26 de agosto de 2015

CUATRO FANTÁSTICOS (2015)





















Este fin de semana llegó a los cines españoles una de las películas que más ha dado que hablar; y no, precisamente, para bien.

La Fox quiere subirse al carro de la moda de los universos compartidos iniciada por Los Vengadores. Para ello, pretende unir las dos franquicias Marvel que poseen: X-Men y Los 4 Fantásticos.

Los X-Men le están funcionando bastante bien, pero Los 4 Fantásticos es otro cantar. La versión que hicieron hace diez años tuvo éxito, pero no gustó mucho a los fans. Luego, dos años después, hicieron una secuela que fue una monumental cagada en la que el público no volvió a picar y eso dejó a la franquicia moribunda. Es por ello que se decidieron a realizar un reboot de la franquicia y así tener unas Cuatro Fantásticos nuevos que poder juntar sus caminos con los mutantes.

Sin embargo, las cosas no han salido, ni de lejos, como esperaban.

Desde su infancia, los amigos Reed Richards (Miles Teller) y Ben Grimm (Jamie Bell) han trabajado en un sistema de teletransportación. Sin embargo, nadie les toma en serio hasta que se topan con el Doctor Franklin Storm (Reg E. Cathey), director de la Fundación Baxter, una organización respaldada por el gobierno para jóvenes científicos. Storm contrata a Reed para trabajar junto a sus hijos, Sue (Kate Mara) y Johnny (Michael B. Jordan) en la Puerta Cuántica, la cual fue diseñada por Victor Von Doom (Toby Kebbell), científico brillante, pero de mentalidad antisistema que acepta volver a proyecto después de ser expulsado solo por sus sentimientos no correspondidos por Sue.

Finalmente, los trabajo de los cuatro son un éxito y la Puerta Cuántica les permite viajar hasta otra dimensión, la cual denominan Planeta Cero. Ellos quieren ser los primeros humanos en viajar a ese lugar, pero el Doctor Allen (Tim Blake Nelson), supervisor del proyecto para el gobierno, quiere que lo hagan astronautas de la NASA. Reed, Johnny y Doom no están dispuestos a dejar que la gloria se la lleven otros y, entonces, Reed les propone un viaje a ese lugar a espaldas de todo el mundo y, además, decide invitar a Ben para que comparta la experiencia. Sin embargo, una vez allí las cosas rápidamente se tuercen a causa de la inestabilidad del lugar. Doom aparentemente muere, mientras Reed, Ben y Johnny logran llegar hasta la puerta. Sin embargo, esta no funciona y son bombardeados por diferentes elementos. Finalmente, logran regresar con ayuda de Sue, pero esta también se ve expuesta a las extrañas radiaciones de la otra dimensión. Los cuatro logran sobrevivir, pero desarrollan extrañas habilidades.


Este reboot, se suponía, que debía haber arreglado el estropicio que supuso Los 4 Fantásticos y Silver Sufer (Tim Story, 2007), secuela de Los 4 Fantásticos (2005), también de Tim Story, primera versión cinematográfica estrenada en cines –la versión de 1994 no llegó a estrenarse –de estos populares personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby en 1961. Normalmente, los reboots están para eso: arreglar franquicias estropeadas.

Esta película se puso en marcha como proyecto en 2009 y, aunque estuvo unos años atascado, se puso finalmente en marcha con la elección en 2012 de Josh Trank como director. Trank acababa de estrenar Chronicle (2012), una película que no paraba de recibir elogios allá donde iba, lo que le dio bastante prestigio. Todos veían por entonces a Trank como un nuevo talento del cine y se pensó que, con él al frente, la primera familia de Marvel tendría por fin su adaptación soñada.

Pero, nada más lejos de la realidad.

Primero fue el anuncio de reparto oficial, con actores considerados demasiado jóvenes para sus respectivos papeles y un afroamericano como Antorcha Humana que despertaron las iras de los fans. Luego vinieron varios meses de noticias, rumores y filtraciones que no predecían nada bueno hasta que salió el primer tráiler y las primeras imágenes. Pero, aunque esto aplacó a una parte de los fans, la película continuó recibiendo palos hasta que, finalmente, se estrenó y, entonces las hostias comenzaron a lloverle de todos sitios.

La película está siendo pulverizada por público y crítica, los fans salen de ella echando más pestes de las que ya echaban los meses anteriores al estreno y en taquilla se ha dado una monumental hostia. Solo 50 millones de dólares recaudados en EEUU y, aunque haya recuperado los 120 millones de su presupuesto en la taquilla internacional, no parece que vaya a cubrir los demás costes, como los de publicidad, con los 130 millones que lleva recaudados. Según escuché, la película necesitaría recaudar 300 millones de dólares para ser rentable; cifra a la que no va a llegar ni de coña.

Muchos fans veían en esto una buena oportunidad para que la Fox le devolviera a Marvel los derechos –como ya hizo con Daredevil –o, al menos, que llegaran a un acuerdo con Marvel Studios como el que hizo Sony con Spiderman. Desgraciadamente, Fox no está tan necesitada como Sony, ya que, a diferencia del otro estudio, ellos poseen también la franquicia de X-Men y está les está funcionando y sirviéndoles de colchón.

Así que, piensan seguir adelante con la secuela, programada para 2017. Eso sí, con un nuevo director –se habla de Matthew Vaughn –, ya que consideran a Trank como único responsable de este desastre. El director, al principio, trató de cargar las culpas al estudio con un tweet –que luego borró –donde afirmaba que la película que él pensaba hacer era muy diferente y que el resultado final fue responsabilidad del estudio.


El tipo quería quedar como una víctima, como Edgar Wright con Marvel. Sin embargo, informaciones posteriores daban a entender que fue Trank el principal responsable. Por lo visto, el tipo es un egocéntrico y fue muy, pero que muy, difícil trabajar con él durante la problemática producción de este film. Cabe recordar que el tipo había sido contratado para dirigir uno de los spin-offs de Star Wars pero, hace unos meses, abandonó –o le echaron –de ese proyecto por las mismas razones.

