Cuarta entrega ya de esta exitosa
saga que comenzó en 2007 y que adapta los populares personajes de Hasbro. En
una película que es una cuarta entrega en toda regla, no un reboot como dicen
muchos.
Cinco años después de la batalla
que devastó Chicago, los Transformers son ahora unos perseguidos. Oficialmente,
solo se persigue a los Decepticons, pero la unidad de la CIA encargada de
perseguirlos, liderada por el fanático Harold Attinger (Kelsey Grammer),
persigue a Decepticons y Autobots por igual con ayuda de Lockdown (voz de Mark
Ryan), un cazarrecompensas Transformer muy peligroso. Mientras tanto, en Texas,
Cade Yeager (Mark Wahlberg), un inventor con problemas económicos que intenta
pagar los estudios de su hija, Tessa (Nicola Peltz), se hace con un camión
destartalado que después descubre que es un Transformer. Y no un Transformer
cualquiera, sino el mismísimo Optimus Prime (voz de Peter Cullan), líder de los
Autobots. Los humanos tienen la obligación de denunciar al gobierno cualquier
actividad alienígena y, además, podría recibir una recompensa económica
bastante sustanciosa. Sin embargo, Cade decide mantenerlo en secreto y
repararlo.
Sin embargo, Lucas Frannery (T.J.
Miller), amigo y socio de Cade, decide denunciarlo con la esperanza de recibir
la recompensa y salir del agujero en el que están. Pero, en lugar de eso,
Attinger envía un comando liderado por su principal lugarteniente, James Savoy
(Titus Welliver), el cual irrumpe en la casa de Cade, apresándole a él, a Tessa
y a Lucas, y preguntándoles donde está Optimus Prime. Cade no quiere hablar,
por lo que Attinger ordena a Savoy que utilice a Tessa para presionarle. Savoy
está a punto de matar a la chica cuando Optimus Prime irrumpe en la escena
atacando a los agentes y permitiéndoles escapar. Con ayuda de Shane Dyson (Jack
Reynor), un piloto de carreras que es novio secreto de Tessa –ya que Cade es
tan sobreprotector que prohíbe a su hija salir con chicos –, consiguen escapar
de los agentes; aunque, en plena huida, Lockdown asesina a Lucas. Más tarde,
Optimus Prime les lleva hasta un lugar en el desierto donde se reúnen los
Autobots supervivientes. Allí Cade, que ha robado uno de los drones de
vigilancia de los agentes, descubre que los Transformers capturados son enviado
a KSI, una empresa de investigación dirigida por el excéntrico Joshua Joyce
(Stanley Tucci), quién ha logrado perfeccionar el Transformium, el metal
molecularmente inestable del que están hechos los Transformers, y está creando
una oleada de nuevos robots.
Después del enorme éxito de la tercera entrega, Transformers: El Lado Oscuro de la Luna (2011), unido al de las anteriores, estaba claro que Paramount Pictures no iba a renunciar a seguir adelante con una saga tan millonaria como esta. Sin embargo, Michael Bay ya estaba cansado de ella y anunció que se largaba. Fueron muchos los directores que sonaron como sus potenciales sustitutos: Roland Emmerich, Joe Johnston, Stephen Sommers, Louis Leterrier, David Yates y hasta el mismísimo Steven Spielberg –productor ejecutivo de la saga –fueron los principales candidatos.
Pero el estudio sabía que lo que
quería Bay era algo más de tiempo para poder realizar otros trabajos fuera de
la saga. Así que, tras dejarle tiempo suficiente para poder dirigir la película
Dolor y Dinero (2013), consiguieron
que el director renegociara el contrato y volviera, al menos, para dirigir esta
cuarta entrega.
Quienes sí que no regresan son
los actores de las anteriores entregas. Ni tan siquiera el que había sido hasta
ahora el protagonista principal, Shia LaBeouf –aunque, dudo mucho que alguien
lo eche de menos –. Así que, sin hacer exactamente un reboot de la franquicia,
han optado por hacer una entrega completamente renovada con nuevos actores y
personajes.
La cosa está dando muy buenos
resultados en la taquilla. A día de hoy, la película, que cuenta con un
presupuesto de 210 millones de dólares, lleva recaudados 214 millones solo en
EEUU y 540 millones más en el resto del mundo, haciendo un total de 754
millones de dólares. Lo que, entre otras cosas, la convierte en la película más
taquillera de lo que va de año.
La crítica, en cambio, ha sido
otro cantar, machacando a la película desde el primer momento sin ninguna
piedad. Aunque, esto era algo de esperar, ya que los críticos no han sido nada
benevolentes con esta saga desde el principio; tan solo lo fueron un poco en la
tercera, y solo porque los responsables les hicieron la pelota.
