Mostrando entradas con la etiqueta 2001. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 2001. Mostrar todas las entradas

11 de junio de 2015

PARQUE JURÁSICO III (2001)




















Una tercera entrega de Parque Jurásico era algo inevitable.

Al igual que ocurrió con la segunda, hubo que esperar también otros cuatro años para ver esta entrega, donde teníamos cambio de director y, esta vez, no había novela de Michael Crichton en la que basarse; no obstante, recuperaban a Sam Neill como protagonista.

Ocho años después del incidente en el Parque Jurásico, Alan Grant (Neill) intenta continuar con la paleontología tradicional. Pero esto le es ya imposible, ya que todo el mundo quiere examinar a los dinosaurios de Isla Sorna, convertida en una zona restringida tras el incidente en San Diego. Grant, en cambio, no desea ni oír hablar de visitar una isla con dinosaurios. Pero, cuando su ayudante, Billy Brennan (Alessandro Nivola) le comunica que están a punto de perder los fondos para su excavación, decide aceptar la propuesta de Paul (William H. Macy) y Amanda Kirby (Téa Leoni), un matrimonio de millonarios amantes de la aventura que quieren tenerle de guía mientras sobrevuelan Isla Sorna.

Pero, una vez en la isla, Grant y Billy descubren que los planes del matrimonio y unos mercenarios que los acompañan son otro y, contra su voluntad, aterrizan en la isla. Pero, una vez allí, son atacados por un gigantesco dinosaurio carnívoro –más grande que el T-Rez –que destroza el avión, dejándolos atrapados en la isla; Grant identifica a ese dinosaurio como el Spinosaurus, el cual no aparecía en la lista de InGen. Paul y Amanda, entonces, confiesan que, en realidad, están allí para encontrar a su hijo, Eric (Trevor Morgan), el cual se perdió en la isla mientras trataba de observarla en un paracaídas junto al novio de Amanda; ya que, en realidad, ella y Paul están divorciados. Ahora, el grupo deberá encontrar al niño e intentar escapar de la isla con vida.

Como ya he dicho, esta tercera entrega llegó con varios cambios; el más significativo en la silla de dirección.

Joe Johnston, uno de los muchos cineastas surgidos de la cantera de La Guerra de las Galaxias –fue director artístico de efectos especiales de la primera trilogía –, autor de films tan intersantes como Rocketeer (1991), Jumanji (1995), Cielo de Octubre (1999) o la maravillosa Capitán América: El Primer Vengador (2011), es un gran fan de Parque Jurásico (1993) y, de hecho, se interesó en su día por dirigir la primera secuela, El Mundo Perdido: Jurassic Park (1997). Pero la cosa no pudo ser, ya que Spielberg terminó dirigiéndola; sin embargo, Spielberg le dijo que se acordaría de él si hacían una tercera entrega.

Y así fue. En cuanto la tercera entrega se puso en marcha en junio de 1998, Spielberg, que esta vez actuaría solo como productor ejecutivo, le llamó inmediatamente para dirigirla.

Esta vez no había novela de Michael Crichton para basarse –claro, que en El Mundo Perdido fue como si no la hubiera habido –, así que hubo que recurrir a historias inventadas. En un principio, la historia iba a ir sobre unos adolescentes que naufragan en la isla y deben tratar de escapar de allí con vida mientras sobreviven a los dinosaurios. Pero, ante el temor de que pudiera parecerse a un película de terror teen, se cambió la historia por una de rescate.


La producción de esta película no fue un camino de rosas. La producción no paraba de sufrir retrasos –su estreno estaba previsto para el verano de 2000, pero tuvo que retrasarse un año –. El guión no paraba de reescribirse y varios fueron los guionistas que pasaron por él; entre ellos, el cineasta Alexander Payne (Election, Entre Copas) y su colaborador habitual, Jim Taylor. Al final, hubo un momento en que, para evitar que el rodaje siguiera paralizándose, se llegó a escribir el guión sobre la marcha.

