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7 de agosto de 2012

BRAVE (INDOMABLE) (2012)








Después de su fallida experiencia en el cine de acción real con John Carter, el estudio Pixar regresa con lo que mejor se le da, el cine de animación, con Brave –que en España lleva el subtítulo de Indomable –, una película original, aunque inspirada en las leyendas populares que dieron píe a los famosos cuentos de hadas de los Hermanos Grimm.

La película se estrenó en EEUU el pasado 22 de junio, pero a España no llega hasta el próximo 10 de agosto. Claro, que yo no quise esperar tanto y me las arreglé para verla en V. O. a principios de julio. No obstante, cosas como el Comic-Con de San Diego y el estreno de The Dark Knight Rises hicieron que olvidara dar mi opinión sobre la película en este blog.

No obstante, recientemente, he podido verla de nuevo –y con mejor calidad, debo decir –, y, aunque tengo pensado verla en el cine cuando la estrenen aquí, pienso que ya es hora de que diga lo que me ha parecido.

La película cuenta la historia de Mérida (voz de Kelly MacDonald), una princesa nórdica guerrera, rebelde e impetuosa, muy hábil con el manejo del arco, hija del Rey Fergus (voz de Billy Connolly) y la Reina Elinor (voz de Emma Thompson). Cuando sus padres, siguiendo la tradición del reino, concertan un duelo entre los primogénitos de los señores mas importantes de Escocia para que el ganador consiga su mano, ella, dispuesta a forjar su propio destino, se revela y participa en el torneo, siendo ella la ganadora. Esto provoca el caos en el reino y la ira de su madre, con quién tiene una fuerte discusión tras la cual Mérida se escapa. En el camino se topa con una extraña anciana (voz de Julie Walters) que resulta ser una bruja. Mérida cree encontrar en ella la solución y le pide un hechizo con que poder cambiar a su madre para que la deje tener su propio destino. La mujer acepta, pero el hechizo traerá consigo peligrosas consecuencias.

Brenda Chapman (El Príncipe de Egipto) fue quién ideó el argumento de este film y quién lo iba a dirigir. No obstante, desacuerdos con el estudio hicieron que abandonara la producción y fuera sustituida por Mark Andrews. Aún así, ha permanecido en los créditos como co-directora, co-guionista y autora del argumento.

Con un presupuesto de 185 millones de dólares, la película ha conseguido recaudar 223 millones solo en EEUU y 118 millones mas en el resto del mundo, haciendo un total de 341 millones de dólares. La película ha sido un éxito, aunque bastante por debajo de lo esperado en comparación a las cifras a las que el estudio nos tiene acostumbrados.

Debo decir que la película me decepcionó un poco cuando la vi por primera vez, ya que esperaba otra cosa, como algo con mas acción, digamos. Además, Pixar se ha sumado también a todo esto de los trailers engañosos; lo digo por ese teaser trailer donde veíamos a la protagonista viéndoselas cara a cara con un oso y que no aparece en la película.

Claro, que la cosa ha mejorado con el segundo visionado y la película me ha gustado mas. Aunque, aún así pienso que la idea de la película era diferente al resultado final. Creo que Brenda Chapman tenía otra historia pensada y hubiera sido interesante verla. Aún así, el resultado es bastante bueno.

Tecnicamente, no entraré en detalles sobre como es la animación, ya que, en el caso de Pixar, la animación es siempre de principal calidad y en esta película nos lo vuelven a demostrar con creces. Todo acompañado por un espectacular diseño de producción. El diseño de los personajes está muy bien. De nuevo vuelven a demostrar que no hace falta darles un aspecto realista para que parezcan mas humanos y que con un aspecto mas de dibujos animados resultan mas creíbles.

A nivel de guión, la película también está muy acertada, aunque comienza a desinflarse un poco en la segunda mitad. Afortunadamente, la cosa mejora con el impresionante climax. Lo mejor de la película es, sin duda, su protagonista, que es de lo mas carísmatica, y la relación que esta tiene con su madre, verdadero eje central de la historia.

Las escenas de acción, aunque pocas, están muy logradas y los momentos cómicos, la mayoría de ellos a cargo de los tres hermanos de la protagonista, no están mal.

Resumiendo.

La película no ha sido lo que me esperaba, pero sus resultados son muy satisfactorios. Una buena película muy digna de los demás trabajos de Pixar, que vuelve a demostrar que, dentro del cine de animación digital, son los mejores y que casi nadie puede hacerles sombra; tan solo la saga Shrek se ha atrevido a pasarles por encima.

Desde luego, si hacen una secuela yo no me la pierdo.





21 de mayo de 2012

JOHN CARTER (2012)








John Carter ha sido uno de los fracasos mas sonoros de este año, uno de los mayores fiascos de Disney y el primer batacazo de la compañía de animación Pixar, la cual afrontaba aquí su primera película en acción real.

