Warner Bros.; eso si, sin romper su sociedad con Universal.


Como ya ocurrió con Godzilla, varios guionistas participaron en el guión de este film sobre King Kong de los cuales unos cuantos acabarían acreditados. Jordan Vogt-Roberts, director cuya carrera se había desarrollado principalmente en Tv, aunque había dirigido la película The Kings of Summer (2013), fue el elegido para dirigir la película.

Así llegamos a la película que nos ocupa, la cual ya está en los cines y, de momento, las cosas le están yendo bien en taquilla; aunque, tampoco es que esté haciendo cifras astronómicas.

Con un presupuesto de 185 millones de dólares, la película lleva 111 millones de dólares recaudados en EEUU y 151 millones recaudados en el resto del mundo, haciendo un total de 262 millones de dólares. No creo que la película vaya a ser un fracaso, pero tampoco me espero un taquillazo.

Yo achaco estos flojos resultados a que le ha perjudicado al film el haberse estrenado en un mes tan competivo emparedada entre dos pesos pesados como Logan y La Bella y la Bestia. Creo que si la película se hubiera estrenado en un mes con pocos estrenos importantes le hubiera ido mucho mejor.

Por lo demás, la opinión del público y la crítica es bastante positiva.

¿Y que opino yo? Pues a eso vamos.

Antes de comenzar quiero dejar claro que yo siempre he sido muy fan de King Kong.

La película de 1933, dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, para mi es una obra maestra y un clásico imprescindible. No sé que decir más de ella que no se haya dicho ya.

La versión de 1976, dirigida por John Guillermin, está lejos de ser una obra maestra como su predecesora, pero me parece un buen film, muy disfrutable y, encima, el tono erótico que le da Jessica Lange le hace ganar muchos puntos. Otro cantar es su secuela, King Kong 2 (1986), también dirigida por Guillermin, que me parece una soberana puta mierda pese a tener a Linda Hamilton en su reparto.

Luego tenemos la versión de 2005 dirigida por Peter Jackson que a mi, particularmente, me encanta. Es cierto que le sobra metraje en la parte inicial y que deberían haber explorado más Isla Calavera pero, por lo general, me pareció un film estupendo y un remake mucho más digno que la película de 1976.

Y en cuanto a esta Kong: Skull Island, pues la verdad que me ha gustado mucho.

No estamos ante una gran obra maestra ni ante nada del otro mundo, todo hay que decirlo. Pero he salido de verla con una gran satisfacción; como que he visto la película que he ido a ver, la película que me esperaba.

Es una película que da lo que promete, ni más ni menos. Y es en eso en lo que radica su virtud. Porque es una película sin pretensiones cuyo principal objetivo es entretener y hacer pasar un rato de lo más agradable.

No hay duda que se ha hecho teniendo en cuenta Godzilla, de Gareth Edwards, tomando nota de los errores de aquel film.

A mí Godzilla me gustó mucho, aunque reconozco que tiene muchos errores. El principal de ellos es centrarse mucho en la parte de los humanos y dejar mucho de lado a los monstruos, que son el eje central de este tipo de películas.

Aquí eso no ocurre. Aquí los monstruos están completamente a la orden del día y, encima, tenemos monstruos para dar y tomar.

Para empezar, la película va directamente al grano. Toda la parte inicial de la presentación de personajes y como el personaje de John Goodman va juntando al equipo nos la resumen muy bien para introducirnos lo antes posible en Isla Calavera y nos sumergen en una auténtica orgía de monstruos y acción que deja muy buen sabor de boca.


Luego tenemos que este no es un nuevo remake, así que no volvemos a tener otra vez la misma historia de llevarse al simio a la ciudad ni nada de eso. Aquí casi toda la película tiene lugar en Isla Calavera y eso les permite explorar más este lugar y, sobre todo, les permite abordar más la parte de la mitología de Kong como rey y dios de ese lugar.

Tampoco tenemos la clásica historia romántica de bella y bestia, aunque no se olvidan del todo de ella y nos muestran cierto acercamiento entre el gorila y la chica. Una muestra de que no se olvidan del todo de los elementos clásicos de las películas de Kong; ahí tenemos también los indígenas adoradores del gorila, el muro y hasta hay una referencia a Kong encadenado.