Afortunadamente, Johnston es un director habituado a las producciones problemáticas, y pudo sacar la película adelante y tenerla lista para su estreno en el verano de 2001.

El film fue un éxito. Con un presupuesto de 93 millones de dólares, solo en EEUU hizo 181 millones más los 187 millones que hizo en el resto del mundo, haciendo un total de 368 millones de dólares. Un éxito, si, pero muy inferior al de la segunda entrega y a años luz del de la primera. Así que aquí si empezó a verse ya más claramente una preocupante tendencia a la baja.

Sobre cómo fue recibida. La crítica la puso a parir; pero esto es algo que ya se esperaba. Aquí lo importante era la reacción del público; especialmente, los fans de la saga. Y aquí, aunque hubo gente que la defendió –y todavía la defiende –, la opinión generalizada es que este es el episodio más flojo de la saga.

Y yo, desde luego, soy de esa creencia.

Para mí, la película supuso un tremendo bajón en la saga, mucho mayor que el que supuso El Mundo Perdido.

Se culpó mucho a Joe Johnston de este desastre y, no voy a mentir, yo también me ensañé mucho con él. No obstante, con el tiempo, y más visionados de la película, me he dado cuenta de que, la verdad, este desastre no fue culpa suya y que, de hecho, su trabajo como director es de lo mejor de la película. Especialmente, en las escenas de acción, todas muy logradas y muy bien filmadas. Una de las mejores es, sin duda, la escena de los Pteranodos –otra escena de la novela de Parque Jurásico que no fue utilizada en ninguna de las películas anteriores –, el momento estrella de la película.

Para mí, Johnston hizo un buen trabajo e hizo lo que pudo en una producción que era el caos en persona. Para mí, Spielberg estuvo demasiado metido en la realización de A.I. Inteligencia Artificial (2001) y no supervisó la película tal y como debería. Así que la descoordinación fue total y tan solo la buena mano de Johnston pudo hacer que la cosa saliera adelante.

Donde mejor se ve esta coordinación es en los efectos especiales. Y esto sí que me da rabia.

En Parque Jurásico, uno de los empeños de Spielberg era que los dinosaurios animatrónicos a penas desentonaran con los realizados mediante CGI, cosa que consiguió. Sin embargo, aquí es otro cantar. Los dinosaruios animatrónicos, de nuevo obra del gran Stan Winston, son maravillosos y muy realistas. En cambio, los realizados por ordenador, no están mal hechos del todo, pero parecen más de dibujos animados y, sobre todo, desentonan una barbaridad con los animatrónics; en algunos casos, cuando saltaban de los animatronics al CGI, parecía que se veían dos dinosaurios diferentes.

Luego está el diseño de producción, el cual no está mal hecho, pero difiere mucho con el de El Mundo Perdido, no dando en ningún momento la sensación de que están en la misma isla. Lo justifican alegando que Isla Sorna es muy grande y que los acontecimientos de la segunda entrega se desarrollaban en la parte sur de la isla mientras los de esta se desarrollan en la parte norte. Pero, vamos, no creo que por muy grande que sea la isla InGen hiciera instalaciones diferentes.

En cuanto al diseño de los dinosaurios, este no está generalmente mal. Aunque hay algunas excepciones.

Como los Velociraptors. Porque yo esos Velociraptors con plumas en la cabeza no los tragué en su día y todavía hoy sigo sin tragarlos. Vale que recientes descubrimientos paleontológicos demuestran que los Velociraptors tenían plumas, pero, vamos, en esta saga el rigor científico no se ha aplicado precisamente a estos animales como para ponerse tiquismiquis con la ciencia. Lo que necesitamos son Velociraptors agresivos, que acojones solo con verlos –como los de la primera –, pero estos Velociraptors con sus plumas dan más risa que miedo.


Pero, bueno, esto no es nada comparado con la cagada más monumental de la película. Algo que cada vez que lo veo es como si me echaran sal en las heridas, a la vez que me dan ganas de vomitar; y también de darle una somanta de hostias al responsable.

