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16 de junio de 2022

JURASSIC WORLD: DOMINION (2022)

 

ATENCIÓN. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad.














Ya he visto Jurassic World: Dominion, la nueva película de la saga jurásica. La sexta entrega de la saga iniciada por Steven Spielberg con la maravillosa Parque Jurásico (1993) y la tercera entrega de esta trilogía que comenzó con Jurassic World (2015), poniendo fin a esta. Y, al parecer, a toda la saga, según unas declaraciones de Chris Pratt; aunque, el productor Frank Marshall afirmó que la saga puede tener continuidad.

Pero, bueno, vamos con esta película que nos ocupa que es lo importante. 

Vayamos por partes.

Cuatro años después de que Isla Nublar fuera destruida por un volcán y los dinosaurios fueses liberados por la Tierra, Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) y Owen Grady (Chris Pratt) viven escondidos en Sierra Nevada (California) donde mantienen oculta a Maisie Lockwood (Isabella Sermon), el clon de la hija de Benjamin Lockwood que este crio como su nieta. Pero, cuando unos individuos secuestran a Maisie y a Beta, la hija de la velociraptor Blue, Claire y Owen les siguen la pista hasta Biosym Geneticts, empresa encargada de capturar a los dinosaurios fugados, los cuales retiene en unas instalaciones en Italia bajo la imagen de un santuario pero, en realidad, ocultan experimentos ilegales.

Claire y Owen no son los únicos que investigan a Biosyn. Ellie Sattler (Laura Dern), cree que la empresa está detrás de una extraña plaga de langostas prehistóricas que amenazan con provocar un gran desastre mundial. Ellie busca la ayuda de Alan Grant (Sam Neill) y ambos se infiltran en las instalaciones de Biosyn ayudados por Ian Malcolm (Jeff Goldblum), quién ahora trabaja para Biosyn pero, en realidad, es un infiltrado.

Colin Trevorrow, que dirigió Jurassic World (2015), en la siguiente entrega, Jurassic World: Fallen Kingdom (2018), le cedió la dirección al español J.A. Bayona, ya que él tenía previsto dirigir el Episodio IX de Star Wars. Sin embargo, tratando de reconciliarse con los fans cabreados con Star Wars: Los Últimos Jedi (Rian Johnson, 2017), Lucasfilm lo despidió y rechazó su propuesta, contratando de nuevo a J.J. Abrams, director de Star Wars: El Despertar de la Fuerza (2015), para dirigir Star Wars: El Ascenso de Skywalker (2019), película que debía reconciliar a los fans cabreados y cerrar la saga galáctica con broche de oro, no consiguiendo al final ni lo uno ni lo otro.

Esto hizo que Trevorrow recuperara la dirección en esta nueva película donde, como es habitual, también se ha encargado del guión; esta vez, con ayuda de la emergente Emily Carmichael, que ya trabajó en Pacific Rim: Insurrección (Steven S. DeKnight, 2018).

Uno de los puntos clave de esta película ha sido la recuperación de los protagonistas de la película original, Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum; aunque, este último ya tuvo una breve aparición en Jurassic World: Fallen Kingdom.




La película tenía previsto llegar en junio de 2021, pero la pandemia afectó a su producción, haciendo que esta se detuviera en marzo de 2020 y no se reanudara hasta el mes de julio, después de que Universal gastara 5 millones de dólares en medidas de seguridad. No obstante, Trevorrow supo aprovechar el parón realizando labores de post-producción en su casa.

Pero, a pesar de eso, el estreno de la película se retrasó un año, estrenándose finalmente el pasado 10 de junio en EEUU, mientras que en España se estrenó el 9 de junio.

En taquilla, las cosas no le están yendo nada mal, con un notable estreno de 145 millones de dólares en los cines estadounidenses. A día de hoy, la película lleva recaudados 158 millones en EEUU y 247 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 405 millones de dólares.