Aún así, la Fox también tiene su responsabilidad a haber permitido a ese director hacer lo que ha hecho.

De todas maneras, tenga quién tenga la culpa, esta película es un desastre se mire por donde se mire y un tercer intento fallido de llevar al cine a estos personajes; que ya están teniendo fama de inadaptables.

¿Y qué opino yo de ella?

Pues bien. Yo era de las personas que esperaba esta película con mucha desconfianza. Cada cosa que salía de ella me echaba para atrás y todo parecía indicarme que estaba ante un desastre mayúsculo.

Aún así, soy alguien de mente abierta y me dispuse a darle a esta película una oportunidad y, si contra todo pronóstico hubiera terminado gustándome, me habría comido mis palabras y lo hubiera dicho a las claras.

Los hay que se dedican a machacar películas antes de verlas y, cuando las ven y les gusta, lo ocultan y siguen machándolas para guardar las apariencias. Yo, desde luego, estoy a las antípodas de eso. Porque, cuando se trata de opinar sobre cine, soy una persona totalmente sincera y nunca digo que una película no me ha gustado si lo ha hecho; y viceversa.

Además, mis opiniones son mías, se basan completamente en mi criterio y nunca me dejo influenciar por las opiniones generalizadas. Si una película me gusta y está siendo machacada por todo el mundo, nunca diré que no me gusta solo por quedar bien con los demás. Y lo mismo digo si una película que todo el mundo adora a mi no me ha gustado, jamás diré que me gusta solo por quedar bien con todo el mundo. Esto es algo que quiero dejar siempre claro.

Sin embargo, hay casos en los que mi opinión coincide con la de casi todo el mundo y este es uno de esos casos.

Porque la película es una…



…PUTA MIERDA.



Para empezar, no sé ni cómo catalogarla. Ya que no tengo claro si es una película de superhéroes, una película de ciencia ficción –tipo Interstellar –, un drama, una comedia… Yo creo que ni la película en si misma se sabría definir.

Como adaptación, por mucho que se quieran excusar en que se han basado en los cómics ultímate en lugar de los clásicos, yo poco veo de los cómics –ya sean clásicos, ultímate o de lo que sea –de Los 4 Fantásticos en esta película, donde se ve claramente que se los han pasado por el forro de los cojones. Para mí que la única vez que Josh Trank cogió un cómic durante la producción fue porque tenía que ir al baño y se había acabado el papel higiénico.

Además, no sé si Trank gastó todo su talento dirigiendo en Chronicle o es que, simplemente, no le salió de las pelotas dirigir bien; porque su dirección es lamentable. No es mala del todo, es una dirección correcta; pero nada más. El tipo no mete un solo plano o una sola escena destacable en toda la película. Todo es muy plano, frío, insustancial y sin nada de brillo; hay momentos en los que llegué a creer que estaba viendo un telefilm telefilm de mediatarde.


Luego no ayuda nada un guión pobre, con diálogos insulsos y situaciones forzadas que, encima, está muy mal esquematizado. Porque, si nos fijamos bien, la mayor parte de la película es un prólogo enorme, mientras que el nudo y el desenlace solo ocupan los últimos minutos. Unos últimos minutos donde vemos a los protagonistas adquirir sus poderes y lucirlos de una forma totalmente fugaz que apenas da tiempo a apreciarlos bien. Y, después, el enfrentamiento final con Doom que, aún siendo el momento más espectacular de la película, resulta una escena patética y de lo más simplona que, encima, da en todo momento la sensación de estar metida con calzador y que se la quieren quitar de encima cuanto antes.

Por cierto, ese Doom que se ve en la película es una AUTÉNTICA MIERDA, en las antípodas de su homólogo de las viñetas. Este personaje solo se parece al Doctor Doom de los cómics cuando lleva el manto puesto –que, por cierto, no sé de donde narices lo ha sacado –y le vemos de lejos; porque esa cosa que vemos en la película parece uno de los extraterrestres de Cocoon con armadura.

Y luego están los trajes de los protagonistas, que esa es otra. Vale que cambien el color azul tradicional por el negro, vale que no lleven el logo con el “4” en la solapa, pero lo que no me vale para nada es que cada traje lleve su propio diseño, a cada cual más cutre que el anterior. Si, vale, en la película explican que están diseñados para adaptarse a los poderes de cada uno. Pero, decidme, ¿para qué le sirve a una chica que se vuelve invisible un traje donde va tapada hasta la barbilla pero le dejan los antebrazos al aire? Es patético. Al menos, en la versión de 2005 tenían una mejor excusa para los trajes.

Del traje de La Cosa no hablo porque, ni siquiera le ponen uno; ni tan siquiera unos pantalones o un bañador. Ya qué, según los responsables de esta película, el personaje es como un ángel: no tiene sexo.

Al menos, el diseño de La Cosa está bien hecho y muy bien recreado con los efectos especiales, igual que los poderes de los demás personajes durante el poco tiempo que los utilizan en la película. Desde luego, los efectos especiales están muy logrados –claro, que con 120 millones de presupuesto, haberlos hecho mal hubiera tenido delito –.

Sin duda, los efectos especiales son de lo poco que salvaría de esta mediocre película. Otra cosa que salvaría de ella es algo que me sorprende hasta a mí.

Hablo de los ACTORES.

No voy a mentir. Yo fui de las personas que criticó el reparto principal cuando se hizo público y le ha dado bastantes palos a lo largo de estos meses. Sin embargo, tras ver la película, debo de admitir que el trabajo de los actores ha sido bastante bueno. Cada uno de ellos está muy bien en sus respectivos papeles y se toman bastante en serio sus respectivos trabajos dentro de un conjunto que va degenerando a cada minuto que pasa.

Eso sí, dudo que estos actores encajen con Los 4 Fantásticos clásicos. Pero, en lo que respecta a esta película, debo de admitir que estos intérpretes me han convencido; y eso que la –escasa –dirección de actores no les hace ningún favor.

