¿Qué ocurriría si juntásemos Starship Troopers (Paul Verhoeven,
1997), Battle: Los Angeles (Jonathan
Liebesman, 2011) y Atrapado en el Tiempo
(Harold Ramis, 1993)? Pues que tendríamos una película como la que ahora nos
ocupa.
En un futuro cercano, la Tierra
es atacada por unos extraterrestres conocidos como Mimics, los cuales han
invadido ya casi toda Europa y amenazan con extenderse por todo el mundo. Para
contenerlos los gobiernos del mundo han creado un gran ejército formado por
soldados de distintos países y se preparan para lanzar un gran contraataque
parecido al famoso desembarco de Normandía. En medio de todo esto, el mayor
Bill Cage (Tom Cruise), un oficial sin experiencia en combate dedicado a las
relaciones públicas, es requerido por el general Brigham (Brendan Gleeson),
para retransmitir el ataque en directo. Pero Cage, a quién le horroriza estar
cerca del combate, se niega y extorsiona a Brigham para evitarlo. Cuando cree
que ha conseguido su objetivo, el general ordena que lo arresten y Cage es
reducido y dejado inconsciente.
Después de esto despierta en una
base incomunicada y es puesto bajo el mando del sargento Farell (Bill Paxton),
un oficial muy duro. A Farell se le ha comunicado que Cage es un desertor que
finge ser un oficial para huir del combate, por lo que no duda en colocarlo en
la compañía más peligrosa. Ya en pleno combate, Cage ve que el ataque es un
desastre e intenta huir, pero Farell lo obliga a combatir y, durante el
enfrentamiento, entra en contacto con uno de los extraterrestres y muere.
Entonces, despierta de nuevo el día que es llevado a la base y puesto a merced
de Farell, viéndose obligado a repetir todo y morir de nuevo. Cuando la
historia vuelve a repetirse, se da cuenta de que ha entrado en una especie de
bucle en el que, cada vez que muere, vuelve a repetirlo todo. De esta forma,
tratará de avisar de que el ataque será un fracaso, pero nadie le cree. Tan solo
encontrará la ayuda de Rita Vrataski (Emily Blunt), una letal guerrera que es
toda una celebridad ante el gran número de alienígenas que ha matado. Rita le
cuenta que ella también tuvo el don que él tiene ahora y le propone ayudarla a
destruir a Omega, el líder de los extraterrestres y acabar de una vez con la
guerra.
Al Filo del Mañana
es la adaptación de All
You Need Is Kill, una novela ligera escrita por
el japonés Hiroshi Sakurazaka y que luego fue adaptada en manga y anime antes
de ser llevada al cine en la película que ahora nos ocupa. No obstante, no sé
cuanto de la novela ha quedado en este film, ya que la historia ha sufrido
muchos cambios ante las continuas reescrituras que ha sufrido el guión; un
guión por el que han pasado un sinfín de guionistas.
Con un presupuesto de 178
millones de dólares, la película a día de hoy solo lleva recaudados 79 millones
en EEUU, una recaudación bastante pobre para una película como esta.
Afortunadamente, como suele ocurrir mucho últimamente, salva los muebles con la
taquilla internacional, donde lleva recaudados 218 millones que hacen que su
recaudación global sea ya de 297 millones de dólares. Además, el público la
está recibiendo de forma aceptable y la crítica no se está portando mal.
¿Y que pienso yo?
Antes de empezar, quiero dejar
claro que no he leído la novela, así que no puedo juzgarla como adaptación. Tan
solo puedo juzgarla como película.
Y como película afirmo que me ha
gustado bastante; aunque tampoco me ha parecido nada del otro mundo.
Es una película en la que la brillantez
brilla por su ausencia, donde apenas hay cosas destacables y que no será muy
recordada a lo largo de los años. Sin embargo, es un film de lo más correcto,
muy bien hecho y que se deja ver sin problemas.
Como ya he dicho, la película
está muy bien hecha. La dirección de Doug Liman está de lo más lograda, con un
ritmo trepidante que nunca decae y unas escenas de acción bastante
espectaculares. Los efectos especiales cumplen y el diseño de producción está
de lo más trabajado.
Sin embargo, vuelvo a lo dicho
antes. Todo está muy logrado, pero no resulta brillante. Las escenas de acción,
como ya he dicho, están muy bien filmadas y son muy espectaculares, pero
tampoco digamos que destacan mucho. Son escenas del montón, de las que te
encuentras en cualquier película de acción. No ocurre como, por ejemplo, en Capitán América: El Soldado de Invierno,
donde las escenas de acción eran de lo más prodigiosas y formidables, haciendo
que saltaras de la butaca o abrieras la boca de asombro en cualquier momento. Todo
lo contrario, aquí las escenas de acción están bien, pero resultan bastante
insípidas y dejan con cierta indiferencia.
