Hoy se estrena por fin
en España la esperadísima Spider-Man: Homecoming. Desgraciadamente, no puedo ir
a verla hoy, pero –si las cosas no se tuercen –podré verla este fin de semana.
Mientras tanto, aquí os
dejo la última review que me faltaba. La correspondiente a la tercera, y
última, entrega de la saga dirigida por Sam Raimi.
Peter Parker (Tobey
Maguire) está en uno de sus mejores momentos. Ha encontrado la estabilidad en
su vida personal y profesional y, además, como Spiderman está siendo adorado
por la mayoría de la gente de Nueva York. Además, su relación con Mary Jane
(Kirsten Dunst) va viento en popa y está a punto de pedirle matrimonio. Sin
embargo, tres cosas van a poner en peligro su idílica vida. Por un lado está
Harry Osborn (James Franco), que ahora sabe que él es Spiderman y, tras haber
encontrado las armas y la tecnología de su padre, pretende vengarse de él
convertido en el Segundo Duende Verde.
Por otro lado está Frint
Marko (Thomas Haden Church), un criminal fugitivo que, tras caer a un
acelerador de partículas, su cuerpo se fusiona con arena, convirtiéndolo en el
Hombre de Arena. Peter irá tras él como Spiderman; pero esta misión adquirirá
un tono personal cuando descubra que Marko fue quién, en realidad, asesinó a su
tío Ben. La última amenaza llega del espacio. Se trata de un simbionte
alienígena que de adiere a su traje, volviéndolo de color negro y aumentando
más sus habilidades. Pero, al mismo tiempo, empieza a volverle más oscuro y
siniestro.
Esta tercera entrega
tardó tres años en llegar, en lugar de dos. Sin embargo, al igual que su
predecesora, empezó a gestarse antes de que esta se hubiera estrenado.
Spiderman 3 fue una película de lo más ambiciosa. Los 258 millones de dólares que
costó –superando los 250 millones de Superman
Returns (Bryan Singer, 2006) –la convirtieron en su día en la película de
superhéroes más cara de la historia. Sin embargo, fue también la más
problemática de las tres, ya que aquí comenzó la separación entre Sam Raimi y
Sony Pictures, quienes no pararon de tener discrepancias durante toda la
producción.
Los problemas comenzaron
con la elaboración del guión. Raimi, junto a su hermano, Ivan Raimi, ideó una
historia donde Spiderman sacara su lado más oscuro, convirtiendo al villano
elegido, el Hombre de Arena, en el verdadero asesino del Tío Ben y así tener un
Spiderman vengativo en la película mientras, por el otro lado, el villano, que
tendría familia, sacaría su lado más humano.
No obstante, al estudio
no le terminó de convencer ese guión. Para empezar, no les convencía nada un
personaje como el Hombre de Arena como villano principal, ya que no era tan
conocido como el Duende Verde o Doctor Octopus. Además, mientras Raimi quería
villanos de los cómics clásicos, ellos querían villanos más modernos que
conociera el gran público.
Finalmente, aceptaron al
Hombre de Arena a condición de introducir un villano más. Raimi propuso a El
Buitre, para quién tenía pensado a Ben Kingsley como intérprete. Sin embargo,
el estudio exigió que fuera Venom y así introducirían también la historia del
simbiónte y el traje negro, potenciando más el lado oscuro de Spiderman en la
película. A Raimi no le hizo ninguna gracia esto, ya que siempre ha manifestado
que no le gusta nada Venom. Sin embargo, terminó por aceptar. A estos dos
villanos había que unir también al Segundo Duende Verde y, además, el estudio
se empeñó en introducir a Gwen Stacy y crear así un conflicto en la relación de
Peter con Mary Jane.
De todos estos cambios,
y muchos más, se encargó Alvin Sargent, quién pronto se vio agobiado por la
gran cantidad de personajes y subtramas que estaba teniendo el proyecto,
llegando a proponer que la película se dividiera en dos películas y así tener
más margen para introducir todo el material.
Raimi, por su parte,
dirigió de muy mala gana una película muy diferente a la que él había ideado.
La película llegó a los
cines de EEUU y España el 4 de mayo de 2007 y su éxito en taquilla fue brutal.
En EEUU recaudó 336 millones de dólares, quedando por debajo de los 373
millones de Spiderman 2 y a años luz
de los 403 millones de Spiderman. Sin
embargo, en el resto del mundo recaudó 554 millones, haciendo que su taquilla
global sea de 890 millones de dólares que la convierten en la película de
Spiderman más taquillera hasta la fecha –a ver que hace Spider-Man: Homecoming –.
No obstante, pese a su
gran recaudación, la mayoría del público no salió muy contenta de verla y la
respuesta de la crítica no fue tan entusiasta como en las dos primeras.
¿Y que opino yo de ella?
Pues a eso vamos.
Yo esta película no la
considero una película mala del todo, ya que tiene buenos momentos que hacen
que, por lo menos, reciba un aprobado por los pelos. Pero si es cierto que es
una película con muchos fallos, muchos defectos y muchas deficiencias que
supuso un tremendo bajón con respecto a las dos primeras.