Y, desde luego, debo de admitir que el que más me ha gustado ha sido Michael B. Jordan. Mira que me repateaba –y todavía me repatea –que nos metieran un Antorcha Humana negro. Pero, lo mío es la sinceridad ante todo y, sinceramente, admito que el tipo es muy buen actor y su trabajo ha sido de lo más convincente. Eso sí, yo le aconsejaría que buscara otros papeles, ya que hay varios superhéroes negros en los que encajaría muy bien.

Bueno, así están las cosas. Si tengo que salvar algunas cosas de esta película son, sin duda, los efectos especiales y los actores. El resto es para tirarlo a la basura.


Una película rematadamente mala y de lo más mediocre que lo único que consigue es aburrir y dar pena. Es tan lenta y tan cansina que los 100 minutos que dura parecen dos horas y media. Ver esta película es como estar contemplando a una vaca muriéndose lentamente y no tener una pistola a mano para aliviar su sufrimiento.

Y, como adaptación, es una reverendísima puta mierda que lo único que hace es insultar a unas estupendos personajes de cómic que, desde luego, no se merecen adaptaciones tan chapuceras como esta. Desde luego, hace quedar mejor a la versión de 2005 y hasta a su mediocre secuela. Y, desde luego, le hace un gran favor a la versión de 1994 producida por Roger Corman que, por muy triste que suene, es hasta ahora la adaptación más decente de estos personajes.

Desde luego, mucho va a tener que trabajar la Fox si quiere arreglar un estropicio como este en la secuela. Pero, mira, si vuelven a darse la gran hostia, bienvenida sea, ya que, entonces, no les quedará más remedio que devolver los derechos a Marvel.


Yo, desde luego, soy paciente.













29 de julio de 2015

TERMINATOR GÉNESIS (2015)


















Un poco tarde, aquí os traigo mi opinión sobre la quinta entrega de la saga Terminator.

Porque es una quinta entrega en toda regla, aunque hayan reiniciado la saga empleando los viajes en el tiempo, creando una nueva línea temporal que les permite llevar la saga por otros derroteros sin tocar las películas anteriores; como ya han hecho, con muy buenos resultados, las sagas de Star Trek y X-Men.

¿Cómo les ha funcionado esto? Pues a eso vamos ahora.

Pero, vayamos por partes.

La película comienza en el año 2029. La resistencia humana, encabezada por John Connor (Jason Clarke), ha logrado derrotar a Skynet y terminado con el imperio de las máquinas. Pero, antes de que eso ocurriera, lograron enviar a un Terminator al pasado, al año 1984, para eliminar a Sarah Connor (Emilia Clarke), la madre de John Connor, evitando así su nacimiento. Kyle Reese (Jai Courtney), uno de los mejores, y más fieles, lugartenientes de John, se presta voluntario para viajar al pasado y proteger a Sarah. Pero, cuando está a punto de ser lanzado a través del tiempo, ve como uno de los soldados de la resistencia (Matt Smith) ataca a John y, acto seguido, comienzan a venirle a la cabeza unos extraños recuerdos que jamás ha tenido, ya que son de él cuando era niño en el año 2017, pero vive feliz con sus padres en un mundo donde nunca ha habido guerra con las máquinas. Además, en esos recuerdos ve a Sarah y también se ve a él mismo enviándose un extraño mensaje.

Finalmente, Kyle llega al año 1984. Todo se va desarrollando como en la primera entrega hasta que descubre que uno de los policías que lo persigue (Byung-hun Lee) es un extraño terminator de metal líquido que no había visto antes y que luego descubrirá que se llama T-1000. Después llega su segunda sorpresa. Sarah no es la débil e inocente camarera que le han dicho que era, sino toda una mujer de armas tomar que, además, viaja en compañía de un terminator T-800 (Arnold Scwarzenegger) que la protege y ha estado cuidando de ella desde que sus padres murieron porque Skynet envió un T-1000 a matarla en el año 1973, cuando solo era una niña, pero alguien –cuya identidad se desconoce –envió al T-800 para protegerla y ahora es su única familia. El problema es que, el haber crecido junto a una máquina preparándose en todo momento para la lucha, ha hecho que Sarah se haya convertido en una joven fría que no ve muy bien el tener que “aparearse” con Kyle para engendrar a John; sobre todo, sabiendo que, una vez engendrado el futuro líder de la resistencia, Kyle morirá. Sin embargo, le esperan más sorpresas.


Antes de ponerme con la película, pongámonos en antecedentes.

Terminator Salvation (McG, 2009), la cuarta entrega de la saga, estaba destinada a ser el inicio de una nueva trilogía que trataría sobre la guerra entre humanos y máquinas en el futuro. Por entonces, los derechos los tenía Halcyon Company, fundada por Victor Kubicek y Derek Anderson. Estos tenían pensado convertir Halcyon en una nueva Carolco y a ellos en unos nuevos Mario Kassar y Andrew Vajna.

Sin embargo, las cosas no salieron como esperaban. Tras el fracaso de Watchmen (Zack Snyder, 2009), Warner Bros., bajo cuyo sello se realizó la película, se metió demasiado en la post-producción, obligándoles a rebajar el contenido violento para que la película tuviera la calificación PG-13 en lugar de la habitual R y también obligó a cortar muchos minutos de metraje para que la película no resultara muy larga. Todo esto solo sirvió para estropear la película; una muy buena película que podría haber sido uno de los mejores estrenos de ese año.

Al final la cosa no terminó en un fracaso pero, al final, los resultados en taquilla no fueron los esperados; por no hablar de que fue pulverizada por la crítica y muchos fans de la saga la odian –bueno, muchos de ellos ya la odiaban cuando todavía no había comenzado la post-producción –.

Halcyon intentó arreglar las cosas con una quinta entrega, programada para 2011, donde se recuperarían los viajes en el tiempo, siendo esta vez el propio John Connor el que viajaba al pasado para hacer frente a un ejército de máquinas que también retrocedía en el tiempo y pretendía comenzar la guerra contra los humanos antes del juicio final. Se habló, incluso, del regreso de Robert Patrick como T-1000.