La crítica, en cambio, ha sido otro cantar, ya que está pulverizando a la película a más no poder, haciendo que tenga las peores notas de toda la saga. La respuesta del público, en cambio, ha sido más positiva.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

Yo tenía unas ganas locas de ver esta película. Primero, porque ya sabéis la importancia que tiene para mi Parque Jurásico, película que despertó mi pasión por el cine. Además, las dos entregas anteriores me gustaron mucho. Jurassic World supo utilizar muy bien la nostalgia y Jurassic World: Fallen Kingdom se atrevió a llevar la saga a otro nivel, con los dinosaurios sueltos por el mundo e introduciendo la clonación humana.

Así que tenía mucha curiosidad por ver como Trevorrow cerraba su trilogía con broche de oro; cosa que habría hecho en Star Wars si hubieran utilizado su propuesta, mucho más interesante que lo que se vio en El Ascenso de Skywalker.

Por eso, me he llevado una de las sorpresas más desagradables del año. Porque la película me...


...HA DECEPCIONADO TERRIBLEMENTE


Esto está a años luz de cerrar la trilogía con broche de oro. Me resulta increíble ver como, después del buen trabajo que hicieron en las dos películas anteriores, aquí han hecho una auténtica chapuza cuyo resultado final recuerda más a El Ascenso de Skywalker que a la propuesta que tenía el propio Trevorrow para cerrar Star Wars.

Para empezar, la película se va desarrollando sin pena ni gloria, llegando a hacerse pesada y aburrida. Hay momentos espectaculares, como la parte que tiene lugar en Malta, pero se ven tan rápido como se olvidan.

Presumían mucho de que esta es la película con más dinosaurios y así es, pero la mayoría de los dinosaurios no aparecen ni dos minutos en pantalla.

Pero, lo peor de todo, es ver como esta película ha desaprovechado terriblemente los elementos con los que la anterior película llevaba la saga a otro nivel.

Fallen Kingdom terminaba con los dinosaurios sueltos por el mundo, obligando a los humanos a tener que convivir con ellos. Esto abría todo un abanico de recursos argumentales para esta película. Sin embargo, nos encontramos a que toda esa parte está tratada de forma chapucera en la primera parte para luego, en la segunda, trasladar la acción a las instalaciones de Biosyn y volver a ofrecernos más de lo mismo. 

Eso es indignante, pero no tan indignante como lo que hacen con el otro elemento con el que Fallen Kingdom llevaba la saga a otro nivel: la clonación humana.

En la película anterior teníamos que Benjamin Lockwood decidió cruzar una línea roja clonando a su hija muerta, lo que llevó a John Hammond a romper la sociedad que tenía con él. Pues bien, en esta película nos salen con que fue la propia hija de Lockwood, que era científica, la que se clonó a si misma porque quería tener una hija.


¡PERO QUE PUTA MIERDA ES ESTO!


Después de atreverse a introducir la clonación humana en la saga van y lo convierten en una moñada de la hostia. Penoso. No sé a los demás, pero para mí esto fue toda una patada en la boca.

Por lo demás, nada. La película no consigue levantar en interés en ningún momento. Ni tan siquiera el regreso del trío protagonista de la película original ayuda a que esto vuele; encima, la trama que utilizan para su regreso, lo de las langostas prehistóricas, no hay por donde cogerla.




Y, para rematar, lo que hacen aquí con la T-Rex es de juzgado de guardia. Porque, aunque haya dinosaurios más grandes, la T-Rex es la gran estrella de la saga y en esta película tenían que haberla aprovechado más. Y, desde luego, es un completo error tenerla prisionera en las instalaciones de Biosyn.

Hay un momento en la película en el que dicen que Biosyn tardó tres años en capturarla, algo que no es de extrañar, ya que al no estar limitada por una isla, era más difícil atraparla. El caso es que era ahí donde de verdad estaba la película. En lugar de toda esa chorrada de las langostas y los secuestros de la hija de Blue y la niña clonada, la trama debía haber girado en los intentos por capturar a Rexy y darnos más oportunidades de ver los estragos que puede causar en el mundo de los humanos. Como esa escena en la que la veíamos irrumpiendo en una cine al aire libre que, al final, terminaron cortando en el montaje final, al igual que el prólogo en la prehistoria.

