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4 de noviembre de 2011

BATMAN (1989)













El 20 de julio de 2012 se estrena The Dark Knight Rises, la tercera película de Batman dirigida por Christopher Nolan, el hombre que le devolvió la vida al hombre murciélago en el cine después de que Joel Schumacher lo asesinara salvajemente en 1997. No hay duda de que -a pesar de que algo me lo impida -escribiré aquí su correspondiente análisis en cuanto la vea. Pero, hasta entonces, pienso analizar aquí todas las películas de Batman.

Y comienzo con el film con el que Tim Burton revolucionó el cine de superheoes a finales de los 80 y que hasta 2005 tuvo el honor de ser la mejor película de Batman que se había hecho.

Aunque yo soy mas del Batman de Nolan, como bien sabéis los que me leéis, no me olvido de este film con el que he crecido y que me hizo disfrutar en mi infancia. Aunque, sinceramente, aunque me sigue gustando, ya no me impresiona como antes. Y no lo digo solo por el impacto que produjeron en mi las películas de Nolan, sino porque el paso del tiempo no le ha sentado nada bien a esta película y, hoy día, cada vez me fijo mas en sus defectos que en sus virtudes; no solo como fan de Batman, también como amante del cine en general.


Pero vayamos por partes.


La película comienza en Gotham City, una gran urbe asolada por el crimen organizado, el cual está representado por Carl Grissom (Jack Palance), el gran capo local. No obstante, las cosas empiezan a cambiar cuando surge un misterioso enmascarado en la noche que empieza a combatir el crimen a espaldas de la policía disfrazado como un murciélago y haciéndose llamar Batman. Este misterioso justiciero no es otro que Bruce Wayne (Michael Keaton), un millonario que, siendo niño, vio como sus padres eran asesinados por un atracador, lo que hizo que decidiera dedicar su vida a la lucha contra el crimen; labor en la que le ayuda Alfred Pennyworth (Michael Gough), su fiel mayordomo.
Pronto, las acciones de Batman empiezan a ser seguidas, además de por la policía o los hombres de Grissom, por los periodistas. Entre estos últimos está Vicky Vale (Kim Basinger), una tenaz reportera y fotógrafa que llega a Gotham con intención de desenmascarar al hombre murciélago. Mientras tanto, Grissom descubre que su esposa, Alicia (Jerry Hall), tiene una relación con su principal lugarteniente, Jack Napier (Jack Nicholson), por lo que decide deshacerse de él enviándole, bajo el pretexto de eliminar pruebas, a una fábrica de productos químicos donde caerá en una emboscada de la policía. Napier logra escapar de la policía, pero Batman le corta el paso y, en plena pelea, el gamster cae a una gran olla de ácido. Es dado por muerto, pero logra sobrevivir, aunque completamente desfigurado, adquiriendo la apariencia de un payaso. Ha nacido el Joker.

Esta película tardó diez años en ver la luz. En 1979, tras el éxito de Superman (Richard Donner, 1978), la Warner puso en marcha un proyecto cinematográfico para llevar al cine a Batman. No obstante, este proyecto no lograba salir adelante y el estudio empezó a perder interés en él. La cosa cambió a mediados de los 80, cuando Frank Miller le dio un nuevo impulso al hombre murciélago en los cómics con El Regreso de el Señor de la Noche y hasta que Tim Burton se puso, finalmente, al frente del proyecto después de una incansable búsqueda de posibles directores entre los que se encontraban Joe Dante, Ivan Reitman o, incluso, Ridley Scott.

La película fue un éxito enorme. Con un presupuesto de 35 millones de dólares, logró recaudar 250 millones de dólares solo en EEUU y superó los 400 millones de dólares con la taquilla mundial. También fue muy bien recibida por crítica y público y se convirtió, a parte del inicio de una saga, en todo un fenómeno cultural, poniendo de nuevo a los cómics en el punto de mira de Hollywood, como ya hiciera en su día el Superman de Donner. Además, ayudó al público no lector de cómics a quitarse de la cabeza la imagen hortera que tenían de Batman heredada de la serie de Tv de los años 60 y la versión fílmica de esta. Aunque, lo mas importante es que gustó a los fans de Batman.