Sin embargo, otros problemas vinieron a sumarse a los que ya tenían. Y es que Kubicek y Anderson –dos economistas metidos a productores de cine – realizaron una serie de inversiones que terminaron por arruinar del todo a la compañía, declarándose en bancarrota. Esto les obligó a vender los derechos de Terminator para poder pagar sus deudas.

En los siguientes dos años, los derechos empezaron a pasar de unas manos a otras, poniéndose en marcha varios proyectos que no llegaban a nada a pesar de que todos contaban con el regreso de Arnold Schwarzenegger, cuya carrera política tenía ya los días contados y pretendía regresar al cine; especialmente, a sus sagas más famosas, Terminator y Conan. Un proyecto que sonó mucho durante este periodo fue Terminator 3000, una película en 3D protagonizada por Schwarzenegger que iba a ser dirigida por Justin Lin.

Finalmente, en 2011, tras ser sacados a subasta, los derechos fueron a parar a Megan Ellison, dueña de Annapurna Pictures, quién puso rápidamente en marcha la nueva película bajo el sello de Paramount Pictures.

El problema es que Megan Ellison es más experta en películas diseñadas para ganar premios –especialmente, oscars –, como La Noche más Oscura (Kathryn Bigelow, 2012), Her (Spike Jonze, 2013) o La Gran Estafa Americana (David O. Russell, 2013), en lugar de superproducciones comerciales. Así que, decidió pedirle ayuda a su hermano, David Ellison, más curtido en los blockbusters tras haber producido a través de su compañía, Skydance Productions, películas como Misión Imposible: Protocolo Fantasma (Brad Bird, 2011), Star Trek Into Darkness (J.J. Abrams, 2013) o World War Z (Marc Forster, 2013).

En un principio, ambos iban a producir la película pero, tras sus últimos triunfos en los oscars, Megan Ellison decidió no arriesgar el prestigio ganado y pasó a ocupar la producción ejecutiva, dejándole la producción a su hermano y a la socia de este, Dana Goldberg. Laeta Kalogridis y Patrick Lussier fueron contratados para escribir el guión, mientras la dirección recaía en Alan Taylor, director habitual de la serie Juego de Tronos y de la película Thor: The Dark World (2013). Con Arnold Schwarzenegger confirmado desde el principio, se empezó a elegir a los otros miembros del reparto.


La primera elección fue la actriz que daría vida a Sarah Connor. La cosa estaba entre dos actrices. Por un lado estaba Brie Larson, que era la favorita del estudio. Por el otro estaba Emilia Clarke, que era la favorita de Alan Taylor, quién ya había trabajado con ella en varios capítulos de Juego de Tronos. Finalmente, se impuso el deseo de Taylor y Clarke fue la gran elegida, despertando un sinfín de opiniones, tanto buenas como malas.

Así llegamos a la película que nos ocupa, la cual se estrenó a principios de este mes. Y, desde luego, no se puede decir que le esté yendo muy bien en taquilla. Con un presupuesto de 155 millones de dólares, a día de hoy solo lleva recaudados 86 millones en EEUU. Afortunadamente, las cosas le están yendo mejor con la taquilla internacional, con 219 millones recaudados en el resto del mundo que hacen que su recaudación global ascienda a 305 millones de dólares.

Como le está pasando a muchas superproducciones hollywoodiensen actuales, la película va a salvar los muebles con la taquilla internacional. Sin embargo, las cifras están muy por debajo de lo esperado y todo parece indicar que se va a quedar por debajo de Terminator Salvation, que hizo 371 millones en todo el mundo, continuando la línea descendiente que está llevando esta saga en lo que a recaudación se refiere.

Ni que decir tiene que ya hay rumores de que se van a cancelar las dos nuevas secuelas que había preparadas, ya que querían que esta películas fuese también el inicio de una nueva trilogía. También tiene el futuro incierto una serie de Tv que estaban preparando paralela a esta saga.

Y es que, la película ha tendido muy mala prensa. La crítica, como era de esperar, la ha pulverizado y gran parte de los fans ya le cogieron manía desde el primer momento de su concepción; igual que ocurrió anteriormente con Terminator Salvation.

Sin embargo, una de las principales razones de que la película haya pinchado se debe, sin duda, a su nefasta promoción; de la que hasta el propio Schwarzenegger se ha quejado.

Todos nos quedamos de piedra cuando, en el segundo tráiler, nos mostraron sin ningún pudor la gran sorpresa argumental de la película; algo realmente incomprensible. Yo creo que esto se debe a que unos meses antes unos tipos se habían hecho con una copia del guión y habían publicado en internet numerosos spoilers; incluido esta sorpresa argumental, lo que me lleva a pensar que, posiblemente, el estudio creyera que ya no era necesario seguir ocultando la sorpresa.

Espero equivocarme pero, de ser esto cierto, cometieron un error garrafal porque 1) esos spoilers no llegaron al gran público y 2) nunca quedó claro si lo que decían esos tipos era cierto o no, dejando la duda hasta ver la película. Sin embargo, al revelar la sorpresa, confirmaron que decían la verdad. Así que los responsables de la película hicieron una de las mayores chapuzas promocionales de los últimos tiempos.

Pero, bueno, dejemos esto a un lado y vamos a ver cual es mi opinión sobre la película.

Yo con este film tenía sentimientos encontrados. Al principio, lo de que volvieran otra vez con los viajes en el tiempo me echaba para atrás. Yo prefería más que hubieran seguido con la idea de Terminator Salvation y continuar con la guerra entre humanos y máquinas en el futuro.

No obstante, mi interés en esta película fue creciendo con el tiempo; especialmente, cuando ficharon a Emilia Clarke como Sarah Connor. Pero volvió a sufrir un serio bajón cuando revelaron en el segundo tráiler la sorpresa de la que he hablado antes.


No obstante, nunca perdí del todo mi interés en la película y, ahora que ya la he visto, me dispongo a dar mi opinión.

Pues bien, la película ME HA GUSTADO; y bastante más de lo que esperaba, debo añadir.