Al final de la película tenemos el esperado enfrentamiento con el Gigatonosaurus, pero ni ahí consiguen hacer algo bueno, ya que es una escena torpe, chapucera y que pasa demasiado deprisa. El enfrentamiento con la Indominus Rex en Jurassic World era de lo más espectacular y hasta llegaba a ser épica, todo lo contrario que en esta película, donde lo único destacable es cuando el Gigatonosaurus termina empalado en las garras del dinosaurio Freddy Krueger -lo llamo así, porque escribir su nombre es misión imposible -, que aparece por ahí sin venir a cuento.

Hablando del Gigatonosaurus ¿Dónde está ese gran villano que quiere ver arder el mundo que nos prometió Trevorrow? Porque yo no lo he visto por ninguna parte.

Y, hablando de arder, la gilipollez humana en su mayor esplendor. Hablo de cuando el villano Lewis Dodgson -personaje que aparecía en la película original y que aquí lo recuperan para convertirlo en una burda imitación de Steve Jobs -manda quemar las langostas para eliminar pruebas y termina incendiando el santuario de dinosaurios. Una escena tan bonita visualmente como estúpida argumentalmente.

En cuanto al reparto. Bryce Dallas Howard y Chris Pratt vuelven a estar muy bien en sus respectivos papeles, ahí no me quejo. 

También están muy bien el recuperado trío protagonista de la película original, Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum, y se agradece que su presencia en la película no sean simples cameos. Pero, como ya he mencionado antes, la historia que utilizan para introducirlos en la película no es la más acertada.

La película recupera a Daniella Pineda, a Justice Smith y Omar Sy, pero salen lo justo para decir "Hola" y ya está, porque para lo que hacen...

Lo mismo digo de Mamoudou Athie, que hace un buen trabajo, pero su personaje tiene interés 0 y, si lo hubieran eliminado, ni nos habríamos dado cuenta.

Todo lo contrario que DeWanda Wise, que además de hacer un muy buen trabajo, su personaje si está de lo más interesante y creo que daría mucho juego en futuras películas. Además, al contrario de lo que van diciendo por ahí, yo creo que su cambio de bando está bien justificado ¿A quién no le pone Bryce Dallas Howard?

En cuanto a Campbell Scott, que es quién da vida a Lewis Dodgson, pues tenemos un buen trabajo del actor frente a un personaje horrendo que nada tiene que ver con el que vimos en la película original.




Y, para terminar, el mayor desperdicio de la película. Dichen Lachman, una estupenda actriz a la que se le dan muy bien los papeles de villana y que en esta película podría haber dado mucho juego, pero es desperdiciada sacándola solo en la escena de Malta y luego olvidándose completamente de ella.

Bueno, vamos resumiendo ya.

Película patética y bochornosa que, desde luego, no es el cierra que esta trilogía merecía y, mucho menos, el final que merece la saga al completo.

Desde luego, no entiendo como, después de resucitar tan bien la saga, Colin Trevorrow ha podido meter la pata tan hasta el fondo con una película tan mediocre donde hasta las referencias a la película original son de lo más patéticas.






25 de junio de 2015

JURASSIC WORLD (2015)




















22 años después de que se estrenara la maravillosa Parque Jurásico y 14 años después del estreno de la última secuela, nos llega Jurassic World, la tan esperada cuarta entrega de esta saga.

Steven Spielberg, que ejerce de nuevo como productor ejecutivo, esta vez le cedió la dirección a un joven director sin ninguna experiencia en superproducciones, pero con un gran amor por Parque Jurásico.

