ATENCION. Advierto que esta review contiene SPOILERS muy reveladores de la película. Quién no la haya visto aún, que se abstenga de leerla o lo haga bajo su total responsabilidad.
Diez años
después de que decidiera abandonar la saga mutante para jugar a ser Richard
Donner con Superman, Bryan Singer vuelve a ponerse tras las cámaras en una
película de X-Men con este film que es a la vez una secuela de X-Men: First Class y una precuela de las
tres primeras películas de la saga que, como principal novedad, nos presenta a
los respectivos actores y personajes de estas por primera vez juntos.
La película
comienza en un futuro distópico y apocalíptico en el que los mutantes son
perseguidos y exterminados por unos robots llamados Centinelas que tienen la
capacidad de adquirir sus poderes y usarlos contra ellos. Solo resiste un
pequeño grupo de mutantes encabezado por Charles Xavier (Patrick Stewart) y
Magneto (Ian McKellen), quienes en el pasado fueron enemigos. Estos idean un
plan para cambiar la realidad que los rodea. Kitty Pryde (Ellen Page), también
conocida como Shadowcat, ha desarrollado la capacidad de enviar la mente de las
personas al pasado, lo cual puede servirles para enviar a alguien a la época en
la que todo se torció. Sin embargo, un viaje tan largo puede terminar dañando
la mente y el cuerpo de dicha persona, por lo que Lobezno (Hugh Jackman), quién
tiene la capacidad de regenerarse, se presta voluntario.
La cosa sale bien, y Lobezno despierta en su mismo cuerpo, pero del año
1973. Ese año, en pleno tratado de paz de París, Mística (Jennifer Lawrence),
va a asesinar a Bolivar Trask (Peter Dinklage), empresario y científico que
experimenta con mutantes y que es el principal responsable del programa
Centinela, el cual no ha logrado salir adelante por la oposición del Congreso;
cosa que cambia tras el asesinato de Trask. Además, Mística es capturada y su
ADN es utilizado para crear una nueva generación de robots que favorecerá que
los Centinelas se hagan con el poder en el futuro. Lobezno avisa de todo esto
al Charles Xavier de esa época (James McAvoy), quién vive de forma uraña junto
con Bestia (Nicholas Hoult) en su mansión después de verse obligado a cerrar su
escuela cuando sus alumnos fueron reclutados para la guerra de Viet Nam;
además, no ha superado del todo que Mística lo abandonara para irse con Magneto
(Michael Fassbender). Lobezno logra convencer a Xavier, pero ahora Mística va
por libre y les será difícil convencerla, por lo que también necesitarán la
ayuda de Magneto, quién se encuentra encerrado en el Pentágono acusado de
asesinar a John F. Kennedy. Para liberarlo, necesitarán la ayuda de un joven
que se hace llamar Mercurio (Evan Peters) y que posee una gran velocidad.
Bryan Singer
creó un antes y un después en lo que a cine de superheroes se refiere con la
estupenda X-Men (2000), primera
adaptación cinematográfica de los famosos mutantes de Marvel creados por Stan
Lee y Jack Kirby en 1963. A esta luego le siguió su secuela, X2 (2003), que resultó mucho mejor que
su predecesora. Singer también fue el director de esta y, viendo su capacidad
de superarse, la tercera entrega con la que pensaba culminar de forma épica
esta historia se preveía un peliculón.
Sin embargo,
antes de que pudiera hacerla, en 2004 la Warner le salió con una oferta de lo
mas suculenta: dirigir la nueva película de Superman. Oferta que no dudó en
aceptar.
Yo no le
culpo, la verdad, ya que dirigir una película sobre un superheroe tan icónico
debe ser el sueño de cualquier cineasta. Incluso yo aceptaría con entusiasmo si
me lo propusieran a mí; y eso que Superman no está entre mis favoritos. Sin
embargo, viendo los resultados de su aventura con el hombre de acero, mas le
hubiera valido a Singer haberse quedado con los mutantes –o en su casa haciendo
punto de cruz –, porque semejante desastre no tiene nombre.