Obviamente, está lejos de ser una gran película, como las dos primeras entregas de la saga Terminator (1984) y Terminator 2: El Día del Juicio Final (1991), y, desde luego, no diría que está entre lo mejor del año. Sin embargo, es una película bastante disfrutable, muy bien hecha y, sobre todo, espectacular y entretenida.

Sobre como la colocaría en la saga, diría que es superior a la tercera, muy inferior a las dos primeras y estaría peleando duramente con Terminator Salvation por el tercer puesto.

Técnicamente, está muy lograda, con una dirección bastante notable. Alan Taylor la dirige bastante bien, con unas muy logradas secuencias de acción –la escena del autobús en el puente es brutal e impresionante –y un ritmo que no decae en ningún momento. También dirige bien a los actores y los momentos dramáticos y, sobre todo, se toma bastante en serio la saga; sobre todo, en los momentos en los que la trama coincide con la primera entrega.

Desgraciadamente, aunque hace un muy buen trabajo y se toma en serio la saga, no le pone la pasión que le debería haber puesto. Esta película utiliza mucho el factor nostalgia, como Jurassic World. Pero aquella contaba con un director –Colin Trevorrow –que ama de verdad Parque Jurásico y eso queda muy reflejado en la película, la cual recupera mucho del espíritu de la original, lo que explica, en parte, el enorme éxito que está teniendo. Taylor, en cambio, no sé cómo será de fan de Terminator. Puede que lo sea, pero no se le nota muy amante de la saga. Y creo que es ahí donde reside otra de las razones del pinchazo de esta película. Creo que si la hubiera dirigido un director muy amante de Terminator, que adorase las primeras películas de la misma manera que Trevorrow adora Parque Jurásico, le habría puesto mucha pasión a la película y hubiera sabido aprovechar mejor los muchos homenajes y guiños que pueblan en film y, seguramente, habría arrasado en taquilla.

Pero, bueno. Al menos hay que agradecer que Taylor haya hecho un buen trabajo y haya podido estar a la altura como, según mi opinión, también los estuvieron Jonathan Mostow y McG ante el listón tan alto que dejó James Cameron. Quién, por cierto, habló muy bien y de forma muy entusiasta de esta película antes de que se estrenara; muchos escépticos dicen que le sobornaron, pero yo me pregunto cómo se puede sobornar al hombre que ha hecho las dos películas más taquilleras de la historia.

El guión, tal y como se esperaba, no es ninguna maravilla; aunque tampoco es malo del todo. Es un guión que cumple y ya está. Eso sí, su mayor defecto es que, con lo de los viajes en el tiempo, termina liando las cosas más de lo que estaban; pero, vamos, eso era algo ya inevitable.

Los efectos especiales están muy logrados. En los tráilers se los veía bastante cutres, más propios de una película de serie B o un videojuego. Pero, tras haberlos pulido bien, terminan por dar el pego. No obstante, hay demasiado abuso del CGI. Aquí pierde claramente la batalla contra Terminator Salvation, la cual también utilizó mucho CGI, pero a la vez también empleó una buena cantidad de animatronics, logrando un muy logrado equilibrio entre ambos, digno de la mismísima Parque Jurásico, lo que le daba a la película un tono bastante realista que esta película pierde en varios momentos.


Otro punto muy acertado de la película es el diseño de producción. Donde se puede apreciar más esto es en la parte del futuro del principio y en la parte que transcurre en 1984, con una ambientación de lo más lograda; de no ser por lo mal caracterizados que están algunos personajes –como el vagabundo al que Kyle Reese le roba los pantalones o el punk al que dio vida en su día Bill Paxton –, llega a parecer que se han metido en la película original.

El reparto es otro punto a favor.

Comenzando por el recuperado Arnold Schwarzenegger, quién vuelve a encarnar de forma formidable al T-800. No obstante, en las escenas de acción, ha habido momentos en los que no ha estado tan acertado.

En la película justifican muy bien su aspecto envejecido con una idea argumental que les dio el mismísimo James Cameron y que para mí funciona muy bien. Pero, eso solo es válido para su aspecto exterior, ya que por dentro sigue siendo un T-800 a pleno rendimiento –viejo, pero no obsoleto, lo dice en varios momentos de la película –. En algunas escenas de acción si da bastante el pego, pero en otras se le notan bastante los años, y sus movimientos son más propios de un viejo que de un cyborg. Claro, que esto no es culpa suya, ya que los responsables de la película deberían haber cuidado más estos detalles disimuládolos mejor, con dobles o con CGI. Pero, de todas maneras, el tipo sigue siendo una parte fundamental de esta saga y es agradable verle de nuevo encarnando a su personaje más emblemático.

Jason Clarke está muy bien como John Connor; especialmente, en el doble papel que le toca hacer.

Jai Courtney resulta bastante creíble como Kyle Reese. Su trabajo no entusiasma mucho, pero tampoco decepciona. Está, simplemente correcto y ya está.

Por su parte, J.K. Simmons está espléndido y le da a la película unas muy buenas dosis de humor. Desgraciadamente, está un tanto desaprovechado. Espero que, si al final hacen las dos secuelas que tienen pensadas, lo recuperen porque este personaje puede dar bastante juego.

Pero, quién de verdad ha sobresalido en esta película es, sin duda, Emilia Clarke como Sarah Connor. Ya he dicho que su elección fue uno de los motivos que hicieron que me interesara por la película y, desde luego, no me equivocaba. La chica es una excelente actriz a la que ningún papel le viene grande y, desde luego, esta película no es una excepción. Su Sarah Connor es estupenda y en ningún momento se resiente ante el muy alto listón que dejó Linda Hamilton, a la que no logra hacer olvidar, pero tampoco hace que se la eche de menos. Además, se desenvuelve muy bien en las escenas de acción y aporta al personaje una sensualidad necesaria en la tensión sexual que tiene con el personaje de Reese; algo que, desgraciadamente, los responsables de la película no han sabido aprovechar bien.


Y es que es una pena que, pese a que se nos prometió que la película recuperaría la calificación R, al final hayan terminado sucumbiendo también a la PG-13. Otra cagada por parte de los responsables de la película, porque han querido explotar el factor nostalgia olvidándose de que la mayoría de los fans de esta saga somos gente adulta que habríamos agradecido algo más de violencia, sangre y sexo.