La historia se sitúa 22 años después del incidente en Jurassic Park. InGen, ahora controlada por Simon Masrani (Irrfan Khan), un excéntrico multimillonario, ha construido en Isla Nublar un segundo parque, más grande y moderno, llamado Jurassic World. Dicho parque ha funcionado muy bien durante años, atrayendo a miles de visitantes. Sin embargo, después de tantos años, la gente ya se ha acostumbrado a los dinosaurios, que ven como animales normales, y esto ha hecho que desciendan los ingresos del parque, lo cual obliga a buscar atracciones novedosas. La última de ellas es el Indominus Rex, dinosaurio híbrido creado directamente a base de juntar el ADN del T-Rex con el de otros dinosaurios y otros animales. Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), la directora del parque, cree que el nuevo dinosaurio está ya listo para ser presentado al público, pero Masrani pide que antes Owen Grady (Chris Pratt) lo evalúe. Grady es un ex-marine que trabaja con los Velociraptors, con los que ha llegado a establecer un vínculo. Claire no está muy conforme, ya que ella y Owen tuvieron una relación que no salió bien, pero va a verle y lo lleva al recinto del Indominus Rex. Pero, en esos momentos, el nuevo dinosaurio logra escapar y, poco a poco, va provocando el caos en el parque. La cosa empeora cuando los sobrinos de Claire, que se encuentran en esos momentos en la isla visitando el parque, se pierden por la zona donde se encuentra el dinosaurio fugado.

Esta cuarta entrega ha tardado mucho en ver la luz. Originalmente, estaba prevista para estrenarse en 2005 –cumpliendo así la tradición de estrenar una película cada cuatro años –, pero la cosa no llegó a salir adelante.

Y es que Spielberg, bastante descontento con los resultados de Parque Jurásico III, esta vez se metió más en el proyecto y no quiso que la película saliera adelante hasta no haber un guión en condiciones. Así, durante años, el proyecto estuvo parado mientras varios guionistas, como el cineasta Peter Sayles o William Monahan, trabajaron continuamente en él. Se escribieron muchos borradores y se barajaron varias historias –entre ellas, la creación de híbridos entre humano y dinosaurio o la utilización de dinosaurios como armas de guerra –. Mientras, no paraban de salir todo tipo de rumores con respecto al reparto; desde los regresos de Sam Neill, Laura Dern o Jeff Goldblum hasta nuevas incorporaciones, como la de la actriz Keira Knightley.


En cuanto a la dirección, siempre sonó el nombre de Joe Johnston a pesar de que este dijo que no dirigiría más películas de la saga poco después del estreno de Parque Jurásico III.

El caso es que la película no conseguía salir adelante y, en 2008, tras haber quedado completamente paralizada a causa de la huelga de guionistas que comenzó a finales de 2007 y la muerte ese año de Michael Crichton, los productores Kathleen Kennedy y Frank Marshall lo dieron completamente por finiquitado. Sin embargo, es bien sabido que en Hollywood ningún proyecto está muerto del todo y esta película no iba a ser una excepción.

Así, en 2011 volvió a ponerse en marcha, esta vez con más fuerza, de nuevo con Spielberg, desde su cargo como productor ejecutivo, como su principal impulsor. Se dijo que esta entrega contaría con un reparto completamente distinto e iba a ir por un camino muy diferente a las anteriores entregas; además de que iba a renovar la saga, siendo el inicio de una nueva trilogía. Todo esto hizo pensar que, en lugar de una cuarta entrega, la película iba a ser un reboot, lo que despertó muchas críticas; tantas que hasta el propio Spielberg tuvo que salir a desmentirlo en más de una ocasión.

En junio de 2012, Amanda Silver y Rick Jaffa, que venían precedidos del éxito de El Origen del Planeta de los Simios (Rupert Wyatt, 2011), fueron contratados para escribir el guión y, por primera vez, la película comenzó a ir tomando forma.

Sobre quién la iba a dirigir, Spielberg dejó claro desde el principio que no iba a repetir como director y volvió a rumorearse el regreso de Joe Johnston. Finalmente, en marzo de 2013 se hizo público que el elegido para dirigir la película era Colin Trevorrow. Una decisión muy arriesgada, ya que este director tenía una total inexperiencia en superproducciones y su filmografía como director se limitaba a un cortometraje, un documental, un telefilm y la película Seguridad no Garantizada (2012), una comedia de ciencia ficción independiente. Sin embargo, ya es bastante habitual ver superproducciones dirigidas por directores con poca –incluso nula –experiencia en este tipo de películas; el año pasado tuvimos buenos ejemplos con los hermanos Russo (Capitán América: El Soldado de Invierno), Gareth Edwards (Godzilla) y James Gunn (Guardianes de la Galaxia). Además, Trevorrow tenía a favor dos importantes elementos: un gran talento como director y, sobre todo, una gran pasión por Parque Jurásico.