En fin,
después de aquello, Singer dirigió las películas Valkiria (2008) y Jack, el
Caza Gigantes (2013), ambas dos peliculas de producciones problemáticas
llenas de problemas y retrasos cuyos resultados en taquilla fueron bastante irregulares.
Afortunadamente, Singer lleva una carrera paralela como productor de series de
Tv, como House o Sexy Money, bastante exitosa; quiero dejar esto claro para que no
parezca que su regreso a los X-Men fue por necesidad.
Su primer
regreso a la saga mutante fue como productor en X-Men: First Class (2011) -aunque ya estuvo como productor no
acreditado en X-Men Origins: Wolverine
(Gavin Hood, 2009) -, la cual en un principio iba a dirigir él, pero al final
se quedó como productor e inspirador argumental, dejándole la dirección a
Matthew Vaughn quién, afortunadamente, hizo un estupendo trabajo, como ya dejé bien claro en este blog.
Habría que
esperar hasta la película que nos ocupa –donde es ahora Vaughn quién se limita
a la producción y el argumento –para que Singer volviera a ocupar la silla de
director en esta franquicia y comprobar si el tipo continúa en forma para seguir
dirigiendo a los mutantes.
Al igual que
ocurrió con X-Men: First Class, esta
nueva película se inspira también en una popular miniserie de los comics. La
elegida es la historia realizada por Chris Claremont y John Byrne en 1981 y que
es una de las más populares de la franquicia. En ella nos encontrábamos con un
futuro distópico en el que los EEUU están bajo control de los robots Centinelas
y los mutantes son perseguidos y exterminados. En ese futuro, Kitty Pryde
lograba trasladar su mente al pasado a su otro yo más joven para advertir a los
X-Men del peligro que se les avecina cuando Mistica asesine al senador Robert
Kelly, desencadenando una histeria anti-mutante que desembocará en la
aprobación del programa Centinela, lo cual llevará a ese futuro terrible.
Esa historia
ha servido de base para la película que mañana se estrena en España a pesar de
que debía haberse estrenado el mismo día que en EEUU, el 23 de mayo; una
decisión de última hora sin explicación alguna y que, desde luego, yo no
entiendo. Por ello he decidido no esperar y, tras hacerme con una copia en V.O.
bastante decente, me la he visto.
Ya la vi
hace unos días, pero no he podido publicar la review hasta ahora, ya que antes
tenía que terminar la de X-Men: La Decisión
Final (Brett Ratner, 2006), esa tercera entrega que Singer no llegó a
dirigir.
Antes de ponerme con ella, voy a hablar de cómo le están yendo las cosas.
En taquilla está arrasando. Con un presupuesto de 200 millones de dólares, solo en EEUU lleva recaudados 172 millones a los que hay que añadir 344 millones más en el resto del mundo. Con lo que su recaudación total asciende a 516 millones de dólares que la convierten en la película de los X-Men más taquillera, desbancando a X-Men: La Decisión Final, que hasta ahora ostentaba este título con 459 millones de dólares.
Además, público y crítica la están recibiendo de forma muy entusiasta. Muchos la consideran ya la mejor película de toda la saga y, desde luego, no van mal encaminados.
Tras haber visto la película por métodos poco ortodoxos, estoy deseando que llegue ya a los cines españoles y poder ir a verla en una sala de cine porque, desde luego, vale mucho la pena.
La película me ha ENCANTADO. He disfrutado enormemente con ella. Y a mi también me ha parecido la mejor entrega de la saga hasta ahora. En resumen, todo un…
PELICULÓN
Desde luego, el regreso de Bryan Singer ha sido por la puerta grande y de nuevo se ha vuelto a superar, ya que para mi esta película me ha llegado a parecer superior a X2, que hasta ahora era para mí la mejor entrega de la saga junto con X-Men: First Class, la cual también se ha visto superada por esta.
Esta es sin duda la película que debíamos habernos encontrado en 2006 en lugar de X-Men: La Decisión Final, la cual no era mala del todo, pero resultó bastante decepcionante. Ahora más que nunca tengo claro que Singer debió haber rechazado a Superman y haber continuado con los mutantes, a los que les tiene bien cogido el punto.