Este es, sin duda, uno de los puntos más negativos del film, junto con el abuso del CGI y algún que otro defecto argumental de los que no hablaré para no hacer spoilers; aunque, los que ya hayáis visto la película, sabréis de lo que hablo.

Pero, de todas maneras, pese a los fallos, la película está muy bien. Yo, desde luego, he disfrutado bastante viéndola y, una vez vista, me deja con ganas de verla otra vez.

Y, desde luego, no comparto para nada lo que van diciendo los fanáticos de que se carga la saga. Al contrario, para mí se la toma muy en serio y le hace bastante justicia.

Una película muy recomendable. Sobre todo a los fans de Terminator con la mente abierta.










25 de junio de 2015

JURASSIC WORLD (2015)




















22 años después de que se estrenara la maravillosa Parque Jurásico y 14 años después del estreno de la última secuela, nos llega Jurassic World, la tan esperada cuarta entrega de esta saga.

Steven Spielberg, que ejerce de nuevo como productor ejecutivo, esta vez le cedió la dirección a un joven director sin ninguna experiencia en superproducciones, pero con un gran amor por Parque Jurásico.

La historia se sitúa 22 años después del incidente en Jurassic Park. InGen, ahora controlada por Simon Masrani (Irrfan Khan), un excéntrico multimillonario, ha construido en Isla Nublar un segundo parque, más grande y moderno, llamado Jurassic World. Dicho parque ha funcionado muy bien durante años, atrayendo a miles de visitantes. Sin embargo, después de tantos años, la gente ya se ha acostumbrado a los dinosaurios, que ven como animales normales, y esto ha hecho que desciendan los ingresos del parque, lo cual obliga a buscar atracciones novedosas. La última de ellas es el Indominus Rex, dinosaurio híbrido creado directamente a base de juntar el ADN del T-Rex con el de otros dinosaurios y otros animales. Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), la directora del parque, cree que el nuevo dinosaurio está ya listo para ser presentado al público, pero Masrani pide que antes Owen Grady (Chris Pratt) lo evalúe. Grady es un ex-marine que trabaja con los Velociraptors, con los que ha llegado a establecer un vínculo. Claire no está muy conforme, ya que ella y Owen tuvieron una relación que no salió bien, pero va a verle y lo lleva al recinto del Indominus Rex. Pero, en esos momentos, el nuevo dinosaurio logra escapar y, poco a poco, va provocando el caos en el parque. La cosa empeora cuando los sobrinos de Claire, que se encuentran en esos momentos en la isla visitando el parque, se pierden por la zona donde se encuentra el dinosaurio fugado.

Esta cuarta entrega ha tardado mucho en ver la luz. Originalmente, estaba prevista para estrenarse en 2005 –cumpliendo así la tradición de estrenar una película cada cuatro años –, pero la cosa no llegó a salir adelante.

Y es que Spielberg, bastante descontento con los resultados de Parque Jurásico III, esta vez se metió más en el proyecto y no quiso que la película saliera adelante hasta no haber un guión en condiciones. Así, durante años, el proyecto estuvo parado mientras varios guionistas, como el cineasta Peter Sayles o William Monahan, trabajaron continuamente en él. Se escribieron muchos borradores y se barajaron varias historias –entre ellas, la creación de híbridos entre humano y dinosaurio o la utilización de dinosaurios como armas de guerra –. Mientras, no paraban de salir todo tipo de rumores con respecto al reparto; desde los regresos de Sam Neill, Laura Dern o Jeff Goldblum hasta nuevas incorporaciones, como la de la actriz Keira Knightley.


En cuanto a la dirección, siempre sonó el nombre de Joe Johnston a pesar de que este dijo que no dirigiría más películas de la saga poco después del estreno de Parque Jurásico III.

El caso es que la película no conseguía salir adelante y, en 2008, tras haber quedado completamente paralizada a causa de la huelga de guionistas que comenzó a finales de 2007 y la muerte ese año de Michael Crichton, los productores Kathleen Kennedy y Frank Marshall lo dieron completamente por finiquitado. Sin embargo, es bien sabido que en Hollywood ningún proyecto está muerto del todo y esta película no iba a ser una excepción.

Así, en 2011 volvió a ponerse en marcha, esta vez con más fuerza, de nuevo con Spielberg, desde su cargo como productor ejecutivo, como su principal impulsor. Se dijo que esta entrega contaría con un reparto completamente distinto e iba a ir por un camino muy diferente a las anteriores entregas; además de que iba a renovar la saga, siendo el inicio de una nueva trilogía. Todo esto hizo pensar que, en lugar de una cuarta entrega, la película iba a ser un reboot, lo que despertó muchas críticas; tantas que hasta el propio Spielberg tuvo que salir a desmentirlo en más de una ocasión.

En junio de 2012, Amanda Silver y Rick Jaffa, que venían precedidos del éxito de El Origen del Planeta de los Simios (Rupert Wyatt, 2011), fueron contratados para escribir el guión y, por primera vez, la película comenzó a ir tomando forma.

Sobre quién la iba a dirigir, Spielberg dejó claro desde el principio que no iba a repetir como director y volvió a rumorearse el regreso de Joe Johnston. Finalmente, en marzo de 2013 se hizo público que el elegido para dirigir la película era Colin Trevorrow. Una decisión muy arriesgada, ya que este director tenía una total inexperiencia en superproducciones y su filmografía como director se limitaba a un cortometraje, un documental, un telefilm y la película Seguridad no Garantizada (2012), una comedia de ciencia ficción independiente. Sin embargo, ya es bastante habitual ver superproducciones dirigidas por directores con poca –incluso nula –experiencia en este tipo de películas; el año pasado tuvimos buenos ejemplos con los hermanos Russo (Capitán América: El Soldado de Invierno), Gareth Edwards (Godzilla) y James Gunn (Guardianes de la Galaxia). Además, Trevorrow tenía a favor dos importantes elementos: un gran talento como director y, sobre todo, una gran pasión por Parque Jurásico.