Hablo de Ceratosaurus, el cual aparece en una escena; concretamente, esa en la que los protagonistas buscan el teléfono vía satélite entre la mierda del Spinosaurus; en esos momentos aparece un Ceratosaurus que parece que los va a atacar pero, cuando huele la mierda y comprueba que es la del Spinosaurus, se larga.

El que diseñó ese Ceratosaurus se cubrió de gloria. Porque, si os fijáis bien, no es, exactamente, un Ceratosaurus. Porque el diseño es el de un Tyranosaurus. El que diseñó ese bicho cogió el diseño de un T-Rex, le pintó la cabeza de rojo cual pavo, le añadió un cuerno y unas cuantas púas y, ale, si cuela, cuela. Para mí, que el que hizo esa mierda de diseño era un puñetero vago que nos tomó a los espectadores como gilipollas.

No obstante, aquí el mayor problema es el guión. Un guión que, como ya he dicho, sufrió muchas reescrituras y hasta llegó a ser escrito durante la marcha en pleno rodaje.

Para empezar, la historia es poco atrayente. Luego los personajes, con excepción de los recuperados de la primera –que aquí solo son Alan Grant y Ellie Sattler; este última, solo en una pequeña aparición –, que aquí en su mayoría son bastante planos y demasiado estereotipados, sin llegar a despertar ningún interés.

Luego hay algunas paridas de campeonato. La que se lleva la palma es lo del niño. Porque el que dicho niño lograra sobrevivir en la isla solo, vale. Pero es que no solo sobrevive, sino que se convierte en Rambo; espantando a los Velociraptors con botes de humo y robándole la orina al T-Rex. Joder, se queda un mes más en la isla y lo encuentran en plan Frank de la Jungla con dinosaurios.

Lo de que los Velociraptors dejan ir a los protagonistas por devolverles los huevos, mejor no hablo.

Sin embargo, de lo que si voy a hablar es del mayor error que, para mí, se pudo cometer en esta película. Hablo, claramente, de la muerte del T-Rex a manos del Spinosaurus.

Vale. El Spinosaurus es la gran novedad de la película y el animal mola bastante, no lo voy a negar. Pero el T-Rex es la gran estrella de la saga; es a esta saga, prácticamente, lo que Darth Vader a Star Wars. Spielberg supo verlo en la primera entrega, de ahí que ideara ese maravilloso final y así poder hacer su última gran aparición. Aquí, en cambio no pasa nada de eso. Aquí el T-Rex solo tiene una pequeña aparición –si no contamos lo del Ceratosaurus –solo para morir a manos del Spinosaurus, un animal más grande, pero que, cientificamene hablando, no poseía unas mandíbulas lo suficientemente fuertes como para romper el cuello de un T-Rex, ya que eran, principalmente, piscívoros y sus mandíbulas le servían más para pescar.

Pero, vamos, no me voy a poner ahora yo tiquismiquis con lo del rigor científico. Solo decir que, una cosa es quitarle protagonismo al T-Rex y otra es despojarlo completamente la dignidad. Esperemos que Colin Trevorrow arregle esto en la nueva entrega.


En la escena del principio, cuando el niño y el novio de la madre van en el paracaídas, la lancha a la que van enganchados pasa por una niebla y, al salir de ella, algo misterioso la ha atacado, ya que han desaparecido los ocupantes y la lancha está destrozada. Nunca en la película llegamos a descubrir que misterioso animal está detrás de este ataque.

Sin embargo, a mi esto me lleva a especular con algo de El Mundo Perdido. Como ya dije cuando analicé esa película, la parte en la que el T-Rex llega a San Diego es bastante rara. Es muy difícil de creer que el Rex se escapara, matara a todo el mundo y después volviera a la bodega, donde alguien moribundo lo volvió a encerrar. Pero, ¿fue realmente el T-Rex quién mató a la tripulación en la sala de mando? Porque apenas hay destrozos como los que haría un animal de ese tamaño.