Nada más llegar, Trevorrow se hizo rápidamente con el proyecto y, contando con la total aprobación de Spielberg, lo moldeó a su gustó. No contento con el guión de Silver y Jaffa, reescribió el guión a su gusto ayudado por Derek Connolly, un colaborador habitual. Esto hizo que el estreno de la película se retrasara del verano de 2014 al verano de 2015.

Esta reescritura, más recientemente, le ha causado a Trevorrow problemas con el sindicato de guionistas, lo que le ha obligado a hacer que Silver y Jaffa aparezcan en los créditos como guionistas y no solo como inspiradores argumentales.

Afortunadamente, este parece haber sido el único gran problema del director durante la producción de esta película, la cual se desenvolvió sin apenas problemas hasta dar forma a la película que ahora nos ocupa; la cual se estrenó el pasado fin de semana y su éxito ha sido brutal. Solo en EEUU recaudó en su primer fin de semana 209 millones de dólares, superando a Los Vengadores (Joss Whedon, 2012) como mejor estreno. Y no solo eso, ya que también hizo 511 millones a nivel global, siendo la película que logra recaudar más de 500 millones en su primer fin de semana. A día de hoy, lleva recaudados 437 millones en EEUU y 584 millones, por lo que su recaudación global asciende a 1.021 millones de dólares. Todo esto en su segunda semana, y las cifras aumentarán mucho más este fin de semana. La película va a superar pronto lo 1.029 millones de dólares de Parque Jurásico, convirtiéndose en la entrega más taquillera de la saga y a este paso hasta podría superar a Los Vengadores e, incluso, a Titanic y Avatar.

Normalmente, las cifras de taquilla las suelo poner como simple dato informativo. Sin embargo, aquí hay que tener en cuenta los impresionantes datos de taquilla que la película está haciendo. Porque, aunque Parque Jurásico batiera records en su día, sus secuelas han ido en descenso. El Mundo Perdido: Jurassic Park no llegó a superar los 300 millones en EEUU y su recaudación global fue de 618 millones de dólares, muy lejos de los 983 millones que hizo en su día Parque Jurásico –los 1.029 millones son a causa de su reestreno en 2013 –. Y el panorama es aún peor con Parque Jurásico III, la cual no llegó ni a alcanzar los 200 millones en EEUU y su recaudación global se quedó en 368 millones de dólares.

La saga iba en claro descenso. Pero, ahora –más de una década después de la tercera y más de dos décadas después de la primera –, la saga ha vuelto a ascender y lo está haciendo a velocidad de vértigo.


Además, por primera vez una gran parte de la crítica se muestra por primera vez favorable; la otra parte, cómo no, sigue en sus trece. En el público también hay división. Muchos afirman haberse sentido defraudados y que la película no vale para nada, mientras otros hablan maravillas de ella.

¿Y que pienso yo? Pues a eso es a lo que voy ahora.

Para entender el éxito de esta película, hay que hacer algo de memoria. Aunque muchos se empeñen en decir que Parque Jurásico no es más que una película infantil y simplona, fue una película que revolucionó el cine –para bien y para mal, todo hay que decirlo –y, además, influyó en muchas personas, a las que dejó muy marcadas. Yo lo sé bien porque yo fui una de esas personas a las que marcó, haciéndome despertar la pasión por el cine que, entre otras cosas, hizo posible la creación de mis blogs. Y, sin duda, otra de las personas a las que marcó fue Colin Trevorrow.

La película me... 




HA ENCANTADO



Yo aún recuerdo cuando vi Parque Jurásico por primera vez en 1993. Tenía 13 años, pero aún recuerdo ese momento como si fuera ayer, porque fue toda una experiencia ver esa película por primera vez; una experiencia irrepetible que se tiene con pocas películas.

Pues bien, ahora, 22 años después, he vuelto a sentir una sensación parecida. Mientras veía la película, por un momento, sentí como si tuviera 13 años otra vez, disfrutando enormemente todos y cada uno de los grandes momentos de la película y quedándome con una ganas tremendas de repetir nada más terminar.