Nada más llegar, Trevorrow se hizo rápidamente con el proyecto y, contando con la total aprobación de Spielberg, lo moldeó a su gustó. No contento con el guión de Silver y Jaffa, reescribió el guión a su gusto ayudado por Derek Connolly, un colaborador habitual. Esto hizo que el estreno de la película se retrasara del verano de 2014 al verano de 2015.

Esta reescritura, más recientemente, le ha causado a Trevorrow problemas con el sindicato de guionistas, lo que le ha obligado a hacer que Silver y Jaffa aparezcan en los créditos como guionistas y no solo como inspiradores argumentales.

Afortunadamente, este parece haber sido el único gran problema del director durante la producción de esta película, la cual se desenvolvió sin apenas problemas hasta dar forma a la película que ahora nos ocupa; la cual se estrenó el pasado fin de semana y su éxito ha sido brutal. Solo en EEUU recaudó en su primer fin de semana 209 millones de dólares, superando a Los Vengadores (Joss Whedon, 2012) como mejor estreno. Y no solo eso, ya que también hizo 511 millones a nivel global, siendo la película que logra recaudar más de 500 millones en su primer fin de semana. A día de hoy, lleva recaudados 437 millones en EEUU y 584 millones, por lo que su recaudación global asciende a 1.021 millones de dólares. Todo esto en su segunda semana, y las cifras aumentarán mucho más este fin de semana. La película va a superar pronto lo 1.029 millones de dólares de Parque Jurásico, convirtiéndose en la entrega más taquillera de la saga y a este paso hasta podría superar a Los Vengadores e, incluso, a Titanic y Avatar.

Normalmente, las cifras de taquilla las suelo poner como simple dato informativo. Sin embargo, aquí hay que tener en cuenta los impresionantes datos de taquilla que la película está haciendo. Porque, aunque Parque Jurásico batiera records en su día, sus secuelas han ido en descenso. El Mundo Perdido: Jurassic Park no llegó a superar los 300 millones en EEUU y su recaudación global fue de 618 millones de dólares, muy lejos de los 983 millones que hizo en su día Parque Jurásico –los 1.029 millones son a causa de su reestreno en 2013 –. Y el panorama es aún peor con Parque Jurásico III, la cual no llegó ni a alcanzar los 200 millones en EEUU y su recaudación global se quedó en 368 millones de dólares.

La saga iba en claro descenso. Pero, ahora –más de una década después de la tercera y más de dos décadas después de la primera –, la saga ha vuelto a ascender y lo está haciendo a velocidad de vértigo.


Además, por primera vez una gran parte de la crítica se muestra por primera vez favorable; la otra parte, cómo no, sigue en sus trece. En el público también hay división. Muchos afirman haberse sentido defraudados y que la película no vale para nada, mientras otros hablan maravillas de ella.

¿Y que pienso yo? Pues a eso es a lo que voy ahora.

Para entender el éxito de esta película, hay que hacer algo de memoria. Aunque muchos se empeñen en decir que Parque Jurásico no es más que una película infantil y simplona, fue una película que revolucionó el cine –para bien y para mal, todo hay que decirlo –y, además, influyó en muchas personas, a las que dejó muy marcadas. Yo lo sé bien porque yo fui una de esas personas a las que marcó, haciéndome despertar la pasión por el cine que, entre otras cosas, hizo posible la creación de mis blogs. Y, sin duda, otra de las personas a las que marcó fue Colin Trevorrow.

La película me... 




HA ENCANTADO



Yo aún recuerdo cuando vi Parque Jurásico por primera vez en 1993. Tenía 13 años, pero aún recuerdo ese momento como si fuera ayer, porque fue toda una experiencia ver esa película por primera vez; una experiencia irrepetible que se tiene con pocas películas.

Pues bien, ahora, 22 años después, he vuelto a sentir una sensación parecida. Mientras veía la película, por un momento, sentí como si tuviera 13 años otra vez, disfrutando enormemente todos y cada uno de los grandes momentos de la película y quedándome con una ganas tremendas de repetir nada más terminar.

Y esto me lleva a pensar que, al igual que yo, muchos que también adoran Parque Jurásico tanto como yo, seguramente, han vuelto a sentir lo mismo que cuando la vieron por primera vez. Y no solo eso, también gran parte del público joven que no pudo verla en su día en el cine –el reestreno en 3D que hicieron en 2013 no cuenta –ha debido de experimentar algo parecido a lo que experimentamos nosotros 22 años atrás.

Para mí que es ahí donde radica el enorme éxito de esta película. Mientras las otras secuelas solamente servían para explotar más la fórmula, esta película recupera, en gran parte, la esencia de lo que en realidad fue Parque Jurásico, una película realmente mágica que cautivó a toda una generación y a generaciones posteriores. Y esta Jurassic World recupera, no todo, pero si mucho de todo aquello, logrando un perfecto equilibrio entre lo nostálgico y lo novedoso.

Para mí, esa era sin duda la intención de Trevorrow, quién ha hecho una secuela a nuestra medida, guardando un gran respecto a la primera película, a la que dedica multitud de guiños, homenajes y, sobre todo, un montón de huevos de pascua, todos muy bien introducidos entre los nuevos elementos, más carácterísticos con esta época.

El Mundo Perdido y Parque Jurásico III también introducían homenajes, pero eran homenajes muy descafeinados y bastante insustanciales. Nada comparable con esta película, que hasta me ha hecho emocionarme varias veces.

Desde luego, he disfrutado enormemente viéndola y la sensación de satisfacción que me ha dejado ha sido enorme. No creía que llegaría a decir esto, pero he disfrutado más, incluso, que con Los Vengadores: La Era de Ultron; ahora me arrepiento de haber elegido la película de Joss Whedon –quién, por cierto, tuvo una puya con Trevorrow de la que prefiero no hablar ahora –para ir a la ciudad a verla en su estreno y no esta porque, desde luego, ahora veo que merecía más la pena.