¿Y que me parece a mi este film?

Como ya he dicho, yo aluciné con esta película en mi infancia pero, con el paso de los años, el impacto se ha ido desinflando; además, cabe decir que por entonces me tragaba cualquier cosa sobre Batman, incluso la serie hortera de los 60, por lo que no es de extrañar que alucinara tanto. Hay muchas películas que han marcado mi infancia. Unas han envejecido bien y para mi se mantienen tan frescas como el primer día; otras, en cambio, han ido perdiendo fuerza con el paso de los años y, aunque siguen gustándome mucho, vistas a día hoy no causan el mismo impacto.

Esta es una de ellas.

Visualmente, la película es maravillosa. El diseño de producción –por el que la película ganó un muy merecido oscar –es realmente excelente, muy fiel a los cómics y con una estética, que mezcla la moda propia de los años 20 o 40 con elementos propios de la época actual, muy lograda. El diseño del traje de Batman me encanta, lo mismo que el de su nuevo logo o el del Batmóvil y el Batwing, que son realmente alucinantes. La dirección de Burton está muy lograda. Aunque el tipo no es muy conocedor de los cómics –tal y como él mismo ha reconocido en varias ocasiones –, su estilo oscuro y gótico sirvió muy bien a la película. Lo mismo que la estupenda banda sonora, obra del gran Danny Elfman -que es colaborador habitual de Burton -, la cual es realmente impresionante.

También a nivel interpretativo la película está muy acertada. Los actores lo hacen muy bien y su trabajo es realmente muy bueno. Sobre los actores no hay ningún problema. El problema es como están tratados los personajes; cosa de lo que hablaré mas adelante.


A nivel visual y de interpretación, la película está bien. Pero, hace falta mucho mas para lograr una gran película y, sobre todo, una gran adaptación de Batman, uno de los personajes de cómic mas complejos que existen.

Uno de los puntos débiles del film es, sin duda, su guión, el cual no es malo, pero es bastante simplón y, a veces, está mal esquematizado. Es bien sabido que la elaboración del guión de esta película fue un auténtico caos, con un montón de borradores y reescrituras, y eso se nota mucho en el film.

Además, como adaptación falla mucho. La película se centra mucho en mostrar a Batman como el personaje oscuro y rodeado de oscuridad que se ve en los cómics, hasta ahí bien. Pero, por otro lado, pasa por alto muchas cosas esenciales en las historias de Batman. Una es su alter ego, Bruce Wayne, el cual es otra parte fundamental para entender la psicosis del personaje y que en la película es una personalidad casi nula a pesar de la estupenda interpretación de Michael Keaton, que es un excelente actor y ha sido mejor Batman que su antecesor, Adam West, o sus sucesores, Val Kilmer y George Clooney. Pero, aún así, no me parece que sea el Batman definitivo.

Lo mismo que el Joker, villano principal del film y la némesis de Batman en los cómics, que aquí está interpretado por otro excelente actor: Jack Nicholson.

Este Joker luce un aspecto impresionante y muy fiel al de los cómics, captando hasta el mas mínimo detalle, tanto en su vestimenta, como en su aspecto físico. Además, la interpretación de Nicholson es sensacional y el personaje mantiene mucho de la personalidad y el humor negro que lo caracterizan. Este Joker está muy logrado y es un estupendo villano. Sin embargo, le falta un detalle fundamental. Y es que este Joker...



...NO DA MIEDO.



En los cómics, el Joker es un personaje terrorífico. Un auténtico hijo de puta. Alguien a quién no querrías tener ni a diez kilómetros de distancia. En serio, a mi este personaje siempre me ha acojonado leyendo los cómics. Solo de pensar que pudiera existir alguien así en la vida real se me ponen los pelos como escarpias.