La película es la adaptación de un personaje creado por el escritor Edgar Rice Burroughs –el creador también de Tarzán –, protagonista de una saga de novelas, conocida como Serie Marciana, que mezcla ciencia ficción con elementos de fantasía heroica.

Esta serie, que consta de 11 novelas, fue creada hace un siglo y ha inspirado muchos trabajos posteriores, como los seriales de Flash Gordon o Buck Rogers, las sagas de Star Wars o Star Trek e, incluso, la reciente Avatar (James Cameron, 2009), en donde se puede notar mucho de la influencia de estas novelas. Sin embargo, no había tenido una adaptación cinematográfica en condiciones hasta ahora.

La película adapta la primera novela de la saga, titulada Una Princesa de Marte, que fue escrita en 1911 y publicada en la revista pulp All-Story Magazine en 1912 y como novela en 1917.

La historia comienza en 1881. El joven Edgar Rice Burroughs (Daryl Sabara) recibe la noticia de que su tío, John Carter (Taylor Kitsch), ha muerto y le ha dejado en herencia la gran fortuna que hizo con el oro que encontró en las montañas de Arizona junto con todas sus posesiones. Otra cosa que también le ha legado es su diario, del cual dejó instrucciones de que solo él podía leerlo. La historia retrocede así al año 1868, cuando Carter se encuentra en Arizona buscando el oro. Carter es un veterano de la Guerra de Secesión que lo perdió todo –especialmente a su familia –en esa guerra y no tiene deseos de luchar. Sin embargo, el ejército federal, conociendo su brillante historial militar, quiere obligarlo a unirse a ellos en la lucha contra los apaches. John se niega y huye a las montañas, donde se verá teletransportado hasta el planeta marte.

Allí es capturado por los Tharks, unos seres de aspecto rectiloide con cuatro brazos que lo ven como una amenaza. Por su parte, la princesa Dejah Thoris (Lynn Collins), hija del rey de Helios (Ciarán Hinds), huye para evitar un matrimonio obligado con Sab Than (Dominic West), rey de la rival ciudad de Zodanga. Este es ayudado por los Therns, unos seres muy avanzados que dominan el noveno rayo, una fuente de energía infinita, lo que le hace tener una gran ventaja en la guerra y ahora pide la mano de Dejah a cambio de una tregua; aunque, detrás de todo esto, están los perversos planes del líder de los Therns, Matai Shang (Mark Strong). En su huida, la princesa es rescatada por Carter, aunque cae también prisionera de los Tharks. No obstante, Tars Tarkas (Willen Dafoe), el rey de los Tharks, les ayuda a escapar a cambio de que se lleven con ellos a Sola (Samantha Morton), su hija secreta, y la pongan a salvo.

La idea de llevar a John Carter al cine no es algo nuevo. En los años 30, el legendario animador Bob Clampett intentó realizar una adaptación en forma de película de animación para Warner Bros., pero no llegó a salir adelante a pesar de contar con el apoyo del mismo Burroughs.

Mas recientemente, en 2009, la temible The Asylum hizo una versión muy libre de Una Princesa de Marte dirigida por Mark Atkins y protagonizada por Antonio Sabato Jr. y Traci Lords. Se trataba de una cutre producción de serie Z –muy en la linea de este estudio –donde John Carter era un soldado americano de la guerra de Afganistán y su viaje a Marte se debía a un experimento que los militares hacen con él tras quedar malherido en una emboscada. Además, el planeta al que viaja no es nuestro vecino planeta rojo, sino un planeta de una galaxia lejana llamado Marte 216. Creo que no hace falta que diga que este engendro fue a parar directamente a las estanterías de los videoclubs.

En cuanto a la película que nos ocupa, se trata de un proyecto ha tardado mucho tiempo en ver la luz.

El primer intento fue en los años 80. La productora Carolco puso en marcha un ambicioso proyecto que iba a estar dirigido por John McTiernan, director de joyas como Depredador (1987), La Jungla de Cristal (1988) o La Caza del Octubre Rojo (1990), y donde Tom Cruise iba a dar vida a John Carter. Este proyecto no llegó a salir adelante, entre otras cosas, por las límitaciones de la época. El propio McTiernan, tras unas pruebas para los efectos especiales, dijo que una película de ese calibre iba a quedar bastante ridícula si se hacía con la tecnología de entonces.

El proyecto cayó entonces en el olvido durante muchos años, hasta que, en 2004, fue rescatado por la Paramount. El primer director contratado fue Robert Rodriguez, pero este terminó marchándose por, entre otras cosas, la controversia que tenía entonces con el sindicato de directores por haber puesto a Frank Miller como co-director de Sin City (2005). El siguiente elegido fue Kerry Conran, director de la excelente, y menospreciada, Sky Captain y el Mundo del Mañana (2004), pero este también terminó marchándose. La cosa pareció salir adelante en 2006, cuando Jon Favreau se hizo cargo del proyecto; pero este prefirió mejor dirigir Iron Man (2008) y se marchó también.