La película
está muy bien hecha, con un acabado impecable y un ritmo que nunca decae. Las escenas
de acción están de lo más logradas, el diseño de producción es excelente y
recrea muy bien las dos épocas en las que se desarrolla la historia y los
efectos especiales son muy buenos y están a la altura en todo momento.
La película
está llena de grandes momentos. Los más destacables son el espectacular
comienzo en el futuro con los mutantes luchando contra los Centinelas, el
rescate de Magneto en el Pentágono, la secuencia del jet –donde vemos que no es
buena idea cabrear a Magneto en un avión en pleno vuelo –, cuando Magneto
convierte la Casa Blanca en su fortaleza utilizando un estadio de beisbol y a los
Centinelas –a los que somete bajo su control introduciéndoles metal fundido –o
la espectacular batalla final en el futuro al mismo tiempo que se desarrolla el
enfrentamiento final en 1973. Aunque, sin duda, la secuencia más impresionante
es cuando el Charles Xavier del pasado y el del futuro se encuentran cara a
cara; un momento de lo más memorable.
Una de las
dudas que más me despertaba Singer en este film era como se las iba a apañar
para meter tantos personajes en un film de dos horas de metraje; ya que, ante
tal cantidad de mutantes, tenía el temor de que ocurriera otra sobresaturación
que perjudicara a otros personajes, como ocurrió en X-Men: La Decisión Final. Y, desde luego, noticias como que el
personaje de Pícara fue eliminado del metraje –aunque, no del todo, como
podemos apreciar al final del film –, no ayudaban mucho.
Pero, nada
más lejos de la realidad. Aquí no ocurre como en la película de Brett Ratner,
donde daba en todo momento la impresión de que habían metido tantos personajes
solo para presumir de que tenían más mutantes que nadie. Aquí ocurre todo lo
contrario, ya que aquí todos y cada uno de los personajes está estratégicamente
colocado y todos reciben la dosis de presencia en la película que les corresponde,
ni más ni menos. Todo esto gracias al buen hacer de Singer, ayudado por un
cuidado y trabajado guión de un Simon Kinberg mucho más acertado que en la
película de 2006.
Uno de los
personajes que más me ha sorprendido ha sido Mercurio; personaje al que también
veremos en la secuela de Los Vengadores
interpretado por Aaron Taylor-Johnson.
Aquí en esta
película le da vida Evan Peters, quién hace un muy buen trabajo y, además, el
personaje es de lo más genial; haciendo que hasta importe poco las ridículas
pintas que le ponen. Además, puede que tenga una corta aparición, pero
protagoniza UNA DE LAS MEJORES ESCENAS DE LA PELICULA.
Sobre si han
respetado la paternidad de Magneto sobre él –ya que, al igual que las
anteriores entregas, esta se toma muchas libertades con los cómics –, solo digo
que no se dice claramente, pero se llega a insinuar en un par de ocasiones. Una
de ellas cuando el chico le dice a Magneto que su madre conoció a un tipo con
sus mismos poderes. La otra es cuando al final Magneto, tras sellar la Casa Blanca
con el estadio de beisbol, amenaza a la humanidad por la Tv. Mercurio lo está
viendo desde su casa con su hermana –que no es Bruja Escarlata, ya lo dejaron
claro –y su madre está detrás con cara de querer hacerle una gran confesión
sobre el tipo de la pantalla.
Otro gran
acierto de Singer ha sido reiniciar por completo este universo cinematográfico
de una forma muy inteligente utilizando los viajes en el tiempo y las
realidades alternativas de una forma muy parecida a como lo hizo J. J. Abrams
en la estupenda Star Trek (2009). Esto
le da una gran libertad para arreglar las incoherencias que X-Men: First Class tenía con las tres
primeras películas –las cuales en su día me hicieron ver la película más como
un reboot que como una precuela –o resucitar a personajes muertos en anteriores
films, como Jean Grey o Cíclope, a quienes vemos al final de la película
encarnados por sus respectivos actores; porque, recordemos, la realidad ha sido
alterada y ya nada es como antes.
Esto también le permite enfocar la historia de una forma distinta en futuras películas, algo que queda patente con ese final abierto que nos indica que en la siguiente entrega veremos una historia entre un Lobezno que conserva sus recuerdos del futuro y una Mística que ahora va por libre, fuera del yugo de Magneto. Desde luego, resulta muy interesante y las posibilidades son muchas.