No quiero decir que este Joker sea una hermanita de la caridad –o un payaso a secas como el de la serie de los 60 –, pero os juro que en ningún momento me llegó a dar miedo, ni siquiera cuando vi la película por primera vez con 11 o 12 años –tenía 9 años cuando la estrenaron en el cine, pero no pude verla entonces y tuve que esperar un poco para ello –. Es un cabrón, un psicópata y un cachondo que se parte de risa cuando mata a la gente sin pestañear y que desfigura mujeres. Pero, aún así, no me llegó a dar ni una pizca del pavor que me produce en las viñetas.


Eso sin mencionar lo mucho que me fastidia que le busquen unos orígenes, algo que no me gusta nada. Incluso en La Broma Asesina, el estupendo cómic de Alan Moore, las partes correspondientes al origen del Joker me parecen prescindibles. Uno de los mejores puntos del Joker es no saber quién es, ni de donde ha venido o cuales son las razones de su demencia. Precisamente, por eso es el mayor adversario de Batman, ya que es un oponente al que el héroe no puede llegar a comprender.

De que le conviertan en el asesino de los padres de Batman, ya ni hablo –los hay que, para justificarlo, dicen que el que le acompaña en la escena del asesinato de los padres es el mismo Joe Chill, el verdadero asesino de los padres en los cómics, pero eso no me vale – . Aunque, bueno, es una licencia que se puede pasar por alto.

Lo que de verdad no me hace ninguna gracia es que lo maten al final. David S. Goyer, co-guionista de las películas de Nolan, afirma que fue el mayor error que cometieron en la película y yo, desde luego, le doy la razón. Burton lo justificó diciendo que no veía lógico que el Joker volviera a aparecer en futuras secuelas. Una tontería y, desde luego, no es razón para matar al mayor enemigo de Batman. Da igual que no fuera a aparecer en otras películas, el solo hecho de saber que está vivo y preso en Arkham para mi es mas que suficiente.

Además, en la película Batman es causante de otras muertes, convirtiéndole en un asesino; algo que ni por asomo es en los cómics.


Quién de verdad sufre un trato realmente nefasto en la película es, sin duda, el comisario Gordon, personaje que en los cómics tiene una gran importancia como aliado del hombre murciélago, pero que en la película lo convierten en un secundario del tres al cuarto, cuya relación con Batman es casi nula y su presencia en el film es completamente anodina. Al menos, el actor que le da vida, Pat Hingle, hace un buen trabajo; ya he dicho que el trabajo interpretativo del film es bastante bueno.

Por otro lado, Vicki Vale está realmente fantástica. Interpretada por Kim Basinger, que además de muy bella es una excelente actriz, la chica del film es sin duda de lo mejor de la película a nivel de personajes junto con Alfred, el fiel mayordomo de Bruce Wayne y mano derecha de Batman, interpretado por Michael Gough.

Y no me olvido de Billy Dee Williams -el Lando Calrissian de Star Wars -, que da vida a Harvey Dent, el futuro Dos Caras –si, Burton también se atrevió a poner a un actor negro para interpretar a un personaje de cómic de raza blanca –o Jack Palance, que interpreta a Carl Grissom, un personaje que no aparece en los cómics, pero que está inspirado en el personaje de Rupert Thorne. Ambos hacen un buen trabajo como actores, pero ambos están bastante desaprovechados.


Resumiendo.

Una película bastante buena. Muy entretenida y, sobre todo, muy lograda a nivel visual e interpretativo, pero que falla mucho como adaptación y que, como ya he dicho antes, ha envejecido muy mal con el tiempo. Además, a pesar de su estupendo diseño de producción y la buena dirección de Burton, hay momentos en los que la puesta en escena resulta demasiado teatral y eso estropea algo el conjunto.

Es muy superior a otras adaptaciones del hombre murciélago, sobre todo a la serie de los 60 o sus secuelas; especialmente, las que dirigió Joel Schumacher. Pero, sin duda, no es la adaptación definitiva de Batman. Por decirlo de una manera, se centra mas en el disfraz que en el hombre que va dentro de él.


Tendrían que pasar 16 años para que Batman tuviera la adaptación cinematográfica que de verdad se merece.