Y esto me lleva a pensar que, al igual que yo, muchos que también adoran Parque Jurásico tanto como yo, seguramente, han vuelto a sentir lo mismo que cuando la vieron por primera vez. Y no solo eso, también gran parte del público joven que no pudo verla en su día en el cine –el reestreno en 3D que hicieron en 2013 no cuenta –ha debido de experimentar algo parecido a lo que experimentamos nosotros 22 años atrás.

Para mí que es ahí donde radica el enorme éxito de esta película. Mientras las otras secuelas solamente servían para explotar más la fórmula, esta película recupera, en gran parte, la esencia de lo que en realidad fue Parque Jurásico, una película realmente mágica que cautivó a toda una generación y a generaciones posteriores. Y esta Jurassic World recupera, no todo, pero si mucho de todo aquello, logrando un perfecto equilibrio entre lo nostálgico y lo novedoso.

Para mí, esa era sin duda la intención de Trevorrow, quién ha hecho una secuela a nuestra medida, guardando un gran respecto a la primera película, a la que dedica multitud de guiños, homenajes y, sobre todo, un montón de huevos de pascua, todos muy bien introducidos entre los nuevos elementos, más carácterísticos con esta época.

El Mundo Perdido y Parque Jurásico III también introducían homenajes, pero eran homenajes muy descafeinados y bastante insustanciales. Nada comparable con esta película, que hasta me ha hecho emocionarme varias veces.

Desde luego, he disfrutado enormemente viéndola y la sensación de satisfacción que me ha dejado ha sido enorme. No creía que llegaría a decir esto, pero he disfrutado más, incluso, que con Los Vengadores: La Era de Ultron; ahora me arrepiento de haber elegido la película de Joss Whedon –quién, por cierto, tuvo una puya con Trevorrow de la que prefiero no hablar ahora –para ir a la ciudad a verla en su estreno y no esta porque, desde luego, ahora veo que merecía más la pena.

Técnicamente, la película está hecha de forma muy brillante. Trevorrow la dirige muy bien y en ningún momento se nota que es un novato en las superproducciones. Los efectos especiales son fabulosos y el diseño de producción es brillante. 

Los dinosaurios están logradísimos. El mejor, sin duda, sigue siendo el T-Rex, que es el mismo que aparecía en Parque Jurásico –incluso, luce las cicatrices que le dejó el Velociraptor –; me hubiera gustado que saliera más, pero no me importa mucho porque, como predije, aquí le devuelven a este animal la dignidad de la que le despojaron en Parque Jurásico III. Los Velociraptors también son formidables y me alegro de que hayan prescindido de las plumas pese a la insistencia de los científicos. En cuanto a los nuevos, el Mosasaurus es impresionante; solo sale tres veces, pero esas tres veces son formidables. Y la gran estrella de la película, el Indominus Rex, está muy bien hecho y luce un aspecto horrible, más asemejado a un monstruo que a un dinosaurio; aunque, esa es la intención del film, ya que, como dice el personaje de Chris Pratt, no es un dinosaurio. 


El guión no es ninguna maravilla ni digno de un oscar, pero es un buen guión. Sencillo, pero efectivo, que va directamente al grano con la historia principal, la cual va progresando desde que empieza hasta que termina, sin desperdiciar mucho tiempo en las otras subtramas; como la referente al divorcio de los padres de los niños, la cual está tratada de una forma brillantemente sutil.

Otro punto a favor son los actores.

Comenzando por Chris Pratt, quién hace un estupendo trabajo en su papel protagonista; no consigue hacer olvidar a Sam Neill, pero si logra que no se le eche de menos. Debo decir que en los tráilers parecía que su personaje recordaba demasiado al Star-Lord de Guardianes de la Galaxia y que el tipo estaba empezando a encasillarse. Pero nada más lejos de la realidad, ya que, una vez vista la película, te das cuenta de que el personaje, aunque guarda similitudes con Star-Lord, no es, ni mucho menos, una copia de ese personaje.