Además, por aquel entonces, el estudio ya estaba perdiendo el interés en este proyecto y decidieron vender los derechos a Disney, que decidió encomendar el proyecto a la compañía Pixar, el famoso estudio de animación que aquí afrontó su primera película en acción real, poniendo al frente de ella a Andrew Stanton, director de las estupendas Buscando a Nemo (2003) y Wall-E (2008), y eligiendo como protagonistas a Taylor Kitsch, el que diera vida a Gambito en X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009) y al que podemos ver estos días también en Battleship, de Peter Berg, como John Carter y a Lynn Collins, que también estuvo en la película de Lobezno dando vida a Silverfox, como Dejah Thoris, la princesa de Marte del título.

La película, como he dicho al principio, ha sido un gran fracaso. Con un enorme presupuesto de 250 millones de dólares, la película solo ha hecho 72 millones de dolares en EEUU, no llegando ni tan siquiera a los 100 millones. Afortunadamente, en el resto del mundo ha hecho 200 millones de dólares con los que la película logra recuperar lo invertido y poco mas, salvando un poco los muebles. Pero, aún así, la película ha sido un desastre. Ya se ha cancelado la secuela que había preparada y dudo mucho que Pixar vuelva a hacer otra película en acción real; al menos, no tan ambiciosa como esta. Al menos, a Disney se le habrá pasado ya el cabreo gracias a los 1.180 millones que Los Vengadores está haciendo en todo el mundo.

¿Se merece esta película un fracaso como este?

A mi, personalmente, la película me ha gustado, aunque, en el fondo, me ha dejado cierta sensación de frialdad y entiendo un poco por qué no ha atraído del todo al gran público.

Vayamos por partes.

Visualmente, la película es impresionante. Está muy bien rodada, sobre todo en las escenas de acción, el diseño de producción es excelente y los efectos especiales son alucinantes. Los Tharks están logradísimos e interactúan muy bien con los personajes reales, los monos blancos son alucinantes y te hacen saltar en la butaca cuando los ves aparecer por primera vez, las naves molan no están nada mal y el Woola, esa especie de perro espacial que sigue a Carter, es realmente genial.

La película, visualmente, es todo un espectáculo, hasta ahí todo bien. Pero, es en lo demás donde la película, aunque no falla del todo, no logra estar a la altura.

Yo me leí Una Princesa de Marte hace mucho tiempo, creo que aún iba al colegio, pero recuerdo lo sufuciente como para saber que la película se toma muchas libertades, pero se mantiene bastante fiel al contexto de la historia.

El gran problema es su guión, el cual no es malo del todo, pero es muy simplón y, además, está estructurado de una forma que hace que el ritmo decaiga muchas veces, con lo que la película se hace a ratos aburrida.

La película tiene momentos brillantes, como su comienzo en la Tierra, cuando se encuentran por primera vez Carter y Dejah Thoris, la pelea en la arena con los monos blancos o la batalla final; aunque me hubiera gustado que esta fuera algo mas densa. Pero, entre medias, hay una buena cantidad de tiempos muertos. Algunos están bien resueltos, pero en la mayoría de ellos la trama se desploma y llega a aburrir terriblemente.

La única película de Pixar que me había llegado a aburrir a ratos fue Cars (John Lasseter y Joe Ranft, 2006), pero tan solo fueron escasos minutos. Esta, en cambio, es otro cantar.

Otro problema son los personajes, los cuales están muy bien, pero no terminan de ser desarrollados del todo en el guión. Y es una pena, porque los actores lo hacen muy bien, incluso los que hacen de personajes digitales; la motion capture hace maravillas.

Resulta bastante curioso que un estudio como Pixar, cuyas películas en animación se caracterizan por tener guiones brillantes, haya podido hacer una película tan floja a nivel de guión. Solo encuentro dos explicaciones: 1) que su inexperiencia en películas de acción real haya jugado en su contra –algo que yo veo poco probable en gente de tantísimo talento –y 2) que la Disney, en vista de la enorme inversión de 250 millones que ha hecho en este film, haya interferido mas en esta película; yo voto por esta última.

Resumiendo.

La película es buena. A pesar de su flojo guión y de que a ratos se haga plomiza, se deja ver bastante bien y, visualmente, es un espectáculo de lo mas impresionante. Para mi merece el aprobado.

No creo que Edgar Rice Burroughs se revuelva en su tumba, ya que su obra ha sido llevada al cine, al menos, de forma decente.