Técnicamente, la película está hecha de forma muy brillante. Trevorrow la dirige muy bien y en ningún momento se nota que es un novato en las superproducciones. Los efectos especiales son fabulosos y el diseño de producción es brillante. 

Los dinosaurios están logradísimos. El mejor, sin duda, sigue siendo el T-Rex, que es el mismo que aparecía en Parque Jurásico –incluso, luce las cicatrices que le dejó el Velociraptor –; me hubiera gustado que saliera más, pero no me importa mucho porque, como predije, aquí le devuelven a este animal la dignidad de la que le despojaron en Parque Jurásico III. Los Velociraptors también son formidables y me alegro de que hayan prescindido de las plumas pese a la insistencia de los científicos. En cuanto a los nuevos, el Mosasaurus es impresionante; solo sale tres veces, pero esas tres veces son formidables. Y la gran estrella de la película, el Indominus Rex, está muy bien hecho y luce un aspecto horrible, más asemejado a un monstruo que a un dinosaurio; aunque, esa es la intención del film, ya que, como dice el personaje de Chris Pratt, no es un dinosaurio. 


El guión no es ninguna maravilla ni digno de un oscar, pero es un buen guión. Sencillo, pero efectivo, que va directamente al grano con la historia principal, la cual va progresando desde que empieza hasta que termina, sin desperdiciar mucho tiempo en las otras subtramas; como la referente al divorcio de los padres de los niños, la cual está tratada de una forma brillantemente sutil.

Otro punto a favor son los actores.

Comenzando por Chris Pratt, quién hace un estupendo trabajo en su papel protagonista; no consigue hacer olvidar a Sam Neill, pero si logra que no se le eche de menos. Debo decir que en los tráilers parecía que su personaje recordaba demasiado al Star-Lord de Guardianes de la Galaxia y que el tipo estaba empezando a encasillarse. Pero nada más lejos de la realidad, ya que, una vez vista la película, te das cuenta de que el personaje, aunque guarda similitudes con Star-Lord, no es, ni mucho menos, una copia de ese personaje.

La otra gran protagonista de la historia, Bryce Dallas Howard, además de muy bella, también está estupenda en su papel. Además, me gusta cómo va evolucionando su personaje a lo largo de la película. Por no hablar que la química entre ella y Pratt es tan grande que, incluso, se pasa por alto que la relación romántica entre ella  Pratt es bastante tópica; afortunadamente, no le dan mucha coba.

Los dos niños, Nick Robinson y Ty Simpkins también están muy bien y, al igual que los niños de la primera película, no resultan ninguna carga para el film –que es lo que suele ocurrir cuando meten niños de por medio –; y eso que uno de ellos es el niñato repelente de Iron Man 3 (Shane Black, 2013), que aquí logra redimirse.

Vincent D´Onofrio este año ha vuelto a demostrar que los papeles de villano son lo suyo. Primero como un excelente Kingpin en la estupenda serie Daredevil y, ahora, con un estupendo trabajo como el villano principal de este film. Irrfan Khan está genial como millonario excéntrico y el único que repite de la primera, BD Wong como el doctor Henry Wu, hace un trabajo equivalente al que hizo en 1993; aunque, aquí he perdido bastante de la simpatía que tenía por este personaje.

En general, los actores hacen un buen trabajo; todo ello, acrecentado por una muy lograda dirección de actores de Trevorrow, que es el alma de la película.

Pero, en lo que Jurassic World ha conseguido triunfar es, sin duda, en devolvernos el espíritu de Parque Jurásico adaptado a los nuevos tiempos. Y lo ha hecho porque Trevorrow, contando en todo momento con el beneplácito de Spielberg, ha hecho la película que él quería hacer y que todos los amantes de Parque Jurásico queríamos y esperámonos. Y que, además, la ha hecho con sentimiento y, sobre todo, amor, notándose en cada uno de los fotogramas la pasión que ha puesto en esta película; que no deja de ser un blockbuster veraniego que la Universal ha producido para llenar sus arcas, pero eso no impide que su responsable pueda hacerla desde las tripas, como dicen los seguidores del cine de autor.

Y es que, por encima de los dinosaurios, el guión, los efectos especiales y el reparto, lo que más ha hecho que esta película esté triunfando cuando lo tenía todo en contra –puesto que estamos en una época en la que los efectos especiales están a la orden del día y el público es cada vez más difícil de impresionar –ha sido el empeño, las ganas y, sobre todo, la pasión que Trevorrow ha puesto en este film.


Y es que Trevorrow es alguien que siente verdadero amor por Parque Jurásico, el cual se siente en todos y cada uno de los fotogramas de esta película. Contando en todo momento con el beneplácito de Spielberg, el tipo ha hecho la película que todos los amantes de Parque Jurásico estábamos esperando; una película hecha desde el corazón y las tripas -como ya he dicho antes -de alguien que hace 22 años quedó muy impresionado y ha querido que él y todos los que sentimos esa sensación volvamos a repetir la experiencia.

Donde más se aprecia todo esto es, sin duda, en el momento cumbre de la película: EL CLIMAX. Un momento brillante, épico, impresionante y, sobre todo, cargado completamente de nostalgia. Es cierto que es un momento predecible, cosa que resaltan los detractores de la película, pero lo es porque es el climax que estábamos esperando; la película tenía que terminar de esa manera.

Una película que para mí ha sido maravillosa. Me ha hecho disfrutar enormemente  y hasta ha llegado a teletransportarme a aquel momento de 1993 en el que mi vida cambió. Una película que, sin duda, hay que ser un verdadero amante de Parque Jurásico para poder apreciar en su totalidad todas sus virtudes y no dejarse cegar por tonterías como que la protagonista corra con tacones –cosa que se ve mil veces en las películas de aventuras clásicas y nadie dice nada –.

No llega a la categoría de obra maestra, como Parque Jurásico, a la que no llega a igualar, pero si logra acercársele mucho; muchísimo más que las otras dos entregas, El Mundo Perdido y Parque Jurásico III, a las que deja a la altura del betún.

Para mí es, sin duda, una de las mejores películas del año; con muchas opciones a ser la mejor.