Bueno, regreso tras un descanso que me había tomado con esta blog. Me
hubiera gustado haber vuelto con la review de Interstellar, lo nuevo de Christopher Nolan, pero,
desgraciadamente, aún no he podido verla.
Sin embargo, la película que toca es también de lo más interesante.
Se trata de Gone Girl, conocida
en España como Perdida. Una película
que hace buena alusión al dicho de la
belleza está en el interior. Porque, aunque por fuera pueda parecer un film
de lo más convencional, por dentro es mucho más de lo que aparenta ser; lo mismo que las personas.
Claro, que conociendo a su director, puedes tener seguro que vas a encontrarte
mucho más de lo que esperabas.
El día de su quinto aniversario, Nick Dunne (Ben Affleck) regresa a casa
encontrándose con que su esposa, Amy (Rosamund Pike), ha desaparecido y hay
señales de forcejeo en la casa. La policía comienza a investigar y el incidente
llega hasta los medios de comunicación. En todo momento, Nick mantiene una
actitud bastante fría, nada propia de un hombre que ha perdido a la mujer que
ama. Es por eso por lo que se empieza a especular con la posibilidad de que
haya matado él a suesposa y, de la noche a la mañana, Nick pasa de ser víctima
a verdugo ante la opinión pública.
Perdida es la nueva película David Fincher, un nombre que, como
ya he dicho antes, infunde tranquilidad, ya que nos encontramos ante uno de los
mejores cineastas de las últimas dos décadas.
Como muchos cineastas actuales, Fincher comenzó trabajando en ILM, la empresa
de efectos especiales creada por George Lucas –llegó a trabajar en El Retorno del Jedi (Richard Manquard,
1983) –, y luego se metió a dirigir videoclips y spots publicitarios antes de
debutar en la dirección con Alien 3
(1992), tercera entrega de la saga iniciada por Ridley Scott en 1979 con un clásico
que no necesita presentación.
Sin embargo, este debut fue un completo desastre, ya que su producción fue
un caos donde él apenas tuvo voz ni voto y en donde los productores lo
controlaban todo haciendo constantes cambios sobre la marcha que terminaron por
joderlo todo y echar a perder una película que podría haber sido una buena
continuación de la saga.
Esta experiencia le haría en el futuro ser más cuidadoso a la hora de
elegir sus proyectos. Así, tras regresar una pequeña temporada a los
videoclips, dirigió el thriller Seven
(1995), una de las películas más importantes de los últimos tiempos que,
además, fue un éxito enorme que terminó de asentarle en la industria. Así,
inició una brillante carrera en donde
thrillers más convencionales, pero de impecable factura, como The Game (1997) o La Habitación del Pánico (2002), conviven con películas más de
culto, como El Club de la Lucha
(1999), Zodiac (2007), El curioso caso de Benjamin Button (2008)
o La Red Social (2010); incluso un
remake dirigido por él, Millenium: Los
Hombres que no Amaban a las Mujeres (2011), es motivo de celebración.
Ahora nos trae esta película que adapta una novela de Gillian Flynn, quién
es también autora del guión.
Para empezar, la película está siendo un éxito enorme. Con 61 millones de
dólares de presupuesto, solo en EEUU lleva recaudados 152 millones a los que
hay que unir 166 millones más recaudados en el resto del mundo, haciendo un
total de 318 millones de dólares. Pero, ahí no queda la cosa, ya que la
película está siendo alabada por público y crítica allá donde va e, incluso, ya
se habla de ella como gran favorita para los próximos oscars.
La verdad que me gustaría. A ver si hay suerte y este resulta ser el año de
Fincher tras los fallidos intentos de El
Curioso Caso de Benjamin Buttony La
Red Social. Algo así ocurrió con Martin Scorsese, quién lo intentó primero con
Gangs of New York (2002) y después
con El Aviador (2004) hasta que se
llevó el gato al agua con Infiltrados(2006).
Con Fincher podría suceder lo mismo.
Pero, bueno, eso ya se verá. Ahora, vamos a lo que importa, que no es otra
cosa que decir lo que me ha parecido la película.
Antes de continuar, quiero dejar claro que hago esta review sin ningún spoiler. Ya que sé que, aunque se indica que los hay, muchos terminan por no aguantar la tentación de leerlos y no me gustaría chafar ninguna sorpresa a los que no han visto la película aún y no se han leído la novela.