Desde hace tiempo me viene asaltando la duda de que si  lo que en realidad mató a la tripulación del barco en la segunda es la misma cosa, o las mismas cosas, que atacaron la lancha en la tercera. De ser así, esto significaría que hay algo extraño en las aguas que rodean la isla; algo que puede vivir en el agua, pero también puede salir de ella.

Sin embargo, creo que este misterio no se aclarará nunca, ya que no parece que vayan a seguir con él en Jurassic World y puede que tampoco en ninguna de las demás entregas. Así que la cosa se queda en un misterio sin resolver que nos dará que pensar.

Yo creo que esto, el buen trabajo de Joe Johnston y la recuperación de Alan Grant de protagonista, hacen que la película reciba el aprobado. Eso sí, un aprobado con un cinco raspado.

Porque, desde luego, esta película es muy floja y supone un tremendo bajón en la saga. Menos mal que mañana se estrena la cuarta entrega y así la saga no se cierra con este film.

















25 de marzo de 2012

EL PLANETA DE LOS SIMIOS (2001)






Diez años antes de que la franquicia simiesca fuera resucitada, y reiniciada, con la estupenda El Origen del Planeta de los Simios (Rupert Wyatt, 2011), Tim Burton lo intentó con un remake que, aunque logró un gran éxito de taquilla, se ha convertido en una mancha en su curriculum.

La película comienza en el año 2029. Leo Davidson (Mark Wahlberg) trabaja en una estación espacial entrenando simios para que estos piloten naves espaciales. Cuando uno de los simios, el chimpancé Pericles, se pierde en una tormenta eléctrica, Leo desobedece las órdenes y coge una nave para rescatarle, pero termina por atravesar la tormenta él también y acaba viajando en el tiempo, al año 3008, estrellándose en un planeta dominado por simios parlantes que tratan a los humanos como esclavos.

Él es capturado y esclavizado por estos simios, pero no tarda en escapar junto con otros humanos; entre ellos, la bella Daena (Estella Warrer). Ari (Helena Bonham Carter), una chimpancé idealista que lucha por la liberación de los humanos, les ayuda en la huida. Perseguidos por el sádico general Thade (Tim Roth), y el lugarteniente de este, el gorila Attar (Michael Clarke Duncan), Leo, Daena, Ari y los demás tratarán de llegar hasta las ruinas de CALIMA, un lugar sagrado, y prohibido también, para los simios, donde se dice que fue el origen de su civilización. Una vez allí, Leo tendrá una terrible revelación.

El proyecto de un remake de la magistral El Planeta de los Simios (Franklin J. Schaffner, 1968) era un proyecto que venía desde el año 1988 y pasó por las manos de multitud de directores (James Cameron, Oliver Stone, Sam Raimi, Peter Jackson...) y actores (Arnold Schwarzenegger, Tom Cruise, Charlie Sheen...) hasta que vio la luz con Tim Burton como director y Mark Wahlberg de protagonista.

Como ya he dicho, la película fue un gran éxito de taquilla. Con un presupuesto de 100 millones de dólares, la película recaudó 180 millones solo en EEUU y 182 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de 362 millones de dólares.

Sin embargo, a pesar de su éxito financiero, la película recibió un aluvión de malas críticas, tanto de los críticos, como de la mayor parte del público y, sobre todo, los fans de la película original. Incluso la mayoría de los fans de Tim Burton la desprecian; de hecho, hasta el propio Burton reniega de ella.

La película fue tan machacada que, a pesar de su gran éxito financiero, la Fox no se atrevió a seguir adelante a la secuela que tenían preparada. Secuela que Burton se negó a dirigir, alegando que prefería estar muerto antes que volver a dirigir una película de simios, lo cual hizo que tampoco los actores quisieran repetir si no estaba Burton al frente.

¿Es tan mala esta película?

Como ya sabéis, yo no me dejo llevar por la opinión general que se tienen de las películas y analizo las películas según mi mas humilde opinión, sin tener en cuenta las demás; bueno, si las tengo en cuenta, pero no me dejo influenciar por ellas.