Pero yo, como ya sabéis, yo paso
olímpicamente de esta gente y me dedico a dar mi más clara opinión sin dejarme
influenciar por nadie; mucho menos, esa gente.
A mi esta saga me gusta. La
primera película, Transformers
(2007), me encanta y me parece una película muy buena; y eso que en su día la
fui a ver con muy pocas expectativas. Es una película muy espectacular, muy
bien hecha y con un guión aceptable al que solo le sobraban las payasadas. De
todos los blockbusters veraniegos de los últimos años, este era, sin duda, uno
de los mejores.
Luego están sus dos secuelas, Transformers: La Venganza de los Caídos
(2009) y la ya nombrada Transformers: El
Lado Oscuro de la Luna, las cuales suponen un gran bajón con respecto a la
primera pero, aún así, las encuentro dos películas aceptables en mayor y menor
medida.
Ahora llega esta cuarta entrega y,
tras haberla visto en V.O. sin esperarme al 8 de agosto, debo decir que también
me ha gustado. No me ha entusiasmado tanto como hizo en su día la primera, pero
me ha hecho pasar un rato agradable y no ha defraudado en lo que a
espectacularidad y acción se refiere. Porque la película es una auténtica orgía
de disparos, explosiones, persecuciones y demás que apenas da respiro al
espectador. Todo muy bien sazonado con unos efectos especiales de lo más
logrados y un estupendo diseño de producción.
Y es que, digan lo que digan, Michael Bay es un buen director al que solo machacan por el tipo de cine que hace. Porque si el tipo, en lugar de hacer cine comercial de acción, se hubiera dedicado a hacer cine independiente de autor, seguro que muchos críticos y gafapastas que lo critican ahora le estarían besando los píes.
Pero yo no soy como esos hipócritas y se mirar más allá de la comercialidad de sus películas para ver que el tipo es un portento dirigiendo; sobre todo, las escenas de acción, a las que dota de una espectacularidad y adrenalina tremendas. Y, desde luego, aquí vuelve a estar que se sale. Además, su trepidante ritmo hace que la excesiva duración de la película –165 minutos –a penas se note.
Además, el hecho de romper con las anteriores entregas sin llegar a ser un reboot, hace que, esta vez, le pueda dar al film un toque más serio. En la tercera lo intentaron, pero resultó bastante fallido porque desentonaba mucho con el estilo de la saga; sobre todo, con las payasadas del guión, lo que más me ha rechinado de esta saga. Esta vez, en cambio, han contado con más libertad para darle a la saga un tono bastante distinto y eso se nota.
El problema radica, claro está,
en el guión, el cual cumple, pero solo a medias. En unas partes se muestra
bastante ingenioso, pero en otras tira demasiado de tópicos, de personajes
demasiado estereotipados y chistes muy flojos –lo del conductor que le pide los
papeles del seguro al protagonista después de caer este con una nave alienígena
sobre su coche es para morirse, pero no de risa –. Lo bueno es que reduce mucho
las payasadas que tanto estropeaban las anteriores entregas –aquí ya no están
los padres de Sam Witwicky dando por culo ni los robots no se ponen a hacer break
dance –, pero tampoco las elimina del todo.
En lo general, los robots son lo
más carismático del film, siendo por cuarta vez Optimus Prime el mejor de
todos.
De los buenos, a parte del
también estupendo Bumblebee, destaco a Hound –que cuenta con la voz de John
Goodman –y el robot samura Drift –que cuenta con la voz de Ken Watanabe –.
Del bando de los malos, volvemos
a tener a Megatron –que cambia la voz de Hugo Weaving por la de Frank Welker –,
ahora Galvatron tras pasar por las manos de KSI. Tanto él como los nuevos
Decepticons están muy bien y su puesta en escena con la nueva tecnología que
les da KSI es sensacional; aunque hay momentos en los que llegan a recordar a Matrix –todo hay que decirlo –. El
problema es que, en el fondo, su presencia en la película es solo una excusa
para que los Autobots tengan con quién hostiarse en la espectacular batalla
final.
No obstante, esta vez han metido
a un villano robot de lo más sensacional. Hablo del cazarrecompensas Lockdown,
el cual está impresionante durante toda la película y resulta un villano de lo
más fascinante y amenazador.
Luego, tenemos a los Dinobots, los cuales hacen su gran aparición en la parte final y juegan un importante papel en la batalla final. La verdad es que han estado bastante bien y los he encontrado de lo más logrados a pesar de que los han hecho mezclando dinosaurios con criaturas mitológicas; el pterodáctilo parece más un Roc y Grimlock, el T-Rex, ha sido claramente mezclado con un dragón –y no lo digo solo porque escupa fuego –. Pero, de todas maneras, los Dinobots los he encontrado de lo más aceptables y me gustaría verlos en más películas.