Como habréis podido suponer, la película me ha ENCANTADO.
Fincher nos vuelve a ofrecer una nueva muestra de su gran talento con una dirección brillante y de lo más cuidada. Su estilo visual es siempre de lo más acertado, su ritmo nunca decae y la dirección de actores es de lo más sobresaliente.
El guión también es otro punto a favor. El hecho de que la propia autora sea también la guionista garantiza mucha fidelidad a la obra. Sin embargo, a diferencia de otros autores que también se han encargado de adaptar sus obras, ella no se limita a hacer una transcripción lineal, pasando el texto de novela a guión, sino que consigue muy bien reescribir su novela tal y como lo habría hecho si la hubiera escrito directamente como si de un guión cinematográfico se tratara.
Uno de los puntos donde la película está de lo más lograda es en sus
diálogos. Esta película es casi todo diálogos, y eso es muy peligroso si se
hacen las cosas mal o no del todo bien. Anda que no he visto películas repletas
de diálogos de directores mediocres con aires de grandeza que se creen más de
lo que son, las cuales terminan siendo auténticos plomazos llenos de gente
hablando constantemente de cosas que no despiertan el más mínimo interés.
Afortunadamente, aquí no ocurre eso; más bien, todo lo contrario.
La forma en que Flynn plasma sus diálogos –tanto en la novela como en la
película –y la forma en que Fincher los filma, hacen que los diálogos de esta
película sean toda una delicia, captando el interés desde el principio hasta el
final y, por muy largos que lleguen a ser, nunca resultan una carga. Cosas como
estas son lo que diferencian a los directores buenos de verdad de esos otros
sobrevalorados por la crítica y los gafapastas que lo único que hacen es
aburrir.
A todo esto ayuda también el excelente trabajo de los actores. El reparto
de la película, en su totalidad, hace un trabajo sobresaliente. Comenzando por
su protagonista, Ben Affleck, un actor bastante odiado pero que, con el paso de
los años, ha ido mejorando y se toma más en serio sus papeles; cosa que
demuestra con creces en esta película donde, sin duda, hace uno de sus mejores
trabajos y cada vez convence más como futuro Batman.
Aunque, quién sobresale por encima de todos y merece un especial
reconocimiento es, sin duda, Rosamund Pike. Yo recuerdo cuando conocí a esta
actriz británica en la película de la saga Bond Muere otro Día (Lee Tamahori, 2002) y, desde luego, la encontré
mucho mejor que la chica Bond principal, Halle Berry, a quién se dio demasiado
bombo –hasta se habló de un spin off de su personaje –por haber ganado un oscar
ese año.
Desde entonces, ha tenido una carrera poco relevante, aunque productiva,
casi siempre limitada a papeles secundarios y pasando casi siempre inadvertida
entre las grandes estrellas o lo actores con más fama. Ahora, este puede ser el
papel que termine de catapultarla e, incluso, podría valerle su primer oscar.
Porque, desde luego, se lo merece, ya que en esta película está fantástica y
hace un trabajo espléndido; para mí, sin duda, una de las mejores
interpretaciones del año.
Resumiendo ya.
La película es muy buena. Le falta –aunque un poco –para llegar a ser una
obra maestra, ya que tiene unos pequeños defectos; uno de ellos, sus últimos 15
minutos, donde la trama se acelera mucho y da la sensación de que quieren
cerrarlo todo cuanto antes. Pero, aún así, es una película estupenda y uno de
los mejores títulos del año.
Muchos dicen que es una crítica contra los medios de comunicación y, en
parte, tienen razón, ya que los medios juegan un papel importante en la trama y
que, en lo que a crítica social se refiere, se llevan lo suyo.
Sin embargo, la cosa no sé queda ahí. La película, al igual que la novela,
hace una feroz crítica de la sociedad y hasta de la condición humana. Una cruel
burla a como, basándonos en lo que dicen los medios o en simples rumores y
habladurías, nos atrevemos a hacer juicios de valor y somos capaces de
criminalizar a personas o convertir en ídolos a otras sin conocerlas si quiera. Algo de lo que, sin duda, todos –no creo que nadie se escape –hemos pecado
alguna vez.
En definitiva, Perdida es una
película excelente y 100% recomendable; si eres seguidor de Fincher te encantará y, si no lo eres, seguro que también.
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