La película está muy bien dirigida. Jordan Vogt-Roberts no hace un trabajo del todo brillante, pero dirige muy bien y sabe muy bien lo que hacer con el material que tiene entre manos. Las escenas de acción son de lo más espectaculares y están muy bien filmadas; el tipo sabe mover bien la cámara y manejar a los actores. Aunque, lo mejor, es lo bien que ha sabido reflejar la época setentera en la que se desarrolla la película con una ambientación muy lograda, ayudada por una estupenda fotografía y, sobre todo, una acertada banda sonora llena de temas musicales de la época.

Otra cosa que cabe destacar de este director son lo muchos guiños y homenajes que hace a lo largo de la película. El más sonado es el de Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979), del que hasta llegaron a hacer un póster y todo. Pero, la cosa no se queda ahí, ni mucho menos.

Los guiños y homenajes son muchos y fácilmente reconocibles. El prólogo de la película, ambientado en la II Guerra Mundial, es un claro homenaje a Infierno en el Pacífico (John Boorman, 1968). La lancha construida con restos de aviones hace clara referencia a El Último Vuelo del Arca de Noé (Charles Jarrott, 1980). Cuando el personaje de Shea Whigham decide no huir y enfrentarse al monstruo cara a cara no me digáis que no se os vino a la cabeza Depredador (John McTiernan, 1987). Y no digamos ya lo del personaje de Samuel L. Jackson y su enfermiza obsesión por matar a Kong, como si del Capitán Ahab de Moby Dick (John Huston, 1956) se tratase. Es que ni Old Boy (Park Chan-wook, 2003) se libra –si, hablo de cuando Kong se come el pulpo –.

Y estos son solo unos cuantos de muchos ejemplos.

Sobre este nuevo King Kong. Pues es IMPRESIONANTE. Para empezar, está muy bien hecho técnicamente. Luego vemos que no mentían cuando nos dijeron que sería el Kong más grande visto hasta ahora, porque el bicho es enorme; encima, dicen que aún está creciendo, puede que para estar lo suficientemente grande para su enfrentamiento con Godzilla.

Además de grande, también es una mala bestia de cuidado. Las peleas que tiene con los otros monstruos son brutales e impresionantes y la escena del enfrentamiento contra los helicópteros, que tanto hemos visto en los tráilers, es sin duda uno de sus mejores momentos del film.

He oído decir por ahí a algunos que este Kong sale muy poco en la película, pero yo creo que sale lo que tiene que salir. Tiene su primera aparición en el prólogo de la película, luego tiene su gran aparición en la brutal escena de los helicópteros, después va saliendo de vez en cuando, teniendo también otras escenas de lucha muy bestiales, hasta llegar a la gran batalla final.

Los demás monstruos también están muy logrados. La gigantesca araña, cuyas patas se camuflan con el bambú y hasta empalan a personas, está también muy lograda y la escena que protagoniza es de lo más brutal. El pulpo gigante también es otro gran acierto. Los bufalos de agua gigantes, aunque no se lucen mucho, también están muy conseguidos. Lo mismo que el bicho palo gigante que, aunque solo sale una vez y a penas hace nada, está muy bien hecho.

Los que si que me han decepcionado un poco son esa especie de pterosaurios que se ven mucho a lo largo del film. Esos bichos están muy bien hechos, pero solo realizan un ataque durante toda la película; encima, esa escena la encontré muy ridícula y forzada, como si fuera una excusa para quitarse ese personaje de en medio.

Y, en cuanto a los Skullcrawler, los villanos principales del film –con permiso de Samuel L. Jackson –, pues estos están muy logrados también. Su diseño es bastante curioso. Son como una especie de lagartos de solo dos patas que, seguramente, estén inspirados en aquel bicho que aparecía brevemente en la película de 1933; ese que trataba de salir del precipicio y que Jack Driscoll hacía caer cortando la liana donde se sujetaba. Estos, en cambio, son más grandes y más letales que aquel. La escena que protagonizan en esa especie de cementerio donde están los esqueletos de los familiares de Kong es tan espectacular como aterradora y las peleas que tienen con Kong son de los más brutales.

Y que decir del más grande de todos, con el que Kong y los protagonistas humanos se las tienen que ver en la espectacular batalla final; un momento que llega a resultar épico.

En  cuanto a los actores.

El reparto está bastante bien. Muchas caras conocidas, pero ninguna superestrella y si buenos interpretes. Otra cosa son los personajes.