La otra gran protagonista de la historia, Bryce Dallas Howard, además de muy bella, también está estupenda en su papel. Además, me gusta cómo va evolucionando su personaje a lo largo de la película. Por no hablar que la química entre ella y Pratt es tan grande que, incluso, se pasa por alto que la relación romántica entre ella  Pratt es bastante tópica; afortunadamente, no le dan mucha coba.

Los dos niños, Nick Robinson y Ty Simpkins también están muy bien y, al igual que los niños de la primera película, no resultan ninguna carga para el film –que es lo que suele ocurrir cuando meten niños de por medio –; y eso que uno de ellos es el niñato repelente de Iron Man 3 (Shane Black, 2013), que aquí logra redimirse.

Vincent D´Onofrio este año ha vuelto a demostrar que los papeles de villano son lo suyo. Primero como un excelente Kingpin en la estupenda serie Daredevil y, ahora, con un estupendo trabajo como el villano principal de este film. Irrfan Khan está genial como millonario excéntrico y el único que repite de la primera, BD Wong como el doctor Henry Wu, hace un trabajo equivalente al que hizo en 1993; aunque, aquí he perdido bastante de la simpatía que tenía por este personaje.

En general, los actores hacen un buen trabajo; todo ello, acrecentado por una muy lograda dirección de actores de Trevorrow, que es el alma de la película.

Pero, en lo que Jurassic World ha conseguido triunfar es, sin duda, en devolvernos el espíritu de Parque Jurásico adaptado a los nuevos tiempos. Y lo ha hecho porque Trevorrow, contando en todo momento con el beneplácito de Spielberg, ha hecho la película que él quería hacer y que todos los amantes de Parque Jurásico queríamos y esperámonos. Y que, además, la ha hecho con sentimiento y, sobre todo, amor, notándose en cada uno de los fotogramas la pasión que ha puesto en esta película; que no deja de ser un blockbuster veraniego que la Universal ha producido para llenar sus arcas, pero eso no impide que su responsable pueda hacerla desde las tripas, como dicen los seguidores del cine de autor.

Y es que, por encima de los dinosaurios, el guión, los efectos especiales y el reparto, lo que más ha hecho que esta película esté triunfando cuando lo tenía todo en contra –puesto que estamos en una época en la que los efectos especiales están a la orden del día y el público es cada vez más difícil de impresionar –ha sido el empeño, las ganas y, sobre todo, la pasión que Trevorrow ha puesto en este film.


Y es que Trevorrow es alguien que siente verdadero amor por Parque Jurásico, el cual se siente en todos y cada uno de los fotogramas de esta película. Contando en todo momento con el beneplácito de Spielberg, el tipo ha hecho la película que todos los amantes de Parque Jurásico estábamos esperando; una película hecha desde el corazón y las tripas -como ya he dicho antes -de alguien que hace 22 años quedó muy impresionado y ha querido que él y todos los que sentimos esa sensación volvamos a repetir la experiencia.

Donde más se aprecia todo esto es, sin duda, en el momento cumbre de la película: EL CLIMAX. Un momento brillante, épico, impresionante y, sobre todo, cargado completamente de nostalgia. Es cierto que es un momento predecible, cosa que resaltan los detractores de la película, pero lo es porque es el climax que estábamos esperando; la película tenía que terminar de esa manera.

Una película que para mí ha sido maravillosa. Me ha hecho disfrutar enormemente  y hasta ha llegado a teletransportarme a aquel momento de 1993 en el que mi vida cambió. Una película que, sin duda, hay que ser un verdadero amante de Parque Jurásico para poder apreciar en su totalidad todas sus virtudes y no dejarse cegar por tonterías como que la protagonista corra con tacones –cosa que se ve mil veces en las películas de aventuras clásicas y nadie dice nada –.

No llega a la categoría de obra maestra, como Parque Jurásico, a la que no llega a igualar, pero si logra acercársele mucho; muchísimo más que las otras dos entregas, El Mundo Perdido y Parque Jurásico III, a las que deja a la altura del betún.

Para mí es, sin duda, una de las mejores películas del año; con muchas opciones a ser la mejor.