5 de mayo de 2025

SINNERS (2025)

 

ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leer lo que viene a continuación y, si decide hacerlo de todas formas, lo hará bajo su total responsabilidad.









Vamos a hablar de Sinners, conocida en España como Los Pecadores, película escrita, dirigida y producida por Ryan Coogler, director de Creed (2015) y Black Panther (2018), protagonizada por su actor fetiche, Michael B. Jordan, quién da vida a dos hermanos gemelos Elijah "Smoke" Moore y Elias "Stack" Moore.

La historia tiene lugar en el Delta del Misisipi, en 1932. Smoke y Stack son dos veteranos de la I Guerra Mundial convertidos en criminales que pasaron un tiempo en Chicago trabajando para el mismísimo Al Capone y ahora ha regresado a su ciudad natal para abrir su propio club de blues en un aserradero que le han comprado a un terrateniente local bastante racista. La noche de inauguración, celebran una gran fiesta para celebrarlo, invitando a varios amigos y conocidos, entre los que está Sammie (Miles Caton), un primo suyo guitarrista cuyo padre, que es pastor, no ve con buenos ojos que su hijo se mezcle con ellos. Pero, una vez en la fiesta, esta terminará convertida en un baño de sangre cuando se presenta allí Remmick (Jack O'Connell), un vampiro que ha llegado a EEUU procedente de Irlanda, y otros ciudadanos locales a los que ha vampirizado. 

La película fue anunciado como proyecto a comienzos de 2024 y, durante la mayor parte de su producción, ha estado envuelta en el mayor de los misterios, solo revelando pequeñas informaciones con cuentagotas, algo muy poco común en estos tiempos de sobreinformación en los que vivimos.




Originalmente, debía haberse estrenado a comienzos de marzo, pero su estreno fue retrasado al pasado 18 de abril para dar más tiempo a su post-producción, ya que la película fue rodada con cámaras IMAX y eso retrasó las cosas.

Sobre como le están yendo las cosas, la película está sorprendiendo. Muchos vaticinaron un que sería un gran fracaso, pero la película está haciendo una buena taquilla. Con un presupuesto de entre 90 y 100 millones de dólares, la película lleva recaudados a día de hoy 179 millones de dólares en EEUU y 57 millones más en el resto del mundo, haciendo un total 236 millones de dólares. Además, con lo bien que está funcionando, se prevé que la película termine superando los 400 millones de dólares.

Además, la película ha tenido muy buenas críticas y la reacción del público ha sido bastante entusiasta.

¿Y qué opino yo? Pues a eso vamos.

He tardado en verla, porque últimamente no he tenido mucho tiempo para ver películas, pero esta era una película a la que le tenía bastantes ganas. Y, una vez vista, me ha gustado mucho y he disfrutado mucho viéndola. Aunque, debo decir que me esperaba mucho más en vista de todo el secretismo que trajeron entre manos con ella. Pero la decepción ha sido muy, pero que muy, poca.

La película es muy buena, pero no se puede decir que sea novedosa o innovadora, que era lo que se esperaba en vista de todo el secretismo que se trajeron con ella. 

Para empezar, es cierto lo que muchos dicen por ahí, la historia es, prácticamente, un remake de Abierto hasta el Amanecer (Robert Rodriguez, 1996). Además, todo lo que vemos, lo hemos visto en multitud de películas de vampiros. Hasta el tema del racismo ya se ha tratado en películas de vampiros anteriores, especialmente, en las que están enmarcadas en el subgénero de la blaxploitation.

Todo en la película está bastante trillado, si, y en las manos de un director mediocre o normalucho, esto hubiera tenido muy poco futuro. Sin embargo, afortunadamente, aquí tenemos detrás a un director muy bueno y con mucho talento que ha sabido muy bien lo que hacer con el material que tenía entre manos. Porque es en cosas como esta donde se ve de verdad el talento de los directores.




A mi esta película me ha recordado mucho a Los Otros (2001), que es también una película donde todo lo visto lo habíamos visto ya en muchas películas anteriores, pero gracias al gran talento de Alejandro Amenábar, terminaba ofreciéndonos una gran película que se disfrutaba enormemente de principio a fin pese a lo trillado de su propuesta.

Y con esta película ocurre lo mismo, el gran talento de Ryan Coogler hace que no importe casi nada que no nos cuente nada nuevo y que la película atrape desde el primer momento y no te suelte hasta el final. De ahí que esté siendo un éxito y esté entusiasmando tanto a público y crítica.

En cuanto al tema del racimo, me alegra que en la película haya sido bien tratado, no convirtiendo la película en un panfleto político, como las peores películas de Spike Lee, algo muy de agradecer en estos tiempos de wokismo.

Aunque, no todo es mérito de su director, también el reparto ha aportado mucho haciendo un gran trabajo.

Comenzando por Michael B. Jordan, quién está excelente en su doble papel dando vida a dos hermanos gemelos de personalidades muy distintas.

Miles Caton también hace un estupendo trabajo en el que es su primer trabajo cinematográfico dando vida a Sammie, personaje que tiene tanto protagonismo como Jordan.

Y, desde luego, especial mención también para la siempre fantástica Hailee Steinfeld que está impresionante en el papel de Mary, tanto en su etapa humana como en su etapa vampira; aunque, debo decir que como vampira está algo más desaprovechada que como humana.




Y no es la única desaprovechada, ya que me hubiera gustado saber algo más de esos indios Choctaw cazadores de vampiros que aparecen en una escena del film.

Bueno, vamos resumiendo ya.

La película es muy buena. No se puede decir que haya descubierto la pólvora y lo que veamos lo hayamos visto muchas veces en el cine de vampiros pero, gracias a la excelente mano de su director, puedes salir de verla con la sensación de haber visto algo grandioso.

Además, los que no sean amantes del cine de vampiros, pero sean amantes del blues, no van a salir muy decepcionados.






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