Tom Hiddleston hace un estupendo trabajo, no lo niego. Sin embargo, su presencia a lo largo de toda la película la he encontrado un tanto anodina. Se supone que es el gran protagonista de la historia pero, salvo algunos momentos, a penas se luce en todo el film.

Brie Larson, por el contrario, si tiene más momentos para lucirse, sobre todo al final. Además, tiene bastante química con Kong. Como ya he dicho antes, aquí no hay relación romántica, pero se ve que ella y el simio llegan a conectar y eso está muy bien reflejado en el film; especialmente, en la escena en que rescatan al búfalo atrapado por el helicóptero, uno de los mejores momentos de la película, sin duda.

La única pega que le pondría a ella es que, de vez en cuando, pone algunas caras bastante forzadas a lo largo de la película. Aunque eso no es culpa de ella, es una estupenda actriz, que es una estupenda actriz. Es más cosa del director, que si bien hace un buen trabajo, como ya he mencionado antes, en la dirección de actores es en donde más suele fallar.

Samuel L. Jackson también hace un gran trabajo y está muy bien en su papel. No obstante, su personaje no deja de ser el típio oficial al mando completamente zumbado, muy habitual en las películas de serie B.

John Goodman, pues lo mismo. El tipo hace un gran trabajo, pero su personaje es también otro cliché de las películas de serie B. Además, al comienzo de la película el personaje tiene mucha importancia pero, rápidamente, se va diluyendo a medida que avanza el film hasta el punto de que la escena de su muerte, pese a ser un momento impresionante, pasa sin pena ni gloria.

Por otro lado, quién si realmente me ha sorprendido ha sido el personaje de John C. Reilly. El actor hace un estupendo trabajo, algo que se esperaba. Sin embargo, en los tráilers, el personaje daba la sensación de que iba a ser cargante y una molestia a lo largo del film en la que se pasaría todo el tiempo buscando la risa fácil solo consiguiendo hacer que tengamos ganas de que algún monstruo se lo coma.

Sin embargo, tras verlo en la película debo decir que me ha sorprendido, resultando un personaje de lo más interesante que, encima, podría servir como nexo de unión entre las películas de este MonsterVerse; algo sí como Claire Temple (Rosario Dawson) en las series de Marvel y Netflix.

Y aquí vamos al asunto de las conexiones con Godzilla y el MonsterVerse, que aquí están bien introducidas.

La principal conexión, sin duda, es la corporación Monarch, de la que aquí sabemos más cosas –como que fue fundada por el presidente Harry S. Truman –. También se hace mención al primer encuentro con Godzilla en 1954. Además, al igual que la película de Gareth Edwards, los títulos de crédito iniciales se van sucediendo junto con imágenes de archivo de Monarch, que parece que será como una marca de presentación.

Aunque, la mejor conexión es, sin duda, la escena post-créditos. Porque la película tiene una escena justo al final de los créditos finales. Es algo de lo que avisaron, cosa de la que me alegro –todavía me acuerdo del año pasado cuando me quedé hasta el final de los créditos finales de Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia solo para salir del cine con cara de gilipollas –.


Aquí, la escena en cuestión es fascinante y, desde luego, hace las delicias de todo amante de Godzilla y las películas de monstruos.  Tiene lugar en una especie de sala de interrogatorio de Monarch donde están retenidos los personajes de Hiddleston y Larson, a quienes le muestran una serie de imágenes de pinturas rupestres que muestran a Godzilla, a Rodhan, a Mortha y a King Ghidorah, dejándonos claro que estos monstruos existen en este universo. La escena termina con una pintura que muestra a Godzilla y a King Ghidorah frente a frente y se funde a negro con el rugido de Godzilla de fondo, lo que podría ser una pista de lo que podríamos ver en Godzilla: King of the Monsters, la secuela del film de Gareth Edwards que llegará en 2019.

Bueno, vamos acabando ya.

En resumen, la película ha estado muy bien. No nos encontramos ante una maravilla del séptimo arte, pero no lo necesita. Es una película muy bien hecha que da lo que promete y no defrauda nada; salvo si vas a verla esperando ver otra cosa.

Una película que hace las delicias de todo amante de las películas de monstruos y el cine de aventuras y que te hace pasar un rato de lo más agradable; además de que te deja con ganas de querer verla más veces.




Desde luego, una película de lo más recomendable.