Lo mismo ocurre con los efectos
especiales y el diseño de producción, que por muy logrados que estén, da en
todo momento la sensación de que sus responsables se han limitado a hacer sus
trabajo sin tan siquiera esforzarse un poco en intentar sorprendernos.
En cuanto al guión, tres cuartos
de lo mismo.
El guión está bien. No es ninguna
maravilla y está poco pulido, pero cumple bien su cometido y está bien
estructurado, consiguiendo que la historia no se estanque en ningún momento y,
sobre todo, logrando que en ningún momento se noten las muchas reescrituras que
sufrió. Además, tiene buenos diálogos y, encima, lo sazonas con buenos momentos
de humor; sobre todo humor negro, como cuando Rita mata a Cage sin pestañear
para reiniciarlo todo cuando este resulta herido.
Lo que más me rechina es su
final, el cual no está mal del todo, pero me parece un final de lo más
complaciente.
Lo siguiente contiene
SPOILERS, así que los que no habéis visto la película aún absteneos de leerlo o hacedlo bajo vuestra total responsabilidad.
Al final de la película, cuando
destruyen al Omega, Cage absorbe parte de su sangre y esto le hace retroceder
una última vez en el tiempo, esta vez mas atrás, llegando hasta poco antes de
su entrevista con Brigham. Solo que esta vez todo ha cambiado, los Mimics han
sido destruidos y la guerra se ha terminado. Puesto que aún no se ha visto con
el general, Cage conserva su rango y va a ver a Rita que, al igual que las
otras veces, no recuerda quién es, a lo que él responde con una sonrisa.
La película termina así, aunque
no cuesta imaginarse lo que pasará a continuación. Cage utilizará su rango para
acercarse a ella y. utilizando también todo lo que sabe de ella, la irá
enamorando poco a poco y al final los dos serán felices y comerán perdices.
Vamos, un final muy complaciente
que no me extrañaría nada que haya sido impuesto por el estudio.
Yo hubiera preferido más que al
final los dos hubieran muerto sacrificándose para destruir al Omega y
terminando con la guerra –que es lo que ocurre hasta que dan ese giro del que
he hablado antes –y que lo que hayan hecho llegue a oídos de todo el mundo, convirtiéndose
los dos en héroes póstumos.
Así, junto al gran cartel de Rita
pondrían también uno de Cage, los dos bajo un rótulo que dijera “Los héroes del
Louvre” o algo así. Y que, luego, la
película terminase con el personaje de Bill Paxton mirando los carteles con
orgullo mientras dice: “Y pensar que no tenía ninguna fe en ese chico…”.
Ese sí que hubiera sido un buen
final. Pero, en fin, este es pasable.
Fin de los SPOILERS. Ya
podéis leer con tranquilidad.
El trabajo de los actores es, sin
duda, de lo mejor.
Tom Cruise está muy bien en su
papel, al que se le podría considerar una mezcla entre un jugador y el
protagonista de un videjojuego. Además, me gusta mucho verle sacrificar su
imagen de héroe presentándose como un cobarde que termina convertido en héroe
porque no le queda más remedio.
Emily Blunt está fantástica y,
además, tiene muy buena química con Cruise. Además, se desenvuelve muy bien en
las escenas de acción y mola mucho ver que, de la pareja protagonista, ella es
la más dura de los dos.
Bill Paxton está excelente. Sobre
todo, cuando su personaje no para de putear a Cage. Me encanta cuando, durante
la primera batalla, Cage intenta huir y él le vuelve a llevar a la línea de
combate mientras irónicamente le dice que se está equivocando de camino; me
entraron una ganas de reír tremendas.
Brendan Gleeson sale muy poco pero,
aún así, hace un buen trabajo.
En definitiva, la película está
bien. Aunque no sea gran cosa, está muy bien hecha y hace pasar un muy buen
rato, disfrutándose muy bien desde que empieza hasta que termina.
A mí me ha gustado y, de hecho,
la he encontrado bastante mejor que Oblivion (Joseph Kosinski, 2013), aquella
otra película de ciencia ficción protagonizada por Tom Cruise que pasó sin pena
ni gloria y donde la química con la protagonista femenina (Olga Kurylenko) era prácticamente
nula.
Una película muy recomendable,
aunque solo sea para pasar el rato.