En los robots, la película está, salvo algunas excepciones, de lo más acertada. Lo malo es que no ocurre lo mismo con los humanos; sobre todo, los protagonistas. Todo a pesar de que los actores hacen, en mayor o menor medida, un buen trabajo.
Cuesta bastante simpatizar con el protagonista principal, interpretado por Mark Wahlberg, un tipo más preocupado por qué su hija vista con shorts que por que le vayan a embargar la casa. No obstante, cuando empieza la acción y dejan de lado todos esos rollos –al menos, la mayoría –, ya empiezas a simpatizar con él y, al final, termina resultando un buen protagonista principal que, desde luego, resulta mucho más preferible que el Shia LaBeouf de las anteriores.
La fémina principal, interpretada
por Nicola Peltz, es muy bella y resulta bastante imponente, pero no es más que
una niñata tonta que no hace más que lucir palmito y, cuando empieza la acción,
se pasa la mayor parte del tiempo gritando o llorando por los rincones. Desde
luego, cada vez echo mas de menos en esta saga a Megan Fox, quién también lucía
palmito pero, cuando empezaba la acción, no dudaba en implicarse en ella como
toda una action woman.
Para mi valen mucho mas Sophia
Myles y Bingbing Li, quienes están terriblemente desaprovechadas cuando podrían
haber dado mucho mas juego que la Peltz.
Luego tenemos al novio de la
chica, interpretado por Jack Reynor, que, vamos, no es más que un personaje de
relleno creado para crear conflicto con el personaje de Wahlberg y que, si se
lo hubieran ahorrado, habría importado poco.
Luego tenemos al personaje del
siempre excelente Stanley Tucci, que se podría decir que es el sustituto de
John Tuturro como tío raro nº1 de la saga y que a mí me parece uno de los pocos
personajes humanos salvables de la película.
Pero, aquí los que ganan por
goleada son los villanos humanos. Ya en la tercera introdujeron villanos
humanos, pero fue de una forma más fallida. Aquí, en cambio, han estado más
acertados.
Aquí tenemos como villano
principal a Kelsey Grammer, un grandísimo actor capaz de hacer cualquier papel a
pesar de que la mayor parte de su carrera la ha enfocado a la comedia y que
aquí está que se sale en todo momento dando vida a un villano excelente que,
desde luego, le da cien mil patadas a ese villano patético interpretado por
Patrick Dempsey en la tercera entrega.
También cabe destacar a Titus
Welliver, que interpreta a su lugarteniente y que, aunque apenas se acerca a la
inmensa interpretación de Grammer, está muy bien en su papel y resulta lo
suficiente amenazador.
Resumiendo.
La película está bien. Un film
para pasar el rato, nada más, pero que está muy bien hecho y, pese a sus
fallos, se disfruta bastante. Una película que da lo que promete, que no es
otra cosa acción, efectos especiales, chic@s guap@s y, sobre todo,
entretenimiento. Es que no se le puede pedir más a una película como esta que
no sea espectáculo; eso sí, espectáculo del bueno.
Cine de consumo rápido, pero del
bueno.
Lo único que se echa de menos de
las anteriores entregas es Megan Fox; a ver qué tal le va con las Tortugas
Ninja.
Tristemente tengo que diferir mucho axa, la película no se me hizo buena ni para pasar el rato, esta vez si la odie, 3 horas y me aburrí, todo eso aspecto de los humanos a mi no me interesa y esta muy mal escritor, lo del papa que no quiere que la hija tenga novio y todo.
ResponderEliminarYo recuerdo que la primera de transformers me gusto, la 2 no tanto y la 3 ni la vi, pero de momento cuando pienso en una película mala, pensare en transformers 4, con la cual casi me duermo a las 2 horas
Esa es mi opinión, aun así le dare otra opurtunidad al director con tORTujas ninja
Saludos.
Bueno, no voy a discutir porque a mi la película solo me ha gustado como entretenimiento y espectáculo pirotécnico, nada más, y no que valga la pena defenderla mucho.
ResponderEliminarAunque si recuerdo que en la review menciono que la parte de lo humanos es de lo que más rechina en el film; sobre todo, el tópico del padre sobreprotector.
Me alegra que te guste la primera, que es sin duda la mejor de todas. Y me alegra también que no hayas visto la tercera, ya que te ahorras ver a Patrick Dempsey como uno de los villanos más patéticos que se han visto nunca.
La de las Tortugas Ninja parece que pinta mejor.
Saludos
Pues a mi me gusto, no me molesta que sea larga, y que padre quiere que su hija tenga novio, jejé. Eso es recurrente en muchas telenovelas jejé.
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