Sobre el
reparto, en general todos los actores hacen un buen trabajo. Hugh Jackman está
tan magnífico como siempre dando vida a Lobezno. Jennifer Lawrence está de
nuevo fantástica como Mística, superando aquí su trabajo de la anterior
película. Ellen Page está tan maravillosa como siempre como Litty Pryde. James McAvoy
y Michael Fassbender demostraron tener una gran química en X-Men: First Class, y aquí vuelven a demostrarlo; su química es,
incluso, mayor que la de Ian McKellen y Patrick Stewart, aunque estos también
hacen un estupendo trabajo. Y Peter Dinklage como Bolivar
Trask, sencillamente magistral.
Desde luego, la película es buenísima. A mí me ha encantado y he disfrutado
enormemente viéndola. Bryan Singer no podía haber vuelto mejor a esta saga y ya
tengo muchas ganas de ver lo que nos tiene deparado en la siguiente entrega,
donde tendremos como villano a Apocalipsis.
De esta ya tenemos un pequeño adelanto al final de los títulos de crédito
finales en una impresionante escenas post-créditos donde podemos ver al
susodicho Apocalipsis en el antiguo Egipto –recordemos que fue el primer
mutante y nació hace 3000 años en la tierra de los faraones –construyendo las
pirámides con sus poderes mientras es adorado como un dios por una gran
multitud de gente; incluso a lo lejos se puede apreciar la silueta de “cuatro
jinetes”.
Una suculenta guinda para ponerle a un pastel de lo más delicioso.
Es bueno leer las reseñas yo no sabia que el guion de esta la escribio Vaughan o que Signer producía series de Tv.
ResponderEliminarSobre la ´película estoy toalmente de acuerdo es la mejor de la saga y un peliculon... me encanto, creo que todos coinciden en destacar la escena de mercurio, todos teniamos nuestras dudas pero les quedo muy bien.
La película es excelente el unico error que veo es no darle protagonismo a mas mutantes pero buen...eran demasiados se tenian que centran en algunos y en esta por primera vez wolverine no resuleve todo peleando sino que lo mandan al lago jeje.
Me gusto muchisimo ya esta en mi Raiking 4 de películas de Superheroes...no se si en tercer o cuarto lugar aun..pero ahi esta.
Saludos.
Mis 4 Favoritas... para dejarlo claro de una vez es...
ResponderEliminarBatman The Dark Knight
Avengers
y.... no se en que orden ponerlas aun..pero siguen Captain America Winter Soldier.. y X-Men dias del futuro pasado.
La verdad es que es difícil decidirse entre esta y El Soldado de Invierno. Aunque la película del Capitán América tiene a mi Scarlett, lo que haría que me inclinara mas por ella.
ResponderEliminarDe todos modos, lo que si está claro es que las dos están entre lo mejor del año.
Me alegra mucho que te haya gustado la película. Es cierto que se echa de menos mas protagonismo de algunos mutantes pero, como ya he dicho en la review, aquí cada personaje cumple su función, sea grande o pequeña, y ninguno da la sensación de estar metido con calzador.
Saludos
Muy buena reseña, Singer sabe cual es su caballo ganador otra vez.
ResponderEliminarMe imagino como hubiera sido una peli de Superman dirigida por Axa, me hubiera gustado ser libretista o en colaboración contigo, hasta proponer una trilogía. La primera con Luthor y Metallo, la segunda con Brainiac y Hank Henshaw y la tercera con Doomsday y Amanda Waller como final de la trilogía.
Algo que me hubiera gustado es que la trilogía X-Men fuera cerrada con Apocalipsis, ese sí hubiera sido un cierre épico, pero bueno, ya sera después.
Saludos.
Por supuesto. Para una película de Batman no necesitaría ayuda, pero para Superman me vendría muy bien todo un experto como tu a la hora de escribir el guión y para asesorarme en el rodaje.
ResponderEliminarA mi también me hubiera gustado que Singer hubiese cerrado la primera trilogía con Apocalipsis. Afortunadamente, ya es seguro que lo veremos en la próxima y eso es bueno