Como ya he dicho, Sam
Raimi dirigió esta película muy de mala gana y eso se nota mucho en el
resultado final. Su dirección es completamente plana y carece casi por completo
de su estilo personal. Salvo algunas excepciones, la mayoría de escenas de
acción son terriblemente cutres y la espectacularidad brilla por su ausencia.
Los efectos especiales son, en su mayoría, terriblemente malos –aquí ya no
contaron con John Dykstra –y cantosos, dando la sensación en muchos momentos de
que estos están sin terminar –cuesta creer que esta película costara 258
millones –.
Luego está el guión.
Alvin Sargent hizo lo que pudo reescribiendo el borrador de Raimi y su hermano,
pero comprimir tantos personajes y subtramas en una sola película al final le
termina pasando factura a la película que, aunque llega a ser entretenida, hay
muchos momentos donde la trama se desploma y la película se vuelve aburrida y
tediosa. Un buen ejemplo es la escena en la que Peter intenta pedirle
matrimonio a Mary Jane –donde Bruce Campbell hace su habitual cameo –; la
escena no solo resulta aburrida, es que, encima, trata de ser cómica pero no
hace gracia alguna.
Aunque, lo peor de todo
es el momento en el que Peter, a causa de la influencia del simbionte, se pasa
al lado oscuro, por decirlo de alguna manera. Esa parte está tratada en la
película de una forma que da pena y hasta llega a producir vergüenza ajena. Ver
a ese Peter Parker en plan emo caminando por las calles de Nueva York a lo Tony
Manero da ganas de arrancarte los ojos; y ya del bailecito que se monta para
darle celos a Mary Jane con Gwen Stacy mejor no hablo.
Sin embargo, todo eso
desemboca en el que es para mí uno de los mejores mometos del film. Hablo de la
escena en la que Peter, al darse cuenta del monstruo en el que se está
convirtiendo, decide quitarse el traje negro y el simbionte busca un nuevo
huesped, Eddie Brock, naciendo así Venom; una escena maravillosa y muy de cómic
que para mi salva a la película del desastre total junto con otros momentos
también bastante logrados, como el espectacular climax.
Sobre el reparto, los
actores que repiten vuelve a hacer un buen trabajo y hacen lo que pueden pese
que la dirección de actores no saca lo mejor de ellos.
Tobey Maguire vuelve a
estar muy bien como Peter Parker. Salvo cuando se vuelve malo, donde no para de
sobreactuar; aunque, no por causa del actor, ya que esas escenas obligaban a
ello. En cuanto a Spiderman, sigue estando muy bien y el traje negro está
bastante conseguido –salvo cuando vemos al personaje digitalizado –; aunque, no
voy a mentir, me hubiera gustado ver un traje negro como el de los cómics, sin
ninguna raya y con una gran araña blanca en el pecho.
De los que repiten,
también tengo especial mención para James Franco, que aquí debuta como el
Segundo Duende Verde. El trabajo del actor es muy bueno; pero lo estropea todo
el nefasto traje que le ponen; si ya tuvo críticas el traje tipo Power Ranger
del primer Duende Verde, este no digamos.
De los nuevos, el mejor
sin duda es Thomas Haden Church como Hombre de Arena. El tipo hace un trabajo
excelente, su caracterización es muy buena y, pese a las muchas protestas de
los puristas, que hayan humanizado al personaje me parece un gran acierto.
La otra cara de la moneda
es Topher Grace como Eddie Brock/Venom. El tipo fue una pésima elección de
casting. No es que lo hiciera mal del todo, pero su interpretación no llega a
estar a la altura. Encima, su caracterización como Venom no es, precisamente,
la más acertada. Ahora que Sony está haciendo una película del personaje, lo
que deberían hacer es coger a este Venom y utilizarlo como ejemplo de los que
NO DEBE HACERSE.
Luego tenemos a la
bellísima Bryce Dallas Howard como Gwen Stacy que, desde luego, está realmente
fantástica y hace una trabajo estupendo. El problema es que su personaje está
de relleno durante toda la película y a penas aporta nada; y eso que hablamos
de una de las más importantes féminas del universo de Spiderman en los cómics.
Pese al estupendo trabajo de Howard, introducir a Gwen Stacy en esta saga –donde
Mary Jane es el amor de Peter desde la infancia –ya es de por si un error; más
aún, introduciéndola de una forma tan lamentable.
El encargado de dar vida
a su padre, el Capitán Stacy, es el siempre genial James Cromwell –con quién
volverá a coincidir el año que viene en Jurassic
World: Fallen Kingdom –, que aquí hace, como siempre, un gran trabajo;
aunque tiene pocos momentos para lucirse.
En resumen, Spiderman 3 es una película que no es
mala del todo, pero si una película muy deficiente que supuso un bajón tremendo
en la saga y, aunque se intentó continuar después, terminó matándola.
No entiendo como, con lo
taquillazos que fueron las dos primeras, Sony no le dejara a Sam Raimi hacer la
película que él quería; porque, seguro que hubiese sido algo mil veces mejor
que este film. Claro, que así se entiende mejor las cagadas que hicieron
después con el arácnido y el tener que haber llegado a un acuerdo con Marvel
Studios.
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