Según mi opinión, esta película es bastante mediocre, aunque no me parece mala del todo y creo que se la machacó en exceso.

El caso es que yo vi esta película en su día y tenía mucha fe en ella. La dirigía Tim Burton y los trailers e imágenes que había visto pintaban muy bien. Llegué a creer que hasta podría superar la película original. Todas mis expectativas se vinieron abajo cuando la vi, saliendo del cine con una gran frialdad, como de que había visto una película que no es mala, pero que no cumple las expectativas y resulta bastante mejorable.

Técnica y visualmente, la película es genial. Los efectos especiales son muy buenos y el diseño de producción está muy logrado. Aunque, lo que mas destaca es el maquillaje del gran Rick Baker, que crea unos simios espectaculares y de lo mas reales, llegando a hacerte creer que son simios auténticos. Si no hubiera tenido que competir con la primera entrega de El Señor de los Anillos, la película hubiera ganado sin duda el oscar al mejor maquillaje; categoría que el propio Baker inventó con la magnífica Un Hombre Lobo Americano en Londres (1981).

A nivel interpretativo, la película no está mal; aunque tampoco bien del todo. Los actores lo hacen generalmente bien, pero sus interpretaciones son frías y, en algunos casos –como el de Tim Roth –, están algo pasadas de rosca. Aunque esto no es culpa de los actores, sino de una dirección de actores bastande deficiente.

La película está bien dirigida, pero Burton está bastante ausente. De hecho, no parece que estés en una película suya hasta bien entrado el metraje y, aún así, tampoco se le nota mucho.

Lo peor de la película, sin duda, es el guión. La trama resulta de lo mas simplona y se queda a medias en todo. El ritmo no para de decaer y, en su parte central, la película se hace bastante aburrida. Sus diálogos son de los mas artificiales y, además, meten de por medio escenas cómicas que terminan siendo ridículas; como lo del mono con el acordeón que tiene un niño humano para recoger las monedas que le dan los transeuntes o la partida de cartas donde uno de los simios hace trampa con cartas escondidas en las mangas... de los píes.

Aunque, lo que mas me llama la atención es que aquí intentan ser algo mas fieles a la novela de Pierre Boulle en la que se basan este film y la película de 1968. Por ejemplo, aquí el protagonista llega a otro planeta y no a la Tierra y proviene del futuro y no del siglo XX. Además, al final el protagonista logra abandonar el planeta –aunque aquí no se lleva con él a la chica, la bellísima Estella Warrer; algo imperdonable –y llegar a la Tierra para encontrársela también gobernada por simios. Aunque este final es mas desquiciante, ya que en él aparece una estatua del general Thade en lugar del monumento a Abraham Lincoln en Whasington (DC) –¿como narices llegó allí? –.

Lo que me llama la atención es el por qué, esta vez, no fueron mas fieles y crearon el mundo de los simios como lo refleja la novela, donde los simios son totalmente civilizados, habitan grandes ciudades y visten con ropas como las nuestras. En la original no pudieron hacerlo por falta de medios, pero aquí si podrían haberlo hecho. En lugar de ello, se limitan a parecerse mas a la película original, a la que le hacen varios guiños, como los cameos de Charlton Heston –que aquí interpreta al padre de Thade –o Linda Harrison o el parecido que tienen las ruinas de CALIMA con la Estatua de la Libertad medio enterrada.

Ese es el gran problema de la película, podrían habernos ofrecido una versión mas fiel a la gran novela de Boulle, pero se limitaron a intentar repetir la película original; un completo error.

Resumiendo.

Como ya he dicho, la película no es mala del todo. Se deja ver y, aunque resulte aburrida en su parte central, el comienzo y el final –con esa espectacular batalla entre humanos y simios –resultan mas entretenidos.

Pero, vamos, es un film muy menor que ni de lejos llega a la maestría de la gran película de 1968, de la novela de Boulle, ni de la posterior El Origen del Planeta de los Simios, la cual le da mil vueltas.


Una película muy decepcionante, aunque no sea el gran bodrio que dicen que es.